El monasterio de Santa Cruz de Coimbra

El monasterio de Santa Cruz fue fundado en 1131 por D. Telo, arcediano de la Sé de Coimbra, y D. Jõao Peculiar, después obispo de Oporto y arzobispo de Braga, que formando una comunidad de doce frailes acogidos a la regla de San Agustín pidieron permiso a la corona para instalarse extramuros de la ciudad en un solar conocido como Banhos D'El Rei. Al año siguiente la comunidad eligió como prior a Teotonio, después santo.

mosteiro Santa Cruz Coimbra
Fachada de la iglesia del convento de Santa Cruz
de Coimbra

Desde su fundación el nuevo convento contó con el apoyo de D. Afonso Henriques y D. Sancho I, primeros reyes de Portugal, ambos sepultados en el convento junto a sus respectivas esposas, D. Mafalda de Sabóia y D. Dulce de Aragão, conformándose como el monasterio más importante de los primeros tiempos de la monarquía portuguesa y el centro cultural más antiguo del país, con un papel decisivo en el plano político-institucional gracias a los beneficios papales y las donaciones regias, con un scriptorium que materializó la máquina propagandística elaborada por los monarcas, una vasta biblioteca y una prestigiosa escuela por la que pasaron las élites del poder y la intelectualidad del reino, en la que recibió formación Fernando Martins de Bulhões, conocido como San Antonio de Padua.

Torre Almedina Coimbra
Maqueta de Coimbra en época medieval, con el convento de Santa Cruz
extramuros a la izquierda (1)

Desde el principio, la comunidad también ejerció una importante actividad apostólica y asistencial, fundándose ya en el siglo XII el anexo hospital de San Nicolás, que también funcionaba como hospicio y asilo de pobres.

A partir 1834, con la extinción de las Órdenes Religiosas y la expropiación de sus bienes, en el claustro del silencio se instaló una biblioteca y el refectorio, que ocupaba toda la panda norte, se convirtió en sede de la Asociación de Artistas.

A lo largo de todo el siglo XX fue objeto de múltiples intervenciones para consolidar el edificio en distintos puntos y en la década de 2000 el conjunto fue sometido a una restauración completa.

Apenas se adivina nada de la primera construcción románica, levantada entre 1132 y 1223 seguramente siguiendo las trazas del maestro Roberto, artífice de origen francés, que después trabajó en la Sé de Coimbra y en la de Lisboa, ambas con semejanzas respecto a Santa Cruz. Se cree que presentaría tres naves o una sola con capillas laterales y cabecera triple.

Y es que durante el reinado de D. Manuel I, en la primera mitad del siglo XVI, habiendo sido nombrado prior del convento D. Pedro Vaz Gavião, obispo de Guarda, todo el convento experimentó una renovación completa en la que participaron los mejores artistas del momento, como Diogo Boytaca, Marcos Pires, Diogo de Castilho, Machim y João de Ruão, Cristóvão de Figueiredo y Vasco Fernandes o Nicolau de Chanterenne.

En 1516 murió D. Pedro Vaz y las obras continuaron con la supervisión sucesiva de los priores Diogo Nunes, João Galvão y Brás de Barros, reformador espiritual de la comunidad que decretó de nuevo la clausura.

Como resultado, hoy contamos con una iglesia cuya fachada románica, que sería similar a la de la Sé Velha de Coimbra, con torre central alojando un nartex y ventana superior, está alterada mediante la adición de dos torres laterales con cornisas y pináculos añadidos por Boytaca y una nueva portada manuelina diseñada por Castilho y con labor escultórica de Chanterenne. El arco de triunfo que precede a la portada fue añadido en la segunda mitad del siglo XVIII.

La fachada en la actualidad

En el siglo XIV la iglesia estaba al mismo nivel que el plano de la plaza que tiene delante. En el XVI se optó por subir el suelo de la misma dejando la iglesia y el atrio que marcaba su jurisdicción cuatro escalones por debajo, que fueron incrementándose y variando su trazado hasta que en 1995 se decidió rebajar toda la plaza para ponerla de nuevo al nivel de la fachada de la iglesia.

Fotografía antigua Santa Cruz Coimbra
Fotografía de la fachada a mediados siglo XX (2)

La portada tiene dos cuerpos flanqueados por sendos arbotantes que servían de soporte de esculturas de los Apóstoles alojadas en nichos, la mayoría perdidas. El cuerpo bajo presenta una arco de medio punto que cobija un vano adintelado y un óculo elíptico añadidos también durante las remodelaciones de la segunda mitad del siglo XVIII.

