La iglesia de Santiago el Real de Medina del Campo, en Valladolid
La
iglesia parroquial de Santiago el Real de Medina del Campo es el antiguo templo
del Noviciado de los Santos Pedro y Pablo de Compañía de Jesús, una muy
temprana fundación jesuítica, de 1551. Y es que la nueva orden enseguida consideró
esta localidad como próspero enclave en el que instalarse, algo que fue posible
gracias a la cesión de unas casas por don Rodrigo de Dueñas, y que como pronto quedaron
pequeñas para la labor pastoral, fue ese mismo comerciante quien compró, expresamente
para entregarles, unos terrenos situados frente a la plaza de Santiago.
En cuanto
a las obras para erigir un colegio, fueron financiadas gracias a las
disposiciones testamentarias del rico mercader don Pedro Cuadrado y su esposa, doña Francisca Manjón, que
convirtieron el altar mayor del nuevo templo en su capilla funeraria.
La cabecera a comienzos del siglo XX (1)
Aunque en
1665 el colegio sufrió un devastador incendio que afectó a parte de la iglesia,
fue rápidamente reconstruida, con obras terminadas en la década siguiente.
Pero después del
decreto de Carlos III de expulsión la Compañía de Jesús de la Corona española en
1767, el colegio-noviciado jesuítico fue clausurado, su biblioteca trasladada a las dependencias de la colegiata de San Antolín y el edificio se convirtió en fábrica de pólvora, devastado por un incendio poco tiempo después.
Lo único que se conservó fue la iglesia, entregada a la parroquia de Santiago, una de las más
antiguas de Medina del Campo, ya mencionada en la relación de parroquias de
1177, que estaba junto a la puerta de su nombre del tercer recinto de murallas
de la ciudad, justo enfrente de la de los jesuitas, trasladándose a esta nueva ubicación en 1770.
La
iglesia a comienzos del siglo XX (1)
En
1968 el templo fue declarado Bien de Interés Cultural y en la década de 2000 ha
sido sometido a una restauración integral acompañada de un estudio arqueológico
del destruido colegio anexo.
Fachada
oeste tras la restauración, donde estaba adosado el colegio y zona en la que se
realizaron las excavaciones arqueológicas
Al
exterior, muestra fábrica de ladrillo sobre basamento de piedra y deja ver la
estructura interior de pseudo naves laterales. Cuenta con una única portada a
los pies, también de piedra y de composición sencilla, con arco de medio punto
con los escudos de los mecenas en las albanegas flanqueado por columnas sobre
pedestales, entablamento con el escudo de la Compañía enmarcado por sendas volutas sobre el que hay un escudo real de Carlos III colocado tras la expulsión de la Orden. En el eje de la fachada sobre la portada se ubica una ventana que ilumina la nave a la altura del
coro.
Alzado
de la fachada principal, con la torre erigida después de la expulsión de los
jesuitas para sustituir la espadaña original (2)
Fachada
principal
Portada
La torre
también está a los pies y data de fines del siglo XVIII, cuando ya era
parroquia, construida sustituyendo a la primitiva espadaña. Presenta tres
cuerpos, el primero con un único vano abocinado de medio punto, el segundo con
pequeños vanos rectangulares y el tercero, el cuerpo de campanas, con dobles
ventanas de arco de medio punto.
La
traza del conjunto colegial sería dada por el arquitecto recién ingresado en la orden fray
Bartolomé de Bustamante, que antes de ingresar en Compañía ya había trabajado
como arquitecto en el Hospital Tavera de Toledo, y por el propio propio San
Francisco de Borja, con el que Bustamante había actuado de secretario, ambos con una estancia de varios meses en Roma con San
Ignacio de Loyola, en contacto con las nuevas doctrinas que se estaban
debatiendo en Trento y con la conformación de una nueva arquitectura acorde a las necesidades de la
nueva Orden, y que en 1553 también presidió la ceremonia de colocación de la
primera piedra. De todos modos, esta traza inicial se entiende como un bosquejo
en el que aparecerían las líneas generales y distribución de las partes, no una
planta arquitectónica con medidas y cotas y, mucho menos, alzados, de cuyo
autor no se tiene certeza.
