San Pietro in Vincoli de Roma
La basílica de San Pietro in Vincoli, “San Pedro encadenado”
en español, en la zona más alta del Monte Esquilino, en el actual rione Monti, es
una de las más antiguas de Roma, construida para albergar las cadenas de san
Pedro en la década del 440 con el patrocinio de Licinia Eudossia, hija de emperador
Teodosio II de Oriente y esposa del emperador Valentiniano III de Occidente.
Nave central de la basílica de san Pietro in Vincoli |
Fragmento del plano de Roma de Giambattista Nolli de 1748 con la ubicación de San Pietro in Vincoli (1) |
Grabado de Giuseppe Vasi de mediados del siglo XVIII (2) |
Las excavaciones arqueológicas realizadas bajo el suelo de
la nave central de la basílica en la década de 1950 permitieron averiguar las fases
de construcción anteriores al siglo V, una compleja estratigrafía en la que se distingue una domus aristocrática de época republicana con
magníficos mosaicos sobre la que se sobrepone otra lujosa construcción de época
imperial que quizá incluso pudiera formar parte de las estribaciones
septentrionales de la Domus Aurea de Nerón. En el siglo III la sala principal
fue ampliada cubriéndose un jardín contiguo y también se le añadió un ábside en
el eje longitudinal, unas obras que podrían haber tenido relación con un uso cultual
de dicho ámbito, quizá una domus ecclesiae de tiempos de las
persecuciones, sobre la que después se levantó el primer edificio de la
iglesia.
Concluida la excavación arqueológica el yacimiento fue
cubierto con una estructura de acero y es visitable, aunque sólo por motivos de
estudio, con algunas zonas en las que el piso de la domus y el de la iglesia
sólo están separados por 50 cm.
Se cree que ese primer lugar de culto estaría dedicado a los
doce Apóstoles, de ahí su distinción como titulus
apostolorum. Pero cuando éste fue elegido para albergar las cadenas entregadas
por Licina Eudossia, pasando a denominarse titulus
Eudoxiae, también se tomó la decisión, por orden de Sixto III o
de León I el Magno, de levantar una basílica más acorde a una reliquia tan
importante para el cristianismo, cambiando la advocación a san Pedro.
Aunque en siglos sucesivos hubo varias intervenciones, en 1448, después de la vuelta de los papas de Avignon, la iglesia estaba prácticamente en ruinas y fue el cardenal titular Nicola da Cusa “el Cusano” (Nikolaus Krebbs en alemán), quien se encargó de iniciar una reconstrucción total que pudo ser continuada por sus sucesores gracias a los abundantes fondos dejados para ello.
Aunque en siglos sucesivos hubo varias intervenciones, en 1448, después de la vuelta de los papas de Avignon, la iglesia estaba prácticamente en ruinas y fue el cardenal titular Nicola da Cusa “el Cusano” (Nikolaus Krebbs en alemán), quien se encargó de iniciar una reconstrucción total que pudo ser continuada por sus sucesores gracias a los abundantes fondos dejados para ello.
Retrato de Nicola de Cusa en el Tríptico de la Pasión del Maestro de la Vida de la Virgen en el Hospital de san Nicolás de Bernkastel-Kues, en Alemania, su ciudad natal (3) |
La relación de la familia della Rovere con San Pietro in
Vincoli comenzó en 1467 desde que Paulo II se la confió a Francesco della
Rovere, en ese momento general de la orden franciscana que pocos años antes
había llegado a Roma, cuando la familia era todavía desconocida. Pero su rápida
ascensión a los círculos más restringidos de la curia romana y su
encumbramiento al papado como Sixto IV fue definitiva para que la iglesia
cobrara gran esplendor e incluso se erigieran unas dependencias conventuales
anexas.
El cardenal Giuliano della Rovere, después Julio II, sobrino
de Sixto IV, continúa las obras de reconstrucción y es quien levanta el
claustro que hoy se conserva, que se hace necesario cuando los cuidados de la
iglesia se entregan a una nueva comunidad religiosa, los canónigos regulares
lateranenses y que también incluyeron apartamentos cardenalicios que
seguramente utilizaron los otros cinco cardenales más de la familia que fueron
titulares de la basílica.
