El claustro de la catedral de Tarragona y su Museo Diocesano

En anteriores artículos ya me detuve en la Historia de la catedral de Tarragona y en su estado en la actualidad (aquí os dejo los enlaces de uno y otro), así que hoy me voy a centrar en su magnífico claustro, que aloja el Museo Diocesano.

Claustro de la catedral de Tarragona

Los claustros de las catedrales cumplían funciones similares a los de los monasterios porque los canónigos también vivían en comunidad, aunque con más independencia y libertad de movimientos. Era lugar de lectura, paseo y meditación, ámbito en el que se celebraban procesiones y donde se alojaban el dormitorio, la sala capitular, el refectorio, la cocina, la biblioteca…

En Tarragona, el claustro se ubica entre la cabecera y el transepto del Evangelio del templo en vez de estar adosado a la nave de la Epístola, como era lo más habitual, una situación condicionada por la previa elección del ángulo noreste de fuertes muros en opus quadratum del temenos imperial, en el que ya se habrían levantado varias dependencias reaprovechando sillares romanos.

Planta del foro romano y de la catedral superpuestas según las excavaciones arqueológicas, con el claustro en la esquina superior derecha (1)

Se accede a él desde el ábside del Evangelio, que es la Capilla de santa María de los Sastres, y por el lado orientado hacia el claustro está el Portal de la Epifanía, fechado en el primer tercio del siglo XIII y todavía románico. Los especialistas creen que esa no sería su ubicación original, de ahí que esté rebajado en altura para adaptarse al sitio. Como posibles orígenes se plantean que fuera la portada primitiva de la fachada occidental de la catedral, la de la basílica de santa Tecla la Vieja o una portada que estaría previsto ubicar en el muro de la Epístola del presbiterio, donde hoy se encuentra el sepulcro del arzobispo Juan de Aragón, como entrada principal del templo primitivo, antes de la modificación del proyecto que conllevó la adición de los ábsides y las naves laterales. Dada su importancia, aquí os dejo con un post monográfico.

Portal de la Epifanía

Quizá el inicio de la construcción del claustro fuera en torno a mediados del siglo XII, durante el arzobispado de Bernat Tort, el primero con residencia permanente en Tarragona tras la restauración de la diócesis después de la reconquista de la ciudad a los musulmanes, erigiéndose, seguramente, el refectorio y la sacristía. Pero las heráldicas de castillos y torres que aparecen en algunos puntos indican una fecha posterior, a fines de ese siglo, en tiempos de los obispos Ramon de Castellterçol y Ramon de Rocabertí, que en 1215 legó en su testamento una importante cantidad de dinero para ese menester. Según el análisis estilístico de la decoración escultórica, los especialistas consideran que estaría acabado antes de 1260.

Tiene planta cuadrangular, con cuarenta y siete metros por cuarenta y seis, y el reverso de los muros de las alas norte y este coincide con el ángulo de una fachada del mencionado edificio romano, que se fecha del siglo I dC. Se organiza mediante cuatro galerías de seis tramos más los angulares comunes, cubiertos con bóvedas de crucería de tipología sencilla, muy similar a la que presentan los claustros del Monasterio de Poblet o Vallbona de les Monges, y divididos con pilares que apoyan en contrafuertes exteriores, hacia la zona del jardín. Algunos de ellos contaban con canalones que vertían las aguas pluviales en la antigua cloaca romana, en esos tiempos todavía en uso.

Crujía occidental

Las arcadas se componen de grandes arcos ojivales en los que se insertan otros tres arcos de medio punto decorados con puntas de diamante sobre dobles columnas y dos óculos superiores de tracería calada de muy variados diseños sobre las que se ubica un friso corrido con arquillos polilobulados de influencia islámica que parece imitar motivos de la Aljafería de Zaragoza, que formaba parte de las residencias reales desde la conquista de la ciudad por Alfonso I el Batallador en 1118.

