La iglesia de Santa Cruz la Real, en Segovia
El convento dominico de Santa Cruz la Real de Segovia, fundado a comienzos del siglo XIII en la ribera del río Eresma, una zona también escogida por otros monasterios, como el cisterciense femenino de Santa María y San Vicente o el jerónimo de Santa María del Parral, experimentó una reedificación prácticamente completa financiada por los Reyes Católicos a fines del siglo XV coincidiendo con el priorato de fray Tomás de Torquemada, confesor de los monarcas y nombrado por ellos Inquisidor General, tomando la denominación a partir de ese momento de Santa Cruz “La Real”.
Fachada de la iglesia de Santa Cruz la Real
Aunque durante la invasión francesa y las desamortizaciones del siglo XIX sufrió incendios y saqueos y terminó casi en una ruina, después tuvo funciones de hospicio y asilo y en la segunda mitad del siglo XX quedó abandonado, en la década de 1990 la Diputación de Segovia, propietaria del edificio, cedió su uso como sede de IE University, con el compromiso de su restauración, llevada a cabo en los años siguientes.
Aunque durante la invasión francesa y las desamortizaciones del siglo XIX sufrió incendios y saqueos y terminó casi en una ruina, después tuvo funciones de hospicio y asilo y en la segunda mitad del siglo XX quedó abandonado, en la década de 1990 la Diputación de Segovia, propietaria del edificio, cedió su uso como sede de IE University, con el compromiso de su restauración, llevada a cabo en los años siguientes.
Planta del conjunto (1). Las indicaciones son mías
Ya se ha hablado del estado actual de la antigua zona conventual, pero nos faltaba la iglesia, hoy convertida en aula magna de la universidad y tradicionalmente atribuida a Juan Guas, artífice de la corona castellana durante toda la segunda mitad de ese siglo, máximo exponente del llamado estilo hispano-flamenco y que está documentado trabajando en Segovia entre 1474 y 1491 como maestro de obras en el claustro de la catedral, al que también se le atribuyen las trazas de la capilla mayor del vecino monasterio de Santa María del Parral y la portada de su sacristía, con claras similitudes estilísticas con la de la iglesia de Santa Cruz, como veremos más adelante.
La iglesia responde al tipo de arquitectura típica mendicante, de planta de cruz latina con nave única y presbiterio elevado. El actual retablo en el altar mayor, que no es visible porque lo tapa una pantalla para dar uso a su nueva utilidad, procede del Convento de San Agustín.
Nave de la iglesia
Detalle de la bóveda de terceletes del crucero
También presenta coro alto a los pies, cubierta con seis tramos de crucería y capillas laterales sólo en el lado de la epístola.
Coro alto y cubierta de crucería
Capillas laterales del lado de la epístola
Aunque su principal función era la de predicación, como casi todos los templos de la época también adoptó la funeraria, con numerosas lápidas sepulcrales repartidas por el templo y el claustro; además, la función funeraria ya mencionada en la entrada dedicada al resto de dependencias del convento que adquiere la propia sala capitular a mediados del siglo XVI.
La primera capilla del lado de la epístola junto al crucero abarca los dos primeros arcos. Su arquitecto fue Pedro de Brizuela y contaba con los enterramientos de la familia Suárez de la Concha, pasando después a la propiedad de la familia Contreras. A continuación se ubica la capilla funeraria del canónigo don Juan Pérez de Toledo, que todavía conserva su sepulcro con la figura yacente. La tercera perteneció al don Olías de la Cruz y en la actualidad está completamente en ruinas.
Cubierta de la primera capilla, junto al crucero
Cubierta de la segunda capilla funeraria
Al exterior la iglesia destaca por sus sólidos contrafuertes culminados por pináculos y una cenefa bajo el alero que recorre todo el muro con elementos alusivos a los Reyes Católicos, con la leyenda “TANTO MONTA” y el yugo y las flechas.
Contrafuertes con pináculos del lado sur de la iglesia
Detalle en el que puede apreciarse el lema “MONTA TANTO” junto a los emblemas de los reyes y de la Orden
En cuanto a la fachada, está coronada con un frontón triangular rematado con hojas de cardo con el escudo real con el yugo y las flechas sustentado por el águila imperial y flanqueado por dos leones rampantes.
Frontón con escudo rematando la fachada
Se abre a un atrio, algo habitual en los conventos de órdenes mendicantes, donde tenían lugar los sermones públicos, y en los que las portadas actuaban como un fondo visual de los discursos verbales.
