La iglesia de la Vera Cruz de Segovia
La emblemática iglesia
de la Vera Cruz, al noroeste y extramuros de la ciudad de Segovia, en el
arrabal de San Marcos, a la orilla derecha del río Eresma, junto a la
serpenteante carretera que conduce a Zamarramala, de la que fue iglesia
parroquial durante siglos, muy cerca del monasterio de Santa María del Parral
y del convento de Santa Cruz la Real, es
una de las estampas segovianas más conocidas, con una impresionante vista desde
el parque del Alcázar.
La Vera Cruz desde el parque del Alcázar de Segovia, con Zamarramala al fondo |
Situación de la Vera Cruz respecto al entramado urbano de Segovia. Planoteca IPCE. Las indicaciones son mías |
El Alcázar desde la Vera Cruz |
Un Breve del papa Honorio III de donación de la reliquia del
lignum crucis del 13 de mayo de 1224, hoy conservado en la iglesia parroquial de Zamarramala, sí menciona que la
misma fue realizada a los Caballeros Templarios. Pero las
investigaciones realizadas por Demetrio Mansilla en la década de 1960 no
localizaron dicho Breve en los Archivos Vaticanos, lo que unido a que el uso en
el documento de la fórmula final “sellado con el Sello del Pescador”, no
utilizada por la Cancillería Vaticana hasta el siglo XV, y el que se diga que el relicario
está labrado en “estilo gótico”, un término imposible de encuadrar en el siglo
XIII, parecen concluir que es un documento apócrifo e incluso hace dudar a algunos investigadores de la propia
autenticidad de la reliquia, quizá utilizado para reforzar un falso lignum crucis
y en el que se cita a la Orden Templaria simplemente recogiendo la tradición
subsistente.
Segovia desde la Vera Cruz |
"El infrascrito Secretario cerca de la Silla Apostólica, da
testimonio a todos y cada uno de los fieles cristianos que estas letras vieren:
que Onorio III, siervo de los siervos de Dios, tomó de un fracmento del brazo
derecho de la Cruz del Salvador (el figurado), del que formó dos cruces (de
esta misma dimensión) y reunidas la una sobre la otra en forma de Cruz
patriarcal, las cerró en otra de oro, sumamente labrada por el estilo gótico y adornada con piedras
preciosas, que regaló para perpetuar su culto a los Caballeros Templarios al
acto de su profesión, como principal y glorioso trofeo de esta Militar Orden, a
la Iglesia del Sepulcro del Santísimo Cristo que está al Septentrión de Segovia.—
Dado en Roma y sellado con el Sello del
Pescador, a 13 de mayo de 1224". (El subrayado es mío).
El vocablo “gótico” fue acuñado a mediados del siglo XVI por
el tratadista, arquitecto y pintor Giorgio Vasari en Le Vite de' più eccellenti architetti, pittori et scultori italiani
para referirse peyorativa y concretamente a la arquitectura “tedesca”, alemana,
o “maniera dei goti”, estilo propio de godos, que consideraba monstruoso,
bárbaro y sin armonía en contraposición a la racionalidad y el sentido de la
arquitectura clásica, una consideración negativa que se mantiene durante
siglos, hasta su revalorización durante el romanticismo.
Por otro lado, ni el padre Mariana, en su Historia general de España de 1601, ni
Rodríguez de Campomanes en su obra sobre los templarios de 1747, mencionan
posesiones territoriales del Temple en Segovia. Sin embargo, el historiador La
Fuente en su España Sagrada de 1866 y
monseñor Luis Piavi, gran maestre del Santo Sepulcro que escribe una Historia
de la Orden publicada en 1893, coinciden en afirmar que el rey Alfonso VII
concedió a la misma varias posesiones en Segovia entre las que estaba la encomienda de Miraflores, actual
Zamarramala, recalcando ambos, además, que quieren evitar los malentendidos que
atribuyen la Vera Cruz a los templarios. Dicha encomienda pasaría a depender de Santa María la Mayor de Toro, en la
provincia de Zamora.