Su disposición
definitiva se
articulaba en torno a varios patios o “corrales” comunicados mediante
corredores. Los espacios anejos al templo estaban ocupados por las aulas de
filosofía, junto al atrio de entrada, y gramática y moral, hacia la cabecera,
unidas por un largo pasillo paralelo al eje longitudinal de la iglesia por el
lado de la Epístola.
La
iglesia empezaría a levantarse en 1557 y se
conformó como modelo que después seguirán las iglesias jesuíticas, ajustado a las directrices
de lo que en ese momento se estaba debatiendo en Trento, sin nartex, para que el
fiel fuera proyectado directamente al cuerpo de la iglesia, una única nave, en
este caso de cuatro tramos, para que la congregación estuviera reunida y concentrada
ante el altar mayor, tres capillas laterales entre contrafuertes e interconcectadas
para que la devoción en ellas no interrumpiera los ritos desarrollados en la
iglesia, gran crucero pero con transeptos de escaso desarrollo y cabecera de
testero plano. También tiene coro alto a los pies.
Plano
de la iglesia de Santiago el Real de Medina del Campo (2). Las indicaciones son
mías
Sección
transversal de la nave central hacia el altar mayor (2)
Nave
hacia los pies, con arcos de medio punto que abren a las capillas laterales y
coro a los pies
Aunque
la cubierta es todavía de crucería estrellada tardogótica, su decoración es
renaciente y ya introduce arcos de medio punto, tanto fajones como formeros y en la apertura a las capillas laterales, que sí presentan cubierta de cañón con lunetos.
Cubierta
de crucería tardogótica a base de terceletes y combados
Tras
la cabecera está la sacristía y a continuación, en el lado del Evangelio, una capilla relicario. La sacristía
cuenta con una tabla flamenca anónima de la segunda mitad del siglo XVI que
representa el Llanto sobre Cristo muerto.
Sección
transversal de la sacristía, detrás del altar mayor, con la capilla relicario a
la derecha (2)
Tabla
con Llanto sobre Cristo muerto en la
sacristía
La capilla
relicario es un espacio rectangular con cubierta de bóveda de cañón con lunetos
y cabecera con cúpula vaída, decorada con pinturas murales y labores de yeso de
gran vistosidad y con las pareces completamente cubiertas de relicarios de muy
distintos tipos, destacando los de busto de santos y santas. Fue completamente
reconstruida, bajo la dirección de Juan Guardado, tras el incendio de 1665 que
afectó a la cabecera del templo, cuando se decide dedicar la capilla a san
Francisco de Borja, fundador del colegio, de ahí que se incorpore un retablo
bajo su advocación, con una escultura del santo y lienzos con escenas de la
Vida de la Virgen.
Capilla
relicario (3)
Estos
espacios fueron muy habituales en las iglesias de la Compañía desde fines del siglo XVI, sobre todo en la
provincia de Valladolid, llegando a su momento
cumbre en la segunda mitad del XVII. En ellos, todas las disciplinas artísticas
se ponen la servicio de un mensaje claramente contrarreformista que busca
ensalzar la vocación misionera de la orden y su entrega incluso hasta el
martirio.
El retablo
mayor de la iglesia fue realizado por el ensamblador Sebastián López a partir de 1595, con
obra escultórica de Adrián Álvarez, Pedro de la Cuadra y Juan Montejo. Los dos
primeros estuvieron trabajando al mismo tiempo en el de la iglesia de la Casa Profesa de San Ignacio en Valladolid, con grandes similitudes y con
articulaciones que parecen inspirarse en el modelo de Juan de Herrera para la
basilica de San Lorenzo de El Escorial.
Retablo
mayor de la basílica de San Lorenzo de El Escorial
Retablo
mayor de la iglesia de la Casa Profesa de San Ignacio en Valladolid, con el que el de
Medina guarda mucha similitud
Retablo
mayor de Santiago el Real de Medina del Campo
Cuenta
con banco con cuatro relieves con las Virtudes Cardinales, dos cuerpos de tres
calles y dos entrecalles laterales, organizados mediante columnas jónicas y
corintias respectivamente y ático.
