San Pablo de Palencia

La iglesia parroquial de San Pablo de Palencia fue el templo de un importante convento dominico que la tradición dice que fue la segunda fundación en la península del propio Santo Domingo de Guzmán, tras la del Convento de Santa Cruz de Segovia, poco antes de su muerte en 1221, como una forma de reconocer a la ciudad en la que había estudiado y enseñado y en la que había profesado.

La iglesia de San Pablo desde la nave central

Desde su fundación gozó de la protección real, elegido por Sancho III, Sancho IV y Alfonso XI como residencia regia.

En el siglo XIV se vio la necesidad de construir una nueva iglesia que no se concluyó hasta el XVI y que es la que se conserva, con modificaciones, en la actualidad. Sin embargo, de las dependencias conventuales no queda nada. Y es que durante la invasión francesa el convento fue utilizado como cuartel y las desamortizaciones de la década de 1830 supusieron el desalojo del monasterio y su ruina.

En 1844 la iglesia fue entregada de nuevo a una comunidad dominica, y en 1957 también se le cedió el edificio anejo levantado en 1920 para Juzgados y Audiencia Provincial de Palencia, que empezó a utilizarse como residencia y noviciado de la orden.

Al exterior la iglesia destaca por su horizontalidad, solo rota por la espadaña de la portada oeste y el gran desarrollo en vertical del ábside, coronado por balaustrada y reforzado por seis robustos contrafuertes rematados en pináculos. También pueden verse los escudos nobiliarios de los Poza, pues dicho marquesado adquirió este ámbito para convertirlo en capilla funeraria, tanto en los contrafuertes como bajo las ventanas.

Fachada sur de San Pablo

Exterior del ábside

Otro detalle del ábside, con una de las ventanas, la balaustrada de remate y
la decoración heráldica

La fachada sur cuenta con una portada tardogótica de fines del siglo XV o comienzos del XVI. Se abre mediante portada enmarcada por pináculos con vano en arco conopial abarcado por otro apuntado con arquivoltas decoradas con motivos vegetales, cabezas humanas y animales imaginarios y que, a su vez, vuelve a estar abarcado por otro conopial. El tímpano cuenta con tres pequeñas hornacinas que debieron contener esculturas.

Portada en la fachada sur

La fachada a los pies es del siglo XVIII, obra del arquitecto Manuel Murillo, una composición neoclásica de pilastras de orden toscano conformando tres calles, cada una con una puerta en arco plano, y rematada por una gran espadaña con tres campaniles y la imagen de la Virgen de Fátima sobre la que aparecen un frontón triangular y aletones de escaso desarrollo, todo ello rematado por un pináculo y cuatro bolas.

Fachada oeste de la iglesia de san Pablo

La iglesia tiene planta rectangular de seis tramos, tres naves separadas por arcos apuntados sobre pilares compuestos, tres ábsides, amplias capillas laterales sólo en la nave de la Epístola que reciben la luz a través de grandes óculos, coro alto a los pies y cubiertas de crucería de variadas soluciones en la nave central y crucería simple en las laterales.

La iglesia de San Pablo desde el sotocoro

Detalle de las cubiertas de la nave central

Pies de la iglesia con el coro alto sobre el primer tramo de la nave central

Sección transversal. Planoteca IPCE

Las dos capillas absidiales de testero plano quizá sean lo más antiguo de la iglesia, conservadas después de que tras el altar mayor se adosara una capilla funeraria con una magnífica cubierta de crucería estrellada.

Capillas laterales en la nave de la Epístola

Lo que parece que fue el crucero de la Epístola, que no se corresponde con un espacio parejo en el lado del Evangelio, en la actualidad se conforma como capilla del Rosario, adscrita a la Cofradía de la Santa Vera-Cruz, con su sede canónica en San Pablo.

Primera capilla lateral de la Epístola, que más bien parece 
un brazo de crucero, aunque en el lado del Evangelio 
no muestra igual desarrollo, consagrada al Rosario

Pintura mural de fecha indeterminada del luneto de la derecha de la capilla del Rosario con
la escena de la Batalla de Lepanto, que la tradición establece que se ganó gracias a la
intervención de la Virgen del Rosario

En el luneto de la izquierda aparecen dos escenas. A la izquierda está el papa León XIII 
(muchas gracias, Ricardo Muñoz) rezando a la Virgen del Rosario (una reproducción de la 
famosa versión de Murillo en el Museo del Prado), un gran promotor del rezo del Santo 
Rosario, al que dedicó diversas encíclicas. A la derecha se representa la aparición 
de la Virgen a Bernadette Soubirous, gran devota del santo rosario, 
en la gruta de Lourdes, y a la que dicho papa envió su bendición.

