El convento de Cristo de Tomar (I). Su historia, los claustros góticos y la iglesia
Lo que hoy se conoce como Convento de
Cristo de Tomar es un impresionante conjunto monumental de más de cuarenta y
cinco hectáreas que engloba distintas construcciones de diferentes épocas a lo
largo de siete siglos de historia, una auténtica ciudad en la margen derecha
del río Nabão elevada en un cerro, la Mata dos Sete
Montes, dominando todo el horizonte.
Fachada norte del convento de Cristo de Tomar |
Plaza de la República de Tomar, con una estatua de Gualdim Paris y el castillo sobre la colina, dominando la población |
Tras la abolición del Temple por bula Vox
in excelso de Clemente V en 1312, D. Dinis, por razones de Estado,
reconociendo que sus miembros habían sido esenciales para la consolidación del
reino de Portugal y teniendo en cuenta la especial situación de la Península
Ibérica en relación con Al-Ándalus, ideó una estratagema para “saltarse” la
orden papal y en 1319 logró otra bula del nuevo papa, Juan XXII, para la
fundación de la Ordo Militae Jesu Christi u Ordem Militar de Nosso Senhor Jesus
Cristo, más conocida, simplemente, como Orden de Cristo, donde quedaron
integrados los antiguos templarios portugueses, y a la que le fueron
trasferidos todas las gracias y privilegios que habían pertenecido al Temple
portugués y todas sus propiedades, entre las que estaba la fortaleza de Tomar, que a partir de 1357 se convirtió en la sede de la Orden de Cristo.
Igual que el Temple, siguió sujeta a la
regla cisterciense, con el abad de Santa María de Alcobaça como su mentor
espiritual y visitador, y con un hábito muy semejante, blanco con una cruz
patada griega de color rojo aunque con otra de plata inserta, lo único que los
diferenciaba.
Con la designación del infante D. Henrique, hijo de D. João I y
D. Filipa de Lencastre, como gobernador de la Orden en 1417, se inicia un
periodo en el que dicho cargo es asumido por un miembro de la familia real y la
Orden de Cristo se convierte en instrumento excepcional y firme aliada al
servicio de la corona en el periodo de expansión portuguesa, la época de los
Descubrimientos en los siglos XV y XVI. En 1421, además, se adoptó
la regla de la Orden de Calatrava para lograr la independencia del Císter.
D. Henrique transformó la antigua casa militar templaria en palacio, el denominado Paço do Infante, del que hoy sólo quedan ruinas, y promovió la construcción de un convento para dar acomodo a una rama de frailes contemplativos, con la construcción del Claustro da Lavagem y el Claustro do Cemitério y con una primera modificación de la Charola mediante la apertura, en el lado oeste, y aprovechando el grosor del muro, de un coro o tribuna.
D. Henrique transformó la antigua casa militar templaria en palacio, el denominado Paço do Infante, del que hoy sólo quedan ruinas, y promovió la construcción de un convento para dar acomodo a una rama de frailes contemplativos, con la construcción del Claustro da Lavagem y el Claustro do Cemitério y con una primera modificación de la Charola mediante la apertura, en el lado oeste, y aprovechando el grosor del muro, de un coro o tribuna.
Ruinas del Paço do Infante |
Durante el reinado de D. Manuel I (1495-1521),
que asumió personalmente el cargo de gobernador, Tomar se convirtió en fiel
reflejo del poder real y de la fuerza de la fe católica defendida por la corona,
que cuenta con la Orden portuguesa como firme aliada, materializado en una profunda
transformación de la iglesia, que fue posible gracias a la riqueza proveniente de ultramar y que obligó a romper la cerca del recinto hacia
occidente y expropiar las casas de la villa que había intramuros de la muralla
exterior, cuando sus gentes tuvieron que asentarse fuera del recinto amurallado.
En el tomo IV de Leitura Nova da
Estremadura, un libro iluminado de
tiempos de D. Manuel I conservado en los Arquivos Nacionais-Torre do Tombo de Lisboa, hay una representación de Tomar en
la que se ven el recinto amurallado, la Charola con su primitiva escalera de
entrada, algunas casas del burgo, el palacio del Temple y, hacia occidente, el
paño de la muralla que las construcciones manuelinas y joaninas derribaron en
el siglo XVI.
