, en un
punto de confluencia entre las calles que unían la puerta del Castillo y la de
la Almedina, algunos autores creen que se levantaría sobre una mezquita quizá
reconvertida a partir de esa hipotética catedral pre-románica, pero tampoco
existe constancia de ello. Además, dada la libertad religiosa que existió, hay
otros autores que consideran que no hubo razón para convertir la antigua
catedral en mezquita.
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G . Braun e F. Hogenberg, Illustris ciuitatis Conimbriae in Lusitania // ad flumen Mundam effigies, ha. 1598. Grabado conservado en el Museu Machado de Castro de Coímbra. La catedral aparece en la parte alta, intramuros de la ciudad (1) |
Las obras comenzarían en tiempos del obispo D. Bernardo († 1146) como una forma de consolidación
del territorio conquistado, pero su gran impulsor sería el obispo D. Miguel
Pais Salomão, que a partir de 1162 financió directamente la construcción, y
aunque en 1182 todavía no estaba terminada, ya estaban lo suficientemente
adelantadas como para recibir los restos mortales del obispo Bermudos.
Además, en 1185 acogió la coronación de Sancho I, sucesor de Afonso I.
La erección del claustro, con los trabajos principales del
templo ya terminados, comenzó durante el reinado de D. Afonso II, en torno a
1220, acabándose antes de mediados del siglo XIII.
En el siglo XVI, y bajo el patrocinio del obispo D. Jorge de
Almeida, hubo una redecoración casi completa del templo, cuando las naves y los
pilares se cubrieron de azulejos, se erigió la Porta Especiosa en la fachada
norte en sustitución de la primitiva románica, que debía ser muy similar a la
de la fachada occidental, y se modificó el ábside de la Epístola.
A partir de 1593 el obispo D. Afonso Castelo Branco prosiguió las obras de remodelación, levantando y una magnífica sacristía ubicada detrás del ábside. Además, desde fines de ese siglo empezaron a abrirse los muros de las naves laterales para construir capillas con altares y retablos.
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Planta de la Sé Velha antes de la demolición de la sacristía que ocupaba toda la zona absidial (1) |
Una de las últimas intervenciones, en la primera mitad del siglo XVIII, fue la adecuación del ala
norte del claustro como sala capitular,
cuando se forraron las paredes de azulejos y el pintor Manuel da Silva elaboró cuatro paneles con retratos de papas y cuatro con fruteros para decorar la
estancia.
Pero en 1772, tras la expulsión de la Compañía de Jesús de
Portugal, la sede episcopal pasó a la iglesia jesuita por considerarse que la
catedral no reunía las condiciones adecuadas para el culto, demasiado pequeña. El templo, que empezó a denominarse “Sé Velha” para
diferenciarla de la “Sé Nova”, fue entregado a la Cofradía de la Misericordia junto
con su sacristía, el coro y las casas que le pertenecían, y el claustro fue
cedido a la Universidad para la instalación de una imprenta privada bajo la
dirección del teniente-coronel Guilherme Elsden, demoliéndose su galería
superior.
Casi toda su riqueza mueble empezó a dispersarse. La plata y
libros litúrgicos pasaron a la nueva catedral, lo mismo que algunas obras de
arte. Otras han terminado en museos, como el Museu Machado de Castro, con algunas
piezas representativas.
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Maestro Pero. Virgen de la O. Siglo XIV. Piedra caliza policromada. Museo Nacional Machado de Castro procedente de la Sé Velha |
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Maestro de las Tumbas Reales. Virgen de la Anunciación. Siglo XVI. Piedra. Museo Nacional Machado de Castro procedente de la Capela de Santa Maria del claustro de la Sé Velha |
Al poco la cofradía de la Misericordia decidió dejar el templo
y regresar a su antigua casa, entre 1785 y 1816 fue ocupado por la Orden
Tercera Franciscana y después pasó a ser sede de la Parroquia de san Cristóbal.
Pero el estado del edificio a fines del siglo XIX era desolador, despojado de
gran parte de su amueblamiento y con obras realizadas para acondicionamiento de
distintos usos sin orden ni concierto.
