Una visita al Monasterio de san Salvador de Celanova, en Orense
El Monasterio de san Salvador de Celanova, al suroeste de la provincia de Orense, en la orilla
izquierda del río Sorga, afluente del Arnoia, fue fundado por san Rosendo en el
año 936 en el antiguo lugar de Villare,
donde ya había una capilla dedicada a san Martín, donado por su hermano, el
conde Froilán Gutiérrez, un conjunto de tierras fértiles y de labor cerca de la
frontera portuguesa y en un cruce de caminos norte-sur entre las antiguas Auria
y el Luccus romano y Braccara Augusta y este-oeste entre los campos de la
meseta peninsular y la costa gallega.
Tras habernos detenido en su historia en un artículo al que
podéis acceder a través de este enlace,
ahora os propongo un paseo reposado por el monumento en la actualidad.
Monasterio de san Salvador de Celanova |
La fachada de la
iglesia fue construida entre 1642 y 1653 para sustituir a la antigua
románica, con el interior todavía en pie para poder seguir realizando los
oficios, aunque con algunas remodelaciones completadas en el siglo XVIII. No se
conoce quién sería su tracista.
Alzado de la fachada de la iglesia (1) |
Fachada de la iglesia |
Presenta zócalo de casetones rehundidos a modo de almohadillado,
dos calles laterales, correspondientes a las naves laterales, con pilastras cajeadas
en los extremos, dos vanos rectangulares con frontones triangulares y remate
con balaustrada de la que surgen altas y esbeltas pirámides rematadas por bolas,
y una calle central, que se corresponde con la nave central y soporta toda la
carga decorativa, organizada mediante dos cuerpos separados por una amplia cornisa,
con tres calles marcadas por ocho columnas pareadas compuestas.
Calle central de la fachada de la iglesia |
El cuerpo bajo de este volumen central muestra la única
portada de acceso desde el exterior, con vano rectangular sobre el que se ubica
una hornacina con la escultura de bulto de san Benito y hornacinas con
frontones curvos en los intercolumnios laterales con san Rosendo en el lado de
la Epístola, a la derecha, con la piedra de su leyenda en una mano, y san
Torcuato en el del Evangelio, a la izquierda, copatrón de la ciudad a partir
del traslado de sus restos desde Bande.
San Benito |
San Rosendo |
San Torcuato |
Sobre la calle central, invadiendo el segundo cuerpo, se desarrolla
un potente frontón curvo partido en el que se inserta una ventana rectangular
que ilumina el coro alto rematada con frontón triangular partido con un jarrón
de flores y el conjunto se culmina con un entablamento en el que se apoya un
gran frontón triangular partido en el que se inserta un ático con un gran
escudo abacial, con la cruz, el espejo y el compás, con corona volada. Esta
calle central se remata con más pirámides, bolas y pináculos de bellota.
Escudo abacial del ático |
Tras la fachada sobresalen
el cuerpo de la cúpula que cubre el crucero y la torre campanario o Torre de
los Abades, de dos cuerpos, el primero sobre la sala de la que toma nombre la
torre y el segundo con galería para las campanas, y rematado con una pequeña
cúpula con veleta.
Hacia la derecha de la fachada se encuentra el
volumen incorporado entre fines del siglo XVIII y comienzos del XIX a la panda
occidental del claustro reglar que puso la fachada en línea formando el flanco
oriental de una plaza longitudinal, la Plaza Mayor de Celanova, con una fuente
del siglo XVI procedente del claustro justo enfrente del templo. Este volumen está
organizado mediante tres alturas con vanos rectangulares, los de la planta
superior con frontones triangulares, y en el extremo sur se sitúa una portada, que
da paso a una primera sala cuadrada, después se atraviesa un patio y finalmente
está la portería.
Esta portada de la portería conventual cuenta con
cuerpos superpuestos y remate de peineta. El cuerpo bajo muestra basamento,
dobles semicolumnas toscanas que enmarcan un vano rectangular decorado con una
moldura y soportan un entablamento y un balcón que abarca todo el ancho de la
portada, y el segundo cuerpo se organiza mediante dobles pilastras cajeadas que
enmarcan otro vano rectangular rematado con frontón curvo.