Cubierta de la capilla del Rosario

Planta de San Pablo. Planoteca IPCE. Las indicaciones son mías

La capilla absidial del Evangelio cuenta con una magnífica talla de un Crucificado del siglo XVII adscrito a la Escuela Palentina y de gran devoción en la ciudad, que procesiona con la mencionada Cofradía de la Santa Vera-Cruz.

Crucificado en la capilla absidial de la Epístola

La capilla absidial de la Epístola está bajo la advocación de la Piedad y fue reformada en 1516 por el deán de la catedral de Palencia don Gonzalo de Zapata para convertirla en su capilla funeraria, para lo que añadió un arco ojival angrelado que abre directamente al presbiterio, con su arcosolio, con bulto yacente, en el testero de la derecha.

Arco angrelado abierto al ábside de la capilla Zapata

Capilla Zapata, con el arcosolio de don Gonzalo en el testero de la Epistola

Lo más destacado de este ámbito es el retablo anónimo hispano-flamenco. Tiene dos cuerpos. El bajo, cuadrangular, muestra una escena en altorrelieve dorado y policromado con un Llanto sobre Cristo muerto en el que además de la Virgen y Jesús también aparecen san Juan, María Magdalena, José de Arimatea, Nicodemo, María Salomé y María Cleofás. Sobre este primer cuerpo se desarrolla otro de remate trilobulado a modo de doselete. Todo el conjunto muestra un marco de decoración vegetal con bolas y hojas de acanto y parece como si hubiera contado con un habitual Calvario de remate, hoy desaparecido.

Retablo de la capilla Zapata

Detalle de la escena central

La capilla mayor se debe a una remodelación de 1514, cuando don Juan de Rojas y Rojas, I marqués de Poza y señor de Monzón, adquirió el patronato de la iglesia y prolongó el ábside anterior para construir uno nuevo y convertirlo en su panteón familiar.

Capilla mayor

Es un amplio espacio rectangular con grandes ventanas ligeramente apuntadas y cubierta de bóveda poligonal estrellada que apoya en trompas.

Bóveda de la capilla funeraria de los Poza

En ella destaca su rico retablo mayor y dos impresionantes mausoleos adosados a los muros del Evangelio y la Epístola. El retablo mayor se data en el primer tercio del siglo XVI y se atribuye al taller de Juan Ortiz el Viejo I, aunque otros autores también hablan de Felipe Vigarny y su entorno. Está dividido en tres cuerpos de siete calles, banco y ático, con numerosos compartimentos separados por columnillas, pilastras y estípites y frisos decorados con putti y en los que figuran diez grupos escultóricos en relieve y dieciséis esculturas de bulto colocadas en hornacinas aveneradas.


Retablo mayor

El banco presenta cuatro escenas de la Vida de Cristo, con la Natividad, la Huída a Egipto, la Epifanía y la Circuncisión, con los escudos de los Rojas y de los Dominicos en los extremos. En el primer cuerpo aparecen los santos Juan Evangelista y Cristóbal y los relieves, de izquierda a derecha, de la Anunciación, la Visitación, la Presentación de María en el Templo y Jesús ante los doctores, con la calle central con una talla de la Asunción de María.

Banco y primer cuerpo del retablo

Natividad y Huída a Egipto

Epifanía y Presentación en el Templo

Visitación y Anunciación

Presentación de María en el Templo y Jesús ante los doctores

El segundo cuerpo cuenta con una escultura exenta de San Juan Bautista flanqueado por los santos Antolín, Catalina de Siena, Pío V, Domingo de Guzmán, Tomás de Aquino y Sebastián. En cuanto al tercer cuerpo, presenta la figura central de San Pablo, advocación bajo la que se encuentra la iglesia, flanqueado por los santos Gregorio, Antonio de Padua, Lucía, Santiago y Ana con la Virgen niña. En el ático aparece el habitual Calvario.