Así, a partir de 1893 se inició una primera campaña de
restauración dirigida por António Augusto Gonçalves que terminó en 1918. En el transcurso de las obras se decidió, por ejemplo, desmontar
el atrio exterior sustituyéndolo por una sencilla escalera, demoler la mayor
parte de la sacristía para dejar a la vista desde el exterior los ábsides
románicos del templo, retirar parte del revestimiento de azulejos y la
decoración añadida en arcos y capiteles, y demoler también, alegando problemas
estructurales, un coro alto a los pies que se había erigido en la segunda mitad
del siglo XV apoyado sobre dos arcos de cantería y con techumbre mudéjar. Los
restos de la techumbre se trasladaron al Palacio Episcopal, actual Museu
Nacional de Machado de Castro, donde hoy se exhiben.
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Aspecto de la catedral con el atrio que la rodeaba antes de su demolición en el siglo XIX (2) |
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Fragmentos de la techumbre mudéjar del coro alto de la Sé Velha en el Museu Machado de Castro |
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Aspecto del altar mayor antes de las restauraciones del siglo XIX (3) |
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Aspecto actual del altar mayor |
Declarado Monumento Nacional en 1910, a lo largo del siglo
XX la Sé Velha ha tenido otras intervenciones, la más reciente, entre 2001 y 2006, a cargo del Instituto
Português do Património Arquitectónico e Arqueológico (IPPAR), actual Instituto de Gestão do Património Arquitectónico e
Arqueológico (IGESPAR), en la que
se realizaron trabajos de consolidación, protección y restauración de las
fachadas, las cubiertas y las vidrieras.
La Sé Velha de Coímbra es la
única catedral románica
portuguesa de época de la Reconquista que ha sobrevivido casi intacta hasta
nuestros días, pues otras iglesias de la época, como la del
monasterio de santa Cruz o São João de Almeida, han sido tan alteradas a lo largo de los siglos que
han terminado por perder su carácter románico original.
Construida en piedra caliza de unas canteras cercanas a la
ciudad, la tradición atribuye las trazas de la catedral al maestro Roberto,
quizá de origen francés, también en la Sé de Lisboa en
esa misma época, con la dirección de las obras en manos del maestro Bernardo, y después sucedido por el maestro Soeiro, que también trabajó en otros templos de la diócesis de Oporto.
Al exterior
muestra la
típica apariencia de fortaleza de las catedrales de la época, con
altos muros almenados. Algunos autores lo consideran una respuesta al clima
bélico del periodo, con lajas pétreas sobre las cubiertas abovedadas, pasillos
de guardia, parapetos y almenas, y otros creen que simplemente tenía una
función retórica típica del románico portugués, como también puede verse, por
ejemplo, en la
Sé de Oporto, donde ya se ha dicho
que también trabajó el maestro Soeiro.
Tras las restauraciones entre los siglos XIX y XX, la zona
absidial exterior quedó prácticamente despejada, pudiéndose apreciar su aspecto
románico.
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Zona absidial |
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Dibujo de la fachada este, con la zona absidial y el cimborrio (4) |
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Detalle de uno de los capiteles del ábside del Evangelio, que denota influencias mozárabes |
La fachada oeste cuenta
con tres calles de dos cuerpos flanqueadas por contrafuertes.
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Dibujo de fachada oeste (5) |
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Fachadas oeste y norte de la Sé Velha |
La central está adelantada respecto a los laterales a modo
de pórtico y alberga una portada a la que se accede mediante unas escalinatas que
salvan el fuerte desnivel del terreno. Se organiza mediante cuatro arquivoltas
de medio punto apoyadas sobre columnas con capiteles geométricos, vegetales y
zoomórficos que denotan influencias prerrománicas e islámicas. Encima se sitúa
una ventana de otras cuatro arquivoltas y similar decoración que ilumina el
interior del la nave central.
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Detalle de las columnas y capiteles de la portada |
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Detalle del cuerpo central de la fachada oeste |
En los cuerpos superiores de las calles laterales aparecen
dos arquitos ciegos de medio punto flanqueando una ventana geminada también de
arcos de medio punto.
La fachada norte,
con cuatro contrafuertes, destaca por la ya mencionada Porta Especiosa, abierta al tercer tramo de la nave del Evangelio,
una portada tipo arco de triunfo construida en la década de 1530 por João de
Ruão y que se conforma como una de las principales obras del primer
renacimiento portugués.
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Dibujo de la fachada norte (5) |
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Porta Especiosa |
Se divide en tres cuerpos, con la parte inferior conformada
como pórtico de medio punto entre pilastras, tímpano con un medallón con la
Virgen y el Niño rodeados de ángeles y tondos con bustos en las
enjutas y laterales oblicuos que alojan dos nichos con las esculturas de san Juan
Bautista y el profeta Isaías.