Arquería norte y jardín

Dos de los óculos

La decoración escultórica se presenta en capiteles, cimacios, bases, frisos de los pilares angulares, canecillos de la cornisa, ménsulas y claves de las bóvedas y en ella se emplearon muchos artistas anónimos. Los capiteles muestran decoración vegetal y animal e interesantes escenas narrativas centradas en el Génesis, la Vida y Pasión de Jesucristo, la Vida de san Nicolás de Bari, temas legendarios, como luchas de guerreros o atlantes, y temas morales, como la representación de pecados como la lujuria, todas con un tratamiento más propio del románico a pesar de lo avanzado de la época. Dada su importancia, aquí podéis un post monográfico dedicado a la rica escultura del claustro.

Capitel de la Epifanía (2)

La historia del Museo Diocesano tiene sus antecedentes en 1869, cuando el arzobispo Francesc Fleix i Solans dictó unas disposiciones sobre la conservación y exposición de los objetos artísticos antiguos que poseía el cabildo. Un pasó más se da en 1900, cuando el arzobispo Tomàs Costa i Fornaguera promovió la creación de una colección de objetos de arte y arqueología asociada a la recién creada Cátedra de Arqueología Sagrada del Seminario Pontificio de Tarragona.

La instalación del Museo Diocesano en el claustro data de 1914, durante el arzobispado de Antolín López Peláez, y la colección se compuso de las piezas procedentes del Seminario, de obras procedentes de las desamortizaciones del siglo XIX, de donaciones de parroquias de la diócesis, de particulares… El capítulo metropolitano aportó su colección de tapices y toda una serie de objetos ya fuera de culto que se guardaban en la antigua Capilla de santa Tecla y los fondos se fueron enriqueciendo durante las prelaturas posteriores. Al principio sólo ocupó la sacristía y la sala del tesoro y en 1932 se amplió incorporando la Capilla del Corpus Christi. Pero las pésimas condiciones de conservación y exposición obligaron a su cierre durante gran parte del último tercio del siglo XX, reabriendo sus puertas en 1992 después de que las instalaciones fueran restauradas con motivo de la exposición Pallium, que conmemoró el IX Centenario de la restauración de la Sede Metropolitana y la repoblación de la zona tras la recuperación del territorio a los musulmanes. En 2014 comenzó un nuevo proceso de renovación de las salas y la Capilla del Corpus Christi se acondicionó para albergar la pintura gótica.

Sus colecciones constan de unas once mil obras y en las salas se exponen unas doscientas cuarenta. Destacan una importante muestra de arqueología, con obras procedentes de las excavaciones en la catedral, el claustro y los jardines adyacentes, como el sarcófago de Apolo y las nueve Musas de comienzos del siglo III, localizado bajo el pavimento del ábside de la Capilla del Corpus Christi, fragmentos de tejidos musulmanes hallados en sepulcros, un arco árabe de Madinat al-Zahara del que se ignora cómo llegó a la catedral, esculturas como la Virgen del Truc de la iglesia parroquial de Vinaixa atribuida a Guillem Seguer, la colección más importante del sur de Cataluña de pintura gótica de entre los siglos XIV y XVI, pintura renacentista y barroca, orfebrería, libros manuscritos, mobiliario litúrgico… y la impresionante colección de cincuenta y cinco tapices datados entre los siglos XV y XVIII entre los que destacan La buena vida, la Historia de José y Los proverbios. La buena vida es del último tercio del siglo XV, donado a la catedral por el arzobispo Gonzalo Fernández de Heredia, probablemente tejido en los talleres de Arras o de Tournai. La Historia de José es un fragmento tejido hacia 1500 en un taller de Bruselas que forma parte de dos tapices donados por el arzobispo Alonso de Aragón. Los proverbios son ya de época barroca, realizados en Bruselas en el siglo XVII sobre cartones de Jacob Jordaens y donados a la catedral por el canónigo Diego Girón de Rebolledo.

