San Juan de los Reyes, en Toledo
La fundación del convento de San Juan de los Reyes en Toledo se vincula tradicionalmente a un acto de acción de gracias por la victoria en la batalla de Toro en 1476, decisiva para el triunfo de los partidarios de la sucesión a la corona castellana de Isabel la Católica contra la alianza de otro grupo de nobles con Alfonso V de Portugal, que defendían los derechos sucesorios de doña Juana, hija de Enrique IV y doña Juana de Portugal y sobrina de la propia Isabel y del rey portugués.
Aunque en origen el monasterio también se concibió como panteón real, tras la conquista de Granada en 1492 los planes iniciales fueron modificados y los reyes decidieron que su enterramiento se realizara en la última ciudad conquistada al Reino Nazarí.
Crucero de San Juan de los Reyes
Aunque en origen el monasterio también se concibió como panteón real, tras la conquista de Granada en 1492 los planes iniciales fueron modificados y los reyes decidieron que su enterramiento se realizara en la última ciudad conquistada al Reino Nazarí.
Lo que sí se mantuvieron fueron las decisiones de la propia reina de su advocación a san Juan Evangelista y de que la nueva fundación se entregara a la Orden Observante franciscana.
La traza primitiva correspondería a Juan Guas en colaboración con Egas Cueman, pues ambos aparecen en la documentación como maestros mayores. Se sabe que tuvo muchas modificaciones desde la idea inicial a la obra construida, seguramente motivadas por el cambio de uso, con un testimonio excepcional de ello en un dibujo sobre pergamino conservado en el Museo del Prado atribuido al propio Juan Guas en el que aparece el altar mayor de la iglesia con una ordenación distinta de la definitiva.
Proyecto de la cabecera atribuido a Guas en el que se aprecia una acusada verticalidad mucho más matizada en la obra real (1)
La construcción comenzaría hacia 1477 y las obras avanzaron con rapidez, con la rica decoración heráldica del crucero terminada antes de 1492 al no aparecer la granada que simboliza la victoria contra el último reducto de al-Ándalus. Así, a la muerte de Guas en 1496 el convento estaba ya muy avanzado, dándose por concluido en 1503 con la intervención de Simón de Colonia y Enrique Egas. Con posterioridad, ya en tiempos del emperador Carlos V, se le atribuye a Alonso de Covarrubias la cubierta casetonada de la escalera principal y Nicolás de Vergara daría las trazas de un segundo claustro, hoy desaparecido.
La construcción comenzaría hacia 1477 y las obras avanzaron con rapidez, con la rica decoración heráldica del crucero terminada antes de 1492 al no aparecer la granada que simboliza la victoria contra el último reducto de al-Ándalus. Así, a la muerte de Guas en 1496 el convento estaba ya muy avanzado, dándose por concluido en 1503 con la intervención de Simón de Colonia y Enrique Egas. Con posterioridad, ya en tiempos del emperador Carlos V, se le atribuye a Alonso de Covarrubias la cubierta casetonada de la escalera principal y Nicolás de Vergara daría las trazas de un segundo claustro, hoy desaparecido.
Y es que durante la invasión francesa el monasterio fue incendiado, el claustro renacentista quedó completamente destruido y el gótico gravemente dañado, con la crujía oeste derrumbada y muchas de sus esculturas mutiladas.
Cecilio Pizarro. Ruinas de San Juan de los Reyes de Toledo. Óleo sobre lienzo. 80 x 65,7 cm. 1846. Museo del Romanticismo de Madrid. En esta obra puede verse la crujía oeste del claustro gótico derrumbada (2)
De todos modos, el cambio de gusto y la entrada del neoclasicismo en la segunda mitad del siglo XVIII ya habían empezado a hacer estragos en el monasterio, cuando desapareció el altar mayor y la reja principal.
A la vuelta del absolutismo con Fernando VII hubo una primera y parcial restauración, pero con la exclaustración de 1835 la iglesia se convirtió en parroquia de san Martín y las dependencias en torno al claustro pasaron sucesivamente a utilizarse como cuartel, almacén y presidio, hasta que en 1846 se conformaron como sede del Museo Provincial de Antigüedades y Bellas Artes para albergar piezas de otros conventos desamortizados y que estaban provisionalmente reunidas en el convento de San Pedro Mártir, pero sin que por ello se acometiera su restauración.