Detalle de los cuerpos superiores del retablo mayor

Ático

El enterramiento del Evangelio pertenece al comitente y a su esposa. Conformado como un retablo, se atribuye a Francisco Giralte, Manuel Álvarez o Juan de Escalante, sin documentos que puedan corroborarlo. Presenta dos cuerpos de tres calles organizadas mediante columnas jónicas con grutescos y ático corintio, una composición plenamente clasicista.

Detalle del enterramiento de los I marqueses de Poza en el testero del Evangelio de 
la capilla mayor, con los orantes en perpetua oración ante el retablo mayor

Enterramiento de los I marqueses de Poza

En el zócalo bajo se representan, a cada lado, las alegorías de la Castidad y la Justicia.
En la calle central del cuerpo bajo aparecen don Juan de Rojas y su esposa, doña Marina Gómez Sarmiento, orantes enmarcados por un arco de medio punto. En las calles laterales, entre columnas, se encuentran los cuatro Evangelistas.

Detalle del cuerpo bajo

El segundo cuerpo cuenta con un Eccehomo central flanqueado por los santos Catalina y Antonio de Padua y con una Anunciación entre columnas en las calles laterales. En el ático aparece santo Domingo de Guzmán y el conjunto se remata con el Padre Eterno y los escudos nobiliarios de los comitentes.

Segundo cuerpo y ático

En la cartela de abajo puede leerse: “Aquí yace el muy ilustre señor don Juan de Rojas, marqués de Poza y la muy ilustre señora D. Marina de Sarmiento su mujer, el cual mandó hacer esta obra; murió primero de Agosto año 1553”.

El enterramiento del lado de la Epístola pertenece a don Francisco de Rojas y Fernández de Córdoba, III marqués de Poza y nieto del fundador, y su esposa, doña Francisca Enríquez de Cabrera. Está realizado hacia 1612, comenzado por Alonso de Vallejo y culminado por Antonio de Riera Cristóbal y Francisco Velázquez, Antonio de Arta y Juan de Muniategui a la muerte de aquél. Es de mármoles de colores, compuesto por cuatro columnas dóricas sobre pedestal que sostienen un ático con las armas de la familia, con los orantes enmarcados en un arco de medio punto central.

Detalle del enterramiento de los III marqueses de Poza en el testero de la Epístola de la
capilla mayor, con los orantes en perpetua oración ante el retablo mayor

Enterramiento de los III marqueses de Poza

Detalle de los orantes

En el epitafio se informa de que el caballero fue miembro del Consejo de Estado y Guerra de Felipe II y III y que murió en 1604, y que fue la esposa la que ordenó la construcción del panteón y patrocinó la reja, obra destacada de Juan Bautista Celma que presenta los escudos de los Rojas y está rematada por un Calvario.

Otras IGLESIAS en Viajar con el Arte:

San Miniato al Monte de Florencia
San Esteban de Salamanca
"La Clerecía" de Salamanca
San Vicente de Ávila
San Ildefonso de Toledo
San Román de Toledo
San Sebastiano en Venecia
San Zaccaria en Venecia

Bibliografía:

QUADRADO, J. Mª, España. Sus monumentos y artes – su naturaleza e historia. Valladolid, Palencia y Zamora, Barcelona, 1885.
ZALAMA, M. Á., “Portadas retablo renacentistas en Valladolid y Palencia”, Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, nº 53, 1987, pp. 312-316.
http://es.wikipedia.org/wiki/Le%C3%B3n_XIII
http://www.artelan.es/index.php?option=com_joomgallery&Itemid=3&func=detail&id=163&categoria=26&catpageback=17&personalizado=6#joomimg

Comentarios

enrique ha dicho que…
Mi padre nació en Palencia, calle Valentín Calderón casi esquina con la calle mayor.
Mi familia paterno-materna es toda de Palencia.
Sin embargo, no rendí visita a la ciudad de mi linaje hasta el año 2006, demasiado tarde. Pero Palencia siempre ha constituido para mí un motivo de fascinación.
Recuerdo sus iglesias de piedra blanca, incluida la bella desconocida.
Muy interesante todo, tanto el texto como las fotografías.
Recordar que fue Palencia la sede de la primera universidad, luego trasladada a Salamanca y que la batalla de Lepanto se ganó, más por la intervención de la Virgen del Rosario, por la intervención de don Álvaro de Bazán.
Cervantes, que era amigo suyo dijo de él: "rayo de la guerra, padre de los soldados, venturoso y jamás vencido capitán".
Lope de Vega, que también combatió a sus órdenes le dedicó estos versos, que se pueden leer en el pedestal de su estatua en la plaza de la Villa de Madrid:
"El fiero turco en Lepanto,
en la Tercera el francés,
en todo el mar el inglés
tuvieron al verle espanto.
Rey servido y patria honrada
dirán mejor quién he sido.
Por la cruz de mi apellido
y con la cruz de mi espada".