En la panda occidental están la entrada al claustro desde el exterior, la Capilla del Santísimo Sacramento, de la que ya he hablado en el post dedicado a la Catedral en la actualidad porque tiene el acceso desde el transepto del Evangelio del templo y ocupa parte del antiguo refectorio de canónigos.
Dependencias alrededor del claustro sobre un plano de J. figuerola y J. C. Gavaldà. Las indicaciones son mías

La portada de acceso al claustro desde el exterior es neorrománica, con arco de medio punto abocinado, y da paso a una estancia rectangular levantada en parte del antiguo refectorio de monjes.

Detalle de la portada exterior del claustro

Lo que no está ocupado por la Capilla del Sacramento del antiguo refectorio tiene planta cuadrangular cubierta de bóveda de cañón apuntada. La cabecera muestra parte del muro romano de opus quadratum del siglo I dC. y las perforaciones en los sillares indican que estuvo recubierto de mármol, una práctica habitual en los monumentos importantes del Imperio.

En el siglo XVI, cuando los canónigos dejaron de hacer vida en común, esta parte se transformó en Capilla de la cofradía de santa Tecla, con puerta de arco conopial, cubierta de bóveda estrellada sobre contrafuertes en los ángulos y ventanas de medio punto, y hoy es la Sala I del museo, en la que se exhiben piezas desde la época romana hasta el siglo XV procedentes de la catedral y de otros lugares de la diócesis, como una estela funeraria con el auriga Eutyches del siglo II, una jarrita funeraria visigoda de bronce, un arco musulmán de alabastro policromado del siglo X procedente de Medina Azahara, una lauda sepulcral hebrea dedicada a Isadora, seis imágenes románicas de la Virgen, un brasero también románico, esculturas góticas en piedra y pinturas de los siglos XIV y XV, además de un tapiz de la serie de Sansón realizado en Bruselas en el siglo XVII.

Antiguo Capilla de la cofradía de santa Tecla, hoy Sala I del Museo Diocesano

Estela funeraria del auriga Eutyches del siglo II

Arco musulmán de alabastro del siglo X

Tallas de Vírgenes

En la panda sur se ubican la sacristía mayor y la antigua sala capitular, después convertida en Capilla del Corpus Christi. La sacristía mayor tiene acceso desde el presbiterio y desde el claustro y presenta planta rectangular con techumbre de madera.

Sacristía mayor

Bajo un dosel se ubica una talla barroca de Cristo crucificado del siglo XVIII procedente de la iglesia de Sant Miquel del Pla de Tarragona y en uno de sus muros hay dos mitades de uno de los tapices de la serie Historia de José en Egipto realizado en Bruselas a comienzos del siglo XVI y donado a la catedral por el arzobispo Fernando de Aragón.

Crucificado barroco en la sacristía

Tapiz flamenco en la sacristía

A mitad del siglo XIV a los pies de este ámbito se levantó un arco rebajado sobre el que se construyó una tribuna o coro alto de madera policromada, quizá porque la sacristía empezara a utilizarse como oratorio dedicado a santa Tecla, pues en la estancia habría estado custodiada su reliquia desde su llegada a la catedral.

Reconstrucción ideal del antiguo coro de madera de la sacristía (3)

Entre los siglos XIV y XV la sacristía se modificó de nuevo levantando una pared en el muro este para crear una sala del tesoro cuya cubierta es la parte baja de la mencionada tribuna de mediados del siglo XIV, una pieza excepcional que también cuenta con su correspondiente artículomonográfico que podéis consultar en este enlace.

Techumbre de la sala del tesoro

Esta estancia cuenta con armarios acristalados y enrejados que exponen, sobre todo, platería litúrgica, como cálices, mazas procesionales, báculos, andas procesionales, una monumental custodia neogótica… de entre los siglos XVIII y XIX, aunque las piezas más notables del tesoro catedralicio desaparecieron en 1811 durante la invasión napoleónica.