Atrio ante la fachada de la iglesia de Santa Cruz
Ésta de Santa Cruz ha sido recientemente restaurada, consolidándose y limpiándose la piedra, instalándose un sistema electrostático para ahuyentar a las aves y recuperándose el tejaroz que la protegía.
La labor escultórica se atribuye a Sebastián de Almonacid, que también se cree que realizaría la tumba del condestable don Álvaro de Luna en la catedral de Toledo o la de don Martín Vázquez de Arce, “el Doncel” de la catedral de Sigüenza.
Detalle de la sepultura de don Martín Vázquez de Arce en la capilla de San Juan y Santa Catalina de la catedral de Sigüenza
Llama la atención su posición descentrada respecto al eje de la iglesia, para lo que los historiadores plantean dos hipótesis. Una defiende que Juan Guas primero construiría fachada y cabecera y que después el proyecto sufriría una modificación para ampliar la nave hacia el norte, por lo que la portada quedó desplazada hacia el sur. La otra defiende que el desplazamiento se debe a que fue desmontada en el siglo XVII y vuelta a montar en su actual emplazamiento para alinearla con la plaza y la escalinata que tiene delante.
Fachada de Santa Cruz con la portada descentrada respecto del eje de la iglesia
Su complejo programa iconográfico fue dictado por Torquemada y muestra un esquema organizativo similar al de la portada del también dominico convento de Santo Tomás de Ávila, ambas flanqueadas por importantes miembros de la Orden benedictina, convento que también experimentó una importante reedificación en esta época patrocinada por los reyes, sede del Tribunal de la Inquisición y en el que Torquemada también intervino decisivamente.
Se organiza mediante un arco trilobulado al que abarca otro de formas también curvilíneas, todo ello bajo alfiz y flanqueada por columnillas y el asunto central es la muerte de Jesucristo como signo de Redención, simbología mesiánica que se mezcla con otra política, asociándola a los Reyes Católicos y a su vinculación con la Orden de Predicadores en defensa de la fe y como claro elemento de propaganda y legitimación del poder.
Portada de la iglesia de Santa Cruz
Portada de la sacristía en la iglesia del monasterio de Santa María del Parral, atribuida, como la portada de Santa Cruz, a Juan Guas
Así, en el tímpano aparece una Lamentación ante Cristo muerto flanqueada por Fernando e Isabel orantes acompañados por sus patronos, san Juan Bautista y san Juan Evangelista.
Detalle del tímpano de la portada de la iglesia de Santa Cruz la Real con la Lamentación ante Cristo muerto y los Reyes Católicos orantes acompañados de los Santos Juanes
Sobre la clave del arco polilobulado se muestra una Crucifixión en alusión a la advocación del convento, flanqueada por san Vicente Ferrer y fray Lope de Barrientos orantes, dos destacados miembros de la Orden de Predicadores y fervientes defensores de la causa cristiana.
A san Vicente Ferrer, a la izquierda, se le reconoce por tener la mitra en el suelo por haber renunciado a la dignidad episcopal. En la filacteria que le envuelve pueden leerse aún algunos caracteres que podrían referirse a la frase del Apocalipsis que habitualmente le acompaña: “Timite Dominum et date illi honorem, quia venit hora iudici eius” (Temed al Señor y honradle, pues llega la hora de su Juicio). Sobre fray Lope, envuelta por su filacteria, está su mitra de obispo.
Crucifixión flanqueada por fray Lope de Barrientos y San Vicente Ferrer orantes
A ambos lados se ubican los escudos reales coronados que incluyen las armas de Castilla, León, Aragón, Sicilia y Granada, sostenidos por águilas imperiales. Ocupando las albanegas aparecen dos ángeles que sostienen la cruz florenzada, símbolo de la Orden.
Crucifixión, escudos reales y las esculturas de san Pedro de Verona a la izquierda y quizá san Raimundo de Peñafort a la derecha. San Pedro de Verona suele aparecer con una herida sangrante en el pecho o en el cráneo, donde tiene clavado un machete; aquí aparece con un disco hundido en su cabeza y un libro como símbolo de la predicación. En las albanegas también pueden verse los ángeles con la cruz florenzada
El ciclo iconográfico se completa con cuatro imágenes bajo doseletes que representan a santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden, y santo Tomás de Aquino flanqueando la entrada, y a san Pedro de Verona y una cuarta imagen difícil de identificar por estar mutilada que algunos autores identifican con san Raimundo de Peñafort, en la parte superior.