Parte superior de la fachada

El segundo cuerpo se divide en tres calles separadas por pilastras estriadas acabadas en pináculos. En la calle central aparecen tres nichos avenerados con la Virgen flanqueada por el rey David y el profeta Isaías, esculturas realizadas por João de Ruão. Por encima hay una gran ventana arquivoltada de medio punto que ilumina el coro alto.

rey David y profeta Isaías
Detalle de los nichos centrales con la Virgen flanqueada por el rey David y
el profeta Isaías

En las calles laterales aparecen los Doctores de la Iglesia, los santos Gregorio y Ambrosio al lado del Evangelio y Jerónimo y Agustín al de la Epístola.

Esculturas de los santos Jerónimo y Agustín y uno de los profetas conservado
del arbotante de la Epístola

Esculturas de los santos Gregorio y Ambrosio y uno de los profetas conservado
del arbotante del Evangelio

En la parte superior del muro de la fachada se ubican las armas de D. Pedro Vaz Gavião, bajo cuyo priorato se comenzaron estas obras de remodelación.

Ya en el interior, el templo tiene planta de nave única de cuatro tramos, grandes ventanas mixtilíneas, cubierta con bóvedas manuelinas con nervios que desembocan en semicolumnas torsas apoyadas sobre ménsulas, todo ello correspondiente a una primera fase de renovación de la mano de Boytaca, capilla mayor profunda y capillas laterales irregulares muy modificadas a lo largo de los siglos.

Nave de la iglesia de Santa Cruz desde el sotocoro

Una de las más interesantes era la capilla de Jesús, revestida de azulejos y con los túmulos de los priores Vaz Gavião y Noronha e Meneses, de donde procede el conjunto escultórico del Entierro de Cristo de João de Ruão que se conserva en el Museu Machado de Castro, una escena de gran tensión dramática.

Entierro de Cristo de João de Ruão en el Museu Machado de Castro

El coro alto a los pies fue añadido en una segunda fase de transformaciones por Diogo de Castilho. Tiene bóveda estrellada y decoración escultórica de João de Ruão, y en él se ubicó, trasladándolo desde la capilla mayor, una magnífica sillería esculpida y dorada fechada ha. 1512, un ejemplar excepcional de la época manuelina.

La nave de la iglesia desde la capilla mayor, con el
coro alto a los pies

La capilla mayor, abierta a la nave mediante arco de triunfo de medio punto abarcado por otro conopial, alberga las sepulturas de D. Afonso Henriques y su sucesor, D. Sancho I, al lado del Evangelio y de la Epístola respectivamente. En origen los enterramientos estaban en el nártex de la iglesia, bajo la torre central de la fachada románica, pero D. Manuel I ordenó la realización de nuevos sepulcros para ubicarlos a ambos lados del altar en 1530.

Sepultura de D. Afonso Henriques

Sepultura de D. Sancho I


Planta mosteiro Santa Cruz Coimbra
Plano del monasterio de Santa Cruz anterior a 1995, cuando todavía la plaza estaba a un nivel más alto que la cota de la fachada (1). Las indicaciones son mías

Se conforman mediante arcosolios de medio punto abarcados por otro conopial triple y todo ello enmarcado por arbotantes. Contienen sarcófagos sobre el que reposan los yacentes, obra de Chanterenne, con el resto de la decoración escultórica a cargo de varios de sus ayudantes, conformando un abigarrado conjunto de Ángeles, Profetas y Virtudes y elementos gótico-renacentistas a los que también se añadieron los símbolos de D. Manuel I: la esfera armilar y la cruz de la Orden de Cristo.

Yacente en la sepultura de D. Afonso Henriques

Yacente en la sepultura de D. Sancho I

En cuanto al retablo, es una obra barroca realizada en madera imitando mármol.

Retablo mayor

El púlpito, también realizado por Chanterenne, data de 1521 y puede considerarse obra plenamente renacentista. Es de sección poligonal apoyado sobre una gran ménsula decorada con grutescos, cabezas de angelotes, elementos vegetales y un dragón alado de remate. Muestra nichos avenerados con los cuatro Doctores de la Iglesia flanqueados por pequeñas imágenes de Sibilas y Profetas. También se observan los símbolos de la heráldica manuelina, con cruces de la Orden de Cristo y esferas armilares.

