Las Bernardas de Alcalá de Henares, en Madrid
El convento femenino cisterciense de San Bernardo, en la
plaza a la que da nombre en la ciudad complutense, junto al Salón de Concilios del Palacio
Arzobispal y al exconvento de la Madre de Dios convertido en Museo Arqueológico
Regional, fue fundado en la segunda década del siglo XVII por el cardenal don
Bernardo de Sandoval y Rojas, mecenas de artistas y escritores como Cervantes, Góngora, Salas Barbadillo o Vicente Espinel, pariente de don Francisco de Sandoval y Rojas, I duque de Lerma, el valido de Felipe III, y señor de la villa clerical de Alcalá de Henares, dependiente del arzobispado de Toledo, del que era titular.
Iglesia de las Bernardas de Alcalá de Henares |
Y puso la nueva fundación bajo la advocación de San Bernardo como máximo impulsor de la Orden del Císter además de ser su propio patrono, aunque hay otros autores que consideran que la verdadera advocación fue a la Virgen de la Asunción, de ahí la iconografía del ciclo pictórico del templo.
Plaza de las Bernardas, con la iglesia al fondo, al Salón de Concilios del Palacio Arzobispal a la izquierda y al exconvento de la Madre de Dios a la derecha (1) |
Para su construcción se tuvo que derribar una parte del
antiguo barrio morisco de la Almaxara, lindando con el lienzo norte de la
muralla de la ciudad, que al englobar la Puerta de Burgos, debió ser sustituida por un nuevo acceso a la ciudad a la que se denominó Arco de San Bernardo por estar contiguo al convento.
Plano de los barrios de Alcalá con la localización del convento (2) |
Arco de San Bernardo con el escudo del arzobispo; el muro de la derecha traspasando la puerta es la fachada este del convento (1) |
Ocupando toda una manzana de forma trapezoidal, la esquina
noroeste se destinó a huerto y en el resto se levantó el edificio, compuesto de
iglesia y dos patios. La zona de clausura se desarrollaba al norte de la
iglesia, en torno a un claustro principal de planta cuadrada y dos alturas,
fabricado en ladrillo con arcos de medio punto en la planta baja y galería
cerrada con ventanas en la superior. Al lado oeste se ubicó la llamada Casa
de la Demandadera, la vivienda de la persona que hacía de
intermediaria entre la comunidad de monjas de clausura y el exterior, y un claustro más pequeño con dependencias de servicio.
Planta del convento con todos sus edificios y la huerta (2) |
Las obras comenzaron en 1617 y aunque a la muerte del
fundador, en diciembre de 1618, estaban muy avanzadas, el desinterés de sus
albaceas testamentarios retrasó el traslado de la comunidad hasta 1626. Según
las Constituciones de Fundación, el número de monjas debía de ser “de veinticuatro
de coro y seis freilas” (3), todas
ellas parientas, respectivamente, del fundador y de sus inmediatos colaboradores, y dejando
establecido que las de coro no debían dejar sus oraciones por otros trabajos,
que tendrían que ser desempeñados por las freilas, sin que se les permitiera
contar con criadas particulares.
Frontispicio de las Constituciones del monasterio (2) |
De todos modos, por esas fechas las obras aún no habían terminado, tanto por necesidades económicas como por vicisitudes
jurídicas, pues el municipio reclamaba al convento cuatro prebendas de
monjas para hijas de los vecinos de la villa alegando que era lo que el
arzobispo les había prometido a cambio de la cesión de los terrenos municipales, aunque en el texto de donación figuraba que ésta había
sido gratuita. Y los problemas no quedaron resueltos hasta 1636, cuando los
testamentarios terminaron por financiar lo que quedaba por terminar y
se llegó a un acuerdo con el municipio.
Don Bernardo también se encargó de dotar al nuevo convento del
amueblamiento necesario para su decoro, que incluía su obra pictórica, el
baldaquino para el altar mayor y un impresionante ajuar litúrgico con
abundantes piezas de plata labrada para el servicio de la iglesia, además de
las correspondientes rentas anuales para su mantenimiento.
A lo largo de su existencia, las Bernardas sufrieron la salida
forzosa de las monjas en 1808 durante la Invasión Francesa, la caída de un rayo
en 1887, el incendio del Archivo Arzobispal a los pocos meses de terminar la Guerra Civil que también
afectó a su iglesia, la explosión
de un polvorín cercano en 1947… sin que su declaración como Monumento
arquitectónico-artístico en 1924 sirviera para protegerlo de alguna manera.
