La basílica de Santa María del Pópolo en Roma

La Basílica de Santa María del Popolo, fruto de sucesivas construcciones, se ubica al norte de la ciudad de Roma, en el rione Campo Marcio y en un ángulo de la plaza a la que da nombre, al lado de una de las puertas más importantes de la ciudad, la Porta Flaminia, hoy Porta del Popolo, diseñada por Bernini en 1655, y desde donde partía la Via Flaminia, que conectaba la gran urbe con el resto del continente.

Nave central de santa María del Popolo, con el ábside al fondo

La primera edificación fue una sencilla capilla construida en 1099 por orden del papa Pasquale II, tras la demolición del Mausoleo dei Domizi Enobarbi del emperador Nerón, según se dice para acabar con la leyenda de que en el lugar había crecido un nogal embrujado lleno de cuervos, aunque sea más probable que fuera para celebrar la liberación del Santa Sepulcro en ese mismo año. Recibió el apelativo “del Popolo” porque las obras fueron costeadas por el propio pueblo romano.

En 1227 el papa Gregorio IX ya ordenó una primera ampliación con motivo del traslado de la imagen de Santa Maria del Popolo desde la capella del Santissimo Salvatore in Laterano, un icono del siglo XIII que preside el altar mayor y que la tradición atribuyó durante siglos a los propias manos del evangelista san Lucas. Además, la iglesia se entregó a la Orden de los Agustinos, que edificaron un convento anexo en el que ubicar las dependencias de habitación necesarias.

La siguiente ampliación tuvo lugar en el siglo XV durante el papado de Sisto IV della Rovere, que también es quien le confiere el rango de basílica. Aunque Giorgio Vasari en sus Vidas atribuye las trazas al arquitecto Baccio Pontelli, las investigaciones contemporáneas llegan a la conclusión de que fue Andrea Bregno quien diseñó y ejecutó el nuevo templo, dotándolo de un aspecto renacentista. A partir de aquí, siguió experimentando importantes intervenciones en los siglos sucesivos hasta llegar a su aspecto actual.

A comienzos del siglo XVI Bramante, por orden del papa Giulio II, reformó la zona del presbiterio y Rafael Sanzio remodeló la segunda capilla del Evangelio para convertirla en la capilla del banquero Agostino Chigi. En el XVII y por orden del papa Alessandro VII, cardenal titular de santa María del Popolo, y también de la familia Chigi, Gian Lorenzo Bernini aplicó una decoración barroca al interior del templo.

La iglesia cuenta con título cardenalicio desde que en 1587 lo instituyera el papa Sixto V.

Elegida por muchas familias ilustres romanas como lugar de enterramiento, la iglesia terminó convirtiéndose en un inmenso panteón plagado de sepulturas por el que realizar un fascinante recorrido funerario, sobre todo de obras realizadas desde finales del siglo XV y durante toda la primera mitad del XVI, aunque muchas de ellas no ocupan su lugar original, trasladadas con motivo de la remodelación de Bernini. También hay otras reubicadas en la iglesia tras la demolición de los dos claustros del monasterio agustino durante la invasión francesa, a comienzos del siglo XIX, de la mano de Giuseppe Valadier, para dar a la Piazza del Popolo su aspecto actual.

Grabado de Giovanni Maggi de 1625, antes de la intervención de Bernini y de la remodelación de la
cappella Cybo por Carlo Fontana, que ahora se distingue por su cúpula (1)

Fachada occidental y sur de santa María del Popolo, esta última fruto
de la intervención de Valadier a comienzos del siglo XIX (2)