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Detalle de las esculturas de san Juan Bautista e Isaías en los laterales |
El segundo cuerpo es una
loggia
con tres vanos adintelados con columnas jónicas. Finalmente, el tercero cuenta
con una ventana ciega
serliana con arco de medio punto central rematado en
frontón que cobija el
Abrazo ante la Puerta Dorada, aunque la figura de san
Joaquín ha desaparecido, flanqueado por otras dos figuras, una identificada con
san Miguel y otra no identificada, ambas cobijadas en un nicho avenerado. Por
encima, a ambos lados, aparecen dos nichos con los evangelistas Juan y Lucas.
En esta misma fachada, pero en el brazo del crucero, también
está la Puerta de santa Clara,
igualmente renacentista, fechada en la primera mitad del siglo XVI, con arco de
medio punto con la figura de santa Clara en el tímpano y columnas y pilastras
que soportan un entablamento.
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Puerta de Santa Clara (6) |
Ya en el interior,
es un templo de tres naves de cinco tramos con pilares cuadrados de columnas
adosadas, capiteles de variada decoración geométrica, vegetal y animal, arcos de medio
punto sobre los que se eleva el triforio de la tribuna que recorre las naves
laterales, crucero poco desarrollado con transepto cubierto con cimborrio
cuadrangular alterado en el siglo XVII, cuando se decide forrar el exterior de
azulejos en azul y blanco, y cabecera con tres ábsides.
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Plano de la Sé Velha de Coímbra (4). Las indicaciones son mías |
La nave central es más alta y se cubre, lo mismo que el crucero
y la tribuna, con bóveda de cañón, mientras que las laterales son de bóveda de
arista.
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Nave central |
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Bóveda de cañón de la nave central con el triforio y la tribuna también cubierta con bóveda de cañón |
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Cimborrio del crucero |
Los principales focos de luz son el gran ventanal de la
fachada oeste, el resto de vanos abiertos en la tribuna y las ventanas del
cimborrio en el crucero.
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Ventana a los pies del templo a través del triforio (6) |
Entre los siglos XV y XVI la catedral experimentó una
profunda transformación decorativa promovida por el obispo D. Jorge de Almeida,
cuando las paredes laterales se cubrieron con azulejos hispano-árabes
sevillanos pintados con motivos geométricos comprados en el taller de Fernando
Martínez Quijarro y su hijo Pedro Herrera, muchos de ellos retirados en el
siglo XIX, aunque todavía pueden apreciarse por algunos lugares.
También fue durante el obispado de Almeida cuando se ubicó
en el altar mayor un magnífico retablo flamenco, obra del
escultor Olivier de Gand y el pintor y dorador Jean d'Ypres, con el Ciclo de la
Vida de la Virgen y de Cristo, ejemplo excepcional de este tipo de retablos en
Portugal.
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Retablo mayor |
Cuenta con predela, dos cuerpos de tres calles y ático con
el tradicional Calvario. En el centro de la predela aparecen las escenas de la
Natividad y la Resurrección y en los laterales se distribuyen los Evangelistas
dos a dos.
La calle central muestra una única escena con la Ascensión
de la Virgen, flanqueada, bajo magníficos doseletes, por los santos Cosme, Pedro,
Pablo y Damián.
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Escena de la Ascensión del retablo mayor. En el centro, el escudo de armas del obispo Almeida |
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Santos Cosme y Pedro |
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Santos Pablo y Damián |
Algunas de sus piezas escultóricas hoy están en el Museu
Machado de Castro.
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Figuras de los santos Jerónimo y Gregorio procedentes del retablo mayor de la Sé Velha y hoy en el Museu Machado de Castro de Coímbra |
El ábside del
Evangelio conforma la Capela de São Pedro,
capilla funeraria del obispo Almeida, promotor de las modificaciones
renacentistas de la catedral. Está revestida de azulejo y cuenta con un
magnífico retablo renacentista de piedra, aunque en pésimas condiciones de
conservación, de Nicolau de Chanterenne.
Se organiza mediante dos cuerpos, predela y ático. El primer
cuerpo muestra una escena central de la Crucifixión de san Pedro flanqueada por
la Negación y el Arrepentimiento de San Pedro. En el segundo cuerpo se muestra
la Subida al Calvario cuando san Pedro intenta ayudar a Cristo con los santos
Pedro y Pablo a los lados. El ático es un friso con un tondo central con el
Padre Eterno bendiciendo.
