La iglesia de la Asunción y San Hipólito de Támara de Campos, en Palencia

En pleno Camino de Santiago a su paso por Tierra de Campos, muy cerca de Frómista, se levanta la monumental iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y San Hipólito el Real, justo en el centro de la localidad de Támara, en la que todavía se adivina su trazado medieval con recinto amurallado y que también cuenta con los restos de un antiguo hospital de peregrinos de la Orden de San Juan, el monasterio de San Miguel o importantes casas-palacio.

Interior de la iglesia de San Hipólito de Támara

La primera construcción sería una pequeña iglesia altomedieval que la leyenda asocia con la conmemoración de la anexión del reino de León al de Castilla tras la Batalla de Támara entre Bermudo III y Fernando I en septiembre de 1037, cuando el de León perdió la vida y al no tener descendencia, el reino pasó a su hermana doña Sancha, que lo cedió a su marido, el otro contendiente.

De todos modos, y aunque no se conocen muy bien los motivos para una devoción tan poco usual como la de Hipólito, el soldado romano del siglo III encargado de custodiar a San Lorenzo y que, conmovido por su valentía, se convirtió al cristianismo y también fue martirizado, un santo de tradición popular que nunca fue canonizado por Roma, lo que sí parece cierto es la existencia de un antiguo y pequeño santuario bajo su advocación que los peregrinos de la ruta jacobea acostumbrarían a visitar atraídos por su fama milagrera, terminando por quedarse pequeño.

Dirk Bouts. Tríptico de San Hipólito. 1468. Groeningemuseum de Brujas, Bélgica.

Así, el edificio que se conserva, de grandes sillares de piedra caliza, empezaría a erigirse a comienzos del siglo XIV, quizá coincidiendo con nuevos privilegios otorgados por Fernando IV de Castilla y confirmados por Alfonso XI, monarca precisamente nacido el día de San Hipólito, que aportó importantes cantidades para su construcción, un patronato real al que también se le uniría la protección eclesiástica mediante bulas papales y las donaciones testamentarias de casas y tierras que fueron incrementando su patrimonio.

La iglesia desde la carretera que llega desde Frómista

Las obras se prolongaron mucho en el tiempo y la mayor parte de la construcción corresponde a fines del siglo XV y primera mitad del XVI, reanudadas a fines de ese mismo siglo tras el hundimiento de la torre central de la fachada oeste el día de fin de año de 1568, decidiéndose levantar una nueva que modificó sustancialmente el aspecto a los pies del templo.

Dibujo de la torre erigida en el siglo XVII (1)

La imponente estampa de la fachada oeste con la torre central
que acapara todo el protagonismo

Después de varios siglos en los que el edificio fue sufriendo un deterioro progresivo, en la década de 1980 fue sometido a una restauración general bajo proyecto de los arquitectos Carlos San Clemente, José Luis de la Quintana, Guillermo Cases y Antonio Más-Guindal que buscó la recuperación de la iglesia incluyendo la reedificación de espacios modificados en la torre o el rescate de la olvidada vivienda del músico además de la incorporación de nuevas vidrieras diseñadas por los pintores Guillermo Pérez Villalta y Pablo Muñoz de Pablos o las puertas de la torre, del escultor Evaristo Bellotti.

La fachada principal cuenta con tres portadas, una por cada nave. Las laterales se componen de un arco apuntado arquivoltado abarcado por otro conopial con cardinas. El tímpano de la del Evangelio presenta una Virgen sedente muy deteriorada y sobre la de la Epístola se desarrollan, a modo de alfiz, restos de decoración escultórica con siete hornacinas hoy vacías, sin que se sepa qué figuras las ocuparon. Por encima de ambas portadas se ubican sendos rosetones que iluminan las naves laterales.

Fachada oeste

La portada central tiene nártex bajo la rotunda torre de traza clasicista de influencia escurialense atribuida al maestro Santiago de Sigüenza, empezada a levantar por Juan de Cerecedo, hijo del artífice de la sacristía, y concluida por el maestro de cantería Juan de la Lastra, y que en el siglo XVII sustituyó a la gótica que se derrumbó el último día de 1568 y que no contaba con entrada. El monumental escudo de los Reyes Católicos flanqueado por dos soldados se cree que procedería de la antigua torre.

