Las Ocho Calles en los jardines del palacio de La Granja de San Ildefonso, en Segovia
El Palacio Real de la Granja de San Ildefonso está en la ladera noreste de la Sierra de Guadarrama, a poco más de diez kilómetros de Segovia y a noventa de Madrid, un lugar plagado de historia en el que Felipe V, primer Borbón, buscó encontrar consuelo a su melancolía rodeándose de belleza y dedicándose a la caza y a escuchar música, las arias que todas las noches cantaba expresamente para él Carlo Broschi “Farinelli”, un castrato italiano traído por Isabel de Farnesio, la segunda esposa del rey, a la corte española para aliviar los males de su regio marido.
Eje del Parterre y Cascada Nueva desde la Fuente de las Tres Gracias, con la fachada del palacio al fondo
JEAN RANC. Retrato de Felipe V (c. 1723). Óleo sobre lienzo, 144 x 115 cm. Museo del Prado (Madrid). El retrato es del año en el que Felipe V se traslada a La Granja (1)
Aunque fue construido en el siglo XVIII, el enclave ya poseía una larga tradición en relación con la realeza. Y es que desde la Edad Media los reyes de Castilla ya usaban como cazaderos los bosques al pie de la sierra de Guadarrama y en 1450 Enrique IV de Trastamara eligió ese lugar concreto para construir una ermita dedicada a San Ildefonso y una casa en la que pernoctar durante las jornadas de caza.
En 1471 los Reyes Católicos cedieron la propiedad a los Jerónimos del Monasterio del Parral de Segovia para que construyeran una granja de recreo pero los monarcas sucesivos siguieron cazando en la zona, con el Palacio de Valsaín al lado, hasta que en 1718 Felipe V, un gran aficionado a la caza, lo mismo que Isabel de Farnesio, compró los terrenos a los Jerónimos para construirse una residencia.
Teodoro Ardemans, maestro mayor español, construyó un primer palacio remodelando el edificio de los jerónimos y posteriormente intervinieron Andrea Procaccini y Giovanni Battista Sacchetti, el último sobre un proyecto de su maestro Filippo Juvara, para terminar dándole el aspecto que actualmente tiene.
Plano general del conjunto de palacio y jardines de La Granja de San Ildefonso (2). La abundancia de agua fue decisiva para que Felipe V decidiera construir en ese lugar y le permitiera llenar el jardín de fuentes espectaculares. El sistema consiste en un estanque general, el Mar, en la zona más oriental y más alta del conjunto (en azul en el plano), otros seis más pequeños (en verde en el plano), y varios kilómetros de cañerías de hierro, formando un mecanismo hidráulico que sólo necesita de la presión del agua para elevar los surtidores, que en algunas fuentes alcanzan más de cuarenta metros de altura
Pero con un simple vistazo del plano general puede entenderse que el verdadero protagonista del conjunto siempre fue el jardín, diseñado por René Carlier, y la plasmación más clara en España de las ideas desarrolladas por André Le Nôtre en los jardines de Vaux le Vicomte y Versalles, tomadas por Robert de Cotte, primer arquitecto de la corte francesa, para diseñar jardines según los siguientes preceptos fundamentales: someter el arte a la naturaleza, clarificar y nunca sobrecargar el trazado, y no descubrirlo en exceso para que pareciera más grande de lo que realmente era. Carlier, discípulo de Robert de Cotte, pareció seguirlas al pie de la letra en La Granja.
Las características naturales del paisaje y las perspectivas yuxtapuestas se justifican por el suelo accidentado y por la situación preexistente del palacio en un plano más bajo, en una composición que se pone en relación con el Chateau de Marly, residencia de recreo de Luis XIV y donde el nuevo rey de España, su nieto, había pasado largas temporadas en su infancia.
Maqueta del palacio y los jardines de Marly en el Musée-Promenade de Marly-le-Roi, Louveciennes (3)
El mayor logro del jardín está en la estructura interior y en su concepción escenográfica, con importantes perspectivas que atraen al paseante hacia los puntos más significativos, de acuerdo a las características propias del jardín francés.
