El
monasterio cisterciense
de Santa María de Valldigna se ubica en la comarca de la Safor valenciana
en un valle limitado al norte por la Serra de les Agulles y al sur por las
estribaciones del Mondúver, protegido de los vientos, con abundante agua y con
un especial microclima, de ahí que los musulmanes lo eligieran para establecer
pequeños núcleos de población que vivían de la agricultura y la ganadería protegidos
por algunas fortificaciones estratégicamente ubicadas. Y aunque tras la
conquista cristiana por Jaume I en 1244, la implantación del régimen feudal y
la llegada de nuevos pobladores apenas cambió su modo de vida,
manteniendo tradiciones y propiedades distribuidas a lo largo del valle, la
fundación Císter sí supuso un cambio radical, pues sus abades ejercieron su
plena autoridad e impusieron férreas relaciones de vasallaje, tanto a
musulmanes como a cristianos.
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Monasterio de Santa María de la Valldigna |
El monasterio
está rodeado de un primer recinto amurallado que experimentó
recrecidos y reparaciones a lo largo de su historia. La base y parte del alzado
son del siglo XIV, realizados en tapial con mortero de cal y pequeños
mampuestos y cantos rodados, aspilleras de sillería dispuestas de forma regular, merlones y almenas y cuatro torres en los cuatro ángulos. La puerta habitual del
monasterio era la Puerta de la Xara,
llamada así por la alquería musulmana desaparecida que estaba enfrente, construida
en el muro sur con sillería bien labrada, que según las fuentes documentales
contaba con foso, puente levadizo y matacán.
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Planta del monasterio (1). Las indicaciones son mías |
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Puerta de la Xara (2) |
El Portal Nou, en el muro oeste, sólo se abría en ocasiones especiales, aunque en la actualidad es el acceso al
conjunto monumental. Se compone de un muro en fábrica de sillería con portada
de vano apuntado flanqueado por dos torres. En la parte superior de la portada
se conservan tres escudos: las cuatro barras de la Corona de Aragón flanqueados
por las armas del abad Arnau Saranyó, una rama de endrino (aranyoner en valenciano, cuyo fruto, el aranyó, es la endrina) y un báculo. Sobre la portada abre una
ventana rectangular enmarcada en ladrillo con pequeño tejaroz fechada en el
siglo XVII.
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Portal Nou y fachada de la Capilla de la Virgen de Gracia |
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Detalle del Portal Nou |
Las
torres, que están adelantadas, son de planta cuadrangular con sillería en sus
bases y el resto de mampostería, con un remate festoneado fruto de una restauración
en la década de 1720, cuando se modificaron los matacanes originales. En la torre
de la derecha hay otra puerta apuntada de menores proporciones rematada con un
escudo ilegible, con una aspillera en el eje y otras dos más en la parte media
del frente. La torre de la izquierda no tiene puerta pero sí una ventana
similar a la ubicada sobre la portada.
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Puerta de la torre derecha |
La
entrada principal da acceso a un atrio
cubierto con bóveda de crucería sobre ménsulas lisas que abre al compás del monasterio
mediante un arco apuntado algo rebajado flanqueado al exterior por dos
ménsulas.
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Atrio del Portal Nou (2) |
Adosada
a la torre derecha del Portal Nou está la Capilla
de la Virgen de Gracia, erigida en el siglo XVII, con reformas en 1720, para
el culto externo a dicha Virgen, sobre una antigua ermita bajo esa misma
advocación, de gran devoción entre los vecinos de Simat. Cuenta con una fachada
típicamente barroca compuesta por dos cuerpos, uno superior conformado mediante
un frontón curvo rematado por una espadaña y otro inferior que ocupa las dos
terceras partes de la altura total con dos pilastras que lo recorren
en toda su altura y que flanquean la portada, a su vez compuesta por otros dos
cuerpos, uno inferior con entrada adintelada con el escudo de Valladigna
flanqueada por sendas pilastras cajeadas de orden compuesto que soportan un
arquitrabe con pináculos en los extremos sobre las que se ubica el segundo
cuerpo, un nicho con la imagen de la Virgen de Gracia rematado por cornisa y
florones. La portada está rodeada de pintura mural que simula cortinajes
recogidos a ambos lados y por encima se ubica una ventana escarzana que da luz
al interior del edificio. La planta es de cruz griega, con bóvedas de cañón en los brazos y cúpula sobre pechinas y tambor en el crucero.
