El ábside de la basílica de santa Práxedes en Roma
La actual basílica de santa Práxedes en Roma, con una historia por la que ya nos paseamos hace
unos días, en la colina del Esquilino, muy cerca de Santa María la Mayor, en el
rione Monti, fue levantada por el
papa Pascual I durante la segunda década del siglo IX y de este esplendoroso
periodo de la Alta Edad Media todavía conserva, además de la capilla de san Zenón, en la que ya nos
detuvimos, un magnífico ábside decorado con mosaicos en el que hoy os invito a
deleitaros.
Basílica de santa Práxedes de Roma |
Conjunto de mosaicos de la cabecera, con el arco diafragma en primer término y el ábside al fondo |
El ábside en sí abre mediante un arco de medio punto que muestra en el intradós una guirnalda de flores con el anagrama de Pascual I, su promotor, en el centro.
Sobre la clave del arco aparece Cristo como Agnus Dei dentro de un clípeo azul, sobre un trono y con el códice de los
siete sellos debajo, símbolo del regreso de Cristo a la Tierra para el Juicio
Final. Está flanqueado por los siete candelabros que en el Apocalipsis se
corresponden con la Iglesia de Asia. A continuación se ubican dos ángeles a
cada lado y los símbolos del Tetramorfos y más abajo están representados los
veinticuatro Ancianos, doce a cada lado, vestidos de blanco y sosteniendo
coronas de la Victoria para dar la bienvenida a Cristo Juez.
Intradós del ábside con el anagrama de Pascual I sobre el que se ve el Agnus Dei flanqueado por los siete candelabros |
Detalle de la enjuta del Evangelio, con dos ángeles, dos de los signos del Tetramorfos y doce de los ancianos del Apocalipsis |
En cuanto al casquete, en la parte baja se ubica de nuevo un
Agnus Dei central sobre una pequeña colina, símbolo del Paraíso, de la que
brotan los cuatro ríos y a la que se acercan doce corderos, símbolo de los
Apóstoles, seis a cada lado, que parten de las ciudades de Belén, en el lado
del Evangelio, y de la de Jerusalén, en el de la Epístola.
Casquete absidial |
Por encima, y separados por una franja que simboliza el río
Jordán, lugar en el que se instituyó el sacramento del Bautismo, aparece Cristo
ataviado con una túnica dorada bajando por una escalera de nubes de colores,
con la mano derecha levantada y portando un rollo en la izquierda, tal y como ya
se había visto en el ábside del siglo VI de la iglesia de los santos Cosme y
Damián en los Foros. Sobre su cabeza, la Maiestas Domini emerge de las nubes para coronar a su hijo.
Ábside en San Cosme y San Damián (1) |
Cristo está flanqueado por los santos Pedro y Pablo presentando
a las hermanas Pudenziana y Práxedes ataviadas como aristócratas bizantinas y
un diácono no identificado, quizá San Zenón, en el extremo de la Epístola y
Pascual I en el del Evangelio, este último con nimbo cuadrado, el
correspondiente a un personaje vivo en el momento de la realización de la obra, presentando la maqueta de la iglesia como ofrenda a Cristo. Sobre la palmera
que tiene al lado está posado un ave fénix nimbado como símbolo de la
inmortalidad, otro contacto con el mosaico de los santos Cosme y Damián. Se
corresponde con otra palmera, ya sin ave, al otro lado, en una representación
axial de la escena.
Pascual I con nimbo cuadrado presentando la maqueta del templo y san Pablo presentando a santa Práxedes a Cristo. En la palmera puede verse el Ave Fénix |
San Pedro presentando a santa Prudenziana a Cristo con un diácono al lado |
La inscripción inferior hace precisamente alusión a la
ofrenda de la iglesia por parte del papa, buscando así asegurarse un lugar en
el Cielo.
Corderos que parten de la ciudad de Jerusalén dirigiéndose hacia el Agnus Dei, tapado por el baldaquino, y la inscripción alusiva a la fundación por debajo |
EMICAT AVLA PIAE VARIIS DECORATA METALLIS PRAXEDIS D(OMI)NO
SVPER AETHRA PLACENTIS HONORE PONTIFICIS SVMMI STVDIO PASCHALIS ALVMNI SEDIS
APOSTOLICAE PASSIM QVI CORPORA CONDENS PLVRIMA S(AN)C(T)ORVM SVBTER HAEC MOENIA
PONIT FRETVS VT HIS LIMEN MEREATVR ADIRE POLORVM
(Este edificio decorado con piedras preciosas brilla en
honor de la pía Práxedes, amada por el Señor del Cielo, gracias al sumo
pontífice Pascual, elevado a la Sede Apostólica. Él deposita en sus muros los
restos de muchos santos recogidos de varios sitios en la confianza de así
merecer su acceso al Cielo)
El arco diafragma
más cercano al ábside que ya he mencionado se conforma como arco de triunfo que abre a la zona más
sagrada del templo y también está decorado con mosaicos que completan el ciclo
iconográfico representando la Jerusalén
Celestial, con el intradós también decorado con unas guirnaldas de flores y repitiendo
el anagrama de Pascual I en el centro. Sobre el arco aparece la ciudad sagrada
fortificada que aloja a Cristo, en el centro, con túnica roja y flanqueado por
dos ángeles. A su derecha, el lado del Evangelio, el de mayor dignidad, se
encuentran la Virgen y san Juan Bautista seguidos de seis apóstoles encabezados
por san Pablo. Al final, en una posición algo más alta, está Moisés sosteniendo
las Tablas de la Ley, identificadas con la cartela “LECE”.
Arco diafragma que separa el cuerpo de la nave del ábside |
Jesusalén Celeste |
Cristo flanqueado por dos ángeles y con la Virgen y el Bautista a su derecha y santa Práxedes y san Pedro a su izquierda |
A la izquierda de Cristo, el lado de la Epístola, abren el
séquito santa Práxedes con san Pedro, seguidos de los otros cinco apóstoles. En
pendant con Moisés, están Elías y el ángel, con alas de oro, túnica roja y el
libro del Antiguo Testamento entre las manos.
Elías y el ángel sobre tres de los apóstoles |
A ambos extremos aparecen las puertas abiertas de la
Jerusalén Celestial custodiadas por ángeles ante los que se sitúan sendos
grupos de personas esperando ser los elegidos. Entre los del lado de la Epístola
de nuevo se distinguen a Pedro y Pablo, flanqueando a un ángel, y a
continuación, obispos y mártires. Los personajes del lado del Evangelio se han identificado con las santas
Práxedes y Pudenziana, su padre y otros bienaventurados.
Bienaventurados en el lado de la Epístola |
Bienaventurados en el lado del Evangelio |
El programa se termina completando más abajo, también a
ambos lados, donde se distinguen sendos grupos de mártires agitando sus
palmas del martirio.
Mártires del lado de la Epístola agitando las palmas, parcialmente tapados por el balcón añadido en época del cardenal Borromeo |
Pero es una zona en la que se perdió parte del mosaico por
una intervención en 1564 por orden del cardenal Carlos Borromeo, titular de la
basílica, en la que se construyeron, según trazas de Martino Longhi il Vecchio,
sendos balcones en los que exponer las reliquias más destacadas del templo en
los días de fiesta, dentro de la campaña contrarreformista de enfatización de
las reliquias, negadas por el protestantismo y siguiendo las directrices del
Concilio de Trento en las que el altar, lugar de exposición hasta el momento,
debía reservarse sólo para el rito de la Eucaristía.
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