Según la leyenda, la sede episcopal abulense tiene un remoto
origen relacionado con su primer obispo, san Segundo, enviado a la península ya
en el año 63 dC. para predicar el cristianismo. También se habla de una primitiva organización
eclesiástica ya visigoda que habría sobrevivido durante la primera época de
dominación musulmana, cuando a los cristianos se les permitió conservar su
culto y sus iglesias.
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Vista de la ciudad de Ávila, sobresaliendo, intramuros, la única torre
terminada de la catedral |
Pero a partir de los años de la Reconquista, la zona quedó en “tierra de nadie”, dominada alternativamente por unos y otros, y habría que
esperar a fines del siglo XI para su definitiva incorporación a los territorios
cristianos, cuando tras la conquista de Toledo, Alfonso VI, rey de León, de Galicia y de Castilla decidió repoblar toda una vasta zona que incluyó, aparte de Ávila, otras
ciudades como Segovia o Salamanca, encomendándole la misión a su yerno, don
Raimundo de Borgoña, casado con su hija doña Urraca, que sería quien asentara definitivamente una sede episcopal en Ávila.
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Fotografía aérea de la catedral de Ávila (1) |
Se cree que el proceso constructivo empezaría con una primitiva
catedral levantada por estas fechas sobre un antiguo templo que ya estaría bajo
la advocación de san Salvador. Se dice que las obras habrían estado dirigidas
por el maestro Alvar García durante el obispado de don Pedro II Sánchez
Zurraquines.
Pero esta primera catedral, que sería muy
similar a la vecina
iglesia de San Vicente, con tres
naves, tres ábsides y acusado crucero, se derribaría en el siglo siguiente
cuando todavía no estuviera acabada para levantar otra nueva más grande.
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Superposición de la supuesta primitiva catedral y de la actual según la hipótesis
de Rodríguez Almeida (1) |
Esta nueva sede episcopal tuvo una primera etapa
constructiva bajo el patrocinio de Alfonso VII de León y de Castilla, que en 1172 acudió
al maestro francés Fruchel para que diera unas trazas de acuerdo a los nuevos
usos franceses protagonizados por el Císter,
con una iglesia de tres naves y cuatro tramos, crucero también de tres naves y
cabecera con girola y siete
capillas radiales, con tribuna que iba a recorrer
todo el edificio.
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Hipótesis sobre cómo sería la planta proyectada por Fruchel (1) |
Pero esas trazas originales fueron pronto modificadas,
eliminándose la nave occidental del crucero, seguramente para añadir un tramo
más al presbiterio para incorporar un coro según las nuevas catedrales
francesas, lo que implicó también añadir un tramo más a la girola, en la que
también se decidió desmontar la tribuna.
También se redujo a tres el número de tramos del cuerpo de
naves. Las obras avanzaron levantándose todo el muro perimetral del templo, el cuerpo bajo de las
torres y una capilla anterior a la antesacristía.
Como material para toda esta primera etapa, Fruchel eligió
una arenisca roja y blanca de la cantera de la Colilla, cerca de Ávila, la
misma que en la ya mencionada
iglesia de San Vicente.
Tras la muerte de Fruchel en 1192, coincidiendo con un
periodo de inestabilidad en Castilla, las obras quedaron paralizadas hasta
mediados del siglo XIII, cuando se reanudan ya utilizando granito. La
girola se divide en dos naves, quizá por no saber cómo cubrir un espacio tan
amplio, se fortifica su exterior conformándose lo que se conoce como “cimorro”,
se levantan las bóvedas de las naves laterales y las bajas del crucero y se construyen la capilla del Sagrario y la sala capitular o capilla de san Bernabé.
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Hipotética planta de Fruchel comparada con la realmente construida (1) |
En sucesivas campañas se construyeron
las bóvedas de la nave central y los arbotantes y el templo pasó a convertirse
en la
primera catedral gótica de la península, levantada durante los años de
apogeo del estilo. También se completó el
claustro, se erigió la librería
capitular, el trascoro, las
capillas del Evangelio, la de
san Segundo adosada
al lado de la Epístola en la girola…
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Maqueta del conjunto catedralicio |
Las últimas intervenciones de consideración fueron la
capilla de los Velada, que se inicia en el siglo XVII, y una nueva sala
capitular, ya en el XVIII.
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Planta de la catedral en el entramado de
la ciudad (1) |
La catedral, en su conjunto, muestra distintos estilos e
influencias, con un exterior de aspecto fortificado y un interior gótico con
gran parte de la decoración renacentista.