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Fachada de la Capilla de la Virgen de Gracia |
Una
vez atravesado el atrio del Portal Nou se llega al compás del monasterio. En torno a este primer patio estaban las
zonas de servicios necesarias para atender a la comunidad, el importante
patrimonio del monasterio y las tareas relacionadas con su extensa explotación
agrícola, como los comedores y dormitorios de los criados, la lavandería, la
carpintería, quizá una botica además de graneros, bodegas, almacenes,
caballerizas… El agua, muy abundante, se extraía de diez pozos. Las
zonas norte y este que rodeaban el monasterio eran huertas.
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Compás (3) |
A la
izquierda del Portal Nou se ha recuperado una almazara del siglo XVIII, un edificio de planta rectangular adosado
por su parte oeste a la propia cerca exterior aspillerada del siglo XIV. Es de
mampostería y ladrillo y contaba con planta baja con ventanas enmarcadas en
ladrillo, piso superior o cámara con aberturas en forma de óculos y cubierta a
dos aguas. La cubierta estaba completamente perdida y se le ha incorporado una
nueva. El acceso se realiza desde el compás. Alojaba el
molino de aceite, el granero y unas caballerizas y en la actualidad se utiliza
como espacio de recepción de visitantes y sala multiuosos para exposiciones
temporales, congresos…
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Fachada de la almazara |
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Almazara |
Para
llegar a la iglesia hay que atravesar una zona ajardinada presidida por una fuente
realizada en 1740 en mármol rosa y gris y conocida como Fuente de los tritones porque presenta un pináculo central con
cuatro de estas figuras fantásticas de las que brota el agua a una pileta
semiesférica de bordes moldurados que a su vez expulsa agua a través de cuatro
mascarones, recogiéndose en un depósito central polilobulado.
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Fuente de los tritones (3) |
Esta
fuente en su día ocupó el centro del claustro del silencio, pero tras las
desamortizaciones del siglo XIX, en 1852 fue comprada por el Ayuntamiento de
Valencia, en 1854 se instaló en la Plaza de San Lorenzo de la ciudad, en 1911
fue desmontada para ser instalada en los Jardines de los Viveros, también en
Valencia, y allí estuvo hasta el año 2005, cuando volvió al monasterio pero no
para ocupar su lugar original.
Los
principales edificios monacales estuvieron a su vez rodeados de la conocida
como muralla de clausura, una cerca
de mampostería y mortero de cal levantada durante el primer periodo
constructivo y modificada con posterioridad. En su muro oeste se ubicaba la Puerta Real, a la que se accedía
directamente desde el Portal Nou por un camino bordeado de arbustos y por la
que se entraba al claustro del silencio. Esta parte quedó destruida con la
erección de la conocida como “obra nueva”. En su muro sur, casi en línea con la
Puerta de la Xara de la muralla exterior, está la Puerta de la Sopa, que se llamó así porque desde ella los monjes
repartían comida a los pobres de la zona.
La primera iglesia con la que contó el monasterio
fue construida en el siglo XIV, pero la destruyó un terremoto en 1396,
construyéndose una segunda en el siglo XV que volvió a ser destruida por otro
terremoto en 1644, de ahí que la que hoy se conserva date de la segunda mitad
del siglo XVII, entre los abadiatos de Rafael Trobado i Figueroa y Josep
Castillo, iniciada en 1648 según trazas del arquitecto Joaquín Bernabéu y
continuada a partir de 1687 por el arquitecto Joan Blai Aparisi, que es el que
termina dando una apariencia barroca a las sobrias estructuras clasicistas de
Bernabéu.
