La
capilla de la Purificación de la Virgen, en la girola de la catedral de Burgos, es uno de los ámbitos funerarios más espectaculares de la península, mandado erigir por
doña Mencía de Mendoza y Figueroa, de amplia cultura humanística, hija del poeta don Íñigo López de Mendoza, I marqués de Santillana, y hermana del
Gran Cardenal Mendoza, para su propio enterramiento y el de su esposo,
don Pedro Fernández de Velasco y Manrique de Lara, II conde de Haro y I Condestable de Castilla de la casa Velasco, cuando el cargo se convierte en hereditario, de ahí que sea popularmente conocida como “capilla de los Condestables”.
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Cúpula de la capilla de los Condestables |
Este tipo de fundaciones respondían a unas inquietudes concretas. Y es que durante la Baja Edad Media el cristianismo tomó conciencia de que la Parusía y el Juicio Final anunciados en el Apocalipsis de San Juan no iban a ser inmediatos, formándose la idea de un juicio individual justo después de la muerte que dio origen al concepto de Purgatorio, un lugar intermedio antes de alcanzar el Paraíso al que los purgantes podrían llegar dependiendo de las misas, oraciones y buenas obras que los vivos ofrecieran por ellos después de su muerte.
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Pintura mural en el Duomo de Florencia de Domenico di Michelino fechada en 1465 de una recreación del Purgatorio a partir de la descripción de Dante en la Divina Comedia |
Así, a partir del siglo XV, en un periodo de constante preocupación por la salvación del alma, comienzan a fundarse infinidad de capellanías privadas en monasterios, catedrales y parroquias en las que celebrar misas por las almas de sus comitentes.
Pero con la introducción del Humanismo, a estos fines religiosos, las fundaciones también empezaron a querer mostrar el poder y el prestigio de los difuntos en vida, y quizá sea esta capilla de los Condestables el primer ejemplo nobiliario en este sentido, conformada como una demostración del poder del matrimonio y de una nueva forma de enfrentarse a la muerte que implicaba un profundo cambio de mentalidad, pues a los valores netamente cristianos de salvación de las almas, el proyecto añadió el profundo deseo de que su recuerdo perdurara a través de los tiempos mediante una construcción arquitectónica, dentro de la idea humanista que defendía que por encima de sus hazañas, los grandes hombres serían recordados por sus empresas constructivas, una inmortalidad también laica, la pervivencia de la casa y el linaje, cuestión que tuvo muy en cuenta doña Mencía.
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Retrato de doña Mencía de Mendoza, en el lado del Evangelio de la propia capilla, junto al de su esposo (1) |
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Ubicación de los retratos en la capilla (2) |
Y es que, como el Condestable estuvo ausente durante largos periodos participando en los conflictos bélicos de los reinados de Enrique IV y los Reyes Católicos, fue la duquesa la que se encargó de la administración de sus bienes y rentas, de la complicada negociación para lograr convertir la capilla central de la girola en su recinto funerario y de la marcha de las obras de la misma, además de encargarse de las de la Casa del Cordón en la ciudad de Burgos y de la Casa de la Vega, una finca en Gamonal, de ahí que la leyenda cuente que al regreso del marido de la conquista de Granada ella le dijera:
“ya tienes palacio en el que morar, quinta en que holgar y capilla en que orar y te enterrar” (3).
También fue ella la que eligió como arquitecto a Simón de Colonia, que había heredado el cargo de maestro de la catedral de su padre, Juan de Colonia. La construcción se inició en 1482 y en 1494 ya estaba cerrada la espectacular bóveda, pendiente de algunas obras menores y del amueblamiento, modificando sustancialmente el perfil de la catedral al incorporar una gran capilla en su cabecera que parecía entrar en conflicto con el propio cimborrio del crucero, además de convertirse en una de las construcciones más emblemáticas de la arquitectura peninsular de fines del siglo XV.
