Santa-Clara-a-Velha de Coimbra hoy
El recorrido por la azarosa historia del monasterio Santa-Clara-a-Velha
tiene su continuación en un estupendo paseo por el monumento en la actualidad,
un espacio tutelado por la Direção Regional de Cultura do Centro inaugurado en
2009 inmerso en una amplia zona al aire libre y que abarca un Centro de
Interpretación y la ruina arqueológica adyacente.
Vista aérea de las ruinas, el Centro de Interpretación y su entorno (1) |
La visita comienza precisamente en el edificio del Centro de Interpretación, que cuenta con auditorio, biblioteca, servicio educativo, laboratorio de conservación y restauración, tienda, cafetería…
Plano del complejo de Santa-Clara-a-Velha en la actualidad (2). Está modificado para traducirlo al español y marcar la orientación |
Acceso actual al monumento |
Centro de interpretación |
Bajo el edificio se acumulan distintas piezas arquitectónicas y escultóricas halladas durante las excavaciones |
Rampa de acceso |
En la exposición pueden verse múltiples objetos encontrados
en las excavaciones arqueológicas que contextualizan los distintos aspectos de
la vida conventual, las horas dedicadas a la oración, los tipos de alimentos,
cómo trataban las enfermedades… hasta la muerte y enterramiento entre los muros
de la clausura.
Dada la vinculación con la Corona desde su fundación, Santa
Clara atrajo a numerosas damas de la nobleza portuguesa, tanto para profesar
como para estar simplemente recogidas, algunas desde la niñez, y recibir una
formación antes de concertar su matrimonio. Existían dos tipos de religiosas:
las profesas, procedentes de la nobleza y de familias ilustres, que hacían voto
de clausura, castidad, pobreza y obediencia, “freiras de coro e véu preto”, con
asiento en el coro y exclusivamente dedicadas a la oración, la organización de
la vida monástica y otras labores consideradas dignas, como coser o bordar; y
las conversas, de origen humilde, “freiras leigas ou servidoras”, que eran las que hacían el resto de trabajos y necesitaban estar en contacto con el exterior, de
ahí que prometieran todos los votos menos el de clausura.
Ámbito de la exposición dedicado al funcionamiento de la botica en el convento |
Aunque las Constituciones Generales no aprobaban la
presencia de criadas al servicio personal de las monjas, se sabe que en Santa Clara las hubo. Además, la comunidad precisaba de otro tipo de servidores,
como administradores o procuradores, pero también vaqueros, hortelanos,
carniceros, carpinteros, canteros, pintores, zapateros o lavanderas.
Ámbito de la exposición dedicado a la alimentación |
Piezas de vajilla encontradas en las excavaciones |
Dos losas sepulcrales y la recreación de un sarcófago sustentado por leones en el ámbito dedicado a la muerte |
A lo largo de la exposición siempre está presente el
edificio, visible a través de las cristaleras que cubren toda la fachada norte
del mismo, de cara al convento.
El Centro de Interpretación está orientado hacia las ruinas |
El convento desde la plataforma exterior del Centro de Interpretación |
Atravesando un amplio espacio ajardinado se llega a las
ruinas, que comprenden la iglesia y uno de los claustros. Las rampas y la
colocación de ascensores para salvar algunas alturas facilitan el acceso a
personas con movilidad reducida.
El convento desde las rampas de acceso al conjunto arqueológico |
La ruina desde la plataforma que la rodea. Arriba a la izquierda se ve el imponente Santa-Clara-a-Nova |
Como fundación real, las obras se pusieron bajo la dirección
del arquitecto de la corona Domingos Domingues, que ya había trabajado en el
claustro de D. Dinis del monasterio cisterciense de Alcobaça, y que realizaría
la cabecera de la iglesia.
Claustro de D. Dinis del monasterio cisterciense de Alcobaça, donde trabajó Domingos Domingues, primer maestro de obras de Santa-Clara-a-Velha |
A su muerte en 1325 le sucedería Estevão Domingues, quizá
familiar suyo, alarife en el claustro de D. Dinis pero en el de la Sé
de Lisboa, que levantaría el cuerpo de la iglesia e iniciaría el claustro
principal.
La iglesia está precedida de un atrio que delimitaba la zona
de privilegio de asilo del monasterio además de servir como cementerio y en el que se sitúa la Porta dos Fiéis, la de acceso público, abierta al segundo tramo
de la nave del Evangelio.