La última gran intervención ya data del siglo XVIII, que es
cuando se le incorpora la decoración barroca que ahora muestra, sobre todo en
la bóveda de la nave central, realizada según trazas de Francesco Fontana.
Tras las desamortizaciones del siglo XIX hasta la actualidad
el claustro es la sede de la Facultad de Ingeniería de la Universidad alla
Sapienza.
La iglesia contaría con titular cardenalicio desde su
fundación, aunque la lista contrastada de cardenales es a partir del siglo XIV
con Nicolás de Cusa, después del regreso de los papas de Avignon. El actual
titular es el cardenal Donald William Wuertl, arzobispo de Washington DC,
nombrado en 2010.
El pórtico de entrada
data de 1475, antes atribuido a Baccio Pontelli aunque las últimas
investigaciones señalan a Giovannino dei Dolci. Se compone de cinco arcadas
sostenidas por pilares octogonales con capiteles con la heráldica del papa
Julio II.
Pórtico de San Pietro in Vincoli |
La iglesia presenta planta basilical canónica, con tres
naves, transepto que no sobresale en planta, y tres ábsides semicirculares. Las
naves están separadas por columnas dóricas de mármol griego quizá procedentes
del vecino Pórtico de Livia y ya reutilizadas para la primitiva construcción
paleocristiana del siglo V.
Nave central |
Las naves laterales presentan bóvedas de arista y la
central, mucho más ancha, tiene cubierta de bóveda escarzana panelada realizada
en el siglo XVIII por Francesco Fontana en madera imitando mármol y decorada
con un gran fresco central de Giovanni Battista Parodi con un Milagro de las cadenas, episodio en el
que un noble de la corte de Otón I quedó liberado de una posesión diabólica
gracias a la reliquia. La escena está ambientada en el propio Vaticano y refleja el momento en el que el papa Juan XIII le muestra las cadenas al endemoniado y los demonios abandonan su cuerpo.
Nave de la Epístola, cubierta con bóveda de arista |
Nave del Evangelio |
Bóveda de la nave central |
Fresco del Milagro de las cadenas en la bóveda de la nave central |
Detalle en el que se ve cómo los demonios salen del cuerpo del endemoniado cuando el papa le muestra las cadenas de san Pedro |
En el ábside central
llama poderosamente la atención la decoración al fresco, obra de Jacopo Coppi
“il Meglio” de 1577, pintor manierista gran admirador de Miguel Ángel y de Rafael. En el friso aparecen, de izquierda a derecha, tres escenas
de la Historia de las cadenas de san Pedro: la Liberación de san Pedro de la
Prisión, Aelia Eudossia recibiendo las cadenas del patriarca Giovenale en
Jerusalén y Licinia Eudossia entregándole las cadenas al papa.
Liberación de san Pedro de la prisión |
Aelia Eudossia recibiendo las cadenas del patriarca Giovenale de Jerusalén |
En la bóveda se muestra, rodeando una Coronación de la
Virgen con ángeles con los instrumentos de la Pasión, la Historia del crucifijo
de Beirut, una leyenda del siglo VIII que relata cómo al volver a clavar una
imagen de Cristo en una cruz la escultura sangró.
Bóveda del ábside central |
Detalle de la Coronación de la Virgen |
Escena de la Crucifixión |
En el altar mayor destaca el baldaquino y debajo se exponen
las cadenas de san Pedro en el Tabernáculo de la Confesión, obra de 1477 que
durante años fue atribuida al Pollaiuolo pero que últimos estudios dicen que
fue obra de Ambrogio Foppa el Caradosso, dentro de una urna de bronce diseñada
por Andrea Busiri Vici y donada a la basílica a mediados del siglo XIX.
Baldaquino tras la estructura arquitectónica que alberga la reliquia y que también da acceso a la cripta |
Cadenas de san Pedro |
La estructura arquitectónica que acoge el tabernánculo es de
fines del siglo XIX, construida expresamente para permitir su veneración
permanente, pues antes se custodiaba en la sacristía y sólo se exponía en días
señalados.
