Una visita al Monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo
El monasterio
premonstratense de Santa María la Real se encuentra a las afueras de
Aguilar de Campoo, extramuros de la villa, en la provincia de Palencia, a los
pies de la Peña Longa, que lo protege de los vientos del norte, junto a un
caudaloso manantial y en la orilla izquierda del río Pisuerga, camino hacia
Cervera de Pisuerga.
Monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo con la población al fondo y el castillo dominando todo el territorio (1) |
Después de haber indagado en su génesis y su historia en un artículo al que podéis acceder desde este enlace, ahora os invito a un reposado paseo por el monasterio en la actualidad.
Claustro |
Del primitivo convento, que es Bien de Interés Cultural con
la categoría de Monumento, hoy se conservan la iglesia y el claustro medieval
con la sala capitular y, muy modificados, la sala de monjes, el refectorio, el
locutorio, la cilla y el dormitorio común. Además, también cuenta con un cuerpo
central y dos alas laterales adosadas a toda la fachada este del conjunto construidos
en el siglo XVII para dependencias administrativas, oficinas y almacenes y que
hoy se conforman como patio de acceso al recinto, reformadas para albergar las
aulas del instituto.
Compás formado por las alas añadidas a la fachada oriental del convento a partir del siglo XVII (2) |
Actual entrada al conjunto a través del compás formado por las tres alas añadidas |
Fases constructivas y excavaciones arqueológicas (3) |
La iglesia,
orientada canónicamente con la cabecera hacia el este, muestra una fachada occidental que deja ver el
volumen de nave central y la nave del Evangelio, pues la de la Epístola queda
oculta por la mole del claustro, adosado a ese lado.
Fachada occidental de la iglesia |
En el cuerpo de la nave del Evangelio hay una ventana de
medio punto y en el cuerpo central, flanqueado por sendos contrafuertes, se
ubica la única portada exterior del templo, compuesta por un arco abocinado de
medio punto con arquivoltas que apoyan en dobles columnas con capiteles con
decoración vegetal.
Detalle de la portada occidental de la iglesia |
Por encima hay una ventana de medio punto que iluminaba el
coro alto, desmontado en la década de 1960, y el conjunto se remata por una
gran espadaña de dos cuerpos, uno inferior con cuatro vanos ligeramente
apuntados para alojar las campanas y un piñón triangular de remate con otro
vano, una estructura de gran influencia en varias iglesias rurales del entorno que
se ha convertido en icónica imagen del monasterio como símbolo de la Fundación
Santa María la Real.
Ventana y espadaña en la fachada occidental de la iglesia |
Navascués considera que las espadañas son uno de los
elementos exteriores más característicos de los premonstracenstes, avisos para
los caminantes ya desde lo lejos de la existencia de uno de sus monasterios,
pues aunque el Císter o la Cartuja no fueron tampoco prolijos en campanarios y
construyeron espadañas para albergar las campana, éstas siempre fueron más
humildes, sin el sentido expresivo que muestra la de Aguilar y sin la imponente
presencia que llega a tener, por ejemplo, la imponente espadaña barroca del Monasterio de Santa María de la Vid,
cerca de Aranda de Duero.
En un contrafuerte angular a la izquierda de la fachada y en
otro contrafuerte justo enfrente de otra construcción que no se conserva, un
edificio o una cerca, están ubicados sendos relieves de ángeles con cartelas que se cree que fueron colocados ahí a fines
del siglo XVI, cuando se desmontó la antigua ermita dedicada a los santos Pedro
y Pablo que estaba enfrente. Según los autores, podrían haber sido enjutas de
una portada desaparecida, parte de un baldaquino, trompas de una cúpula… aunque
el detalle de la labra, donde se observan con exquisitez los plumajes, la
indumentaria, las extremidades… junto a la presencia de inscripciones hacen
pensar en una ubicación no muy elevada respecto del suelo, pues si no, no
podrían leerse.