Portada del convento |
A continuación, hacia el sur y retranqueado con respecto al
resto del conjunto, está el segundo claustro, hoy instituto.
Terminada la fachada de la iglesia se comenzó con el
interior. Las obras empezaron en 1661 según trazas de Melchor de Velasco Agüero,
que trabajó con el pie forzado de tener que acomodar el nuevo cuerpo del templo
a una cabecera erigida a comienzos de siglo, quedando terminada en 1687.
Presenta planta de cruz latina de tres naves de tres tramos
separadas por potentes pilastras que soportan arcos de medio punto,
entablamento con balconada que recorre toda la iglesia y cubiertas con bóvedas con
decoración casetonada y lunetos con el cuerpo de ventanas, transepto con
crucero cubierto por una imponente cúpula sobre pechinas y ábside cuadrado
único, coro alto a los pies y coro bajo en la nave central.
La iglesia desde el coro alto |
Sección longitudinal de la iglesia (1) |
Sección transversal de la iglesia (1) |
Sobre el crucero se levanta una imponente cúpula, obra de Pedro de Monteagudo. Es de media naranja y se apoya sobre pechinas
labradas con la heráldica del monasterio y de la Congregación benedictina de
Castilla y un destacado anillo sobre ménsulas entre florones de talla variada
que sostiene una balaustrada con balaustres de perfil cuadrado con
estrangulaciones y un moldurado elemento horizontal.
Transepto |
La decoración se compone de óvalos con pinturas de diversos
santos y fajas de roleos y sartas de ornamentación floral estilizada pero con labra
realzada que culminan en una linterna circular con ocho ventanales,
pilastrillas decoradas con roleos y cubierta de cupulín. Los santos no serían
los originales, sino ya de la época en la que los Escolapios regentaron un
colegio en el monasterio,
distinguiéndose a san Jerónimo, san Mateo, san José de Calasanz, san Lucas, un
santo obispo que podría ser san Rosendo o san Agustín, san Marcos, la Virgen
con el Niño y san Juan Evangelista. Quizá en origen representaran a los cuatro
Evangelistas, que todavía perviven, con los cuatro Doctores de la Iglesia, de
los que quedan san Jerónimo y, quizá, san Agustín.
Cúpula sobre el crucero |
El retablo mayor,
realizado por Francisco de Castro
Canseco y dedicado al Salvador como titular del templo en 1693 es uno de
los retablos barrocos más impresionantes de Galicia, con banco, dos cuerpos de
tres calles marcadas por cuatro columnas salomónicas de cinco vueltas colosales
profusamente decoradas con vides arracimadas, ramajes, tallos de flores,
palmas, búcaros con rosas, putti… y
remate con ático. Su iconografía trata de los misterios de Cristo y dada su
importancia artística, religiosa y cultural, he dedicado al retablo mayor un artículo monográfico aparte que podéis
consultar en este enlace.
Retablo mayor |
La conservación de todo el mobiliario litúrgico es
excepcional. Los dos retablos colaterales están dedicados a la Crucifixión, en el lado del Evangelio, y
de la Inmaculada Concepción, en el de
la Epístola, también obras de Castro Canseco, ambos con columnas salomónicas
decoradas con motivos vegetales y soportando un entablamento y un remate curvo.
Retablos de la Crucifixión y de la Inmaculada Concepción |
En los transeptos están los dedicados a san
Benito y a san José, obras muy similares fechadas avanzado el siglo XVIII. En las
capillas de la nave del Evangelio se ubican los dedicados a la Dolorosa, san
Juan Bautista y el Ecce Homo y en las de la Epístola están los de san Rosendo,
santa Catalina y san José de Calasanz, todos ellos de especial devoción para los benedictinos.
Retablos de san Benito y san José en los transeptos |
Retablos de san Juan Bautista y santa Catalina en las naves laterales |
El Retablo de san
Rosendo, en la capilla del último tramo de la nave de la Epístola, es obra de
mediados del siglo XVIII, con pedestal de granito, banco, cuerpo de tres calles
y ático en madera dorada y policromada, con la estatua sedente del santo con
vestiduras episcopales en el centro, conformando una de sus imágenes más
emblemáticas. En el banco se muestra un pequeño relieve con la Aparición de san
Miguel a Ildaura, la madre de Rosendo, anunciándole su nacimiento.
