Una visita al Museo Nacional de Arte Romano de Mérida
El Museo Nacional de Arte Romano alberga las colecciones de
arte localizadas en Mérida, la ciudad romana Augusta Emerita, fundada por Augusto, el primer emperador, en el
año 25-24 aC., dentro del proceso de transformación político-administrativo que
afectó a la península en general y a los orígenes de una nueva provincia,
Lusitania, entregada a los soldados veteranos, emeriti, de las Legiones V
Alaudae y X Gemina tras su lucha
contra cántabros y astures, y designada como capital de la provincia unos diez
años después por su valor estratégico.
Como en un artículo anterior ya nos detuvimos en La gestación del Museo y el proyecto de Rafael Moneo (enlace aquí), ahora nos toca “visitarlo”.
Sala central del MNAR |
Las salas expositivas se organizan en cuatro plantas en las
que se exponen esculturas en peanas y bases de granito, el mismo material
elegido para el pavimento de todas las plantas, lápidas funerarias, restos
arquitectónicos, mosaicos y pinturas adosados a las paredes, y cerámicas,
vidrios, monedas… en vitrinas de pared y expositores.
Esquema de las plantas |
La planta baja alberga
esculturas agrupadas por temáticas para dar a conocer la vida pública y privada
de Augusta Emerita a partir de sus edificios de espectáculos, de la religión y
los ritos funerarios, de las casas y del foro. Las piezas son esculturas de
dioses, retratos imperiales, lápidas conmemorativas, el conjunto pictórico de
una casa excavada en las cercanías del museo, monumentos funerarios o los
clípeos y cariátides recuperados de la decoración del foro municipal, pues la
colonia disponía además de otro provincial por ser también capital de la
Lusitania.
Gran sala central de la planta baja |
La sala I está
dedicada al Anfiteatro y el Circo, con esculturas que adornaban estos ámbitos,
las lápidas conmemorativas de las inauguraciones de ambos o pinturas de la
balaustrada del podium del primero,
expuestas a la derecha de la nave central al fondo, y que representan escenas
que ilustran juegos celebrados allí.
Sala I, con las esculturas de una musa, de un emperador con traje militar y de un dios identificado con Serapis, todos del Anfiteatro y del siglo I dC. |
Escultura de una musa |
Reconstrucción parcial de la balaustrada del podium del Anfiteatro con las pinturas que lo decoraban |
Detalle de uno de los fragmentos de las pinturas del Anfiteatro |
Atalajes de carro de bronce encontrados en las excavaciones del Circo |
Jinete de bronce |
La sala II está
dedicada a la historia arquitectónica y escultórica del Teatro. Aunque el
montaje ha recibido críticas porque algunos consideran que expone pocas piezas
en relación con la dimensión del ámbito, desde el principio fue algo
premeditado buscando evitar la frecuente fatiga y permitiendo al público la
circulación libre sin molestarse.
A la izquierda de la nave central se exponen las esculturas
monumentales del frente escénico buscando evocar la disposición que pudieron
tener en el conjunto del edificio original. En el primer cuerpo de la escena se
ubicarían esculturas de emperadores y dirigentes con traje militar o toga y en
el segundo cuerpo las esculturas semicolosales de Ceres, Musa, Venus y otra que
quizá pudiera representar a Plutón, todas fechadas en el siglo I dC.
Salas II y III, con la escultura de la diosa Ceres y de un togado |
La diosa Ceres,
realizada en mármol, se ha asociado con una posible alegoría de Livia como
homenaje a la matriarca del linaje de Augusto, igual que aparece en el teatro
de Leptis Magna, aunque presenta una fisonomía imprecisa, seguramente por el
lugar en el que estaba situada, poco visible, optándose por dejarla esbozada.
Reconstrucción ideal del frente escénico del Teatro (1) |
En el ámbito de la derecha de esta sala II se expone una
importante colección de retratos imperiales localizados en el aula sacra, el peristilo del teatro, el
más importante centro propagandístico del poder romano, donde se ubicaría una
galería de retratos dedicada al culto imperial a Augusto y a su familia.