Escudo de la torre

También llama la atención la vivienda que se construyó para el músico sobre la capilla bautismal, a la derecha de la fachada, con una llamativa galería-mirador.

Dibujo de la fachada sur, con la vivienda del músico, con la galería-mirador,
a la izquierda, justo al lado de la torre campanario (2)

En la fachada norte se ubica el atrio de San Vicente, quizá la parte más antigua del templo, con cubierta de bóveda de arista que cobija una portada de medio punto con arquivoltas sencillas y que abre al cuarto tramo de la nave del Evangelio.

Maqueta de la iglesia desde la fachada norte, donde se aprecia el atrio abierto
al cuarto tramo de la nave del Evangelio

Tiene planta longitudinal de tres naves de cuatro tramos, la central más ancha y alta, crucero que no sobresale en planta, tres ábsides, más ancho y profundo el central, conformado como capilla funeraria de don Antonio Vallejo desde comienzos del siglo XVII, cuando éste adquiere el patronato de la iglesia, y bóvedas de crucería variada, las más recientes ya de comienzos del siglo XVII, que apoyan sobre pilares compuestos con núcleo circular y ocho columnillas adosadas con capiteles decorados con motivos icónicos y vegetales que soportan arcos apuntados y recogen los nervios de las cubiertas. La iluminación proviene de ventanales de arcos apuntados, con o sin mainel, y de rosetones.

Planta de San Hipólito obtenida de la Planoteca del IPCE. Las indicaciones son mías

Detalle de las bóvedas de la nave central

Crucero del Evangelio

Crucero de la Epístola

En el primer tramo de la nave central, sustentado mediante una bóveda rebajada de crucería y con acceso mediante una airosa escalera en espiral que se desarrolla alrededor de uno de los pilares que sustentan la bóveda, se ubica un coro alto de fines del siglo XV que algunos autores atribuyen a Simón de Colonia, aunque también cuenta con una inscripción que reza: “Esta obra la hizo Alonso de Santiago”, artífice no identificado hasta la fecha.

Detalle de la bóveda que sustenta el coro

La iglesia desde el sotocoro, con la escalera de acceso al coro a la derecha

El coro alto desde la cabecera de la iglesia, con el púlpito a la derecha

Escalera de caracol de subida al coro, con la columna que
sostiene el órgano justo delante

El petril presenta decoración tardogótica. En el frontal destaca un Cristo en majestad central flanqueado por una Anunciación.

Petril del coro. Llama la atención que en la Anunciación la Virgen ocupe
el lado izquierdo, cuando lo habitual es que esté a la derecha

Los laterales están decorados con un Apostolado bajo doseletes. Se piensa que estaría completo, seis a cada lado, aunque en la actualidad en la parte de la nave de la Epístola, solo aparecen cinco, quizá porque uno se perdió cuando se realizó el acceso a la vivienda del músico a través de una rampa que parte del coro.

Seis de los apóstoles en el lado del Evangelio. La figura en una hornacina de
pilastras y entablamento en la parte superior es evidente que es un añadido
posterior. Los ángeles tenantes de las enjutas del arco soportan
los escudos de los Reyes Católicos

Los cinco apóstoles del lado de la Epístola. El más a la izquierda, que también
se vería afectado por la construcción de la rampa de acceso a la vivienda
del músico, incluso presenta una hornacina avenerada, ya sin el
goticismo evidente de los doseletes del resto

Con el hundimiento de la torre central de la fachada el día de fin de año de 1568 también se perdieron seis de las crujías de las naves, seguramente las que hoy presentan una cubrición diferente y más elaborada que el resto, y también la antigua sillería gótica del coro, por lo que la actual es ya posterior, obra de Hernando de la Nestrosa (o Fernando de Inestrosa) de 1580, lo mismo que el facistol.

Detalle de la sillería del coro (3)

El órgano es del siglo XVI y, milagrosamente, se salvó cuando se hundió la torre. A lo largo de su historia ha experimentado varias reformas para hacerlo más grande, las más importantes en 1785 y una última en la década de 1990 que hizo posible ponerlo otra vez en uso. Se encuentra sobre un llamativo sustentáculo de estilo mudéjar tardío, como el púlpito.

Órgano de San Hipólito

La sacristía se ubica a la izquierda del altar mayor. Es de planta cuadrangular cubierta con cúpula semiesférica casetonada sobre pechinas construida por Domingo de Cerecedo, y destaca por una cajonería de nogal realizada ex profeso para este ámbito a fines del siglo XVI con escenas de la Vida de la Virgen y de San Hipólito y crestería de remate.