Así, parece ser mucho más probable que la erección de
nuestra enigmática iglesia corriera a cargo de la Orden del Santo Sepulcro de
Jerusalén que, no olvidemos, también acostumbraba a edificar iglesias centralizadas, tal y
como parece afirmar la lápida de consagración conservada en su templete
central, frente a la puerta lateral, en la que se menciona su advocación al
Santo Sepulcro, aunque después, cuando en el primer tercio del siglo XIII, la
iglesia recibió la reliquia (auténtica o falsa) del lignum crucis, adoptase también la de la Vera Cruz.
Aun así, hay autores que consideran que esta lápida no sería originaria de la Vera Cruz sino trasladada de otro templo, pues su tipología
pétrea no es igual a la del resto de la construcción y porque parece encajada
en un vano ciego en vez de empotrada en el muro, como sería lo lógico.
Lápida fundacional (1) |
HEC SACRA FUNDANTES / CELESTI SEDE LOCENTVR / ATQVE GUBERNANTES IN EADEM / CONSOCIENTUR DEDICATIO / ECCL(es)IE BEATI SEPULCRI IDUS / APRILIS ERA M CC XL VI
Los fundadores de este templo sean recibidos en la mansión celestial y que sus sucesores les acompañen en la misma. Dedicación de la iglesia al Santo Sepulcro en el día de los idus (13) de abril. Era de 1246 (se refiere a la Era Hispánica y se corresponde con el año 1208 de la actual Era Cristiana).
Los fundadores de este templo sean recibidos en la mansión celestial y que sus sucesores les acompañen en la misma. Dedicación de la iglesia al Santo Sepulcro en el día de los idus (13) de abril. Era de 1246 (se refiere a la Era Hispánica y se corresponde con el año 1208 de la actual Era Cristiana).
A favor de su fundación por los caballeros del Santo Sepulcro también parecen estar los estudios de los signos
lapidarios conservados en los pilares y columnas de acceso al ábside mayor y en
la entrada de los arcos de la parte superior del templete. Los más
abundantes son la P del Padre, seguida de la +
o la X del Hijo, la S del Espíritu Santo y la A del Alfa, y sus
perfiles no se corresponden con los de las Órdenes del Temple o de San Juan pero,
sin embargo, sí se muestran similares, por ejemplo, a los de la iglesia del
Santo Sepulcro de Zamora. De todos modos,
durante las restauraciones de la década de 1940 el abujardado al que fue sometido el interior del templo destrozó
gran parte de la información gliptográfica, por lo que éste es un dato no
definitorio.
En 1531, tras la unificación de dicha Orden con la de los Caballeros Hospitalarios de san Juan de
Jerusalén formando la Soberana
Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y Malta, pasó
a depender de ésta, que termina conociéndose simplemente como Orden de Malta cuando después de que
cayera Jerusalén se retiraron sucesivamente a Acre, Chipre y Rodas para
terminar en Malta en 1530, donde permanecieron hasta que en 1798 fueron
expulsados por las tropas de Napoleón, replegándose definitivamente en Roma,
donde todavía permanecen.
La Vera Cruz fue la iglesia parroquial de Zamarramala hasta que en 1692 este
título pasó a la recién erigida iglesia de Santa María Magdalena de dicha
localidad, cambiando su advocación por la de Virgen de la Paz, de ahí que en
uno de los ábsides se ubique una escultura románica en piedra de la misma, aunque
se la siguiera conociendo como "Iglesia de la Vera Cruz", convertida en ermita,
todavía perteneciente a los sanjuanitas y dejada al cobijo de un santero.
Tras la invasión francesa en la Vera Cruz ya no se celebró
culto con regularidad y con las desamortizaciones de la primera mitad del siglo
XIX el templo quedó abandonado, pasando a depender, a partir de 1844, de la
Comisión Provincial de Monumentos, en un estado de semiabandono que no se evitó
ni cuando en 1919, custodiado por la Comisión Central de Monumentos y el
consistorio segoviano, fue declarado Monumento Nacional, siendo necesario
esperar hasta mediados del siglo XX, para que después de que el Estado, gracias
a la intervención del Director general de Bellas Artes, el historiador
segoviano Juan de Contreras y López de Ayala, marqués de Lozoya, la devolviera
a la Orden de Malta, para que, de la mano del arquitecto Francisco Javier
Cabello y Dodero, Arquitecto Conservador de la Ciudad Monumental de Segovia, se
decidieran reponer las cubiertas, bóvedas y solados y se consolidara la torre.