La fachada está flanqueada por sendas
torres cuadrangulares, la del lado de la Epístola en ruinas, y cuenta con una
sencilla portada adintelada y dos ventanas que iluminan el atrio.
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Fachada occidental de la iglesia |
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Alzado de la fachada occidental de la iglesia (1) |
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Alzado de la fachada meridional de la iglesia (1) |
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Alzado de la fachada oriental de la iglesia (1) |
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Alzado de la fachada septentrional de la iglesia (1) |
Tiene planta de cruz latina con atrio a los
pies, nave única cubierta con bóveda de cañón, tres capillas laterales entre
contrafuertes por cada lado, transepto que no sobresale en planta, presbiterio
con testero plano, trasagrario elevado tras el testero, sacristías laterales y torre
campanario adosada a la cabecera en el lado de la Epístola. El cuerpo de la
iglesia está realizado en cantería y las cubiertas están ejecutadas en
albañilería.
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Planta de la iglesia y del claustro del silencio (1). Las indicaciones son mías |
Primero se accede a un
atrio que estaba separado del templo
mediante rejas de hierro a modo de cancela. Es de planta rectangular cubierto
por una bóveda baída entre dos cúpulas ciegas y rematado en los extremos por
bóvedas de cuarto de esfera aveneradas a modo de exedras que surgen al
incorporar trompas en los ángulos, destacando la profusa decoración pictórica y
ornamental de rocalla que las invade desde la cornisa. También cuenta con tres
pinturas al fresco, dos a ambos lados del acceso al templo a modo de cortinajes
abiertos que dejan ver a personajes dialogando y una tercera sobre el dintel de
la puerta de entrada enmarcada por un medallón en el que aparece una figura
femenina recostada y leyendo un libro de música acompañada por dos ángeles que
portan otros libros, que algunos autores han identificado con santa Cecilia.
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Atrio de la iglesia |
La nave se conforma mediante pilastras de
orden compuesto que soportan arcos de medio punto que abren a las capillas
laterales y bóveda de cañón con lunetos en la que destaca la decoración a base
de estucos y pintura con motivos geométricos, vegetales, jarrones y pequeños
angelitos. En el centro de uno de los tramos se lee la inscripción “Pasqual
Rams feesi añ 1699”.
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La iglesia desde los pies |
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Inscripción en la bóveda de la iglesia |
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Cubiertas del transepto |
En ambos brazos del transepto se ubican sendas portadas de acceso a las dos sacristías
adosadas al presbiterio, organizadas mediante vano rectangular enmarcado por
pilastras que soportan un frontón partido con pináculos y bolas y remate con
sendos escudos del monasterio y las cuatro barras de la casa de Aragón.
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Portada de la sacristía en el transepto del Evangelio |
En los muros frente a
las portadas de las sacristías, también en los transeptos, se conservan dos pinturas murales realizadas al óleo
sobre el lucido de yeso imitando grandes cortinajes que enmarcaban sendos
retablos desaparecidos. La del Evangelio está coronada por una alegoría de la
Abundancia, con una cornucopia en sus manos y acompañada de dos ángeles con
ramos de flores y la de la Epístola es la alegoría de la Fortaleza, sosteniendo
una columna y acompañada de dos ángeles que sostienen un cayado con el que
guiar el ganado y un hacha, respectivamente.
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La iglesia desde el ábside, con las pinturas murales que enmarcaban retablos del transepto |
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Alegoría de la Abundancia en el transepto del Evangelio |
El crucero está
cubierto por una cúpula apuntada
sobre pechinas y tambor decorada en el interior con motivos similares a los de
bóveda de la nave y cubierta al exterior con tejas barnizadas en color verde. En
las pechinas están tallados los escudos correspondientes al Císter, a Valldigna
y a la Monarquía Hispánica, con las armas de Castilla, León, Granada, Aragón,
Sicilia, Navarra, Portugal, Borgoña, Brabante, Valencia y Jerusalén, todas
ellas ostentadas o pretendidas por la casa de Austria, aunque algunas, como
Portugal y Borgoña o, más todavía, Jerusalén, perdidas hacía ya mucho.