(Lo digo porque su palacio en La Mancha bien merece una entrada...).

La orda francesa y Mendízabal han hecho más daño al patrimonio artístico español que el PP y el PSOE juntos. Y ya es decir...
Sira Gadea ha dicho que…
Tienes toda la razón, el palacio de don Álvaro en el Viso del Marqués merece una entrada de todas todas. Transporta directamente a Génova y emociona a cada paso. Si eres capaz (o cualquier otra persona de la concurrencia) de conseguirme los oportunos permisos con el Mº de Defensa para hacer las imprescindibles fotografías, me voy para allá, no corriendo, sino volando.
Muchas gracias por tu aportación. Tus comentarios son siempre un valor añadido. Un abrazo.
Sira Gadea ha dicho que…
En cuanto a las destrucciones del siglo XIX, a Mendizábal le caen todas las tortas, aunque, todas todas, no se las merece. Las leyes desamortizadoras se fueron sucediendo una detrás de la otra y la suya fue el remate final, pero el daño al patrimonio eclesiástico ya tenía largo recorrido.
Calamidad ha dicho que…
Lugar de lugares en la capital palentina. ¡Las horas que habré pasado por allí en mi vida! En el Parque de la Estación, a la sombra de su imponente cedro del Atlas, en las terrazas de la plaza de San Pablo, en San Pablo... <3

Esta vez puedo aportar algo a tu post. ;-) En el foro de Enterramientos Reales escribí una mini entrada sobre los sepulcros de los Marqueses de Poza. Según me dijo un monje del convento el sepulcro de los primeros marqueses es de Giralte (aunque se creyó mucho tiempo que la factura era de Berruguete). El de los terceros marqueses salió de la escuela de Leoni.

Ambos son tan diferentes -al margen del cambio de estilo artístico que marca el paso del tiempo- por las confesiones religiosas de sus moradores. Los primeros católicos; los segundos (terceros) calvinistas.

Muchísimas gracias por acercarme de nuevo a mi amada tierra. El día que viajes por el norte y visites su magnífico legado Románico, no sé qué será de mí. :'''-D

Miles de besotes.
Cal.
Sira Gadea ha dicho que…
Ya sabes tú muy bien, Calamity, qué pasa con esto de las atribuciones, que van variando dependiendo de múltiples "asuntos". Lo de Giralte, siendo insigne artista palentino, pues se le adjudica, aunque no existe documentación alguna que lo corrobore. Y en cuanto a lo de los Leoni, es que debía "vender" mucho el que artistas que habían trabajado nada menos que para Felipe II en su propio panteón funerario (El Escorial, vamos), se dedicaran a trabajar en provincias. Pero como bien dices en tu nada "mini" entrada, los nuevos documentos encontrados más bien hablan de Vallejo, que al no poderlo terminar por causas mayores (se muere, vamos), pues debe ser concluido por otros.

Un requetebesazo enorme. Hace ya que no te disfruto en ¡La muerte os sienta tan bien! A ver para cuando una nueva entrada.
Antonio Banús ha dicho que…
Fantastico, Sira. Lo bueno que tiene tu pagina es que realmente viajamos, nos sumergimos dentro del monuento que corresponda y cuando salimos nos ha pareido emasiado corto y enormemente hermoso. Buena tarde
Anónimo ha dicho que…
¡¡Maravillosa entrada Sira!!
La verdad que es una gozada comparar los dos sepulcros en los que hay sólo un par de saltos generacionales y ver la evolución de los Leoni y el arte de corte. Las figuras del retablo mayor, para mi gusto, de cánon muy corto para la época, en especial si se quiere relacionar con Bigarny (efecto producido quizá por el punto de vista bajo) y el retablo hispanoflamenco una joya. De este último ¿se sabe cómo llegó al convento?.
Palencia es la bella desconocida y no sólo por su catedral.
Muchas gracias Sira
Calamidad ha dicho que…
Ya sabes que de arte entiendo lo justo (aunque aprendo, vaya si aprendo, con sitios como este ;-D ). El hombre que me atendió iba como una bala, para que luego hablen de la paz monacal, y me explicó todo a vuela pluma, eso sí, con la iglesia para mí solita. Ahí se quedó la cosa, como tantas otras. Quedé en volver, pero...