Folio 35 del tomo IV de Leitura Nova da Estremadura (1) |
En 1528 D. João III encargó a fray Antonio de Lisboa, monje jerónimo de
Guadalupe, una profunda reforma de la Orden de Cristo en la que quedó suprimida
la rama de caballería para pasar a ser solo contemplativa, bajo Regla císter de
clausura. De acuerdo a estos nuevos usos, se hicieron necesarias una reorganización
del espacio monasterial e importantes ampliaciones para dar cabida a una vasta
comunidad de frailes.
Juan del Castillo, artífice cántabro al servicio de la corona lusa, conocido en Portugal como João de Castilho, es el encargado de empezar a levantar el Claustro de Santa Barbara, el Claustro da Hospedaria, el Claustro da Micha, el Claustro dos Corvos y el Claustro principal, prácticamente
demolido en su totalidad por Diogo de Torralva a mediados del siglo XVI, cuando
todavía no estaba concluido, para edificar el que hoy se conserva.
Claustro da Hospedaria |
Durante el reinado de Felipe II, coronado rey de Portugal en 1581
precisamente en unas Cortes celebradas en Tomar, cuando el país quedó
anexionado a la Monarquía Hispánica, y que asume el cargo de gobernador de la
Orden, se continúa el programa de remodelación y Filipe Terzi culmina el Claustro principal, de ahí que también
sea conocido como de los “Felipes”, e inicia el Aqueducto dos Pegões.
Claustro principal |
Aqueducto dos Pegões (2) |
Fachada sur del convento, acoplada al acueducto (2) |
La sacristía
nueva, ya manierista, en la crujía oeste del Claustro do Cemitério, la Portaria Real y la Sala
dos Reis, en la crujía superior este del Claustro de la Hospedería, y los Corredores do Cruzeiro, sobre el Claustro dos Corvos y el Claustro da Micha, en los que se
distribuyen celdas de los monjes, son ya
de época de Felipe III.
Corredor do Cruzeiro con las celdas de los monjes |
La Enfermería
y Botica, en la crujía superior norte del Claustro da Hospedaria, prolongada
por todo el flanco norte hasta llegar a la zona del castillo templario,
conformando una imponente fachada, comienza a levantarse en el reinado de D. João IV, en el último cuarto del
siglo XVII, y se concluye en el XVIII.
Con las leyes de desamortización del
siglo XIX y la extinción de las órdenes religiosas en Portugal el convento fue
desalojado, transferido a la Hacienda Pública y vendido en parte, cuando D.
Antönio Bernardo da Costa Cabral, después I conde y I marqués de Tomar,
adquiere las dependencias en torno al Claustro dos Corvos y parte del terreno dentro de la cerca de Mata dos Sete Montes y las
acondiciona como residencia de campo y explotación agrícola al tiempo que
promueve la conservación del monumento y busca financiación para restauraciones
urgentes.
Con la llegada de la República portuguesa
en 1910 el Estado dio uso a otros espacios conventuales. Así, la Rotonda se
convirtió en parroquia, la enfermería se transformó en Hospital Militar y el
Claustro de Micha y el Claustro dos Corvos junto con el refectorio, las
cocinas, los dormitorios y las huertas, se convirtieron en Seminario de Misiones.
Seminaristas en el Claustro da Micha (2) |
En 1918 se fundó A União dos Amigos
dos Monumentos da Ordem de Cristo,
una asociación que durante cincuenta años estuvo velando por conservar e
investigar sobre el monumento, con un museo monográfico en el propio convento,
que se convierte en su sede, y boletines periódicos, los Anais da UAMOC.