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Cúpula del crucero |
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Detalle de la decoración de la cúpula |
La decoración se
completó, durante el abadiato de Plácido Saurina, a fines del siglo XVII, con
un monumental baldaquino de columnas
salomónicas colocado bajo la cúpula, obra del constructor valenciano Joseph
Borja, que además realizó siete retablos más para las capillas de la iglesia,
todos perdidos. Se conserva alguna fotografía del baldaquino, descrito por
Teodoro Llorente de la siguiente manera:
“En forma de
gigantesco tabernáculo se eleva en el centro del crucero, subiendo hasta la
cúpula. Sobre una plataforma cuadrada se levantan cuatro caprichosísismas
columnas de alto pedestal abalaustrado y fuste salomónios, poblado de ángeles y
serafines. En sus cuatro ángulos hiérguense, hasta el nivel del alto
cornisamiento, cuatro Santos de la Orden del Císter, y en la cima, sobre cúpula
calada, el globo circuido por la sierpe simbólica, y sobre él, ya en el hueco
de la elevadísima cúpula, la imagen de la Purísima. Bajo este templete se
encontraba el altar, que tenía cuatro frentes y cuatro mesas”.
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Baldaquino salomónico (destruido). Fotografía de Roque Chabás. Archivo de la Catedral de Valencia |
En el presbiterio se alojaba la sillería del
coro y tras su testero había un camarín con la imagen de la Virgen de la
Valldigna, desaparecida. Tras las exclaustraciones del siglo XIX la sillería
fue desmontada y trasladada al Monasterio de la Zaidia de Valencia, quemada en la guerra civil.
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Presbiterio |
El acceso al campanario, construido a mediados del
siglo XVII, se realizaría desde el camarín de la Virgen y el piso superior de
la sacristía de la Epístola. El primer cuerpo se correspondería con una de las
torres angulares que protegían el templo del siglo XV. El segundo cuerpo era el
de las campanas, abierto al exterior mediante cuatro vanos de medio punto. Y el
tercero es un remate a modo de templete típico de los campanarios valencianos
de la segunda mitad del siglo XVII, con una base abalaustrada rematada por
bolas y pináculos y cuerpo con cuatro caras con escenas pictóricas de difícil
interpretación y rematado por un cupulín. En la actualidad cuenta con una
campana que fue instalada en 1998 con motivo de la celebración del 700
aniversario de la fundación del monasterio.
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Campanario |
Por las excavaciones
arqueológicas se sabe que el claustro
del silencio, adosado a la nave de la Epístola de la iglesia, en torno al
que se ubicaban las estancias más importantes del monasterio, era de planta cuadrangular
con un podio perimetral del que se conservan tres hiladas de sillares en los
lados norte y este y dos en el resto además de los apoyos interiores donde
descansaban las ménsulas de los arcos de crucería, habiéndose reconstruido una
parte de ellos. También se considera que tuvo un piso superior, conservándose
un arco de medio punto entre dos contrafuertes de la iglesia que daba acceso a
la escalera de subida.
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Claustro del silencio (1) |
La sala capitular fue iniciada a fines del
siglo XV, durante el abadiato de Roderic de Borja, futuro papa Alejandro VI, sobre
parte de otra edificación, quizá una sala capitular anterior, y quedó terminada
ya a comienzos del siglo XVI, con Pere Lluís de Borja como abad. Se cree que su
artífice pudo ser Pere Compte, el autor de la Lonja de Valencia, y es una de
las piezas mejor conservadas del conjunto. Abre a la galería este del claustro
mediante un vano de medio punto que estaba abarcado por un arco conopial y
decoración flamígera muy deteriorados y dos ventanas de arcos escarzanos con
arquivoltas que derraman hacia el interior y están rematadas por pequeños
capiteles con temas vegetales y animales muy deteriorados.