Detalle de la cajonería de nogal de
la sacristía (4)

En cuanto al magnífico amueblamiento de la iglesia, llama la atención desde el principio el impresionante conjunto de retablos barrocos que conserva.

Nave central con varios de los retablos barrocos de la iglesia

El retablo mayor, de fines del siglo XVII, es del ensamblador Juan de la Peña, los tallistas Andrés Monasterio y Francisco Antonio de Munar (o del Monal) y el dorador Lorenzo Medina, construido para sustituir al primitivo del siglo XV, que contaría con relieves, tallas y dieciocho pinturas en tabla atribuidas al llamado Maestro Támara, éstas últimas vendidas en pública subasta.

Retablo mayor

Está dividido en dos cuerpos con cinco calles, organizadas mediante columnas salomónicas, y remate semicircular. El primer cuerpo cuenta con una talla central de San Hipólito a caballo flanqueado por los santos Juan, Pedro, Pablo y Lorenzo. En el cuerpo superior aparece la Virgen del Pópulo flanqueada por escenas de la Vida de San Hipólito. Se cree que muchas de las tallas estarían aprovechadas del mencionado retablo mayor gótico, fechado antes de 1490.

Banco y cuerpo bajo de retablo mayor

Cuerpo superior y del ático

Detalle de dos de las escenas de la Vida de San Hipólito, seguramente reaprovechadas
procedentes del retablo anterior gótico

Cerrando la capilla mayor se encuentra una reja de hierro forjado de Francisco de Osorno que se sabe que fue colocada en 1564. Presenta dos cuerpos y un remate con el escudo de Felipe el Hermoso, un jarrón con flor de lis y de nuevo San Hipólito a caballo, conservando algo de su policromía en oro, rojo y verde.

Reja cerrando el presbiterio

A ambos lados de la reja destacan dos hornacinas del siglo XVIII dedicadas a los santos José y Antón.

Hornacinas barrocas con los santos José y Antón

La capilla absidial del Evangelio cuenta con el retablo de San Juan, de mediados del siglo XVIII, de los ensambladores Bernabé López y Francisco Tejedor y el dorador Benito José Bravo, autores también del de la capilla de la Epístola y y el del crucero del Evangelio. Está presidido por una imagen de San Juan Bautista flanqueada por los santos Antonio de Padua y María Magdalena, sin que se sepan los autores de las tallas, que parecen también anteriores al retablo, quizá reaprovechadas, lo mismo que los cinco relieves con escenas de la Vida del Bautista, aunque no parezca que procedan de la misma mano.

Capilla absidial del Evangelio con el retablo de
San Juan Bautista

La capilla absidial de la Epístola está dedicada a la Virgen del Pópulo y el retablo es similar al de San Juan, de los mismos autores. Cuenta con una Virgen sedente con el Niño en brazos flanqueada por los santos Santiago y Judas Tadeo y también aprovecha tallas anteriores y los relieves de la Inmaculada, la Natividad, la Circuncisión, la Visitación y la Ascensión.

Capilla absidial de la Epístola con el retablo de
la Virgen del Pópulo

El púlpito es obra de yesería de un mudéjar muy tardío y en el puede leerse la leyenda “Qui ex Deo est verba Dei audi / Audite verbum domini gentes / nos auten praedicamus Xpm crucifixo” (Quien está en Dios, oye las palabras de Dios [Juan 8,47] / Escuchad gentes la palabra del Señor [Jeremías 31,10] /ahora bien, nosotros predicamos a Cristo crucificado [1 Cor 1,23]").

Adosados a los pilares centrales del primer tramo de la iglesia están los altares de la Inmaculada y de la Virgen del Carmen, también barrocos.

Altares barrocos de la Inmaculada y del Carmen. Detrás del de la Inmaculada
puede verse el púlpito

En el crucero del Evangelio está el retablo de San Miguel o de la Soledad, de los autores citados y también de mediados del siglo XVIII. La hornacina central tiene una Dolorosa, rodeada de los santos Domingo de Guzmán, Tomás de Aquino, Bárbara y otra imagen no identificada, por encima una Santa Cena también del antiguo retablo mayor y en el ático un san Miguel Arcángel venciendo al demonio.