Afortunadamente, gran parte de su patrimonio artístico mueble se salvó de los desmanes de la Guerra Civil de 1936 porque al comienzo de la contienda la Junta Delegada del Tesoro Artístico ordenó su traslado, para su protección, al Museo del Prado, siendo devuelto al convento en
marzo de 1941.
En 2000 el Arzobispado de Alcalá de Henares, titular del
conjunto, decidió cerrar la clausura, con lo que la pequeña comunidad de seis
monjas que todavía lo habitaba fue trasladada al monasterio cisterciense de Santa María de Gradefes, en la provincia de León.
En la actualidad, deshabitado y con su iglesia sin uso litúrgico, se conforma como “Museo del convento cisterciense de San Bernardo” constituido en 1997, aunque sólo es visitable el templo y la galería superior que lo recorre, sin acceso a sus dos claustros ni a otras importantes dependencias, como el coro de monjas o la sala capitular.
En la actualidad, deshabitado y con su iglesia sin uso litúrgico, se conforma como “Museo del convento cisterciense de San Bernardo” constituido en 1997, aunque sólo es visitable el templo y la galería superior que lo recorre, sin acceso a sus dos claustros ni a otras importantes dependencias, como el coro de monjas o la sala capitular.
La iglesia muestra una fachada tipo telón rematada con
frontón triangular con pseudo-aletones que no deja adivinar la estructura
interior. Construida como muchos otros edificios complutenses, con paramentos
de ladrillo rojo y detalles ornamentales en caliza blanca, presenta tres cuerpos
separados por impostas de piedra, la más baja con una inscripción referente a
la fundación, y tres portadas también realizadas en piedra.
“AD GLORIAM DEI
CONDITORIS. PAULO V PONTIFICE MAXIMO. PHILIPO III REGE CATHÓLICO. DIVO BERNARDO
ARCHIEP. TOLLETANUS. CARD. SANDOVAL. INQUISITOR GENERALIS. CONSTRUXIT AÑO
1618.” (5)
Alzado de la fachada. A la izquierda, el acceso a la Casa de la Demandadera (6) |
Fachada de la iglesia, oculta tras los árboles de la plaza (1) |
Detalle de la fachada |
La portada central es de medio punto rematada con frontón
partido de lados avolutados y plinto trapezoidal con bola central. Por encima
cuenta con una hornacina con la imagen de San Bernardo, atribuida por unos a
Juan Bautista Monegro y por otros a Manuel Pereira, flanqueada por dos áculos y dos escudos del fundador, con otro más grande en el eje. También tiene dos
portadas laterales adinteladas sobre las que se sitúan sendos balcones.
Detalle de la portada central |
Hornacina de San Bernardo |
Escudo del fundador en el eje de la fachada |
Dada esta estructura, con tres portadas, lo lógico hubiera
sido pensar que la planta fuera de tres naves. Sin embargo, con trazas de Juan
Gómez de Mora, y erigida por el alcalaíno Sebastián de la Plaza, presenta atrio y una sola
nave de planta elíptica orientada según su eje mayor, con una clara
axialidad dirigida hacia el altar, aunque no exenta, sino inserta en un
rectángulo y en el que se acoplan seis capillas radiales, las cuatro diagonales
también con planta elíptica.
Plano de la planta a cota (2). Las indicaciones son mías |
Quizá el arquitecto, como maestro mayor de Obras Reales que
era y con acceso al gabinete de Arquitectura del Alcázar de Madrid, habría
conocido un dibujo hoy perdido de una iglesia ovalada
confeccionado por Vicenzo Danti para la basílica de San Lorenzo de el Escorial
cuando Felipe II, lleno de dudas sobre las trazas del templo, buscó soluciones
en Italia; además también conocería las plantas centralizadas dibujadas por
Giovanni Vicenzo Casale, en España desde 1593 al servicio del rey, y que se
conservan en la Biblioteca Nacional de Madrid.
Planta de un templo ovalado dibujada por Giovanni Vincenzo Casale (7) |
Pero más que rastrear sus influencias, lo importante es que
las Bernardas está concebida según los preceptos del Concilio de Trento en
cuanto a la potenciación del rito de la Eucaristía como momento culminante del
culto católico y, siguiendo la estela de algunas iglesias de Vignola, se
conforma como una de las muestras más palpables de cómo las nuevas directrices
culturales y litúrgicas influyeron en la configuración del nuevo espacio
arquitectónico ya barroco.