Desde la Piazza del Popolo parten tres calles rectas que forman lo que se conoce como el Tridente y que convergen con precisión matemática en un obelisco central traído de Egipto en tiempos de Augusto y encontrado en ese tiempo en unas excavaciones en el Circo Máximo, colocado en este ámbito por Sixto V a fines del siglo XVI. Las vías Corso y Ripetta siguen el mismo trazado que tenían en época antigua. En cuanto a la via del Babuino, existía desde el siglo XIV como via dell’Orto di Napoli y via del Cavalletto. Cuando el papa Clemente VII, con ocasión del Jubileo de 1525, inició su remodelación, se empezó a denominar via Clementina, después via Paolina con el papa Paolo III y finalmente, adquirió el nombre actual a partir de la instalación de una nueva fuente con el patrocinio de Pio V en 1571 en la que se colocó una estatua de Sileno que los romanos veían tan fea que decían que se parecía a un mono, un “babuino”.

Fragmento del plano de Roma de Giambattista Nolli de 1748 en el que se ve la Piazza del Popolo
y la iglesia de santa María del Popolo y los claustros y huertas del convento
a la derecha, antes de la remodelación de la plaza durante
la invasión napoleónica, con el comienzo del tridente (3)

La plaza en un grabado de Giuseppe Vasi de 1752, cuando el monasterio todavía
no había sido derruido. Pero sí se distingue la cúpula de la cappella Cybo (1)

La fachada a los pies de la iglesia se realizó en tiempos del papa Sixto IV seguramente por el propio Andrea Bregno, pero cuando el papa Alessandro VII le encargó a Bernini la modenización del templo de acuerdo a los nuevos gustos barrocos, el proyecto también incluyó la modificación de la fachada.

Fachada occidental, con la Porta del Popolo a la izquierda

Está revestida de travertino, con cuerpo de tres calles separadas por pilastras, tres portadas, la central coronada con un tímpano con un relieve de la Virgen con el Niño del taller de Bregno, frontón sobre la calle central, bajo cuyo vértice superior está el escudo Chigi, y volutas sobre las laterales.

La iglesia tiene planta de cruz latina con tres naves de cuatro tramos y capillas laterales, transepto con dos capillas en cada brazo, crucero con cúpula octogonal, la primera de ese tipo que se construye en Roma, y profundo presbiterio que acoge el coro conventual.

Nave central de santa María del Popolo, con el ábside al fondo

Nave central desde el crucero

Nave lateral del Evangelio, con la capilla Cerasi al fondo

Las pinturas de la cúpula, con la Gloria de la Virgen, y las pechinas, con Ruth, Judit, Esther y Deborah, cuatro prefiguraciones de la Virgen en el Antiguo Testamento, fueron pintadas por Raffaele Vanni a mediados del siglo XVII.

Cúpula octogonal del crucero con la Gloria de la Virgen de Raffaele Vani

Las naves están separadas por pilares con semicolumnas compuestas, arcos de medio punto, cuerpo de ventanas y bóveda de arista inspirada en la tradición gótica.

Cuerpo de ventanas y bóveda de arista de la nave central

En 1650 el diseño de Bernini por orden de Alessandro VII Chigi incluyó la incorporación de parejas femeninas sobre los arcos, realizadas por Ercole Antonio Raggi y Ercole Antonio Ferrata. Sobre el arco fajón que abre al crucero también se ubicó un gran escudo del comitente flanqueado por otras dos alegorías femeninas.

El presbiterio, obra de Bramante iniciada en torno a 1500 con el patrocinio del cardenal Ascanio Sforza, es de dimensiones monumentales porque incorpora un trascoro. Tiene un primer cuerpo de planta cuadrada cubierta con bóveda vaída e iluminada por dos serlianas laterales y a continuación se desarrolla el coro en sí, también de planta cuadrada, cubierto con bóveda de cañón casetonada y terminación semicircular con semicúpula gallonada.