Ángel en un contrafuerte de la fachada occidental |
Ángel enfrente del anterior |
En este sentido, en la panda sur del claustro, donde estaba
el refectorio, todavía se conserva una impronta triangular en el aparejo que parece
coincidir con el perfil de uno de estos bajorrelieves, que quizá ocuparían las
enjutas de alguna arcada eliminada en las reformas de la Edad Moderna, formando
parte de un ciclo decorativo en escultura y pintura hoy perdido. Por la inscripción que puede leerse todavía en
uno de ellos, se cree que estarían relacionados con el rito premonstratense del
Oficio de Navidad:
VIRGO SVI PARTVS TENEROS AMPLECTITVR VRTVS. QVEM TENET IN
GREMIO NON CAPITVR SPATIO
(La Virgen abraza los tiernos miembros de su recién nacido y
guarece en su seno al que no cabe en el espacio)
Posible impronta de uno de los ángeles (4) |
El templo, levantado sobre otro precedente con planta de
tres naves con transepto sin brazos y tres ábsides semicirculares, hoy
señalados en el pavimento, y conservándose algunos fragmentos murarios incorporados,
tiene planta de cruz latina con tres
naves de tres tramos, más alta la central, separadas por potentes arcos
apuntados sobre los que se sitúa, directamente, sin cuerpo de ventanas, una cubierta
de crucería muy peraltada que apoya en pilares cruciformes con semicolumnas
dobles que reciben los arcos fajones y formeros y columnas acodadas que soportan
el empuje de los nervios. La nave de la Epístola contó hasta con tres puertas
de acceso al claustro.
Nave central de la iglesia, con el altar mayor al fondo |
Nave central desde el crucero antes de la demolición del coro (3) y en la actualidad, sin el coro alto a los pies |
Planta de la iglesia sobrepuesta a la más antigua de tres ábsides semicirculares (4) |
Marca de los ábsides semicirculares de la iglesia primitiva |
La iglesia debió contar con decoración de pintura mural
completamente perdida pero de la que se tiene constancia por menciones tan
curiosas como la de Antonio Ponz en su visita al monasterio en 1783, de la que
deja constancia en el Tomo XI de su Viaje
de España, que denota la apatía antimedievalista propia de un ilustrado al
opinar de la siguiente manera:
“Llegan al último grado de ridiculez los mamarrachos
pintados en las paredes del coro baxo, y caja del órgano”
En la iglesia estuvieron enterrados benefactores del
monasterio de las familias Villalobos, Fajardo, Castañeda, Osorio, Figueroa,
Sandoval, Lara, Manrique… En 1852 José María Quadrado relata en España: sus monumentos y artes, su
naturaleza e historia el estado en el que estaban lo sepulcros ubicados en el sotocoro, conformado como capilla
funeraria:
“Hasta siete yacen arrumbados, mutiladas las esculturas,
levantadas las cubiertas, mostrando revueltos y medio consumidos los cráneos y
canillas de sus antiguos moradores. En algunos se observa un hueco escavado
para la cabecera. “Los bultos mortuorios visten curiosos trajes de época, del
1293 y 1305"
Los testimonios también reflejan la presencia de sepulcros
en las capillas absidiales laterales y en otros lugares del templo.
Varios de todos ellos, recuperados en las obras de
restauración, fueron reubicados en la nave del Evangelio, destacando los de los almirantes
de Castilla, Pedro y Nuño Díaz de Castañeda. El sepulcro de don Nuño Díaz de Castañeda está firmado por Antón Pérez de Carrión en 1293.
CONDIDIT HOC MONUMENTVM / REGULA MAGNIFICVS / PRVDENS ET
PIVS AMICVS / CVJVS ERAT CVRA / NOBIS DEFENDERE JURA. HIC JACET MVUNNIVS DIAZ
DE CASTAÑEDA. ERA 1331. AÑO 1293. ANTON PEREZ DE CARRIÓN FIZO ESTOS LUCILLOS.
A este mismo autor muy recientemente también se le han
podido atribuir cinco sepulcros de la familia Téllez de Meneses en el
monasterio de Santa María de Palazuelos, Valladolid, del que fueron fundadores,
repartidos en el propio monasterio y en el Museo
Diocesano de Valladolid, gracias a la localización de otra inscripción
en uno de los conservados en Palazuelos en la que se lee:
AQUÍ YACE GONCAL IVANE… DE DON IVAN AL- FONSO: DIOS LE
PERDONE. ERADE MIL E CCCXXX ANTÓN PÉREZ ME FECIT AIA.