Plantas de Sant’Andrea y Sant'Anna dei Palafrenieri de Vignola en Roma (8) |
Así, su planta ovalada es fruto de una escenografía muy estudiada
que busca conducir al fiel hacia el altar mayor, abierto a la nave mediante
arco de triunfo y conformado como punto focal de todo el espacio al crear un
eje longitudinal entre el ingreso y el presbiterio, una reinterpretación de la
cruz latina pero eliminando cualquier obstáculo en la nave de la iglesia. Todo
ello queda enfatizado al elevar el altar sobre escalinatas e incorporar un tabernáculo
de gran desarrollo para exponer el Santísimo Sacramento.
Sección transversal (6) |
El altar mayor desde el centro de la nave |
El alzado se organiza mediante pilastras pareadas de orden
colosal entre las que se ubican los arcos de las capillas y unos balcones
adintelados con barandilla de forja, ámbitos a modo de palcos teatrales
reservados a las monjas e invitados ilustres que acudían a las solemnes
celebraciones del convento, desde donde tenían una visión privilegiada de lo
que estaba aconteciendo en el templo. Sobre cada balcón luce el blasón del
fundador.
Alzado del lado del Evangelio |
A continuación aparece un sencillo entablamento sobre el
que se apoya la cúpula, dividida en nervios pareados que descansan en las
dobles pilastras, con plementos en los que se insertan los ocho óculos que
daban luz al templo, y rematada con linterna, chapitel y cruz. Tanto la cúpula
central como las de las capillas cuentan con una sencilla decoración
geométrica.
Detalle del arranque y de la cúpula, que necesita de una urgente restauración |
Decoración de la cúpula de una de las capillas |
Por tratarse de una iglesia conventual con una comunidad
viviendo en clausura que precisaba de un coro para realizar sus oficios diarios, para
no interrumpir la visión del altar mayor a comunidad laica, se optó por ubicarlo
detrás de éste, separado del presbiterio por una reja de hierro, algo
excepcional porque lo habitual en España era colocarlo a los pies del templo o en un
lateral del altar mayor, una solución muy próxima a la italiana del
retro-coro, casi inexistente por estos lares hasta la segunda mitad del siglo XVIII, con otro ejemplo temprano de la década de 1730 en San Martino Pinario de Santiago de
Compostela. Además, en el caso de las Bernardas, cuenta con dos alturas.
Tabernáculo eucarístico exento. Por detrás se observan las rejas del coro alto y bajo |
El gran tabernáculo eucarístico tiene planta hexagonal, con dos
cuerpos corintios de columnas pareadas y rematados con una cúpula. Está
realizado en madera dorada y policromada, con trazas atribuidas al padre
jesuita Francisco Bautista, que Bonet Correa cree que se inspira en el túmulo
realizado por El Greco para los funerales de doña Margarita de Austria en la
catedral de Toledo, esculturas atribuidas a Herrera Barnuevo que representan a los Evangelistas, los Padres de la Iglesia y San
Bernardo, y pinturas del banco a Ángelo Nardi.
San Mateo |
San Marcos |
La importancia concedida al tabernáculo también está en relación con el Concilio de Trento y el hincapié
hecho a la adoración de la Eucaristía. Primero se dispuso que cada templo contara con sagrario propio y se hicieron modificaciones en los retablos para acoplarlo en sus respectivos bancos. Pero poco a poco el sagrario fue adquiriendo mayor protagonismo, llegó a
invadir el primer cuerpo y hasta se conformó como torre o baldaquino dispuesto
en la capilla mayor de los templos, sobre todo en los monasterios, siendo el
tabernáculo de las Bernardas de Alcalá un ejemplo en este sentido, ubicado de
forma que podía ser adorado tanto por las monjas desde el retro-coro como por
la feligresía en la nave de la iglesia, un temprano aparato arquitectónico
relacionado con la arquitectura triunfal barroca acomodado a la perfección al
ámbito que lo acoge.
Y aunque el ábside no cuenta con el típico retablo,
sustituido por el tabernáculo, podría decirse que los lienzos que lo rodean hacen casi las veces del mismo. Son también obra de Ángelo Nardi, un pintor de origen
toscano y formación veneciana que se trasladó a Madrid a comienzos del siglo
XVII, donde residió hasta su muerte en la década de 1660. En 1618 empezó a
pintar para las Bernardas un total treinta y tres pinturas dentro de un
proyecto decorativo unitario que incluyó también las que decoran los retablos
de las seis capillas laterales.