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Estampa publicada en PÉREZ DE VILLA-AMIL, G. (Dir.), España artística y monumental: vistas y descripción de los sitios y monumentos más notables de España, Vol. 1, Alberto Hauser, 1842-1850 (4) |
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La capilla, situada en el eje longitudinal de la catedral, parece incluso entrar en competencia con el cimborrio del crucero |
La capilla se articula como prolongación a partir del centro de la girola, en axialidad con el altar mayor de la catedral, donde estaba otra capilla dedicada a San Pedro, que ahora se convierte en vestíbulo del nuevo recinto funerario, y a partir del que se desarrolla un ámbito de planta octogonal algo irregular, al tenerse que adaptar al espacio existente, y con pequeñas prolongaciones laterales a modo de crucero, consiguiendo conformarse como espacio centralizado y construcción aneja e independiente porque conforma un templo propio con su propia sacristía.
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Sección longitudinal de la Catedral de Burgos (5), con la capilla justo en el eje |
En cuanto a los antecedentes de esta construcción, hay autores que creen que este tipo de ámbitos funerarios centralizados se basan en la idea martirial de la antigüedad pero tamizada a través de la qubba funeraria de la arquitectura andalusí, como la Capilla Real de Alfonso XI en la mezquita de Córdoba, y que explicaría su fuerte tradición en Castilla durante la Baja Edad Media frente a otros territorios europeos.
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Capilla Real de Alfonso XI en la mezquita de Córdoba (6) |
Sin embargo, otros consideran que su modelo más directo estaría en los grandiosos sepulcros de los duques de Borgoña en medio del coro de la iglesia la Cartuja de Champol de Dijón, destruidos durante la Revolución Francesa y con reproducciones a partir de los fragmentos conservados en el Musée des Beaux Arts de Dijon, poniéndolos en relación con la hipótesis de que Juan de Colonia incluso hubiera sido arquitecto de los duques.
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Lean-Baptiste Lallemand, Vue de l'intérieur du choeur des Chartreaux de Dijon, église de l'ancienne chartreuse de Champmol. Gravure. Dijon. Musée des beaux-arts (7) |
Lo que no parece generar dudas es que el artista tenía que conocer el espacio centralizado de la basílica de San Gereón en la propia Colonia, en un ámbito prerrománico a la manera de los martyria romanos o los mausoleos imperiales que pasan a lo bizantino y lo carolingio y con una estructura que seguirá usándose en las abundantes reinterpretaciones del Santo Sepulcro y en otras construcciones centrales de salas capitulares o baptisterios exentos.
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Basílica de San Gereón en Colonia (8) |
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Planta de bóvedas de la Catedral de Burgos (5) y detalle de las de la Capilla de los Condestables |
Las jambas de acceso muestran una Anunciación de características todavía góticas y la reja que cierra la capilla, instalada en 1523, fue realizada por Cristóbal de Andino con dos cuerpos de balaustres entre pilastras, ancho friso y remate con templete clasicista con dos ángeles tenantes sujetando las armas del fundador. Está firmada en una cartela donde puede leerse “Ab Andino”.
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Antigua capilla de San Pedro conformada como vestíbulo, con la Anunciación en las jambas, los dos antiguos sepulcros y la reja de Cristóbal de Andino de 1523 (9) |
A ambos lados se conservan dos arcosolios también góticos pertenecientes a los obispos de Burgos Pedro Rodríguez de Quexada, a la izquierda, y Domingo de Arroyuelo, a la derecha, y que ya estaban en la antigua capilla de San Pedro, después conformada como vestíbulo de la de los Condestables. El del obispo Quexada cuenta con urna más antigua que el resto que representa el entierro del finado, sobre el que aparece el yacente con vestidura episcopal.
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Arcosolio del obispo Rodríguez de Quexada |
En cuanto al del obispo Arroyuelo, muestra yacente con hábito pontifical y una imagen con la Virgen flanqueada por dos ángeles en el tímpano, con urna también más antigua que el resto con los Apóstoles flanqueando al Salvador.