Vitrinas de la sala del tesoro

La antigua sala capitular data de comienzos del siglo XIII. Abre al claustro mediante un vano central flanqueado por sendas ventanas geminadas y tiene planta cuadrangular con bóveda de cañón apuntado a la que en 1330, cuando el obispo Juan de Aragón concedió licencia al pavorde Guerau de Rocabertí y a su hermana para que la convirtieran en su capilla funeraria, poniéndose bajo la advocación del Corpus Christi, se le añadió un ábside poligonal con bóveda de crucería con una clave con Cristo en Majestad mostrando la Sagrada Forma y el grupo de la Anunciación y el Tetramorfos sobre capiteles decorados con temas vegetales.

Portada de la antigua sala capitular

A lo largo de las paredes, a considerable altura, se ubicaron once esculturas de santos y apóstoles que todavía conservan restos de policromía. Las tres vidrieras con apóstoles son ya de época renacentista.

Capilla del Corpus Christi

Esculturas a media altura en la Capilla del Corpus Christi

En la actualidad esta capilla es la Sala II del museo y en ella se expone una selección de su colección de pintura gótica, como el retablo de la Virgen que preside el ábside, procedente de Solivella y obra de Mateo Ortoneda, el retablo de san Juan Bautista y santa Margarita de Antioquía procedente de Alcover y atribuido al Maestro de Vallbona de les Monges (Guillem Seguer?) el retablo de san Pedro apóstol originario de Vinaixa, obra de Ramon de Mur de 1420, el retablo de Santiago de Vallespinosa atribuido a Joan Mates de comienzos del siglo XV, dos grandes tablas con escenas de la Vida de Cristo procedentes de Alcover y pintadas por Jaume Ferrer II en 1457, piezas de platería litúrgica o relicarios.

Retablo de Solivella

Retablo de los santos Juan Bautista y Margarita de Antioquía

Retablo de san Pedro de Vinaixa

Retablo de Santiago de Vallespinosa

Platería litúrgica

Desde este ámbito se accede a otras dos salas de paso a la sala capitular nueva donde se exhiben obras de entre los siglo XVI al XIX, destacando las piezas de platería litúrgica, como la cruz del arzobispo Cardona, de los siglos XV-XVI, una custodia procesional modernista de Bernardí Martorell, un relicario de plata donado por el canónigo Guillem Bertran y realizado por el platero valenciano Lope de Salazar a fines del siglo XV…

La sala capitular nueva, construida en época barroca, es el lugar en el que todavía se reúnen los canónicos en las ocasiones solemnes de toma de posesión y donde tienen lugar las deliberaciones, pero también es la Sala III del museo.

Sala capitular nueva y Sala III del museo

Tiene planta rectangular con bóveda de arista dividida en tres tramos mediante arcos fajones carpaneles y en ella que se exponen el mencionado tapiz de las Potestades o de La buena vida, uno de los más importantes de la colección, el paño mortuorio de Pedro Antonio de Aragón, bordado en Roma en el siglo XVII y procedente del monasterio de Poblet, las tallas barrocas de los santos Jerónimo y Onofre realizadas por los hermanos Lluís y Francesc Bonifàs i Massó, otra de San Miguel Arcángel de Antoni Pallàs o un Niño Jesús triunfante de autor desconocido.

Tapiz de las Potestades o de La buena vida

En el lado sur de la panda este hay una pequeña puerta románica que conducía al dormitorio de canónigos, donde después se habilitaron varias capillas. La Capilla de san Ramón es de estilo gótico, construida a partir de 1520 como capilla funeraria del canónigo Joan Poblet. Abre al claustro mediante puerta de arco conopial con boceles y tracería calada en el intradós, tiene planta rectangular con bóveda de crucería con tres destacadas claves que representan a santa Catalina de Alejandría, san Juan Bautista y el emblema del fundador y cabecera gallonada con baquetones radiales que apoyan en medias columnas suspendidas sobre el muro. La imagen del santo titular es obra contemporánea del escultor Ramón Ferrán realizada en marmolina por encargo del arzobispo Ramón Torrella Cascante († 2004), enterrado bajo el pavimento, donde también se encuentra la lauda sepulcral del fundador.