Retablo de san Rosendo |
Aparición de San Miguel a Ildaura en el Retablo de san Rosendo (2) |
La sacristía del
lado de la Epístola se construyó a fines del siglo XVI siguiendo trazas del
arquitecto portugués Mateo López en
una remodelación que también incluyó la cabecera de la iglesia y que fue
anterior a la de la fachada y la del propio cuerpo de la iglesia. Presenta
planta rectangular con bóveda rebajada de crucería casetonada igual a la que
el arquitecto empleó años antes en el zaguán del claustro reglar, y está
decorada con cuadros, una gran mesa central de pórfido de una sola pieza,
cajonería que alberga una colección de casullas y otras prendas religiosas y un
retablo relicario.
Sacristía |
Los cuadros
representan a la familia de san Rosendo
y fueron realizados por Gregorio Ferro
Requeijo a comienzos del siglo XIX. Son siete lienzos de iguales
dimensiones en los que aparecen el propio san Rosendo, sus padres, Gutier e
Ilduara y sus hermanos, pero falta de la serie un octavo que representaba a una
de sus hermanas.
Retrato de San Rosendo (3) |
Retrato de Hermesinda, hermana de san Rosendo (3) |
En cuanto al retablo
relicario, que ocupa todo el lienzo de la cabecera, convirtiendo la propia
sacristía en capilla de las Reliquias, algo muy habitual y práctico, pues como
muchas reliquias se sacaban en procesiones y celebraciones, así siempre estaban
al alcance de los ceremonieros o sacristanes, es una obra rococó de fines del
siglo XVIII que está encajado en un arcosolio de medio punto rematado con
frontón triangular policromado con el escudo del monasterio, una decoración anterior,
de lo que se deduce que hubo otro anterior. Presenta un primer cuerpo con tres
calles divididas por pilastras decoradas con elementos vegetales y capiteles
corintios que enmarcan vitrinas acristaladas superpuestas y segundo cuerpo que
se adapta al medio punto arquitectónico con tres vitrinas, con un total de
nueve cajas que se cierran con puertas con variadas celosías decoradas con
elementos curvos y vegetales y acristaladas, con los interiores pintados de un
rojo intenso. El conjunto se remata con una representación de la Santísima
Trinidad enmarcada por una ráfaga de rayos.
Retablo-relicario de la sacristía |
Hacia 1670 se decidió construir una segunda sacristía al
lado del Evangelio de la cabecera, sobre cuya bóveda se dispuso el archivo,
ambos ámbitos no visitables en la actualidad.
El coro alto,
sobre bóvedas de arista casetonada, ocupando las tres naves y prolongándose por
los laterales mediante sendos corredores, tiene el acceso desde el ángulo
noroeste de galería superior del claustro reglar.
Sotocoro |
Coro alto |
Cuenta con una sillería
gótica de fines del siglo XV con cincuenta y seis sitiales de rica celosía
calada de variados motivos geométricos, elementos oníricos y mitológicos en las
misericordias y medallones en los brazos laterales con distintas decoraciones. También destaca un órgano con caja
del escultor Francisco de Castro Canseco
de comienzos del siglo XVIII y mecanismo del organero franciscano fray Felipe
de la Peña al que a comienzos del siglo XIX se le añadió un segundo teclado.
Aunque a mediados del XX se electrificó y se le añadieron nuevos tubos y
materiales de poca calidad que provocaron su abandono, en 1995 el ayuntamiento
de Celanova consiguió que se financiara su restauración completa de la mano del
organero suizo Hans Späth, inaugurada en 2001, y desde ese año hasta la
actualidad se utiliza en determinados actos litúrgicos y en conciertos, muchos
de ellos dedicados a escolares de todo Galicia. Se compone de dos teclados y un
total de mil ochocientos veintisiete tubos.
