Los avatares del monasterio de santo Domingo de Silos, en Burgos

El emblemático Santo Domingo de Silos es un convento benedictino en el municipio que toma su nombre, al sur de la sierra de la Demanda, en el valle de Tabladillo, en la margen derecha del río Ura, hoy Mataviejas, en la actual provincia de Burgos.

Detalle del claustro románico del monasterio de santo Domingo de Silos

Se cree que el primer cenobio, bajo la advocación de san Sebastián, dataría de fines del siglo IX o comienzos del X, en tiempos del conde Fernán González, que sucumbiría a comienzos del XI bajo las razzias de Almanzor o que simplemente quedaría semi abandonado ante el empuje de San Pedro de Arlanza y el Infantado de Covarrubias y que recuperó una vida monástica plena cuando en 1041 Fernando I, rey de Castilla y León, le encargó ese cometido a Domingo Manso, antiguo prior del monasterio de san Millán de la Cogolla, acogido en su corte después de haber sido desterrado por García Sánchez III de Navarra, hermano del monarca castellano-leonés, por oponerse a que aquel se apropiara de bienes del convento con el pretexto de que habían sido donaciones de sus antepasados.

Con Domingo como nuevo abad, Silos adopta la regla benedictina de Cluny, el cenobio empieza a cobrar nueva vida y amplía considerablemente su dominio territorial. En este periodo también se ve la necesidad de erigir una nueva iglesia, que se cree que quedaría concluida a fines de la década de 1050.

Fachadas sur y este del monasterio de santo Domingo de Silos (1)

Tras la muerte de Domingo en 1073 y su canonización en 1076 el monasterio, bajo el abaciato de fray Fortunio, se convierte en centro de peregrinación, recibiendo abundantes limosnas y siendo objeto de múltiples aportaciones patrimoniales, tanto de nobles castellanos como de la corona, haciéndose pronto necesaria una ampliación del templo y la adición de un claustro. Además, cobran especial importancia su taller de orfebrería y un scriptorium que sigue la estela del de san Millán y en el que se elaboran los códices y cantorales necesarios para la propagación de la nueva liturgia instaurada con la adopción del rito romano en sustitución del hispano, del que Fortunio es fiel defensor.

El conocido como Beato de Silos, hoy en la British Library de Londres, una copia del Beato de Liébana, fue realizado en el monasterio entre fines del siglo XI y comienzos del XII. Y de ese scriptorium también salieron las Glosas Silenses, una de las primeras manifestaciones escritas en castellano.

Folios 147v y 148 con “La lucha de la serpiente contra el hijo de la mujer” en el Beato de Silos (2)

En la Baja Edad Media el monasterio atravesó por un periodo de decadencia hasta su adhesión a la Congregación de san Benito de Valladolid en 1512, cuando adquiere nuevo empuje, mejora la formación intelectual de los monjes o pone en práctica una eficiente contabilidad económica, cambios que posibilitaron la puesta en marcha de una renovación del convento que se va concretando en sucesivas intervenciones. Primero fue la erección de una muralla perimetral para aislar el monasterio de la villa de Silos y permitir una mayor observancia de la regla, y a continuación le siguieron nuevas construcciones que culminaron con la erección de una nueva iglesia que sustituyera a la maltrecha medieval.

Las leyes desamortizadoras del siglo XIX provocaron el abandono del monasterio y el expolio de parte de sus riquezas. Pero en 1880, tras la prohibición del culto benedictino en Francia, Silos recuperó la vida monástica de la mano de una nueva comunidad benedictina procedente de la abadía de Saint Martin de Ligugé, con fray Ildefonso Guépin, monje de Solesmes, como nuevo abad.

Poco a poco fueron restaurándose distintas partes del monasterio al tiempo que también se realizaba una revitalización cultural, rescatándose algunos manuscritos de entre los siglos X al XIV, abundantes diplomas y casi todo el archivo de la Edad Moderna, sin olvidarnos de la trascendencia que ha tenido Silos a la hora de recuperar el tradicional canto gregoriano que tan famoso ha hecho al monasterio.

En 1931 Santo Domingo de Silos fue declarado Bien de Interés Cultural. En la actualidad el monumento se compone de dos monasterios yuxtapuestos en torno a dos claustros, uno medieval y otro barroco, con la iglesia al norte y la gran ala habitacional con las celdas de los monjes al oeste, que aunque en 1971 fue destruida por un incendio, acto seguido, la Dirección de Bellas Artes acometió su restauración bajo la dirección de los arquitectos Alberto García Gil y Julia Fernández de Caleya.