La Ascensión de la Virgen, obra de Nardi en una de las capillas laterales |
Los cuadros del presbiterio son de distintos tamaños,
acoplándose al espacio. En el testero del frente, Santa Humbertina y Santa
Lutgarda flanquean la reja del coro bajo. En el siguiente registro se encuentran
la Aparición de la Virgen a San Bernardo,
la Imposición de la casulla a San
Ildefonso, que no se ve desde la nave, tapado completamente por el
tabernáculo, y una Inmaculada Concepción.
A continuación, flanqueando la reja del coro alto, encontramos una Anunciación en la que, contrariamente a
lo canónico, el ángel, se encuentra a la derecha y la Virgen a la izquierda.
Detalle del tabernáculos con las pinturas del testero frontal |
Finalmente, en el luneto se representa un Juicio Final.
Juicio Final del luneto |
En el lado del Evangelio se encuentran el Martirio de San Esteban y el Martirio de San Pedro
Martirio de San Esteban y Martirio de San Pedro |
Y en el lado de la Epístola aparecen el Martirio de San Lorenzo y la Conversión
de San Pablo, esta última en muy mal estado de conservación.
Martirio de San Lorenzo |
En los lunetos laterales hay sendos tondos con santos
cistecienses.
Tabernáculo y tondos de los lunetos laterales |
Las pinturas de las capillas, con contrato firmado por el
pintor con los testamentarios del fundador en agosto de 1619, presentan un
ciclo narrativo muy del gusto contrarreformista, con la Adoración de los Pastores, la Epifanía,
la Circuncisión, la Resurrección, la Ascensión y la Asunción de la
Virgen, todos firmados en 1620 y considerados la mejor producción pictórica
de Nardi.
Retablo de la Adoración de los pastores, en la primera capilla de la Epístola |
Retablo de la Epifanía, en la segunda capilla de la Epístola |
Retablo de la Resurrección, en la tercera capilla de la Epístola |
Retablo de la Ascensión de la Virgen, en la primera capilla del Evangelio |
Retablo de la Circuncisión, en la segunda capilla del Evangelio |
Retablo de la Asunción, en la tercera capilla del Evangelio |
En 2007 fueron sometidas a un proceso de restauración que ha
hecho posible la recuperación de su valor histórico y artístico como parte de
un proyecto decorativo íntegro del barroco y que se conserva in situ. Todas están rematadas en medio punto con unas dimensiones
aproximadas de 300 x 200 cm.
Además de lo que puede admirarse en la iglesia, en la galería sobre las capillas de la Epístola se distribuyen varias salas en las que se exponen distintas obras de arte.
Plano de la segunda planta (2). Las indicaciones son mías |
Vista del altar mayor desde la galería de la Epístola |
En la primera sala al subir la escalera se expone una silla
de aparato o de representación del siglo XVII en madera policromada y decorada
con cristal de roca y vidrios coloreados a modo de piedras duras, donada por el
cardenal Sandoval a la comunidad.
También está en este ámbito una arqueta de cuerpo de ébano recubierto plata que se sabe que se utilizó para la reserva Eucarística del Jueves Santo hasta entrado el siglo XX.
A comienzos de la Guerra Civil fue incautada y desde marzo de 1937, y durante cuarenta años, albergó los
restos del cardenal Cisneros hasta que en noviembre de 1977 éstos fueron
inhumados en la Magistral complutense y la arqueta fue devuelta a las Bernardas.
Arqueta de las Bernardas (9) |
Cuenta con cuatro relieves que narran Victorias del
emperador Carlos V y las personificaciones de las Virtudes Teologales y
Cardinales, con fuentes iconográficas procedentes de estampas, sobre todo las
de Marteen van Heemskerck y Cornelis Cort de mediados del
siglo XVI. Se cree que su artífice sería el platero real Manuel Correa o algún
otro del entorno de la corte madrileña.
Las ciudades de la Liga se someten a Carlos V, una de las escenas de la arqueta (9) |
Al estar decorada con temas profanos, se deduce que era una
pieza civil que formaría parte de algún ajuar, seguramente un regalo real a
algún miembro de la Casa de Lerma, con una estrecha relación con los Austria
desde tiempos del emperador, que entró al convento complutense como parte del
lote de abundantes piezas de plata que el fundador donó y con el
que le proveyó para el servicio de la iglesia.