Detalle de las tracerías de la sillería del siglo XV del coro alto |
Órgano |
El coro bajo,
justo delante del crucero, en el último tramo de la nave central, tiene labor
pétrea que hay autores que atribuyen al monje arquitecto de Celanova fray Plácido Iglesias, y el amueblamiento correría
a cargo de Castro Canseco, con
sendos retablos en el trascoro dedicados a las santas Escolástica y Gertrudis
rematados con las esculturas de bulto redondo de san Rosendo y san Torcuato, la
misma pareja del retablo mayor, y unas monumentales puertas que cerradas
muestran a los santos Pedro y Pablo y abiertas tienen a la Virgen María y a san
Juan, con el arcángel san Miguel coronando el vano.
Trascoro |
Retablos de santa Escolástica y santa Gertrudis en el trascoro |
En cuanto a la sillería,
se divide en chorus abatis en el lado
de la Epístola, y chorus prioris en
el del Evangelio, con la sillas del abad y del prior en el centro de cada una
de ellas, con las figuras de los santos Benito y Rosendo respectivamente, y presenta
sitiales altos con “retratos morales” santos y santas benedictinos como Benito,
fundador de la Orden, Escolástica, Gertrudis, Mauro, Ildefonso, Anselmo,
Isidoro de Sevilla, Íñigo de Oña, Millán de la Cogolla, Lorenzo de Canterbury,
Bonifacio de Inglaterra… y bajos con escenas de la vida de los santos Benito,
en el lado de la Epístola, inspiradas en los grabados del libro Vita et miracula Sanctissimi Patris
Benedicti. Ex Libro II Dialogorum Beati Gregorii Papae et Monachi collecta, et
ad instantiam Devotorum Monachorum Congregationis eiusdem Sancti Benedicti Hispaniarum
aeneis tÿpis accuratissime delelineata, publicado en Roma en 1579, y Rosendo
en el del Evangelio, que se inspira en el mismo libro a falta de una serie
propia de la que tomar nota y muestra escenas de la vida y milagros del santo.
Sillería del coro bajo |
Aparición de san Miguel a Ildaura en la sillería del coro bajo (2) |
Testamento y muerte de san Rosendo en la sillería del coro bajo (2) |
El claustro reglar o
claustro de las procesiones es el más próximo a la iglesia, adosado por el
lado de la Epístola con entrada desde el crucero de ese lado de la iglesia y a
través de una portada que da acceso a un pequeño patio en la esquina sureste de
la fachada general abierta a la plaza. Las obras comenzaron en 1550 y en él
intervinieron los arquitectos Juan de
Badajoz el Mozo, Rodrigo Gil de
Hontañón con su hombre de confianza Juan
Ruiz de Pámanes, sucedido a su muerte en 1571 por Juan de Herrera "el Trasmerano", y el arquitecto
portugués Mateo López, que a
mediados de la década de 1590 lo dio por terminado.
Planta del monasterio (4) |
Para conocer el proceso constructivo y todas sus fases
podéis consultar el artículo que dedico a La historia del monasterio de San Salvador de Celanova en este enlace.
En la actualidad la galería
baja cuenta con grandes arcos de medio punto muy peraltados separados por contrafuertes
apilastrados cajeados en las pandas norte y sur y columnados en las este y
oeste, una solución novedosa y única en Galicia, que absorben el empuje de las
bóvedas que cubren las galerías bajas, de terceletes salvo en los cuatro
ángulos, donde las crucerías son de combados, y cuyos nervios apoyan en
ménsulas decoradas con medallones con bustos de personajes históricos, figuras
mitológicas y monjes benedictinos, más integrados formando cuerpo con las
propias ménsulas en las galerías este y sur, las más tempranas, de la época de
Gil de Hontañón, menos decorativista, pues en las pandas oeste y norte,
atribuidas a Mateo López, los medallones están independizados de las ménsulas,
como un elemento añadido, una sensación que aumenta porque son de mayor tamaño
y presentan orlas de enmarque.
Claustro reglar, con columnas en la panda oeste y contrafuetes apilastrados en la norte |
Bóvedas de terceletes en el claustro reglar |
Bóveda de combados en el ángulo suroeste del claustro reglar |
Ménsula de la primera etapa de construcción |
Ménsula de la última etapa de construcción |
En la panda norte,
adosada a la iglesia, se ubican la puerta
de acceso a la iglesia, que abre al transepto de la Epístola, la sacristía, de la que ya he hablado, y la
antesacristía, por la que en la
actualidad se sale a la zona de huertas detrás del ábside de la iglesia, donde
se encuentra la Capilla de san Miguel,
la importante construcción prerrománica
que se conserva del primitivo monasterio y a la que he dedicado un artículo monográfico aparte.