La construcción de la desaparecida iglesia medieval podría dividirse en tres fases: “iglesia baja”; “iglesia alta”, al este de la anterior, en una cota más elevada y comunicada con aquella mediante un tramo de escaleras; y ampliación de la iglesia baja hacia el oeste.

Restos de la iglesia medieval en los cimientos de la nueva (3)

La llamada “iglesia baja” se iniciaría a la llegada de Domingo Manso y contaría con tres naves de tres tramos, tres ábsides, consagrados respectivamente a san Sebastián el central, san Martín el del Evangelio y santa María el de la Epístola, con una puerta al oeste y la conocida como Puerta de san Miguel al sur, la de los monjes, en comunicación con la zona claustral, de la que apenas se conoce nada. Las cubiertas serían de madera y su configuración general nos habla de una construcción prerrománica.

Planta de la “iglesia baja” (4)

Hay autores que consideran que fue esta iglesia prerrománica terminada por santo Domingo la que se consagró en 1088, ya en tiempos de su sucesor, el abad Fortunio, pero no porque en esas fechas se hubieran concluido las obras sino como forma de homologarla a la nueva liturgia romana impulsada por Cluny, de la que Fortunio era fiel defensor, y después de que el rito hispano fuera derogado en los reinos cristianos peninsulares en el Concilio de Burgos de 1080, cuando también se cambió la advocación de san Sebastián a la de santo Domingo. Otros historiadores defienden que lo que se consagró en 1088 ya fue una ampliación románica de la cabecera patrocinada por el abad Fortunio y a la que hacia 1130 se le añadieron los transeptos.

En cuanto a la denominada “iglesia alta”, ubicada hacia el este de la baja, a una cota más elevada y comunicada mediante un tramo de escaleras, piensan que forma parte de una segunda fase de construcción, ya de características románicas, en la que se añadieron una nueva cabecera y un crucero para responder a las necesidades generadas por el culto a las reliquias del santo y el crecimiento de la comunidad de monjes.

Planta y alzado de la primera ampliación con la “iglesia alta” (4)

En una última fase constructiva medieval se habría producido la ampliación de la iglesia baja hacia el oeste incorporando dos nuevos tramos a las tres naves del cuerpo.

Planta definitiva de la iglesia medieval (4)

El resultado final fue un templo que se ha puesto en relación con la colegiata de san Isidoro de León o la iglesia de San Vicente de Ávila, y del que solo se conserva el transepto de la Epístola con la denominada Puerta de las Vírgenes, muy modificado, y un tímpano románico del siglo XII descubierto en 1984 como parte de la cimentación de la iglesia actual y que procedería de la portada septentrional, la que daba al pórtico, donde aparecen escenas del Ciclo de la Natividad, con el Nacimiento, la Presentación en el Templo y la Epifanía, hoy en el museo ubicado en el refectorio.

Nave mayor de la iglesia de San Vicente de Ávila

Tímpano del siglo XII perteneciente a la portada norte de la iglesia románica

La Puerta de las Vírgenes, que recibe ese nombre porque estaba frente a un altar dedicado a Santa Úrsula y las Once Mil Vírgenes del transepto de la Epístola, era el acceso de la comunidad monástica al coro de la “iglesia alta”, tras la ampliación. Cuenta con arco de falsa herradura, quizá por mímesis con la portada de san Miguel de la primitiva iglesia construida durante el abaciato de Domingo, abarcado por otro de medio punto abocinado apoyado en columnas con fustes labrados y capiteles historiados.

Puerta de las Vírgenes (5)

La reforma de la observancia monástica iniciada a fines del siglo XIV debió suponer la posterior adición, a fines del siglo siguiente, de un coro alto a los pies de templo, lo mismo que también ocurrió en San Pedro de Arlanza o San Pedro de Cardeña, y al que se accedería desde la crujía oeste del claustro superior. Es muy probable que dentro del mismo proceso constructivo se cambiaran las cubiertas de los últimos tramos de la nave por un abovedamiento gótico.

Además, a mediados del siglo XVI la familia Castro y Otáñez se construye la capilla de los Santos Reyes, tomándola bajo su patronato como ámbito funerario, en el primer tramo del Evangelio de la iglesia alta, cerrándola con una media naranja de yeso y ladrillo.