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Entrada a la sala capitular |
El ámbito es de planta
cuadrada cubierto con bóveda de terceletes reconstruida a partir de las cuatro
ménsulas de las esquinas, las claves y varias dovelas de los arcos. La clave
central representa la Lactación de san
Bernardo, fundador del Císter, y las otras ocho muestran simbología de
Valldigna, de la ciudad de Valencia, de los promotores, Roderic y César de
Borja y santos de la orden. Las ménsulas, muy deterioradas, están decoradas con
los símbolos de los cuatro evangelistas: el león de san Marcos, el águila de
san Juan, el toro de san Lucas y el ángel de san Mateo.
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Bóveda de terceletes de la sala capitular |
En el muro de levante,
donde se ubicaba el sitial del abad, hay una capilla elevada respecto al nivel
del pavimento, abierta mediante arco escarzano con decoración gótico-flamígera
prácticamente desaparecida con las armas del abad Pere Baldó, patrocinador del
arco a fines del siglo XV, y cubierta con bóveda de crucería cuyos nervios
apoyan en dos ménsulas también muy deterioradas que representan ángeles
portando escudos. A ambos lados de esta capilla se abren sendas ventanas de
arco apuntado muy abocinadas en cuyas bases todavía se conservan los arranques
de la tracería gótica que las decoraba. Al exterior, sus muros de sus lados
este y oeste están rematados con merlones.
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Muro oriental de la sala capitular |
A continuación de la
sala capitular está el locutorio, fechado
a fines del siglo XV, un ámbito rectangular cubierto con dos bóvedas de
crucería reconstruidas que conectaba el claustro del silencio con la plaza que
había detrás de la sala capitular. En las ménsulas de apoyo de los arcos se
conserva decoración con motivos animales zoomórficos y de nuevo aparecen las
armas del abad Pere Baldó.
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Locutorio |
El refectorio nuevo, construido en el
siglo XV, ocupaba la nave sur del claustro principal. Cuenta con un acceso de
arco apuntado abarcado por otro conopial con el escudo semiborrado del abad Juan
de Aragón y es un ámbito de planta rectangular para cuyo alzado se aprovechó un
muro norte preexistente de tapial, arcilla y cal, técnica similar a la utilizada
para la fábrica nueva. Estuvo cubierto con bóveda de crucería de la que sólo se
conservan los arranques, reforzados desde su base con sillería, las claves y
algunas dovelas de los arcos, a partir de los que se ha realizado una
reconstrucción.
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Entrada al refectorio |
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Refectorio |
En el
muro sur se ubica el púlpito del lector,
con una puerta de medio punto y escalera de piedra empotrada. En la parte
superior tendría cuatro ventanas ojivales y en el muro este cuenta con dos
ingresos, uno a cada extremo, que comunicaban con la cocina. Lo mismo que la sala capitular, en el siglo XVI sus muros
exteriores se reforzaron con merlones.
Frente al acceso al refectorio
se ubicaba el templete del lavatorio,
del que se conserva el pavimento de losas de piedra y parte del alzado.
La crujía oeste del
claustro se prolonga hacia el sur en lo que se conoce como Obra Nueva, una construcción del siglo
XVIII, durante el abadiato de Lluís Sanxis, de grandes proporciones y que
albergó el refectorio, la cellería, los dormitorios y los lugares de trabajo de
los monjes legos. Lamentablemente sólo quedan restos, pero se sabe que tenía
cuatro plantas, que algunas dependencias tenían zócalos de azulejería y que el
pavimento de las habitaciones eran de barro cocido.
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Ruinas de la Obra Nueva (4) |
En el patio detrás de
la sala capitular estaba el Palau de
l’Abat, destinado a dependencias del abad y para recibir a visitantes
ilustres. Fue mandado construir por el abad
Arnau de Saranyó en la segunda mitad del siglo XIV pero su erección se dilató
durante varias etapas constructivas hasta llegar al siglo XVIII, pues el
control administrativo que empezó a ejercerse sobre los monasterios generó
visitas institucionales y reuniones entre los delegados de las sedes y los
abades que derivó en una remodelación de las mismas para incorporar salas de
reunión, biblioteca, cocina privada y dormitorios, adoptando una estructura
palaciega.