De todos modos, el cambio de gusto y la entrada del neoclasicismo en la segunda mitad del siglo XVIII ya habían empezado a hacer estragos en el monasterio, cuando desapareció el altar mayor y la reja principal.
A la vuelta del absolutismo con Fernando VII hubo una primera y parcial restauración, pero con la exclaustración de 1835 la iglesia se convirtió en parroquia de san Martín y las dependencias en torno al claustro pasaron sucesivamente a utilizarse como cuartel, almacén y presidio, hasta que en 1846 se conformaron como sede del Museo Provincial de Antigüedades y Bellas Artes para albergar piezas de otros conventos desamortizados y que estaban provisionalmente reunidas en el convento de San Pedro Mártir, pero sin que por ello se acometiera su restauración.
Fotografía de Alexander Lamont Henderson de la antigua sacristía habilitada como una de las dependencias del Museo Provincial instalado en el monasterio en la segunda mitad del siglo XIX. Entre las obras, abajo a la izquierda puede reconocerse el Plano y Vista de Toledo de El Greco (3)
La decisión no se toma hasta 1881 siguiendo el elaborado proyecto de Arturo Mélida que queda concluido en 1926, cuando el arquitecto y escultor ya había muerto. Entre tanto, en 1883 San Juan de los Reyes había sido declarado Monumento Nacional.
La decisión no se toma hasta 1881 siguiendo el elaborado proyecto de Arturo Mélida que queda concluido en 1926, cuando el arquitecto y escultor ya había muerto. Entre tanto, en 1883 San Juan de los Reyes había sido declarado Monumento Nacional.
Es especialmente destacable la actitud neomedieval adoptada por Mélida a la hora de acometer la restauración, con un pormenorizado estudio en el que denota su deseo de comprender el monumento, en la estela de Viollet-le-Duc y según exigía la legislación española del momento en materia de restauración, en la que había respetar “el pensamiento primitivo, acomodando las renovaciones al carácter de la fábrica, y procurando que las partes antiguas y las modernas se asemejen y parezcan de la misma época” (R.O. 10 de octubre de 1850). Mélida aplicó la llamada “restauración en estilo”, en la misma línea de lo que se estaba haciendo en el resto de Europa en esta materia.
Fragmento del exquisito informe presentado por Mélida para su proyecto de restauración de San Juan de los Reyes. Publicado en facsímil en NAVASCUÉS PALACIO, P., “Mélida y San Juan de los Reyes de Toledo”. VV.AA. Isabel la Católica. Reina de Castilla, Madrid, 2002, pp. 331-356
Tras la Guerra Civil el gobierno franquista cedió el usufructo del convento a la Orden franciscana y en 1954 el Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones se hizo cargo de un proyecto de reconstrucción. Así, y después de más de ciento veinte años, el complejo recuperó su primitivo uso conventual, siéndole devuelto a la misma orden para la que había sido edificado a fines del siglo XV.
Tras la Guerra Civil el gobierno franquista cedió el usufructo del convento a la Orden franciscana y en 1954 el Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones se hizo cargo de un proyecto de reconstrucción. Así, y después de más de ciento veinte años, el complejo recuperó su primitivo uso conventual, siéndole devuelto a la misma orden para la que había sido edificado a fines del siglo XV.
Planta actual de San Juan de los Reyes
El exterior es de gran sencillez, destacando los restaurados pináculos, los heraldos con dalmáticas blasonadas con las armas de los reyes de la cabecera, también restaurados por Mélida, la moldura de bolas característica de Guas y los grilletes de los cristianos cautivos colgados como exvotos en el testero norte del transepto.
El exterior es de gran sencillez, destacando los restaurados pináculos, los heraldos con dalmáticas blasonadas con las armas de los reyes de la cabecera, también restaurados por Mélida, la moldura de bolas característica de Guas y los grilletes de los cristianos cautivos colgados como exvotos en el testero norte del transepto.