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Altar de san Pedro |
En uno de los laterales está la lápida sepulcral de D. Jorge
de Almeida con la siguiente inscripción: "DIVINI NVMINIS / PIETATE
EPISCOPVS / COMES GEORGIVS / DALMEIDA HIC SITUS / VIXET ANNIS LXXXV / OBIIT
VIII KL SEXTILES / ANN DE MDXXXXIII / ANNIS LXII VTRAQZ / DIGNITATE PR
AEDITVS".
El ábside de la
Epístola o Capela do Santíssimo
Sacramento es fruto de una reconstrucción del siglo XVI bajo el patrocinio
del obispo conde D. João Soares en la que se demolió el ábside románico para
conformar un espacio circular revestido de azulejos y cubierto con cúpula
casetonada rematada con linterna.
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Capilla del Santísimo Sacramento |
El retablo de piedra es cóncavo, adaptado a la estructura de
la cabecera. Fue realizado por João de Ruão y muestra dos cuerpos separados por
friso y predela, con algunas partes policromadas. La predela cuenta con
cartelas con inscripciones. En el primer cuerpo, organizado mediante pilastras
decoradas con grutescos, se encuentra un tabernáculo central rodeado de ángeles
músicos y flanqueado por la Virgen con el Niño y San Judas Tadeo en el lado del
Evangelio y los cuatro Evangelistas en el de la Epístola.
El cuerpo superior es de columnas corintias y está presidido
por Cristo bendiciendo a la asamblea con la mano derecha mientras sujeta la
bola del mundo con la izquierda flanqueado por diez de los apóstoles, cada uno
con su atributo y todos con el Nuevo Testamento. En el tímpano aparece el
Espíritu Santo.
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Detalle del cuerpo superior, con Cristo en el centro |
En el crucero del
Evangelio se encuentra la Capela de Santa Clara, un arco revestido de azulejos y que en el siglo XIII
acogió el enterramiento del
obispo D. Egas Fafes de Lanhoso, un túmulo sencillo con el obispo con
hábito pontifical portando báculo, cabeza mitrada sobre almohada y dos animales
fantásticos a los pies.
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Enterramiento del obispo D. Egas Fafes de Lanhoso (7) |
En el crucero de la
Epístola está la Capela de São
Gerardo, añadida también en el siglo XIII como enterramiento de D. Pedro Martins, con arcosolio de arquivoltas y
túmulo con yacente con vestidura pontifical, mitra y las manos cruzadas sobre
el pecho.
La pila bautismal
ubicada en el transepto de la Epístola es obra de Diogo Pires o-Moço fechada
entre 1520-40 y procede de la iglesia de São João de Almedina. Tiene cuerpo
hexagonal en el que alternan las armas del obispo Almeida con las escenas del
Bautismo de Cristo y Moisés salvado de las aguas, esta última prefiguración del
Antiguo Testamento.
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Pila bautismal (8) |
Desde este mismo transepto de la Epístola se accede a lo que
queda de la sacristía, un ámbito
rectangular con cubierta de bóveda casetonada y paredes de azulejos añadida a
fines del siglo XVI detrás de la zona absidial. En septiembre de 2013 no era
visitable.
Desde fines del siglo XVI empezaron a abrirse los muros de
las naves laterales para construir capillas con altares y retablos, y en la
actualidad varias de ellas acogen sarcófagos de épocas anteriores reubicados en
estos espacios.
En el segundo tramo de la nave del Evangelio se encuentra un
enterramiento de un obispo del siglo
XIV, con yacente muy mutilado. A continuación está el vano de la Porta Especiosa y la
siguiente es la Capela de santa Úrsula,
con un altar con una pintura del Martirio
de santa Úrsula.
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Capillas de santa Úrsula, con el enterramiento de D. Vataça, y san Antonio, en la nave del Evangelio |
La Capilla de san Antonio está justo antes del crucero, hoy ocupada por el túmulo de D. Vataça o Betaça Lascaris, una
princesa bizantina del siglo XIV que llegó a Portugal en el séquito de Isabel
de Aragón, esposa de D. Dinis, después Santa Isabel de Portugal, un sarcófago
atribuido al taller del maestro Pero rodeado de águilas bicéfalas, el escudo de
armas de la dinastía Lascaris y del Imperio Bizantino. La figura yacente viste
túnica y toca y tiene las manos juntas en oración sobre el pecho. Parece ser
que en su día este enterramiento ocupó el centro de la nave principal.