El brazo del Evangelio desde el de la Epístola, con el retablo de San Miguel de frente,
la hornacina de San José a la derecha y el púlpito a la izquierda, tras el que se
aprecia un lateral del altar de la Inmaculada y la puerta de acceso
a la iglesia desde el atrio de la fachada norte

La predela también aprovecha cuatro relieves góticos con la Vida de San Hipólito que pertenecieron al antiguo retablo mayor que se cree que pudo ser donación de los Reyes Católicos, que aparecen orantes en  las escenas, en una iconografía mezclada con la vida del santo que hace difícil la interpretación.

Escenas de la predela del retablo de San Miguel en las que aparecen los Reyes Católicos,
probablemente procedentes del retablo gótico que ocupaba el altar mayor

En el crucero de la Epístola, tapando la entrada a un ámbito hoy inutilizado y que se cree que sería la antigua sacristía, se encuentra el retablo del Santo Cristo, algo posterior a los anteriores, de fines del siglo XVIII, patrocinado por don Francisco Fernández Chico, beneficiado en Boadilla del Camino y Santoyo y enterrado a los pies. Realizado por el maestro dorador Francisco Zorrilla, también aprovecha tallas del antiguo retablo mayor gótico, como las escenas de la Pasión de Cristo en el banco.

Retablo del Santo Cristo en el crucero de la Epístola

Escenas de la Flagelación y la Subida al Calvario en la predela del retablo del Santo
Cristo, probablemente procedentes del antiguo retablo mayor gótico

En el cuerpo central cuenta con un Calvario, con calles laterales con los santos jesuitas Francisco Javier, Francisco de Borja y Pedro-Francisco Claver además del padre Francisco Suárez, gran defensor del dogma de la Inmaculada, patronos del fundador, devoto de la Compañía de Jesús. En el ático se representa al arcángel San Rafael.

La pila bautismal, en un pequeño baptisterio a los pies de la iglesia con una interesante reja del siglo XIV, es anterior a la construcción de la iglesia. 

Pila bautismal gótica de la ex colegiata de Sasamón

Baptisterio de San Hipólito, con la pila bautismal gótica

Detalle de la pila con la escena de la Resurrección de Lázaro

Es de mármol con forma de copa poligonal y presenta decoración con escenas de la Vida de Jesucristo relacionadas con la Resurrección. Algunos autores la ponen en relación con la pila bautismal gótica de la ex colegiata de Santa María la Real de Sasamón, aunque la de Támara está mucho mejor conservada.

Otras IGLESIAS en viajar con el arte:

San Miniato al Monte de Florencia
San Esteban de Salamanca
"La Clerecía" de Salamanca
San Vicente de Ávila
San Ildefonso de Toledo
San Román de Toledo
San Sebastiano en Venecia
San Zaccaria en Venecia

Imágenes ajenas:

(1) CANTERA, J. y ARNAIZ, Mª J., “La torre campanario de la Iglesia Parroquial de San Hipólito de Támara (Palencia)”. Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses, nº 60, 1989, pp. 475-488.
(2) MÁS-GUINDAL, A. J., CLEMENTE, C. y QUINTANA, J. L. de la, “Támara: seguimiento y diagnóstico de un monumento”. Informes de la construcción, Vol. 39, nº 393, 1988, pp. 17-36.
(4) CHICO LÓPEZ, J. A., Támara, Valladolid, 2009.

Fuentes:

CANTERA, J. y ARNAIZ, Mª J., “La torre campanario de la Iglesia Parroquial de San Hipólito de Támara (Palencia)”. Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses, nº 60, 1989, pp. 475-488.
CHICO LÓPEZ, J. A., Támara, Valladolid, 2009.
MÁS-GUINDAL, A. J., CLEMENTE, C. y QUINTANA, J. L. de la, “Támara: seguimiento y diagnóstico de un monumento”. Informes de la construcción, Vol. 39, nº 393, 1988, pp. 17-36.
http://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_San_Hip%C3%B3lito_el_Real_(T%C3%A1mara_de_Campos)

