El Monasterio de San Giorgio Maggiore, sede de la Fondazione Cini, en Venecia

La isla de San Giorgio, perteneciente al sestiere de San Marco, está rodeada por el Canale della Grazia, el Canale della Giudecca y el Canale di San Marco y la Laguna, en un lugar privilegiado frente a la Piazzetta di San Marco.

San Giorgio Maggiore desde San Marco

Piazzeta di San Marco con San Giorgio Maggiore al fondo

Seguramente ya estaría ocupada durante el periodo romano, antes incluso de la fundación de la ciudad de Venecia, cuando se la conocía como Insula Memmia por ser propiedad de la familia Memmo.

Lo que sí está documentado es que en el año 932 el doge Tribuno Memmo la donó a la orden benedictina para que estableciera allí una comunidad, que en el 987, y gracias al patrocinio de Vitalie Candido y la familia Badoer, erigió una primitiva iglesia que alcanzó gran predicamento a partir de 1109 gracias a la reliquia del cuerpo de San Esteban que se había traído de Constantinopla, y que todos los 26 de diciembre, día del santo, era venerada por el propio Doge y la Signoria, convirtiéndose en una de las fiestas más populares del calendario veneciano hasta la caída de la República. 

Vista de San Giorgio Maggiore desde la Punta della Dogana

En 1204, a estas reliquias se añadieron las de Santa Lucía, que también se hicieron muy populares, aunque tras una fiesta un 13 de diciembre, día de la santa, en la que una tormenta causó la muerte de muchos peregrinos, se decidió su traslado a la iglesia de Santa Lucía de Cannaregio, después demolida para la construcción de la “Ferrovia”

San Giorgio Maggiore desde la Rive degli Schiavoni

En 1223 un terremoto dañó gravemente el convento y el doge Pietro Ziani, que después buscó retiro entre sus muros, financió su restauración.

Ya en el siglo XV, cuando Cosimo I de’ Medici fue desterrado de Florencia en 1433, también encontró refugio en este monasterio, hospitalidad que agradeció trayéndose a Michelozzo para que diseñara una biblioteca que después se perdió en un incendio y que se piensa que podría ser similar a la de San Marco de Florencia, también de Michelozzo. 

Biblioteca del convento de San Marco de Florencia, diseñada por Michelozzo

Y es que entre fines del siglo XVI y el XVII el monasterio experimentó una importante remodelación protagonizada por Giovanni Buora, Andrea Palladio y Baldassare Longhena.

Fragmento de la Veduta di Venezia a volo d'ucello de Jacopo de' Barbari de 1500 que nos informa del aspecto del monasterio antes de las remodelaciones de los siglos XVI y XVII (1)

Vista de San Giorgio Maggiore desde en vaporetto

En 1806, tras la caída de la República, la iglesia pasó a ser una parroquia, el monasterio fue suprimido y los monjes se trasladaron a Santa Giustina y en 1929 toda la isla se convirtió en fortín defensivo y almacén de municiones y se le añadieron nuevos edificios portuarios.

Pero en 1951, cuando ya casi todo el conjunto, salvo la iglesia, estaba condenado a la ruina, las dependencias del antiguo convento fueron adquiridas por el conde Vittorio Cini para establecer la sede de la prestigiosa Fondazione Giorgio Cini en memoria de su hijo, que había fallecido en un accidente aéreo en 1949, comenzando una restauración integral que ha ido afectando sucesivamente a los dos claustros, el refectorio, la biblioteca de Longhena y otras dependencias, además de desarrollar desde hace más de cincuenta años una importante actividad investigadora en relación con el Arte y de la organización de eventos culturales de gran prestigio, como exquisitas exposiciones que después viajan internacionalmente, como la que en este momento está teniendo lugar en el CaixaForum de Barcelona dedicada a Piranesi, coproducida junto a FACTUM arte. 

Plano del convento de San Giorgio Maggiore

La iglesia, con trazas de Palladio, comenzó a erigirse en 1565 y aunque la muerte del arquitecto en 1580 estaba casi terminada, la fachada fue continuada por Vicenzo Scamozzi pero siguiendo los diseños de Palladio, quedando terminada en 1610.