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Sepulcro de D. Vataça (7) |
La Capilla de San
Miguel se encuentra en el primer tramo antes del crucero de la nave de la
Epístola, construida bajo el patrocinio del maestre-escuela D. Duarte de Melo y
ejecutada por Tomé Velho, con arco de medio punto y fondo de azulejos. En ella se reubicó, procedente de la capilla
mayor, y tras las resauraciones del siglo XIX, el enterramiento del siglo XIV del
obispo D. Estêvão Anes Brochardo,
un túmulo con yacente vestido de pontifical, mitrado, las manos
cruzadas sobre el pecho, báculo sobre el brazo izquierdo y dragón a los pies.
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Sepulcro de D. Estêvão Anes Brochado (7) |
Después está la Capilla
de San Sebastián, con arco de medio punto y azulejos, que acoge también, procedente de la capilla mayor, el túmulo
del obispo D. Tibúrcio, fallecido en 1243 y primer obispo de Coímbra en ser
enterrado dentro de la catedral, túmulo realizado con el patrocinio de D.
Afonso III con decoración heráldica y yacente con vestidura pontifical y mitra,
faltándole el báculo porque todo el lado derecho del cuerpo está mutilado.
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Capillas de san Sebastián, con el enterramiento del obispo D. Tibúrcio, y de la Inmaculada Concepción en la nave de la Epístola |
A continuación se ubica la Capela de Nossa Senhora da Conceição, que abre mediante arco de
medio punto sobre pilastras decoradas con grutescos y con el escudo de armas de
D. Jorge de Almeida. Aunque en origen éste era el acceso al claustro, tras unas
restauraciones en la década de 1930 se optó por tapiarlo para abrir otro en el
tramo siguiente de la nave de la Epístola, y aquí se colocó el actual retablo,
de talla dorada con cuatro columnas torsas y que en septiembre de 2013 no
presentaba su imagen de devoción de la Virgen de la Inmaculada.
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Portada de acceso al claustro antes de ser tapiada (9) |
En el siguiente tramo se abre el actual acceso al
claustro, que está un nivel más elevado
que la iglesia y asentado sobre una gran roca. Fue levantado a comienzos del
siglo XIII, durante el reinado de Afonso II, cuando las tendencias góticas ya
habían empezado a entrar en Portugal a través del
Monasterio de Alcobaça,
conformándose como el segundo de los ejemplos del nuevo estilo.
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Sección longitudinal del claustro. Se observa cómo éste se desarrolla a una cota más elevada que la de la iglesia (4) |
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Sección transversal a la altura del crucero y de la panda este del claustro (4) |
Cuenta con cuatro pandas de cinco tramos con cubiertas con
arcos
torales apuntados y crucería de medio punto.
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Panda norte del crucero |
Los arcos que abren al jardín central son apuntados conteniendo otros dos de medio punto y con un rosetón en el tímpano, con una
curiosa solución en los ángulos fruto de las incertidumbres que se producen
cuando se empiezan a implantar nuevas formas y gustos.
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Pandas norte y este del claustro |
La mayoría de los capiteles muestran motivos vegetales y
también hay alguno zoomórfico.
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Detalle de los capiteles |
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Panda oeste del claustro |
Alrededor del claustro se suceden varias capillas. La
primera de la galería oeste tiene planta cuadrada con cubierta
abovedada con restos de pinturas geométricas del siglo XVI y servía de
comunicación con la iglesia hasta las obras realizadas en 1939, cuando se optó
por tapiarla. Cuenta con un retablo de piedra del taller de João de Ruão con
una escena con la Natividad trasladado desde la Capela de Santa Maria, también
en el claustro.
A continuación se ubica la sala capitular habilitada en el
siglo XVIII, que no parece que sea visitable.
Ya en el ala este se suceden tres capillas. La Capela de São Miguel es del siglo XIII y
resulta interesante por su estructura tipo columbario u osario. Allí fueron
depositados los restos del canciller D. Julião Pais, fallecido en 1215, y de su
hermano, D. Gonçalo Dias.
A continuación está la Capela
de Santa Cecilia, que fue sede de la Hermandad de Nossa Senhora da
Misericórdia.
La Capela de Santa
Maria, fechada entre los siglos XIII y XIV, aunque con portada posterior
fruto de una interpretación en las obras de restauración de comienzos del siglo
XX, es la más grande, con planta rectangular de tres tramos y excavada en la
roca.