Trascoro de santa María del Popolo

A la muerte de Sforza la obra quedó paralizada, rápidamente retomada, a partir de 1503, por orden del papa Giulio II, Giuliano della Rovere, perteneciente a una familia muy vinculada a la iglesia, con varios de sus miembros enterrados en las capillas Prosepio y Basso della Rovere, terminando por adquirir el aspecto actual, en el que destacan la decoración de la bóveda por Pinturicchio, las vidrieras de las serlianas de Gillaume de Marcillat en 1509 y los enterramientos de los cardenales Ascanio Sforza (pared izquierda mirando hacia el altar) y Girolamo Basso della Rovere, realizados por Andrea Sansovino.

(Dada la importancia de este ámbito, he publicado un artículo monográfico dedicado al patrocinio de La familia della Rovere en Santa María del Pópolo).

Bóveda del trascoro pintada por Pinturicchio

Vidrieras con escenas de la Vida de Jesús en el coro

El actual altar mayor fue mandado realizar por el cardenal Antonio María Suli en 1627 y desvirtúa por completo el proyecto de Bramante al añadir una decoración realizada en estuco dorado y que representa la leyenda de la fundación de la iglesia en el arco de triunfo.

Decoración de estuco dorado del arco de triunfo del presbiterio

Además, también se retiró el retablo mayor de Bregno, parte trasladado a la sacristía y parte en la primera capilla del Evangelio, para construir un gran retablo barroco que no deja ver el coro, tapando la bóveda de Pinturicchio, los arcosolios de Sansovino y las vidrieras.

Altar mayor ante el trascoro, con el retablo que no deja ver el trascoro

El retablo mayor desde el trascoro

En este nuevo altar quedó integrada la tabla de estilo bizantino de Santa Maria del Popolo que ya en el siglo XIII había sido trasladada a la iglesia procedente de la capella del Santissimo Salvatore in Laterano, de gran devoción entre la feligresía romana.

Planta de santa María del Pópolo (4). Las indicaciones son mías

El transepto cuenta con altares diseñados por Bernini y ejecutados por sus discípulos en cada uno de sus extremos y dos capillas en cada brazo fruto de intervenciones posteriores al siglo XV, pues la traza de Andrea Bregno solo contaba con una pequeña capilla a cada lado.

El altar de la Epístola enmarca una Visitación de Giovanni Maria Morandi y en un lateral se ubica el sepulcro del cardenal Ludovico Podocataro, obra del taller de Andrea Bregno, con el difunto yacente sobre un sarcófago ricamente decorado con las aleogrías de la Fe, la Esperanza, la Justicia y la Caridad, además de un bajorrelieve con una Piedad.

El transepto desde el lado del Evangelio, con el altar de la Epístola al fondo

Las dos capillas del transepto de la Epístola se abrieron en la segunda mitad del siglo XVI. La de la derecha es la capilla de santa Rita de Cascia desde comienzos del siglo XIX, adquirida por la familia Cicada como capilla funeraria y con un busto de Odoardo Cicada. A continuación está la capilla de santo Tomás de Villanueva, con un gran lienzo del santo en el altar obra de Casimiro de Rossi.

El altar del Evangelio enmarca un lienzo de la Sagrada Familia con ángeles con los instrumentos de la pasión de Bernardino Mei, y en un lateral se ubica el monumento fúnebre del cardenal Bernardino Lonati.

Monumento fúnebre del cardenal Bernardino Lonati en el transepto del Evangelio

También correspondió a Bernini el diseño de las dos cantorías sobre las capillas. La labor escultórica fue realizada por Gabriele Renzi, Ercole Antonio Raggi, Antonio Chiccheri, Marcantonio Inverni y Baldassarre Castelli y sobre la cantoría del transepto de la Epístola se colocó un órgano realizado por el organero Giuseppe Testa. La cantoría del transepto del Evangelio no contó con órgano hasta comienzos del siglo XIX.

Cantoría del transepto de la Epístola

Las dos capillas del transepto del Evangelio son ya de época de Alessandro VII Chigi. La primera es la famosa capilla Cerasi, uno de los ámbitos que más visitas de turistas despierta porque está decorada con cuadros de Caravaggio, aunque no sólo en esto reside su importancia.

