La ex-colegiata de santa María la Mayor de Toro, en Zamora

La ex-colegiata de Toro, declarada Monumento Nacional en 1892 y Bien de Interés Cultural en 2008, es un fiel testigo de la importancia de la ciudad durante la Edad Media.

Nave central de la colegiata de Toro

La arqueología nos informa de que en ese enclave ya existió un primitivo asentamiento humano en la Edad del Hierro que tradicionalmente se ha identificado con la ciudad vaccea de Arbucale o Arbocala, conquistada por Aníbal en el 220 adC. según Polibio y Tito Livio.

El impresionante puente sobre el Duero, en la calzada romana que unía Zamora con Zaragoza, es su más importante muestra de la romanización, hoy muy restaurado pero que se sabe que estaba en condiciones de uso en el siglo X, incluso después de haber sufrido el turbulento periodo de las invasiones bárbaras, el dominio musulmán o las devastadoras campañas sobre el valle del Duero de Alfonso I de Asturias, tras lo que la ciudad empezó a repoblarse de la mano de Alfonso III para reforzar la frontera con Al-Ándalus. Aun así, esta estrategia no pudo evitar los posteriores ataques de Almanzor, unas escaramuzas que no terminaron hasta la desintegración del Califato de Córdoba, momento a partir del cual Alfonso VI decidió continuar con la tarea repobladora de la mano de su yerno don Raimundo de Borgoña, casado con su hija doña Urraca, iniciándose un periodo de paz.

Puente sobre el Duero a su paso por Toro

Pero tras la segregación de Castilla y León a la muerte de Alfonso VII, Toro recuperó su interés estratégico como plaza fronteriza del reino de León, potenciada por su sucesor, Fernando II, bajo cuyo patrocinio se fortaleció el recinto y se reconstruyó el puente romano.

Y es también por esta época cuando se empezaría a levantar una iglesia mayor en un enclave que la convirtió en el principal punto de referencia de la ciudad, conformando su característico perfil, además de vertebrar el despliegue en abanico de la red viaria de Toro hacia el norte.

Los escasos documentos que se conocen no dan información sobre promotores ni arquitectos de la colegiata, quedando solo el estudio de la propia fábrica y su comparación con otros grandes templos de la región levantados a partir de la segunda mitad del siglo XII.

Plano de Toro con la ubicación de la colegiata sobre un cerro, con el Alcázar a la derecha y el
desarrollo medieval de la ciudad hacia el norte. Planoteca IPCE. La indicación es mía

Detalle del dibujo de Anton van den Wyngaerde de la ciudad de Toro desde el valle del Duero de 1570,
con la colegiata en el centro y el Alcázar a la derecha (2)

En esta primera fase, que acabaría a la muerte del rey en 1188, se levantó la cabecera, las portadas laterales y los muros exteriores hasta una altura que queda señalada por el uso de piedra caliza de tonalidad más clara.

Fachada norte, en la que se aprecia claramente la primera fase constructiva, de sillares de piedra más clara

El ímpetu constructivo del periodo debió resultar frenético, pues entre fines del siglo XII y comienzos del XIII se constatan, al menos, trece parroquias que erigen nuevos templos, algunas de órdenes militares, como las de los Templarios, del Santo Sepulcro y Alcántara.

Las obras serían continuadas en la primera mitad del siglo XIII, durante el reinado de Fernando III el Santo, cuando vuelven a unirse los reinos de Castilla y León, con Toro como la primera de las grandes villas leonesas en reconocerle como su nuevo señor.

Esta segunda fase está protagonizada por una arenisca rojiza y técnicas constructivas retardatarias, y las obras se dan por concluidas en la década de 1240 a falta de la portada occidental. A continuación comienza un periodo de desinterés de los monarcas por la ciudad que termina en 1283, cuando don Sancho, hijo de Alfonso X el Sabio, futuro Sancho IV, le entrega a su esposa, doña María de Molina, el señorío de la villa y, finalmente, se termina la emblemática Portada de la Majestad, muy probablemente gracias a su patrocinio, aunque no existan documentos que lo corroboren porque un incendio en 1761 en las Casas Consistoriales destruyó los fondos del archivo municipal.