El templo cuenta con dos accesos. La puerta norte, conocida
como
Puerta de los Apóstoles, y que
abre al tercer tramo de la nave del Evangelio, es fruto de una curiosa combinación entre la primitiva portada allí existente, fechada entre fines del siglo XIII y comienzos del XIV, y la que fue la portada principal de la catedral, ubicada en el
nártex que había entre las dos torres de la fachada oeste.
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Puerta de los Apóstoles |
Y es que en el último tercio del siglo XV
Juan Guas se encargó de combinar las piezas de ambas portadas adaptándolas al espacio existente, de
ahí que sólo cuente con cinco
arquivoltas y que dos de los doce
apóstoles estén en los muros en vez de en sus correspondientes jambas.
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Apóstoles de las jambas de la derecha |
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Apóstoles de las jambas de la izquierda |
Esta mezcla de dos portadas es también la que hace presente un sinsentido iconográfico en el
tímpano, que está dividido en tres registros, con una
Coronación de la Virgen en el superior,
un
Juicio Final en el central y
escenas de la Pasión en el inferior, y es el único ejemplo conocido en el que una
Coronación, que pertenecía a la primitiva portada norte, remata un
Juicio Final, procedente de la portada occidental.
En las
enjutas cuenta con una
Anunciación y todo el conjunto queda
cobijado por un pequeño pórtico de arco
carpanel y bóveda de
terceletes y
rematado por una crestería tardogótica, muy modificada en una restauración a
mediados del siglo XX, y en cuyo centro
Guas colocó un
Salvador que podría
haber ocupado el
parteluz de la puerta original.
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Tímpano de la portada de los Apóstoles |
Una vez terminadas las obras de adaptación de la portada
norte,
Juan Guas reestructuró la
fachada occidental adelantando la
portada hasta situarla a ras, con lo que el
nártex quedó conformado como otro
tramo más de la nave central. En cuanto a su estructura, las intervenciones de
Ceferino Enríquez de la Serna en el siglo XVIII hacen difícil averiguar qué se
conserva de la obra de
Guas.
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Alzado de la fachada occidental de Feduchi (1997) (1) |
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Detalle de la fachada occidental |
Lo que hoy vemos es una mezcla de distintos estilos, con un
cuerpo inferior con un vano de medio punto decorado con medallones y motivos
florales, un tímpano con el
Martirio de San Segundo, una portada de
arquivoltas apuntadas que descansan sobre finas columnillas y dos salvajes en
las jambas, conocidos como Gog y Magog, custodiando y protegiendo la entrada al
recinto sagrado, aunque se considera que no salieron de la mano de
Guas, dado su dudoso valor
artístico.
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Detalle de la portada occidental |
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Salvajes de las jambas de la portada occidental |
En la parte superior cuenta con una gran balaustrada con algunos santos locales, como los hermanos
Vicente, Sabina y Cristeta, Teresa y Segundo, con una imagen central del
Salvador, advocación del templo, bajo el escudo catedralicio y el Arcángel San
Miguel.
Uno de los elementos más destacados del exterior, respecto
al que los investigadores no se ponen de acuerdo en cuanto a datación y
función, es el denominado
“cimorro”,
término que podría hacer alusión a su forma saliente y redondeada en la
muralla, como el morro de la ciudad. Hay autores que consideran que Fruchel ya
lo proyectó como tal y, por tanto, fue construido en la primera fase de las obras y
con intenciones defensivas; otros lo datan en el siglo XIV, sin
función defensiva alguna y más bien para solucionar problemas constructivos
o de estabilidad de la propia cabecera, a la que envuelve completamente.
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Plano parcial de la ciudad marcado en marrón la muralla por el lado de la
catedral, con el cimorro envolviendo la girola |
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Detalle del cimorro de la catedral de Ávila, con la
portada de la capilla de San Segundo, ya del
siglo XVII, en primer término |
El templo cuenta con tres naves,
capillas laterales en el lado del Evangelio, amplio crucero y cabecera de gran
desarrollo.
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Planta de la catedral (2). Las indicaciones son mías |
Lo primero que nos llama la atención es la elevación de la
nave central respecto de las laterales, altura que fue posible al desecharse del
proyecto inicial la construcción de la típica
tribuna románica, que también dejó espacio para un gran cuerpo de ventanas que en
su momento, cuando conservaba las vidrieras, hoy sustituidas por vidrios
demasiado claros, proporcionaría una mágica luminosidad al templo.
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Detalle de la altura de la nave central |
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Sección transversal de Feduchi (1997) (1), donde se aprecia la altura de la
nave central respecto de las laterales |
Toda la cubierta es de crucería sencilla menos la del
crucero, que es de
terceletes.
