La capilla de la Concepción de la catedral de Segovia

La espectacular capilla de la Concepción de la catedral de Segovia ocupa el primer tramo entre contrafuertes de la nave del Evangelio empezando por los pies, junto a la Puerta del Perdón, y es una de las más interesantes del templo por mostrar un rico programa iconográfico conformado en dos periodos distintos de su historia.

Detalle de la capilla de la Concepción

Restaurada en 2002 por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León en colaboración con el Cabildo catedralicio, hoy puede contemplarse en todo su esplendor.

Tiene planta rectangular cubierta con bóveda de terceletes y su construcción se inició en 1531, una de las primeras erigidas por el propio cabildo, de la mano de los canteros Juan de Maza, Diego Cubillos y Ribero.

Planta de la catedral de Segovia con ubicación de la capilla de la Concepción. Planoteca IPCE. La indicación es mía

Y así se quedaría hasta que a partir de 1622 Juan del Río incorporó la decoración de la bóveda mediante el dorado y policromado de los nervios y la adición de símbolos relacionados con las virtudes marianas descritas en el Cantar de los Cantares y las letanías medievales en los plementos.

Cubierta de terceletes de la capilla de la Concepción, donde se pueden ver el jarrón de azucenas, alusión mariana por excelencia y también elemento del propio escudo de la catedral, la escalera de subida al Cielo, Jerusalén Celeste, el espejo sin mácula, el Sol espléndido, la Luna, hermosa como la Virgen, el cedro del Líbano, la palmera, símbolo de esbelto talle de la Virgen, el pozo de aguas vivas…

Además, en los tres lunetos ojivales entre la cornisa y la bóveda se añadieron, pintadas al temple, seis escenas del Ciclo de la Vida de la Virgen, las protagonizadas por sus padres, con San Joaquín arrojado del templo, la Anunciación a Santa Ana, el Abrazo ante la Puerta Dorada, símbolo durante la Edad Media de la concepción inmaculada de María, la Natividad de la Virgen, la Presentación en el Templo y los Desposorios.

Luneto oeste, con la Anunciación a Santa Ana y la Presentación en el Templo, separadas por una ventana fingida que imita el único vano real de la capilla, en el luneto norte

Luneto norte, con las escenas del Abrazo ante la Puerta Dorada y la Natividad de la Virgen

Por estas mismas fechas también se incorporarían por debajo de la cornisa nueve lienzos pintados al óleo, tres en cada testero. Siete de ellos completan el Ciclo de la Vida de la Virgen iniciado en los lunetos, con los Desposorios, la Anunciación, la Visitación, la Adoración de los Pastores, la Huída a Egipto, la Asunción y la Coronación. En cuanto a los otros dos, en uno aparecen Isaías, el Rey David y un anciano, y en el otro, de nuevo está Rey David junto a los profetas Samuel y Natán, conformando un mensaje mesiánico. 

Esta nueva decoración se pone en relación directa con un decreto de Gregorio XV de 1517 por el que, a instancias de Felipe III, si bien no se definía el Dogma de la Inmaculada, empeño especial de la Monarquía Hispánica, sí se avanzaba un paso más en su consecución al prohibirse cualquier doctrina contraria a la misma, con el cabildo de Segovia, inmaculista a ultranza, tomando rápidamente posiciones. De todos modos, la disputa entre inmaculistas y maculistas, de larga tradición, no quedó resuelta hasta la Bula Ineffabilis Deus de 1854 por la que, finalmente, el Dogma de la Inmaculada Concepción de María fue definitivamente establecido.

Esquema decorativo del testero norte, con el luneto, los cuadros bajo la cornisa del testero norte, el retablo con la imagen de la Inmaculada y los cuadros de Ignacio de Ries (1)

Por último, y dentro de este proceso decorativo inmaculista, también se añadió un retablo de madera dorada y policromada con un pequeño Crucificado en hornacina sobre el que se sitúa una talla de María Santísima de la Limpia Concepción realizada por el escultor Antonio de Herrera y que sigue el modelo de la época en la corte establecido a partir de una Inmaculada en las Descalzas Reales de Madrid, obra que gozaba de gran prestigio por haber sido encargo de Margarita de Austria, priora del monasterio y fiel defensora inmaculista, lo mismo que su sobrino Felipe III y que el resto de reyes Austrias.