Planta de la iglesia y el claustro mayor de uno de los paneles indicativos en el sitio arqueológico. Las indicaciones son mías |
Atrio y Porta dos Fiéis, con un ascensor que salva el desnivel a la derecha |
El templo cuenta con planta de tres naves casi iguales en
altura, de siete tramos y con cubierta de bóveda de cañón apuntado en la
central, con los arcos fajones apoyados sobre ménsulas
cónicas, y de crucería de gruesos nervios las laterales, apoyados en pilares, resultando
excepcional para la época en las iglesias mendicantes, pues lo habitual era la
cubierta de madera.
Detalle de la cubierta de cañón apuntado de la nave central. Desde este punto de vista también se aprecia muy bien que las tres naves presentan similar altura |
No tiene transepto, con triple cabecera de capilla mayor
poligonal, de la que solo se conserva el primer tramo de la cubierta, y absidiales
de planta cuadrangular al exterior y poligonal al interior.
Zona de la cabecera |
Primer tramo del ábside central, lo único que conserva de la cubierta este ámbito |
La iluminación procede de las grandes ventanas apuntadas con parteluz
en las naves laterales y de rosetones en los testeros de la cabecera, los
pies y otro más en el lado del Evangelio.
Uno de los rosetones |
Los tres primeros tramos más próximos al altar conformaban
la zona pública, mientras que los otros cuatro eran la zona de clausura, donde
se situaba el coro, separadas por una gruesa pared, con el torno ubicado en el
lado de la Epístola.
La iglesia desde la zona pública |
Detalle del torno desde la zona de clausura |
Ya hemos dicho que la iglesia contaba con una planta
intermedia hoy desaparecida, y que reducía el espacio vertical, de la que
quedan, como testigos, los arcos fajones y formeros que la
sustentaban.
Arcos que sustentaban la planta intermedia |
En los cuatro últimos tramos, los correspondientes al coro, la
intervención museográfica ha incorporado una plataforma de madera que da una
idea de cómo sería esa segunda planta construida para salvar las crecidas del
Mondego.
Reconstrucción de la zona del coro |
Lo mismo que el resto de conventos, Santa Clara también
acogió, en la zona pública de la iglesia, sepulturas de legos, como el de
Gonçalo Peres Ribeiro, mayordomo mayor de la reina Da. Isabel, y su esposa, o
el de Da. Isabel Coutinho, dama de gran linaje del siglo XV, con un destacado
arcosolio de arco apuntado y angrelado que contiene un sarcófago con decoración
heráldica.
Arcosolio de Da. Isabel Coutinho en la nave de la Epístola de la zona pública de la iglesia. Aún conserva restos de la decoración que cubría el tímpano |
La parte posterior del templo, bajo el coro y las dos naves
laterales, también se conformó como necrópolis, habiéndose localizado unas
setenta inhumaciones, con los cuerpos orientados en sentido oeste-este y los
pies hacia la cabecera, vestidos con hábito y amortajados y cubiertos con una
capa de cal. Aunque las recomendaciones de la orden no lo aconsejaban, algunos
esqueletos se han encontrado junto a pequeños objetos como amuletos, rosarios o
restos de libros de horas.
Plano (tomado de un panel señalizador in situ) de la parte bajo el coro con las inhumaciones localizadas durante las excavaciones arqueológicas |
El claustro está adosado a la fachada sur de la iglesia y
comunicado con éste a través del cuarto tramo de la Epístola mediante una
portada arquivoltada sobre columnas con capiteles de temas vegetales.
Portada de la iglesia desde el claustro mayor |
Detalle de los capiteles de la izquierda |
Detalle de los capiteles de la derecha |
Tiene forma cuadrangular de grandes dimensiones, incluso más
grande que el de Alcobaça, y su panda adosada a la iglesia, la más
próxima a lo sagrado, también se utilizó para enterramientos, conservándose
muchas de las losas in situ.
Panda norte del claustro adosada a la iglesia, donde todavía se conservan las lápidas de enterramiento |
Contaba con un estanque central rodeado de cuatro fuentes y
diversas macetas revestidas de azulejos hispano-árabes, evocación de los cuatro
ríos de los Jardines del Paraíso.
El claustro, con el estanque en el centro. Al fondo destaca la imponente Universidad de Coimbra |
Una de las cuatro fuentes ornamentales que rodean el estaque |
Tenía una fuente de abluciones adosada a su panda este, con quiosco de planta rectangular
abierta mediante arcos de medio punto sobre columnas dobles con capiteles con
decoración vegetal y lavabo central circular, y justo enfrente estaba el
refectorio.