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Detalle de la cubierta, con la única bóveda de terceletes en el crucero |
La visión del altar mayor está interrumpida por el
coro, pues aunque el coro primitivo
ocupaba la capilla mayor, ha. 1535 fue trasladado al segundo tramo del crucero.
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La nave central desde los pies de la iglesia, con el coro en el centro |
Por esas fechas también se construyó el magnífico
trascoro renacentista, obra de Juan
Rodríguez y Lucas Giraldo.
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Trascoro de la catedral de Ávila |
Dividido en tres calles mediante pilastras de
candelieri,
cuenta con las escenas de la
Presentación
en el Templo, la
Epifanía y la
Matanza de los Inocentes.
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Epifanía |
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Presentación en el Templo |
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Matanza de los inocentes |
En las entrecalles, sendos medallones cobijan el
Abrazo ante la Puerta Dorada y la
Visitación sobre
Jesús entre los Doctores y la
Huída
a Egipto respectivamente. Rematando el conjunto aparecen los profetas
sentados entre balaustres e identificados por las filacterias que portan. En la
crestería encontramos
putti flanqueando la figura del
Padre Eterno.
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Entrecalle con la Visitación y la Huida a Egipto |
El coro cuenta con una magnífica
sillería según trazas de Cornelius de Holanda y en ella también
participaron Juan Rodríguez, Lucas Giraldo y Vasco de la Zarza. Realizada en
nogal tomando como modelo la
sillería
del coro bajo de la iglesia de San Benito de Valladolid, presenta dos
órdenes de asientos, con los respaldos de la primera fila con escenas de Vidas
de santos y una cornisa de taracea y los de la segunda con los Apóstoles y
decoración de grutescos. Sobre la silla episcopal se encuentra una escultura de
san Segundo, primer obispo de la diócesis.
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Sillería del coro |
Además, a ambos lados se elevaron sendas tribunas para los
órganos. La rejería que cierra el
conjunto se colocó en 1760.
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Rejería ante el coro y las tribunas de los órganos a ambos lados |
El
crucero llama
la atención por la presencia de dos arcos
entibo realizados a comienzos del
siglo XVI buscando contrarrestar el empuje del presbiterio, que se completan con
otro al final del coro perpendicular a la nave mayor.
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Los entibos a ambos lados del crucero vistos desde el ábside |
El
presbiterio,
abierto mediante arco de triunfo de medio punto que indica que se iría a cubrir
con bóveda de cañón, cuenta, sin embargo, con la primera bóveda
sexpartita
conocida de la península, muy poco anterior a la de la catedral de Cuenca.
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Zona del presbiterio |
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Cubierta del presbiterio con la primera bóveda
sexpartita conocida de la península |
En los primeros pilares del altar mayor se ubican
dos pequeños retablos de alabastro
dedicados a
santa Catalina y san Segundo realizados por Isidro de Villoldo, Juan
Rodríguez y Lucas Giraldo. Además, también cuenta con dos púlpitos, uno gótico
y otro que ya demuestra influencias renacentistas.
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Retablos de santa Catalina y san Segundo |
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Púlpitos |
El
retablo mayor
es una obra significativa de comienzos del siglo XVI. Se consideran de Pedro
Berruguete, que contrata su realización en 1499, las trazas generales y la
predela, donde se representan los Cuatro doctores de la Iglesia y los
Evangelistas distribuidos de izquierda a derecha de la siguiente manera:
Gregorio, Jerónimo, Lucas, Juan, Mateo, Marcos, Ambrosio y Agustín.
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Retablo mayor de la catedral de Ávila |
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Detalle de la predela con los santos Gregorio, Jerónimo, Lucas y Juan |
En los cuerpos superiores se desarrollan los Ciclos de la Vida
y Pasión de Jesucristo. Se consideran también de Berruguete la
Oración en el Huerto y la
Flagelación. A la muerte del maestro en
1503, continuó la obra Santa Cruz, que concluyó las escenas de la
Anunciación y la
Crucifixión y realizó las de la
Epifanía
y la
Transfiguración. A su vez, a la
muerte de éste en 1508 se dice que fue Juan de Borgoña el encargado de terminar el programa
con las escenas de la
Presentación en el
Templo, la
Anástasis, la
Natividad y la
Anunciación, que ya se muestran plenamente renacentistas en
comparación con el estilo flamenco de las tablas anteriores, con el
conjunto terminado en 1512. De todos modos, investigaciones más recientes también hablan del pintor Lorenzo de Ávila como uno de sus artífices.