Comentarios

Antonio Banús ha dicho que…
Me ha gustado, Sira. Perfecto en todo, como siempre.
Ángel Ruiz ha dicho que…
Muchísimas gracias por comentarla. Es una iglesia que visitamos de pequeños con mi padre (vivíamos en Castrojeriz, relativamente cerca), pero, claro, yo ya no me acordaba de nada de ella.
La inscripción supongo que será: Qui ex Deo est verba Dei audi[t] / Audite verbum [D]domini[,] gentes / nos auten[m] praedicamus Xpm crucifixo[um] [1 Cor 1,23]: "Quien es de Dios, oye las palabras de Dios [Juan 8,47]. Oíd la palabra de Dios, gentes [Jeremías 31,10]. Nosotros predicamos a Cristo crucificado.
Unknown ha dicho que…
Magnifico trabajo como siempre....como te he dicho mas de una vez la Junta de Castilla y Leon debiera nombrarte consul honoraria por la difusión que estas haciendo del hermoso patrimonio que hay en estas tierras. yo por mi parte flipo en colores cada vez que sale un trabajo tuyo y como es habitual solicito permiso para utilizar las fotos el próximo día de clase. otro debe así de grande en cosas que ver y un abrazo enorme con mi ENHORABUENA¡¡¡¡¡¡
Anónimo ha dicho que…
Conozco el lugar, adoro la Tierra de Campos pero, de verdad, que la próxima vez que vaya por ahí, volveré a pasarme por Támara para repasarla con lo que acabo de leer. Siempre me ha parecido un lugar hermoso y el templo, impresionante.

Por cierto que cerca de él hay una casa con una placa en la que se dice que en ella nació Sinesio Delgado, escritor, periodista y cofundador de la SGAE.
Boro ha dicho que…
Podría argumentar que cuando hice el Camino era joven y no sabía lo que hacía (o veía), pero me parece increible no tener el más mínimo recuerdo de esta iglesia que nos descubres. Podría no haber entrado pero la iglesia resulta también espectacular viéndola por fuera con esa torre (que recuerda los diseños de la fachada hechos por J. Bautista de Toledo para el Escorial) y esa galería que la circunda.
Fantásticas las fotografías, planos y textos pero esto ya resulta redundante teniendo en cuenta que el nivel de calidad es mantenido semana tras semana. Solo comentar que me resulta extraño que las escenas de la predela de la pasión en el retablo del crucero de la Epístola hayan pertenecido al mismo retablo que las escenas de la predela del retablo del crucero del Evangelio. Estas últimas, las de los RRCC, son de una calidad muy superior (porque son de una calidad altísima) y de un estilo que me parece bastante anterior a las de la pasión de cristo que parecen más imbuidas por el manierismo de la segunda mitad del XVI, como pronto.
Como siempre gracias por tu labor.
Un abrazo.
Boro
Anónimo ha dicho que…
Preciosa explicación Sira, no es la primera vez que me descubres pequeñas obras de arte magníficas y llenas de detalles. Muchas gracias por estas entradas tan maravillosas.
Por cierto, he leído en algunas publicaciones que había obra de Bigarny (o Vigarny según el especialista)en esta iglesia pero no has mencionado nada de ello en el texto ¿deduzco que no hay o las obras que algunos mencionan son esas que no se han conseguido atribuir de momento?
No la conocía, pero creo que merece la pena la visita al lugar sólo por contemplar ese espectacular retablo barroco. La imagen de "san" Hipólito también digna de admirar.

Un saludo desde Reinado de Carlos II
enrique ha dicho que…
Una joya desconocida para mí en plena tierra de campos, también llamada los "campos góticos", o sea, la quintaesencia de Castilla.

Hay que hacer más por la difusión de Palencia, quizá la provincia de Castilla más desconocida y que tiene comarca tan interesantes como esta de tierra de campos, cerrato o la montaña. Desde luego tu entrada hace mucho por ello, tanto que merecería estar incluida en un manual de historia del arte.

Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias, Antonio.
Sira Gadea ha dicho que…
Me alegra que te haya recordado un hecho de tu niñez, Angel. Y tengo que darte doblemente las gracias, pues con tu comentario me has avisado de que la cita en latín se me había quedado sin terminar de traducir. Andaba en ello ayudada por mi marido, la dejamos sin concluir y después he publicado sin acordarme. Pero además, tu aportación sobre de dónde procede me resulta muy enriquecedora. A ver qué te parece nuestra "versión".
Sira Gadea ha dicho que…
Mª Antonia, déjate de "honoraria", que eso me suena a "no remunerada", y la cosa está complicada. A ver si encuentro patrocinio, eso es lo que me hace falta, y no es broma. Un beso muy grande y gracias por tu incondicional apoyo siempre. En cuanto a los de las fotos, ya lo sabes, que te lo he dicho muchas veces.
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias, debatz. Es verdad que es una tierra muy hermosa. Muy buena la aportación de Sinesio Delgado.
Sira Gadea ha dicho que…
Veo que tu agudeza sigue intacta con el nuevo año, Boro. La torre tiene un aire escurialense que no se despinta, e incluso se cree que alguno de los artífices trabajó en el propio monasterio. El artículo de Cantera y Arnaiz que menciono en las fuentes incide en el asunto. En cuanto a las escenas reaprovechadas del antiguo retablo mayor, tienes toda la razón en cuanto a la diferencia de calidad, de la que he sido mucho más consciente al ver las fotografías que allí mismo, pues las condiciones de luz no eran las más adecuadas y las fotos "salvadas" llevan edición digital porque allí apenas se veía nada. Lamentablemente, del resto de escenas no ha sido posible sacar nada en claro, por lo que no puedo compararlas. Parece ser que gran parte de las tallas de bulto también se atribuyen al retablo mayor pero el tema no está suficientemente estudiado y las fuentes son muy confusas en este sentido, de ahí mi constante uso del condicional. Habrá que volver con tiempo y en mejores condiciones lumínicas. Lo de que se te pasara en tu ruta del Camino tampoco es extraño, pues por esas cosas incomprensibles, no está incluida en el recorrido turístico, a pesar de que es evidente su conexión histórica.
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias, Anónimo Castellano. El lío del antiguo retablo mayor, con escenas en relieve y tallas que se dicen reaprovechadas en el conjunto de retablos barrocos que posee la iglesia efectivamente "afecta" a Vigarny, al se le atribuyen escenas sin concretar cuáles; pero también se habla de Gil y Diego de Siloe y de algún otro. Todo algo confuso y, creo, no suficientemente estudiado (o yo no he encontrado la fuente adecuada), de ahí que no me haya atrevido a mencionarlos, que sería ya demasiado abusar del condicional.
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias CAROLVS II. Abrumada me hallo habiéndome encontrado un comentario de la mismísima realeza por estos lares y confusa ante el "tratamiento" que debo utilizar.

Echando un vistazo a su perfil, me asombra la coincidencia de intereses históricos y artísticos en los reinados de los "segundos" Austrias y la llegada de Felipe V, por el que confieso mi absoluta debilidad.

Un saludo y confío en seguir contando con su regia majestad por estos lares.
Sira Gadea ha dicho que…
Contribuiré en la medida de mis posibilidades a la difusión de las bellezas palentinas, Enrique, pues nuestro viaje hace mes y pico fue muy fructífero. Muchas gracias por tus elogios.
enrique ha dicho que…
Hay una conferencia del profesor Antonio Ruiz Hernando sobre las trazas del Escorial y la influencia de los monasterios jerónimos en las mismas que es sumamente interesante. Os la recomiendo vivamente.

El enlace es:

http://www.youtube.com/watch?v=a61M-0-cGvk
Sira Gadea ha dicho que…
¡Genial aportación, enrique! Muchísimas gracias ¿querías "colocarla" aquí o en la entrada del Parral? ¿Te importaría añadirla ahí? es estupenda y me encantaría que pudiera verla todo el que se "paseara" por el último convento jerónimo "del orbe", como bien has dicho por otros lares.
enrique ha dicho que…
Sira, ¿la has visto?
El profesor Ruiz Hernando es un especialista en historia de la arquitectura y dierctor de la Academia de San Quirce de Segovia.
Tal como deseas, la cuelgo en la entrada del Parral.
Sira Gadea ha dicho que…
Me ha gustado mucho, enrique. Muchas gracias, por el enlace y por colgarlo en El Parral.
Ni siquiera conocía este pueblo, que acabo de averiguar que su población no llega a los cien habitantes, pero que a juzgar por el templo y otros monumentos debió de tener bastante más importancia siglos atrás. La iglesia es impresionante, el retablo de la capilla mayor, el órgano y el soporte sobre el se apoya, curioso, los retablos forrando las columnas de la nave principal y la bóveda bajo el coro son, por señalar algo, de lo más llamativo.
Demuestra ser usted una buena viajera del arte, llegando a tan pequeño pueblo y difundiendo sus tesoros, que de otro modo pararían desapercibidos para la mayoría.
Un saludo.
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias, desdelaterraza-viajarlahistoria. Estos "descubrimientos" son muy emocionantes. Siempre hay alguien que me pone "sobre la pista", y llegar y comprobar que la realidad supera con creces lo imaginado es una experiencia inolvidable. Un abrazo.
Adrián Díaz ha dicho que…
Estuve en Támara hace año y pico pero la iglesia estaba cerrada y me quedé con las ganas. Lo mismo me pasó con la iglesia del cercano pueblo de Santoyo.
¿Recuerdas qué horario (y calendario) de apertura tiene?
Y lo más importante para mí ¿Visita por libre o guiada? ¿Ponen pegas a la hora de hacer fotos? (yo soy de los que va por ahí cargando con el trípode por si hay suerte y se puede, pero a veces resulta desesperante las trabas que le ponen a quien gusta de hacer las cosas como es debido...)
Un saludo.
Sira Gadea ha dicho que…
Hola Adrián. A mí me facilitaron los teléfonos de contacto para visitar Támara, Santoyo y Piña en la oficina de turismo de Astudillo. Llamé para concertar la hora sin problemas salvo para Piña, pues, según me informaron, la encargada de enseñarla era la propia alcaldesa, que contaba con otras muchas obligaciones y no siempre podía. En Támara me abrió la iglesia un señor muy amable y me dejó hacer todas las fotografías que quise a pesar de que hacía un frío indescriptible, eso sí, sin flash. De lo del trípode no puedo informarte porque yo no lo utilizo. En Santoyo fue el propio párroco y con lo de las fotos tuve más problemas, pues aunque hice algunas al principio, después me dijo que estaban prohibidas. Tampoco me iluminó los retablos y apenas pude sacarle dos palabras seguidas. No tendría buen día. Me dio la sensación de que lo de las fotografías era un poco de suerte, dependiendo de cómo le encajaras. Yo no le debí encajar nada. Y es que no se le puede caer bien a todo el mundo, qué le vamos a hacer. Espero haberte sido de ayuda. Un saludo y confío en seguir "viéndote" por viajar con el arte, pues veo que compartimos pasión.
Bonifacio Esteban ha dicho que…
Hola Sira, me ha encantado la entrada, y me han impresionado los caballeros del escudo de los Reyes Católicos.
Tienes razón en que es seguro que este escudo proviene de la antigua torre, ya que la tipología de los caballeros que lo acompañan es de finales del siglo XV o muy principios del XVI.
Se trata además de unas figuras sobresalientes por el cuidado detalle con el que parecen estar realizadas.
Enhorabuena como siempre por este gran trabajo.
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias Bonifacio Esteban. Llama mucho la atención el escudo. Resulta exquisito. Un abrazo.
calamidad ha dicho que…
<3 <3 <3
Gracias por acercarnos a mi preciosa tierra, Sira. Estoy emocionada con tu post. ;-) No sé qué pasará el día que hables de San Zoilo.

No puedo aportar mucho más conocimiento a tu entrada, pero veré a ver en mis fotos si tengo algo mejor iluminado para que puedas seguir estudiando esta preciosa iglesia.

Un besote requetefuerte.
Sira Gadea ha dicho que…
Hola calamidad. Tu tierra nos trajo muchas emociones pero, y mira que lo sentimos en lo más hondo, San Zoilo no fue una de ellas, pues a pesar de que nos informamos y requeteinformamos del horario de visitas, dado lo inusual de las fechas, pues todos se quedaban pasmados de ver a alguien interesado por "estas cosas" en pleno diciembre y con un frío de algún grado bajo cero, al llegar a la puerta del monasterio, con el alma en un puño de la emoción, un ignominioso cartel informaba de que sólo podía visitarse en fin de semana, contradiciendo todas las informaciones en oficinas de turismo y telefónicas, incluso con un contestador automático que decía que podía visitarse entre semana en un horario concreto. Y el fin de semana siguiente teníamos que estar de vuelta, con lo que ¡¡nos quedamos sin verlo!! Tras los oportunos y tranquilizadores improperios, pude acordarme de que alguien me había dicho que a ti (precisamente a ti, qué casualidad), siempre te gustaba dejarte algo para tener la ilusión de volver. San Zoilo es nuestra ilusión (entre otras muchas, claro) para volver a Palencia. Quizá la próxima hasta coincidamos y nos sirvas de cicerone de lujo. Entonces haré una entrada apoteósica, lo prometo. Un besazo muy fuerte.
Calamidad ha dicho que…
Hace tiempo que dejé de pegarme las palizas maratonianas para ver todo lo que se tiene que ver en cualquier viaje que uno hace. Moscú y una tendinitis en el tobillo tuvieron la culpa. Es conveniente dejarse algo para volver por los lugares que a uno le gustan.