La sala capitular habilitada como museo (3) |
En la década de 1940 la parte del conde
de Tomar también fue adquirida por el Estado, pero no fue hasta mediados de la
década de 1980, tras la declaración del convento Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO en 1983, y después de que en 1974 el Seminario de Misiones hubiera quedado extinguido,
cuando el Estado Portugués, a través del IPPC, el Instituto Portugués de
Patrimonio Cultural, decidió convertirlo en monumento. En 1994 se inicia un
proyecto global de recuperación dirigido por el arquitecto Santa Rita que se ha
materializado en sucesivas campañas de restauración que han ido abriendo al
público distintos espacios de este complejo y laberíntico conjunto.
Para la incorporación al monumento de la
antigua enfermería del convento hubo que esperar al desmantelamiento del
Hospital Militar en 2002, la única parte que en septiembre de 2013 todavía no
estaba abierta al público.
En 2007 el Convento de Cristo pasó a la
tutela del IGESPAR, el Instituto para la Gestión del Patrimonio Arqueológico y Arquitectónico
de Portugal.
El monasterio vía satélite (2) |
Todo este inmenso complejo puede dividirse en tres espacios
diferentes: las ruinas del castillo templario; la casa templaria, parcialmente
adaptada a palacio y convento por D. Henrique, con los dos claustros góticos; y
el convento de clausura, con cinco claustros más con dormitorios, refectorio,
cocina, scriptorium y el resto de espacios de uso de la vida monástica.
Ruinas del palacio en primer término, los dos claustros góticos a continuación y, al fondo, la Charola templaria (2) |
En este artículo nos pasearemos por el castillo, los
claustros góticos y la iglesia y dejo para otro los cinco claustros del
convento de clausura con sus correspondientes estancias.
El castillo es un
ejemplo excepcional de arquitectura militar en el que destacan tres murallas que
delimitaban una primitiva ciudad intramuros, la Almedina y otra zona interior
con el patio de armas, la zona habitacional de los caballeros templarios, la
Alcazaba, con una torre del homenaje, y la Charola, capilla templaria símbolo
del mundo medieval europeo, de las cruzadas y de la defensa de la fe.
Panel explicativo en el monumento donde se ve la parte de fortaleza templaria a la derecha y el convento, en rosa, con los ocho claustros, a la izquierda |
Es una fortificación que incorpora soluciones hasta ese
momento inéditas en Portugal y presumiblemente importadas del Medio Oriente,
como el talud de refuerzo en la base de la muralla para mantener a distancia
las máquinas de asalto y que los proyectiles no dieran de lleno en el muro.
Aspecto de la muralla en el que se aprecia la solución defensiva en talud (2) |
Aunque las alteraciones del recinto a lo largo de los siglos
y las sucesivas ampliaciones del convento modificaron la estructura de las
murallas, entrando por la Porta de Sol, a la derecha todavía se conservan la
Alcazaba y la Torre del homenaje románicas, ante una amplia explanada que
termina en la Charola.
Antigua plaza de armas, con los restos de la Alcazaba a la derecha, con la Charola al fondo |
La visita al convento comienza por los dos
claustros góticos, ubicados hacia el noreste del conjunto, entre la Charola y
la antigua fortaleza que fueron añadidos entre 1420 y 1460 por Fernão Gonçalves bajo el patrocinio del
infante D. Henrique.
El Claustro
da Lavagem es de planta cuadrangular
de dos pisos con cubierta de madera. El bajo, donde se encontraban las cocinas,
los almacenes y las habitaciones de los criados, se organiza mediante petril,
gruesos pilares y arcos apuntados.
Claustro da Lavagem |
La galería superior, donde estaban los
dormitorios y desde donde se accede el Claustro do Cemitério, presenta
antepecho macizo, columnas dobles de capitel único con decoración vegetal y
arcos también apuntados. Los zócalos de azulejos de ambos claustros son ya del
siglo XVI, de época manuelina.
Galería superior norte del Claustro da Lavagem, con el acceso al Claustro do Cemiterio al fondo |
El Claustro
do Cemitério está adosado a la Charola y se levantó como ámbito procesional
y panteón complementario del que la Orden tenía en la iglesia de
Santa Maria do Olival. También tiene planta cuadrangular pero es más pequeño y
con una única altura, al mismo nivel que la galería superior del Claustro da
Lavagem, repitiendo similares arcos apuntados sobre columnas dobles, éstas más
esbeltas y con capiteles individuales.