Capilla de San Miguel (5) |
Panda norte del claustro reglar |
La portada de la
iglesia, en el ángulo noroeste, lleva el sello de Badajoz, con arco de
medio punto con intradós ligeramente moldurado con secciones de perfiles
sencillos que se prolongan por las jambas, imposta a modo de alfiz, la que recorre
todo el claustro, que aquí se alza para enmarcar la puerta, y segundo cuerpo
con una hornacina avenerada flanqueada por dos pilastras rematadas por
candeleros, recordando la solución utilizada por Badajoz en la portada del
crucero de la iglesia del convento de san Marcos de León.
Portada de la iglesia desde el claustro reglar |
En la panda oeste
están el zaguán, hoy entrada del
instituto, que presenta planta rectangular con bóveda apainelada de crucería
casetonada, y la antigua portería, y
en esa ala también estuvo la sala
capitular, después trasladada a la panda sur.
Bóveda del zaguán |
Además, adosada al muro sur de la iglesia también se
construyó la escalera abacial, que
comunicaba con las estancias del abad
y con la galería superior, desde donde se accede al coro alto.
Escalera abacial |
Tras la adhesión a la Congregación de Valladolid, el control
administrativo que empezó a ejercerse sobre los monasterios generó abundantes
visitas institucionales y reuniones entre los delegados de las sedes y los
abades que derivó en una remodelación de los cuartos destinados al abad para
dotarlos de amplias estancias y salones en los que recibir las visitas con
amplias chimeneas para su calefacción, verdaderas estructuras palaciegas que
contaron con monumentales escaleras para el acceso de personalidades.
En Celanova estas estancias fueron muy transformadas, primero por la
adición a mediados del siglo XVIII de un edificio a esa ala que abre a la Plaza Mayor, quedando cegadas, y después por las obras sucesivas tras la
exclaustración del siglo XIX para adaptarlas a distintos usos, formando hoy parte de la casa consistorial, pero sí se conserva íntegra la escalera abacial, levantada por Mateo
López y el cantero Juan de Coterón, estipulándose en el contrato que
“(…) estaban obligados a azer la hyziesen junto de la dicha
iglesia por el tamaño e anchor que arriva ba declarada con sus tres ramas e
mesas y cruces en ella y ventanas de asiento en algunos de los tramos con
balaustrada que sale a la claustra a medio --- del anchor de toda la dicha
escalera e del altor conveniente con artesonato por la parte de baxo e por la
parte de la claustra con sus pilares con las molduras que llevan los de la
entrada de la puerta de la claustra y encima su escudo con las armas del señor
San Rosendo y en la mesa despues de subido el segundo tramo an de hazer una
puerta llana bien labrada que baya al Poniente del anchor e altor necesarios” (4)
una descripción que se corresponde con el modelo de grandes
escaleras voladas que surge en esta época en las principales abadías y que
podemos también ver, con ligeras variaciones, en Santa María de Montederramo o
en el colegio de la Compañía de Jesús en Monforte de Lemos.
La de Celanova es una caja rectangular de grandes
dimensiones cubierta con bóveda casetonada de madera que solo conserva la parte
central con una escalinata levantada a base de amplias cerchas que contribuyen
a darle ese carácter aéreo, aunque al final la obra tiene cuatro ramas o mesas
en vez de tres. En la parte alta están la puerta de acceso a las dependencias
abaciales y la de entrada al claustro alto.
Bóveda casetonada de madera de la caja de la escalera abacial |
Imagen digital del conjunto de la caja de la escalera abacial (4) |
En el muro norte de la caja de esta escalera se conserva el
único vestigio de la construcción medieval, una hornacina en la que
todavía perduran grabadas algunas de las marcas de cantero, y en el pavimento se
conservan unas líneas geométricas que podrían corresponder a una montea para la
realización de la bóveda de arista que cubre el brazo del crucero de la
Epístola, situada cerca de la escalera, que pudo ser utilizada como sala de
monteas durante la reforma de la iglesia en la década de 1680.
