La primera referencia documental del conocido como Mosteiro
de Celas habla de su fundación a comienzos del siglo XIII por la infanta D.
Sancha, hija del rey D. Sancho I de Portugal, beatificada por Clemente XI a
comienzos del siglo XVIII, en la Quinta de Guimarães (Vimarannes, Vimarães o
Valmeão), una propiedad suya próxima a la ciudad de Coimbra, de ahí que también se conociera como de las “Celas de Guimarães”.
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Una de las crujías del claustro del monasterio de Celas de Coimbra |
Muy probablemente este primer dato estaría más bien en
relación con una
segunda fundación, tras la supresión de la primera, o con una
transferencia desde Alenquer, donde D. Sancha era señora, y donde se sabe que protegía
a una comunidad de damas beatas, patrocinando en Coimbra la
construcción de una iglesia, consagrada en 1293 por el obispo de Coimbra Aimerico
d'Ébrard, con un pequeño claustro con pequeñas celdas alrededor, “celas” en
portugués.
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Ubicación del monasterio respecto de la ciudad medieval de Coimbra (1) |
En este mismo sentido hay autores que hablan de que la
comunidad inicial estaría formada por un grupo de monjas procedentes del
monasterio cisterciense femenino de Lorvão, protegido por la infanta D. Teresa,
hermana de D. Sancha, y al que unos años más tarde se añadieron las beatas de
Alenquer.
Lo que sí es cierto es que la fundación de Coimbra atrajo desde el principio a damas de la alta nobleza portuguesa y gozó
de protección regia, aunque en menor medida que Lorvão y Santa Maria de
Arouca, bajo la protección de D. Mafalda, la tercera de las hermanas.
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Parcial con las Celas en la planta topográfica de Coimbra de José Baptista Lopes de 1932 (1) |
D. Duarte fue quien concedió al monasterio carta de
privilegio en 1434 y en 1496 D. Manuel I confirmó todas las gracias y libertades
dadas por sus antecesores, dependiendo directamente de Claraval y no de
Alcobaça, el monasterio císter masculino más importante de Portugal.
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D. Duarte I de Portugal (2) |
En los siglos siguientes fueron necesarias varias
ampliaciones. Se sabe que en la primera mitad del siglo XVI, en tiempos de la
abadesa D. Leonor de Vasconcelos, la comunidad se componía de cuarenta y ocho
religiosas y que el edificio sufrió grandes transformaciones.
Y es que la abadesa Vasconcelos fue una monja franciscana
nombrada para acometer una reforma de la vida conventual de las Celas en medio
de un proceso general que estaba afectando a todos monasterios, tanto
masculinos como femeninos, y que lo que buscaba, a instancias del propio
Papado, era terminar con una crisis moral y religiosa en toda Europa, una
reforma que también afectó a la arquitectura de los cenobios para adecuarla a las
nuevas reglas, que buscaron, entre otras cosas, que las comunidades cumplieran
con la clausura, acabando con la relajación en cuanto al cumplimiento de los
votos, y que en Portugal contó con el firme apoyo de D. Manuel I.
Vasconcelos inició el cambio radical del aspecto del
convento, sobre todo modificando la iglesia según parámetros manuelinos
mezclados con otros renacentistas, y estableciendo claramente una parte
reservada a la clausura, separando la iglesia pública de la privada. También se
optó por tapiar ventanas hacia el exterior y construir muros de cercado. Las obras
fueron después continuadas por sus sucesoras en el abadesado, registrándose
intervenciones, con sucesión de estilos, hasta el siglo XVIII.
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Detalle de la bóveda de la iglesia, construida en tiempos de la abadesa Vasconcelos |
Con las desamortizaciones del siglo XIX, y dentro de una
reforma general del clero emprendida en Portugal en 1834, fueron extinguidos
todos los conventos, monasterios, colegios, hospicios y casas religiosas de
todas las órdenes. Las monjas de las Celas quedaron sujetas a sus respectivos
obispos hasta la muerte de la última de sus habitantes en 1883, cuando el
convento quedó cerrado. Todos sus bienes fueron expropiados e incorporados a la
Hacienda Nacional.
A lo largo de todo el siglo XX ha tenido que someterse a
múltiples intervenciones de consolidación y restauración para evitar mayor
deterioro, aunque su estado de conservación no es bueno.
En la actualidad la iglesia, el claustro y el refectorio
pertenecen al Estado, cedidos a la Irmandade de Nossa Senhora da Piedade para
uso parroquial. El dormitorio, fechado a comienzos del siglo XVII y dividido en
cuarenta celdas distribuidas en dos pisos, el edificio más grande del complejo,
forma parte del Hospital pediátrico de Coimbra. En cuanto a los antiguos
aposentos de la Abadesa, hoy son una escuela de primaria.