Sigo haciendo posts para La Muerte, lo que sucede es que ando muy liada con lo del la búsqueda de curro y casi no tengo tiempo para centrarme en otra cosa. Pero ¡ganas (y material) no me faltan!
enrique ha dicho que…
Calamidad palentina, necesitamos una entrada de las tuyas ya!!

:-)
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias Antonio. Lo de que "realmente viajamos" me ha llegado al alma. Un honor poder contarte entre mis compañeros de viaje. Un abrazo.
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias Anónimo Castellano. Es cierto que en tan (relativamente) pocos metros, nos sumergimos en siglos de arte plagados de trascendentales cambios de gusto que aparecen plasmados en las obras. Apenas he leído mucho sobre la procedencia del retablo Zapata. Quizá esté investigado con detalle. Si me entero, lo comento, por supuesto. Y si alguien de la concurrencia lo sabe, pues me encantaría que pudiera informarnos a todos.
Sira Gadea ha dicho que…
Nosotros también estuvimos solos en la iglesia Calamidad, sin guía eso sí. Pude fotografiar a mis anchas aunque con una luz escasa, pero nos asombró tanto que disfrutamos de verdad. Parece increíble el desconocimiento de lugares como San Pablo.

Tranquila con La Muerte, que lo prioritario es lo que es, con más gusto me relameré (o tendré que decir "nos", que enrique también la espera) cuando llegue.

Un beso muy fuerte y mucha suerte con lo del trabajo, que menuda papeleta...
Boro ha dicho que…
Es realmente llamativa para un iglesia gótica esa horizontalidad tan pronunciada en el exterior y solo rota por dos elementos al margen del plan inicial como son la espadaña y la fantástica capilla mayor. Tal vez la nave central se pensara de mayor altura? resultan extrañas esa falta de ventana sobre los arcos y ese cambio de paramentos. Se cubriría alguna vez la nave central con artesonado y se cambiaría por bóvedas en el XVI?
Gracias por grabar los recuerdos de tus viajes y traérnoslos al resto.
Un abrazo
Sira Gadea ha dicho que…
Geniales interrogantes, Boro. Apenas he encontrado accesible en la red información sobre la iglesia, por lo que son muchos los asuntos que han quedado abiertos. Es una apreciación muy interesante lo de la altura de la nave mayor, que podría explicar el porqué de una iglesia tan oscura en la actualidad, con todo el cuerpo de la nave prácticamente en penumbra, iluminado por unos óculos "muy románicos" en las capillas laterales de la Epístola, pues en el Evangelio, que recuerde, no había vanos, seguramente porque se cegaron con la construcción del claustro, hoy desaparecido. En contraste, la capilla mayor, intensamente iluminada, se conforma como punto de máxima atracción. Un abrazo y muchas gracias a ti por aportar tus siempre enriquecedores puntos de vista.
Ricardo Muñoz ha dicho que…
Precioso e interesantísimo todo. ¡Enhorabuena!

En cuanto al papa del mural, es León XIII. Se lo reconoce por sus rasgos y por el escudo en el pedestal de la figura de la virgen.

Un saludo.

Ricardo
Sira Gadea ha dicho que…
Muy precisa tu aclaración, Ricardo. Ahora cuadran mejor las cosas y lo representado se acomoda más a la posible fecha de realización de las pinturas, pues San Pío V quedaba, quizá demasiado lejano. Se entiende perfectamente. León XIII fue un gran promotor del Santo Rosario y, además, se sabe que envió su bendición a Bernadette Soubirous. Espero poder seguir “viéndote” por estos lares y contar con tus aportaciones. Un saludo muy agradecido.
Anónimo ha dicho que…
Solo una aclaración la Iglesia de San Pablo es conventual y no parroquial
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias por la aclaración, Anónimo. De todos modos, la iglesia celebra culto regular como parroquia.

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