Heraldos en la cabecera de la iglesia
Exterior del San Juan de los Reyes, con los grilletes colgados entorno al vano que se ve a la izquierda
El actual acceso al convento a través de la llamada “Puerta del Pelícano” da paso a unas escaleras que bajan a la antigua sacristía, ubicada en la panda este del claustro, de planta rectangular y con bóveda de crucería.
El actual acceso al convento a través de la llamada “Puerta del Pelícano” da paso a unas escaleras que bajan a la antigua sacristía, ubicada en la panda este del claustro, de planta rectangular y con bóveda de crucería.
Actual acceso al monasterio
Detalle de la bóveda de crucería de la antigua sacristía
Aunque esta puerta está en paralelo, en su primitiva ubicación, cuando el monasterio fue convertido en Museo Provincial, estaba en perpendicular a la actual, dejando un paso mucho más estrecho en la calle Reyes Católicos. Conserva un gran Calvario atribuido a Juan Guas compuesto por una cruz sin crucificado coronada con el tema del pelícano en alusión a la Eucaristía, de ahí su denominación, y la Virgen y San Juan Evangelista.
Aunque esta puerta está en paralelo, en su primitiva ubicación, cuando el monasterio fue convertido en Museo Provincial, estaba en perpendicular a la actual, dejando un paso mucho más estrecho en la calle Reyes Católicos. Conserva un gran Calvario atribuido a Juan Guas compuesto por una cruz sin crucificado coronada con el tema del pelícano en alusión a la Eucaristía, de ahí su denominación, y la Virgen y San Juan Evangelista.
Fotografía de Alexander Lamont Henderson de fines del siglo XIX en la que se ve la Primitiva ubicación de la Puerta del Pelícano (3)
Originalmente el templo contaba con una portada a los pies hoy desaparecida. La portada lateral en el lado norte es posterior, de trazas de Juan Bautista Monegro, quedando acabada en 1607 a falta de las esculturas de los santos, incorporadas en 1609.
Originalmente el templo contaba con una portada a los pies hoy desaparecida. La portada lateral en el lado norte es posterior, de trazas de Juan Bautista Monegro, quedando acabada en 1607 a falta de las esculturas de los santos, incorporadas en 1609.
Se organiza mediante un arco de medio punto abocinado con casetones, dintel y especie de frontón formado por un arco conopial enmarcado por otro mixtilíneo con una imagen de San Juan Evangelista y rematado por el escudo real bajo una cruz, todo ello limitado por cuatro pilastras góticas rematadas con pináculos entre las que también aparecen esculturas.
Portada lateral norte
Esta portada, abierta a una plaza desde la que puede verse la hoz del Tajo, entre 1732 y 1864 estuvo parcialmente ocupada por la capilla de la Venerable Orden Tercera, también conocida como la capilla de la beata Mariana de Jesús por albergar sus restos, que tras su demolición se trasladaron al coro de la iglesia del convento de San Antonio.
Esta portada, abierta a una plaza desde la que puede verse la hoz del Tajo, entre 1732 y 1864 estuvo parcialmente ocupada por la capilla de la Venerable Orden Tercera, también conocida como la capilla de la beata Mariana de Jesús por albergar sus restos, que tras su demolición se trasladaron al coro de la iglesia del convento de San Antonio.
Calotipo de Edward King Tenison del monasterio de San Juan de los Reyes en 1852 publicado en Recuerdos de España en la que aún puede verse la capilla de la Beata Mariana de Jesús, demolida en 1864 (4)
La iglesia es de planta rectangular con nave única con capillas entre los contrafuertes, amplio crucero que no sobrepasa los testeros laterales y bóvedas de crucería.
La iglesia es de planta rectangular con nave única con capillas entre los contrafuertes, amplio crucero que no sobrepasa los testeros laterales y bóvedas de crucería.
Nave de la iglesia desde el sotocoro
Detalle de las bóvedas desde el arranque
Retablo plateresco de la capilla funeraria del deán de Toledo don Pedro de Ayala, con Calvario y esculturas en hornacinas aveneradas
También tiene coro alto a los pies que apoya sobre arco carpanel creando un sotocoro con cubierta casi plana y también con capillas.