El conjunto presenta una
planta irregular. En el eje
oeste-este se sitúa un gran coro longitudinal y la iglesia. Al sur está el atrio de comunicación con la iglesia desde el exterior, adosado al lado
norte del coro está la sala capitular, y al nordeste se encuentra el claustro.
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Planta del conjunto en la actualidad (3). Las indicaciones son mías |
La
fachada principal
abre a una plaza que en su momento, denominado
terreiro de fora, también
formaba parte del convento, con acceso muy limitado hasta comienzos del siglo
XVIII.
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Fachada del convento desde el terreiro de fora a mediados del siglo XX, con la Casa de la Abadesa, a la derecha, en ruinas (1) |
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Terreiro de fora en la actualidad, utilizado como zona de aparcamiento |
Se divide en dos registros. El bajo cuenta con una portada
clasicista fechada en tiempos de la abadesa Vasconcelos, rectangular,
encuadrada con pilastras rematadas con cornisa y sobre la que se ubica un frontón
triangular con el escudo de Portugal. Y en el siglo XVII se añadió una galería
cubierta, a modo de
miradouoro, de
vanos adintelados.
A la derecha estaba la Casa de la Abadesa, la cocina y el refectorio, y a la izquierda había una hospedería. La portada de la casa de la abadesa es también rectangular y por encima cuenta con una ventana.
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Portada del atrio de la iglesia y de la Casa de la Abadesa |
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Detalle del frontón de la portada |
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Zona de implantación del convento (4). Las indicaciones son mías |
Desde la fachada se accede al mencionado
atrio, cuya disposición data de tiempos
de abadesa Vasconcelos, cuando pasa de ser el típico
nártex utilizado como zona
para legos a convertirse en atrio del convento añadiéndosele otro ámbito
separado por pilares. En el nuevo espacio generado se ubicaron el torno, un nuevo
locutorio y se hizo una nueva
portada a
la iglesia, de estilo manuelino aunque con guarnición renacentista que
podría haber sido añadida por Nicolau de Chanterene, en la que destaca su
decoración heráldica con las armas de Portugal entre dos ángeles
tenantes.
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Atrio de la iglesia (5) |
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Portada de la iglesia |
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Detalle del escudo de Portugal en la portada de la iglesia |
La
iglesia es de
planta
circular, más ligada en Portugal a la Orden de Cristo, como la iglesia del
convento de Tomar, o a la arquitectura funeraria, como en las
Capelas Imperfeitas de Batalha.
Así, este caso es excepcional en una fundación cisterciense
femenina portuguesa, pues lo habitual, igual que en la mayor parte de Europa, era
la iglesia doble, con planta rectangular dividida en dos espacios, dedicados a
la parte pública y a la clausura, respectivamente. En las Celas se cree que
también existiría la doble función, con la iglesia en sí como parte pública, y
el coro rectangular que se desarrolla a continuación para la clausura. Además,
también
se constata la existencia de otra iglesia de fora, la de São Germano
o de Nossa Senhora da Piedade, al otro lado de la plaza ante la que se sitúa la
fachada del convento, con acceso independiente, sin que hubiera que entrar en
terreno conventual, y destinada al pueblo en general.
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La iglesia desde la entrada al coro |
Se cubre con bóveda estrellada cuyos nervios descansan en
ménsulas y semicolumnas torsas, muy habituales en el manuelino, que no
llegan al suelo, con el escudo de Portugal en la clave central y el resto con
flores y medallones.
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Bóveda de la iglesia |
Aunque durante mucho tiempo se ha defendido que la iglesia fue levantada
ex novo durante el abadesado de Vasconcelos siguiendo nuevas influencias clasicistas
que en ese momento estaban llegando a Portugal y con intenciones funerarias,
teorías más recientes la ponen en relación con una desaparecida
iglesia de Santa María de Celas de Alenquer, el templo en el que precisamente se congregaba el
grupo de mujeres pías, las encelladas que después formaron parte de la primera
comunidad de las Celas de Coimbra tras su fundación por D. Sancha, señora de
Alenquer, una iglesia de la que se conservan, parcialmente enterrados, y muy alterados, los
vestigios de una planta circular. Así, se piensa que la iglesia ya tendría esa planta y la abadesa Vasconcelos sólo habría ordenado una nueva cubrición abovedada para sustituir una posible techumbre
de madera, quedando concluida en 1529.
Unos autores atribuyen las trazas a Gaspar Fernandes y João
Português y otros defienden que éstos serían los ejecutores de un diseño de Diogo
de Castilho, en ese momento arquitecto real. Cuenta con capilla
mayor rectangular abierta al cuerpo de la iglesia mediante arco de triunfo
encuadrado por pilastras y sendas capillas laterales irregulares en el lado del
Evangelio y la Epístola.