Eje del Parterre y Cascada Nueva desde el Balcón Real del Palacio
En el terreno ascendente frente al palacio, Carlier ubicó un jardin à la mode con varios ejes orientales paralelos superpuestos.Y junto a este jardín también diseñó un parque de caza en la parte sur del conjunto, sin el carácter ornamental del jardín ante el palacio y separado de éste por una cerca para que no se escaparan los animales, organizado mediante ocho calles convergentes en una glorieta central y otras cuatro plazuelas secundarias en una forma estrellada que por ello se conoce como Las Ocho Calles.
En 1723 Felipe V ya decidió trasladarse a La Granja y el 10 de enero de 1724 anunció su abdicación en su hijo Luis I; pero con la muerte de éste en agosto de ese mismo año se vio obligado a volver al trono, de ahí que La Granja tuviera que adaptarse para convertirse en palacio de monarca reinante y no retirado. Así, el palacio fue ampliado según proyecto de Procaccini y al jardín se le incorporó toda la zona del parque de caza, que dejó de tener esa función y también fue decorado con fuentes y esculturas, para lo que en 1724 debió llamarse a Esteban Marchand, que adoptaría las mismas funciones que el fallecido Carlier.
El acceso al jardín se realiza por el Patio de la Herradura, la fachada sur del Palacio. Las rejas datan del reinado de Felipe V pero no se colocaron hasta 1844, cuando la plaza adquirió la forma actual al construirse la escalinata que la separa del Parterre de La Fama, con un desnivel que antes se salvaba mediante una escalera y rampas de césped.
Rejas de acceso a los jardines del palacio (4)
Patio de la Herradura, la fachada sur del palacio
Uno de los óculos del Patio de la Herradura
Vista del Parterre de la Fama desde el Patio de la Herradura
Centrándonos en la zona de las Ocho Calles, trazada por René Carlier desde el proyecto inicial, aunque con sustanciosas modificaciones tras la vuelta al trono de Felipe V, sus hitos más importantes son el Estanque Cuadrado, la Fuente del Canastillo, las Fuentes gemelas de las Tazas, la Plaza de las Ocho Calles, la Fuente de Latona o de las ranas, las Fuentes gemelas de los Dragones o del trípode de Apolo, el Parterre de la Fama, la Fuente de la Fama y la Fuente de los Baños de Diana.
Detalle de la zona de las Ocho Calles con los hitos más significativos. Plano con modificaciones propias tomado de (2)
El Estanque Cuadrado es uno de los depósitos de agua que sirven para riego de los jardines y el abastecimiento de los juegos de agua de las fuentes
Las reproducciones de las Vistas de La Granja, parte de una serie de Vistas de los Sitios Reales realizadas por Fernando Brambilla entre fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, nos muestran que estamos realizando un paseo por un jardín histórico.
Todas las reproducciones de Brambilla están tomadas de SANCHO, J. L., Las vistas de los sitios reales por Brambilla. La granja de San Ildefonso, 2000
Fuente del Canastillo. Como parte de la organización añadida cuando el conjunto se reestructura como sede de corte y no sólo lugar de retiro, ya está proyectada por Marchand y es más sencilla que las fuentes en el eje del palacio en cuanto a escultura
La caza del ciervo. El proyecto de Marchand ya contaba con colocar cuatro grupos de mármol rodeando la plaza aunque los actuales son de plomo imitando mármol de la primera mitad del siglo XIX siguiendo modelos clásicos
Fuente de la Taza. Son dos fuentes casi gemelas salvo ligeros matices, tritones o nereidas, inspiradas en la Fuente de las Tortugas de la Piazza Mattei en Roma
Las esculturas que decoran los jardines, el conjunto decorativo francés de este género más amplio y mejor conservado de la época, se deben, sobre todo, a los escultores franceses René Frémin y Jean Thierry, que estaban trabajando en Versalles y Marly y en 1721 fueron llamados para dirigir un equipo de operarios. Con posterioridad, también se incorporaron Jacques Bousseau, los hermanos Antoine y Hubert Dumandre y Pierre Pitué.