En cuanto al rango del templo, la tradición defiende que se constituyó como abadía pero se sabe que a mediados del siglo XIII era simple parroquia, y aunque el primer documento que menciona la existencia de un cabildo es de 1332, lo más probable es que lograra esa jurisdicción antes, también en tiempos de Sancho IV y María de Molina, dependiente de la diócesis de Zamora. El rango de colegiata lo perdió en virtud del Concordato entre el Estado Español y la Santa Sede firmado en 1851, que en su art. 21 estableció que quedaran suprimidas todas las colegiatas, convertidas en iglesias parroquiales, con el nombre de parroquia mayor si en la localidad hubiese otra u otras parroquias, como en este caso. También se establecieron excepciones y algunas conservaron el rango, pero no la de Toro.

En el siglo XX experimentó varios procesos de restauración, protagonizados por los arquitectos Alejandro Ferrant Vázquez, Luis Menéndez Pidal o Francisco Pons-Sorolla, que afectaron a la cabecera, eliminándose las dependencias que habían sido adosadas a lo largo de los siglos y dejando la colegiata exenta. En la década de 1980 se restauraron la torre y el pórtico de la Majestad y en 2012 le tocó a la portada norte.

Observada en planta, presenta tres naves de tres tramos, transepto que casi no sobresale en planta de igual anchura que la nave central, falsa cúpula en el crucero, tres capillas absidiales con tramo recto y remate semicircular y tres accesos, uno a los pies y otros dos laterales abiertos en los tramos centrales de las naves laterales. Con posterioridad se adosó una sacristía al crucero de la Epístola y la capilla de la Majestad en la fachada oeste.

Planta (1). Las indicaciones son mías

La cabecera destaca por los volúmenes formados por los tres ábsides, más alto y profundo el central, un perfil románico clásico con una disposición que podría darnos una idea de cómo sería la cabecera de la catedral de Zamora antes de la intervención en época de los Reyes Católicos para convertirla en un testero plano.

Cabecera de la ex-colegiata de Toro

Los tres ábsides cuentan con basamento y se dividen en dos cuerpos, el inferior ciego, aunque el central está decorado con arcos ciegos que los laterales no presentan. Los cuerpos superiores de estos últimos cuentan con una ventana central de arco de medio punto con columnillas y capiteles y en el central se disponen tres calles divididas con columnas encastradas con tres arcos muy similares a los de los laterales, todos ciegos menos los centrales de cada calle. Casi todos los capiteles tienen decoración vegetal, con dos excepciones zoomórficas. Las cornisas están formadas por arquillos de tradición lombarda sobre ménsulas piramidales invertidas. Como el presbiterio tiene mayor altura que el ábside, se aprovechó para abrir un rosetón que también ilumina el interior.

En cuanto al cimborrio, se inspira en los de la catedral de Zamora y la Catedral Vieja de Salamanca, formando parte del conocido grupo de “cimborrios del Duero”, al que hay que añadir la llamada Torre del Melón de la antigua sala capitular de la Catedral Vieja de Plasencia.

El cimborrio desde la calle Mayor de Toro

Presenta dos pisos, diferenciándose en este sentido del zamorano, con vanos de medio punto polilobulados y cuatro torrecillas en los ángulos que actúan como contrafuertes, añadidas por necesidades de estabilidad y que son resultado de la proyección horizontal de los cuatro pilares del crucero. El conjunto está rematado por un armazón de madera cubierto con faldones de teja curva.

Detalle del cimborrio

La fachada norte abre a la ciudad, ante una plaza y rodeada de un atrio que indicaba la jurisdicción del templo. En ella destacan el gran rosetón del transepto del Evangelio, la portada y la torre.

Fachada norte de la colegiata, con el hoy acceso principal en la portada abierta al segundo tramo
de la nave del Evangelio

La portada norte, es románica, fechada a fines del siglo XII. Se organiza mediante un plinto muy restaurado en la primera mitad del siglo XX, sobre el que se levantan columnas agrupadas de tres en tres con capiteles muy deteriorados que parecen indicar decoración vegetal y zoomórfica, ábaco común y cuatro arquivoltas de medio punto, la interior apoyada sobre las jambas de la puerta y las otras tres sobre los grupos de tres columnas.