Claustro do Cemitério |
La cubierta es de bóveda de cañón, el
pavimento está revestido de losas sepulcrales lisas numeradas y en la crujía
sur, la más cercana a la iglesia, se ubican los arcosolios funerarios de D.
Diogo de Gama, hermano de Vasco de Gama y capellán de D. Manuel I, y D.
Baltazar de Faria, diplomático al servicio de D. João III, de 1584.
Crujía sur del Claustro do Cemitério, con los arcosolios funerarios de D. Baltazar de Faria y D. Diogo de Gama |
En la esquina sureste se ubica la Capela de São Jorge, que a fines del
siglo XV, ya en el reinado de D. Manuel I, empezó a desempeñar funciones de
sacristía hasta la construcción de la Sacristía nueva en la crujía oeste. Es de
planta cuadrangular con bóveda de crucería y el testero occidental, en contacto
con la iglesia, está ocupado por el arcosolio de los fundadores de la capilla
en 1426, D. Vasco Gonçalves de Almeida y su mujer, D. Meça Lourenço, ayos del
Infante D. Henrique 1426. Es un ámbito que pasa desapercibido porque en la
actualidad aloja las taquillas de entrada al monumento.
Crujía este del Claustro do Cemitério, con la entrada a la Capela de São Jorge al fondo |
En tiempos del Infante D. Henrique en la
crujía oeste se ubicaba la Sala capitular, pero a fines del siglo XVI este
ámbito se modificó para construir la Sacristía
Nueva, obra de Francisco Lopes
con portada encuadrada por pilastras dóricas y frontón. Es de planta
rectangular, iluminada por vanos en sus testeros oriental y occidental y
organizada mediante pilastras en estípite bajo entablamento dórico que sustenta
una bóveda de cañon casetonada pintada con grutescos dorados, armas reales,
esferas armilares y cruces de la Orden sobre fondo negro que responde a unas
obras de unificación estilística en 1629, ya de época filipina.
Sacristía Nueva |
Decoración de los casetones de la bóveda de la Sacristía Nueva |
Al lado de la sacristía está el arcosolio
de 1599 de D. Pedro Álvares Seco, contador de la Orden, compuesto por un túmulo
en arca bajo un obelisco decorado con lar armas del finado.
Crujía occidental del Claustro do Cemitério, con la sepultura de D. Pedro Álvares Seco en primer plano a la derecha y la portada de la Sacristía Nueva al fondo |
A continuación está la Capela Portocarreiros, terminada en
1626 por patrocinio de Antonio Portocarreiro, preceptor de las rentas de la
Orden, como capilla funeraria de su familia, con planta rectangular, bóveda de
medio punto casetonada y completamente decorada con azulejos de paneles
geométricos y escenas de la Pasión de Cristo.
Capela Portocarreiros en la crujía oeste del Claustro do Cemitério |
Detalle de la decoración de azulejos de la Capela Portocarreiros |
A continuación se visita la iglesia. En origen solo fue la Charola, con una primera fase
constructiva románica pero terminada ya en estilo gótico. Tiene planta de
dieciséis lados con ventanas geminadas entre potentes contrafuertes exteriores
y un tambor central octogonal con cubierta nervada que genera un deambulatorio
cubierto con bóveda de cañón, la típica rotonda de la arquitectura templaria
con varios ejemplos más en el resto de Europa y que toma como referencia el
Santo Sepulcro, templo de los Cruzados y la primera iglesia que los Templarios custodiaron
en Jerusalén, que se basó en la Mezquita de la Roca, construida en el
siglo VII por arquitectos griegos en el solar que antes había ocupado el Templo
de Salomón, que a su vez sigue el paradigma de la iglesia del Santo Sepulcro
de Constantino, del 335. El remate almenado es un testimonio de su doble
papel como lugar espiritual y bastión defensivo.