Sepulcros recuperados colocados en la nave del Evangelio |
También procede de Aguilar el sepulcro de doña Inés Rodríguez de Villalobos, hoy en el Museo
Arqueológico Nacional, obra de Pedro Pintor.
Sepulcro de doña Inés Rodríguez de Villalobos, hoy en el Museo Arqueológico Nacional (5) |
También se conservan varios arcosolios apuntados en los
muros y en la última restauración de la iglesia, a comienzos de la década de
1990, fueron selladas con losas pétreas las aberturas sepulcrales del
pavimento, excavadas en la década anterior.
A continuación se sucede un amplio transepto que sólo sobresale en planta en el brazo del
Evangelio, quizá porque en el de la Epístola tuvo que acoplarse al claustro
preexistente, adosado por ese lado. Está cubierto con bóveda de cañón apuntado
en los brazos y bóveda de crucería en el crucero. En el arranque de las
nervaduras ante el ábside central aparecen sendas esculturas que representan a
dos personajes masculinos tenantes, alzando los brazos como sujetando,
difíciles de identificar, quizá apóstoles o profetas.
Tenantes en los arranques orientales de la cubierta del crucero |
Los capiteles de
este ámbito, trasladados al Museo Nacional de Arqueología de Madrid, forman
parte del Ciclo de la Pasión, con el
Descendimiento y la Resurrección, acompañados de leyendas en
latín grabadas en los ábacos, y se completaban con otros también trasladados al
museo con las escenas de Sansón desquijarando al León, Cristo
triunfante mostrando las llagas de la pasión, las Marías ante el sepulcro, la Duda
de santo Tomás y el Noli me tangere.
En cuanto a la zona
absidial, las investigaciones arqueológicas parecen indicar que los
premonstratenses aprovecharon la cabecera de la iglesia precedente, de tres
ábsides semicirculares, hasta una intervención en el último tercio del siglo
XIII en la que los ábsides laterales fueron ampliados y cerrados mediante
testero plano y cubierta con bóveda de cañón, tal y como se conserva todavía el
del lado de la Epístola, y el ábside
central fue modificado conformándose mediante un tramo recto con cubierta
de crucería simple y otro poligonal de
siete lados con cuatro grandes ventanales apuntados ajimezados con óculos
cuatrilobulados superiores y cubierta de bóveda nervada con riñones perforados
con óculos trilobulados, una característica que se considera influencia de la
catedral de Burgos, desde donde irradió a toda la diócesis, de ahí que también
la veamos en la vecina colegial de San Miguel o en la sala capitular de San
Andrés del Arroyo. La cubierta está reforzada con gruesos contrafuertes
radiales exteriores.
Cubierta del ábside mayor |
En otra intervención de mediados del siglo XVII el ábside
del Evangelio fue derruido para construir la Capilla de Cristo, un amplio ámbito de planta rectangular de tres
tramos, el central más ancho, cubierto con bóvedas de crucería e iluminado
mediante tres ventanas rectangulares abocinadas hacia el interior en el testero
norte. Acogió un Cristo yacente que hoy se encuentra en la colegiata de san
Miguel de la localidad.
Gracias a la mencionada descripción de Quadrado de 1852
sabemos que, como era lógico, la iglesia también estuvo ricamente amueblada con
variados retablos. El mayor,
renacentista, reproducía la Pasión de Jesucristo, y también había otros
barrocos.
Adosada a la cabecera
por el lado de la Epístola, que también tenía entrada desde el claustro, hoy
cegada, está la mencionada sacristía
del siglo XV, con planta cuadrangular irregular cubierta con una bóveda de
combados con óculo cenital cuatrilobulado que hoy se utiliza para exponer
algunas maquetas y reproducciones de los capiteles más significativos.