Creo que me dijiste que no pudisteis entrar en San Zoilo, pero me acordaba. ¡Es tan bonito! Os esperaré en Carrión (en cualquier punto de Palencia) con los brazos abiertos. ¡No veas tú lo bien que se come en este monasterio! Una olla podrida, un pichón estofado, buenos caldos de Ribera, milhojas y tejas... mmmmm.

¡Me enrollo mucho, sorry, Sira!
Sira Gadea ha dicho que…
Con las bellezas del monasterio y su buena cocina habrá que volver sí o sí, Calamidad. Coincidiremos y disfrutaremos de todo juntos. Un besazo (y no te enrollas, eso es para la gente aburrida).
ESCRITOR&HOTELERO ha dicho que…
Exquisito y bien documentado articulo asi como reportaje grafico. Yo la tengo a 40 Km. de nuestra casa palentina y amigos allí, con lo cual 2 a 3 veces por año la visitamos, de la mano de la Alcaldeas (Concha) gran conocedora de su historia. Y no te digo en Julio -Agosto, con esos conciertos de Organo y Violin Barroco a las 8 de la tarde noche y el frescor de ese templo... De ensueño. Seguro conoces que allí nacio D. Sinesio Delgado > fundador de la SGAE < y que tantos dolores de cabeza nos dió y da a Hoteleros y Hosteleros. Por otro lado lo que hoy en día es Ayuntamiento y un pequeño museo etnográfico fue antiguo Hospital de Peregrinos, y que tiene su historia propia, tan proverbial que te contaré ( caso de que no la conozcas) el día que tomemos ese café que tenemos pendiente en San Lorenzo. Tal como cuentan esa historia, fue el motivo por el cual no pasa por allí desde hace años el Camino de Santiago. No me extiendo más y lo dicho PENDIENTE EL CAFELITO ¡¡¡ Saludos cordiales ¡¡ Ah ¡¡ y de nuevo Felicitaciones por el DOCUMENTAZO ¡¡¡

Sira Gadea ha dicho que…
A nosotros nos la enseñó el marido de la alcaldesa porque ella no podía ese día. Un hombre amabilísimo que nos dejó deambular por toda la iglesia un buen rato, y eso a pesar de que hacía un frío endiablado, pues era diciembre. Me encantaría poder asistir a uno de esos conciertos, porque tienen que ser una maravilla. Me quedé con muchas ganas de ver el antiguo Hospital de Peregrinos pero no pudimos. Así que, ya tenemos excusa para volver. Pendiente queda ese café, vecino. Un abrazo y mil gracias por tu sabroso comentario.
ESCRITOR&HOTELERO ha dicho que…
Gracias por tu respuesta Sira. Por mensaje interno te indicaré una fecha para quedar de acuerdo y tomar ese cafe ..."y bollo"... Saludos vecina y hasta pronto.
Eugenio Gonzalez Gil ha dicho que…
( versión vulgata)...nos autem praedicamus Christum crucifixum... 1 Cor, 1,23 / ...qui ex Deo est verba Dei audit Jn, 8,47 / ... audite verbum Domini,gentes, Jr. 31, 10
Anónimo ha dicho que…
Hola Sira, la iglesia de Támara se llama "iglesia de San Hipólito El Real" y no de la Asunción. Felicidades por tu blog. Un saludo desde Támara.
Sira Gadea ha dicho que…
Hola, Anónimo. Muchas gracias. Aunque se la conozca con el nombre de San Hipólito, el título oficial de la iglesia tiene la doble advocación, y por eso el retablo mayor cuenta con las dos imágenes del santo y de la Asunción en la calle central. Puedes consultar: CHICO LÓPEZ, J. A., Támara, Valladolid, 2009.

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