Sería la congregación y sus precisas tradiciones litúrgicas las que condicionaron la planta longitudinal con crucero cubierto con cúpula, presbiterio y coro, que en este caso está situado detrás del altar mayor, como ya había adoptado Jacopo Sansovino en San Francesco della Vigna y que Palladio aplica aquí y después repite en Il Redentore, seguramente siendo ambos conscientes de los precedentes romanos de esta solución, que contaba con la ventaja de dar una visión interrumpida del altar.

Altar mayor de la iglesia de San Francesco della Vigna, en la que Jacopo Sansovino ya adopta la solución de ubicar el coro detrás del altar como después hará Palladio en San Giorgio Maggiore

Altar mayor de San Giorgio Maggiore, con el coro por detrás

Coro de San Giorgio Maggiore

La nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos que alojan ventanas termales y las laterales con bóvedas de arista.

Cubierta de bóveda de cañón con lunetos de la nave central y cúpula del crucero

Cúpula del crucero

Pero a pesar de su estructura longitudinal, con la nave central prolongada en el presbiterio y el coro, Palladio consigue una percepción unitaria del espacio gracias a la centralidad generada por el gran desarrollo del crucero.

Nave central. Se aprecia cómo, aun siendo una planta longitudinal, Palladio consigue una percepción unitaria del espacio

Aunque su concepto no incluye pintura mural, con un contraste entre los muros blancos y la piedra gris para los elementos estructurales, ello no impide la presencia de importantes pinturas, como la Natividad de Jacopo Bassano en el primer altar de la derecha, la Última Cena y la Caída del Maná de Jacoppo Tintoretto en los muros del presbiterio o el San Jorge matando al dragón de Vittore Carpaccio en la Sala del Cónclave que, desgraciadamente, en mi visita no estaba abierta.

Última Cena de Tintoretto en el lado de la Epístola del altar mayor

Caída del Maná de Tintoretto en el lado del Evangelio del altar mayor

San Jorge y el dragón de Carpaccio en la Sala del Cónclave de la iglesia de San Giorgio Maggiore (2)

En cuanto a la fachada, se organiza mediante cuatro columnas compuestas de orden gigante sobre altos plintos que sostienen un entablamento y un frontón clásico, una original solución de Palladio que cumple con el anhelo de dotar de clasicismo a los edificios cristianos de fachada tripartita correspondiente a un interior de tres naves adaptando el esquema de templo clásico y que supuso el desarrollo de una idea que el propio Palladio ya había manifestado en San Pietro di Castello.

Fachada de la iglesia de San Pietro di Castello, proyectada por Palladio aunque finalizada después de su muerte y de la conclusión de la de de San Giorgio Maggiore

El edificio se acabó en 1576, mientras que la fachada fue completada por Vincenzo Scamozzi en 1610, treinta años después de la muerte del maestro.

Fachada de San Giorgio Maggiore

El campanario original se derrumbó en 1442. Después de varias reconstrucciones el actual data de 1791. 

Punto de vista insólito del campanario, apreciándose su base

El monasterio cuenta con dos claustros. El más antiguo, al este del conjunto, es el llamado claustro de los Cipreses, proyectado por Giovanni Buora en 1517 y terminado por su hijo Andrea en 1540. Tiene dos plantas. La primera se organiza mediante arcos de medio punto sobre columnas jónicas y cubiertas de bóveda de arista y la segunda presenta ventanas bíforas de medio punto en las pandas norte y sur y simples vanos rectangulares en las del este y oeste. 

Panda norte del claustro de Buora

Vista del campanario desde el ángulo suroeste del claustro de Buora

Los antiguos dormitorios del monasterio, conocidos como "manica lunga" por conformar un larguísimo ámbito, ocupaban la planta superior del ala este del claustro de Buora y son la parte más antigua visitable del monasterio en la actualidad, un largo pasillo con las celdas de los monjes a ambos lados abiertas mediante simples portadas de piedra. Fueron trazados también por Buora a fines del siglo XV y la Fundación los ha transformado en una moderna biblioteca especializada en arte internacional, con una prestigiosa colección dirigida a investigadores. 

Panda con los antiguos dormitorios del monasterio, hoy transformada en una prestigiosa biblioteca de arte

Adosado a la crujía oeste del claustro de Buora se desarrolla otro claustro que se cree que sería diseñado por Palladio en la década de 1560, al tiempo que la iglesia y el refectorio, pero la primera piedra no se colocó hasta 1579 y las obras terminaron en la primera mitad del siglo XVII.