Santo Tomás de Aquino porta sus habituales distintivos: una estrella o un pequeño sol que brilla en su pecho como símbolo de sabiduría y la maqueta como Doctor de la Iglesia
A santo Domingo se le identifica porque porta algunos de sus atributos más típicos: una bolsa para los libros de predicación, la regla dominica, los lirios sobre el pecho indicando su castidad o el perro a los pies que, aunque no conserva la cabeza, en origen portaría una antorcha encendida entre las fauces símbolo de la iluminación
En este mismo sentido de apoyo real a la Orden en defensa de la lucha contra la herejía es como hay que entender la Virgen de los Reyes Católicos, un cuadro realizado también para Santo Tomás de Ávila y en el que aparece el propio Torquemada con Santo Domingo, Santo Tomás de Aquino y otro monje que podría ser Pedro de Arbués, inquisidor de Aragón asesinado en 1485, todos rodeando a los reyes y dos infantes y en presencia de la Virgen con el Niño, todos los implicados en la persecución de las herejías contando con el apoyo de la divinidad.
Maestro de la Virgen de los Reyes Católicos. La Virgen de los Reyes Católicos. 123 cm x 112 cm. Ha. 1490. Museo del Prado (2)
En cuanto a las obras de arte atesoradas por el convento a lo largo de los siglos, a pesar de que muchas de ellas quedaron destruidas durante un incendio en 1809 durante la ocupación francesa, parece evidente que, igual que Torquemada hiciera en Santo Tomás de Ávila y lo mismo que muestra la labor escultórica de las portadas, también estuvieran en relación con la iconografía de defensa de la fe contra la herejía. Tras las desamortizaciones y la exclaustración lo poco que se salvó del incendio quedó diseminado entre los fondos de la Diputación Provincial, museos, otras iglesias y colecciones privadas.
En este sentido, en el Museo del Prado se conserva una tabla del siglo XVI del pintor lombardo Ambrosius Benson que representa a Santo Domingo y que el marqués de Lozoya (señaló que formaría pareja con otra de Santo Tomás de Aquino con un donante también en el Prado, alas de un retablo cuya tabla central estaría ocupada por un asunto dominico dedicado a Santa Catalina de Siena en la capilla de su advocación en la iglesia del convento, que en su muro este todavía muestra las huellas.
Ambrosius Benson. Tablas con Santo Domingo de Guzmán y Santo Tomás y un donante, ambas de ha. 1528, óleo sobre tabla, 104 x 57 cm., Museo del Prado (3)
En el Museo de Segovia también se expone un Cristo Crucificado de fines del siglo XV de Pedro Berruguete, que también trabajó para Torquemada en Santo Tomás, debiéndolo incluir dentro del programa iconográfico conjunto del Inquisidor General. Aunque no se sabe dónde estaría, por sus dimensiones podría haber ocupado el altar mayor de la antecapilla de la Santa Cueva.
Pedro Berruguete. Cristo crucificado. 1493-99. Óleo sobre tabla. 186 x 131 cm. Museo de Segovia (4)
San Juan de los Reyes de Toledo
Imágenes ajenas:
Convento de Santa Cruz, hoy sede de una universidad privada
Otros MONASTERIOS:
San Martiño Pinario en Santiago de Compostela
Santa María del Paular en Rascafría (Madrid)
Santo Tomás de Ávila
San Miniato al Monte de Florencia
Convento da Madre de Deus, hoy Museu Nacional do Azulejo en Lisboa
Santa Maria Gloriosa dei Frari de Venecia
San Michele in Isola de Venecia
San Giorgio Maggiore de Venecia
Imágenes ajenas:
(1) http://www.tridente.it/venetie/map/homem.htm
(2) http://www.museodelprado.es/coleccion/galeria-on-line/galeria-on-line/obra/la-virgen-de-los-reyes-catolicos/
(3) http://www.foroxerbar.com/viewtopic.php?t=4556
(4) http://lo-bueno-si-breve.blogspot.com.es/2010/03/cristo-en-la-cruz-pedro-berruguete.html
Fuentes:
Fuentes:
BERMÚDEZ MEDEL, Alejandro: “Proyecto de intervención Santa Cruz la Real de Segovia. Estado de situación”, en Sautuola, IX (2002-03), p. 553-559.
CABALLERO ESCAMILLA, S., “Fray Tomás de Torquemada, iconógrafo y promotor de las artes”, Archivo Español de Arte, LXXXII, 325, enero-marzo 2009, pp. 19-34.
VV.AA., “Arte e historia en Santa Cruz la Real de Segovia”, Oppidum, 1, Universidad SEK, Segovia, 2005, pp. 143-198.
Comentarios
Magnífica entrada sobre una de las joyas de Segovia.
Todo un descubrimiento este blog.
Felicidades y un saludo.