Relieve
de la Prudencia
Relieve
de la Justicia
El
primer cuerpo presenta una figura Santiago, actual titular de la iglesia, procedente
de su antigua parroquia y ubicada aquí tras la expulsión de los jesuitas y su
cambio de advocación, flanqueada por las escenas del Ciclo de la Infancia de
Cristo de la Natividad y la Circuncisión.
La Natividad
Imagen de Santiago sobre el sagrario
La
Circuncisión
En el
centro del segundo cuerpo aparece un relieve con los Santos Pedro y Pablo,
antiguos titulares de la iglesia jesuítica, flanqueados por las escenas de
la Epifanía
y de Cristo ante los doctores. Las
entrecalles de los extremos están ocupadas por hornacinas con tallas de bulto
de los cuatro Doctores de la Iglesia, los santos Agustín, Ambrosio, Gregorio Magno y Jerónimo.
Segundo
cuerpo del retablo mayor, con la Epifanía, los Santos Pedro y Pablo y Cristo entre los doctores
San
Gregorio Magno
San
Ambrosio
Finalmente,
en el ático se desarrolla el habitual Calvario,
y sobre los ejes de las columnas de los cuerpos bajos se presentan figuras de
bulto que podrían ser Abraham, Moisés, David y Salomón.
Ático
del retablo mayor
En la
pared del Evangelio del altar mayor se disponen, bajo arcosolio de medio punto,
entablamento y frontón partido, las esculturas orantes de los comitentes del
templo, don Pedro Cuadrado y doña Francisca Manjón, que en la pared de la
Epístola se corresponde con otro arco igual pero sin profundidad y en el que
se dispone un gran escudo de Carlos III y, por lo tanto, posterior a la expulsión de los jesuitas.
Altar
mayor, con el arcosolio de los comitentes a la
izquierda
Detalle
de los orantes
Escudo de Carlos III en la pared de la Epístola del altar mayor
El
otro elemento funerario es la lápida de don Zenón de Somodevilla y Bengoechea, primer marqués de la Ensenada, fallecido en
1781 y enterrado en la iglesia aunque después sus restos fueran trasladados al
Panteón de Marinos Ilustres de Cádiz. Se encuentra empotrada en el muro de la
Epístola justo antes del crucero.
Lápida
funeraria del I marqués de la Ensenada
En
1635 los muros testeros del crucero fueron amueblados con sendos retablos
relicarios que siguen la traza de los realizados para la iglesia la Casa
Profesa de San Ignacio en Valladolid, que a su vez tomaron la referencia de la
decoración realizada por Girolamo Rainaldi para la fachada de San Pedro del
Vaticano en la ceremonia de canonización de San Carlos Borromeo, y que tan
habituales son en las iglesias jesuitas, en una conformación a ambos lados del
altar mayor que toma como referente los armarios relicarios de la basílica de
San Lorenzo de El Escorial.
Crucero
de Santiago, con los retablos relicario a ambos lados del altar mayor
Detalle
de un grabado con la decoración de Girolamo Rainaldi para la fachada de San
Pedro del Vaticano en la ceremonia de canonización de san Carlos Borromeo (4)
Dibujo
de uno de los retablo relicario de iglesia la Casa Profesa de San Ignacio en
Valladolid (4)
Las
imágenes titulares son, a izquierda y derecha respectivamente, Jesús atado a la columna y la Virgen con el Niño, realizadas entre
1563 y 1565 por el hermano Domingo Beltrán. Además, ambos conjuntos están
plagados de bustos con reliquias de distintos santos.
Los
muros entre los nervios de arranque de las cubiertas del crucero y la cabecera presentan
decoración de pintura mural, sin que haya encontrado información sobre ella y
siendo difícilmente distinguible. Una de las escenas mejor conservadas parece reflejar
una Circuncisión.
Circuncisión en el crucero del Evangelio
En
cuanto a los retablos de los brazos del crucero, ambos proceden de la
desaparecida parroquia de San Martín, hoy sede de la Fundación Museo de las
Ferias. El de la Epístola ocupaba la capilla de Palomares de dicha iglesia y el del Evangelio era el retablo mayor de San Martín, obra anónima fechada en la
década de 1530 que se considera una de las más notables de la retablística
castellana de la época, por la calidad de sus piezas y por la traza de su
arquitectura, que ya muestra elementos estructurales y decorativos plenamente
renacientes, con grutescos, mascarones, centauros, animales fantásticos y
guirnaldas, mezclando talla de importación flamenca y tablas de un artista
castellano que desarrollan el Ciclo de la Vida de la Virgen. En
2006 fue restaurado gracias a un convenio entre la Diputación de Valladolid, el
Arzobispado y la Junta de Castilla y León.