La instalación museológica pretende mostrar la sacralidad
del recinto en el que se encontraron estas piezas situando la más importante,
la cabeza de Augusto velado, como Pontifex Maximus, máxima autoridad
religiosa, al fondo de la arquería para que quede iluminada por la luz cenital,
destacando así las cualidades pictóricas de una obra en mármol de Carrara que
quizá pudiera haber sido importada en vez de realizada en talleres locales. Está
flanqueada por estatuas togadas de cuerpo entero con los retratos de Tiberio y
de un príncipe julio-claudio, seguramente Druso, conformando un símbolo de la
dinastía reinante como garantía de futuro. La escala de los retratados, con la
cabeza de Augusto bastante más grande que el natural, indica que era el
emperador en ese momento; le sigue en tamaño la de Tiberio, retratado en el
llamado tipo de la adopción, caracterizado como sucesor designado; y después va
la de su hijo Druso, su sucesor en la línea dinástica, de ahí que las obras puedan
datarse entre los años 4 y 14 dC., cuando tras la muerte de Augusto cambia el
tipo de retrato de Tiberio.
Cabeza de Augusto velado flanqueado por Tiberio y Druso |
Cabeza de Augusto velado con Tiberio al fondo |
Dibujo en un panel que reconstruye cómo sería el aula sacra del Teatro |
En el resto de la sala se disponen otros togados a los que
les falta la cabeza, placas conmemorativas de los seviri
augustales, restos arquitectónicos… buscando recrear la
ambientación oficial del aula sacra.
La sala III sigue
estando dedicada al Teatro, con restos arquitectónicos y esculturas recuperadas
en este enclave.
Vista general de la sala III de la planta baja y de las dos superiores |
Sala III, con un togado y dos emperadores con traje militar |
Detalle de uno de los torsos de emperador con traje militar en la sala III |
Restos arquitectónicos del Teatro en la sala III |
Detalle de una cornisa procedente del Teatro |
Las salas IV y V
reflejan la religiosidad emeritense a través de deidades del panteón clásico,
dioses orientales, con un importante papel en la vida de la colonia, y otros
autóctonos.
En el lado de la izquierda de la sala IV está la escultura
de Aion-Chronos, encontrada en unas
obras en la plaza de toros a inicios del siglo XX y que se cree que formaría
parte de un conjunto sagrado de esculturas de dioses de algún santuario o
templo. Se identifica por la cabeza de león en el pecho y la serpiente que
recorre su cuerpo. También los agujeros en los que se insertaban rayos de
bronce en la cabeza y los de las alas en los omóplatos.
En el lado de la derecha de la sala IV destacan el Cronos mitriaco, vitrinas que alojan
obras menores en relación con el tema, principalmente de bronce, una producción
seriada pero que repetía versiones libres en consonancia con los gustos del
comitente, y otras piezas escultóricas.
Cronos mitriaco |
Vista del lado derecho de la sala IV |
En el lado izquierdo de la sala V, dedicada a los
cultos oficiales, están las esculturas de Esculapio, Mercurio sedente y Venus, y en el testero se expone el Mosaico geométrico, uno de los ocho
hallados en la villa de El Hinojal en la dehesa de Las Tiendas, a 18 Kms. al
noroeste de Mérida, excavada entre los años 1972 y 1974, y que componen un
conjunto que fue obra de un taller local de excepcional importancia fechada a mediados
del siglo IV dC.
Lado izquierdo de la sala V |
Escultura de Venus del siglo II dC. en la sala V |
Al lado de la derecha de la sala V se accede a través de un
dintel procedente del Hornito de Santa Eulalia que perteneció a un templo
consagrado a Marte y en la sala destaca, al fondo, y en igual disposición
teatral que el Augusto Velado de la sala II, el Genio de la Colonia, la divinidad tutelar de Augusta Emerita, una
cabeza fechada entre los siglos I y II dC. encontrada en el Foro. Otra de las piezas señalables es un dintel con la
representación de los dos ríos de Mérida, el Guadiana y el Albarregas.
Lado derecho de la sala V, con el Genio de la Colonia al fondo |
Genio de la Colonia |
Dintel con las alegorías de los ríos Guadiana y el Albarregas |
Entre los ámbitos de la derecha de las salas IV y V se ubica
la columna del Templo de Diana, de
casi 10 m. de altura, con fuste estriado de tambores de granito y capitel
corintio, conservando gran parte de su revestimiento de estuco, compuesto por
yeso blanco y agua de cola.
Columna del Templo de Diana entre las salas IV y V, con el dintel del Hornillo de Santa Eulalia enfrente |
Los ritos funerarios están expuestos en la sala VI, con obras encontradas en las
excavaciones en los cementerios que rodeaban la ciudad, permitiendo mostrar una
variada tipología de rituales, tanto por incineración como por inhumación a
través de lápidas, aras, cipos, estelas… con textos alusivos al difunto.
También era costumbre característica de Augusta Emerita representar sobre las
aras un retrato del difunto.