El
ábside sería
restaurado y ampliado en el siglo XVIII, cuando también se incorporaron los
paneles decorativos de azulejos con motivos arquitectónicos y las escenas de la
Anunciación y la
Visitación en el cuerpo de la nave.
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Ábside con el retablo mayor de la Virgen, advocación bajo la que estaba el monasterio |
El
retablo mayor también
es del XVII, de madera dorada e imitación de mármol, con sagrario flanqueado
por las esculturas de los santos Benito y Bernardo y una pintura de una
Virgen con
Niño. Se complementa con otros dos del mismo estilo dedicados a la
Piedad y a
Cristo Crucificado que se ubican a ambos lados del arco de triunfo, en el cuerpo de la
iglesia.
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Retablos de la Piedad y de Cristo Crucificado |
La
capilla lateral de la Epístola, de planta poligonal, una
característica de las capillas funerarias medievales, hay autores que creen que
sí sería la que la abadesa Vasconcelos ordenó levantar para destinar a su
propio enterramiento, teniéndose noticias de que quiso encargarle a Chanterenne
un sepulcro clasicista, sin que hubiera pensado en convertir la propia iglesia
en su panteón.
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Detalle de la posible capilla funeraria de la abadesa Vasconcelos en la actualidad |
En la
sacristía
se conserva un banco de un retablo de piedra con un bajorrelieve con
San
Martín y el
Martirio de San Juan Bautista que se atribuye a João de Ruão en el
siglo XVI.
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Predela de un retablo atribuida a João de Ruão conservada en la sacristía |
A continuación de la iglesia y mediante portada con vano en arco
de medio punto flanqueado por pilastras jónicas sobre las que se ubica un
frontón sin entablamento, se abre un
coro
separado por una reja y que responde a una
ampliación de fines del siglo XVI,
con un coro anterior mucho más reducido. La sillería, que recorre las paredes
laterales, es de Gaspar Coelho también de fines del XVI, y la decoración de
paneles de azulejos, del XVII.
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Portada y reja del coro desde la iglesia |
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Coro de las Celas (5) |
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Detalle de algunas de las obras de arte conservadas en el coro |
Desde el coro se accede a una antecámara que comunica con el
claustro y con la sala capitular. La portada desde la antecámara hacia el coro fue
levantada en 1526 por
Nicolau de Chanterenne, con las armas de la abadesa D.
Leonor de Vasconcelos y de la fundadora, D. Sancha. La de la
sala capitular es un gran arco apuntado
de sencillas arquivoltas que da acceso a un ámbito rectangular también fechado en el siglo XVI
cubierto con bóveda de medio punto de grandes casetones y con banco de piedra
corrido sobre el que se levantan paneles de azulejos con decoración geométrica añadidos en el XVIII.
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Portada de Nicolau de Chanterene y Portada de la sala capitular en la antecámara (6) |
En el testero del fondo aparece un arco central con una
pequeña escultura de
Cristo resucitado flanqueado por dos nichos con los santos
Benito y Bernardo.
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Sala capitular |
Y dejamos para el final el recoleto
claustro, quizá la parte más antigua conservada. Aunque en un
momento dado contaba con dos alturas, en la actualidad
sólo se conserva la
galería baja, de planta cuadrangular de arcos de medio punto.
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Claustro del Mosteiro de Celas de Coimbra |
Las crujías norte y este, fechadas en el siglo XVI,
presentan columnas dóricas sencillas.
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Crujía norte del claustro, con sencillas columnas dóricas |
Los temas son cristológicos,
hagiográficos, fantásticos y con decoración vegetal, todos fechados en la primera mitad del siglo XIV, y se
cree que
procederían de otra construcción, quizá de la primitiva universidad de
Coimbra, fundada por D. Dinis al lado del Palacio Real, ofrecidos por D. João
III a la abadesa D. Maria de Távora para la remodelación del ámbito en el siglo
XVI.
Imágenes ajenas:
(3) MARTINS, Ana Maria Tavares Ferreira, As arquitecturas de Cister em Portugal,
3 vols., tesis doctoral, 2011.
(4) ROSSA, W. y GOMES, P. Varela, "A rotunda de Santa
Maria de Celas: um caso tipológico singular". En VV.AA., Arte e Arquitectura nas Abadias
Cistercienses nos séculos XVI, XVII e XVIII, 2000, pp.197-223
Fuentes:
ROSSA, W. y GOMES, P. Varela, "A rotunda de Santa Maria
de Celas: um caso tipológico singular". En VV.AA., Arte e Arquitectura nas Abadias Cistercienses nos séculos XVI, XVII e
XVIII, 2000, pp.197-223.
Comentarios
Hasta la proxima
Un saludo desde Reinado de Carlos II