La Orden de Malta o de san Juan, que igual que el resto de
órdenes militares, en la actualidad solamente son simbólicas, todavía se
encarga de la custodia y conservación de la Vera Cruz y celebra en ella su fiesta
anual el día de Viernes Santo, cuando sus caballeros protagonizan el traslado y
solemne procesión de un Cristo yacente y la reliquia del lignum crucis desde la Magdalena de Zamarramala.
Planta de la Vera Cruz. Planoteca IPCE. Las indicaciones son mías |
La iglesia muestra fábrica con zócalo de sillería y muros de
mampostería, reservando los sillares para los contrafuertes, los paños de las
dos portadas, los aleros y los vanos. Orientada canónicamente en el eje
este-oeste, presenta una curiosa planta, con un edículo interior dodecagonal de
dos alturas alrededor del que se desarrolla un deambulatorio cubierto con
bóveda de cañón apuntado con doce arcos fajones que apoyan en semicolumnas
adosadas con capiteles con decoración vegetal y geométrica, planta
perfectamente circular interior y muro exterior también de doce lados, un
número puesto en relación con las doce tribus de Israel y los doce apóstoles,
con una saetera de medio punto en cada frente. Pero esta estructura disimula su
centralidad mediante una cabecera con tres ábsides semicirculares y con la
incorporación posterior de una sacristía semicircular al lado del Evangelio y
un campanario de planta cuadrada al lado de la Epístola.
Cuarto ábside, construido como sacristía |
El acceso se realiza mediante las dos mencionadas portadas,
una principal hacia occidente, en eje con el ábside central, y otra lateral
hacia el sur.
Dibujo de la fachada oeste. Planoteca IPCE |
Fachada oeste |
La portada principal
se levanta sobre cuatro escalones que salvan el desnivel y está enmarcada por
dos contrafuertes y protegida por un tejaroz sobre canecillos con decoración
zoomórfica y vegetal y metopas con distintos motivos a base de rosetas.
Detalle de los canecillos y las metopas bajo el tejaroz |
Se compone de arco ligerísimamente apuntado de tres
arquivoltas decoradas con dientes de sierra que apoyan en tres columnas a cada
lado con capiteles esculpidos y tímpano liso, apoyado sobre ménsulas de granito,
considerado posterior al resto del edificio porque el despiezo de las dovelas
no es el típico de una construcción románica, que tiene como única decoración
una pequeña cruz patriarcal con dos traviesas pintada de rojo en el centro durante
las restauraciones de mediados del siglo XX sustituyendo a otra de igual
posición, forma, tamaño y color que estaba sobre un revoque de época incierta que
se decidió eliminar.
Detalle de la portada oeste |
En cuanto a la decoración de los capiteles, en el lado del
Evangelio y de fuera hacia dentro se distinguen uno con dos demonios torturando
a un personaje, otro con decoración vegetal y un tercero con dos bustos, uno
femenino y otro masculino, separados por el de un anciano, que hay autores que
interpretan como una representación de la Trinidad. Los del lado de la
Epístola, y en igual orden, muestran uno con una pareja de sirenas-pájaro o
arpías de alas explayadas, otro con aves afrontadas y un tercero con un combate
entre guerreros, que hay autores que dicen que son David, Goliat y un león.
Capiteles del Evangelio en la portada oeste |
Capiteles de la Epístola en la portada oeste |
Dibujo de la fachada sur. Planoteca IPCE |
Fachada sur |
La portada sur,
también enmarcada por contrafuertes, sin embargo, no tiene tejaroz. Es de medio
punto con dos sencillas arquivoltas que apoyan en dos columnas a cada lado con
capiteles decorados en los que a la izquierda vemos uno con un hombre y una mujer
separados por un elemento torreado que hay autores que interpretan como una
Anunciación, y otro con motivos vegetales y los de la derecha muestran uno con
una pareja de arpías también entre elementos torreados, y otro con motivos
vegetales.
Portada sur |
Capiteles de la izquierda de la portada sur |
Capiteles de la derecha de la portada sur |
Por encima del arco se ubica un relieve muy deteriorado que
se ha interpretado como las Santas Mujeres y el Ángel al pie del sepulcro vacío
de Cristo, la visitatio sepulchri, puesto en relación con su
advocación al Santo Sepulcro, aunque en este sentido los especialistas no son
unánimes.