La iglesia también cuenta con una cripta con un sarcófago
paleocristiano en el que se estuvieron venerando, desde que llegaron a Roma a
mediados del siglo VI, las reliquias de los Santos Macabeos, defensores
legendarios del pueblo de Israel, aunque después de unas investigaciones contemporáneas
en las que se descubrió que los restos custodiados eran huesos de perros
mezclados con cenizas, ya no está abierta a las visitas.
Sepulcro paleocristiano en el que se custodiaron las supuestas reliquias de los Santos Macabeos (4) |
El ábside de la
Epístola se consagra a los Santos Sacramentos, con una Virgen con el Niño y
ángeles de Luigi Bravi fechada en 1880, mientras que el ábside del Evangelio está dedicado a Santa Margarita, con un cuadro
de Giovanni Francesco Barbieri “el Guercino”.
Ábside del Evangelio, dedicado a santa Margarita |
En el transepto del Evangelio destaca un órgano de fines del siglo XVII del
organero Giacomo Alari ampliado a fines del siglo siguiente por Attilio Priori.
Y justo debajo se ubica la sepultura del cardenal Antonio Andrea Galli,
fallecido en 1767.
Órgano en el transepto del Evangelio |
La Tumba de Julio II,
obra de Miguel Ángel, ocupa el transepto de la Epístola y es el resultado de
haber ido modificando hasta seis veces, durante unos cuarenta años, un primitivo
y colosal mausoleo exento que iba a ser ubicado en la basílica de San Pedro del
Vaticano. La escultura más conocida del conjunto es el Moisés, flanqueado por
las figuras de Raquel y Lea, símbolos de la vida contemplativa y la vida activa
respectivamente. Por encima se sitúa la escultura de Julio II, figura recostada
de lado, con tiara papal y con los ojos cerrados, como abrumado ante la muerte,
obra de Tommaso Boscoli, y sobre ella aparece una Virgen con el Niño realizada
por Raffaello da Montelupo flanqueada por un Profeta y una Sibila, un
paralelismo iconográfico antiguo que Miguel Ángel ya había utilizado en la
Capilla Sixtina, en relación con las sabidurías cristiana y pagana
respectivamente.
Tumba de Julio II en el transepto de la Epístola |
Moisés |
Julio II |
(Todo el intrincado proceso entre el imponente proyecto para
un mausoleo para la basílica de San Pedro hasta la tumba mucho más modesta que hoy se
conserva en San Pietro in Víncoli, lo podéis encontrar en un artículo aparte: La historia de la Tumba de Julio II de Miguel Ángel).
Las naves laterales también
cuentan con abundantes sepulturas de importantes personajes de la jerarquía
eclesiástica y altares con obras de arte.
El primer altar de la nave
de la Epístola tiene una pintura de
San Agustín del Guercino. A continuación está la tumba del cardenal Lanfranco Margotti, fallecido en 1611, con un
retrato del difunto de Domenico Zampieri “el Domenichino”. El siguiente altar
contiene una copia de un cuadro con San Pedro en la cárcel advertido por el
ángel del Domenichino cuyo original está en el monasterio. Después están, el monumento funerario del cardenal Girolamo
Agucchi, fallecido en 1605, y también diseño del Domenicchino y la sepultura del cardenal Girolamo della
Rovere, fallecido en 1592.
Monumento funerario del cardenal Margotti |
Altar con San Pedro en la cárcel |
Monumento funerario del cardenal Girolamo Agucchi |
Monumento funerario del cardenal Girolamo della Rovere |
En la nave del
Evangelio se sitúa el Sepulcro de
Nicola Cusano de 1464 de Andrea Bregno, nombrado cardenal de San Pietro in Vincoli por Nicolás V
en 1450 y el iniciador de las reformas de la basílica que después continúan
los della Rovere. Gran humanista, fue el primero que escribió que la Tierra no era
el centro del Universo, aunque basando sus teorías en la Filosofía y no en la
Matemática, como después sí hará Copérnico. La tumba presenta a San Pedro en el
centro flanqueado por el cardenal y un ángel orantes. El escudo muestra una
langosta, significado de su apellido en alemán (Nikolaus Krebbs).