En la clave del arco hay una figura en genuflexión que algunos han identificado con Juan Guas, ataviada con dalmática como heraldo o rey de armas y empuñando un pendón, y como remate aparece una inscripción en relación con el dogma de la Inmaculada Concepción de María, inalterablemente defendido por la Orden franciscana.
En contraste con la sencillez exterior, el interior ofrece una riqueza decorativa desbordante, sobre todo en la cabecera, conformada mediante el espacioso crucero, cubierto por un espectacular cimborrio octogonal con bóveda de nervios que no se cruzan en la clave sobre cuatro trompas angreladas, detalle mudéjar, y un presbiterio poligonal de poco desarrollo y alzado sobre una escalinata, un espacio unificado en el que estaba previsto que se ubicara el enterramiento real, rodeado de la exuberante decoración heráldica de los testeros, un conjunto mucho más en relación con el primitivo destino como capilla real que el que podría esperarse en una iglesia conventual franciscana.
Retablo plateresco de la capilla funeraria del deán de Toledo don Pedro de Ayala, con Calvario y esculturas en hornacinas aveneradas
También tiene coro alto a los pies que apoya sobre arco carpanel creando un sotocoro con cubierta casi plana y también con capillas.
Bóveda rebajada y estrellada del sotocoro. Las claves de madera pintada con los escudos de los Reyes Católicos, las iniciales F e Y y el yugo y las flechas, son originales
En la clave del arco hay una figura en genuflexión que algunos han identificado con Juan Guas, ataviada con dalmática como heraldo o rey de armas y empuñando un pendón, y como remate aparece una inscripción en relación con el dogma de la Inmaculada Concepción de María, inalterablemente defendido por la Orden franciscana.
Coro alto con la figura en genuflexión identificada con Juan Guas. También puede apreciarse la inscripción en relación con el dogma de la Inmaculada
En contraste con la sencillez exterior, el interior ofrece una riqueza decorativa desbordante, sobre todo en la cabecera, conformada mediante el espacioso crucero, cubierto por un espectacular cimborrio octogonal con bóveda de nervios que no se cruzan en la clave sobre cuatro trompas angreladas, detalle mudéjar, y un presbiterio poligonal de poco desarrollo y alzado sobre una escalinata, un espacio unificado en el que estaba previsto que se ubicara el enterramiento real, rodeado de la exuberante decoración heráldica de los testeros, un conjunto mucho más en relación con el primitivo destino como capilla real que el que podría esperarse en una iglesia conventual franciscana.
Cimborrio sobre trompas angreladas
La composición del friso se repite en ambos lados reproduciendo cinco veces los escudos de los Reyes Católicos con los blasones de Castilla, León, Aragón y Sicilia bajo el águila de San Juan flanqueados por el yugo y las flechas y con leones en postura de sumisión a los pies. En las entrecalles que separan los escudos aparecen figuras de santos bajo doseletes.
El actual retablo fue contratado por Vigarny y Francisco de Comontes para el Hospital de Santa Cruz, de ahí que aparezcan las armas del cardenal Mendoza y las cruces de su cardenalato, su comitente. Las pinturas principales representan a Jesús Camino del Calvario, el Descendimiento y Santa Elena con los milagros de la Cruz y en la predela aparecen los Santos Padres.
La composición del friso se repite en ambos lados reproduciendo cinco veces los escudos de los Reyes Católicos con los blasones de Castilla, León, Aragón y Sicilia bajo el águila de San Juan flanqueados por el yugo y las flechas y con leones en postura de sumisión a los pies. En las entrecalles que separan los escudos aparecen figuras de santos bajo doseletes.
Decoración de los testeros del crucero
El actual retablo fue contratado por Vigarny y Francisco de Comontes para el Hospital de Santa Cruz, de ahí que aparezcan las armas del cardenal Mendoza y las cruces de su cardenalato, su comitente. Las pinturas principales representan a Jesús Camino del Calvario, el Descendimiento y Santa Elena con los milagros de la Cruz y en la predela aparecen los Santos Padres.