Accesos a las capillas de san Ramón, a la derecha, y la Magdalena, a la izquierda

La Capilla de santa María Magdalena fue construida en 1536 con el patrocinio del mercader Arnau Batlle y presenta trazas muy similares a su contemporánea dedicada al Salvador, con una rica decoración escultórica de grutescos en el arco de acceso y los muros laterales y bóveda de cañón casetonada sobre un friso de triglifos y metopas en las que se alojan emblemas heráldicos. Conserva un retablo pintado con escenas de la vida de la santa titular, uno de los pocos retablos renacentistas de la comarca conservado entero, atribuido a Francesc Olives y fechado ha. 1536.

Capilla de santa María Magdalena

Bóveda casetonada de la Capilla de la Magdalena

En el ángulo noreste se encuentra la Capilla de la Virgen de la Guía, de estilo gótico y construida hacia 1300 para alojar una talla policromada de la Virgen titular de entre los siglos XIII y XIV, una de las más antiguas de la catedral, conocida popularmente como La Grossa por su tamaño. Sus promotores fueron el canónigo Beltrán de Montoliu y su hermano, el vicealmirante Berenguer, de ahí la presencia del escudo familiar en la clave central de la bóveda de crucería que la cubre.

La Grossa en la Capilla de la Virgen de la Guía

La panda norte aloja tres capillas más. La Capilla de la Virgen del Claustro se construyó entre los siglos XVI y XVII sobre otra medieval que habría estado dedicada primero a santa María y a san Simón y después a san Clemente. En ella se venera una talla de madera policromada de la Virgen de los siglos XIII-XIV custodiada en un camarín dentro de un retablo de alabastro y piedra realizado por Bernat y Josep Verderol en 1852. También aloja los sepulcros del médico del cabildo Vicenç Falconer († 1693) y del arzobispo Antonio de Echanove y Zaldívar († 1854).

Capilla de la Virgen del Claustro

La Capilla de san Salvador fue construida ampliando la antigua Capilla de los Montoliu a mediados del siglo XVI por donación testamentaria del matrimonio formado por Nicolau Albanell y Ángela Trillo. Presenta planta rectangular, un friso de triglifos y metopas y bóveda de cañón decorada con casetones, igual que su contemporánea de la Magdalena. De entre las obras expuestas, destaca un retablo con un altorrelieve del Bautismo de Jesús de Vicenç Roig i Besora de ha. 1835 en madera de pino estucada en blanco.

Capilla de san Salvador

Terminamos este recorrido en la Capilla de la Virgen de las Nieves. Es gótica y fue edificada en el siglo XIV en el espacio de una gran sala de arcos diafragma que ocupaba esta panda norte del claustro que en esa época ya no estaría en uso y que incluso habría perdido la cubierta. Destaca por su portada con cardina en el trasdós, su bóveda de crucería con tres claves historiadas y una cabecera de nervios radiales. En ella se venera un óleo anónimo de la Virgen titular de entre los siglos XVIII y XIX.