Planta del convento en época medieval (6). Las indicaciones son mías

El claustro medieval está adosado al que fue lado de la Epístola de la iglesia medieval, que es el del Evangelio de la actual al haberse cambiado su orientación. Tiene planta rectangular irregular con dos galerías superpuestas. La inferior se habría iniciado, según la hipótesis más admitida, después de la consagración de la iglesia en 1088, durante el abaciato de Fortunio, en los albores del siglo XII, antes de la ampliación del templo con la incorporación de la "iglesia alta", y con una segunda fase constructiva en el último cuarto de ese siglo; la superior ya sería de la segunda mitad del XII, hoy zona de clausura y, por tanto, no visitable.

La galería inferior conserva un alfarje mudéjar decorado con escenas galantes, de caza, tauromaquia, juglares… propias del mundo de la Edad Media y principalmente inspiradas en el Libro de los gatos, el Román de Renart o en las Fábulas de Esopo, realizado entre los siglos XIV y XV después de que el primitivo quedara destruido en un incendio en 1384, salvo el de la crujía este y parte de la del norte, que son fruto de una reconstrucción de fines del siglo XIX, tras la llegada de la nueva comunidad.

Alfarje de la crujía baja del claustro de santo Domingo de Silos

Como ámbito que articulaba todos los espacios necesarios para la vida monacal, el claustro se proyectaría en función del acceso de los monjes al coro de la “iglesia baja” por la desaparecida Puerta de san Miguel.

En un primer proceso constructivo se levantan las crujías este y norte, las más cercanas al templo, que inicialmente contaban con catorce arcos cada una, y se deja empezada la oeste. En la crujía este baja, en paralelo a la cabecera de la iglesia, se coloca la sala capitular, lo preceptivo en un monasterio benedictino. El ámbito desarrollado a continuación, hoy espacio de recepción para visitantes, pudo ser el scriptorium o la sala de monjes. En la planta superior se ubicaba el Dormitorio de los Monjes, también parcialmente demolido al construirse el posterior transepto de la "iglesia alta".

El claustro de Silos desde la crujía este (7)

Crujía este, con los arcos de la sala capitular a la derecha

La sala capitular perdió su función a comienzos del siglo XVI para convertirse en capilla funeraria de los abades bajo la advocación de la Santa Cruz, añadiéndose arcosolios a las paredes. Conserva su quíntuple arquería de medio punto con vano de acceso central fechada a comienzos del siglo XII, aunque muy reconstruida, pues fue tapiada en el siglo XVIII y no se recuperó hasta mediados del XX.

Restos de la sala capitular románica, transformada en capilla funeraria para los abades
en el siglo XVI y sobre la que después se levantó la capilla de santo Domingo

Entre el acceso a la Puerta de las Vírgenes y la sala capitular, avanzado el siglo XIII se añadió una pequeña capilla, ámbito que aprovecharía, seguramente, el armariolum de los libros de oraciones.

Panda este del claustro, con la escalera de la Puerta de las Vírgenes en primer plano a la
izquierda y a continuación la capilla habilitada en el
armariolum y la galería de la sala capitular

La crujía norte baja, al estar pegada a la iglesia, no tiene dependencias. Sobre la que la hagiografía considera la tumba donde recibió primera sepultura Domingo Manso, trasladado a un altar ex profeso en la iglesia baja en 1076, tras su canonización, se ubica su cenotafio, ante una capilla del siglo XIII que hace referencia a la fama milagrera del santo para liberar cautivos de Al-Ándalus y en la que se exponen exvotos en forma de cadenas.

Según las últimas investigaciones y teniendo en cuenta el ceremonial funerario establecido en los monasterios, esta tumba sería apócrifa y la original estaría ante la puerta jerárquicamente más importante, la hoy desaparecida de san Miguel, que era la más próxima a la cabecera de la iglesia, donde sí se constata que fueron enterrados sus sucesores, Fortunio y Nuño, en 1106 y 1109 respectivamente.

Crujía norte baja, con el cenotafio de santo Domingo a la derecha

Capilla del santo en la panda norte del claustro con exvotos en forma de cadenas y un relieve
que hace referencia a su fama milagrera de redimir cautivos

El cenotafio está compuesto por tres leones que sustentan la lápida del siglo XIV que cubrió su sepulcro, con el santo yacente con báculo abacial y libro, coronado por un ángel y con dos orantes a los pies.