Sala VI con un monumento funerario |
Lápida funeraria infantil |
Pequeña pieza votiva de bronce encontrada en una tumba |
La sala VII está
dedicada a la vivienda. A la izquierda se expone el brocal de un pozo y el Mosaico del Rapto de Europa, que data
del siglo II dC. y fue localizado en la calle Legión X de Mérida, con dibujo
geométrico en blanco y negro y un emblema en el que se representa a Europa
aureolada de un manto flotante transportada por Zeus metamorfoseado en toro.
Brocal de pozo y Mosaico del Rapto de Europa en la sala VII |
Emblema del Mosaico del Rapto de Europa |
A la derecha hay una recreación de una sala de una casa
romana con uno de sus vanos cerrado con un ejemplar de rejería romana, pavimento
de mosaico con motivos geométricos y unas pinturas parietales descubiertas en
una excavación en la calle Suárez Somonte, organizadas mediante cuadros
rectangulares con escenas cinegéticas y circenses.
Recreación de una estancia de una casa romana en la sala VII |
Detalle de las pinturas |
Fuera de la recreación de la vivienda, en el pavimento se
ubica el Mosaico de palestra y de Orfeo
y los animales, fechado en el siglo IV dC. y localizado en la Travesía de
Pedro María Plano, en el que se mezclan escenas de lucha, báquicas,
cinegéticas, nolíticas… y en una de las paredes está el Mosaico con Cráteras, otro de los procedentes de la Villa de las
Tiendas.
Mosaico con Cráteras |
En cuanto a las salas
VIII, IX y X, están dedicadas a los foros, con especial atención en el Forum adiectum o “plaza adjunta” del Foro
colonial, descubierto durante unas excavaciones en el Templo de Diana y en el
pórtico anejo y del que proceden estatuas de personajes togados, los clípeos o
medallones con las figuras de Júpiter, Ammón y Medusa que estaban en la
decoración del ático del pórtico y las cariátides que los flanqueaban. La
ubicación de estas piezas al fondo de la gran sala central proporciona un eje
de visión inolvidable de las mismas.
Vista de la gran sala central, con los elementos decorativos del Foro al fondo |
Elementos decorativos del Foro en la sala X |
A la derecha de la salas VIII y IX hay varios restos
arquitectónicos del Foro que podrían haber formado parte de un altar dedicado
al culto imperial y sendas vitrinas con objetos de bronce.
Sala IX con restos arquitectónicos del foro y vitrina con objetos de bronce |
Plantas primera y segunda desde la planta baja |
Siguiendo el recorrido recomendado por el propio museo, desde
la sala X de la planta baja, hay una escalera de acceso a la planta primera, que se divide en nueve
salas en las que se exponen pequeños objetos de hueso, vidrio, cerámica,
bronce, monedas… dando idea de las diferentes industrias presentes en la
ciudad.
La sala IX está dedicada
a la cerámica común romana, con ejemplares de cocina y mesa y otras piezas
asociadas al ámbito funerario, religioso y lúdico junto a cerámicas pintadas de
tradición indígena.
Vitrina con cerámica en la sala IX |
En la sala VIII
se exponen la característica cerámica romana de terra sigillata, organizada según su lugar de producción (Italia,
Francia, África y España), y otras dos manifestaciones de la cerámica de lujo
romana, las “paredes finas” y la terracota.
Vitrina con piezas de terra sigillata en la sala VIII |
Cuenco de terra sigillata |
La sala VII está
centrada en las lucernas, utensilios para tener luz artificial quemando aceite
utilizados desde la prehistoria pero que los romanos produjeron de forma masiva
utilizando moldes, de ahí la gran cantidad de ellas conservadas.
Expositor con lucernas |
La cerámica, presente en estas tres salas, es mu importante para
documentar el ambiente humano de cualquier sociedad, proporcionando datos
esenciales de tipo económico, religioso, social y político además de los
cronológicos y técnicos.
En la sala VI, y
en relación a la temática funeraria de
la misma sala de la planta baja, hay una reproducción de un columbario, un tipo de enterramiento
colectivo romano propio del rito de incineración con forma de paramento con
nichos para colocar las urnas de los difuntos.
Reproducción de un columbario |
La sala V expone
elementos realizados en hueso y marfil, adornos femeninos para el cabello,
agujas de coser, mangos de cuchillos, cucharillas… Pero la pieza más
espectacular, una adquisición reciente del museo, es la mitad de un díptico consular realizado en marfil y
fechado en el siglo V dC., un objeto de propaganda que los nuevos cónsules
encargaban para celebrar su nombramiento. El cónsul aparece representado de
medio cuerpo con toga y túnica dentro de un tondo de decoración vegetal.