Muro conservado de la iglesia medieval en la escalera abacial (4) |
En la panda este
se ubicaban el refectorio, hoy salón
de actos, la sala “De profundis” y
una gran cocina, muy probablemente terminados
por Ruiz de Pámanes pero manteniendo las trazas primitivas de Badajoz.
Antiguo refectorio (3) |
Antigua cocina (3) |
La panda sur alojaba
la segunda sala capitular después de que la primera se reconvirtiera como parte
de las estancias abaciales.
En cuanto a la primitiva galería alta, según las condiciones de obra firmadas por Mateo
López en 1576 su aspecto tendría también el sello de Juan de Badajoz, muy
parecido al del claustro de san Zoilo en Carrión de los
Condes:
“sobre los pilares an de ir sus columnas redondas como las
otras y huecas y desminuidas por la parte de arriva con sus vasas y capiteles
jónicos muy bien labrados en su traza. Y las ventanas que obiese sobre las
capillas y toda la delatera sea conforme a lo que es hecho y demás llevará sus
medallas entre las ventanas acavando lo alto con sus cornisas y candeleros (…)
sobre los pilares an de ir sus columnas redondas como las otras y huecas y desminuidas
por la parte de arriva con sus vasas y capiteles jónicos muy bien labrados en
su traza. Y las ventanas que obiese sobre las capillas y toda la delatera sea
conforme a lo que es hecho y demás llevará sus medallas entre las ventanas
acavando lo alto con sus cornisas y candeleros”.
Pero la galería alta actual no es la primitiva sino fruto de
una intervención a mediados del siglo XVIII siguiendo las trazas de fray Plácido Iglesias. Se compone de balcones
con vanos rectangulares encuadrados en molduras y formas avolutadas separados
por pilastras en el eje de los contrafuertes inferiores que soportan una cornisa
moldurada en el que destacan unas imponentes gárgolas y sobre el que se ubica
un antepecho rematado por jarrones. En el centro de cada panda se levantan
sendas peinetas que alojan relojes de sol y que repiten las formas avolutadas
que flanquean los vanos.
Claustro reglar con la galería alta modificada a mediados del siglo XVIII |
Gárgola del claustro reglar |
Gárgola del claustro reglar |
En el centro del patio estaba la fuente atribuida a Mateo López que hoy se encuentra en la Plaza
Mayor frente a la fachada de la iglesia.
Adosado al lado sur del claustro reglar y retranqueado
respecto al cuerpo de éste se encuentra el claustro
nuevo o claustro do poleiro, que puede considerarse también obra del
arquitecto portugués Mateo López,
pues aunque poco después de terminar el claustro reglar volvió a Portugal,
donde falleció, se considera que se siguieron las trazas que él dejó dadas.
Su construcción se inició entre fines del siglo XVII y
comienzos del XVIII, quedando terminado en 1727, y muestra un estilo
marcadamente clasicista. De planta cuadrada y con dimensiones muy similares a
las del reglar, cuenta con un cuerpo bajo de grandes arcos de medio punto
separados por pilastras acanaladas de orden dórico que soportan un entablamento
con arquitrabe acanalado de triglifos y metopas sobre el que se sitúa
un cuerpo superior de vanos rectangulares con montante semicircular en el
superior separados por pilastras cajeadas de orden jónico con entablamento de
arquitrabe corrido que soporta el alero volado.
Claustro do poleiro (6) |
En su momento alojó distintas dependencias de administración
y servicio, la enfermería, la biblioteca,
en la planta superior de la crujía norte, hoy biblioteca del instituto, y las
celdas de los novicios, en el entresuelo de las pandas este, sur y oeste del
cuerpo bajo y con acceso desde una curiosa balconada
sostenida por grandes ménsulas empotradas en los muros, muy similares a los
conocidos canzorros en los que se
apoyan las balconadas típicas de los pazos gallegos, y que recibió el nombre
popular de “poleiro”, de ahí la otra denominación del claustro, que en gallego
significa “cualquier sitio alto al que se sube un animal o persona”.