Claustro de Palladio, con el de Buora al fondo

Panda este del claustro de Palladio
En este caso, Palladio idea un claustro muy específico, con una primera planta organizada de arcos de medio punto sobre columnas nobles dispuestas en profundidad, tal y como también aparece en el monasterio benedictino de San Simpliciano de Milán, y cubiertas también de bóveda de arista, como las de Buora. 

Disposición en profundidad de las columnas y las cubiertas de bóveda de arista en el claustro de Palladio

Claustro mayor de San Simpliciano de Milán (3)

La segunda planta presenta vanos rectangulares que alternan frontones circulares y curvos.

Claustro de Palladio, con la iglesia y el campanario por detrás

Panda superior sur del claustro de Palladio
El refectorio, también diseñado por Palladio y erigido en la década de 1560, se desarrolla en perpendicular a la panda sur del claustro de Buora en su ángulo suroeste. 

Se organiza mediante una secuencia de tres espacios espectaculares ubicados a dos niveles, con una amplia escalera que conduce a una portada que es una cita precisa a un modelo romano, el de San Salvatore en Spoleto, por la que se accede a un vestíbulo con otra portada que ya abre al refectorio.

Escalera del refectorio de Palladio (4)

Este impresionante ámbito está cubierto con bóveda de cañón que en el centro de la sala se convierte en arista al intercalar otra sección de cañón en perpendicular, permitiendo así la apertura de dos enormes ventanas termales que en la actualidad, por desgracia, están cegadas, sin que quede rastro alguno de ellas en el interior, lo mismo que la que se encontraba en la cabecera.

Los grandes ventanales de los testeros laterales son restos “cinquententistas” del primer edificio que Palladio se vería obligado a incorporar a su diseño por imposición de la comunidad benedictina. 

Refectorio de Palladio
Esta magnificencia arquitectónica quedó complementada con la famosa pintura de las Bodas de Caná de Paolo Veronese, sin duda concebida para ese espacio concreto ideado por Palladio, pero que fue trasladada por Napoleón a París durante la ocupación francesa y ya nunca devuelta, en la actualidad en el Museo del Louvre. 

Bodas de Caná de Paolo Veronese en el Museo del Louvre (5)

La reconstrucción que la Fundación Cini ha realizado de este ámbito ha contado con muchos detractores, fundamentalmente por incorporar un suelo y un zócalo de madera en todo el perímetro de la inmensa sala. También se ha añadido una reproducción del cuadro de Veronese a tamaño natural que resulta muy efectista aunque también cuenta con detractores.

Alojada en la primera planta entre los dos claustros, en el siglo XVII Baldassarre Longhena se encargó de los trabajos de reconstrucción de la destruida biblioteca de Michelozzo, un gran espacio rectangular cubierto con bóveda de cañón con lunetos para las ventanas y una impresionante estantería de madera, también diseñada por el arquitecto, que cubre las paredes. 

Biblioteca de Longhena

Además de las obras de la biblioteca, por estas mismas fechas Longhena también diseñó una espectacular escalera de honor alojada en el centro de la panda oeste del claustro de Palladio.

Triple arquería que abre la escalera de Longhena al claustro de Palladio

Escalera de Longhena desde la panda superior del claustro de Palladio
Para finalizar este emocionante recorrido, mencionar que hace muy pocos años, con motivo de un homenaje de la Fundación Cini a Jorge Luis Borges, se ha construido, en el ámbito de las antiguas huertas del monasterio, el Laberinto Borges. 