Exterior de la Charola |
Interior de la Charola (4) |
En el periodo del infante D. Henrique se produjo una primera
alteración de la capilla templaria con la apertura en dos de los tramos
occidentales de un coro o tribuna aprovechando el grosor de los muros.
Pero su mayor transformación comienza en
1515, cuando D. Manuel I encarga al
arquitecto Diogo de Arruda, su
conversión de templo románico en iglesia
de planta longitudinal, para lo que fue necesario romper la muralla hacia
el oeste.
La
antigua Charola fue transformada en capilla mayor mediante
la apertura de un gran arco de triunfo apuntado y la adición de un nuevo cuerpo
rectangular de tres tramos y dos alturas que aprovechan el desnivel del terreno.
Se cambió el concepto al romper la centralidad
pero sin acabar con la idea simbólica relacionada con el Santo Sepulcro.
Plano de la iglesia, con la Charola transformada en capilla mayor (5) |
El coro
alto, con balaustrada de madera entre la que se intercalan cuatro
balaustres de piedra taraceada, está iluminado mediante grandes vanos laterales
ligeramente apuntados y óculo en el testero occidental y presenta cubierta de
combados apoyada sobre ménsulas decoradas con elementos vegetales, ángeles,
esferas armilares, escudos reales, cruces de la Orden… ya obra de Juan . La sillería original gótica, de Olivier de Gant, fue destruida durante la invasión francesa, hoy sustituida por otra del siglo XVIII con dos niveles de asientos procedente se la iglesia de Santa Joana de Lisboa.
Coro alto |
El sotocoro,
primero sacristía y después sala capitular, presenta una
contundente bóveda de terceletes muy aplanada y está iluminado por dos
ventanas, una al sur, parcialmente tapada por el posterior Claustro principal, y
otra en el testero occidental, con profusa decoración exterior y conocida como
“Janela do Capítulo” uno de los elementos paradigmáticos del convento.
Sotocoro, con la “Janela do Capítulo” enfrente |
Decoración exterior de la ventana sur de la sala capitular, casi tapada al construirse el posterior Claustro principal |
La nueva iglesia fue decorada con un estudiado programa iconográfico definido
por el propio D. Manuel I en relación con la religión y la expansión y la
concepción imperial que quiere proyectar el monarca de Portugal.
La Charola está
separada de la nave mediante una balaustrada de madera y piedra y su profusa
decoración se compone de pintura mural con escenas de la Vida de
Cristo atribuida a Domingos Vieira
Serrão y/o Simão de Abreu, pintura mural con ángeles con los instrumentos
de la Pasión atribuida a Fernão Anes, hasta
la década de 1980 recubierta de cal y sacada a la luz tras una restauración, esculturas
de madera policromada de profetas y santos y una Crucifixión de Olivier de Gant terminadas por Fernão de Munhoz, y un conjunto de
catorce grandes tablas que repiten el ciclo de la Vida de Cristo, de las que se
conservan siete, atribuidas al taller del pintor real Jorge Afonso.
La Charola desde el coro, con la Resurrección sobre la clave (4) |
Entrada en Jerusalén de Jorge Afonso (4) |
Las pinturas del arco de triunfo también se atribuyen a Domingos Vieira Serrão y Simão de Abreu.
En el intradós aparecen los bustos de los Evangelistas y cruces de la Orden en
tondos y en el lado de la Epístola hay un púlpito
con base circular de piedra y petril de balaustres bajo baldaquino, que en el
del Evangelio se corresponde con un trampantojo que lo imita en pendant. Sobre
la clave se representa la Resurrección.
Púlpito en trampantojo del lado del Evangelio y púlpito real en el de la Epístola, con los Evangelistas Lucas y Marcos en los tondos superiores |
Intradós del arco, con una Cruz de la Orden central flanqueada por los Evangelistas Juan y Mateo |
Antes de cubrir la nave de la iglesia, Juan del Castillo ya se había encargado
de construir una nueva portada en el
lado sur, con la primitiva, orientada al este convertida en ventana, el primero
de todos los trabajos que este prolífico artista realizó para el convento,
todavía durante el reinado de D. Manuel I.