Talía, una de las nueve musas del Parnaso. Las esculturas de mármol en los chaflanes de la calle de la Medianería representan a Apolo y las Nueve Musas en una representación del Parnaso, realizadas por Bousseau pero siguiendo modelos de su antecesor Frémin
El punto neurálgico de esta zona del jardín es la Plaza de las Ocho Calles, presidida por un grupo escultórico central con Mercurio y Psique, y en el que convergen todas las avenidas principales del parque.
El grupo de Mercurio y Psique ocupa el centro de la plaza. El total de juegos de agua que se ven desde este punto son dieciséis: los ocho de la propia plaza, los dos de las Tazas, los dos de los Dragones, el Canastillo, Latona, la Fama y las Tres Gracias, esta última en la zona del jardín francés (Fotografía cedida por Marta López-Riobóo, compañera de muchas risas y alguna que otra fatiga)
Detalle del grupo escultórico central. Mercurio transporta a Psique al Olimpo para que se despose con Eros con la ayuda de los fuertes soplidos de Céfiro
Las ocho fuentes en las entrecalles se levantaron en 1734 y representan a Cibeles, Marte, Victoria, Neptuno, Ceres, Hércules, Minerva y Saturno, todas obra de Frémin aunque la primera y la última fueron acabadas por Dumandré.
Fuente de Minerva, diosa de la inteligencia y de la guerra y protectora de las ciencias, está sentada, porta lanza y escudo en su mano y a sus pies están los símbolos de la ciencia. Las ocho fuentes cuentan con estanques mixtilíneos solados con baldosas de mármol y pizarra en damero
Durante todo el recorrido, destacar las perspectivas que se nos abren gracias al trazado de las calles.
Camino de las Ocho Calles desde la Fuente de Latona
La Fuente de Latona o de las ranas, también diseñada por Marchand, refleja el episodio en el que Latona, junto a sus hijos Apolo y Diana, huyendo de la venganza de Juno, llega a Licia y pide agua a unos campesinos y cuando se la niegan, clama venganza a Júpiter, que les convierte en ranas. La diosa con sus hijos aparece en el centro sobre un pedestal rodeada de una multitud de ranas de diversos tamaños y algunos campesinos en el momento de metamorfosearse.
Fuente de Latona
Ranas y campesinos todavía metamorfoseándose en ranas
Las Fuentes gemelas de los Dragones o del trípode de Apolo, lo mismo que las de la Taza, están colocadas como hito para ser vistas en las encrucijadas de las calles
Ya de nuevo en la parte más baja del jardín nos adentramos en el Parterre de la Fama. Aunque Marchand lo ideó como parterre francés, en 1849 se rehizo como parterre a la inglesa, que es como hoy lo vemos.
Parterre de la Fama desde el Patio de la Herradura, con las esculturas de Dafne y Apolo y, al fondo, la Fuente de la Fama
Cuenta con las esculturas de Frémin de Dafne y Apolo y ocho jarrones de plomo, cuatro con las armas de Felipe V e Isabel de Farnesio y otros cuatro con figuras y trofeos de caza.
Dafne
Apolo
Detalle de un jarrón con redes, instrumentos de caza y Ninfas cazadora
Desde este punto contamos con una interesante perspectiva que acaba en la fachada sur del palacio, el Patio de la Herradura, la zona desde donde habíamos empezado la visita
Avanzando hacia el final del parterre nos encontramos con la Fuente de la Fama. Realizada ha. 1730, Frémin se inspiró en un dibujo de Charles Le Brun para la figura principal. Se interpreta como una alegoría de Felipe V como vencedor en la Guerra de Sucesión y en otras campañas en Italia para lograr que Carlos y Felipe, los hijos habidos en el matrimonio con Isabel de Farnesio, obtuvieran el Reino de Nápoles y el Ducado de Parma respectivamente.
