El fascinante subsuelo de la basílica de san Clemente Laterano en Roma
La basílica de san Clemente, en el rione Monti, entre los
montes Esquilino y Celio, a medio camino entre el Coliseo y la basílica de san
Giovanni Laterano, aúna varios edificios en torno a una iglesia dedicada al
papa Clemente I, un impresionante conjunto compuesto por un templo pagano y dos
basílicas superpuestas que nos informan sobre Roma desde comienzos de la era
cristiana, durante la Edad Media y hasta el fin de la Edad Moderna.
Basílica superior de san Clemente Laterano |
Perspectiva isométrica de los tres niveles de construcción en san Clemente (1) |
Se accede a las excavaciones a través del vestíbulo de la sacristía, un ámbito
abierto casi a los pies de la nave de la Epístola que hoy está habilitado como
tienda y taquilla.
Nave de la Epístola de la basílica superior, con la entrada al yacimiento arqueológico a la derecha |
Escaleras de bajada al yacimiento, construidas en el siglo XIX (2) |
Las investigaciones arqueológicas e históricas, que
comenzaron ya en el siglo XIX, revelaron que lo primero que habría existido en
ese enclave sería una domus levantada
en época republicana. En este sentido, se conservan varias habitaciones
pequeñas alineadas en lo que sería una de sus paredes exteriores.
Pasillo de separación entre la ínsula en la que se encuentra el Mitreo, a la derecha y con un muro de ladrillo, y la domus, en la que el muro es de sillares de piedra |
A esta primitiva construcción le habría sucedido otra posterior
organizada en torno a un patio central, con habitaciones en las que se
conservan restos de estuco en paredes y techos y el pavimento de espina de pez
típico de los edificios romanos de la época, y que algunos autores consideran
que sería la casa del cónsul Tito Flavio Clemente, uno de los primeros
senadores convertido al cristianismo.
Y sería en esta vivienda donde en el siglo I se habilitaría un pequeño titulus, uno de los primitivos lugares en los que los primeros cristianos celebraban reuniones secretas cuando el culto todavía estaba prohibido en el Imperio.
Detalle de la parte excavada de la domus (4) |
Además, en el siglo II, en una insula al lado de la domus se
construyó un templo a Mitra, dios
persa adscrito al panteón romano en el siglo II y que alcanzó gran popularidad,
en uso hasta el año 395, cuando el cristianismo fue declarado culto oficial del
Imperio y el resto de cultos quedaron prohibidos, con sus restos localizados
justo bajo los respectivos ábsides de las dos basílicas superpuestas.
Santuario del Mitreo bajo los ábsides de las dos basílicas superpuestas de san Clemente (5) |
Y es que a fines del siglo IV o comienzos del V las
necesidades de culto en la zona determinaron la ampliación de la antigua
titulus, para lo que fueron necesarias la adquisición de la insula vecina y de
otros edificios cercanos, erigiéndose una gran basílica de tres naves y tres
ábsides, ya puesta bajo la advocación del papa Clemente I, cristiano converso
del siglo I, tercer sucesor de san Pedro en la sede de Roma, contemporáneo a
Tito Flavio Clemente, el supuesto primitivo propietario de la domus, con la
nave central sobre la titulus y el
ábside sobre el antiguo mitreo.
Las excavaciones arqueológicas distintas constatan campañas
decorativas en esta basílica paleocristiana. Pero durante el saqueo normando a
Roma de Roberto Giscardo en 1084 se cree que el templo quedó completamente
destruido tras un incendio, decidiéndose utilizar sus escombros como
cimentación para el nuevo templo que hoy se conserva.
Lo más interesante de esta basílica paleocristiana, además de que quizá sea la más antigua
conservada de tres naves, son los frescos localizados repartidos por varias
zonas y que tienen variada datación.
El resto más antiguo podría ser el que muestra a la
emperatriz Teodora, fallecida en el año 548, transformada en una Virgen con Niño en un momento
posterior, cobijada en un nicho que formaría parte de un pequeño altar o
santuario en la nave de la Epístola.