Restos del quiosco de la monumental fuente de abluciones |
Restos del refectorio |
En la crujía oeste se han localizado los
vestigios del dormitorio y en panda sur estaba la sala capitular y tres
portadas más que comunicaban con otras dependencias conventuales, una de ellas
la cocina.
A continuación de esta panda sur existía otro claustro más
pequeño en el que se encontraba el noviciado.
Maqueta de la iglesia en el Centro de Interpretación, donde se aprecia la iglesia, los dos claustros y la zona de huerta |
Si os habéis quedado con ganas de más, podéis conocer
también la azarosa
historia del monasterio y el porqué de su abandono en el siglo XVII.
Otros MONASTERIOS en viajar con el arte:
San
Martiño Pinario en Santiago de Compostela
Santa
María del Paular en Rascafría (Madrid)
Santo
Tomás de Ávila
San
Antonio el Real de Segovia
Santa
María del Parral de Segovia
San
Miniato al Monte de Florencia
Basilica
dei Santi Giovanni e Paolo de Venecia
Basilica di Santa Maria Gloriosa dei Frari de
Venecia
Monasterio
de San Michele in Isola de Venecia
San
Giorgio Maggiore de Venecia
Convento
da Madre de Deus, hoy Museu Nacional do Azulejo en Lisboa
San
Juan de los Reyes de Toledo
Notas:
(1) http://guiastecnicos.turismodeportugal.pt/pt/museus-monumentos/ver/Mosteiro-de-Santa-Clara-a-Velha
Fuentes:
CORTE-REAL, A. (coord.),
Mosteiro de Santa Clara de
Coimbra. Do Convento à Ruína, da Ruína à Contemporaneidade, Coimbra,
Direcção-Geral de Cultura do Centro, 2ª ed. 2009.
TAVARES, A., “El Monasterio de Santa Clara-a-Velha de
Coimbra. Una propuesta de gestión del patrimonio”. En ÁVILA SEOANE, N. (Ed.), Cultura y Mentalidades: de la Antigüedad al
siglo XVII. (Nuevas Investigaciones), Madrid, Asociación Cultural
CASTELLUM, 2007, pp. 213-241.
http://www.museumachadocastro.pt/pt-PT/minisitios/ContentDetail.aspx?id=557
Comentarios
"A los hados oyera que vendría
una gente fortísima de España
por el gran mar..."
Es decir, que los portugueses eran españoles, es decir, de la península ibérica, de Hispania...
Así que tus divagaciones lusitanas nos traen el eco del viento de la historia.
Es intolerable que España viva de espaldas a Portugal, cuando tantas infantas han cruzado la frontera en ambas direcciones, cuando tantos linajes portugueses han tenido protagonismo en Castilla (Pimentel, Silva, Pacheco, Acuña, Gomez de Mora...) y cuando se unieron ambas coronas bajo Felipe II.
Bravo de nuevo!!
Añado el linaje de los Moura.
Tienes razón, España vive de espaldas a sí misma..
Sobre el centro de interpretación tal vez esa planta baja de almacén que como indicas parece más aprovechada que destinada a guardar los restos arqueológicos, tal vez se hace como paralelo de los dos pisos en que tuvo que dividirse la iglesia para salvar las inundaciones y como recuerdo o precaución ante las misma (o tal vez solo se hace para salvar la tapia del convento y elevar el edificio para que sirva de mirador). A los arquitectos suelen gustarles estos juegos de significados y lo cierto es que recuerda un palafito aunque entiendo que el río estará perfectamente encauzado en estos momentos y habrá poco riesgo de inundaciones.
Me ha llamado la atención la penúltima fotografía del reportaje que indica que se se trata de una parte del refectorio porque me recuerda a las típicas portadas monumentales de acceso a las salas capitulares. Puede tratarse de una comunicación con la cocina un poco más elaborado del tradicional?
Muchas gracias por este completo viaje virtual a una zona para mi desconocida de Coimbra que nos has permitido hacer.
A mí también me chocó que lo que se ha identificado con el refectorio contara con esa magnífica portada con arcos abiertos a la crujía del claustro, aunque no creo que sea de comunicación con la cocina, una zona de servicio a la que no es habitual darle ese tipo de tratamiento, solucionado simplemente con un simple "pasaplatos". Pero es verdad que es llamativo.
Y gracias a ti, pues con tus comentarios haces que dé "otra vuelta" a mi visita incorporando tus puntos de vista.