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Acceso a la Capilla de santa María |
En la actualidad, muy afectada por la humedad, solo cuenta
con dos túmulos en los lados menores y un Crucificado del siglo XVI en el
centro del lado mayor frente a la entrada. Dos de los capiteles son
zoomórficos, uno con dragones y otro con arpías y centauros.
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Capilla de santa María |
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Capitel de la Capilla de santa María |
En el centro de la panda sur se encuentra la Capela de Santa Catarina o de São Nicolau,
fechada en el siglo XIII, también con planta rectangular excavada en la roca,
aunque de sólo dos tramos. Fue financiada por el canónigo D. Fernando Pires
como su capilla funeraria y en la actualidad alberga los enterramientos de D.
Sesnando, primer gobernador de Coímbra tras la conquista al Islam en el siglo
XI, y del obispo D. Afonso de Castelo Branco. Este último es una gran lápida
sepulcral fechada en 1633 decorada con heráldica familiar y apoyada sobre
cuatro leones.
En el ángulo suroeste existió una gran torre de la que
apenas se conserva una altura, mandada demoler cuando la sede episcopal se
transfirió a la antigua iglesia de los jesuitas en la zona alta de la ciudad.
Notas:
(3) LE GAC ARINTO, A. A. F., Le retable majeur de la Sé velha de Coimbra et la polychromie dans le
Diocèse de Coimbra à l’époque baroque: aspects techniques et esthétiques,
II vols. Tesis doctoral Fac. de Ciências e Tecnologia, Univ. Nova de Lisboa,
2009.
(5) PÉREZ GONZÁLEZ, J. M. (Dir.), Arte románica em Portugal, Aguilar de Campoo, Fundación Santa María
la Real, 2010.
(9) CRAVEIRO, Mª L., “D. Jorge de Almeida (1482-1543):
renovação espiritual e reconstrução da Antiguidade na diocese de Coimbra”. Invenire. Revista de Bens Culturais da
Igreja, nº 5, Jul.-Dez., 2012, pp. 6-19.
Fuentes:
CRAVEIRO, Mª L., “D. Jorge de Almeida (1482-1543): renovação
espiritual e reconstrução da Antiguidade na diocese de Coimbra”. Invenire. Revista de Bens Culturais da
Igreja, nº 5, Jul.-Dez., 2012, pp. 6-19.
CRUZ PONTES, Mª L., A
Sé Velha de Coimbra: uma proposta de interpretação museológica, Faculdade
de Letras da Universidade de Coimbra, 2009.
LE GAC ARINTO, A. A. F., Le
retable majeur de la Sé velha de Coimbra et la polychromie dans le Diocèse de
Coimbra à l’époque baroque: aspects techniques et esthétiques, II vols.
Tesis doctoral Fac. de Ciências e Tecnologia, Univ. Nova de Lisboa, 2009.
PÉREZ GONZÁLEZ, J. M. (Dir.), Arte románica em Portugal, Aguilar de Campoo, Fundación Santa María
la Real, 2010.
Comentarios
Sólo falta que adquiera forma de libro (no electrónico, si fuera posible)..
No digo más...
Nunca he entendido el porque Portugal ha mantenido sus recoletas catedrales románicas en sus principales ciudades históricas, mientras que en el resto de Europa estas cedían a la piqueta sustituidas por los grandes edificios góticos que por ejemplo pueblan la geografía española. No sería por falta de prosperidad, a la vista de los ya ampliamente tratados por Sira monasterios de Acobaça, Batalha, etc.
Como siempre se dividen mis afectos entre la pureza decimonónica del románico "recreado" o una catedral llena de colorido metálico por los azulejos sevillanos, debía aparecer espectacular.
Deseando volver a Coimbra y visitar el museo Machado de Castro, que en los diversos reportajes nos lo muestras lleno de tesoros. A lo mejor se merecería una visita tuya ;-).
Y lo del maravilloso Museu Machado de Castro, estoy en ello pero me da algo de vértigo. Me gusta mucho, me parece un museo plagado de bellezas y muy bien expuestas, tan cercanas... No soporto esos museos en los que las obras están alejadas del que las contempla, metidas en vitrinas, con un parapeto que las aisla y no deja que se disfruten. Este museo, y otros portugueses, es todo lo contrario. Las obras te van saludando e invitándote a acercarte a cada paso. Tendré que animarme un día de estos y ver si soy capaz de transmitir todo lo que a mí me emociona. Un abrazo, Boro.