Monumento funerario del cardenal Nicola Cusano |
A continuación está el altar
con el Llanto ante Cristo muerto de Cristoforo Roncalli el Pomarancio.
Altar con el Llanto ante Cristo muerto |
Después se ubica la sepultura del cardenal Cinzio
Aldobrandini, obra barroca tardía de Francesco Carlo Bizzaccheri realizada en
ricos mármoles polícromos que busca un fuerte impacto emocional, destacando la figura
de muerte con una guadaña.
Sepultura del cardenal Cinzio Aldobrandini |
Detalle de la tumba Aldobrandini |
A continuación nos encontramos con el altar con un mosaico de San Sebastián fechado a fines del siglo VII,
vestigio de la decoración musivaria de la basílica paleocristiana y la única
representación conservada del santo en la que aparece como un anciano con barba.
Altar de san Sebastián |
Detalle del mosaico con san Sebastián |
El último monumento de la nave del Evangelio es la sepultura del cardenal Mariano Petro
Vecchiarelli, muerto en 1639, que se atribuye a autores anónimos
napolitanos.
Sepultura del cardenal Mariano Petro Vecchiarelli |
Y para terminar con el repaso a los monumentos funerarios de
San Pietro in Vincoli, justo a la izquierda de la entrada está la tumba de Antonio y Piero del Pollaiuolo,
con bustos de los artistas florentinos sobre un fresco que representa a Sixto IV en
una procesión para invocar el cese de una peste en 1476 atribuido a Antonio di
Benedetto Aquili “Antoniazzo Romano”. Estos artistas están enterrados aquí porque estuvieron al servicio de
la familia della Rovere. Antonio del Pollaiuolo fue, precisamente, el autor del magnífico sepulcro de Sixto IV en el Vaticano, representado como síntesis del perfecto humanista y un encargo, precisamente, de su sobrino, Julio II.
Tumba de los hermano Pollaiuolo (5) |
El claustro
renacentista, con trazas atribuidas por Vasari a Giuliano da Sangallo y adosado
a la nave de la Epístola, fue sede de la Congregación del Santissimo Salvatore
in Laterano y en torno a él se distribuían las dependencias conventuales. Se
cree que se inició en tiempos del cardenal Giuliano della Rovere, después papa
Julio II, gracias a los fondos dejados por el cardenal Cusano, quedando terminado en
1503.
Claustro (4) |
Es de planta rectangular con dos alturas. La primera se
organiza mediante arcos de medio punto sobre columnas jónicas con los escudos
della Rovere en los capiteles y la segunda presenta vanos rectangulares. La
galería baja podría haber sido utilizada por el cardenal para albergar su
colección de esculturas, después trasladadas al Palazzo della Rovere anexo a la
Basilica dei Santi XII Apostoli y, finalmente, al Belvedere del Vaticano, y
entre las que estaba, por ejemplo, el que hoy conocemos como Apolo Belvedere.
Apolo Belvedere en los Museos Vaticanos |
Cuenta con un pozo central con vaso octogonal con máscaras
inserto en una estructura con cuatro columnas que sostienen un arquitrabe con
una sencilla cornisa, estructura que la facultad de Ingeniería de la
Universidad alla Sapienza, con sede en el edificio, ha tomado como símbolo.
Pozo del claustro (4) |
Y aquí termina el paseo por San Pietro in Vincoli. Si
queréis conocer todos los avatares de la Tumba de Julio II, tenéis que abrir este enlace.
La
basílica superior de san Clemente Laterano
El fascinante subsuelo de la basílica de san Clemente Laterano
El fascinante subsuelo de la basílica de san Clemente Laterano
Referencias:
(3) http://investigacionagustiniana.blogspot.com.es/2013/04/de-coniecturis-de-nicolas-de-cusa-ciclo.html
Fuentes:
DALCANELE MENESES, P., “O complexo de San Pietro in Vincoli
e a atividade de Baccio Pontelli em Roma”. Revista
de História da Arte, nº 13, 2010, pp. 5-16.
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