Portada norte

La primera arquivolta cuenta con decoración vegetal y un trasdós polilobulado en el que se alternan elementos vegetales con bustos de ángeles con las alas desplegadas.

Capiteles y arquivoltas de la izquierda

Capiteles y arquivoltas de la derecha

La segunda arquivolta presenta siete ángeles turiferarios a cada lado, todos dispuestos de forma radial y girados hacia la figura central en la clave, un Cristo bendiciendo.

Detalle de la primera y la segunda arquivolta

La tercera arquivolta de nuevo presenta decoración vegetal, con una flor de cardo con las hojas abiertas en cada una de las dovelas.

Finalmente, la cuarta arquivolta desarrolla un Juicio Final, con Cristo en Majestad flanqueado por la Virgen y San Juan con barba, de ahí que tenga que identificarse con el Bautista en vez del Evangelista, formando una Déesis de tradición bizantina, y los veinticuatro ancianos del Apocalipsis con variados instrumentos, todos sentados sobre un banco corrido y reposando los pies en escabeles.

Detalle de la cuarta arquivolta, con una Deesis central flanqueada por los ancianos del Apocalipsis

La torre, en el lado del Evangelio de la fachada oeste, lo mismo que en la Catedral Vieja de Salamanca, se levantó una vez terminado el cuerpo del templo. Tiene planta cuadrada de potentes muros y contrafuertes y ha sido sometida a múltiples reconstrucciones, la última barroca, de mediados del siglo XVIII, cuando se opta por demoler la mitad superior para erigir un nuevo cuerpo de campanas y un remate octogonal, obra de Francisco Escudero.

La famosa portada de la Majestad se ubica en la fachada occidental y fue el acceso principal de la colegiata hasta la construcción de una capilla a los pies del templo, hoy capilla de santo Tomás Apóstol, de ahí que en la actualidad haya primero que acceder a la colegiata para salir a la capilla y contemplarla (dada su espectacularidad, incrementada, si cabe, por conservar su policromía original, le dedico un artículo aparte que puede consultarse aquí).

Acceso a la capilla de santo Tomás Apóstol desde los pies de la colegiata

Portada de la Majestad en la capilla de santo Tomás Apóstol

La fachada sur abre a un gran balcón con vistas al Duero conocido como el Espolón, desde el que se ve el famoso puente y toda la vega. En ella destaca la capilla de santo Tomás adosada a los pies, portada del Espolón, abierta al segundo tramo de la nave de la Epístola y el volumen de la sacristía, adosado al transepto de ese lado.

Fachada sur

Vista del valle del Duero desde la colegiata

La portada sur o del Espolón es contemporánea a la del norte pero más sencilla, con la parte baja con tres parejas de columnas con capiteles con decoración vegetal de aspecto corintio sobre las que se apoyan cuatro arquivoltas baquetonadas ligeramente apuntadas y decoradas con motivos geométricos y vegetales, la primera de nuevo apoyada sobre las jambas de la puerta.

Portada del Espolón

Al exterior se observan múltiples ventanas y rosetones. Además de las mencionadas en la zona absidial y el cimborrio, entre las ventanas destacan las tres de la fachada norte, de distinta hechura y cada una abierta a un tramo de la nave del Evangelio.

Los rosetones y óculos, también de diverso tamaño y trazado, se encuentran en los hastiales este y oeste de la nave central, en los transeptos y el hastial oeste y en los dos últimos tramos de la nave de la Epístola.

Óculo sobre la portada del Espolón

Ya en el interior, las naves están separadas por pilares cruciformes pensados para adosar columnas en los acodos, aunque en algunos faltan. El primer tramo de cada nave lateral se cubre con bóveda de aljibe de cañón apuntado que aparenta ser de crucería por la incorporación de cuatro nervios diagonales que refuerzan sus aristas, mientras que los dos tramos restantes ya tienen bóveda de crucería real, esta vez octopartita.