Cenotafio de santo Domingo

En la panda oeste baja se ubicaron la cilla y la portería del convento y en la superior habría estado el palacio del abad o de los huéspedes, convertido en biblioteca entre fines del siglo XVI y comienzos del XVII. La cilla tiene planta rectangular de cinco tramos con cubierta de medio cañón apuntado y abría al claustro mediante una portada de doble arquivolta hoy tapiada.

Las galerías están organizadas mediante podio corrido y arcos de medio punto sobre capiteles y columnas monolíticas de fustes dobles salvo los centrales, de los que tres son quíntuples y uno, el de la crujía oeste, es cuádruple y torso, y son las que soportan la decoración escultórica, en capiteles y machones de los ángulos, que ha hecho de Silos un referente del románico, de ahí que haya pensado que es mejor detenernos en ellas en un artículo aparte.

Crujía oeste, en la que se mezclan capiteles de la primera fase escultórica, que como son
separados, precisan de columnas separadas, al fondo, con los conjuntos de
columnas tangentes y capitel único de la segunda fase. En el centro se
ve el soporte cuádruple torso característico de esta galería

Ángulo noroeste del claustro con los relieves Camino de Emaús y Duda de santo Tomás

Toda la crujía oeste se vería modificada, muy probablemente, a raíz de la ampliación del templo con la llamada “iglesia alta”. Así, al reanudarse las obras, se incluyeron dos arcos más a los catorce iniciales de la crujía norte para adecuar el claustro a la nueva longitud de la iglesia, se acabó la crujía oeste y se levantó la sur.

En esta panda sur baja estaban el calefactorio, el refectorio y las cocinas, bajo la torre que remataba este ángulo suroriental del claustro.

La otra reforma importante del templo románico fue la construcción, en el siglo XVI, de una sacristía entre al ábside lateral y el crucero de la Epístola, pegada a la cabecera, lo lógico para dar servicio en los oficios. Teniendo en cuenta que la orientación de la iglesia nueva se cambió, hoy se encuentra a los pies del Evangelio del templo del siglo XVIII, con acceso desde el conservado crucero de la Epístola de la iglesia medieval. Lamentablemente, no está habitualmente abierta a las visitas turísticas. Tiene planta rectangular y se organiza mediante arcos de medio punto que rodean toda la estancia a modo de galería, unos ciegos a modo de hornacinas y otros abiertos, y cubierta que ya data de fines del siglo XVIII. Uno de los arcos laterales comunica con el relicario, obra barroca del siglo XVIII de planta cuadrangular con tres ábsides semicirculares.

Resto del transepto de la Epístola de la iglesia medieval, con el
acceso a la sacristía renacentista a la izquierda,
la parte posterior del a Puerta de las Vírgenes
a la derecha y la Capilla de santo
Domingo de frente (7)

Por último y también desde este antiguo transepto de la Epístola de la iglesia románica, se accede a la Capilla de santo Domingo, una pieza ochavada irregular cubierta con cúpula sobre tambor y linterna que se asienta sobre la capitular del claustro medieval, diseñada por el arquitecto benedictino fray Pedro Martínez en el siglo XVIII para albergar el tabernáculo en el que descansan las reliquias del santo, decorada con lienzos de fray Gregorio Barambio con la vida del santo.

Tabernáculo de la capilla de santo Domingo de Silos (1)

Planta del convento en la actualidad (4). Las indicaciones son mías

Durante las reformas del siglo XVI también se acometió la del refectorio en la panda sur. Además, en el XVII se hizo otro nuevo adosado a éste, que es en el que en la actualidad se ubica el museo, con obras de arte relacionadas con el cenobio, piezas de pintura, escultura y orfebrería y del que me ocuparé también, junto con la recreación de la botica, en el ángulo suroeste, en el artículo dedicado a la decoración escultórica del claustro.