Antigua sacristía, hoy sala de exposiciones con reproducciones de algunas piezas trasladadas al Museo Arqueológico Nacional y maquetas |
Reproducción de uno de los capiteles más espectaculares |
Reproducción de un capitel con Cristo resucitado |
Cubierta de la antigua sacristía |
Planta de la sacristía y de la Capilla de Santa María (4) |
Adosada a la sacristía
por su lado este está la Capilla del Abad
o de Santa María, con planta
rectangular y cubierta de crucería. Se cree que su función era acoger los
preparativos funerarios, desde donde se iniciaba la procesión que salía por la
puerta en el testero sur al camposanto. Tras la construcción de la sacristía el
espacio se habría convertido en capilla privada del abad, de ahí su doble denominación.
En la actualidad es el espacio de recepción, información del visitante y tienda del monumento y conserva magníficas
ventanas de medio punto con capiteles decorados con motivos vegetales y
zoomórficos.
Antigua salida al cementerio desde la Capilla de Santa María, hoy espacio de recepción turística |
Portada exterior de la Capilla de Santa María |
Capilla de Santa María |
Ventana exterior de la Capilla de Santa María |
El inicio del claustro se fecha en torno a los
primeros años del siglo XIII. Tiene planta cuadrangular no muy grande y dos
alturas. La galería baja se organiza mediante podio corrido y arcos de descarga
apuntados que alojan tres arcos de medio punto o ligeramente apuntados, que se
cree que no son la forma original sino fruto de la restauración de Arenillas
durante la dictadura franquista, sobre columnillas con capiteles, unos
conservados in situ y otros trasladados al Museo Arqueológico Nacional cuando
el monasterio estaba en ruinas y sustituidos por bloques pétreos en la
reconstrucción.
Ángulo noroeste del claustro |
Se cree que algunos de
estos capiteles fueron reaprovechados y que en origen se habrían tallado para
un espacio anterior, con una ejecución datada en torno a 1180. La mayoría de
los conservados presentan decoración vegetal de acantos, hojas, roleos…
cestería, figuras fantásticas y alguna figura humana.
Capitel con decoración vegetal conservado in situ |
Capitel con figuras fantásticas y otros vegetales en el claustro bajo |
En el Museo
Arqueológico Nacional se conservan varios capiteles con un hombre luchando
contra un dragón, arpías, otros animales fantásticos y dos narrativos con la
Huida a Egipto y la Matanza de los Inocentes.
La mayoría de la
decoración escultórica del claustro se ha perdido, y al igual que en la
iglesia, tenemos testimonios, como el de la duquesa de Mier, que vio el recinto
en 1870, que indican que tenía ornamentación pintada entre arquerías y
esculpida con estatuas de santos, un programa escultórico del que debieron
formar parte los mencionados ángeles descontextualizados colocados en la fachada
occidental de la iglesia.
En el centro del
claustro hay un pozo de escasa profundidad con brocal.
Brocal central desde el claustro alto |
Las cubiertas, que sustituyeron a la
techumbre de madera primitiva, corresponden a la intervención del siglo XIII y
son de bóveda de crucería peraltada de
dovelas muy alargadas de excelente estereotomía y arcos fajones y nervios
que apoyan en modillones de rollo o ménsulas pentagonales en los muros y en
columnas adosadas a los machones en la parte de la galería. Además, también se reforzaron
con potentes contrafuertes exteriores.
Panda occidental del claustro bajo |
Soportes de modillones de rollo en los muros y de columnas dobles en la galería |
En la panda norte, a la derecha de la portada
de acceso al templo, hay un arcosolio apuntado con restos del sepulcro de doña Sancha de Frías († 1183), mujer de don Lupo Díaz, conde de Astorga y hermano del conde Ánsurez, fundadora del Monasterio de Nuestra Señora de Buxedo, con
la siguiente inscripción en la cubierta:
SUB ERA MCCXXI [año
1183] OBIIT DOMINA/ SANCIA UXOR DE LOP DIAZ XVII KL DECE(M)BRIS
En la panda este se localiza la entrada a la sacristía desde el claustro, una
hornacina apuntada que tradicionalmente se ha pensado que sería el armarium, el antiguo arco donde se iniciaba la escalera de subida al dormitorio, la sala capitular y el locutorio,
un ámbito de planta rectangular y cubierta de bóveda de cañón donde se
repartían las tareas diarias y desde el que se salía a las huertas. Tras la
ampliación del siglo XVII adosada a la fachada este, fue vestíbulo de contacto
entre la parte antigua y la moderna y hoy es la entrada turística de acceso al
claustro.