Púlpito

Detalle de la labor escultórica del púlpito

En el siglo XVIII se instaló un órgano de Gómez Herrera y las paredes de la nave se decoraron con azulejos con escenas que reflejan la Historia de la Vera Cruz en el lado del Evangelio y la Vida de San Agustín en el de la Epístola.

Órgano del siglo XVIII

Paneles de azulejos con la Historia de la Vera Cruz en el lado del Evangelio

Paneles de azulejos con la Vida de San Agustín en el lado de la Epístola

La sacristía, paralela a la capilla mayor en el lado de la Epístola, fue construida a partir de 1662 por Pedro Nunes Tinoco. Es de planta rectangular, organizada mediante pilastras adosadas que soportan un entablamento sobre el que se alza una cubierta de cañón casetonado. La luz proviene de dos ventanas termales en los lados más estrechos. Está decorada con azulejos y cuadros como Pentecostés de Grão Vasco y el Ecce Homo de Cristóvão de Figueiredo, los pintores portugueses más importantes del siglo XVI, o el Descendimiento de André Gonçalves.

Sacristía

Detalle del alzado de la sacristía, con las pilastras, el entablento y
la cubierta castetonada

Grão Vasco. Pentecostés (1534-1535). Sacristía de Santa Cruz de Coimbra (3)

En una sala abierta en su testero oeste se exhiben una casulla del siglo XIII realizada con un tejido musulmán del tiempo de San Antonio de Padua y un conjunto de ornamentos litúrgicos del siglo XVIII, y en otra sala contigua hay tres relicarios de plata del siglo XVI, el más destacado es un busto relicario que contiene el cráneo de San Teotonio, además de varios cálices y otros objetos de plata.

Busto relicario con el cráneo de San Teotonio

El lavabo está en una sala aparte abierta a la derecha del testero este y desde el otro lado se entra en la sala capitular, que también tiene acceso desde el claustro del silencio mediante una portada de arco conopial envuelto en otro mixtilíneo.

Lavabo de la sacristía

Portada de la sala capitular desde el claustro del silencio

Es obra de Boytaca, de planta rectangular con dos tramos de cubierta nervada estrellada apoyada sobre semicolumnas torsas rematadas con ménsulas, la misma solución que el arquitecto adopta en la nave de la iglesia.

Sala capitular y capilla de San Teotonio

Cuenta con un altar mayor conformado como capilla dedicada a San Teotonio, el primer prior del monasterio, y que contiene sus restos, obra de Tomé Velho fechada ha. 1588, cuando también se añade el revestimiento de azulejos.

El claustro se levantó sobre la estructura del primitivo románico bajo la dirección de Marcos Pires a comienzos del siglo XVI. Tiene planta cuadrangular con dos alturas. La galería baja está cubierta con bóveda estrellada y se abre al jardín mediante arcos apuntados ubicados entre contrafuertes sobre los que se insertan otros dos de medio punto rebajados de perfil torso separados por mainel. En tres de sus ángulos se conservan los bajorrelieves del Ecce Homo, Camino del Calvario y Llanto ante Cristo muerto de Nicolau Chanterenne, que junto a otro desaparecido, completaban un Ciclo de la Pasión de Cristo.

Ecce Homo

Camino del Calvario

Llanto ante Cristo muerto

La galería alta abre al jardín mediante tramos conformados por triple arcada de arcos rebajados.

Claustro del silencio

Galería alta del claustro del silencio (2)

Tiene dos fuentes, una en la esquina sureste contemporánea a la arcada y otra central fechada en el siglo XVII.

Fuente de la esquina sureste del claustro del silencio

Fuente central del claustro del silencio

El refectorio ocupaba toda la panda norte. Fue construido por Diogo de Castilho y alojaba la Última Cena de un artista identificado con el nombre de Hodart Vyryo y muy poco estudiado, en la actualidad en el Museu Nacional Machado de Castro, un conjunto de barro cocido con figuras de tamaño natural que se conforma como la muestra de escultura renacentista más importante de Portugal.

Panda norte del claustro del silencio, donde estaba el refectorio

Figuras del grupo de la Última Cena de Hodart, hoy en el
Museu Machado de Castro
En la actualidad es una sala de exposiciones temporales a la que se accede por la Rua Olímpio Nicolau Rui Fernandes.