Biblioteca |
"Poleiro" del claustro nuevo |
La comunicación con el claustro alto se realiza por la escalera de la portería o de la Trigueriza,
en el ángulo noroeste y comunicada con el zaguán del claustro reglar, actual
entrada del instituto, y por otra escalera de madera en el ángulo noreste.
Escalera de la Trigueriza |
Cubierta de la escalera de madera en el ángulo noreste del claustro nuevo |
En el centro de la crujía sur hay una puerta que comunicaba
directamente con las huertas que rodeaban el edificio, hoy convertidas en zonas
ajardinadas del municipio.
Fachada sur del claustro nuevo, ante la que estaban las huertas, hoy parque |
Aquí terminamos el paseo por el monasterio en la actualidad.
Si queréis conocer la Historia del Monasterio de san Salvador de Celanova podéis consultar en este enlace. También podéis acceder al artículo dedicado a la Capilla de san Miguel en este otro enlace. En en este post os hablo del Retablo Mayor.
Y si queréis pasearos por otros MONASTERIOS BENEDICTINOS en Viajar con el Arte, podéis abrir este enlace.
Referencias e Imágenes ajenas:
(1) PARADA GONZÁLEZ, S. La
construcción del templo de Celanova desde los contratos de ejecución: revisión
arquitectónica de la obra a partir de sus documentos, Trabajo fin de
Máster. Universidade da Coruña, Escuela Técnica Superior de Arquitectura,
Máster de Rehabilitación Arquitectónica, 2010.
(2) VV.AA., Estudios
Mindonienses. Anuario de estudios histórico-teológicos de la Diócesis de
Mondoñedo-Ferrol, nº 23, Cabildo de la catedral de Mondoñedo-Centro de
Estudios de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol-Fundación Caixa Galicia, 2007.
(3) BERNARI LÓPEZ VÁZQUEZ (coord.), Opus Monasticorum I. Patrimonio, arte, historia y orden, Xunta de
Galicia, 2005.
(4) PERNAS ALONSO, M. I., Escaleras de piedra de los conjuntos monásticos de la provincia de
Ourense entre los siglos XVI y XVIII. Análisis gráfico, Tesis doctoral,
Universidade da Coruña, Departamento de Representación e Teoría Arquitectónica,
2011.
Fuentes:
BERNARI LÓPEZ VÁZQUEZ (coord.), Opus Monasticorum I. Patrimonio, arte, historia y orden, Xunta de
Galicia, 2005.
FERNÁNDEZ CASTIÑEIRAS, E. y MONTERROSO MONTERO, J. M. (coords.),
Opus Monasticorum II. Arte Benedictino en
los caminos de Santiago, Xunta de Galicia, 2007.
GARCÍA IGLESIAS, J. M., “Francisco de Castro Canseco (Ca.
1655-1714), en la actividad artística de Galicia”, Laboratorio de arte, nº 5, 1992, pp. 241-263.
GONZÁLEZ GARCÍA, M. Á. y PEREIRA SOTO, M. Á., “El relicario
de la Iglesia Conventual del Monasterio de San Salvador de Celanova”, Porta da aira: revista de historia del arte
orensano, nº 8, 1997-1998, pp. 23-76.
PARADA GONZÁLEZ, S. La
construcción del templo de Celanova desde los contratos de ejecución: revisión
arquitectónica de la obra a partir de sus documentos, Trabajo fin de
Máster. Universidade da Coruña, Escuela Técnica Superior de Arquitectura,
Máster de Rehabilitación Arquitectónica, 2010.
PERNAS ALONSO, M. I., Escaleras
de piedra de los conjuntos monásticos de la provincia de Ourense entre los
siglos XVI y XVIII. Análisis gráfico, Tesis doctoral, Universidade da
Coruña, Departamento de Representación e Teoría Arquitectónica, 2011.
VALENCIA HENTSCHEL, C., “Un documento excepcional: La
donación de San Rosendo al Monasterio de Celanova”, Porta da aira, nº 5, 1992-1993, pp. 9-16.
VV.AA., Estudios
Mindonienses. Anuario de estudios histórico-teológicos de la Diócesis de
Mondoñedo-Ferrol, nº 23, Cabildo de la catedral de Mondoñedo-Centro de
Estudios de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol-Fundación Caixa Galicia, 2007.
Comentarios