Relieve de la visitatio sepulchri |
En una de las dovelas de la arquivolta lisa hay una
inscripción apenas legible que Quadrado transcribió como HIC JACET IDON. A(…),
OBIIT VII FEBRARII SUB Q. CLAVE TENET FERETRUM.ERA MCCXXXVII [año 1949] y el
marqués de Lozoya como HIC IACET ALON(sus) H/[…] NAVAIO OBIIT VIII/[…] FEBRARI SOB O/ECLE […] XIII E/ E M CE LXXX
VIII, y que concuerda con la escena del bajorrelieve superior.
Se sabe que esta portada contó con un pórtico del que hoy no
quedan huellas en el cuerpo bajo de la torre.
Dicha torre,
adosada a lado de la Epístola, es de planta cuadrada con tres cuerpos,
el inferior reforzado con contrafuertes, más un cuarto de campanas que ya se
fecha a fines del siglo XVI y que muestra dos vanos de medio punto a cada lado,
toda ella rematada con tejado a cuatro aguas.
Torre de la Vera Cruz |
A mediados del siglo XX se localizaron unos restos arquitectónicos
que hay autores que consideran que sería una primitiva torre de la iglesia,
exenta del templo, y que otros creen que son las huellas de una ermita dedicada
a san Miguel documentada en el siglo XVI como aneja a la Vera Cruz que se cree
que se utilizaría como osario parroquial y que fue desbaratada a fines del
siglo XIX, conservándose su constancia documental en una fotografía de Laurent
de hacia 1870 y en otra de inicios del siglo XX de Alois Beer.
También hay documentos que mencionan una vivienda para el
comendador de la encomienda junto a la iglesia que amenazaba ruina a mediados
del siglo XVII, y una fuentecilla en el fondo del barranco aledaño, al que se
accedía mediante una escalera, que abastecía al templo y a la casa y a una
huerta a disposición del santero.
Además, en el sustrato rocoso que sirvió de cimentación para
el templo, fundamentalmente en la zona que rodea la cabecera se han localizado
varias sepulturas antropomorfas excavadas orientadas en eje este-oeste.
Tumbas antropomorfas rodeando la cabecera de la Vera Cruz |
Dibujo de la fachada este, en la que destacan los ábsides. Planoteca IPCE |
Fachada este |
Dibujo de la fachada norte. Planoteca IPCE |
Fachada norte |
El interior
destaca por la presencia del enigmático edículo
central de dos alturas, sin que todavía se sepa con exactitud qué uso se le
daba.
Edículo central |
La cabecera,
orientada hacia el este, está conformada por un ábside central y dos laterales,
los tres abiertos a la iglesia mediante arcos ligeramente apuntados sobre
semicolumnas adosadas con capiteles decorados con motivos geométricos y
vegetales sencillos, y conformados mediante un tramo recto cubierto con bóveda
de cañón apuntado, remate semicircular con bóveda de horno e iluminados por ventanas de medio punto.
Cabecera desde el lado del Evangelio |
Capiteles de la cabecera |
En el ábside central,
más grande que los laterales, se ubica un Crucificado
del siglo XIII que fue comprado a un anticuario a mediados del siglo XX y del
que no se sabe su procedencia, y en el pavimento ante esta capilla mayor hay dieciséis laudas funerarias del último tercio del siglo XVII de vecinos de
Zamarramala.
Ábside central |
Crucificado del siglo XIII sobre el altar mayor |
En cuanto al ábside
de la Epístola, cuenta con un altar con una imagen románica de la Virgen
de la Paz, advocación de la iglesia desde que en 1692 dejara de ser parroquia
de Zamarramala, sobre un pequeño pedestal con el escudo de la Orden de Malta.
En el suelo hay dos lápidas sepulcrales del siglo XVII.
Ábside de la Epístola |
El ábside del
Evangelio forma la Capilla del
Sagrario, con un sagrario de plata y una copia de una imagen de San Juan
Bautista, patrón de la Orden de Malta, cuyo original se encuentra en la sede de
la Orden en Madrid. A la izquierda está la puerta de ladrillo de la sacristía,
construida en el siglo XV con forma también absidial y bóveda de cascarón.