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Primer cuerpo, con una Transfiguración central flanqueada por la Anunciación, la Natividad, la Epifanía y la Presentación en el Templo |
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Cuerpo superior del retablo con un Calvario central flanqueado por la Oración en el Huerto, la Flagelación, la Resurrección y la Anástasis |
En la armadura de madera sobredorada también trabajaron el
maestro Roldán y Vasco de la Zarza, con elementos tardogóticos mezclados con
otros renacentistas.
La
girola es la
parte más antigua del templo. Se compone de doble deambulatorio separado por finas
columnas salvo en el primer tramo del Evangelio, que es un pilar rodeado de
columnillas adosadas que en realidad son tubos huecos que producen un sonido
distinto, conformando un
diapasón con los sonidos de la escala tónica.
Conserva algunos interesantes capiteles historiados de fuerte impronta todavía románica, está cubierta con bóvedas de ojiva y tiene
nueve capillas semicirculares incrustadas en el muro del cimorro.
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Detalle de la embocadura del ábside con los altares de santa Catalina
y san Segundo y la girola por detrás. A la izquierda, detrás del
altar de santa Catalina, se observa el pilar con el diapasón
ante el primer tramo de la girola en el lado del Evangelio |
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Girola |
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Detalle de las cubiertas de la girola |
En el trasaltar
se sitúa la sepultura de don Alonso
Tostado y Ribera, también conocido como Alonso de Madrigal o "El Tostado", célebre teólogo y obispo de la diócesis entre 1449 y 1455, un conjunto
escultórico de Vasco de la Zarza que se conforma como una de las obras de
escultura renacentista más interesantes de la península.
El cuerpo bajo está decorado con cinco Virtudes en hornacinas, y por encima se sitúa la figura del prelado con capa pluvial y
mitra enmarcado por un arco de medio punto que contiene un tondo con una
Epifanía; a su vez, todo el conjunto está enmarcado en sendas columnas decoradas con
candelieri que soportan un friso con la
Cabalgata de los Magos de Oriente. Se remata en un ático con una
Natividad sobre el que aparece el
Padre Eterno.
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Don Alonso Tostado ante un tondo con una Epifanía |
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La Caridad y la Fortaleza en los laterales de cuerpo bajo |
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Natividad y Padre Eterno |
En cuanto a las
vidrieras,
las más antiguas se sitúan en la girola, la capilla mayor y el crucero, todas
fechadas en los siglos XV y XVI, conservándose sólo del siglo XIV la central
superior de la capilla mayor.
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Vidrieras del ábside con una Anunciación (1) |
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Las vidrieras del ábside son las más antiguas conservadas |
Las del crucero del Evangelio se atribuyen a Valdivieso y
Santillana, con representaciones de las vírgenes santas Inés, Águeda, Marta y
Santa Catalina.
A partir de 1520 se encargan de continuar el conjunto Alberto
de Holanda y su hijo Nicolás, a los que corresponden el colegio apostólico del
primer nivel de la capilla mayor y los ventanales del crucero de la Epístola
con representaciones de santos, todas ellas ya renacentistas.
Lamentablemente, el terremoto de 1775 con epicentro en Lisboa destruyó los vitrales de la nave central y algunos vanos fueron tapiados.
Pero en la primera mitad del siglo XX se abrieron de nuevo los vanos cegados
colocándose vidrios con decoración geométrica, restaurándose algunas de las
vidrieras originales y construyéndose otras nuevas, como las del eje axial de
la capilla mayor con los santos Juan de la Cruz y Teresa de Jesús, obra de la
Casa Maumejean de 1930.
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Vitrales incoloros en la nave mayor |
Notas:
(1) BENITO PRADILLO, Mª A., La Catedral de Ávila. Evolución Constructiva y Análisis Estructural.
Tesis en la Universidad Politécnica de Madrid, 2011.
(2) Planoteca IPCE.
Fuentes:
BENITO PRADILLO, Mª A., La
Catedral de Ávila. Evolución Constructiva y Análisis Estructural. Tesis en
la Universidad Politécnica de Madrid, 2011.
Comentarios
Me ha gustado el estudio sobre fases de diseño y de la evolución de su construcción. Respecto al cimorro, me parece una solución muy original y con una acertada respuesta estética en el exterior. Me parece que habría que contemplar la opción más elemental (Navaja de Ockham). Sencillamente, la catedral no entraba en el solar y tuvieron que sacar la cabecera al exterior de la muralla. Quizás otros problemas derivados de la intersección con la muralla, pudieron aconsejar la supresión de un tramo del crucero... El conjunto plantea soluciones interesantes como la elevación de la altura de la nave central, y el ingenioso traslado del Pórtico de los Apóstoles, poniendo a 2 de ellos de "porteros". Creo que este reportaje es fundamental, necesario diría, para visitar este monumento y disfrutar de toda la información, tanto del edificio contenedor como de su rico contenido. Te felicito Sira, y nuevamente te confieso mi admiración por tu trabajo, incluidas las extraordinarias y precisas fotografías. Siempre dije que el mejor fotógrafo de arte es quien sabe de arte. Gracias infinitas Sira por abrirme los ojos ante este grandioso edificio
Empieza bien la semana!
