Las "Puertas del Paraíso" de Ghiberti para el Battistero di San Giovanni de Florencia

Ya hemos recorrido el Baptisterio de Florencia y sus mosaicos, nos hemos detenido en la Puerta de Pisano, dedicada a la Vida de san Juan Bautista, y también en la Primera Puerta de Ghiberti, que narra la Vida de Cristo, por lo que en este artículo hablaré de la Segunda Puerta de Ghiberti, con escenas del Antiguo Testamento, conformando, entre las tres, un programa iconográfico único que buscó reflejar la Historia de la Humanidad y la Redención a pesar de que la ejecución de las mismas estuvo muy distanciada en el tiempo.

Fachada este del baptisterio de Florencia con una réplica de las Puertas del Paraíso de Ghiberti (1)

Aunque en principio se realizaron para la portada norte, fue tal la admiración que despertaron en sus contemporáneos que terminaron ubicadas, desplazando a las primeras puertas del artista, en la portada este, la que está frente a la fachada del Duomo. Y se conocen como “Puertas del Paraíso” no tanto porque Vasari en Le Vite de' più eccellenti architetti, pittori et scultori italiani diga que así se refirió a ellas Miguel Ángel, como se puede leer muy a menudo, sino por cuestiones litúrgicas, pues los neófitos entraban al baptisterio, acompañados por sus padrinos, por la puerta sur y, una vez bautizados, ya borrado el Pecado Original, salían del edificio por esta puerta este para acceder al Duomo, “Il Paradisium”, justo enfrente, ya como cristianos, para así poder llegar a la salvación.

La gran calidad de su labor de fundición permitió que la obra permaneciera en ese lugar durante siglos sin necesidad de restauraciones. En el siglo XVIII se optó por oscurecer el dorado para adecuarlas al gusto neoclásico. En la II Guerra Mundial fue desmontada y escondida y tras la contienda fue sometida a una primera y agresiva restauración para eliminar la suciedad acumulada antes de su reubicación en el baptisterio. Pero las inundaciones que sufrió Florencia en 1966 arrancaron del marco seis de los diez paneles además de sacar a la luz el deterioro general de la obra provocado por la contaminación y la formación de óxidos, de ahí que se decidiera iniciar una profunda restauración de la obra que empezó por cuatro de los seis paneles arrancados y que continuó con una intervención integral que culminó en 2012 y que duró veintisiete años, casualmente los mismos que Ghiberti tardó en realizar la obra, decidiéndose dejar en el edificio una réplica moderna elaborada en la década de 1990 para preservar la obra original en el Museo dell'Opera del Duomo, que tras su reciente reinauguración en octubre de 2015, después de una remodelación completa, expone las tres puertas originales del baptisterio en una sala ex profeso.

Nueva sala del Museo del"Opera del Duomo de Florencia con las tres puertas del baptisterio a la derecha.
Imagen cedida por el blog Elaiza si racconta... (2)

Detalle de la réplica de la Puerta del Paraíso (3)

Ghiberti recibió el encargo para realizar las puertas en 1425, justo un año después de haber terminado las primeras, pero ya no fue por concurso sino por adjudicación directa del Arte de Calimala, patrón del edificio.

Las Artes eran corporaciones de profesionales con espectacular desarrollo en Florencia, ciudad que a comienzos del siglo XV contaba con un régimen oligárquico pero en donde estos gremios tenían gran fuerza. La de Calimala, una de las más importantes, reunía a los mercaderes dedicados a la exportación de la lana, tanto elaborada como materia prima, además de desarrollar labores bancarias.

El propio Ghiberti en sus Comentarii, primer tratado de arte de la Edad Moderna, que incluye una autobiografía en la que, en general, el artista se muestra demasiado autocomplaciente, dice que se le concedió licencia para que la puerta resultara adornada y rica sin límite de gastos, términos que le van al escultor y a la obra, con un resultado absolutamente asombroso gracias al uso del bronce dorado.

“Mi fu data licenza la conducessi in quel modo ch'io credessi tornasse più perfettamente e più ornata e ricca, cioè senza limite alla spesa”.

Las puertas quedaron terminadas en 1452, cuando el artista ya contaba más de setenta años, y en el transcurso de esos más de veinticinco años de elaboración pasaron por su taller insignes artistas que colaboraron en tan magna obra, como los propios hijos de Ghiberti, Tommaso y Vittore, con un papel cada vez más decisivo de este último, Luca Della Robbia, Donatello, Michelozzo, Benozzo Gozzoli o Bernardo Cennini.