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Arcosolio del obispo Arroyuelo |
El alzado muestra tres cuerpos. Primero encontramos un gran muro ciego inferior sobre el que se asienta casi toda la escultura monumental, con un Apostolado y los santos Juan Bautista, Agustín y Jerónimo, todos bajo doseletes, esculturas de bulto realizadas por Simón de Colonia, ubicadas en los pilares, y una decoración heráldica que adquiere gran protagonismo, con dos grandes escudos en los testeros que flanquean el altar mayor.
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Vista general de la capilla |
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Alzado (5) |
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Detalle de las esculturas bajo doseletes adosadas a los pilares y del escudo de don Pedro |
A continuación encontramos un andito de arcos con una exquisita decoración angrelada ligeramente apuntados abarcados por otros conopiales rematados con heraldos con los estandartes, y de nuevo la heráldica en los antepechos, con escudos sostenidos por dos salvajes en el lado del Evangelio y por dos mujeres coronadas, también velludas, en el de la Epístola.
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Escudo de don Pedro Fernández de Velasco y Manrique de Lara sostenido por tenantes salvajes en el lado del Evangelio |
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Escudo de doña Mencía Mendoza de Figueroa sostenido por tenantes coronadas salvajes en el lado de la Epístola |
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Detalle del angrelado de uno de los arcos |
Sobre el andito aparece un doble juego de ventanas tripartitas de tracería gótica con vidrieras realizadas por Arnao de Flandes el Viejo, maestro vidriero de la catedral desde comienzos del siglo XVI. En los ventanales bajos se desarrolla el Ciclo de la Infancia de Cristo y en los superiores aparecen santos.
Y llegamos a la compleja bóveda de crucería, que está compuesta por dos estrellas de ocho puntas, una englobada por la otra y completamente calada, creando una mágica luz cenital que inunda el espacio, metáfora de la luz de Cristo, un procedimiento de raíz islámica pero aplicado con técnica constructiva del gótico final traído de Flandes y Alemania y que quizá Juan de Colonia ya utilizara en el destruido cimborrio del crucero de la catedral en el siglo XV. También destacan las dos novedosas trompas de intercesión en el lado de unión con la antigua capilla de San Pedro.
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Doble juego de ventanas y bóveda en la capilla, con las trompas de intercesión en la parte alta de la fotografía |
Don Pedro murió en 1492 y doña Mencía en 1500, cuando todavía no estaba terminada la decoración de la capilla. El programa iconográfico se proyectó dividiendo el espacio en dos ámbitos canónicos, con el femenino al lado de la Epístola y dedicado a doña Mencía, y el masculino en el Evangelio, dedicado a don Pedro.
En 1517 Francisco de Colonia añadió una sacristía en la que destaca la portada, que ya demuestra ornamentación renaciente, un pequeño vano de dimensiones funcionales con arco escarzano decorado con hojas de acanto, flanqueado por pilastras con grutescos.
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Fotografía de Otto Wünderlich de ha. 1920-36. A la derecha se ve la disceta entrada a la sacristía. También se ven los retratos de los condes en sus respectivos ámbitos, el de ella bajo su escudo en el lado de la Epístola y el de él en el del Evangelio (10) |
El retablo de Santa Ana, en el brazo de la Epístola, se considera el más antiguo de los tres que decoran la capilla, encargado a Gil de Siloe, que diseñó las trazas y realizó gran parte de la labor escultórica, aunque la muerte de doña Mencía, que provocó la paralización de los trabajos de amueblamiento de la capilla, y la posterior del artista, hicieron que hubiera que esperar más de veinte años para que entre 1523 y 1526 Felipe Vigarny y Diego de Siloe, artífice, entre otras piezas, del Cristo muerto sostenido por ángeles del nicho central del cuerpo bajo, colaboraran en la terminación de la obra.
En cuanto a la policromía, quizá hubo una primera capa de época de Gil de Siloe a cargo de Antonio de la Cruz y cuando la obra fue retomada por Diego de Siloe y Vigarny, León Picardo le aplicaría una segunda policromía, compaginando esa labor con la del otro retablo lateral, dedicado a San Pedro.
