San Maurizio de Milán
La opinión generalizada de Milán, la segunda ciudad más poblada de Italia, rara vez supera la de una urbe comercial y financiera en la que lo más interesante que puede ofrecer al viajero es alguna gloriosa jornada de compras tras visitar el Duomo, la Galleria Vittorio Enmanuelle II, la Última Cena de Leonardo y poco más. Nada más lejos de la realidad.
Uno de mis grandes descubrimientos en esta ciudad, en pleno Corso Magenta, es la iglesia de San Maurizio al Monastero Maggiore, un total y absoluto "stendhalazo".
Los orígenes de este monasterio benedictino femenino se remontan a la época carolingia, erigido reutilizándose partes de edificios de época romana, por lo que resulta muy adecuado que su complejo albergue el Civico Museo Archeologico di Milano.
Arcos de medio punto de las capillas laterales y serlianas superiores |
Pero hoy toca ocuparse del interior de la iglesia, levantada a comienzos del Cinquecento y enteramente decorada con pintura mural, inigualable museo in situ de la scuola lombarda del siglo XVI.
Su distribución es muy curiosa, con una nave única con capillas laterales y loggia serliana superior. Hasta aquí todo parece normal...Y es que la nave está dividida en dos espacios, una parte pública, destinada a los fieles, con entrada por Corso Magenta, y otra privada, la llamada Aula de las monjas, que era de uso exclusivo de la comunidad conventual.
Azonometría de la iglesia de San Maurizio (2). Las indicaciones no están en la imagen original. Son mías |
Planta de la iglesia de San Maurizio (1) |
Ambas zonas se encuentran delimitadas mediante una pared divisoria pintada al fresco por Bernardino Luini (pintor del denominado gruppo dei Leonardeschi).
Pared divisoria en el lado de los fieles, obra de Bernardino Luini, con pala central de Antonio Campi |
El lado hacia la zona pública muestra escenas de la vida de Santa Úrsula y de San Mauricio, una Asunción de la Virgen y una pala central con la Adoración de los Magos de Antonio Campi.
La obra sería patrocinada por Ippolita Sforza, esposa de Alessandro Bentivoglio, miembros de importantes familias de la época en Italia, con motivo de la toma de los votos en el monasterio de su hija Alessandra en 1522, de ahí que ambos esposos aparezcan representados en los frescos.
Santa Cecilia y Santa Úrsula y arco de medio punto con Alessandro Benrivoglio orante "presentado" a la Virgen de la Asunción por San Juan Bautista, San Plácido y San Bernardo |
Las exquisitas decoraciones al fresco de las capillas laterales, pintadas por Aurelio, Evangelista y Giovan Pietro Luini (hijos de Bernardino), Biagio y Giuseppe Arcimboldo (padre e hijo, respectivamente) y otros pintores lombardos de la época, fueron sufragadas por otros importantes personajes vinculados a los Bentivoglio y los Sforza.
En la parte reservada a las monjas el muro divisorio presenta imágenes de Santa Catalina, Santa Águeda, las Bodas de Caná, la Subida al Calvario, la Crucifixión y Cristo muerto, con una bóveda con un atractivo cielo estrellado con Dios Padre, los Evangelistas y ángeles.
Subida al Calvario |
Llanto sobre Cristo muerto |
Dios Padre, Evangelistas y ángeles |
Detalle de una de las escenas |
Entre las capillas hay que mencionar especialmente la del fresco del Arca de Noé, obra de Aurelio Luini.
El Arca de Noé, de Aurelio Luini |
También destaca un imponente órgano, construido en 1554 por Giovan Giacomo Antegnati y decorado por Francesco y Giacomo de' Medici.
Órgano en el Aula de las monjas |
Con la supresión del monasterio en 1798 comenzó la decadencia de este espectacular edificio.
Fotografía del siglo XIX del Aula de las monjas (1) |
Ante el estado que había provocado el abandono, en 1964 hubo una urgente intervención para salvar algunos de los frescos más afectados por la humedad y en 1986 comenzaron sucesivas campañas de restauración que se dieron por concluidas en 2010.
Comentarios
Felicidades Sira. Y sigue stendhaleando...
Es un placer seguir tu blog.