A continuación hay una sala donde se
exponen casullas, cuadros y alguna talla, como una pequeña Inmaculada Concepción policromada atribuida a Antonio
Herrera Barnuevo o Antonio Morales, según los autores, que se cree que
procede de la parte posterior del segundo cuerpo del baldaquino de la iglesia.
Sala de las casullas |
Inmaculada Concepción que podría haber pertenecido al tabernáculo |
Son también curiosas las cartas de profesión expuestas en una
zona de paso, la plasmación por escrito de la ceremonia de profesión de las
monjas para su entrada definitiva y perpetua en el monasterio, en la que
expresan los votos solemnes de vida cenobítica en comunidad y obediencia. Las
de las monjas de coro son en latín y castellano mientras que las de las
freilas, la mayoría analfabetas, son más sencillas y solo en castellano.
Cartas de profesión |
En esta zona también se recrea una
cocina y una de las celdas de clausura.
En julio de 2013 se inauguró la restauración de la Casa de la Demandadera y del claustro pequeño. Pero todavía queda acometer la restauración del claustro grande, según la guía que nos acompañó en noviembre de 2013, muy arruinado, y la propia iglesia, en la que se han solucionado los problemas de filtraciones y goteras pero que todavía muestra gran deterioro.
Restauración del claustro pequeño, inaugurada en julio de 2013 (10) |
San
Martiño Pinario en Santiago de Compostela
Santa
María del Paular en Rascafría (Madrid)
Santo
Tomás de Ávila
San
Antonio el Real de Segovia
Santa
María del Parral de Segovia
San
Miniato al Monte de Florencia
Basilica
dei Santi Giovanni e Paolo de
Venecia
Basilica di Santa Maria Gloriosa dei Frari de Venecia
Monasterio
de San Michele in Isola de
Venecia
San
Giorgio Maggiore de Venecia
Convento
da Madre de Deus, hoy Museu Nacional do Azulejo en Lisboa
Referencias:
(2) “Musealización del monasterio
cisterciense de San Bernardo” de los alumnos Mar López Gómez y Ander Zulaika
Azkue del Máster de Patología, Peritación y Rehabilitación Sostenible del
Patrimonio, UEM.
(3) (GONZÁLEZ de la PEÑA, Mª del V., “El cardenal don Bernardo de Sandoval y Rojas y la ciudad de Alcalá”. En Actas del II Encuentro de Historiadores del Valle del Henares, Alcalá de Henares, Ayuntamiento de Alcalá de Henares, 1990. p. 403-408)
(5) MUÑOZ SANTOS, Mª E., “Museo del Convento de San Bernardo (vulgo Bernardas) de Alcalá de Henares”. En CAMPOS y FERNÁNDEZ de SEVILLA, F. J. (coord.), La clausura femenina en España. Actas del simposium 1/4 de noviembre de 2004, vol. 2, 2004, pp. 779-812.
(6) “Musealización del monasterio
cisterciense de San Bernardo” de los alumnos Pedro Herranz Alonso, Gema
Sevillano Muñoz y Elisa García Talaván del Máster de Patología, Peritación y Rehabilitación
Sostenible del Patrimonio, UEM.
(8) RODRÍGUEZ G. de CEBALLOS, A., “La Planta Elíptica: de El
Escorial al Clasicismo español”, Anuario
del Departamento de Historia y Teoría del Arte, UAM, vol. 11, 1990, pp.
151-172.
(9) HEREDIA MORENO, C., “Arquetas nobiliarias de la segunda
mitad del siglo XVI para el servicio de la Iglesia”. Archivo Español de Arte,
LXXXIII, 331, julio-septiembre 2010, pp. 267-286.
Fuentes:
BRUQUETAS GALÁN, R., “Pinturas de Ángelo Nardi en el
Monasterio de San Bernardo de Alcalá de Henares: proyecto de restauración de los cuadros de las capillas
laterales de la iglesia”. Patrimonio
cultural de España, nº 0, 2009, pp. 268-283.
CHÉRCOLES, R. y TORRES, N., “Proyecto de restauración de las
pinturas de Nardi en las capillas laterales de Las Bernardas de Alcalá de
Henares”. La Conservación Infalible: de
la teoría a la realidad, III Congreso del GEIIC, 21/23 de noviembre de 2007,
Oviedo, GEIIC, 2007, pp. 89-101.