Fuente de la Fama. Se conforma mediante un estanque circular donde se erige un peñasco de unos seis metros de altura en cuya cima se encuentra la Fama sobre Pegaso tocando su clarín, de donde surge un surtidor que alcanza más de cuarenta metros de altura, mientras varios guerreros moros caen a sus pies
Alrededor del estanque aparecen amorcillos cabalgando sobre tritones.Amorcillo cabalgando sobre un tritón. Por razones económicas, en vez de fundir en bronce todas las esculturas que formaban parte de las fuentes se recurrió al plomo barnizado imitando bronce rojizo con pequeños detalles de dorado de acuerdo a una práctica habitual en Francia, aplicado por el especialista Jean La Coste
En la plaza también hay dos estatuas de mármol de Frémin que representan a Lucrecia y Atlanta.
Atlanta
Por último, nos detenemos en la Fuente de los Baños de Diana, la última de las obras de conformación del jardín y la única fuente con carácter arquitectónico, realizada al final del reinado de Felipe V como colofón de un jardín cuyas obras hidráulicas ya formaban un conjunto homogéneo y cerrado. El proyecto fue de Frémin y Bousseau y la ejecución de Bousseau, sin que quedara definitivamente terminada hasta 1745, ya bajo la supervisión de Pierre Pitué y Hubert Dumandre.
Fuente de los Baños de Diana
Se dice que representa los primeros momentos de una historia tomada de Las Metamorfosis de Ovidio en la que mientras Diana toma un baño rodeada de sus Ninfas, es sorprendida por el príncipe tebano Acteón que, como castigo por haber visto a la Diosa desnuda, es convertido en ciervo al que mata su propia jauría de perros.
Ninfas de Diana
La plaza semicircular está decorada con esculturas en mármol de seis Ninfas cazadoras sentadas en diferentes actitudes, obra de Pitué y Dumandré, cuatro jarrones de plomo pintados imitando mármol y bancos.
Ninfa pescadora
Ninfa cazadora
Y terminamos el paseo de vuelta hacia el Patio de la Herradura.
En cuanto al uso del palacio por la Casa Borbón, a la muerte de Felipe V en 1746, a Isabel de Farnesio se le reservó el disfrute vitalicio de La Granja, donde residió durante el reinado de su hijastro Fernando VI. En 1759, con la llegada al trono de España de su hijo Carlos III, La Granja volvió a convertirse en residencia de monarca reinante entre la “jornada” de primavera en Aranjuez y la de otoño en El Escorial, situación que se prolongó durante el reinado de Fernando VII pero que cambió durante el de Isabel II, cuando la Familia Real se acogió a la moda de los baños en las playas del norte, primero en San Sebastián, donde la Reina Regente Mª Cristina de Habsburgo construyó el Palacio de Miramar, y después en Santander, en el Palacio de la Magdalena, regalo de la ciudad a Alfonso XIII en 1912. De todos modos, este monarca sí residió en el palacio, y allí nacieron sus hijos Jaime, Beatriz y Juan de Borbón y Battenberg.
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Notas:
(4) http://www.foroxerbar.com/viewtopic.php?t=6378
Fuentes:
BOTTIENAU, Y., El arte cortesano en la España de Felipe V, 1986.
SANCHO, J. L. La arquitectura de los Sitios Reales: catálogo histórico de los palacios, jardines y patronatos reales del Patrimonio Nacional, 1996.
SANCHO, J. L., Las vistas de los sitios reales por Brambilla. La Granja de San Ildefonso, 2000.
http://www.unizar.es/artigrama/pdf/20/3varia/7.pdf
http://www.webdelagranja.com/palacio/palacio.php
Comentarios
Gracias de nuevo Sira.
Vitti.
Con tu permiso llevo la foto de Hermes/mercurio a la página de Facebook de "Cazadores de Hermes Barcelona" http://www.facebook.com/HermesBCN
Un abrazo!
Un abrazo
Me permito compartirlo en el grupo de Facebook: «HABLEMOS DE ARTE».
https://www.facebook.com/groups/232981556740716/
Saludos desde Baja California, México.
saludos,
Escapada marrakech 3 dias