Debido a esta afición mía han sido muchos los libros que he leído sobre catedrales; en pocos se podrá encontrar una descripción de la de Ávila tan detallada, documentada y amena.
Ese libro conteniendo todas estas entradas ha de tomar cuerpo, si o si.
Me admira el color de la piedra catedralicia, que pareciera sangrar. También son apasionantes esos arcos entibos, solución "ad hoc" para la estructura del edificio.
Bravo!
Siempre me ha maravillado esa capilla mayor, con ese cuerpo de ventanas de aspecto románico (preciosas las de la fila inferior con los arquillos de herradura) pero ya apuntando a la luminosidad del gótico y soportando ese precioso cielo rojo.
Ahora me entero que la nave central perdió sus vidrieras en el terremoto de 1755 pero cuando visité la catedral ya me decepcionó la frialdad lumínica de esa zona, tal vez podría plantearse alguna intervención moderna no muy agresiva para cubrir esos vitrales con cristales que vuelvan más cálida la luz fría de cielo de Ávila.
Que fantástico el trasaltar, ¡¡como para exigir pureza gótica y perdernos esto!!.
Para acabar solo comentarte que Raimundo era hijo del Conde de Borgoña, pero él no lo era, al menos de Borgoña.
Muchas gracias y
Un abrazo
Que pena que la ultima vez que vi la catedral no hubieras sacado ya el trajo. Pero como nunca es tarde la proxima, con tu permiso, lo imprimo.
Me choco muchisimo al visitar Avila el saliente del abside de la catedral haciendo de muralla.
Quizas seria eso de "a Dios rogando y con el mazo dando"
Hasta el lunes que viene.
Estuve en Ávila visitando su catedral hace muchos años, pero conservo un grato recuerdo de ella. Me pareció grandiosa, sorprendente, como es habitual en muchos de estos monumentos la variedad. Recuerdo especialmente el retablo mayor atribuído a Berruguete, lleno de colorido y expresión.
No sigo, pues además de ser ínfimos mis conocimientos sobre el tema, a pesar de gustarme mucho, ya lo han dicho todo quienes me han precedido. Simplemente dejar testimonio de mi paso y mis felicitaciones por este lugar que mantienes de manera tan magistral.
Saludos
En cuanto al aspecto defensivo de la catedral, tengo entendido que durante un periodo de la historia de España -supongo que en las repoblaciones y la Reconquista- hubo una corriente de construcciones con carácter defensivo independientemente del uso principal del edificio. No podría precisarte más ya que seguro que esta idea se quedó grabada en mi cabeza a la vez que la memoria selectiva desechó el resto de la explicación.
Como siempre, un placer leerte, Sira. Besos muy fuertes.
Un besazo.
La Catedral, tiene claves muy bonitas para ayudar de igual manera que hacen todos los templos construidos hasta el siglo XVI, que eran ayudar al ser humano a transcender.
Sira mil gracias por tu labor. Un saludo!!
En un reciente documental de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, mencionan la teoría del antiguo templo romano bajo la Catedral.
Ávila, posiblemente fue ciudad romana de importancia, debido al descubrimiento de unos restos relacionados con una posible fabrica de vidrio, esto se da en ciudades de cierta importancia de la época, como Tarragona o Mérida, además de mosaicos, etc. por esto y algunas cosas más, no sería de extraño la posibilidad de encontrar restos bajo la Catedral de la ciudad.
gracias por su labor. saludos cordiales!
Muchas veces con muy buena voluntad,desde fuera se ven las cosas desde un punto de vista, pero viendo y viviendo desde dentro es otra realidad.
Don Emilio lamentó muchísimo como se intervino en la Catedral, por no mencionar otras intevenciones, parece ser que en esta ciudad tenían sus propios protocolos.
Sin pruebas físicas para afirmar como para negar es atrevido, pero conociendo el mundo romano, su forma de construir y sus procesos geométricos, nos dan muchas pistas muy claras. Añadiendo a todo esto que siempre o casi siempre cultura tras cultura, ha levantado sus templos sobre otros anteriores. Pero aún así sigue siendo atrevido.