Laberinto Borges

Comentarios

nacho san marcos ha dicho que…
Impresionante conjunto arquitectónico y artístico, perfectamente descrito. Sólo conozco el interior de la Iglesia, por lo que acabas de descubrirme todo un universo artístico desconocido para mi. Es curioso que San Giorgio Maggiore es el conjunto que más perspectiva tiene de la ciudad,donde hay más gente haciéndose fotos en el exterior y sin embargo hay poca visitándolo por dentro.
Sira Gadea ha dicho que…
Hola Nacho, gracias por tu comentario. Yo creo que lo que dices respecto a San Giorgio, es casi habitual para toda Venecia en general. Es una ciudad que todo el mundo reconoce, muy admirada, donde todos queremos ir pero, lamentablemente, muchas veces, la visita se queda en la mera superficie. He oído que es un gran escenario, la ciudad escenario, pero es muchísimo más que eso, está plagada de lugares impresionantes, el museo in situ más extraordinario que conozco por la armonía del conjunto, con edificios que conservan las obras de arte que se realizaron para su "decoro". Lamentablemente, como en toda Europa, la invasión napoleónica y las desamortizaciones hicieron estragos. En el caso de San Giorgio, con defensores y detractores, como casi siempre, la Fundación Cini ha ido realizando ya desde hace bastantes años una labor de restauración de la parte conventual, que ha abierto a las visitas, pero, como bien dices, no es muy conocida. Me alegra que con mi entrada haya podido "presentarte" tan extraordinario complejo. Un abrazo.
Boro ha dicho que…
Que maravilla Venecia. Cuando estuve no pude ir a visitar San Giorgio, así que ya tengo motivo (si es que hace falta uno) para volver. Supongo que lo sabes pero la reproducción de las bodas de Canaa se hizo en España, más concretamente en la empresa Factum Arte que aunque inglesa de origen tiene su sede en Madrid. Os dejo el enlace al video donde se muestra como se realiza el facsímil de la obra y no una copia, porque es exacta hasta en sus más mínimos detalles y realizada con medios mecánicos. http://vimeo.com/7313651 . En Sevilla también realizaron recientemente una recomposición iconográfica en la iglesia de San Jorge del Hospital de la Caridad, completando el ciclo creado por Murillo con copias de las obras expoliadas por el mariscal Soult durante la ocupación francesa. En este caso las copias fueron hechas por pintores. Creo que para una ciudad como Sevilla donde persisten tantas iglesias despojadas de sus obras es una buena manera de recuperar el significado de algunas iglesias, no se pretende engañar (no se si sería esto lo criticado en Venecia) ni hacer pasar las copias por originales (que nunca van a volver) si no de completar un mensaje.
Sira Gadea ha dicho que…
Me enteré hace poco de lo de la empresa Factum Arte y me acordé de lo bien que queda en el refectorio de San Giorgio la reproducción, una solución que, como apuntas, que me ha encantado, contribuye a recuperar el significado, y que estaría genial poder aplicar a otros muchos ámbitos que hoy resultan complicados de entender en su contexto histórico, despojados de gran parte de su amueblamiento. de su "decoración". De todos modos, como los edificios, como yo digo, están vivos, es complicado decidir qué época recrear, pues ya sabemos que de acuerdo a los nuevos gustos y dependiendo de como estuvieran las arcas de llenas, se hacían también muchas remodelaciones que desechaban obras de arte que hoy podríamos considerar esenciales arrinconándolas o incluso destruyéndolas. Creo que la controversia en San Giorgio tuvo más que ver con las decisiones que se tomaron más en función de la utilidad de ese ámbito en la actualidad, con un suelo y un zócalo de madera que buscaron hacerlo más acogedor como posible salón multiusos, y sin tener en cuenta los datos arqueológicos y documentales en el sentido histórico. Así, más que una restauración, lo que se produjo fue una intervención arquitectónica, lo mismo que en los antiguos dormitorios, convertidos en biblioteca.
Y tienes razón, para volver a Venecia no hace falta motivo alguno. Supongo que a poco que hayas mirado un poco el blog te habrás dado cuenta de mi absoluta y completa admiración por ella.
Boro ha dicho que…
Por ejemplo me refiero en Sevilla a la Iglesia de Santa María la Blanca y sus lunetos del Prado. No van a volver pero hacer unas reproducciones para colocarlas ahora que están restaurando la iglesia o el ciclo de San Buenaventura para los muros altos del colegio de San Buenaventura. Tiene poco sentido colgar las obras originales de nuevo allí, están a 10 metros de altura sobre los arcos de la nave central y además como es imposible recuperarlas, hace una función. Sería como ver San Rocco con cuadros más pequeños en las paredes porque los originales están fuera. A lo mejor es solo morriña de de un tiempo pasado
Sira Gadea ha dicho que…
A mí me parece una idea estupenda, la verdad.

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