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Retablo de Santa Ana en el brazo de la Epístola |
Protagonizado por santas, con Santa Ana Triple como figura principal, se cree que buscaba mostrar las cualidades de la condesa y la mayoría de las esculturas presentan un estilo claramente flamenco, con ajustados corpiños, faldas ampulosas, ricos tocados y unas actitudes llenas de delicadeza e ingenuidad. También se le conoce como “de las Once Mil Vírgenes” por las figuritas de santas que aparecen, aunque no está claro que su iconografía esté relacionada con Santa Úrsula, que no ha podido identificarse con ninguna de ellas.
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Detalle de la talla de Santa Ana, con la Virgen y el Niño (11) |
En cuanto al retablo de San Pedro en el brazo del Evangelio, patrón del Condestable, además de una deferencia por la antigua advocación de la capilla gótica, muestra una traza de características renacentistas que se considera diseño de Diego de Siloe, con esculturas de éste y de Felipe Vigarny y policromía de León Picardo, lo mismo que la terminación del de Santa Ana.
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Retablo de San Pedro en el brazo del Evangelio |
Cuenta con las esculturas de San Pedro y los Apóstoles, San Andrés como patrono y protector de la familia Velasco, y los santos Francisco, Jerónimo, Benito y Domingo, fundadores de las principales órdenes religiosas que la familia había protegido. La aparición de San Jorge, está en relación con las virtudes que formaban parte con el ideal de los caballeros.
El retablo mayor que hoy presenta la capilla no sería el primitivo encargado por doña Mencía, pues el contrato para su realización tiene fecha de 1523, cuando la fundadora ya hacía años que había fallecido, firmado por los escultores Diego de Siloe y Felipe Vigarny con policromía de León Picardo, acabado en 1526.
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Retablo mayor |
Este retablo supone la introducción en Castilla de la imaginería de tamaño natural y de una novedosa estructura arquitectónica que se cree obra de Vigarny. Cuenta con predela con los relieves de la Anunciación, la Visitación y la Natividad, las dos últimas adscritas a Diego de Siloe.
A continuación se ubica un primer cuerpo de gran desarrollo que aloja una gran escena de Presentación en el Templo, bajo dosel y con un aspecto muy teatral.
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Escena central de la Presentación en el Templo |
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Detalle de la escena central |
Después aparece un cuerpo alto flanqueado por las Alegorías de la Ley de Gracia o Iglesia Judaica y la Ley Escrita o Iglesia Cristiana con un tabernáculo central con tres hornacinas que contienen una Oración en el Huerto, Cristo atado a la Columna y la Subida al Calvario.
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Segundo cuerpo, flanqueado por la Alegorías de la Ley de Gracia o Iglesia Judaica y la Ley Escrita o Iglesia Católica |
Finalmente, el retablo está rematado por un ático con el habitual Calvario, aunque el Crucificado y los ladrones se cree que pertenecerían a aquel primer retablo iniciado por Gil de Siloe, lo mismo que una serie de pequeñas escenas relacionadas con el Ciclo de la Pasión de Cristo ubicadas entre las columnas laterales, algunas parcialmente tapadas, que además de presentar diferencias estilísticas, son piedra policromada, mientras que el resto es de madera. El Crucificado está flanqueado por la Virgen y San Juan, tallas realizadas en el segundo periodo y que completan la escena.
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Calvario del ático |
En las claves de la bóveda aparecen los Apóstoles y los Evangelistas y dos altorrelieves con la Circuncisión y la Presentación de Jesús en el templo atribuidas a Gil de Siloe y su taller y que también debieron pertenecer al mencionado antiguo retablo de Gil de Siloe.
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La sillería del coro también es de Vigarny |
Aunque no son muchas las pinturas en este ámbito, hay que destacar una Virgen con Niño en un paisaje, obra hispano-flamenca de fines del siglo XV, una Magdalena penitente de Giovanni Pietro Rizzoli, “El Giampietrino”, donada a la capilla por don Pedro Fernández III de Velasco, nieto de los fundadores, y que en su día decoró la sacristía, o un Cristo Crucificado de Mateo Cerezo, además de los mencionados retratos de los duques.