Capilla de la Virgen de las Nieves (4)

Y para seguir conociendo este impresionante monumento aquí os dejo con todos los artículos que he publicado en Viajar con el Arte dedicados a la catedral de Tarragona:


Imágenes ajenas:

(1) MACIAS, J. Mª, MENCHON, J., MUÑOZ, A. y TEIXELL, I., “La construcción del recinto imperial de Tarraco (provincia Hispania Citerior)”, Butlletí Arqueològic, tomo V, nº 32, 2009, p. 423-479.
(3) CONEJO DA PENA, A., “Ostentación heráldica y peculiaridades iconográficas. La decoración del sotacoro de la sacristía de la catedral de Tarragona (ca. 1355-1360)”. En BUTTÀ, L. (dir.), Narrazione, exempla, retorica. Studi sull’iconografia dei soffitti dipinti nel Medioevo Mediterraneo, Palermo, 2013, pp. 127-162.

Fuentes:

CAMPS I SÒRIA, J., El claustre de la catedral de Tarragona: escultura de l’ala meridional, Barcelona, 1988.
CONEJO DA PENA, A., “Ostentación heráldica y peculiaridades iconográficas. La decoración del sotacoro de la sacristía de la catedral de Tarragona (ca. 1355-1360)”. En BUTTÀ, L. (dir.), Narrazione, exempla, retorica. Studi sull’iconografia dei soffitti dipinti nel Medioevo Mediterraneo, Palermo, 2013, pp. 127-162.
LIAÑO MARTÍNEZ, E., “La época del Císter y de las nuevas catedrales en la Corona de Aragón”. En LACARRA DUCAY, Mª C. (coord.),  Arte de épocas inciertas. De la Edad Media a la Edad Contemporánea, 2009, pp. 47-102.
LOZANO LÓPEZ, E., “Historias en el Paraíso. El Antiguo Testamento en el claustro de la catedral de Tarragona”, Románico: Revista de arte de amigos del románico, nº 11, 2010, pp. 6-13.
LOZANO LÓPEZ, E. y SERRANO COLL, M., Els capitells historiats del clustre de la catedral de Tarragona. Los capiteles historiados del claustro de la catedral de Tarragona, Tarragona, Arola Editors, 2010.
MACIAS, J. Mª, MENCHON, J., MUÑOZ, A. y TEIXELL, I., “Intervencions arqueològiques a la Catedral de Tarragona: treballs del Pla Director (2000-2003)”, Tribuna d'Arqueologia, 2003-2004, p. 221-246.
MACIAS, J. Mª, MENCHON, J., MUÑOZ, A. y TEIXELL, I., “Excavaciones en la catedral de Tarragona y su entorno: avances y retrocesos en la investigación sobre el Culto Imperial”. En NOGALES, T. y GONZÁLEZ, J. (Eds.), Culto Imperial: política y poder, 2006.
MACIAS, J. Mª, MENCHON, J., MUÑOZ, A. y TEIXELL, I., Praesidivm, templvm et ecclesia. Les intervencions aruqueológiques a la catedral de Tarragona 2010-2011, Tarragona, 2012.
MATA DE LA CRUZ, S., “Actuaciones del cabildo de la catedral de Tarragona en el trienio liberal (1820-1823). Pérdida, salvaguarda y recuperación del patrimonio artístico de la catedral y los monasterios de Scala Dei y Poblet”. En SOCIAS BATET, I. y GKOZGKOU, D. (Coords.), Nuevas contribuciones en torno al mundo del coleccionismo de arte hispánico en los siglos XIX y XX, 2013, pp. 249-268.
PLADEVALL i FONT, A., “Berenguer Sunifred, arquebisbe de Tarragona. La restauració de la província eclesiàstica”. En MACIAS i SOLÉ, J. Mª y MUÑOZ MELGAR, A. (coords.), Tarraco christiana civitas, 2013, pp. 225-240.
SERRANO COLL, M., “Historias en el Paraíso. El Nuevo Testamento y el ciclo de San Nicolás en el Claustro de la catedral de Tarragona”, Románico: Revista de arte de amigos del románico, nº 11, 2010, pp. 14-23.
VV.AA., La Catedral de Tarragona. In sede, 10 anys del Pla Director de Restauració, Tarragona, Arquebisbat de Tarragona, 2007.

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