Detalle de las cubiertas de la nave del Evangelio

Sin embargo, la nave central y el transepto están cubiertos con unos arcaizantes cañones apuntados reforzados con arcos fajones doblados que indican la presencia de un taller posterior menos evolucionado que el que se encargó de la obra con anterioridad, dejando sin funcionalidad los pilares con columnas en las que tendrían que apear los nervios de una cubierta de crucería que, sin embargo, acaban inesperadamente a la altura de la imposta.

Interior del templo desde el segundo tramo de la nave central

Nave central desde el crucero, con los pilares preparados para soportar una cubierta de crucería
en vez del cañón apuntado que presenta

En la cabecera, el altar mayor tiene bóveda de cañón apuntado en el tramo recto y bóveda de horno en el remate semicircular, mientras que los ábsides laterales tienen medio cañón puro.

La capilla mayor está cerrada por una verja de hierro forjado del siglo XVII y en los extremos cuenta con sendos púlpitos del mismo material. Muestra el escudo de los Fonseca en la parte superior porque en 1468 se convirtió en patronato de una rama de la familia, de ahí los arcosolios en los testeros del presbiterio.

Capilla mayor

Arcosolios del testero del Evangelio

Arcosolios del testero de la Epístola

El retablo mayor es una obra barroca del siglo XVIII de Simón Gavilán y Tomé. Tiene forma de templete que cobija una talla de la Virgen de la Asunción, titular del templo, rematado con una pequeña cúpula rodeada de las Virtudes.

Retablo mayor, dedicado a la Virgen de la Asunción

El ábside del Evangelio estuvo bajo la advocación de san Nicolás de Bari, después fue sede de la Cofradía de la Piedad y más tarde de la Hermandad de san Valentín, pasando a patronato de la familia Ulloa en el siglo XVII, con nichos sepulcrales en los testeros, hoy vacíos.

Ábside del Evangelio

En la actualidad cuenta con una pequeña tabla procedente de la iglesia de Fuentesecas con un Llanto sobre Cristo muerto, obra de Lorenzo de Ávila fechada ha. 1550.

Llanto sobre Cristo muerto de Lorenzo de Ávila y talla de un Ecce Homo en la capilla absidial del Evangelio

El ábside de la Epístola fue sede de la Cofradía de Nuestra Señora de la Asunción y Santiago en el siglo XV y después se convirtió en patronato de la familia Enríquez, con un retablo hoy sustituido por otro plateresco de Luis del Castillo fechado en 1530, aunque con posteriores añadidos tardobarrocos, que se organiza mediante banco, dos cuerpos de tres calles y ático en el que se distribuyen diez tablas que narran la Vida y Pasión de Cristo, desde la Anunciación hasta la Crucifixión.

Ábside de la Epístola

Detalle de las escenas de la Flagelación, el Ecce Homo, la Subida al Monte Calvario y la Crucifixión en el ático

En cuanto a la cubrición del crucero, responde a un criterio retardatario y, además, como improvisado, pues la estructura portante no está diseñada para este tipo de cubierta. Así, sobre los cuatro arcos torales se desarrollan pechinas de irregular curvatura, sin formar triángulos esféricos ni ser parte de una bóveda baída, que soportan una linterna de planta hexadecagonal con doble orden de dieciséis vanos de medio punto sobre los que se sitúa una falsa cúpula, compuesta por un haz de dieciséis nervios que sostienen plementos de ladrillo.

Cubierta del crucero

La mayoría de los capiteles de las columnas adosadas a los pilares que separan las naves presentan decoración vegetal, pero las de los arcos torales del crucero cuentan con escenas historiadas, distinguiéndose a Daniel en el foso de los leones, una jauría de perros, una Despedida de un caballero y su dama o una arpía, dentro de las formas zoomórficas procedentes del bestiario medieval.

Las esculturas con los símbolos de los Evangelistas de las pechinas, salvo el león, que es moderno, datan de la época de doña María de Molina, cuando también se culminó la portada de la Majestad a los pies del templo.

