San Miniato al Monte, en Florencia
La Basílica de San Miniato al Monte está ubicada en uno de los sitios más elevados de Florencia, el Mons Fiorentinus, collina di Monte alle Croci o collina di San Minato, en la orilla izquierda del Arno, con unas espectaculares vistas sobre la ciudad y la campiña toscana.
Thomas Cole. Vista de Florencia desde San Miniato. 1837. Cleveland Museum of Art (1)
Vista de la campiña toscana
La tradición hagiográfica dice que San Miniato, primer mártir de Florencia, fue un heroico armenio que en 250 dC., durante la persecución de Decio, a su paso por la ciudad de peregrinación a Roma, se negó a hacer un sacrificio a los dioses paganos, declaró su fe en Cristo, fue sometido a un largo martirio y, finalmente, decapitado, pero que tomando su propia cabeza entre sus manos, comenzó a correr hasta llegar al Monte alle Croci, expresando su deseo de ser allí enterrado. La historia repite la leyenda de Saint Denis, obispo de París decapitado por los romanos que trasladó su propia cabeza hasta la colina de Montmartre.
La primera referencia histórica a una iglesia dedicada a San Miniato en Florencia es un diploma de Carlomagno del año 786 en el que se le concede una propiedad “ad Basilicam S. Minatis Martyris sitam Florentiae”, quizá en sufragio por el alma de su tercera esposa, Hildegarda, fallecida tres años antes, y del que se deduce que existía una iglesia con anterioridad.
En 1018 el obispo Ildebrando de Florencia ordenó su reconstrucción como gran basílica para albergar dignamente unas reliquias de San Miniato que él mismo declaró haber encontrado en el entorno, quizá en uno de los más antiguos cementerios cristianos de Florencia, mencionado en una inscripción del año 417 dC., en el que se habla de un cementerio ubicado en “Mons Florentinus”, y que durante siglos sería el único cementerio cristiano de la ciudad. El obispo entregó la nueva fundación a una comunidad benedictina que había adoptado la reforma cluniacense, pero a partir de 1373 pasó a otra de benedictinos de Monte Oliveto, llamados por el Papa Gregorio XI para hacerse cargo de un convento que ya estaba casi extinto.
La basílica es de planta rectangular con tres naves.
La basílica es de planta rectangular con tres naves.
Alzado y planta de la Basílica de San Miniato (2)
El interior busca ser una representación del Cielo, un lugar de belleza asombrosa, lleno de la presencia de Cristo, con la luz dorada reflejada en los rostros de los fieles. La visión del misterio nos la introduce el piso de mármol de intrincados arabescos, figuras geométricas y animales fabulosos de los bestiarios.
También observamos la armonía cósmica, con un zodiaco rodeando la imagen estilizada del sol, fuente de luz y de vida en el tiempo y en el espacio, similar al del Baptistero de Florencia, posiblemente de los mismos artífices.
La semicúpula de ábside cuenta con un impresionante mosaico de 1297 de estilo bizantino con el Pantocrátor concediendo la Gloria Celestial a San Miniato, que aparece con el título de “Rex Erminie”, rey de Armenia, representado, con la misma categoría que la Madre de Dios, en el acto de entregar su corona terrenal al verdadero Rey.
La pala del altar con los santos Vicente, Santiago el Mayor y Eustaquio y la decoración de frescos son obra de los hermanos Piero y Antonio del Pollaiuolo, y el techo de terracota policromada con cinco tondos con el Espíritu Santo y las Virtudes Cardinales, de Luca della Robbia.
Bóveda vaída de la Capilla Portogallo con decoración de cerámica vidriada de Luca della Robbia (5)
Frente a la sepultura se encuentra una tabla con la Anunciación de Alesso Baldovinetti.
La sacristía, a la que se accede por la derecha del presbiterio, está decorada con un ciclo de frescos con escenas de la vida de San Benito de Spinello Aretino, fechados en 1378 y de fuerte influencia de Giotto.
Sacristía de San Miniato (6)
La fachada, obra maestra de la arquitectura románica toscana, se inició en el siglo XI. Se divide en dos cuerpos: uno inferior con cinco arcos de medio punto sobre columnas de basas y capiteles corintios de mármol blanco y fustes de serpentina verde, haciendo referencia a las primeras basílicas palocristianas de cinco naves aunque ésta sólo tenga tres, cubierto por frontón clásico interrumpido por un segundo cuerpo que se corresponde con la nave central y que también se remata con frontón.
Trazado regular del diseño de la fachada (7)
Los muros alternan mármol blanco de Carrara y serpentina verde de Prato formando dibujos geométricos, en una policromía que después se repetirá en múltipes construcciones florentinas, y también cuentan con un mosaico dorado con Cristo bendiciendo entre la Virgen y San Miniato, repitiendo la iconografía del ábside, quizá del mismo autor anónimo.
Fachada de San Miniato
La zona monástica cuenta con un claustro también diseñado por Michelozzo que incorpora el Palacio Episcopal, con una elegante galería de esbeltas columnas jónicas decorada con frescos de Paolo Uccello iniciados después de 1447, redescubiertos en edad contemporánea y que narran episocios de la vida de los Padres del Desierto, ejemplo de vida ascética que los monjes de Monte Oliveto recuperaron en su reforma de la orden benedictina.
Otros MONASTERIOS en Viajar con el Arte:
San Esteban convento e iglesia, de Salamanca
San Martiño Pinario en Santiago de Compostela
Santa María del Paular en Rascafría (Madrid)
Santo Tomás de Ávila
San Antonio el Real de Segovia
Convento de Santa Cruz convento e iglesia, de Segovia
Santa María del Parral de Segovia
Convento da Madre de Deus, hoy Museu Nacional do Azulejo en Lisboa
Santa Maria Gloriosa dei Frari de Venecia
San Michele in Isola de Venecia
San Giorgio Maggiore de Venecia
(2) http://www.artandarchitecture.org.uk/images/conway/aa24ff71.html
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Marta