Ábside del Evangelio |
Sagrario de plata |
Puerta de la sacristía en el ábside del Evangelio |
El deambulatorio
está decorado con banderas relacionadas con las “lenguas”, que es como se
denominan los sitios geográficos con representación de la Orden de Malta.
Deambulatorio |
En el testero norte de la iglesia se ubica el Retablo de la Resurrección de escuela
castellana fechado en 1516, según una inscripción en su parte baja en la que se
lee:
"Este retablo se fizo de la Fábrica de Santa María Magdalena,
Comendador Don Fray Juan Dávila, acabose año de 1516".
Fue el retablo mayor hasta una restauración en 1951 de la
mano de la escuela de Bellas Artes de San Fernando, cuando se optó por
colocarlo ahí, sobre una mesa de altar con un frontal de pizarra del siglo XV.
Retablo de la Resurrección |
Compuesto por banco y dos cuerpos de cinco calles, muestra
escenas de la Vida de Cristo. En el banco, donde falta el sagrario central, se
representan ocho apóstoles por parejas distinguibles por sus atributos, con san
Juan Evangelista con el cáliz y san Andrés con la cruz y santo Tomás con la
escuadra de arquitecto y san Pedro con las llaves en el lado del Evangelio, y
san Pablo con la espada y san Bartolomé con el cuchillo y Santiago el mayor con
el bordón, la concha y el sombrero de peregrino y san Juan Bautista con el
Agnus Dei en el de la Epístola.
En la calle central del primer cuerpo se representa la
Resurrección, flanqueada por la Coronación de Espinas y Subida al Monte
Calvario en el lado del Evangelio y las Tres Marías ante el sepulcro vacío y
San Juan Bautista con el Agnus Dei junto a dos figuras orantes que podrían ser
los donantes, en relación con el Comendador Dávila que menciona la inscripción,
en el de la Epístola. En cuanto al segundo cuerpo, muestra una Ascensión
flanqueada por Jesús y la samaritana y Pentecostés en el lado del Evangelio y
la Oración en el Huerto y la Flagelación en el de la Epístola.
Al lado del ábside de la Epístola se abre, mediante un vano
de medio punto, la Capilla del lignum crucis, y en ese muro se
conservan restos de decoración mural de cronología moderna, de los siglos XVI o
XVII, en los que parecen identificarse un Cristo atado a la columna y un San
Cristobalón, habitual a las entradas de las iglesias, aunque hay autores que
los interpretan como una comitiva de nobles, uno de ellos portando la cruz,
quizá el emperador Heraclio, en relación con la fiesta de la Exaltación de la
Cruz del 14 de septiembre.
Paño de la entrada a la capilla del lignum crucis con restos de pintura mural |
La capilla ocupa el cuerpo bajo de la torre, con planta
cuadrada cubierta con bóveda de crucería de nervios apoyados en ménsulas
datada en el siglo XIII, y se sabe que en 1507 fue dotada por doña María de
Guzmán, marquesa de Denia, como capilla funeraria.
Sección transversal a la altura de la cabecera, con la sacristía a la izquierda y la capilla del lignum crucis a la derecha, en el primer cuerpo de la torre. Planoteca IPCE |
Conserva un retablo
gótico de piedra caliza realizado en 1520 para albergar la reliquia del lignum crucis compuesto por un arco
escarzano angrelado central con una inscripción en la base en la que se lee
VICIT LEO DE TRIBV IVDA, rodeado de otro arco conopial, pináculos laterales y
todo ello enmarcado por un alfiz que acoge decoración de cardinas y dos ángeles
que sostienen sendos escudos con los instrumentos de la Pasión. Los canes
superiores a ambos lados del alfiz alojaban las lámparas que daban luz al
conjunto.
Retablo gótico de la capilla del lignum crucis |
Detalle de los ángeles con los instrumentos de la Pasión |
Por debajo, un arco mixtilíneo invertido acoge dos leones
rampantes que sujetan el escudo de don Gonzalo de Maldonado con una cruz y cinco
flores de lis, comitente de la obra y penúltimo comendador de la Orden del
Santo Sepulcro de la Vera Cruz, de ahí que no aparezca el escudo de la Orden de
Malta, pues todavía no se habían fusionado.