Símbolo de san Mateo en una de las pechinas

Símbolo de san Lucas en una de las pechinas

También son de ese periodo las cuatro grandes esculturas en piedra policromada adosadas a los cuatro pilares del segundo tramo de la nave central, Santiago y el Evangelista y otras dos componiendo una Anunciación. Están bajo doseletes góticos y apoyan en ménsulas historiadas. Las de san Gabriel y la Virgen muestran los episodios del Génesis de la Creación de Adán y Eva y el Pecado Original, la de san Juan es un rostro entre vegetación y la de Santiago muestra tres figuras orantes.

Santiago y san Juan Evangelista

La Anunciación

El Pecado Original en la ménsula de la Virgen

Este ámbito estaba ocupado por el coro, hoy desaparecido. La reja, realizada en 1583 por Juan Tomás Celda y Diego Roa con el patrocinio de don Rodrigo de Ulloa, primer marqués de La Mota, procede del desaparecido monasterio de san Ildefonso.

Ámbito que estuvo ocupado por el coro, con la reja del monasterio de san Ildefonso y
las esculturas de la Anunciación

En el transepto del Evangelio se encuentra un retablo de la Asunción y los Santos Juanes procedente del Hospital de la Cruz de Toro, que fue patrocinado por don Juan Rodríguez de Fonseca, arzobispo de Burgos nacido en Toro, de ahí la presencia de sus escudos.

Transepto del Evangelio desde el de la Epístola

Con trazas atribuidas a Pedro Díez ha. 1530 y las pinturas de Lorenzo de Ávila se organiza mediante banco, dos cuerpos de tres calles y ático y conserva ocho de sus nueve pinturas. El banco tiene el espacio central vacío, flanqueado por los apóstoles Pedro y Santiago el Mayor. El primer cuerpo está presidido por la Virgen de la Asunción, flanqueada por el Bautista y el Evangelista y en el segundo aparece un Calvario con las escenas de la Natividad y la Epifanía. El ático está reservado para el escudo del promotor.

Retablo de la Asunción y los Santos Juanes

Detalle del rosetón del transepto del Evangelio, el más grande del templo

En el transepto de la Epístola se encuentra un órgano barroco de comienzos del siglo XVIII, con mecánica de Manuel de Villa y caja de Manuel López de Ribera y Francisco y Santiago Rico.

Órgano barroco en el transepto de la Epístola

En el primer tramo de la nave de la Epístola está el retablo de san Ildefonso, una obra de 1767 atribuida a José García y patrocinada por don Alonso López de Arce y su esposa, doña Joaquina Ramos, con una escultura del santo titular y otra de san Joaquín, santo patrón de la dama, en el ático.

Retablo de san Ildefonso

Al ser una iglesia musealizada, por todo su ámbito se encuentran distribuidos retablos, esculturas, tallas de devoción, Crucificados, pinturas...

La nave de la Epístola desde el transepto, con obras de arte distribuidas.
Al fondo se ve el retablo del Cristo de la Pasión

Crucificado anónimo del siglo XV repintado en el XIX y Crucificado atribuido a Antonio Picardo
fechado en la primera mitad del siglo XVI, procedente del desaparecido
convento de san Ildefonso de Toro

El Retablo del Cristo de la Pasión se encuentra a los pies de la nave de la Epístola. Está fechado en el siglo XVIII, con un Crucificado central atribuido a Juan Calleja, los bustos del Ecce-homo y la Dolorosa a los lados y ático con san Ignacio de Loyola.

Retablo del Cristo de la Pasión

El retablo de la Virgen de las Paces fue realizado en 1642 con el patrocinio de doña Petronila de la Paz Enríquez para su capilla funeraria en el ábside de la Epístola. Tiene una escultura de la Virgen rodeada de cuatro ángeles tocando instrumentos musicales y ático con un Calvario, tablas al óleo de Cristóbal Sánchez.

La sacristía, adosada al crucero de la Epístola, es de planta rectangular y en la actualidad está habilitada como sala de museo.

Volumen de la sacristía, en primer plano a la izquierda, adosada al transepto de la Epístola

Sacristía

En ella puede verse la famosa tabla de la Virgen de la Mosca fechada ha. 1520 y atribuida por algunos autores a Jan Gossaert (lamentablemente durante mi visita a comienzos de junio de 2014 no estaba expuesta), un Calvario de marfil y carey de hechura italiana del siglo XVII, un retablo de la Virgen de los Remedios con pinturas de Gaspar de Palencia de 1585 o un busto-relicario de Santa Teresa de Jesús de Estaban Rueda de ha. 1622.