Expositor con pequeños utensilios de hueso y marfil |
Placa de díptico consular |
Desde la pasarela de esta sala también se obtiene la mejor
vista de un Mosaico nolítico de
grandes dimensiones hallado en la calle Sagasta de Mérida realizado en teselas
blancas y negras, fechado a mitad del siglo II dC., firmado por Seleucus y
Anthus y muy restaurado. En el cuadro central aparecen actores, poetas y musas
y en la banda que lo rodea, justo debajo está Belerefonte con su caballo Pegaso
descansando tras haber derrotado a la Quimera y el resto son escenas con
cocodrilos, pigmeos, grullas, barcos… (escenas relacionadas con el río Nilo, de
ahí su nombre). En el ábside se representa una crátera de la que brotan tallos
y hojas de piedra.
Mosaico nolítico |
En la sala IV
pueden contemplarse exquisitas piezas de vidrio, la mayoría halladas en tumbas
cerradas, de ahí su buen estado de conservación, piezas importadas de gran
calidad y otras que parecen indicar la existencia de una producción local.
Vitrina con vidrios romanos |
Detalle de los vidrios |
Desde esta sala también puede admirarse el Mosaico de Baco y Ariadna, hallado en
la estación de ferrocarril de Mérida, que representa el momento en el que el
dios Pan desnuda a Ariadna ante Baco en presencia de una Ménade en la isla de
Naxos. Está firmado por Annibonius.
Mosaico de Baco y Ariadna |
En las salas II y III
se exponen la importante colección numismática del museo y pequeños objetos de
orfebrería.
Vitrina con monedas acuñadas en Augusta Emerita en la sala II |
La sala I de esta primera planta es una sala didáctica en la
que se organizan talleres, sobre todo infantiles, y también aloja la escalera.
En la segunda planta
pueden verse inscripciones que nos informan de la administración de la colonia,
otras piezas que ilustran distintas profesiones, una importante colección de
retratos privados, sobre todo de carácter funerario, los primeros vestigios
cristianos, pinturas y mosaicos, estos últimos estratégicamente colocados
adosados a las paredes para que puedan contemplarse en altura y
convenientemente iluminados por la luz cenital que inunda el edificio.
La sala I agrupa
documentos epigráficos y otras piezas en relación con cargos públicos de la
administración provincial y local, destacando el Genio
del Senado, una estatuilla de bronce de menos de 60 cm. encontrada en el
Templo de Diana, donde quizá pudo estar aplicada en algún muro, en relación con
la dedicación del templo al culto imperial, y que se considera que representa a
un genio del senado de Roma por su paralelismo con las imágenes de los mismos
en monedas o relieves.
Desde esta sala se obtiene la mejor visión del Mosaico de la caza del jabalí, otro de
los ocho hallados en la Villa de Las Tiendas. La escena de caza, protagonizada
por el señor de la villa, ocupa el centro y en torno a ella aparece la
representación de las Cuatro Estaciones.
Estatua de bronce del Genio del Senado de Roma del siglo II dC. encontrada en el Templo de Diana y Mosaico de la caza del jabalí en la sala I de la planta segunda |
Emblema rodeado de las alegorías de las Estación del Mosaico de la caza del jabalí |
La sala II muestra
el territorio de la colonia Augusta Emerita centrada en su explotación
agrícola, con restos arqueológicos de excavaciones en diversas
villas de la misma, sobre todo en la ya mencionada Villa de las Tiendas, de
donde proceden gran número de objetos del Museo. En este sentido aquí están el Mosaico de la Nereida, de grandes
dimensiones, con decoración geométrica y vegetal y un pequeño emblema a la
derecha con la figura mitológica cabalgando sobre un lobo marino mientras su
manto flota en el aire, y el Mosaico
Venatio, dividido en dos sectores, uno con decoración geométrica y otro con
un cuadro que muestra a un cazador con escudo y lanza sobre un corcel cazando a
una pantera.
Mosaico Venatio |
Detalle de la escena de caza del Mosaico Venatio |
La sala III nos
informa de la procedencia de los habitantes de la colonia a través de
epigrafías, sobre todo funerarias, y también expone el Mosaico de Baritto, que recibe ese nombre por su autor,
un pavimento de teselas blancas y negras fechado en el siglo II dC. y
encontrado en la calle Legión X de Mérida que podría corresponder a una
habitación pequeña o a un estanque, pues representa peces.