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Virgen con Niño en un paisaje |
El sepulcro de los fundadores ocupa el centro de la capilla, frente al altar mayor. La obra se atribuye a Felipe Vigarny, realizada entre 1525 y 1532, en jaspe rojizo con forma troncopiramidal y sin ornamentación, lo que hace resaltar la blancura de las esculturas de los yacentes en mármol de Carrara.
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Los sepulcros de los Condestables frente al altar mayor |
Las figuras de los yacentes se cree que son de dos épocas distintas y su autoría no está clara. El de la condesa podría haber sido realizado por Juan de Lugano por encargo del IV Condestable, su nieto. Ambos muestran ricas vestiduras como símbolo de su prestigio social, él con armadura, y van acompañadas de sus atributos, don Pedro con las manos cruzadas sobre su pecho sujetando la empuñadura de la espada y doña Mencía con un rosario que cae sobre su túnica. También destacan las cartelas a los pies con los epitafios.
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Yacentes |
“Aquí yace el muy ilustre señor don Pedro Fernández de Velasco, condestable de Castilla, señor del estado y gran casa de Velasco, hijo de don Pedro Fernández de Velasco y doña Beatriz Manrique, condes de Haro. Murió de sesenta y siete años, año de mil cuatrocientos y noventa y dos, siendo solo virrey de estos reinos por los Reyes Católicos”.
“Aquí yace la mujer y señora doña Mencía de Mendoza, condesa de Haro, mujer del condestable don Pedro Fernández de Velasco, hija de don Iñigo López de Mendoza y de doña Catalina de Figueroa, marqueses de Santillana. Murió de setenta y nueve años, año de mil y quinientos”.
Por último, también destaca la decoración escultórica exterior, con los pináculos decorados, probablemente por Simón de Colonia y el resto de Vigarny y Siloe.
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Exterior de la capilla |
La condesa quiso adquirir concretamente la capilla con la que podría modificar al exterior la imagen del ábside de la catedral, además de incluir en su decoración, tanto interior como exterior, unos imponentes escudos y emblemas de los Velasco-Mendoza, una heráldica hasta ese momento inexistente en un patronato nobiliario.
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Escudo de doña Mencía en el lugar más destacado del exterior de la capilla |
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Grabado del siglo XVI en el que a la derecha se distingue la catedral y la volumetría de la capilla (5) |
También pueden verse la cruz de Jerusalén, las aspas de San Andrés, el sol radiante de San Bernardino… portados por leones rampantes, pajes, ángeles o salvajes como si estuvieran celebrando una gran ceremonia cortesana.
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Leones rampantes con las cruces laureadas de San Andrés y de Jerusalén |
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Ángeles con el sol de San Bernardino |
(5) CLEMENTE, C. y CANTERA, J., “Levantamiento de la Catedral de Burgos”, Informes de la Construcción, Vol. 41 n.° 401, mayo/junio, 1989, pp. 15-24.
CLEMENTE, C. y CANTERA, J., “Levantamiento de la Catedral de Burgos”, Informes de la Construcción, Vol. 41 n.° 401, mayo/junio, 1989, pp. 15-24.
CROSAS, F., “Las lecturas de doña Mencía: la iconografía del retablo de Santa Ana de la capilla del Condestable de la Catedral de Burgos”, Letradura. Estudios de literatura medieval, nº 13, 1997, pp. 207-216.
MARTINEZ ABELENDA, D., “La escultura de la Capilla del Condestable en la Catedral de Burgos”, Boletín de la Institución Fernán González, nº 134, Año 35, 1er trim, 1956, pp. 59-65.
MARTÍN MARTÍNEZ de SIMÓN, E., “Un modelo funerario de la escuela burgalesa: las capillas centrales de la segunda mitad del siglo XV en Burgos”, Anales de Historia del Arte, vol. 23, nº especial, 1013, pp. 273-287.
ORCAJO, P., Historia de la Catedral de Burgos, Burgos, 1865.