El programa iconográfico fue elaborado por una comisión de sabios entre los que destacaron Leonardo Bruni, canciller de la República de Florencia, cargo concedido a personajes de gran prestigio, uno de los primeros y grandes humanistas, destacado por su sentido intelectual y su honradez, y Ambrosio Traversari, abad de los camandulenses, orden muy prestigiosa integrada por monjes de gran espiritualidad y formación intelectual de primera línea. Se sabe que hubo divergencias entre ambos y da la impresión de que Traversari intervino decisivamente con un papel más destacado que el de Bruni.

Las jambas, decoradas con guirnaldas de flores y frutos entre los que destacan distintos animales, parecen seguir igual función apotropaica que en la Primera Puerta de Ghiberti. La presencia de langostas, ranas, grillos, lagartijas… que recuerdan las citas a Mirón de Plinio, quizá fueran un homenaje del artista a aquel gran escultor griego, al que él mismo menciona en sus Comentarii diciendo que realizó un monumento a la cigarra y a la langosta. Por otro lado, la lagartija podría estar en relación con Praxítiles y su Apolo Sauróctono. También es probable que su presencia fuera una referencia directa al arte de la antigüedad en general a través de los arquitectos Batrachos (rana) y Sauros (lagarto), que firman el pórtico de Ottavia en Roma.

Ya no hay lóbulos o puntas, sin marco a la gótica como en la Puerta de Pisano y la Primera Puerta de Ghiberti, seguramente por influencia de la comisión, que no estaría interesada en una larga historia de múltiples cuadros, sin correspondencia con los cánones renacentistas. Así, cada hoja de la puerta contiene cinco escenas que aparecen enmarcadas por bandas horizontales en las que se alternan hornacinas aveneradas que contienen figuras de cuerpo entero y tondos con cabezas y bandas verticales con cápsulas que contienen figuras recostadas, una postura adaptada al marco de gran trascendencia tanto para el arte florentino como para el del resto de Italia, Francia y España, haciéndose frecuente colocarlas en los formatos horizontales de retablos y sepulcros, como en los enterramientos de los cardenales Ascanio Sforza y Girolamo Basso della Rovere en el coro de Santa Maria del Popolo en Roma de Andrea Sansovino, que conocería a fondo los relieves de Ghiberti mientras realizaba el grupo escultórico del Bautismo de Cristo que coronó la puerta.

Detalle de una de las figuras recostadas en los marcos de las escenas (4)

Monumento funerario del cardenal Ascanio Sforza en el coro de Santa Maria del Popolo de Roma

Los personajes representados de cuerpo entero, un total de veinticuatro, son Sibilas y Profetas, y en dos de las cabezas se han querido identificar, los retratos de Lorenzo Ghiberti, igual que sucedía en las primeras puertas del artista, y su hijo Víctor.

Además, en el marco entre las historias de Isaac y de Moisés, está la firma del artista:

“LAUREИTII CIOИIS DE GHIBERTIS / MIRA ARTE FABRICATUM”.

Puerta del Paraíso original restaurada en el Museo dell'Oiera del Duomo (3)

Los diez grandes recuadros están dedicados al Antiguo Testamento en una lectura más de acuerdo a la lógica occidental que en las puertas anteriores, de izquierda a derecha y de arriba abajo, y reflejan simultáneamente varios episodios de la historia de los personajes Adán, Abel, Noé, Abraham, Jacob, José, Moisés, Josué, David y Salomón.

Cuadro con las escenas representadas en cada uno de los paneles

El cuadro dedicado a Adán narra la Creación de Adán, la Creación de Eva, el Pecado Original y la Expulsión del Paraíso. Por mucho que haya avanzado, Ghiberti pone demasiadas cosas. Todo es exquisito pero no enfatiza lo que verdaderamente le preocupa al hombre, que es la Expulsión, sino que lo que destaca, colocándolo en el centro, es la Creación de Eva, escena de gran elegancia y brillantez, como prefiguración en el Antiguo Testamento de la creación de la Iglesia, todavía con un concepto más propio del Gótico internacional.