Fachada este de la charola, con la antigua portada, convertida en ventana, a la derecha, debajo de la espadaña |
Hacia el interior muestra arco rebajado
con decoración vegetal enmarcado por dos columnas torsas y en el exterior soporta mayor carga decorativa.
Portada sur hacia el interior de la iglesia |
La portada exterior está enmarcada por
dos contrafuertes prismáticos rematados con pináculos y se organiza mediante un
pórtico abierto con arco de medio punto angrelado y cubierta de bóveda rebajada
nervada que cobija un vano de tres arquivoltas de medio punto en el que se
desarrolla el repertorio decorativo manuelino, abarcado por otro trilobulado que cobija una esfera armilar y sobre el que se sitúa la Virgen con el Niño bajo dosel
rodeada de Profetas y Doctores de la Iglesia, todos ellos, a su vez, enmarcados
por otro arco mixtilíneo rematado con una Cruz de la Orden de Cristo.
Portada sur de la iglesia, obra de Juan del Castillo |
Detalle de la decoración de la portada sur |
Las grandes ventanas de los testeros
laterales, enmarcados por potentes contrafuertes con profusa decoración
rematados por pináculos, tienen dos o tres arquivoltas con motivos decorativos
vegetales, grutescos y heráldica manuelina, y todo el cuerpo culmina en una crestería
con esferas armilares y cruces de la Orden de Cristo.
Fachadas oeste y sur del cuerpo de la iglesia |
La fachada occidental presenta,
flanqueada por sendos contrafuertes, dos de los elementos más conocidos de
Tomar: la “Janela da Sala do Capítulo” y el óculo, con una profusa decoración
inspirada en la orfebrería, los textiles y la naturaleza, sobre todo marina, y con abundante
presencia de cruces y esferas armilares, una mezcla característica de un
peculiar decorativismo que en el siglo XIX empezó a denominarse “estilo
manuelino”, símbolo de un periodo histórico caracterizado por la expansión
portuguesa ultramarina.
Fachada occidental (2) |
La ventana
parte de las raíces de un árbol sostenidas por un busto de hombre y con la
decoración como trepando por unos mástiles compuesta por motivos vegetales y marinos, con algas, maromas, cadenas, corcho... en relación
con la construcción de barcos, puestos en relación con un momento histórico en
el que el mar se tomó como referente, lo mismo que el óculo superior, que representa velas hinchadas por el viento.
Otro grupo de historiadores opinan que el significado va mucho más allá y consideran que toda la fachada responde a un concienzudo programa iconográfico basado en la heráldica y la emblemática para mostrar un vínculo entre la Orden de Cristo y el origen divino de la dinastía manuelina, todo un testero conformado como gran cartel propagandístico de la dignidad que suponía ser envestido caballero de la Orden, con D. Manuel como cabeza de la misma.
“Janela do Capítulo” del convento de Tomar |
Otro grupo de historiadores opinan que el significado va mucho más allá y consideran que toda la fachada responde a un concienzudo programa iconográfico basado en la heráldica y la emblemática para mostrar un vínculo entre la Orden de Cristo y el origen divino de la dinastía manuelina, todo un testero conformado como gran cartel propagandístico de la dignidad que suponía ser envestido caballero de la Orden, con D. Manuel como cabeza de la misma.
Según esta sugerente interpretación, los
caballeros armados con escudo, esfera armilar y cetro, el cinturón con hebilla
que rodea el contrafuerte derecho y la representación de unas raíces enteras que
aparecen por debajo serían la representación del reino terrenal, el de los
guerreros, identificando la hebilla con el símbolo de la Orden de la Jarretera,
de la que D. Manuel era miembro, artífice de una sólida política, y con la
raíces asentadas en la tierra.
Los ángeles, la cadena y unas raíces
cortadas del contrafuerte izquierdo simbolizarían el reino espiritual, de
ahí que las raíces no entren en contacto con la tierra, y con las cadenas
puestas en relación con la Orden de Cristo, una institución religioso-militar,
al servicio de Dios y no del hombre, una filosofía muy distinta a la de la
Orden de la Jarretera.