PORRAS GIL, Mª P., “La capilla de la Purificación en la catedral de Burgos. Mirar desde el Humanismo, ver la Antigüedad desde la forma”, Boletín del Seminario de Estudios de Arte, nº 74, 2, 2008, Valladolid, Universidad de Valladolid, pp. 67-88.
RODRÍGUEZ G. de CEBALLOS, A. y NOVERO PLAZA, R., “La representación del poder en monumentos funerarios del barroco español. Los sepulcros de los condes de Monterrey en las Agustinas Descalzas de Salamanca”. En CABAÑAS, M., LÓPEZ-YARTO, A. Y RINCÓN, W. (coord.), Arte, poder y sociedad en la España de los siglos XV a XX, 2008, pp. 253-264.
RUIZ SOUZA, J.C., “La planta centralizada en la Castilla Bajomedieval: entre la tradición martirial y la qubba islámica. Un nuevo capítulo de particularismo hispano”, Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, Universidad Autónoma de Madrid, nº 13, 2001, pp. 9-36.
RUIZ SOUZA, J.C., “Castilla y la libertad de las artes en el siglo XV. La aceptación de la herencia de Al-Andalus: de la realidad material a los fundamentos teóricos”, Anales de Historia del Arte, Vol. 22, Núm. Especial: El siglo XV hispano y la diversidad de las artes, 2012, pp. 123-161.
YARZA LUACES, J., La Nobleza ante el Rey. Los grandes linajes castellanos y el arte en el siglo XV, Madrid, El Viso, 2003.
Comentarios
Es secundario, pero no acabo de ver lo del retraso de la Parusía (eso, en todo caso, sería en las primeras décadas del cristianismo). Lo de que el Purgatorio surge en la Baja Edad Media, aunque ya sé que es bastante general leerlo en manuales de historia y arte, no deja de ser una idea muy discutible. En la wikipedia hay una buena explicación: http://es.wikipedia.org/wiki/Purgatorio
Bienvenido a viajar con el arte, encantada de encontrarte por aquí y de poder leer tus aportaciones. Muchas gracias.
Esta capilla, juntó con la de Álvaro de Luna en la de Toledo y la de los Vélez en la de Murcia, conforman un trío impresionante.
¿el titular no era además duque de Frias?
Anotar como curiosidad que de los hijos del marqués de Santillana, ninguno se apellidaba igual, llamándose Hurtado de Mendoza, López de Mendoza, González de Mendoza, Suárez de Mendoza, Lasso de Mendoza, Mendoza, de la Vega...
Para evitar este galimatías se hizo la ley del registro civil, ya en el siglo XIX.
Un saludo.
Es un gustazo leerte y ver tus fotos. Esta capilla es una joya, casi de encaje. Si no recuerdo mal, ¿se derrumbó hace años? Si fue así me alegro que esté perfectamente restaurada. Gracias por tu artículo.
Ignacio /Frikipiedras
JL
¿Conoces el retablo de Santa Maria la Blanca en Villalcázar de Sirga? Estuvimos por allí y el publicado unas fotos que te pueden interesar sobre el tramo del Camino de Santiago entre Frómista y Carrión de los Condes.
Buen fin de semana.
Ignacio/ Frikipiedras
Bien recientemente he visitado Burgos han sido cuatro días maravillosos por la ciudad en general y por su joyas en particular, la Catedral sin comentarios (no tiene nada que envidiar a las de Estrasburgo o Friburgo) (salvando las diferencias) que son muchas; la Cartuja de Miraflores una exquisitez y el Monasterio de la Huelgas de obligada visita.
Me gusta viajar, la fotografía y así estas dos aficiones unidas hicieron que creara un blog sin otra pretensión que la de compartir. ¿Te importaría que tome parte de tus escritos para algunas de mis entradas, sobre Burgos?.. Por eso cuando tomo prestado suelo poner un enlace hacia la página en cuestión en un LEER MÁS. Si te parece esta invitada a conocer mi blog antes de contestar y así dar una mirada no sea que no lo consideres apropiado para difundir tu contenido. Sin más me despido con un hasta luego, pues espero tu visita.
Recibe un cordial saludo desde Barcelona.