Adán y Eva (5)

Es evidente que estamos ante un schiacciato. Hay primeros y últimos términos, algunas partes están casi exentas y otras presentan un relieve aplastadísimo. Ghiberti maneja el bronce con gran maestría y es capaz de plasmar sin problemas las novedades introducidas por Donatello.

El cuadro dedicado a Abel muestra a Adán y Eva a la puerta de casa, Abel custodiando el rebaño, el Sacrificio de Caín y Abel, Caín matando a Abel, la Aparición del Ángel preguntándole a Caín qué ha hecho con su hermano y Dios desterrando a Caín. Los episodios están dispersos en el paisaje y resulta difícil su lectura.

Caín y Abel (5)

En el panel dedicado a Noé, con la Salida del Arca, el Sacrificio de Noé y la Embriaguez de Noé, destaca la imponente presencia de una gran pirámide para representar el arca, una forma que no era extraña, encontrándonosla, por ejemplo en el arca que Miguel Ángel pinta al fondo del Diluvio Universal de la Capilla Sixtina, una embarcación pero con su techo con mucha menor base que el área total.

Noé (5)

El Arca de Noé en el Diluvio Universal pintada por Miguel Ángel en el techo de la Capilla Sixtina (6)

En el cuadro de Abraham hay una evolución en la representación respecto al primer panel. Así, la composición hace que la vista se vaya a la escena principal del Sacrificio de Isaac, ubicada en la esquina superior derecha, prefiguración de la muerte de Cristo para la salvación del hombre en el Antiguo Testamento. Además, a diferencia de lo que el artista había hecho en la representación de este mismo asunto para el concurso de la segunda puerta del baptisterio, aquí sí se centra en el momento crucial, a la manera de Brunelleschi, representando al ángel deteniendo la mano de Abraham y con Isaac humillado con la cabeza baja en vez de la posición frontal con la que nos lo había presentado más de veinte años antes.

Abraham (5)

Placas con el Sacrificio de Isaac de Ghiberti y Brunelleschi para el concurso de la segunda puerta
del baptisterio de Florencia en el Museo Nazionale del Bargello

Comparación del Sacrificio de Isaac de Ghiberti en la placa para el concurso y en el panel de las Puertas
del Paraíso (5), dos composiciones separadas por treinta años en las que se ve la evolución del
artista hacia postulados renacentistas centrando el asunto, como ya había hecho
Brunelleschi, en el momento álgido en el que el ángel sujeta la mano de
Abraham para que no mate a su hijo, con una actitud de este
último más realista, la propia de un muchacho a punto
de ser asesinado por su propio padre

De todos modos, Ghiberti sigue uniendo distintos episodios en la misma escena y aquí también relata el de la Hospitalidad de Mambré, con los tres ángeles como revelación de la Trinidad y la comida preparada por Sara que Abraham les ofrece como prefiguración de la Eucaristía.

El cuadro de Jacob relata el Nacimiento de Esaú y Jacob, Esaú saliendo a cazar despedido por su padre Isaac, Rebeca y Jacob planeando el engaño con la piel de cordero e Isaac bendiciendo a Jacob, secuencias ambientadas en una arquitectura de arcos de medio punto en una proporción más alta que ancha pero que ya no son góticos y que al artista le sirven para construir una perspectiva adoptando, probablemente por primera vez en el arte del Quattrocento, igual escala para la construcción y para las figuras.

Jacob y Esaú (5)

La historia de José, otra prefiguración de Cristo en el Antiguo Testamento como hombre misericordioso que se sacrifica y después perdona, incluye a José arrojado al pozo por sus hermanos, José vendido a los comerciantes, José entregado al faraón, Interpretación de los sueños del faraón, El faraón honra a José, Jacob envía a sus hijos a comprar grano a Egipto y José reconoce a sus hermanos, los perdona y vuelve a casa de su padre.

José (5)

Las escenas se desarrollan ante una arquitectura circular, coincidiendo con las trazas dadas por Brunelleschi para la Rotonda degli Angeli y con la pala de la Anunciación de Fra Angelico, pintada entre 1435 y 1445 para Santo Domingo de Fiesole, al lado de Florencia, hoy conservada en el Museo Nacional del Prado en Madrid, en cuya predela aparece la escena de la Presentación en el templo ambientada en un edificio de planta centralizada. El que en esta década de 1430 nos encontremos a un escultor, un arquitecto y un pintor trabajando en este tipo de plantas denota que es una preocupación para los artistas del momento.