Armarium |
La sala capitular abre a la galería
mediante vano central apuntado abocinado con arquivoltas en zig-zag muy
deterioradas que está flanqueado por sendas parejas de arcos de medio punto
también abocinados y con arquivoltas baquetonadas con soportes cruciformes y columnillas
acodadas con capiteles con decoración vegetal que apoyan en un bancal corrido.
Vanos de la sala capitular |
El interior presenta
planta rectangular cubierto por seis tramos de bóveda de crucería que apoyan en
dos robustas columnas centrales rodeadas de otras cuatro de menor sección y en
columnas dobles de este último tipo adosadas a los muros perimetrales. En las
claves se distinguen una con un cordero pascual y otra con cuatro arpías. En el
testero este cuenta con tres grandes ventanales y
en el muro sur tiene dos grandes arcos abiertos en el siglo XVI aprovechando
sendos arcosolios, por los que se accede al locutorio. Conserva otro arcosolio más en el muro norte y seis laudas sepulcrales en el pavimento con motivos figurados y epigráficos pertenecientes a varios abades del monasterio.
Sala capitular |
En el ángulo sureste,
y desarrollado en perpendicular a la panda sur del claustro, con acceso desde
el locutorio, se ubica la sala de monjes,
con planta rectangular de ocho tramos cubiertos con crucería que apoya en tres
columnas centrales. No está abierta al público porque es la cafetería del instituto.
Sobre la sala
capitular, el locutorio y la sala de monjes estaba el dormitorio común, después
convertido en sala común y hoy parte del Instituto de Enseñanza Media después
de la importante intervención en las restauraciones dirigidas por Peridis.
Antiguo dormitorio común |
La panda sur estaba ocupada por el refectorio, muy modificado y no
visitable salvo cuando tiene lugar algún acto cultural. La comunidad se reunía
en él una vez al día de septiembre a Pascua y dos veces el resto del año y
comían en silencio mientras escuchaban las lecturas.
Sobre las dovelas de
la izquierda del arco de medio punto de la primitiva portada de este recinto se ubican, apoyados en una ménsula, los nervios la bóvedas, signo externo de que la cubierta fue posterior, realizada
durante la reforma claustral del siglo XIII.
Portada del refectorio |
En la esquina suroeste está la cocina, fruto de una ampliación de la
primitiva medieval, cuando se ciega la primitiva puerta y se abren otras tres,
una hacia el locutorio y otras dos hacia el refectorio, se elimina el hogar
circular y se construye una gran chimenea adosada a la pared y se eleva el
suelo cubriendo las escaleras que daban acceso al arroyo para construir una
pila. Lamentablemente, tampoco está abierta a la visita turística.
La panda oeste estaba ocupada por el pobrero o locutorio del cillero, que
hacía las veces de portería del monasterio desde donde se distribuían alimentos
a los pobres, y la cilla, el
almacén, aunque apenas queda nada de la original. Estos ámbitos tampoco pueden visitarse.
El claustro alto, con una galería
organizada mediante pilastras dóricas y vanos de medio punto, dos por cada
tramo inferior, fue añadido a comienzos del XVII para albergar celdas
individuales, aunque éstas no se han recuperado, reconvertidas en clases del
instituto que se aloja en el edificio. Desde su esquina noroeste se accedía al
coro alto a los pies de la iglesia construido en el siglo XVI y desmontado en
el segundo tercio del XX por el arquitecto Anselmo Arenillas Álvarez, que
también decidió desmontar esta segunda planta del claustro por considerar que
desmerecía del bajo y buscar una pretendida esencia románica.