Retablo del altar mayor procedente del Hospital de Santa Cruz
La luz penetra a través de vanos apuntados con parteluz pero está desvirtuada respecto al origen al haber perdido las vidrieras, que según testimonio de Ponz en 1783, no desmerecían de las de la propia catedral, conservándose también muestras de su diseño reproducido por Amador de los Ríos.
La luz penetra a través de vanos apuntados con parteluz pero está desvirtuada respecto al origen al haber perdido las vidrieras, que según testimonio de Ponz en 1783, no desmerecían de las de la propia catedral, conservándose también muestras de su diseño reproducido por Amador de los Ríos.
Diseño reproducido de las vidrieras (5)
Las dos pilastras laterales ante el crucero sirven de base para sendas tribunas concebidas como cantorías o espacios para los ministriles. En los capiteles sobre las tribunas, llaman la atención los mocárabes y las cabezas, de nuevo una sugerente combinación de mudéjar y gótico.
Las dos pilastras laterales ante el crucero sirven de base para sendas tribunas concebidas como cantorías o espacios para los ministriles. En los capiteles sobre las tribunas, llaman la atención los mocárabes y las cabezas, de nuevo una sugerente combinación de mudéjar y gótico.
Tribuna del lado de la epístola
Mocárabes y cabezas de uno de los capiteles
La inscripción que recorre la zona alta del crucero y del ábside está escrita en latín y hace referencia a la fundación de los Reyes Católicos y a la victoria en el reino de Granada. Sin embargo, la que recorre la nave está en castellano, también en relación con los fundadores.
La inscripción que recorre la zona alta del crucero y del ábside está escrita en latín y hace referencia a la fundación de los Reyes Católicos y a la victoria en el reino de Granada. Sin embargo, la que recorre la nave está en castellano, también en relación con los fundadores.
El acceso al claustro desde la iglesia se realiza a través de una portada abierta en el crucero sur organizada mediante arco carpanel con rica decoración vegetal, antropomorfa y zoomorza cubierto por otro mixtilíneo, con un relieve en el tímpano con el escudo franciscano sostenido por dos ángeles.
Portada de acceso al claustro gótico desde la iglesia
Por el lado del claustro se ubica la llamada “Puerta de la Verónica”, con un tímpano en el que se desarrolla ese asunto.
Por el lado del claustro se ubica la llamada “Puerta de la Verónica”, con un tímpano en el que se desarrolla ese asunto.
Preciosismo decorativo de la “Puerta de la Verónica”
En este ángulo noreste del claustro se encuentra el acceso a la caja de la escalera y, desde ahí, a la sacristía, con otra llamativa portada de arco carpanel con rica decoración escultórica y con una Crucifixión de alabastro en la clave en la que se representa a la Isabel la Católica orante ataviada con el hábito franciscano junto a sus tres hijas y rodeada de franciscanos.
En este ángulo noreste del claustro se encuentra el acceso a la caja de la escalera y, desde ahí, a la sacristía, con otra llamativa portada de arco carpanel con rica decoración escultórica y con una Crucifixión de alabastro en la clave en la que se representa a la Isabel la Católica orante ataviada con el hábito franciscano junto a sus tres hijas y rodeada de franciscanos.
Acceso a la sacristía desde la caja de la escalera
Detalle de la Crucifixión
El claustro cuenta con dos alturas. La planta baja, en la que estaban la librería en la panta oeste y la sala capitular en la sur, se organiza mediante arcos apuntados con parteluz y tracerías flamígeras, en los que intervendría Simón de Colonia, y cubierta con bóvedas cuyos nervios no se cruzan en el centro.
Detalle de la Crucifixión
El claustro cuenta con dos alturas. La planta baja, en la que estaban la librería en la panta oeste y la sala capitular en la sur, se organiza mediante arcos apuntados con parteluz y tracerías flamígeras, en los que intervendría Simón de Colonia, y cubierta con bóvedas cuyos nervios no se cruzan en el centro.
Galería baja de la panda este del claustro gótico
Panda norte del claustro gótico
Destaca la labra esculpida en arcos, pedestales, impostas y molduras, plagadas de representaciones de flora y fauna, tanto real como fantástica, con un impresionante realismo, muy en relación con el espíritu franciscano de amor a la naturaleza.