(La capilla Cerasi, junto con la capilla Chigi, el otro gran atractivo turístico de la iglesia, en la nave del Evangelio, merecen una entrada aparte que podéis consultar abriendo este enlace: Caravaggio y Carracci en la capilla Cerasi y Rafael y Bernini en la Chigi).

Cappella Cerasi (5)

A continuación de la cappella Cerasi está la capilla Theodoli, comisionada por Girolamo Theodoli en 1569 y construida ex novo. Dedicada a los santos Catalina de Alejandría y Jerónimo, muestra una exquisita decoración de estucos y frescos de Giulio Mazzoni en paredes y bóveda que hacen resaltar una estatua de la santa sobre el altar, también de Mazzoni. En los laterales se ubica una Anunciación de Giacomo Triga.

Cappella Theololi

En cuanto a las capillas de las naves laterales, la primera de la Epístola es la capilla del Presepio o della Rovere, dedicada a la Virgen y a san Jerónimo, adquirida por el cardenal Domenico della Rovere a fines de la década de 1480, una vez terminadas las obras generales de la iglesia por orden de su familiar el papa Sisto IV y decorada por Pinturicchio y su taller.

Cappella della Rovere

(Para ver los detalles de esta preciosa capilla me remito al mencionado artículo sobre El patrocinio de la familia della Rovere en Santa María del Pópolo)

A continuación está la capilla Cybo, fundada a comienzos del siglo XVI por Lorenzo Cybo, sobrino de Innocenzo VIII, bajo la advocación de san Lorenzo, y que fue también decorada por Pinturichio, con labor escultórica del taller de Andrea Bregno.

Pero en la década de 1680, bajo el patrocinio del cardenal Alderano Cybo, Carlo Fontana la remodeló por completo, convirtiéndose en una de las dos únicas capillas laterales, de las ocho totales, que tiene modificada la estructura arquitectónica, presentando cuerpo decorado con pinturas de Daniele Seyter con el Martirio de santa Catalina y el Martirio de San Lorenzo y presbiterio con planta de cruz griega decorado con mármoles negros, amarillos, ocres, blancos y verdes que enmarcan una pala de altar de Carlo Maratta de 1689 con la Inmaculada Concepción acompañada de los santos Juan Evangelista, Gregorio, Juan Crisóstomo y Agustín, con dos ángeles de bronce dorado sobre el altar de Francesco Cavallini, lo mismo que las tumbas de los cardenales Alderano y Lorenzo Cybo a los lados. La cúpula cuenta con una Gloria de Dios de Luigi Garzi.

Cúpula con la Gloria de Dios en la capilla Cybo

Altar mayor de la capilla Cybo con una Inmaculada Concepción con santos

Tumbas de los cardenales Alderano y Lorenzo Cybo en los testeros laterales del presbiterio

A continuación está la capilla Basso della Rovere, comisionada hacia 1484 por el cardenal Girolamo Basso della Rovere, sobrino de Sixto IV, dedicada a san Agustín y decorada con frescos de gran calidad atribuidos a Pinturicchio y su escuela.

Cappella Basso della Rovere

La última capilla de la Epístola, justo antes del transepto, también fue adquirida por el cardenal Domenico della Rovere pero en 1488 pasó al cardenal Giorgio Costa, de ahí que su actual denominación sea capilla Costa, dedicada a santa Catalina de Alejandría.

Cappella Costa

(De nuevo me remito al artículo sobre el patrocinio de La familia della Rovere en Santa María del Pópolo para ver estas dos últimas capillas con más detalle)

La primera capilla del Evangelio es la capilla Montemirabile o del battistero, pues aunque en inicio fue la capilla del obispo Giovanni Montemirabile desempeña funciones de baptisterio desde finales del siglo XVII. En el testero de la izquierda destaca el monumento fúnebre del cardenal Antonio Pallavicini, realizado hacia 1510 en el taller de Bregno y también tiene integrados en la decoración restos del altar mayor desmontado en el siglo XVII. La pintura de altar con el Bautismo de Cristo es de Pasquale Rossi fechada en la primera mitad del siglo XVIII.