Contrafuertes izquierdo y derecho de la fachada occidental |
Uno de los caballeros del contrafuerte de la derecha |
En cuanto a la ventana, el anciano de la
parte baja se interpreta como Jesé, del que surge el árbol de las profecías y
que culmina con un escudo real bajo una cruz de la Orden de Cristo, símbolo de
D. Manuel I como Enmanuel, el nuevo Mesías que ha venido a salvar a los
hombres.
Busto del que parten las raíces del árbol (6) |
Frente a la portada sur de la iglesia, a
fines del siglo XV empezó a levantarse una nueva Casa do Capítulo, donde después se reunieron las Cortes convocadas
por Felipe II en las que fue legitimado como rey de Portugal.
Casa do Capítulo |
Pero para saber algo más de este ámbito tendréis que consultar el artículo en el que nos "pasearemos" por los cinco claustro de la clausura, fruto de la ampliación de D. João III de la mano de Juan del Castillo y otros artífices: El convento de Cristo de Tomar (II). Los claustros joaninos y otras ampliaciones.
Otros MONASTERIOS en Viajar con el Arte:
San Juan de los Reyes de Toledo
San Benito el Real de Valladolid
San Martiño Pinario en Santiago de Compostela
Convento de las Bernardas de Alcalá de Henares, en Madrid
Santa María del Paular en Rascafría, de Madrid
Santo Tomás de Ávila
San Antonio el Real de Segovia
Santa María del Parral de Segovia
San Miniato al Monte de Florencia
Convento da Madre de Deus, hoy Museu Nacional do Azulejo en Lisboa
Santa Maria da Vitória de Batalha
Santa-Clara-a-Velha de
Coímbra
Santa Cruz de Coímbra
Santa María de Celas de Coímbra
Santa María de Alcobaça
Basilica dei Santi Giovanni e Paolo de
Venecia
Basilica
di Santa Maria Gloriosa dei Frari de
Venecia
Monasteriode San Michele in Isola de
Venecia
San Giorgio Maggiore de Venecia
Referencias y fotografías ajenas:
(5) SOUSA SANTOS, C. E., “A Charola
Templária de Tomar: Jerusalém Perdida”. Revista
de História da Sociedade e da Cultura, 11, 2011, pp. 39-56.
Fuentes:
BARBOSA, Á. J., “Il Castello di Tomar e il convento di
Cristo. La storia ed il tempo presente”, Revista digital DISEGNARECON,
vol I, nº 2, 2008. (http://disegnarecon.unibo.it/article/view/1378)
BARBOSA, Á. J., “Habitar o patrimonio: o caso do Convento de
Cristo”, Máthesis, nº 14, 2009, pp.
177-193.
COSTA, J. I. da, “Os Oito Claustros do Convento de Cristo”, Boletim Cultural da Câmara Municipal de
Tomar, nº 1, 1981, pp. 31-49.
SOUSA SANTOS, C. E., “A Charola Templária
de Tomar: Jerusalém Perdida”. Revista de
História da Sociedade e da Cultura, 11, 2011, pp. 39-56.
Comentarios
Un abrazo y muchas gracias por el paseo.
Coñe y pensar que esto que nos ofreces es gratuito cuando por artículos pedantes e infumables, faltos de todo rigor, piden el oro y el moro, ...en fin!
Como decimos en mi tierra, moitos parabéns polo traballo ben feito e moitas grazas por compartilo!
Por cierto, Sira, tu labor en este blog es impagable. Para los diletantes y aficionadillos como yo es una guia maravillosa
¡Gracias!
Un abrazo
La capilla de la Concenção es una joyita auténtica ¡qué suerte que pudieras verla por dentro! yo lo intenté la última vez que estuve, en septiembre del año pasado, y fue imposible.
En unos años seguro que contemplaré en mi biblioteca los tomos de la Historia de la Arquitectura y del Arte de Sira Gadea...
Enhorabuena y gracias.
Gracias por el enorme trabajo que conlleva y compartirlo con el resto.
Soy un apasionado de Portugal y cada rincón me maravilla más.
Saludos cordiales.