Talla de la Inmaculada en el retablo de la capilla (2)

La iconografía mezcla la Virgen “tota pulchra” del Cantar de los Cantares y la mujer apocalíptica del Génesis para representar a una Virgen casi niña, de cabellos rubios y expresión de modestia, vestida de blanco con un manto azul, símbolos de pureza y eternidad según las Revelaciones de Santa Brígida de Suecia. Tiene las manos juntas sobre el pecho en señal de oración, está coronada con doce estrellas, eleva su mirada al Cielo, mirando al Padre Eterno y apoya los pies sobre una media luna que a su vez apoya sobre un monstruo-serpiente.

En este mismo sentido, el 8 de diciembre de 1621 el cabildo, el consejo y los linajes de Segovia ya habían hecho juramento de defender la Purísima Concepción ante la talla del retablo, dejando constancia de ello en una primitiva inscripción bajo el arranque de la bóveda que rezaba:

“A TEMPORE DIVINI HIEROTHEI DISCIPULI BEATI PAULI ISTIUS CIVITATIS PRAESULIS, ILLIBATAM CONCEPTIONEM SANCTISIMAE VIRGINIS DEI PARA E MARIAE, TOTO CORDIS, ET MENTIS AFFECTU SANCTA HAEC ECCLESIA CELEBRAT, ET TUETUR, ET TAMDEM VOTO, ET IURAMEATO FIRMAVIT”. (Desde el tiempo de San Hieroteo, discípulo de San Pablo y obispo de esta ciudad, esta Santa Iglesia celebra la Pura Concepción de la Santísima Virgen María, con todo afecto del corazón y mente y lo defiende, y finalmente lo firma con voto y juramento).

Aunque no se sabe a ciencia cierta quién redactó el programa, se baraja la posibilidad de que fuera obra del canónigo don Pedro Arias Dávila y Virués, en relación con el encargo que recibió del cabildo en 1624 para redactar el rezo de la festividad de la Inmaculada.

Y el ámbito permaneció así hasta que en 1645, según indica una inscripción posterior que tapó la primitiva, el cabildo cedió su patronato como capilla funeraria familiar, a don Pedro Fernández de Miñano y Contreras, que pagó por ella mil ducados de plata, una operación muy habitual que proporcionaba importantes ingresos a las catedrales al tiempo que aseguraba la conservación de sus capillas.

“ES PATRON DESTA CAPILLA QUE DOTO (PARA TRASLADAR LOS GHUESOS DE SUS PADRES Y MUGER Y PARA ENTIERRO DE SUS DESCENDIENTES) DON PEDRO MIÑANO DE CONTRERAS CAVALLERO DE LA ORDEN DE SANTIAGO SEÑOR DE LAS ALCABALAS DE YANGUAS CAPITAN QUE FUE DE MAR Y GUERRA EN LOS GALEONES DE LA PLATA GOVERNADOR DE CADIZ CORREGIDOR DE PALENCIA Y DEL ADELANTAMIENTO DE CAMPOS PRIMER ALCALDE MAYOR DE CAPA Y ESPADA QUE SIRVIO LA UNION [borrado] CORREGIDORQUE AL PRESENTE ES DE LA CIUDAD DE GEREZ Y CAPITAN A GUERRA DE SU FRONTERA POR EL REY FHELIPE IIII”

Este nuevo patrón fue quien encargó la actual reja, una original pieza de madera de caoba maciza traída de América con abrazaderas de metal dorado, trazada por Francisco Jiménez hacia 1647 y tallada en Jerez de la Frontera.