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Palacio del Abad |
Aunque
en la actualidad está aislado, se encontraba integrado entre otros edificios hoy
desaparecidos que lo comunicaban con el resto del monasterio. Es
una construcción organizada en torno a un patio rectangular con una galería
baja del siglo XV con arcos escarzanos sobre columnas octogonales y pozo
central y una galería superior de arcos apuntados que se conforma como uno de
los elementos más destacados del conjunto, diez arcos de piedra arenisca que
fueron desmontados pieza a pieza en la década de 1920 para colocarse en El
Canto del Pico, un palacete que el conde de las Almenas se construyó en
Torrelodones, que dejó en herencia al dictador Francisco Franco. Pero después de muchos
años de abandono, la Generalitat Valenciana logró comprarlos por un millón de
euros y reponerlos en su lugar original. Presenta cuatro arcos en los lados
mayores y tres en los menores que descansan sobre grupos de cuatro pequeñas
columnillas con capiteles moldurados blasonados con los escudos del abad
Saranyó, de la Corona de Aragón y con los símbolos de los Evangelistas.
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Patio central del Palacio del Abad |
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Detalle de la arquería gótica superior |
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Capitel con el león de san Marcos |
Imágenes
ajenas:
(1) PEÑALVER
LÓPEZ, J., Estudio histórico y patológico
del Monasterio de Santa María de la Valldigna, Proyecto Fin de Grado,
Escuela Técnica Superior de Ingenieria de Edificación, Universitat Politècnica
de València, 2013. https://riunet.upv.es/handle/10251/34129
Fuentes:
BESÓ ROS, A., “Evocaciones de la ruina. Destrucción material
y formación de la imagen monumental del Monasterio de Santa María de la
Valldigna”, Ars longa: cuadernos de arte,
nº 25, 2016, pp. 317-337.
GOMEZ, T., En reino extraño. Relación de la visita del
Real Monasterio de Valldigna. Autobiografía, vida cotidiana y lucha política en
la España de Carlos II. Edición crítica y estudios de Fernando Andrés
Robres, Rafael Benítez Sánchez-Blanco y Eugenio Císcar Pallarés, Valencia,
Universitat de València-Mancomunitat de la Valldigna, 2008.
GONZÁLEZ TORNEL, P.,
“El templo cisterciense de Santa María de la Valldigna (Valencia). La
arquitectura oblicua de Juan Caramuel, la evocación de San Pedro del Vaticano y
el templo de Salomón”, Boletín del Museo
e Instituto Camón Aznar de Ibercaja, nº 111, 2013, pp. 99-138.
MARTÍN LLORIS, C., “El
Monasterio de Santa María de la Valldigna: símbolo en la organización
territorial del Antiguo Reino de Valencia”,
Revista Valenciana d’Estudis Autonòmics, nº 58, 2013, pp. 66-85.
MARTÍNEZ GARCÍA, J.
M., “El monasterio cisterciense de Santa María de Valldigna. Arqueología y
cronología de sus arquitecturas”. En GARCIA-OLIVER, F. (ed.), El Císter, ideals i realitat d’un orde
monàstic, Universitat de València. Actes del simposi internacional
sobre el Císter. Valldigna (1298-1998), València, Universitat de València-CEIC Alfons el Vell, 2001, pp. 157-199.
MARTÍNEZ GARCÍA, J. M. y CASTRO VALLS, P., “El monestir de
Santa Maria de Valldigna: fases constructives i noves troballes arqueològiques
del segle XIV junt al Palau Abacial”, Recerques
del Museu d'Alcoi, nº 22/23, 2014, pp. 95-106.
PEÑALVER LÓPEZ, J., Estudio histórico y patológico del
Monasterio de Santa María de la Valldigna, Proyecto Fin de Grado, Escuela Técnica Superior de Ingenieria de
Edificación, Universitat Politècnica de València, 2013.
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