La Capilla de San Miguel de Celanova
El Monasterio de San Salvador de Celanova, en provincia de
Orense, en el que ya nos hemos detenido hablando de su historia, alberga una pequeña gran joya altomedieval
en el jardín tras la cabecera de la iglesia, lo que antes eran las huertas del
noviciado, la Capilla de san Miguel,
declarada Monumento Nacional en 1923.
Capilla de San Miguel de Celanova (1) |
Fachada oeste de la capilla de San Miguel de Celanova (2) |
Sección longitudinal y planta de la capilla de San Miguel de Celanova (3) |
Así, primero nos encontramos con una pequeña nave de planta rectangular con un único acceso lateral en
su muro sur, entrada típica de la arquitectura del siglo X, donde se prescinde
de las portadas permitiendo una percepción exterior del templo como un todo, y
que hacia el interior busca provocar un “efecto sorpresa” obligando a un giro
de noventa grados para percibir todo el espacio arquitectónico. La cubierta de
este primer ámbito es de bóveda de cañón de herradura que arranca de una
sencilla imposta.
A continuación se ubica un crucero abierto a la nave mediante un arco doblado de herradura prolongado
hasta 2/3 de su radio, con dovelas de granito de despiece radial, un sistema de
separación espacial interna propia de la arquitectura de época califal, y
presenta planta cuadrada cubierta de bóveda de arista en ladrillo sobre arcos
murales laterales de herradura peraltados apoyados en modillones lobulados que
también remiten al modelo cordobés, copiando los modillones de las arcadas de
la nave central de la gran mezquita, y que hacen que el empuje de la bóveda
cargue en las esquinas permitiendo aligerar y elevar los muros respecto a los
otros dos volúmenes para abrir en ellos cuatro vanos que iluminan el ámbito y
contribuyen a aumentar su efecto de altura.
Bóveda del crucero (4) |
Las seis ventanas, estas cuatro del crucero y las dos en los volúmenes laterales, son
aspilleras rematadas con arco de herradura con fuerte derrame interior situadas
estratégicamente a dos alturas para proporcionar una excelente iluminación de
todo el oratorio y dar la sensación de mayor profundidad a un espacio tan
reducido.
Finalmente encontramos el presbiterio, al que se accede mediante otro arco de herradura peraltado
realizado con grandes dovelas en despiece radial asentadas a hueso y con alfiz
y que presenta planta cuadrada exterior y de herradura muy cerrada interior,
con dos pequeños nichos abiertos en el muro, quizá con funciones de uso
litúrgico, y cubierta de pseudo-cúpula de sección de herradura y cascos
cóncavos que arranca directamente desde el muro, un pequeño ámbito que remite
al sistema empleado en iglesias como Santiago
de Peñalba o San Miguel de Escalada y, por
extensión, de nuevo a modelos omeyas cordobeses.
Los arcos de herradura no tienen el intradós y el extrados
paralelos, una característica que también los acerca a la arquitectura omeya al
tiempo que los aleja de lo hispanovisigodo, de ahí que muchos autores los hayan
comparado con los del mihrab de la mezquita cordobesa, aunque no hay que
olvidar que éste es de época de Al-Hakam II (ha. 962-965) y, por tanto,
posterior a la capilla de Celanova, siendo más factible que tomaran como modelo
el mihrab anterior, el de la ampliación de Abd-al-Rahman II (832-852).
En cuanto a las cubiertas exteriores, los volúmenes de los
lados tienen cubierta de teja a dos aguas sobre cornisa, que en el ábside
destaca porque presenta una decoración de dientes de sierra, un motivo presente
en otros ejemplos del siglo X como Santa María de Mixos y cuyo empleo se
encuadra dentro de la tradición artística peninsular. El volumen central
presenta tejado a cuatro aguas con voladizo de amplio desarrollo realizado con
anchas losas de granito apoyadas en modillones de ocho rollos y alguno de diez
con sus caras laterales labradas a bisel alternativamente con rosetas de seis
pétalos y ruedas helicoidales que aunque tradicionalmente se han vinculado a lo
cordobés, quizá tengan más que ver con modelos usados en los exteriores de
iglesias como las ya mencionadas de San Miguel de Escalada o Santiago de Peñalba. Uno de ellos se
conforma como excepción, el segundo del lado norte, pues presenta una forma
antropomorfa que podría ser una intervención posterior pero de época incierta
relacionada con algún conjuro o sortilegio, frecuentes en Galicia.
Modillones de la cubierta del cuerpo central |
Modillón con forma antropomorfa (5) |
Los cuatro contrafuertes exteriores, dos en los costados del
cuerpo central y otros dos en los del atrio, no tienen explicación estructural
por lo que se han interpretado en relación con la intención de aumentar la
sensación de verticalidad.