Panda norte del claustro gótico
Destaca la labra esculpida en arcos, pedestales, impostas y molduras, plagadas de representaciones de flora y fauna, tanto real como fantástica, con un impresionante realismo, muy en relación con el espíritu franciscano de amor a la naturaleza.
Representación de un basilisco, de tradición de los Bestiarios
Otro de los detalles escultóricos, de apenas 10 cm., del claustro gótico de San Juan de los Reyes
De todos modos, nunca habría que olvidarse de que la restauración de Mélida hace prácticamente imposible establecer los límites entre la obra medieval y lo añadido a caballo entre los siglos XIX y XX, una restauración en la que se construyó una nueva cubierta nervada en la derruida crujía oeste siguiendo la de Guas y se completó la decoración esculpiendo buena parte de las figuras de santos del claustro bajo.
En cuanto a la planta superior, se accede mediante una monumental escalera ubicada entre la sacristía y la iglesia y cuya cubierta es atribuida a Alonso de Covarrubias ya en tiempos de Carlos V, fechada en torno a 1553.
Es de caja cuadrada con cuatro tramos con arcos rampantes y lo que más llama la atención es la impresionante cúpula rebajada, realizada con casetones concéntricos decorados con florones variados, recordando a la capilla mayor de la vecina iglesia de San Román, también atribuida a Covarrubias.
Otro de los detalles escultóricos, de apenas 10 cm., del claustro gótico de San Juan de los Reyes
De todos modos, nunca habría que olvidarse de que la restauración de Mélida hace prácticamente imposible establecer los límites entre la obra medieval y lo añadido a caballo entre los siglos XIX y XX, una restauración en la que se construyó una nueva cubierta nervada en la derruida crujía oeste siguiendo la de Guas y se completó la decoración esculpiendo buena parte de las figuras de santos del claustro bajo.
En cuanto a la planta superior, se accede mediante una monumental escalera ubicada entre la sacristía y la iglesia y cuya cubierta es atribuida a Alonso de Covarrubias ya en tiempos de Carlos V, fechada en torno a 1553.
Escalera del claustro de San Juan de los Reyes
Es de caja cuadrada con cuatro tramos con arcos rampantes y lo que más llama la atención es la impresionante cúpula rebajada, realizada con casetones concéntricos decorados con florones variados, recordando a la capilla mayor de la vecina iglesia de San Román, también atribuida a Covarrubias.
En el arranque de la cúpula aparecen las armas de los Reyes Católicos y el águila bicéfala carolina. Las pechinas aveneradas y querubines son muy característicos del arte carolino
Esta segunda planta se organiza mediante arcos mixtilíneos que apoyan en un antepecho de carácter renacentista, concebido como balaustrada, lo que hace pensar en una intervención distinta a la de Juan Guas.
Esta segunda planta se organiza mediante arcos mixtilíneos que apoyan en un antepecho de carácter renacentista, concebido como balaustrada, lo que hace pensar en una intervención distinta a la de Juan Guas.
Detalle del arco central de una de las pandas superiores del claustro, donde puede observarse el antepecho abalaustrado, el escudo de los Reyes Católicos y el yugo y las flechas
Está cubierto con armadura neo-mudejar, realizada por Mélida en el siglo XIX, que también trazó, siguiendo las soluciones de Guas en el palacio del Infantado de Guadalajara, unos arcos con escudos y divisas reales para sustituir los arcos de atado, remató el claustro con una crestería y labró todas las gárgolas, algunas con su propia firma y la fecha de ejecución de 1888.
Está cubierto con armadura neo-mudejar, realizada por Mélida en el siglo XIX, que también trazó, siguiendo las soluciones de Guas en el palacio del Infantado de Guadalajara, unos arcos con escudos y divisas reales para sustituir los arcos de atado, remató el claustro con una crestería y labró todas las gárgolas, algunas con su propia firma y la fecha de ejecución de 1888.