Virgen de la Mosca (3)

Y para terminar con este paseo, la última sorpresa es la Cámara del Tesoro, alojada en el cuerpo bajo de la torre, con piezas litúrgicas de plata, aderezos de imágenes de devoción, navetas, relicarios…

Cámara del Tesoro de la colegiata de Toro

Otras COLEGIATAS en Viajar con el Arte:


Referencias:

(2) VV.AA. La restauración de la portada de la Majestad de la Colegiata de Santa María la Mayor de Toro, Toro, 1996.
(3) http://ipce.mcu.es/documentacion/fototeca/fondos/doc-fot-fond-conserv5.html 

Fuentes:

VV.AA. La restauración de la portada de la Majestad de la Colegiata de Santa María la Mayor de Toro, Toro, 1996.

Comentarios

Antonio Banús ha dicho que…
Estupendo documento. He vuelto a recorrer contigo esta maravillosa colegiata. Hasta el lunes que viene
Unknown ha dicho que…
Con el post de hoy me has dao.....es uno de los lugares a los que más me gusta volver- Esta Colegiata es imponente y no solo su portada que quizás sea lo más conocido. Una autentica gozada "viajar" contigo. Ya sabes que con tu permiso me sirvo de tu trabajo para poder hacer el mio y tus fotografías son siempre motivo de entusiasmo entre mis" chic@s"Esplendida de nuevo. Gracias.
Constantino ha dicho que…
Gracias por facilitarnos este extraordinario trabajo. Nos haces vivir el arte.
Boro ha dicho que…
Fantástica continuación del anterior post dedicado a la portada de la Majestad. Me encanta la precisión con la que usas los términos arquitectónicos y la explicación del cambio arcaizante que se da en la nave central. Estuve hace no mucho por ahí y me pasó desapercibido totalmente, una pena no haber tenido esta entrada hace unos meses.
He estudiado en Salamanca, con Toro a un tiro de piedra durante bastantes años y nunca pensamos en hacerle una visita, años después, ya viviendo en Madrid visité Toro y fue una sorpresa bastante agradable (porque realmente solo íbamos a ver la colegiata). Un casco histórico bastante bien conservado y muy grande con sus casitas de dos plantas y bastantes monumentos de gran interés y unas vistas excepcionales sobre el valle del Duero. Sin duda merece la pena una visita con la única pega de tener algunas zonas del casco un tanto descuidadas.
Muchas gracias por tu esfuerzo.
Un abrazo
Sira Gadea ha dicho que…
Estaría genial poderlo hacer de verdad, juntos con nuestras cámaras fotografiándolo todo. Un abrazo, Antonio.
Sira Gadea ha dicho que…
Pues me alegro mucho, Mª Antonia. Hay lugares emblemáticos para cada uno que siempre nos emocionan. Dales un abrazo a tus "chic@s", que ya hasta son un poquito míos. Un beso.
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias a ti por tu comentario, Constantino. Me ha llegado, pues de eso se trató cuando empecé con esta aventura del blog, de poder transmitir lo que yo vivía el arte. Un saludo. Espero poder seguir "viéndote" por aquí.
Sira Gadea ha dicho que…
A mí también me sorprendió muy gratamente Toro en mi última visita a comienzos de este mes. Había estado más veces y la recordaba algo lúgubre, medio abandonada por el casco histórico salvo la calle mayor, la que atraviesa desde el norte hacia el sur hasta llegar a la colegiata. Han sabido revitalizarla mediante un circuito de visitas de otras cinco iglesias más, restauradas y acondicionadas como salas de museo y que resultan muy atractivas, la verdad. Si vuelves no dejes de visitarlas porque seguro que te gustan. Un abrazo y mil gracias a ti por tus puntuales comentarios.
enrique ha dicho que…
¿Se sabe qué fue del coro?