A la derecha de la fachada de la iglesia de Santa Cruz está el famoso Café Santa Cruz, con una curiosa historia. Desde tiempos de la fundación del convento, la capilla de Sao João, en el lado del Evangelio, fue cedida por el prior Teotonio a un grupo de piadosas señoras que decidieron vivir junto al convento hasta que el papa Inocencio II aprobó la fundación de San João das Donas o canónicas reclusas de Santa Cruz, adscritas también a la Orden de San Agustín, con el convento adosado al lado del Evangelio de la iglesia de Santa Cruz, donde hoy se levanta la Cámara Municipal.

Fachada de la iglesia con el Café Santa Cruz a la derecha

Como a comienzos del siglo XVI dicha capilla era muy frecuentada, desarrollando labores como capilla de las monjas pero también parroquiales, con la reforma manuelina se le buscó mejor acomodo en la capela dos Mártires, a los pies del lado de la Epístola de la iglesia de Santa Cruz, hasta ese momento dedicada a los Santos Mártires de Marruecos y mandada construir por el prior D. Gomes a mediados del siglo XV.

Pero poco después la pequeña comunidad femenina quedo extinguida y hacia 1530 fray Brás de Barros, dentro de la reforma espiritual que había emprendido en la comunidad de Santa Cruz, decidió reservar la iglesia del convento para uso exclusivo de los frailes y convertir la antigua la capilla de las monjas en iglesia parroquial de la feligresía de San João de Santa Cruz, encargando su remodelación, seguramente, a Diogo de Castilho, en ese momento trabajando en el convento agustino.

Litografía de ha. 1840 con lachada de la iglesia de Santa Cruz con la iglesia de
Sao 
João das Donas (4)

El nuevo espacio presentaba nave única de dos tramos con cubiertas de bóvedas de nervaduras, cuatro capillas laterales abiertas mediante arcos de medio punto y ábside cuadrado también con cubierta nervada. De la fachada, ahora ya habilitada hacia el exterior, apenas se sabe nada.

Tras las desamortizaciones del siglo XIX y la asunción de las funciones parroquiales de la feligresía de Sao João Baptista y Santa Cruz por la propia iglesia del monasterio, el templo se desacralizó y pasó por distintos usos hasta que en la década de 1920 se adaptó a café-restaurante levantándose el piso unos dos metros por encima del primitivo, con lo que la volumetría original del espacio original interior queda muy modificada, y erigiéndose una nueva fachada revival que mezcla distintos estilos.

Diseño de la fachada del café (5)

Interior del Café Santa Cruz en la actualidad

El convento contaba con otro claustro del que apenas queda nada, el llamado Claustro do Jardim da Manga, donde se encontraba el hospital, una de las actividades asistenciales más importantes desarrolladas por la comunidad de Santa Cruz.

El aspecto que presentaba hasta las desamortizaciones del siglo XIX partía de la remodelación promovida en el XVI por el prior fray Brás de Barros, el mencionado reformador espiritual de la comunidad de Santa Cruz, pero hoy está tan alterado que ya no es reconocible, pues tras las exclaustraciones perdió una de las pandas para la regularización del trazado viario y las restantes han sido muy remodeladas a lo largo del siglo XX.

Parcial de un plano de Izidoro Emílio Baptista de 1834 en el que
todavía se ven el claustro de Sao Joao, hoy ocupado por la Cámara
Municipal de Coimbra, y el Claustro do Jardim da Manga (4)

Claustro do Jardim de Manga antes de la demolición, con una torre también
perteneciente al complejo de Santa Cruz que también fue demolida
ante su peligro de derribo a mediados del siglo XX (7)

Sí conserva la fuente renacentista del centro, obra João de Ruão de la década de 1530, con una planta de cruz inscrita en un rectángulo compuesta por un pequeño templete central copulado conectado a cuatro pequeñas capillas en los ángulos que contaban con sendos retablos dedicados a los santos Juan Bautista, Jerónimo, Pablo y Antonio, tres de ellos, aunque mutilados, conservados en el Museu Machado de Castro, todo ello rodeado de estanques con agua y que incluía un complejo programa iconográfico y de juegos de agua articulados en relación con la Fuente de la Vida, los cuatro ríos del Paraíso y el Universo y con Cristo y los Cuatro Evangelios.