Virgen con Niño (4) |
En lo que fue el nártex de la basílica, la zona reservada a
los catecúmenos, los que todavía no habían recibido el bautismo, en los templos
paleocristianos, se localizan dos pinturas murales con escenas de la Vida de
San Clemente, y en el lado del Evangelio de la nave central hay otras dos.
Nártex de la basílica paleocristiana con los restos de la decoración mural |
La pintura mural del
Milagro del Mar de Azov relata que las gentes iban a rezar ante la tumba
del santo cuando una vez al año las aguas se retiraban del Mar Negro para
dejarla al descubierto y cómo, cuando un niño fue tragado al subir la marea, al
año siguiente apareció sano y salvo por intervención del santo. Bajo la escena,
con la figura de Cristo en un clípeo central, figuran los donantes, Beno de
Rapiza y su esposa Maria Macellaria, junto a sus hijos, Clemente y Altilia,
una escena familiar rara en la época.
Escena con el Milagro del Mar de Azov y los donantes en la parte de abajo |
Infografía del Milagro del Mar de Azov (6) |
Copia del Milagro del Mar Azov realizada en acuarela por W. Ewing en el siglo XIX, inmediatamente después del descubrimiento de fresco (7) |
La pintura mural del
Traslado de las reliquias de san Clemente muestra cómo sería la ceremonia
de traslado del cuerpo del santo, que Cirilo y Metodio habían traído
desde Crimea a Roma en el año 868, desde la basílica de san Pedro a la de san Clemente en el siglo XI. En la escena los dos hermanos aparecen junto al papa
acompañando el cuerpo del santo, pero el artista se equivoca al identificar al
papa con Nicolás, pues fue Adriano II el que recibió a los misioneros.
Traslado de las reliquias de san Clemente |
Infografía de la escena del Traslado de las reliquias de san Clemente (6) |
Copia del Traslado de las reliquias de san Clemente realizada en acuarela por W. Ewing en el siglo XIX, inmediatamente después del descubrimiento de fresco (7) |
La Pintura mural con
Cristo bendiciendo también se ubica en el antiguo nártex. Cristo está
flanqueado, a su derecha, por el arcángel Miguel, quizá personificado en el
emperador bizantino Miguel III, que fue quien envío a los santos Cirilo y
Metodio a misiones, y san Andrés Apóstol, dando testimonio de sus labores
misioneras entre los pueblos eslavos, y a su izquierda por el arcángel Gabriel,
mensajero de las buenas nuevas del Antiguo Testamento y de la venida de Cristo
en el Evangelio, y san Clemente, mientras dos figuras, identificadas con los
santos misioneros mencionados, arrodillados, están siendo juzgados.
Cristo bendiciendo |
Infografía de la escena de Cristo bendiciendo (6) |
El estilo es bizantino, sin denotar todavía influencia
románica, datado por algunos especialistas a fines del siglo IX, coincidiendo
con el fallecimiento y entierro de los santos en la basílica.
En la pared del Evangelio de la nave central hay otras dos
escenas. La pintura mural con una Misa
de san Clemente y la leyenda de Sisinnius, fechada alrededor de 1100,
relata cómo ese personaje, un miembro de la corte del emperador Nerva, celoso
esposo de Teodora, una romana convertida al cristianismo por san Clemente, se
vuelve ciego al quererla castigar y a pesar de que el santo lo cura, manda a
tres de sus siervos arrestarlo para llevarlo a la cárcel y cómo estos se
vuelven locos y encadenan una columna y la arrastran con gran esfuerzo
creyéndose que es san Clemente.
Detalle de la escena superior, con la Misa de san Clemente y la Leyenda de Sissinus |
Copia de la Misa de san Clemente y la Leyenda de Sissinius realizada en acuarela por W. Ewing en el siglo XIX, inmediatamente después del descubrimiento de fresco (7) |
Los textos que ilustran la imagen en la parte inferior son
unos de los más antiguos conservados que mezclan latín con lengua vernácula,
una conversación en la que Sisinnus exclama: “Fili de le pute, traite, Gosmari,
Albertel, traite. Falite dereto co lo palo, Carvoncelle!” (¡Hijos de puta,
tirad, Gosmari, Albertel, tirad!), y san Clemente contesta: “Duritiam cordis
vestri, saxa traere meruistis” (Por la dureza de tu corazón te merecerías
arrastrar piedras).