En Toro murió, desterrado y con el juicio perdido, el otrora todopoderoso conde-duque de Olivares, ya que la Vila era señorío de la familia de su mujer.
Gracias por otra archiestupenda entrada.
enrique ha dicho que…
Se me escapa, pero ¿por qué ya no es colegiata?
Sira Gadea ha dicho que…
No sé qué fue del coro. Si alguien lo sabe, estaría genial que nos lo dijera. Muchas gracias por tu aportación Enrique. Un abrazo.
Sira Gadea ha dicho que…
Como comento, perdió ese rango en 1851, cuando la Santa Sede decidió que no podía tenerlo ninguna ciudad que no fuera capital de provincia, pasando a ser iglesia parroquial.
Unknown ha dicho que…
Varias apreciaciones:
-En primer lugar felicidades por el trabajo. Es realmente bueno y bien documentado, teniendo en cuanto lo que se va cada día por la red.
-Preguntáis por el coro; pues bien fue vendido en parte por la Parroquia durante la restauración de los años 40. Otra parte la "adquirió" (se la llevó) el Estado y nunca más se supo. Sólo quedan tres sitiales en la Sacristía pertenecientes al coro bajo.
- Con respecto al rango de Colegiata, como bien dices la Santa Sede y la Corona firmaron un nuevo Concordato en 1851. En este Concordato se acuerda suprimir algunas Corporaciones Colegiales, pero no coincidiendo con las que no estaban en la capitalidad provincial. El criterio fue más aleatorio... El problema era económico. La Corona se comprometía a pagar unas cantidades a las Corporaciones y dado el número no podía hacer frente a todas...
En Toro al suprimir el Cabildo, el Obispo nombra un Párroco con las funciones del Abad y ocho coadjutores con las de los canónigos. Así en la práctica la Colegiata siguió teniendo Cabildo... Por tanto lo que perdió fue el Cabildo. No el rango. La actual Parroquia de Santa María la Mayor, está en el templo Colegial de la Ciudad.
Sira Gadea ha dicho que…
Muchísimas gracias por tu comentario y por habernos informado sobre qué ocurrió con la sillería del coro. En una próxima visita me fijaré en los sitiales conservados en la sacristía. En cuanto a lo del rango colegial, es precisamente en el Art. 21 2ª del Concordato donde se dice que se conservarán “Las colegiatas sitas en las capitales de provincia en donde no exista silla episcopal”. De ello deduzco que, si hubo motivaciones económicas por no poder mantenerlas todas, hubo que optar por un criterio aplicable por igual y se pensó en conservar las que estaban en capitales, por lo que las que no lo estaban, quedaban automáticamente suprimidas. En los siguientes apartados, y cómo suele ser habitual, se da cuenta de las excepciones, que en este caso fueron las de patronatos particulares que demostraran poder correr con los gastos y otras concretas colegiatas, que fueron Covadonga, Roncesvalles, San Isidro de León, Sacro Monte de Granada, San Ildefonso, Alcalá de Henares y Jerez de la Frontera. Saber qué criterios se adoptaron para que fueran éstas y no otras ya sería cuestión de una investigación histórica concienzuda, aunque supongo que contaría la especial relevancia de las mismas a mediados del siglo XIX.
Sira Gadea ha dicho que…
Aquí un enlace útil al texto del Concordato: http://www.uv.es/correa/troncal/concordato1851
Gracias por tan interesante aportación relacionada con mi parroquia y colegiata de Toro

Respecto al coro y a lo comentado sobre su venta durante los años 40 tengo mis dudas al respecto de las fechas, no de su posible venta. El coro lo recuerdo de mi niñez y soy nacido en el 46 ... No me cuadra