Mosaico de Baritto |
En la sala IV las
epigrafías nos informan sobre distintas ocupaciones de la población emeritense:
militares, carpinteros, médicos, panaderos, albañiles, altletas…
Las salas V y VI
muestran, quizá, una de las colecciones más sobresalientes del museo, la de
retratos privados de escuela emeritense, la mayoría procedentes de necrópolis,
que representan a ciudadanos anónimos con gran realismo, divididos en
masculinos y femeninos. Colocados sobre pedestales de mármol anclados a la
pared a la altura de un visitante adulto, su contemplación es tan cercana que
produce fuerte impacto.
Sala V con retratos femeninos |
Retrato funerario femenino |
Uno de los más curiosos es un retrato femenino fechado en el
siglo I dC. que se conoce como La
Gitanilla por su peinado, con flequillo y patillas, quizá de moda en la
época en la zona. También se aprecian orificios en las orejas para pendientes,
algo habitual en la estatuaria romana, que también estaba policromada.
Retratos masculinos en la sala VI |
La sala VII está
dedicada a la vida intelectual de la ciudad a través de sus múltiples manifestaciones,
como la música, la filosofía, las artes plásticas… En relación al interés por
la filosofía se expone el Mosaico de los siete
sabios, datado a mediados del siglo IV dC. y encontrado en la calle Holguín
de Mérida, una muestra de la importancia de la filosofía en la sociedad
romana a través de la representación del episodio de la Cólera de Aquiles
narrado en La Ilíada, con Agamenón, Aquiles, Ulises y Briseida, seguramente la
escena sobre la que estaban debatiendo los siete sabios griegos, identificados
por sus nombres en griego, Quilón el Lacedemonio, Tales de Mileto, Biante de
Prienne, Periandro de Corinto, Cleobulo de Lindos, Solón de Atenas y Pitaco de
Mitelene.
Mosaico de los siete sabios |
La sala VIII está
dedicada a la Mérida paleocristiana y visigoda como nexo de unión con la sección
de arte y cultura visigodos del museo ubicada en la antigua iglesia del
convento de santa Clara a través de vidrios, lucernas, dinteles, lápidas
sepulcrales…
Piezas paleocristianas de la sala VIII |
Desde 2011 la sala IX
muestra exposiciones temporales a partir de obras de los fondos del museo
almacenadas, posibilitando que puedan ser contemplados por los visitantes, y también obras prestadas de otros museos.
Y el recorrido por las salas concluye con la mejor visión
del Mosaico de los aurigas, fechado
en el siglo IV dC. y el más grande conservado en el museo, dividido en tres
grandes bloques, con un tondo central deteriorado en el que aparece el dios
Baco flanqueado por otras dos escenas con sendas cuadrigas y sus aurigas
victoriosos, identificados por los nombres en latín, tanto de jinetes como de algún
caballo, seguramente destacadas figuras de este tipo de competiciones.
Mosaico de los aurigas |
Detalle del Mosaico de los aurigas |
Volviendo otra vez al inicio de la exposición, a través de
una rampa se accede a lo que se conoce como “cripta”, el espacio subterráneo bajo el edificio en el que pueden
contemplarse los restos arqueológicos que se localizaron en el solar donde se
levanta el Museo y que provocan un desnivel que en las cotas inferiores supera
los ocho metros respecto de la calle José Ramón Mélida, donde se ubica la
entrada, de ahí que, en cierta medida, pueda recordar a los criptopórticos romanos. Destacan un
lienzo de la cerca murada, un tramo de la conducción hidráulica del acueducto
de san Lázaro, parte de un barrio extramuros de la ciudad, varias tumbas de la
necrópolis oriental de Emerita, un grupo de viviendas, entre las que destacan
cuatro columnas de mármol de un peristilo con un estanque, o las ruinas de un
edificio de arquitectura monumental en el que se han conservado restos
pictóricos identificado con una construcción cristiana. Así, lo que se
pretende, después de haber visitado las salas de exposición, es que el
visitante se traslade al espacio real en el que estuvieron las piezas.
Columnas de mármol del perisitilo de una vivienda en la cripta (2) |
Además, desde aquí también se llega, a través de un largo
túnel, al Anfiteatro, lo mismo que si se accediera a éste a través de uno de
sus vomitorios, aunque es un acceso que
suele estar cerrado.
Para terminar, el museo también cuenta con una colección visigoda expuesta desde 1986 en la iglesia de santa Clara, reestructurada como su nueva sede tras la inauguración del edificio de Moneo pero que todavía está pendiente de una instalación definitiva en un nuevo Museo Visigodo, un edificio de nueva planta pendiente de construcción.
Si no habéis leído el artículo de La gestación del MNAR, seguro que os interesará. Lo tenéis en este enlace. Y si queréis “pasearos” por otros MUSEOS
en Viajar con el Arte, visitad este otro enlace.
Referencias:
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