Cuenta con tres calles, la central más alta y coronada por un anagrama de María, separadas por columnas corintias y pilares, y tres cuerpos separados por frisos, ornamentada con capiteles, estrellas, ménsulas y chapas caladas de bronce sobredorado. En los plintos de granito sobre los que se apoya se puede leer:

“Esta r[eja] ma[n]do h[a]cer / d. p[e]dro contr[e]ras y mi[ña]no / siendo el alcalde de xe[re]z / de la front[era] corre[gid]or / y cap[it]an genera[l] de / ella y t[ ¿teniente ?] de ga[leras] de el duque de m[edi]nazeli de la costa y / mar de andaluzia año de 1647”

Capilla de la Concepción cerrada por una imponente reja de madera

Además de por el material, la reja se diferencia de las del resto de la catedral porque cuenta con tres puertas, quizá para dar paso a las procesiones en la festividad de la Inmaculada, que terminaban ante la talla de esta capilla, lo que también podría explicar el que el retablo esté frente a ella y no en el testero este, como era lo habitual, para que pudiera seguirse la ceremonia desde fuera.

Don Pedro también añadió a la decoración una colección de seis pinturas al óleo con marcos de yeso dorado e incrustaciones de piedras, obras realizadas en 1653 por Ignacio de Ries, pintor flamenco, discípulo de Zurbarán y afincado en Sevilla.

Quizá el cuadro que más llama la atención es el Árbol de la Vida, una vanitas barroca en la que se muestra un árbol en cuya copa un grupo de personas asisten a un banquete, representación de los Pecados Capitales, sin darse cuenta de que la Muerte está cortando el tronco con su guadaña ayudada por un demonio que tira de una cuerda, y sin oír que Cristo les avisa de su inminente muerte tañendo una campana con un martillo. A los lados de la mesa del banquete se lee:

 “MIRA QVE TE AS DE MORIR  / MIRA QVE NO SABES QVANDO” y “MIRA QVE TE MIRA DIOS / MIRA QVE TE ESTA MIRANDO”, 

un claro mensaje en relación con la necesidad de respetar los mandamientos y los sacramentos para lograr la vida eterna y que algunos autores han relacionado directamente con la llamada Mesa de los pecados capitales de El Bosco, donde aparece la leyenda “CAVE, CAVE, DOMINUS VIDET”, con similar significado a la del cuadro de Ries.

Árbol de la Vida

Respecto a la relación de esta pintura con las otras cinco, la clave estaría en la idea contrarreformista de presentar la Penitencia como esencial para alcanzar la salvación,  de ahí que se deduzca que el programa que tuvo que ser elaborado por alguien de profunda cultura, conocedor de los libros sagrados y de las disposiciones del Concilio de Trento, concretamente las de su 14ª sesión, en el que se debatió ese tema.

El Bautismo de Cristo de la mano del Bautista, último profeta, es la representación del sacramento ordenado por Cristo en sustitución de la circuncisión para el perdón de todos los pecados. Pero a diferencia del protestantismo, que rechaza los sacramentos, sobre todo la confesión, en el catolicismo hay que acompañarlo de la penitencia para volver al estado de gracia, de ahí que haya que interpretarlo como llamada a la oración y al arrepentimiento para conseguir la vida eterna. El este sentido, el Arrepentimiento de David y la Conversión de San Pablo se nos muestran como ejemplos de ello, uno del Antiguo Testamento y otro del Nuevo.

Bautismo de Cristo

Conversión de san Pablo y Arrepentimiento del Rey David

Además, David es una de las prefiguraciones de Cristo en el Antiguo Testamento y uno de sus antepasados, raíz del árbol que culmina en la Virgen y en Cristo según la genealogía en el Evangelio de San Mateo, de ahí también la presencia de la Natividad, inicio del Ciclo de la Redención, y de la Coronación de la Virgen.

Natividad

Coronación de la Virgen

Así, la capilla, centrada en la defensa del Dogma de la Inmaculada y en la necesidad de la Penitencia, terminó reuniendo dos conceptos protagonistas del contexto religioso hispano de la primera mitad del siglo XVII.

