La Capilla Real del monasterio de Santa María de Poblet en Vimbodí, Tarragona
El Real Monasterio de Santa María de Poblet, una de las
abadías cistercienses más grandes de Europa, se encuentra rodeado de viñedos y
de un frondoso bosque de pinos, cedros, abetos, encinas, robles, castaños,
olmos, chopos… en una zona rica en agua, tanto por las numerosas fuentes que
brotan como por estar en la confluencia del río Sec, el barranco de
Castellfollit y el río Pruners, que pasa muy cerca de los muros de la abadía, en
la localidad tarraconense de Vimbodí, al pie de la Sierra de Prades, en la
comarca de la Conca de Barberà.
Ya me he detenido en dos artículos sobre su historia y sus dos primeros recintos y en otro más sobre el tercer recinto, el más espectacular por albergar la iglesia y la zona claustral, pero todavía quedaba pendiente un
paseo pausado por la Capilla Real,
el ámbito ubicado en el tramo del crucero, frente a la capilla mayor, convertido
en panteón regio porque aloja sepulcros
de los reyes de la Corona de Aragón, una obra que se realizó con el
patrocinio de Pedro IV el Ceremonioso
en la segunda mitad del siglo XIV y en la que intervinieron, entre otros, los escultores Pere
de Guines, Aloi de Montbrai, Jaume Cascalls y Jordi de Déu.
El monasterio con la zona de huertas (1) |
Los yacentes, igual que sucede con las efigies de Jaime II y
Blanca de Anjou en el Panteón
de Santes Creus, están colocados sobre cubiertas inclinadas, como pensados
para ser contemplados, interactuando con el espectador, proyectando el panteón
como un gran aparato iconográfico pensado para ser visto y admirado por un
público, en la misma línea de otras muchas manifestaciones públicas de Pedro
IV, que tuvieron un marcado carácter retórico y propagandístico con el que
buscó hacer patente ante sus súbditos toda la gloria del poder real.
Capilla real (2) |
Y este marcado carácter escenográfico del diseño se completó
en la década de 1380 con la incorporación de dos grandes baldaquinos de madera
tallados por Bernat Teixidor y colocados por encima de los arcos para cubrir
solemnemente las tumbas, unas estructuras que estaban pintadas en su interior
con un brillante fondo azul punteado de estrellas doradas que pudieron
inspirarse también en el cercano Panteón
de Santes Creus.
Pedro IV prescribió que este espacio fuera el escenario
final de las exequias regias, la última parada de la liturgia funeraria
oficiada tras la recepción de los cuerpos de los monarcas en el monasterio y el
ritual de “córrer les armes” desplegado en diferentes ámbitos del mismo, unas
ceremonias dramáticas espectaculares y cargadas de simbolismo para la salvación
de las almas de los reyes pero también para mayor gloria de los mismos y del
linaje al que pertenecían.
Lo que hoy vemos es fruto de una reinterpretación de
mediados del siglo XX del escultor Frederic Marés a partir de los escasos
elementos conservados de lo que fueron estas espléndidas tumbas, profanadas y
destrozadas tras las desamortizaciones del siglo XIX y la exclaustración,
cuando también se decidió retirar y trasladar a la Capilla de las reliquias, en
la nave de la Epístola, el panteón
familiar de los Aragón-Cardona, ubicado bajo los arcos en el siglo XVII y
que había cambiado radicalmente el aspecto de estos grandes monumentos
funerarios.
Tras las desamortizaciones, las tumbas fueron profanadas en busca de joyas y los restos de Jaime I, Pedro el Ceremonioso y Juan I quedaron esparcidos en el pavimento de la iglesia hasta que en 1837 el párroco de Espluga de Francolí, Antonio Serret, obtuvo permiso para recoger los restos reales y guardarlos en su iglesia hasta que en 1843 fueron trasladados a la catedral de Tarragona, donde estuvieron depositados hasta su vuelta definitiva a Poblet a mediados del siglo XX, tras la refundación del monasterio y las restauración de los sepulcros realizada por Frederic Marès. En 1908 Lluís Domènech i Montaner construyó un monumento funerario para Jaime I que nunca acogió sus restos y que en la actualidad está en el patio del ayuntamiento de Tarragona.
Tras las desamortizaciones, las tumbas fueron profanadas en busca de joyas y los restos de Jaime I, Pedro el Ceremonioso y Juan I quedaron esparcidos en el pavimento de la iglesia hasta que en 1837 el párroco de Espluga de Francolí, Antonio Serret, obtuvo permiso para recoger los restos reales y guardarlos en su iglesia hasta que en 1843 fueron trasladados a la catedral de Tarragona, donde estuvieron depositados hasta su vuelta definitiva a Poblet a mediados del siglo XX, tras la refundación del monasterio y las restauración de los sepulcros realizada por Frederic Marès. En 1908 Lluís Domènech i Montaner construyó un monumento funerario para Jaime I que nunca acogió sus restos y que en la actualidad está en el patio del ayuntamiento de Tarragona.