Un saludo muy cordial
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias por tu comentario y por el dato que apuntas respecto al coro. Una pena que se perdiera. Un saludo.
jaz1 ha dicho que…
mis fotos se pueden utilizar libremente, pero no me gusta que las firme otro
google tiene un buscador de fotos
https://www.google.es/search?tbs=sbi:AMhZZitUCVDm8nCzjI3FvNMPC3uErOgwJPebPnu9r4HT_1R_1CHse6pnxD-ZGstrHncPPG3Qeobk-ugIMsuK1CgAkwnGytDO93JM29ggr4Vu356Em4Pfx6ycz2Q8PWubLNQM68HfW319V2AjFWufkasRaHFa7KUzKljBjzjWAr_1EviN3M6v4UemDnS8ExC48CDsuTPqgDKbSypCLrSOCs_1WHU0KskV703BfIFRjKMWr2qaj658SbFs8DXEHw1HYUf2-5tzCiHkcVonLyMzRy5qZnMFVOgqVRrq27hGBhgGargWpgc4jpdDkw0RqtsfeP_1cXcRuHoSx4lvJ_1UZImx7iQUybW2tMahzmUqcQXU7ZNpKNKgj5dmQLdrIS90ZAKbiVw9XsgZRp-eIXT016KFibrPuAXLv8WHeBOiCc8q_12I0m3kDjJQSgWocyadlo1s-8o9fDfFPkvb5jkQ2fWoKpsgmn0OUx7AjoiCgxC42S2DulDd4PoZk2TnaCOWTV2gZ3aCBSt_1PQyBSae-BGEHYiBhg5cGkz9F6SMlIrlaJojD25iVAR_10NyUGPRuCpDk5RPL5E3RY0N_19qmqRBxvRvendP1eWND3Vsioz5lozBAbd10AkjvbsG2W6bfC3orBHaoL7W75i3ew0fMJE5VKhYDTXbuVwFxw05i2wj7i2RF2qzC4uQd_1UCKkzjhPQmg_18c9l4yUl9b57JWW6JcyVcNydPx8lU2ItBH436808L4JOelvmqHgqC-nuOy1PnBOsNc9KOXZgJB-k0IkmscG2i7ld0YqSPQ5GGmMXa3u35_1ulIbJDbJ4GaNsF7HPlHqUNa_1RwIoRfmlC8QJW-cQrGivaCB00AX1Gn7MOZwji2J48vqV5vry8INH1pwxill-iFFOCQxakJGDniym0njh_1JNe_1YcdBhpSUdPFWb-GmQkSBAK4g0wp5kvG_13q8rKBu9yc_1AAe6GKOYpKTa4T7R0KV28fcxtntdeWkQfJDIzd-5cmSnwaUD6acdxU4hd4fmri5Ew8FzE0r9FUNxKi5HRxTI5Lq322IOo7JPVjEYypiFwLxx8Nm0vCCLCe2xLoqYiWbKUSOnzmI2VdQTPEek7t4IUZ-Hu2k2wK7J853LTtRS9e8drIywUnPg_1QglX7Ji03wUD3PXncYuJuVLot56Nztt5a8JX0pjHIHBFn3URl4dhBqZPINM6SkjGFLqPaDC8QYobtfD44uXorTThDgPjphYFOxfUyA8bmKS2JZb8wisxNsdl7WJRBr1PNYHCeXosEGU4Eau5agDKqnfFt6Hbdgrf1j0H9e4SM1YWLwjmCrvw6rl0qqrK7as_1f1TC41T0INcI8nvrK96fQJR6PF2aGbAIcgreTQ_1jpez6qnWApMzhZhxsUu7YjcLjVFXcaI86eQWWp9c1SBaLxQmcqzSZfVzrqGroM2f0nR67K_1qKMjjBk_17NHMQRtxsOdzQkD88fU-PQOyofwtSAONYwE
Sira Gadea ha dicho que…
Yo no firmo nunca (salvo error u omisión) ninguna fotografía que no sea mía. De las pocas que utilizo que no han salido de mi cámara, pongo siempre la referencia si son de uso libre, y si no lo son, antes de utilizarlas pido permiso a su autor. Por ello, lamento decirte que la fotografía a la que haces referencia es mía y solo mía, por mucho que se parezca a la tuya, y fue realizada el 6/6/2014 a las 12:32 con una CANON EOS 1000D. Antes de acusar a nadie de nada, para la próxima vez, te aconsejo que estés segur@ de lo que dices.
jaz1 ha dicho que…
ruego aceptes mis disculpas solo decirte que me siento avergonzada....salu2 desde madrid
Sira Gadea ha dicho que…
Tu gesto te honra. Disculpas completamente aceptadas. Un saludo.
Anónimo ha dicho que…
Vaya,yo estuve hay

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