Cubierta neo-mudéjar de una de las pandas superiores, con arcos de atado añadidos por Mélida siguiendo los del palacio del Infantado de Guadalajara
Crestería y gárgolas añadidas por Mélida, recortadas sobre el cimborrio de la iglesia
En el destruido claustro renacentista se agrupaban el refectorio, la cocina, la celda del prior y otras dependencias necesarias para la vida monástica. Según Sixto Ramón Parro en Toledo en la mano, publicado en 1857, los residuos que todavía quedaban de los arranques de algunos arcos, hablaban de un gusto plateresco. Sobre esta zona Arturo Mélida levantó la Escuela de Artes Industriales, un interesante edificio del siglo XIX.
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Otros MONASTERIOS:
Notas:
(1) http://imageshack.us/f/641/capillamayordesanjuande.jpg/
Crestería y gárgolas añadidas por Mélida, recortadas sobre el cimborrio de la iglesia
En el destruido claustro renacentista se agrupaban el refectorio, la cocina, la celda del prior y otras dependencias necesarias para la vida monástica. Según Sixto Ramón Parro en Toledo en la mano, publicado en 1857, los residuos que todavía quedaban de los arranques de algunos arcos, hablaban de un gusto plateresco. Sobre esta zona Arturo Mélida levantó la Escuela de Artes Industriales, un interesante edificio del siglo XIX.
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Otros MONASTERIOS:
San Martiño Pinario en Santiago de Compostela
Santa María del Paular en Rascafría (Madrid)
Santo Tomás de Ávila
San Antonio el Real de Segovia
Convento de Santa Cruz convento e iglesia, de Segovia
Santa María del Parral de Segovia
San Miniato al Monte de Florencia
Convento da Madre de Deus, hoy Museu Nacional do Azulejo en Lisboa
Santa Maria Gloriosa dei Frari de Venecia
San Michele in Isola de Venecia
San Giorgio Maggiore de Venecia
Notas:
(1) http://imageshack.us/f/641/capillamayordesanjuande.jpg/
(2) http://museoromanticismo.mcu.es/web/archivos/documentos/piezames_mayo_12.pdf
(3) http://toledoolvidado.blogspot.com.es/2010/01/toledo-finales-del-siglo-xix.html
(4) http://toledoolvidado.blogspot.com.es/2009/01/las-fotografias-mas-antiguas-de-toledo.html
Fuentes:
NAVASCUÉS PALACIO, P., “Mélida y San Juan de los Reyes de Toledo”. VV.AA. Isabel la Católica. Reina de Castilla, Madrid, 2002, pp. 331-356.
NAVASCUÉS PALACIO, P., Monasterios en España. Arquitectura y vida monástica. Barcelona, Lunwerg, 2000.
http://www.fundacioniberdrola.org/webfund/gc/prod/es_ES/contenidos/docs/reyes_toledo.pdf
http://www.javiercampos.com/files/24%20Daniel%20Ortiz%20Pradas.pdf
(5) http://www.urbanity.es/foro/edificios-en-general/13102-documentacion-grafica-ciudades-y-edificios-espanoles-79.html
Fuentes:
NAVASCUÉS PALACIO, P., “Mélida y San Juan de los Reyes de Toledo”. VV.AA. Isabel la Católica. Reina de Castilla, Madrid, 2002, pp. 331-356.
http://www.fundacioniberdrola.org/webfund/gc/prod/es_ES/contenidos/docs/reyes_toledo.pdf
http://www.javiercampos.com/files/24%20Daniel%20Ortiz%20Pradas.pdf
Comentarios
Sólo me permitiría sugerir otra indicación bibliográfica: la espléndida descripción que sobre este templo y su claustro —a la sazón aún en ruinas— traza Gustavo Adolfo Bécquer en su malograda «Historia de los templos de España» (1857). Increíblemente, no he encontrado su texto íntegro en la Red (yo lo tengo en papel, en la reciente edición de las «Obras Completas» de la Editorial Castro), pero en la siguiente página de un blog ya cerrado puede ir leyéndose progresivamente la parte dedicada por el insigne escritor romántico a San Juan de los Reyes: http://elmiradero.es/archive
http://ipce.mcu.es/iphe/cargarFiltroBusquedaDigPlanosAction.do?cache=init&layout=ipceDigiPlanos&language=es