GONZÁLEZ de la PEÑA, Mª del V., “El cardenal don Bernardo de
Sandoval y Rojas y la ciudad de Alcalá”. En Actas
del II Encuentro de Historiadores del Valle del Henares, Alcalá de Henares,
Ayuntamiento de Alcalá de Henares, 1990. p. 403-408.
HEREDIA MORENO, C., “Arquetas
nobiliarias de la segunda mitad del siglo XVI para el servicio de la Iglesia”. Archivo Español de Arte, LXXXIII, 331,
julio-septiembre 2010, pp. 267-286.
MARTÍN GONZÁLEZ, J. J., “Sagrario y
manifestador en el retablo barroco español”, Imafronte, nº 12, 1998, pp. 25-50.
MUÑOZ SANTOS, Mª E., “Museo del Convento de San Bernardo (vulgo
Bernardas) de Alcalá de Henares”. En CAMPOS y FERNÁNDEZ de SEVILLA, F. J.
(coord.), La clausura femenina en España.
Actas del simposium 1/4 de noviembre de 2004, vol. 2, 2004, pp. 779-812.
RIVAS CARMONA, J. (coord.), Estudios de Platería, Murcia, Universidad de Murcia, 2003.
RODRÍGUEZ G. de CEBALLOS, A., “La Planta Elíptica: de El
Escorial al Clasicismo español”, Anuario
del Departamento de Historia y Teoría del Arte, UAM, vol. 11, 1990, pp.
151-172.
RODRÍGUEZ C. DE CEBALLOS, A., “Liturgia y configuración del
espacio en la arquitectura española y portuguesa a raíz del Concilio de
Trento”, Anuario del Departamento de
Historia y Teoría del Arte, UAM, vol. 3, 1991, pp. 43-42.
Comentarios
Ese retrato de El Greco lo ví en directo en el Metropolitan de NYC y es impresionante.
Es una lástima la decadencia de este edificio y el desinterés de las administraciones por nuestro patrimonio.
Alcalá de Henares es una maravilla, pero ese aparcamiento de circunstancias que han hecho en el patio del palacio episcopal es una atrocidad.
Una maravilla, como siempre, la explicación del edificio y los planos.
Es curioso lo desconocido que resulta hoy en día el pintor Angelo Nardi pues fue pintor de cierto éxito en el Madrid de su tiempo y además fue un pintor longevo, partiendo al más allá con más de 70 años largos. La realidad es que como tantos otros pintores de su tiempo como Carducho su arte quedó un poco anquilosado en las maneras aprendidas durante el manierismo y aunque con poco éxito intentó dar pequeños pasos hacia el naturalismo en algunas figuras. Resulta curioso (visto desde el mundo actual) como los pintores en esa época no tenían muchos reparos en clavar estampas o en inspirarse en otros pintores para sus composiciones, así el Martirio de San Lorenzo que muestras está claramente inspirado (al menos la parte del martirio) en el Martirio de San Lorenzo de Tiziano del Gesuiti de Venecia.
Esperemos que aunque sea lentamente se vayan restaurando las partes que faltan y se vayan abriendo al público, aunque mucho me temo que estando vacío y con tanta superficie esto es carne de hotel.
Solo comentar que el incendio del Palacio Arzobispal no fue parte de los desmanes de la guerra pues se produjo en un accidente una vez acabada ésta, aunque si parece que estuvo relacionado, pues la propagación del fuego con rapidez parece que se debió en buena medida al combustible y aceite almacenado en el edificio durante la contienda (además de la madera de los artesonados y al papel del Archivo Gral. Central allí alojado.
Gracias como siempre por tu buen y desinteresado trabajo.
Todavía me estoy acordando de Pérez Sánchez cuando me hizo revisar y fotografiar los cuadros del retablo de Angelo Nardi. Ni te cuento lo que me costó entrar allí, hace mas de 20 añitos......
Que yo sepa, también está musealizado el vecino convento de la Madre de Dios, sede del Museo Arqueológico Provincial. Pero no me gusta, con grandes bloques como cajas que obstruyen la visión de la nave de la iglesia y de algunos de los restos de decoración mural que conserva. De la actual expo temporal de Anibal mejor no hablo.
Frikipiedras
http://www.madrid.org/media/cultura/patrimonio/PRESENTACION_MUSEALIZACION%20DEL%20CONVENTO%20DE%20SAN%20BERNARDO_PHA_GSM_EGT_E.pdf