Refectorio del siglo XVII, con el púlpito a la izquierda, hoy museo

Lamentablemente, el Claustro de san José, construido a continuación de la crujía occidental del medieval a fines del primer tercio del siglo XVIII, pertenece a la zona de clausura y no es visitable. Su fachada occidental exterior, precedida por un amplio atrio, es la actual entrada al convento, una composición barroca de tres pisos realizada en sillería de piedra caliza de las canteras de Silos con una monumental portada central organizada mediante tres cuerpos, con un gran arco de medio punto con el escudo del monasterio en la clave flanqueado por pilastras dobles, un segundo cuerpo con hornacina y la escultura de san Benito y un tercero con un gran escudo de Castilla y León con el toisón flanqueado por dos balcones y rematado por un frontón partido con una cruz central. Bajo el escudo puede leerse la inscripción “ESTA OBRA SE HIZO SIENDO SEGV[N]DA VEZ ABB[AD] N[UESTRO] P[ADRE] M[AESTRO] F[RAY] YSIDORO DE QVEVEDO. AÑO DE 1739”.

Actual acceso al monasterio de clausura

Escultura de san Benito en el segundo cuerpo de la portada

Escudo de la portada

El patio, con trazas atribuidas a fray Pedro Martínez, es de planta cuadrangular de líneas clasicistas con tres niveles, con arcadas de medio punto en el inferior que se corresponden con balcones abiertos en arcos rebajados en los dos superiores.

Patio de san José (8) 

En el ángulo sureste del patio está la Escalera de los Leones, obra constatada de fray Pedro Martínez. Se construye como elemento de comunicación con el claustro medieval, responde al tipo “imperial” y su gran caja sobresale en altura del resto de construcciones del patio. Es de planta cuadrada con un tramo central que se bifurca en los laterales con cubierta de bóvedas baídas en yeso decoradas con motivos geométricos de estuco y una superior de ladrillo coronada por un gran escudo de Castilla y León con el toisón. El nombre procede de los pilares coronados con leones rampantes, símbolo del primitivo escudo de la Congregación de san Benito de Valladolid, que aparecen rematando la escalera.

Escalera de los Leones (8)

En cuanto a la iglesia nueva, empezó a levantarse en 1751 en piedra caliza de las canteras de Silos para los muros y toba para las cubiertas, según trazas de Ventura Rodríguez, modificadas durante el transcurso de las obras, y bajo la dirección de Antonio Machuca y fray Simón de Lejalde. Cambia la orientación respecto de la iglesia medieval, de forma que el altar mayor está hacia el oeste y la portada de acceso hacia el este.

Iglesia nueva

Para la planta de la nueva iglesia, Ventura Rodríguez fusiona la iglesia de cruz griega con la basílica longitudinal mediante una gran elipse inscrita en un rectángulo rematada con exedras para la entrada y el presbiterio, con un crucero central y capillas laterales elípticas en los ejes diagonales con acceso a través de los pilares que soportan la bóveda. Además, también incorpora un trascoro a la manera de Palladio, detrás del presbiterio, aunque su referente más cercano estaría en la Superga de Turín de su maestro Juvarra, creando el efecto de una iglesia doble, para monjes y parroquianos, y todos contemplando el altar. A ambos lados se ubicaron, respectivamente, la sacristía nueva y el baptisterio.

La planta actual refleja casi sin alteraciones el proyecto de Ventura Rodríguez, aunque en alzado, las abundantes modificaciones que se realizaron a lo largo de una obra que duró más de cuarenta años desvirtuaron por completo el proyecto inicial. Para empezar, la iglesia no cuenta con la fachada principal a los pies, diseñada como un pórtico central con torres laterales que habrían flanqueado una monumental cúpula sobre tambor que terminó siendo sustituida por una bóveda de media naranja ligeramente baída, disminuyéndose el monumental espacio interior diseñado por el arquitecto. Además, también se cegó el gran arco que comunicaba el presbiterio con el trascoro.

Actual acceso a la iglesia

Bóveda baída del crucero

Trascoro de la iglesia del monasterio de santo Domingo de Silos, no visitable (1)

Mucho se ha criticado esta intervención, pero las últimas investigaciones indican que fue absolutamente necesaria dado que, según los múltiples informes solicitados en su momento, la ruina de la románica era ya insalvable. También se ha dicho que el claustro se salvó porque no había dinero, pero eso también forma parte de la leyenda, pues en ningún documento se menciona intención alguna de derribarlo, muy apreciado por los monjes, utilizado en sus procesiones y tenido por obra de la propia mano de santo Domingo, fundador de Silos.

Desde aquí podéis daros un paseo detenido por los relieves del claustro, que han sido los que han dado fama internacional al monasterio, y el pequeño museo instalado en el refectorio barroco.