Capella Montemirabile o del battistero

La capilla Chigi, la segunda del Evangelio, fue adquirida en la década de 1510 por el banquero Agostino Chigi, encargándole a Rafael, que acababa de terminar de decorar la Villa Chigi, después Farnesina, la reforma de la primitiva capilla gótica para convertirla en su panteón familiar, y que hoy es el único edificio de carácter religioso diseñado por el artista conservado en su estructura original. Rafael cambia la primitiva planta pentagonal por otra octogonal con cúpula semiesférica que descansa sobre pechinas y un tambor con vanos que proporcionan luz al ámbito. En la década de 1650 el cardenal Fabio Chigi, nieto de Agostino y futuro Alessandro VII, comisionó a Bernini, para concluir la capilla, que había quedado inacabada. Una vez elegido papa, también recurrió a Bernini para la redecoración completa de la iglesia.

Capilla Chigi (6)

(De nuevo me remito al mencionado artículo aparte dedicado a las capillas Cerasi y Chigi, que podéis consultar abriendo este enlace: Caravaggio y Carracci en la capilla Cerasi y Rafael y Bernini en la Chigi).

A la izquierda del acceso a la cappella Chigi está el monumento funerario de Maria Flaminia Odescalchi, esposa de Ferdinando Chigi fallecida en 1771, con veinte años, al dar a luz a su tercer hijo. Es una obra de Paolo Posi que se considera una de las últimas manifestaciones tardobarrocas en la ciudad. El león de la base, símbolo de la familia Odescalchi, trepa por la montaña, símbolo de los Chigi.

Monumento funerario de Maria Flaminia Odescalchi

La siguiente es la capilla Millini, adquirida por el jurista Pietro Mellini, miembro de una de las más ilustres familias de Roma. Su aspecto corresponde a una renovación en el siglo XVII con el patrocinio del cardenal Giovanni Garzia Mellini. En esta nueva intervención Giovanni di San Giovanni se encarga de la decoración pictórica, con frescos en la bóveda y lunetos con escenas de la vida de san Nicolás Torentino, advocación de la capilla, Pierre-Etienne Monnot realiza el monumento fúnebre del cardenal Savo Mellini, en la pared de la Epístola, y los bustos de Pietro Mellini, en un monumento de fines del siglo XV de Giovanni Dalmata, y del cardenal Paolo Antonio Mellini, y a Alessandro Algardi le corresponde la realización, en la pared del Evangelio, del monumento fúnebre del nuevo comitente y del sarcófago con el busto del cardenal Urbano Mellini.

La pala de altar con la Virgen y san Nicolás Torentino de Agostino Masucci a mediados del siglo XVIII, sustituyó a otra de Giovanni de San Giovani.

Bóveda de la cappella Millini con escenas de la vida de san Nicolás Torentino

Monumentos funerarios en la cappella Millini

La última capilla del Evangelio, justo antes del transepto, en origen pertenecía a la familia Cybo pero en 1800 fue adquirida por la familia Soderini, de ahí que hoy se conozca como capilla Cybo-Soderini o del Crucifijo, con un Crucificado de madera anónimo del siglo XV y decoración del flamenco Pieter van Lint con Historias de la Santa Cruz, ángeles con los instrumentos de la pasión en la bóveda y profetas en los lunetos.

Cappella Cybo-Soderini o del Crucifijo

Laterales de la cappella del Crucifijo con escenas de la Historia de la Santa Cruz

La contrafachada conserva el sello quattrocentista, apenas desvirtuado en la remodelación de Bernini mediante la adición de dos ángeles que flanquean el óculo central que ilumina la nave.