Panda norte del claustro, con la galería medieval baja y la superior del siglo XVII |
Galería alta, construida para añadir celdas indiviudales, hoy convertidas en aulas del instituto (6) |
Una buena muestra de
cómo cambia el gusto a lo largo de los siglos es que, a diferencia de lo que
pensó Arenillas, Antonio Ponz en 1783, al tiempo que calificaba de
“mamarrachos” las pinturas murales que todavía se conservaban en la iglesia,
opinaba lo siguiente del claustro en su conjunto:
“El claustro baxo de
este Convento es una especie de arquitectura arabesca, con grupos de columnas,
y ornatos de aquella clase en capiteles. El alto es muy otra cosa,
executado en tiempo de Felipe II, con decoracion de pilastras pareadas de orden
dórico sobre un zócalo. Si la galería baxa acompañase á la alta, seria este uno
de los buenos claustros en el gusto de la mejor arquitectura”.
Imágenes ajenas:
(3) MATESANZ VERA, P. “Arqueología y restauración
arquitectónica: el caso del monasterio de Santa María la Real (Aguilar de
Campoo, Palencia)”, Cuadernos de
Prehistoria y Arqueología, nº 21, 1994, pp. 313-340.
(4) HERNANDO GARRIDO, J. L., Escultura tardorrománica en el monasterio de Santa María la Real de
Aguilar de Campoo (Palencia), Aguilar de Campoo, Fundación Santa María la
Real, 1995.
Fuentes:
MATESANZ VERA, P. “Arqueología y restauración
arquitectónica: el caso del monasterio de Santa María la Real (Aguilar de
Campoo, Palencia)”, Cuadernos de Prehistoria
y Arqueología, nº 21, 1994, pp. 313-340.
BALADO PACHÓN, A. y MARTÍNEZ GARCÍA, A., “Recientes
excavaciones arqueológicas en el monasterio de Santa María de Palazuelos
(Valladolid)”. En WATTEMBERG GARCÍA, E. (coord.), Conocer Valladolid. VIII
Curso de patrimonio cultural 2014/2015, Valladolid, Ayuntamiento de
Valladolid, 2015, pp. 37-52.
GONZÁLEZ DE FAUVE, Mª E., La Orden premonstratense en España. El Monasterio de Santa María de
Aguilar de Campoo (siglos XI-XV), Aguilar de Campoo, Centro de Estudios del
Románico, 1991.
HERNANDO GARRIDO, J. L., Escultura
tardorrománica en el monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo
(Palencia), Aguilar de Campoo, Fundación Santa María la Real, 1995.
Historia del
Monasterio Santa María la Real, Fundación Santa María la Real (pdf sin
autor ni fecha) https://studylib.es/doc/4852944/monasterio-de-santa-mar%C3%ADa-la-real-de-aguilar-de-campoo--p...).
HUIDOBRO SERNA, L., Breve
historia y descripción de la muy leal villa de Aguilar de Campóo, Palencia,
Institución Tello Téllez de Meneses, 1954.
LAMPÉREZ Y ROMEA, V., “El Monasterio de Aguilar de Campoo
(Palencia)”, Boletín de la Sociedad
Española de Excursiones, nº 16, 1908, pp. 215-221
MATESANZ VERA, P. “Arqueología y restauración
arquitectónica: el caso del monasterio de Santa María la Real (Aguilar de
Campoo, Palencia)”, Cuadernos de
Prehistoria y Arqueología, nº 21, 1994, pp. 313-340.
MÉLIDA, J. M., “El monasterio de Aguilar de Campoó”, Boletín de la Real Academia de la Historia,
1915, pp. 43-49.
MERCHÁN FERNÁNDEZ, A. C., “El Señorío de Aguilar según el
libro Becerro de las Beherías de Castilla”, PITTM,
nº 75, 2004, pp. 241-265.
NAVASCUÉS PALACIO, P., Monasterios en España.
Arquitectura y vida monástica. Barcelona, Lunwerg, 2000.
NAVASCUÉS PALACIO, P. “Unamuno y Santa María la Real”, Descubrir el arte, nº 20, 2000, pp. 88-89.
REVUELTA GONZÁLEZ, M., “La desamortización eclesiástica en
Aguilar de Campoo”, Publicaciones de la
Institución Tello Telléz, nº 43, 1979, pp. 173-208.
RODRIGUEZ MUÑÓZ, P. “Iglesias románicas palentinas”, Publicaciones de la Institución Tello Telléz,
nº 13, 1955, pp. 27-126 más láminas.
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