Otros MONASTERIOS en Viajar con el Arte:

Santa María de Moreruela en Granja de Moreruela, de Zamora
San Pedro de Cardeña en Castrillo del Val, en Burgos
San Benito el Real de Valladolid
San Esteban convento e iglesia, de Salamanca
San Martiño Pinario en Santiago de Compostela
Convento de las Bernardas de Alcalá de Henares, en Madrid
Santa María del Paular en Rascafría, de Madrid
Santo Tomás de Ávila
San Antonio el Real de Segovia
San Miniato al Monte de Florencia
Convento da Madre de Deus, hoy Museu Nacional do Azulejo en Lisboa
Santa-Clara-a-Velha de Coímbra
Santa Cruz de Coímbra
Santa María de Celas de Coímbra
Santa María de Alcobaça
San Giorgio Maggiore de Venecia

Referencias:


Fuentes:

CARRASSÓN LÓPEZ DE LETONA, A., “Nuevas aportaciones sobre la pintura del alfarje mudéjar del Monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos)”, Patrimonio cultural de España, nº 1, 2009, pp. 291-302.
PALACIOS PALOMAR, C. J., Patrimonio artístico y actividad arquitectónica del Monasterio de Santo Domingo de Silos (1512-1835), Tesis doctoral, Universidad de la Laguna, Dto. Historia del Arte, 2000.
SENRA GABRIEL y GALÁN, J. L., “El monasterio de Santo Domingo de Silos y la secuencia temporal de una singular arquitectura ornamentada”. En HUERTA, P. L., (Coordl), En Siete maravillas del románico español, Santa María la Real, Fundación Santa María la Real, 2009, pp. 193-225.

Comentarios

enrique ha dicho que…
Y no olvidemos al famoso ciprés y al no menos famoso soneto de Gerardo Diego:

"Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos".


Magnífico repaso por la historia y vicisitudes de un edificio tan importante, Sira.
He disfrutado del paso de la iglesia medieval a la nueva, tan desnuda de ornato que impresiona.
Un viaje estupendo al corazón de Castilla, gracias.
Sira Gadea ha dicho que…
¡Lo que ha dado y sigue dando de sí el ciprés! Y eso teniendo sólo algo menos de 130 años, que se ha perdido casi toda la historia del monasterio. Pero en el mundo en el que las telecomunicaciones "avanzan una barbaridad", ha adquirido tal protagonismo que es imposible hablar de Silos sin que, automáticamente, nos venga la imagen del famoso árbol. Muchas gracias Enrique. La historia de la iglesia ha sido lo que más me ha interesado también a mí elaborando el artículo, el poder de lo que ya no existe...

Pdt: Hoy no echarás de menos plantas, espero. Y tengo algún que otro alzado de fachadas que al final no puse que también harían tus delicias.
enrique ha dicho que…
He salivado como el perro de Pavlov con las plantas de edificio...
Sira Gadea ha dicho que…
Ya lo sabía... Que sepas que pensé en ti cuando vi que se hacían necesarias más de una y dos. Un abrazo, Enrique.
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias por el ofrecimiento, Natalia, pero me he leído vuestras Condiciones generales de uso y no estoy de acuerdo con algunas cosas, casi todas en el punto "B. EXTENSIÓN DE LOS DERECHOS CONCEDIDOS". Un saludo cordial.
enrique ha dicho que…
¿El trascoro tiene continuidad visual con la capilla mayor?
No lo parece, pero entonces, qué función tiene en la liturgia?
Gracias!
Sira Gadea ha dicho que…
Hola Enrique. El trascoro TENÍA continuidad visual mediante un arco de medio punto que después fue cegado, por eso ahora no lo tiene. En el párrafo justo antes de la fotografía de la penosa portada que al final se ejecutó, lo digo. No sé muy bien las razones que tuvo la comunidad para cegarlo, y como es un ámbito no visitable, tampoco puedo sacar conclusión alguna sobre cómo se celebra ahora ahí la liturgia, quizá cuente con un altar adosado a la pared este, justo donde antes estaba la abertura que comunicaba con el altar mayor; pero son conjeturas.
carlos prieto ha dicho que…
Nosotros ya tenemos un blog del grupo…http://lamagiadelaspiedras.blogspot.com.es/
Sira Gadea ha dicho que…
Y yo la soy seguidora, Carlos.

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