Detalle de la escena inferior, con los esclavos transportando la columna mientras Sissinus les increpa |
La Historia de san
Alessio relata cómo a este ermitaño del siglo IV que se fue a Tierra Santa, su
noble familia no le reconoció cuando regresó a Roma, trabajando como su siervo hasta
su muerte.
Historia de san Alessio |
Copia de la Historia de san Alessio realizada en acuarela por W. Ewing en el siglo XIX, inmediatamente después del descubrimiento de fresco (7) |
También se conservan los restos de un ciclo cristológico fechado
a mediados del siglo IX y en el que se distingue una Crucifixión, las Marías
ante el sepulcro, una Anástasis y las Bodas de Caná.
La Asunción de
Nuestra Señora o Ascensión de Cristo se fecha en la primera mitad del siglo
IX y en ella aparece el papa León IV.
Ascensión o Asunción |
Copia de la Asunción o la Ascensión realizada en acuarela por W. Ewing en el siglo XIX, inmediatamente después del descubrimiento de fresco (7) |
La pintura mural de la Anástasis
o Descendimiento de Cristo al Limbo fue una de las primeras descubiertas en
las excavaciones dirigidas por el padre Mullooly en el siglo XIX y representa a
Cristo rescatando a las almas del limbo antes del Juicio Final, pisando al
demonio que sujeta a Adán por los pies. Parece que formó parte de un monumento
funerario a un monje oriental que también aparece representado en la escena que
algunos estudiosos identifican con el propio san Cirilo, por lo que sería una
pintura original de su tumba.
Anástasis (6) |
Al fondo de la nave del Evangelio hay un altar dedicado a
san Cirilo que se encuentra justo bajo el santuario con sus restos en la
basílica superior. Las paredes están forradas con placas donadas por iglesias
orientales en agradecimiento al apóstol al que se le atribuye la invención del
alfabeto cirílico.
Altar de san Cirilo |
Y aquí termina nuestro emocionante viaje por la historia en
el subsuelo san Clemente. Si todavía no habéis “paseado” por la basílica
superior, ahora sería un buen momento abriendo este enlace.
Referencias:
(1) BARCLAY
LLOYD, J. E., “The Building History of the Medieval Church of S. Clemente in
Rome”, Journal of the Society of
Architectural Historians, Vol. 45, No. 3 (Sep., 1986), pp. 197-223.
Fuentes:
Comentarios
Enhorabuena...nunca he visto una fotografía mejor del interior de la Basílica de San Clemente. Habla de la historia del lugar, con todos sus elementos y atributos artísticos característicos, tiene atmósfera y, lo más importante... refleja cómo la ves con tu mirada experta. Es para revelar en formato póster y enmarcar...
Me parece muy interesante la página así que me quedo por aquí para ver nuevas entradas. Por supuesto te invito a que eches un vistazo al magazine que llevo, creo que por intereses comunes también te gustará.
Gran descubrimiento, si señor!
Gracias y un abrazo.
Recuerdo que en aquel viaje me quedé con las ganas de visitar un sitio similar, y cuyos recuerdos, indirectamente, me han redirigido a tu blog. Existe en la vía Nazionale una iglesita que quedó semienterrada por el trazado de la avenida: la Parrocchia Santi Vitale e Compagni Martiri in Fovea. Recuerdo que era una iglesia frecuentada casi en exclusiva por filipinos. Según decía la guía, existe bajo esa iglesia los restos de una casa romana que pueden visitarse. Lamentablemente, cuando conseguí hacerme entender por una monja, me dijo que los subterráneos no podían visitarse. Tch, una espinita que aún tengo clavada.