Leones rampantes con el escudo de don Gonzalo de Maldonado |
La inscripción que recorre la pared a media altura también
tiene que ver con este dato
HOC OPUS PERFECTUM (est) DE MANDATO Domini g. MALDONATHO
ECCLESIA COMMENDATORIS. ANNO DOMINI MDXX
Esta obra fue hecha por mandato del Señor G. de Maldonado Comendador de esta iglesia, el año del Señor 1520
Esta obra fue hecha por mandato del Señor G. de Maldonado Comendador de esta iglesia, el año del Señor 1520
En cuanto al edículo
central, la parte baja cuenta
con cuatro arcos ligeramente apuntados orientados a los cuatro puntos
cardinales y el resto de los lados presentan arcos ciegos ligeramente
apuntados.
Arco este de la parte baja del edículo central, con el altar mayor al fondo |
Aunque en la actualidad el piso está enrasado con el del
deambulatorio, hay especialistas que creen que en origen estaría rebajado
mediante cinco o seis escalones, de ahí que las basas y los plintos de las
semicolumnas que soportan la bóveda de crucería que cubre el ámbito, estén
ocultos.
Parte baja del edículo central |
Sección transversal en el eje central, con los dos ámbitos del edículo. Planoteca IPCE |
Sección longitudinal en el eje central. Planoteca IPCE |
La parte superior
cuenta con una escalera doble ubicada
justo frente a la portada principal con un pretil decorado con
esgrafiado mudéjar construida con posterioridad al edificio primitivo,
fechada en el siglo XV, creyéndose que en origen el acceso se realizaría por
una estructura móvil de madera.
Escalera de acceso a la parte superior del edículo |
Sección transversal a los pies de la iglesia. Planoteca IPCE |
Es una estancia de más altura que la inferior, con dos vanos
apuntados más grandes orientados este-oeste, uno frente al altar mayor y otro
el de acceso, otros dos más pequeños en el eje norte-sur, dos hornacinas con
sendos iconos de Nuestra Señora de Philermo y San Juan Bautista, patrones de la
Orden de Malta y una bóveda formada por cuatro arcos paralelos dos a dos que se
cruzan entre sí dejando en el centro un espacio rectangular libre y que apoyan
en ménsulas.
Estancia superior del edículo |
Hornacinas con los iconos de Nuestra Señora de Philermo y san Juan Bautista (1) |
Vano este de la parte superior del edículo, con el altar mayor al fondo |
Bóveda de la estancia superior del edículo |
En el centro hay un altar
rectangular con decoración de arcos de medio punto ciegos que se entrecruzan
formando ojivas y que apoyan en pequeñas columnas torsas sólo en tres de sus
lados, lo que indica que en origen estuvo adosado a un muro. Esta curiosa decoración de arcos entrecruzados es muy
similar a la que podemos ver en el claustro de San Juan de Duero en Soria, enclave
de los Caballeros Hospitalarios de San Juan.
Además, la estancia también cuenta con otros ocho vanos de
medio punto que abren al deambulatorio y que no se sabe muy bien para qué
servían, aunque últimas investigaciones parecen darles una función acústica,
tanto para enviar el sonido al deambulatorio como para que éste no se acumulara
en exceso en la estancia, creando un campo acústico homogéneo, además de permitir
la entrada de sonido reflejado cuando la emisión del mismo se realizara desde
el ábside principal.
Vanos en la cámara superior del edículo y acceso, a la derecha, a dos pequeñas cámaras abiertas en el muro norte |
Los vanos desde el deambulatorio |
Otro elemento descubierto en esta capilla superior son dos
enigmáticas cámaras ubicadas a cierta altura en el muro norte y a las que se
accedía a través de una escalera de mano. Consisten en un pequeño vestíbulo y
otro ámbito de apenas 2 x 1’1 m de superficie y 1’98 de altura cubierto con
bóveda de cañón y su volumen es visible hacia el exterior, encajado entre la
cubierta del deambulatorio y la de la bóveda central.