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Referencias:


Fuentes:

AZOFRA, E., “La adecuación a la sensibilidad barroca en las catedrales de Castilla y León”. En LACARRA DUCAY, Mª C. (Coord.), El barroco en las catedrales españolas, 2010, pp. 101-152.
ESCUDERO NAVARRO, Z.,  “Capilla de la Concepción de la catedral de Segovia. Como lirio entre espinas”, Patrimonio, nº 48, sept.-dic., 2012, pp. 5-10.
MUÑOZ, J., "El lenguaje contrarreformista de la Capilla de la Concepción”, Patrimonio, nº 11, nov.-dic., 2002, pp. 5-8.
NAVARRETE PRIETO, B., “Iconografía del árbol de la vida en la Península Ibérica y América”. En Actas III Congreso Internacional del Barroco americano. Territorio, Arte, Espacio y Sociedad, Sevilla, Universidad Pablo de Olavide, 2001, pp. 349-358.
RUIZ HERNANDO, J. A., “La capilla de la Concepción de la Catedral”. Estudios segovianos, nº 94, 1966, pp. 650-671.
RUIZ HERNANDO, J. A., “La Catedral de Segovia”. En VV.AA., Aquellas blancas catedrales. Catedrales de Castilla y León,  Valladolid, Consejo Autonómico de los Colegios Oficiales de Arquitectos de Castilla y León, 1996, pp. 73-80.
RUIZ HERNANDO, J. A., “La catedral de Segovia en el Barroco”. En Las catedrales españolas del barroco a los historicismos, Murcia, Universidad de Murcia, 2003, pp. 213-246.
http://www.fundacionpatrimoniocyl.es/textos01.asp?id=86&bmbi=BM

Comentarios

enrique ha dicho que…
Esta capilla y el cuadro El Árbol de la Vida ejercieron sobre mi una especie de fascinación cuando era niño.
En los largos veranos segovianos,cada vez que entrábamos en la catedral soltaba yo las manos paternales e iba corriendo hacia esa capilla. Me agarraba a la espléndida reja de madera y miraba fascinado y asustado al cuadro. Allí esperaba unos segundos interminables aque llegara mi padre. Siempre le pedía que me recitara los versos del cuadro. Mi padre, paciente, ponía voz solemne y apoyando su mano en mi hombro me recitaba los versos, que me impresionaban. Cuarenta años después de todo aquello, es un recuerdo lleno de nostalgia y de evocaciones, todo un Ubi Sunt?
Gracias Sira por traerme recuerdos infantiles, es decir, los que se guardan para siempre.
Y gracias por enseñarme cosas nuevas sobre esta soberbia capilla.
Sira Gadea ha dicho que…
¡Qué entrañables son los recuerdos infantiles! No me extraña nada tu impresión. Me imagino el "canguelo" que este tipo de obras producirían en su época, "avisos para navegantes". Un abrazo, Enrique.
Ray ha dicho que…
No hace mucho tiempo tuve la suerte de conocer a Jose Ramón (https://www.flickr.com/photos/88068852@N05/with/14615932211/), un amigo que me abrió los ojos hacia otros periodos del arte. Ahora tengo la suerte de seguir ampliando ese círculo de conocimientos y fascinaciones gracias a tu blog, Sira. Si te he hablado de Jose es porque ambos tenéis la virtud del didactismo, y por la forma en que relacionáis el arte con la historia (algo que siempre debería ser así, pero que no lo es, por desgracia). En esta entrada en concreto, además, y como filólogo, me han encantado ver alusiones a temas de la lírica barroca y al "Cantar de los cantares", dos de mis pasiones. Gracias de todo corazón por tu inestimable labor.
Sira Gadea ha dicho que…
El arte es una manifestación cultural del hombre y a través de su conocimiento se llega a vislumbrar (esa es la frustración, que parece que sólo se vislumbra) cómo ha actuado éste a lo largo de la historia. Para mí sería imposible contemplarlo sólo desde el punto de vista esteticista, sería hueco, sin sentido, objetos bellos pero sin alma. El arte está fusionado con su contexto histórico y relacionado con todo el resto de manifestaciones culturales que lo rodean o no tan culturales, pues muchas veces sus intenciones son otras bien distintas que las simples de fabricar un objeto bello. Yo no veo otra forma de acercarme a él. Me emociona tu comentario, pues muchas veces me pienso si lo que cuento me interesa a mí solamente, si no resulta farragoso, con tantos datos, con tanta "historieta" como digo a veces. Pero después me voy dando cuenta que en esta aventura del blog que comencé hace dos años me voy encontrando con personas como tú, con una visión similar y con las que compartir pensamientos, ideas, sentimientos, anhelos... Un abrazo, Ray, y mil gracias a ti, por leerme y por comentar con tanta sinceridad.

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