Óculo de la contrafachada

Entre la puerta central y la de la nave del Evangelio, quizá esté uno de los monumentos funerarios más llamativos, el de Giovanni Battista Gisleni, un esqueleto de mármol amarillo envuelto en un sudario blanco que se aferra a los barrotes de la tumba.

Monumento funerario a Giovanni Battista Gisleni

La sacristía es un ámbito rectangular con cubierta de bóveda de cañón adosado al testero de la Epístola del presbiterio al que se accede desde el propio presbiterio o desde un largo pasillo que comienza en el transepto de la Epístola y en el que se ubican importantes obras procedentes del demolido convento del siglo XV, como una Coronación de la Virgen que quizá proviniera del altar mayor de Bregno, un tríptico de mármol con la Virgen flanqueda por los santos Agustín y Catalina de Alejandría atribuido al taller de Bregno o el monumento funerario de Bernardino Elvino, obispo y tesorero de Paolo III Farnese.

Pasillo de acceso a la sacristía desde el transepto de la Epístola, con un altar de la Virgen flanqueada por los santos Agustín y Catalina del taller de Bregno a la izquierda

En la propia sacristía también se reubicó otro resto del retablo mayor en el que quedó integrada una Virgen con Niño de escuela sienesa del siglo XIV recientemente atribuida a Leonardo di Besozzo. En los laterales, además, están las tumbas de Juan Ortega Gomiel, arzobispo de Burgos, y de Pietro Giglielmo Rocca, arzobispo de Salerno, ambas también atribuidas a Bregno y su taller.

Fragmento del retablo mayor de Bregno reubicado en la sacristía

Tumbas de los arzobispos Juan Ortega Gomiel y Pietro Giglielmo Rocca

San Miniato al Monte de Florencia
San Esteban de Salamanca
"La Clerecía" de Salamanca
San Vicente de Ávila
San Ildefonso de Toledo
San Román de Toledo
San Sebastiano en Venecia
San Zaccaria en Venecia
Referencias:

(4) CASIELLO, S., Verso una storia del restauro: dall'età classica al primo Ottocento, Alinea, 2008.

Fuentes:

Comentarios

nacho san marcos ha dicho que…
Extraordinario Sira... Nunca he visto un reportaje tan completo y riguroso en análisis y datos sobre Santa María. La Piazza di Popolo es uno de los espacios urbanos más importantes de Roma. He estado allí varias veces y siempre me pongo nervioso, pues no sé por donde empezar. Indudablemente por su análisis urbanístico, trazado y elementos principales: calles, geometría y edificios, obelisco del Máximo incluido. para ello hay que ir siempre en el centro. Es uno de los centros de Roma, y su observación girando los 360º es una experiencia única en el mundo. Santa María es fascinante. Todo lo que hay allí dentro... es increíble, pero por inclinación he acabado en la Capilla Chigi, delante de Habacuc y el Angel. Cuando vuelva a Santa María, sin duda ninguna, llevaré una copia de tu reportaje, Sira. Es una joya de la enseñanza del Arte. Muchísimas gracias, tus trabajos tienen un incalculable valor. Un fuerte abrazo
Sira Gadea ha dicho que…
Muchísimas gracias, Nacho. Tienes toda la razón, es una plaza imprescindible para conocer Roma y su cuidado urbanismo, para reconocer las importancia de los obeliscos, ubicados estratégicamente creando ejes visuales que comunican los principales puntos de la ciudad. La basílica es absolutamente fascinante, una de mis preferidas. A pesar de sus sucesivas intervenciones, tan armónica, en donde se respira el respeto con el que Bernini trató lo que se encontró para darle un aire nuevo sin destrozarla. Para la capilla Chigi, junto con la Cerasi, tengo preparada otra entrada aparte que, no lo dudes, te dedicaré con todo mi cariño. Un abrazo enorme.

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