Volumen da las cámaras en el exterior de la iglesia |
En cuanto a los antecedentes, durante años la Vera Cruz segoviana
se asoció con iglesias de planta centralizada relacionadas con el Temple y la Mezquita
de la Roca, donde los templarios establecieron su sede tras la conquista de
Jerusalén en 1099, aunque la lectura más
razonable, teniendo en cuenta que sus fundadores habrían sido los Caballeros
del Santo Sepulcro, sería ponerla en relación con el mausoleo levantado por
Constantino en el siglo IV sobre la tumba de Cristo, que contaba con un edículo
octogonal rodeado de una rotonda circular, un tipo de construcción con
tradición paleocristiana en edificios funerario martiriales de planta
centralizada que se prolonga en iglesias prerrománicas y románicas que pretenden
evocar el Santo Sepulcro jerosolimitano, como vemos en la del
Santo Sepulcro de Torres del Río en Navarra, que las investigaciones tampoco
consideran del Temple, o en la ya mencionada capilla del Convento de Cristo de Tomar en
Portugal, que sí que es templaria, siendo lógica la existencia de espacios
arquitectónicos románicos con fórmulas constructivas interrelacionadas porque
lo que hacen es dar respuesta a idénticas celebraciones litúrgicas.
De todos modos, la Vera Cruz se conforma como un edificio
único, sin que se conozca ningún otro templo en el que se repita tan
miméticamente la estructura central rodeada de un deambulatorio que tuvo el
primitivo Santo Sepulcro, con un ámbito inferior que sería una alegoría de la
tumba de Cristo y una capilla superior que simbolizaría la propia Anástasis de la resurrección.
Dado que el Viernes Santo, una de las celebraciones
culminantes del año litúrgico, precisamente aúna el culto al Santo Sepulcro y
la adoración de la Santa Cruz, la estructura arquitectónica de esta iglesia podría tener una explicación litúrgica en relación con la Semana Santa y la celebración de los oficios del Tridium
pascual (Adoratio Crucis, Depositio, Elevatio y Visitatio sepulchri), ritos
específicos relacionados con el triunfo simbólico sobre la muerte.
El ámbito inferior del edículo central podría haberse
dedicado a la veneración de una talla de Cristo en el sepulcro después
trasladado a la Magdalena de Zamarramala, cuando en 1692 la Vera Cruz dejó de
ser la iglesia parroquial del pueblo, tal y como parece demostrar el convenio
de ese año celebrado entre los vecinos y la Sacra Asamblea de la Orden de San
Juan, propietarios de la iglesia, en el que se dice:
"y asi mismo se lleve y transfiera a dicha iglesia de
la Magdalena el Santo Sepulcro que está en dicha iglesia de la Vera Cruz, por
ser de gran devoción en ella"
Cristo en el sepulcro de la Magdalena de Zamarramala procedente de la Vera Cruz (2) |
De este mismo documento también se deduce la doble advocación
de la iglesia, conservándose la primitiva del Santo Sepulcro junto con la de la
Vera Cruz que se adoptó cuando recibieron la reliquia en el siglo XIII.
El altar de la capilla superior podría simbolizar, al tiempo,
el ara crucis y el sepulchrum domini, donde se
representaría, tras la adoratio crucis
del Viernes Santo, la depositium in
sepulchurm posterior, aunque quizá este último rito podría haber tenido
lugar en las dos enigmáticas cámaras ubicadas en el muro norte del ámbito superior
del edículo, conociéndose la existencia de espacios semejantes en ámbitos
carolingios que hacían referencia al Santo Entierro y que eran utilizados para
alojar esculturas de Crucificados o reliquias entre el Viernes Santo y el
domingo de Resurrección.
Además, la cúpula que cubre el ámbito superior del edículo
central, con parejas de nervios que se entrecruzan, también parecen poner en
relación la Santa Cruz, creando una evidente forma de cruz, y el Santo
Sepulcro, pues el espacio libre central podría interpretarse como una evocación
del óculo cenital que ilumina el tegurium
del templo jerosolimitano.
Otros autores dan una explicación más prosaica al edículo
central y dicen que en el piso inferior se realizarían actos penitenciales y
que el superior estaría destinado a velar las armas antes de los cruzamientos de
los caballeros.
En el siglo XV la capilla
del lignum crucis fue decorada con pintura mural, conservándose una Santa Cena arrancada y reubicada en el
ábside del Evangelio.