Crucero
del Evangelio, con el retablo relicario de Cristo atado a la columna y el
retablo mayor de la desaparecida iglesia de San Martín
Detalle
de las escenas de la Natividad y la Epifanía del retablo mayor de San Martín
Esta
presencia en el conjunto de obras flamencas y castellanas es fiel reflejo del
intenso contacto comercial entre la Corona de Castilla y los Países Bajos que
caracterizó el periodo entre fines del siglo XV y las primeras décadas del XVI,
con sus centros principales en Burgos, Medina del Campo, Amberes y Bruselas y
que dejó una importante plasmación en el arte, con una alta producción de obras
además de influencias mutuas de sus distintas corrientes artísticas, contexto
en el que se enmarca este retablo.
Junto
a este retablo, al lado del acceso a la primera capilla del Evangelio desde el
crucero, se encuentra una Anunciación del
siglo XVII de Diego Valentín Díaz que responde a los dictados
contrarreformistas de ceñirse a los textos sagrados.
Anunciación de Diego Valentín Díaz
En la
primera capilla del Evangelio hay dos Crucificados, el Santo Cristo de la
Agonía, el titular, atribuido al jesuita Domingo Beltrán, y otro más pequeño
puesto en relación con los seguidores de Berruguete.
También
destaca una Virgen de la Expectación en
tercera capilla de la Epístola, talla gótica del siglo XIV procedente de la
desaparecida parroquia de Nuestra Señora de la Antigua, con policromía añadida
con posterioridad, a fines del siglo XVI o comienzos del XVII.
Es
una Virgen embarazada, también denominada como “de la Esperanza” o “de la O”,
pues así comenzaban las antífonas cantadas durante la liturgia de la semana
anterior a Navidad, en torno al 18 de diciembre, fiesta de la Expectación de la
Virgen. Lo habitual era encontrarlas en el grupo de la Visitación, con la
Virgen y su prima Isabel representadas en avanzado estado de gestación.
El retablo mayor de San Martín en Medina del Campo
La ex-colegiata
de San Antolín de Medina del Campo (pendiente)
Otras IGLESIAS:
Cartuja
de Miraflores de Burgos
Santa
María la Real de Aranda de Duero, en Burgos
Santa
María de la Asunción de Gumiel de Izán, en Burgos
San Miniato al Monte de Florencia
San
Esteban de Salamanca
"La Clerecía" de Salamanca
San
Vicente de Ávila
San
Ildefonso de Toledo
San
Román de Toledo
San
Sebastiano en Venecia
San
Zaccaria en Venecia
San
Giacomo da l’Orio en Venecia
Imágenes ajenas:
(1) http://www.delsolmedina.com/Medina2009/Entresiglos1854-1970/EDIFICIOS%20RELIGIOSOS%20I-Fotos.htm
(4) URREA,
J., “Los relicarios de la Compañía de Valladolid”. Boletín del seminario de Estudios de Arte y Arqueología, nº 48,
CSIC, 1982, pp. 430-435.
Fuentes:
MOYANO,
A., Guía del viajero en Medina del Campo,
Medina del Campo, 1891.
RODRÍGUEZ
G. DE CEBALLOS, A., “Francisco de Borga, promotor de la arquitectura jesuítica
en España, Italia y América”. Revista
Borja. Revista de l'Institut Internacional d'Estudis Borgians, 2013, nº 4,
pp. 617-630.
URREA,
J., “Los relicarios de la Compañía de Valladolid”. Boletín del seminario de Estudios de Arte y Arqueología, nº 48,
CSIC, 1982, pp. 430-435.
http://www.museoferias.net
Comentarios
Por eso cuando se viaja por ahí, nunca conviene despreciar algo por su envoltorio.
Un saludo.
Tu sincero admirador,
Ray.