Sepulcros reales de Poblet según Alesandre Laborde en Voyage Pittoresque et Historique en Espagne (1806) |
Sepulcros reales de Poblet según Parcerisa en Recuerdos y Bellezas de España (1843) |
Los paños escultóricos de la Casa Segorbe-Cardona que se
añadieron bajo los arcos del panteón real fueron retirados en las
restauraciones del siglo XX y colocados en la segunda capilla de la nave de la
Epístola, habilitada como capilla de las
reliquias en el siglo XVII.
Paño del panteón de la Casa Segorbe-Cardona ahora en la capilla de las reliquias |
Paño del panteón de la Casa Segorbe-Cardona ahora en la capilla de las reliquias |
Sepulcros del lado del Evangelio |
Sepulcros del lado de la Epístola |
En el sarcófago del lado del Evangelio inmediato al
presbiterio estuvo sepultado Jaime I el
Conquistador († 1276); en el siguiente sepulcro de ese lado, Pedro IV el Ceremonioso († 1387) y tres
de sus cuatro esposas: María de Navarra (†
1347), Leonor de Portugal († 1348) y
Leonor de Sicilia († 1375); y el
último de ese lado está dedicado a Fernando
de Antequera († 1416) y su esposa, Leonor
de Alburquerque († 1435), aunque ella nunca llegó a ocuparlo, con sus
restos en el Monasterio de Santa María la Real de Medina del Campo,
donde se retiró a la muerte de su esposo.
Sepulcro de Jaime I el Conquistador |
Sepulcro de Pedro IV el Ceremonioso y tres de sus cuatro esposas, María de Navarra, Leonor de Portugal y Leonor de Sicilia |
Sepulcro de Fernando de Antequera y Leonor de Alburquerque |
El sarcófago del lado de la Epístola más próximo al
presbiterio es el de Alfonso II el Casto
(† 1196); a continuación está el de Juan
I el Amador de toda Gentileza o el Cazador († 1396) y sus dos esposas: Marta de Armagnac († 1378) y Violante de Bar († 1431); y en el
tercero, construido con el patrocinio de Fernando el Católico, descansan sus
padres, Juan II el Grande († 1479) y
Juana Henríquez († 1468).
Sepulcro de Alfonso II el Casto |
Sepulcro de Juan I y sus dos esposas, Marta de Armagnac y Violante de Bar |
r
Sepulcros de Juan II el Grande y Juana Henríquez |
En el crucero del Evangelio se ubican la tumba de Alfonso el Magnánimo († 1458), cuyos
restos fueron trasladados desde Nápoles en 1671, y la tumba de Martín I el Humano († 1410), que
también es obra contemporánea de Federico Marés, y en la Capilla de san Benito
están los sepulcros de los infantes Pedro, María, Martín y Alfonso, hijos de
Pedro el Ceremonioso. Otras tumbas en el templo son las de doña Juana de
Aragón, condesa de Ampurias, hija de Pedro IV, ubicada sobre una pila de agua
bendita en el crucero, que todavía conserva restos de policromía, o los
pequeños sarcófagos de los príncipes Juan, Jaime, Fernando y Leonor, hijos de
Juan I.
Sepulcro de Alfonso el Magnánimo |
Sepulcro de Martín el Humano |
Sobre el crucero, aunque no comunicado con el interior de la
iglesia, y como forma de ennoblecer todavía más el espacio de la Capilla Real, también
en tiempos de Pedro IV y el abad Copons, se levantó un magnífico cimborrio octogonal con ventanales
ojivales que se utilizó como campanario hasta 1668, cuando las campanas fueron
trasladadas a la torre.
Cubierta interior del crucero |
Cimborrio sobre el crucero |
En cuanto al retablo
mayor, es una obra en alabastro realizada por Damián Forment por iniciativa
del abad Pere Caixal (1526-1531) en época de Carlos V, construido entre 1527 y
1529 con la colaboración de un amplio taller en un nuevo lenguaje clásico que
introdujo las formas renacentistas en el arte catalán, pues una de las
condiciones que puso el abad fue que el escultor realizada una gran obra “a
la romana”. Así, se estructura mediante banco, sotobanco y tres cuerpos de
siete calles divididos por entablamentos como elementos horizontales y
pilastras y columnas como elementos verticales, formando casillas y hornacinas
que contienen relieves y esculturas.
Entre 1668 y 1671 los escultores Joan y Francesc Grau le
añadieron dos altares laterales para reliquias que fueron retirados en el siglo
XIX.
Retablo mayor |
La capilla mayor antes de desmontar los retablos laterales (3) |
Además, con la exclaustración y el abandono de Poblet, el
retablo sufrió el expolio y el vandalismo, los relieves fueron muy dañados, perdiéndose
las piezas que más sobresalían, como cabezas y extremidades, desaparecieron
casi todas las esculturas exentas y la Virgen y el Niño que presiden el
conjunto fueron decapitados.