No se sabe a ciencia cierta la función original de esta
pequeña capilla y se barajan varias hipótesis. Quizá fuera un oratorio de devoción
privada del santo. También podría ser para que los huéspedes del monasterio
pudieran rezar sin interferir en la vida de la comunidad, de ahí su ubicación
próxima a la hospedería. O tal vez fuera una cella memoriae, de ahí su dedicación a san Miguel, por su condición
de psicopompo, y el que se haya
localizado en torno a ella una necrópolis monacal del siglo X; además, en el
contexto de este siglo la figura del arcángel tenía un gran protagonismo por el
desarrollo que se produjo del oficio de difuntos, novedoso dentro de la
liturgia mozárabe. De todos modos, las hipótesis no son excluyentes, y la
capilla pudo utilizarse como oratorio aunque tuviera carácter memorial.
Lo que es indudable es que la construcción adquirió carácter
excepcional desde muy antiguo, quedando tan vinculada a la figura de san
Rosendo, fundador del monasterio, por considerarse que había sido erigida por
mandato de éste, que se convirtió en una especie de reliquia en sí, conservada
incluso cuando en la Edad Moderna el monasterio medieval fue demolido por
completo para edificar uno nuevo, periodo en el que incluso se reforzó su
carácter emblemático.
En esta línea, Mauro Castellá Ferrer en 1610 en su Historia
del apostol de Iesus Christo Sanctiago Zebedeo, patron y capitan general de las
Españas, afirmó que san Rosendo se retiraba
“en oración en un oratorio, que para eso hizo dedicado al
Archangel San Miguel, que está en el jardín de la Casa de Celanoua (…) (y) está
tan nueva como el día en que se acabó de labrar, y bien parece obra, y celda
suya”. (6)
Y dos años después fray Hernando de Oxea en su Historia del Glorioso Apostol Santiago
Patron de España: de su venida a ella, y de las grandezas de su Yglesia, y
Orden Militar, decía que san Rosendo
“edificó en medio de la huerta, o jardín del monasterio, vn
oratorio en forma de yglesia, de treinta pies de largo, quinze de ancho, con su
capilla mayor y cruzero, de obra muy curiosa aunque llana, con la advocación
del glorioso Arcangel san Miguel su gran devoto, y abogado, en que dixesse
Missa, y pudiesse orar a solas, sin ser molestado, ni molestar a nadie”. (6)
Esta vinculación directa con el santo se produjo aun a pesar
de que la inscripción en latín sobre la puerta parece informar de que fue
mandada construir por Froilán, hermano de san Rosendo, para que el visitante le
tuviera presente en sus oraciones.
Inscripción sobre la puerta |
+AUCTOR HUIUS
OPERIS TU DEUS ESSE CREDERIS: DELE PECCATA OMNIBUS TE CHRISTE HIC ORANTIBUS INSTAT
PRESENS MEMORIA INDIGNO FAMULO FROILA: QUI OPTAT ET IN DOMINO TE CONIURAT, O
BONE DILECTE QUI LEGIS, UT MEI PECCATORE MEMORIA HABEAS SACRA EX ORATIONE (6)
(Tú, oh Dios, autor
de esta obra eres creído. Tu, oh Cristo, borra los pecados a los que aquí oran.
La presente memoria recomienda a Froila, tu indigno siervo, el cual desea y en
el Señor te conjura, oh bien amado que lees esto, para que hagas memoria de mi,
pecador, en la oración sagrada) (6)
Hay casi unanimidad en considerar esta pequeña construcción como
el único vestigio del primitivo conjunto altomedieval de san Rosendo en el
siglo X, un ejemplo de arte mozárabe,
con influencia califal de la mezquita de Córdoba en cubiertas, arcos de
herradura con alfiz y los modillones lobulados decorados con dibujos
geométricos en el alero, todo ello teniendo en cuanta que el término “mozárabe”,
en la actualidad está muy cuestionado por los historiadores, sustituido primero
por el de “arte de repoblación” y, ya en nuestro siglo XXI, por
el de “arquitectura de fusión”, pues la historiografía
especializada actual considera que es el más adecuado para englobar la serie de
intervenciones entre los siglos IX y X que tienen lugar en el territorio
astur-leonés consistentes en restaurar y revitalizar edificios pre-islámicos en
los que se mezclan elementos autóctonos con guiños califales, estos últimos
provocados por la intervención de alarifes procedentes de Al-Ándalus, aunque no
exclusivamente cristianos sino también musulmanes, quizá por participación de
talleres itinerantes, artífices conversos o esclavos, una arquitectura que
refleja los intensos contactos entre culturas y tradiciones diversas propios de un
territorio cultural de frontera.