Planta Jardim da Manga
Planta de la fuente del Jardim da Manga (6)

Fuente del Jardim da Manga

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Santo Tomás de Ávila
San Antonio el Real de Segovia
San Miniato al Monte de Florencia
Convento da Madre de Deus, hoy Museu Nacional do Azulejo en Lisboa

Imágenes:


Fuentes:

http://www.presidencia.pt/archive/doc/Mosteiro_de_Santa_Cruz_de_Coimbra.pdf

Comentarios

Roberto ha dicho que…
Feliz año bueno y gracias por acortar tus vacaciones digitales para traernos una nueva joyita. Que sepas que me estás creando ansiedad por el trabajo (de viajes) que me estás dando, ;-) Las dos veces que he estado en Coimbra he debido pasar muy rápido porque tampoco conocía esta maravilla, especialmente esa fuente renacentista tan original.
Un abrazo.
Sira Gadea ha dicho que…
De ansiedad nada, por favor, Roberto. Hay que disfrutar, disfrutar siempre, de los viajes reales y de los virtuales. Espero poder seguir este año descubriéndote nuevos lugares, en Coimbra o en cualquier otro sitio. Feliz año bueno, que eso me ha gustado mucho.
Charles de Batz ha dicho que…
Lo primero: feliz año y lo mejor para lo que viene a partir de ahora.

La lectura de tus entradas, de tan documentadas y llenas de interés que están generan muchos momentos de reflexión a medidas que vas avanzando en su lectura.

El primero, para mi es el de reconocer lo poco que sabemos de un arte tan próximo como es el portugués, si lo comparamos con otros como son el francés, el italiano, etc... Siempre me ha llamado positivamente la atención de ellos, la frescura, el colorido que transmiten. Esa gracia y vivacidad que tienen al emplear con tanta frecuencia el azulejo..

Me llama también la atención un hecho que he visto con relativa frecuencia en algunos monumentos: me refiero a la elevación del suelo que se produce a lo largo del tiempo, y que provoca que se hagan modificaciones en dicho monumento. En las imágenes anteriores al rebaje del año 95, da la sensación de que la fachada del monasterio se está hundiendo, como ocultando bajo la tierra.

Un abrazo
Sira Gadea ha dicho que…
Muy Feliz año y mis mejores deseos también para ti, Charles de Batz. Es verdad que Portugal es un desconocido para muchos españoles, con lo cerquita que estamos y lo mucho que compartimos, con tantas influencias mutuas en el arte que se ven a cada paso. Poco a poco a ver si vamos adentrándonos en él para ir descubriendo nuevos y maravillosos rincones. Un abrazo, encantada de verte de nuevo por aquí. Todos para uno con el arte.
Calamidad ha dicho que…
Increíble entrada para un increíble lugar como el monasterio de Santa Cruz. Sin lugar a dudas el claustro no se puede llamar de mejor manera ya que no se oye ni una mosca y mira que fuera hay un buen bullicio. Me has inspirado, Sira, y lo mismo hago un articulillo sobre los arcosolios... Ay, Portugal, Portugal, gran desconocido.

Por cierto, ¿a qué tumba corresponde el Entierro de Cristo? Me ha encantado el grupo escultórico. Precioso.

Besos, besos, besos.
Sira Gadea ha dicho que…
Hola Calamity de mis amores. Es verdad que el claustro es un remanso de paz. Nosotros estuvimos un buen rato, más de media hora, completamente solos.
Del Entierro de Cristo, hoy en el Museu Machado de Castro, no he encontrado datos fidedignos ni siquiera sobre en qué capilla se encontraba. Lo asocian con una dedicada a Cristo pero que no he terminado de saber si es el primer ámbito en el lado del Evangelio justo antes de la capilla mayor, por donde también se tiene acceso al claustro, y en donde se supone que estaban enterrados dos de los priores del convento, y como no he podido corroborarlo, pues he preferido no decir nada.

Me encantaría uno de tus geniales artículos sobre las espectaculares tumbas de los primeros reyes de Portugal ¡¡Anímate!!

Un besazo gordo, preciosa.
Calamidad ha dicho que…
El conjunto del entierro me ha fascinado y sorprendido. Yendo a la web del museo me he dado cuenta de que es del siglo XVI y pensaba que era actual. Ô_Ô Investigaré cuando vuelva a Coimbra... E intentaré hacer una buena crónica de los arcosolios. Eres un sol. :-)
Anónimo ha dicho que…
SOY ESTUDIANTE DE ARTE Y TU TRABAJO ESTÁ GENIAL. MUCHÍSIMAS GRACIAS
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias a ti.

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