Última Cena procedente de la capilla del lignum crucis |
En este sentido, en el muro presbiteral del Evangelio de la iglesia
de los santos Justo y Pastor de Segovia, al lado de la puerta que daba
acceso a la capilla bajo la torre del Cristo
de los Gascones, una talla articulada que participaba en la representación
ritual de la Pasión, cuando se colgaba de la bóveda del presbiterio para
después hacer un Descendimiento, también hay una Santa Cena, otra coincidencia con la Vera Cruz en relación con la posible
celebración de los mencionados dramas litúrgicos en los que se incluía el
pasaje de la visitatio sepulchri, presente
tanto en San Justo, mediante un relieve en el tímpano de la puerta de la
mencionada capilla, como en el propio relieve sobre la portada meridional de la
Vera Cruz.
Iglesia de los santos Justo y Pastor de Segovia y localización de la Última Cena y la visitatio sepulchri |
Última Cena al lado de la capilla del Cristo de los Gascones en la iglesia de los santos Justo y Pastor |
Visitatio sepulchri en el tímpano de la antigua capilla del Cristo de los Gascones en la iglesia de los santos Justo y Pastor |
La presencia de esta escena, que también se ha localizado en otras
iglesias que evocaban el Santo Sepulcro de Jerusalén, con ejemplos en uno de
los capiteles del ábside de la iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río, en
Navarra, o en otro de los capiteles más antiguos del claustro de San Juan de Duero, en Soria, es un argumento
más a favor de que la Vera Cruz segoviana habría sido construida por la Orden
del Santo Sepulcro, sin que tuviera nada que ver con su legendaria adscripción
al Temple.
Imágenes ajenas:
(1) MORENO DE SANTOS, J., Estudio acústico de la iglesia de la Vera Cruz en Segovia,
Universidad de Valladolid, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, 2015.
(3) MARTÍNEZ DE AGUIRRE ALDAZ, J. M., “La Santa Cruz y el
Santo Sepulcro: formas y espacios románicos”. En VV.AA., Monumentos singulares del románico. Nuevas lecturas sobre formas y usos,
Aguilar de Campoo, 2012, pp. 214-242.
Fuentes:
CABELLO DODERO, F. J., La
iglesia de la Vera Cruz, Segovia, 1951.
CABELLO LAPIEDRA, L. M., “La Vera Cruz de Segovia nunca fue
de templarios”, Arquitectura, 14, 2,
1919, pp. 165-169.
CONTRERAS Y LÓPEZ DE AYALA, J. de, marqués de Lozoya, “Algunos
antecedentes de la iglesia de la Vera Cruz de Segovia”, Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, tomo LVIII, 1954,
pp. 5-20.
GONZÁLEZ MONTAÑÉS, J., "El tímpano de San Justo de Segovia y la Visitatio Sepulchri", Románico: Revista de arte de amigos del románico, nº 9, 2009, pp. 10-19.
GONZÁLEZ MONTAÑÉS, J., "El tímpano de San Justo de Segovia y la Visitatio Sepulchri", Románico: Revista de arte de amigos del románico, nº 9, 2009, pp. 10-19.
LÓPEZ DE AYALA Y ÁLVAREZ DE TOLEDO, J., conde de Cedillo,
“La iglesia de Vera-Cruz en Segovia”, Boletín
de la Real Academia de la Historia, Tomo 74, 1919, pp. 297-305.
MARTÍNEZ DE AGUIRRE ALDAZ, J. M., “La Santa Cruz y el Santo
Sepulcro: formas y espacios románicos”. En VV.AA., Monumentos singulares del románico. Nuevas lecturas sobre formas y usos,
Aguilar de Campoo, 2012, pp. 214-242.
MORENO DE SANTOS, J., Estudio
acústico de la iglesia de la Vera Cruz en Segovia, Universidad de
Valladolid, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, 2015.
RUIZ MONTEJO, I. “Una
iglesia relicario de atribución incierta: La Vera Cruz de Segovia”, En la España Medieval, Tomo V, Ed, Universidad
Complutense, Madrid, 1986, 1003-1018.
VV.AA., Enciclopedia
del Románico en Castilla y León, Palencia, Centro de Estudios del Románico,
2007.
Comentarios
Creo haber leído casi todo sobre esta iglesia, pero no he aprendido ni disfrutado tanto como con esta entrada tuya.
Gracias.