La presencia de una gran
roca de granito junto a la capilla, respetada a lo largo de los siglos, se
pone en relación con algún ritual, seguramente procesional, que vincularía
ambos elementos, una lectura de conjunto relacionada con el ceremonial del
domingo de Resurrección, que en Jerusalén unía el Santo Sepulcro y el Gólgota,
pues es posible que Rosendo conociese dicha liturgia a partir de lecturas como
la Crónica de Egeria, que se sabe que el santo poseía porque fue una de sus
donaciones a la biblioteca del monasterio. En ese mismo sentido, la sillería
del coro bajo contiene un panel en el que aparece representada la capilla junto
al fundador y en ella aparece, en un lugar preferente, la roca, sobre la que
hay una cruz.
Fachada oriental de la capilla, con la piedra de granito delante (4) |
La capilla recuerda en muchos puntos a Santiago de Peñalba, como si hubiera partido de ese modelo para
hacerlo más pequeño, conservando los tres volúmenes alineados y los
contrafuertes y aleros soportados por modillones de rollo pero eliminando lo
compartimentos laterales y el ábside contrapuesto, de ahí que haya otros
autores que, aunque también la fechan en el siglo X, la consideran una
pervivencia de la tradición constructiva visigoda del siglo VII y, por tanto, defienden
que más que mozárabe tendría que considerarse “neovisigótica”, sin influencias
andalusíes estructurales aunque sí decorativas en el interior.
Algún otro autor incluso defiende que la inscripción sobre
la puerta habría sido incorporada con posterioridad a la construcción y sitúa
la capilla en época visigoda, dentro del periodo de expansión del cristianismo
desarrollado a partir del siglo VI, en tiempos de san Martín de Braga en la
diócesis de Asturica Augusta, actual Astorga, y aledaños, mediante pequeños hitos
de gran solidez constructiva por la calidad de los sillares. En este
sentido, el que el cuerpo central sea más ancho que el ábside y el atrio le
confiere una sensación de iglesia cruciforme que la aproxima a la visigoda del
siglo VII Santa Comba de Bande, a
escasos kilómetros de Celanova, y, sobre todo, a San Fructuoso de Montelios, en Braga, Portugal, también muy
próxima.
En este sentido la roca de granito podría interpretarse como
un “trono de piedra” de iniciación de la soberanía y poder del jefe-rey
indígena galaico, y estaría indicando que éste era un lugar sacro desde tiempos
remotos y que la capilla se habría levantado para cristianizarlo. En cuanto a la
excepcional calidad de la construcción, se pone en relación con la intención de
enfatizar la existencia de reliquias de especial veneración.
Estos artículos completan la serie dedicada al monasterio en
Viajar con el Arte:
Y si queréis pasearos por otros MONASTERIOS BENEDICTINOS
en Viajar con el Arte,
podéis abrir este enlace.
Imágenes ajenas y referencias:
(6) BARRAL RIVADULLA, Mª D., “Diálogos artísticos en el
siglo X. La imagen arquitectónica de San Miguel de Celanova”, Cuadernos de estudios gallegos, LV, nº
122, enero-diciembre 2009, pp. 93-111.
Fuentes:
BARRAL RIVADULLA, Mª D., “Diálogos artísticos en el siglo X.
La imagen arquitectónica de San Miguel de Celanova”, Cuadernos de estudios gallegos, LV, nº 122, enero-diciembre 2009,
pp. 93-111.
LÓPEZ QUIROGA, J., BENITO DÍEZ, L. y CATALÁN RAMOS, R.,
“Monasteria et territoria en la “Galicia” interior en torno al año mil. El
monasterio de San Salvador de Celanova”. En LÓPEZ QUIROGA, J., MARTÍNEZ TEJERA,
A. M. y MORÍN DE PABLOS, J. (coords.), Monasteria
et territoria. Elites, edilicia y territorio en el Mediterráneo medieval
(siglos V-XI), 2007, pp. 409-428.
VALENCIA HENTSCHEL, C., “Un documento excepcional: La
donación de San Rosendo al Monasterio de Celanova”, Porta da aira, nº 5, 1992-1993, pp. 9-16.
VV.AA., Estudios
Mindonienses. Anuario de estudios histórico-teológicos de la Diócesis de
Mondoñedo-Ferrol, nº 23, Cabildo de la catedral de Mondoñedo-Centro de
Estudios de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol-Fundación Caixa Galicia, 2007.
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