Tras la declaración de Monumento Nacional en 1921 y la
creación del Patronato del Monasterio en 1930 se consiguió la devolución de
algunos fragmentos escultóricos que estaban en manos de corporaciones y de
particulares, aunque muchas piezas no fueron devueltas y de otras no se
verificó la autenticidad.
Respecto a su restauración, se sabe que en 1936 el escultor
Joan Rebull i Torroja reconstruyó las cabezas de la Virgen y del Niño que
presiden la obra para que el altar mayor recuperara el culto, aunque la Guerra
Civil supuso un paréntesis en la restauración total del monasterio y la
particular del retablo, que no se retomó hasta 1948.
Dicha reconstrucción fue encargada al escultor Modest Gené, que
completó en escayola las esculturas y los relieves a partir de los fragmentos
sin catalogar amontonados en varias dependencias del monasterio, de ahí que la
pertenencia de todos ellos a la obra originaria de Forment se haya cuestionado.
Las reconstrucciones se hicieron primero en ese material para después proceder
a su reproducción en alabastro, aunque este último paso, finalmente, no se
realizó, muy probablemente por motivos económicos. El artista recolocó ante las
pilastras seis esculturas exentas conservadas y reconstruyó el resto según la
iconografía propia de cada figura representada, de ahí que éstas presenten sus atributos
característicos. Algunas de las piezas, como la imagen de san Tadeo, incluso
fueron rehechas por completo porque no se recuperó ningún fragmento de
alabastro.
Esculturas del retablo en las que se señala lo añadido por Modest Gené (3) |
En 1950 se recuperaron las esculturas de las pilastras del
primer y segundo cuerpo y se reintegró el Cristo del segundo cuerpo. A lo largo
de la segunda mitad del siglo XX ha experimentado varias intervenciones más de
consolidación y limpieza y la última intervención tuvo lugar entre 2010 y 2011.
En el sotobanco se muestran las escenas de la Oración en el Huerto, el Prendimiento, la Flagelación, Jesús ante
Pilatos y la Caída camino del
Calvario. El primer cuerpo está presidido por la Virgen con el Niño flanqueada
por hornacinas más pequeñas con las santas y santos de devoción cisterciense
Colombina, Úrsula, Florentina, Matías, Bernardo y Guillén.
Sotobanco y primer cuerpo del retablo mayor |
En el segundo cuerpo aparecen altorrelieves con los Gozos de
María; en el que representa la Anunciación
hay un medallón con una figura masculina de perfil que se ha identificado con
un autorretrato del escultor, Damià Forment. En el tercer cuerpo aparece Jesús
en el centro flanqueado por los apóstoles. Y el ático está presidido por el
tradicional Calvario.
Aquí os dejo con todos los artículos que le he dedicado a POBLET en Viajar con el Arte:
Aquí os dejo con todos los artículos que le he dedicado a POBLET en Viajar con el Arte:
Referencias:
(1) http://www.bcncatfilmcommission.com/es/location/paraje-natural-de-inter%C3%A9s-nacional-de-poblet
(3) ARTIGAU, M., “La reconstrucció del retaule major de
Poblet a càrrec de l´escultor Modest Gené / La reconstrucción del Retablo mayor
de Poblet a cargo del escultor Modest Gené”, Unicum, nº 8, mayo 2009, pp. 128-135.
Fuentes:
ARTIGAU, M. y PORTA, E., “Diagnóstico
de lesiones y propuesta de intervención del retablo del altar mayor de la
iglesia del monasterio de Poblet”, Unicum,
nº 1, mayo 2002, pp. 12-19.
ARTIGAU, M., “La reconstrucció del retaule major de Poblet a
càrrec de l´escultor Modest Gené / La reconstrucción del Retablo mayor de
Poblet a cargo del escultor Modest Gené”, Unicum,
nº 8, mayo 2009, pp. 128-135.
NAVASCUÉS PALACIO, P., Monasterios en España.
Arquitectura y vida monástica. Barcelona, Lunwerg, 2000.
MOLINA FIGUERAS, J., “La memoria visual de una dinastía.
Pedro IV El Ceremonioso y la retórica de las imágenes en la corona de Aragón
(1336-1387)”, Anales de Historia del Arte,
Vol. 23, Núm. Especial (II), 2013, pp. 219-241.
http://viajarconelarte.blogspot.com.es/2017/05/la-historia-del-monasterio-de-santa.html
http://angelesdescarnados.blogspot.com.es/2012/08/jaime-i-y-el-mausoleo-que-no-lo-fue.html
http://angelesdescarnados.blogspot.com.es/2012/08/jaime-i-y-el-mausoleo-que-no-lo-fue.html
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