Pala de la Anunciación de Fra Angelico en el Museo del Prado (7)

Detalle de la Presentación en el Templo en la predela de la pala de la Anunciación de Fra Angelico
en el Museo del Prado, ambientada en un edificio de planta circular (8)

Puede que con este asunto de José se estuviera haciendo referencia a la vuelta triunfante de Cosimo di Giovanni de' Medici a Florencia después de su exilio de diez años tras ser acusado de malversación por Rinaldo degli Albizzi, miembro de la oligarquía que detentaba el poder en Florencia a la que el patriarca se enfrentó, un regreso triunfante que supuso el inicio de la hegemonía de la familia Medici y el comienzo de un periodo de gran prosperidad para la ciudad.

El séptimo panel, dedicado a Moisés, muestra a Moisés recibiendo las tablas de la Ley de Dios en el monte Sinaí mientras a sus pies aparece el pueblo atemorizado por truenos y rayos.

Moisés (5)

La historia de Josué contiene las escenas de Los israelitas cruzando el Jordán, La Erección de un monumento de piedra y la Caída de Jericó, con un gran cortejo y los muros de la ciudad al fondo en planos sucesivos que conceden gran profundidad a la escena, aunque todavía está lleno de detalles secundarios y es difícil identificar al personaje principal, encima del carro tirado por caballos a la izquierda.

Josué (5)

En la escena de David se representa a David cortándole la cabeza a Goliat, una placa que refleja cómo la salvación humana depende de la intervención divina y que ya se centra por completo en el asunto principal de la historia dando la medida del avance de Ghiberti en el trabajo tendiendo a unificar y a destacar la escena más importante.

David y Goliat (5)

La escena de Salomón, centrada exclusivamente en el Encuentro de Salomón y la reina de Saba, es especialmente importante estilística y conceptualmente. Igual que en los paneles de Jacob y José, predomina una arquitectura, en este caso semejante a un arco de triunfo pero con gran profundidad y acompañado de edificios laterales que proporcionan una impresionante perspectiva. Pero a diferencia de los anteriores, la composición tiene un claro centro geométrico en el que convergen las líneas y donde se ubican los protagonistas.

Encuentro de Salomón y la reina de Saba (5)

Además, parece probado que debió de haber una intervención de Ambrosio Traversari para que se representara este encuentro como único asunto, una representación excepcional en el arte para simbolizar la unión de la Iglesia de Oriente y la de Occidente, una cuestión que en estos años aparece más veces porque en 1431 comenzó el Concilio de Basilea (actual Suiza), que tuvo su continuidad en Ferrara y terminó en Florencia en 1439 con la finalidad de lograr la unión de las dos iglesias. Traversari, que fue uno de los padres conciliares, impondría el asunto antes de que las actas del concilio estuvieran firmadas como forma de apoyar el acuerdo, igual que también hiciera Brancacci en su capilla en la Iglesia del Carmine.

Las discrepancias principales estaban basadas en la diferente concepción de la Trinidad. Los orientales defendían que el Espíritu Santo procedía sólo de Padre, mientras que la iglesia occidental pensaba que también procedía del hijo. El acuerdo final, anunciado precisamente en la escalinata de la catedral de Florencia el 9 de julio de 1439, consistió en que la Iglesia Oriental aceptó el filioque (= y del hijo), aunque la unión fue transitoria porque el emperador Paleólogo la rompió pronto.

De todos modos, la repercusión en los ámbitos cultural y filosófico fue trascendental, pues como los teólogos orientales podían leer en griego y conocían a Platón, prácticamente desconocido en occidente, más girado hacia lo aristotélico, el platonismo llegó a Florencia e hizo que la cultura tomara otra dirección.

Para terminar, en 1502 Andrea Sansovino, como ya he mencionado antes, ejecutó el grupo escultórico del Bautismo de Cristo que corona la puerta, al que en 1792 Innocenzo Spinazzi añadió un ángel, en la actualidad expuesto en el Museo dell’Opera del Duomo.

Bautismo de Cristo de Andrea Sansovino (salvo el ángel) en el Museo dell'Opera del Duomo (9)

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Fotos ajenas:


Fuentes:

Comentarios

enrique ha dicho que…
Es increíble lo que el ser humano puede hacer.
En este caso para bien.
Sira Gadea ha dicho que…
Eso le salva, lo que hace bien...

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