Hace unos días “visitamos”
la historia y la iglesia del
imponente e importante monasterio cisterciense portugués de Santa María de
Alcobaça y hoy nos vamos a detener en el
claustro
de D. Dinis, construido en el siglo XIV, pues aunque el conjunto tiene un
total de cinco patios, en la actualidad sólo puede verse éste, que es el que
aglutinaba
las dependencias medievales.
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Crujía oeste del claustro de D. Dinis de Alcobaça |
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Plano del gran complejo monacal de Alcobaça en el entramado urbano de la población (1). La señalización es mía |
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Torres campanario de la fachada de la iglesia |
Es una
zona muy restaurada, con abundantes intervenciones que
han buscado, precisamente,
devolverle el aspecto medieval y borrar las
transformaciones a las que fue sometido el conjunto tras la extinción definitiva
de las órdenes religiosas decretada en Portugal en 1834 cuando, después de
tantos siglos, el monasterio de Alcobaça quedó abandonado, fue nacionalizado y sufrió drásticas modificaciones para acoger múltiples y variados
usos, con partes utilizadas como ayuntamiento, cámara municipal, tribunal de
justicia, conservatorio, biblioteca y hasta un teatro y casa de cultura en el antiguo refectorio que funcionó durante casi noventa años. Pero
en la labor de restauración también
se han suprimido muchas de las
intervenciones que el monasterio experimentó a lo largo de toda la Edad Moderna,
convirtiéndolo en un
monumento congelado en el tiempo, como si su historia, pasando por distintos cambios de gusto, nunca hubiera existido.
Aunque
lo habitual en un monasterio Císter es que el claustro quedara adosado al sur, en
Alcobaça y por cuestiones topográficas en relación con el curso de los ríos
Alcoa y Baça, el
claustro de D. Dinis
se ubicó al norte. Se empezaría a levantar a partir de 1308 con trazas dadas
por el arquitecto real
Domingo Domingues,
que también trabajó en la construcción de la
iglesia de Santa Clara a Velha de Coimbra,
y se sabe, además, de la participación del
Mestre
Diogo.
De todos modos, a fines del siglo XX, en el transcurso de unas excavaciones arqueológicas, han salido a la luz los vestigios de otro claustro al lado sur de la
iglesia del que no se tenían noticias, quizá destruido durante el terremoto de 1755 o por la gran inundación que tuvo lugar en 1772.
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Plano con las dependencias medievales alrededor del claustro (1). Las indicaciones son mías |
Las cubiertas de las pandas son de crucería pero con primitivos arcos
fajones de medio punto, prueba evidente de la evolución en los sistemas
constructivos, con
elementos antiguos más propios del románico junto a otros ya
góticos. Los nervios apoyan sobre ménsulas.
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Panda sur del claustro de D. Dinis |
Las arquerías hacia el jardín muestran arcos dobles
apuntados apoyados sobre dobles columnas de capiteles con decoración vegetal
insertos en otros de medio punto ciego y con un rosetón superior.
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Crujía sur del claustro, con la iglesia adosada al fondo |
Como corazón del monasterio medieval, a su alrededor se
ubicaban las dependencias más importantes de este periodo, con la sala capitular,
el refectorio, la sala de los monjes, el dormitorio o la cocina.
Durante el reinado de
D. Manuel I, entre fines del siglo XV
y los primeros veinte años del XVI, por orden del abad
D. Jorge de Melo y
siguiendo trazas de
João de Castilho se acondicionó toda la
crujía oeste para
incluir la Sala dos Reis y el Palácio Abacial y se añadió el piso superior,
organizado mediante arcos rebajados que acogen pares de arcos de medio punto
sobre finas columnas con motivos vegetales, predominando una decoración
típicamente manuelina realizada por
Nicolau de Chanterenne.
El recorrido por las dependencias conventuales tendría que
comenzar por la
sacristía medieval,
que contaba con acceso desde el crucero del Evangelio de la
iglesia y desde la
panda este del claustro y que dejó de usarse tras la construcción de la
sacristía nueva, de la que hemos hablado en
La historia de Santa María de Alcobaça y su iglesia. Pero no es un ámbito visitable en
la actualidad.
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Panda este, con la portada de la sacristía medieval en primer término y la sala capitular después |
A continuación se encuentra la
sala capitular, la principal dependencia monástica después de
la iglesia. Ubicada en la
crujía este, se inició en el siglo XIII y fue acabada a
comienzos del XIV. Destaca por su acceso, con triple arco de
arquivoltas de medio
punto y un interior dividido en tres naves de tres tramos con bóvedas nervadas
sobre pilares fasciculados y ménsulas embebidas en el muro, con iluminación
mediante tres ventanas abocinadas de medio punto en el testero este.
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Portada de la sala capitular |
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Sala capitular |
A continuación se encontraba el
locutório o parlatório, hoy tienda, el único espacio donde se podía
hablar o transmitir un mensaje verbal al abad o el prior, distribuir las tareas
domésticas, recibir a los administradores... siempre circunstancias especiales.
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Antiguo parlatorio, hoy tienda del monumento |
Después está el
scriptorium o sala de los monjes, con
tres naves y seis tramos, cota escalonada, seguramente adaptándose al desnivel
provocado por el cauce del río Alcoa, y cubierta de crucería de arcos de medio
punto. En el testero norte cuenta con un acceso desde el exterior.
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Sala de monjes |
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Fachada exterior de la Sala de monjes, con el dormitorio en la parte superior |
Toda la
crujía superior de este ala este está ocupada por un
inmenso
dormitorio, dividido en tres
naves de trece tramos, con más de sesenta y cinco metros de longitud. Cuenta
con bóvedas de crucería de gruesos nervios de medio punto y
arcos fajones y formeros apuntados apoyados sobre robustos pilares circulares que se corresponden con ménsulas en las
paredes, dando la típica sensación de pesadez de un
gótico todavía muy
primitivo.
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Dormitorio |
En cuanto a la iluminación, proviene de siete ventanas en el
testero este abiertas al
Claustro do
Cardeal en un periodo posterior y otras tres hacia el norte. Además, en su testero sur abre una
ventana desde la que se ve el crucero de la iglesia y que en su
momento fue el acceso a una escalera, la
“escada das matinas”, que permitía el
acceso
directo al templo desde el dormitorio para la celebración de los oficios
nocturnos.
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Antiguo acceso a la escada das matinas, que comunicaba el dormitorio y la iglesia |
Volviendo de nuevo a la galería baja, la primera estancia
abierta a la
crujía norte es la
cocina,
situada entre el refectorio y la sala de monjes, en el espacio que antes ocupaba
el calefactorio. Es del siglo XVIII porque la medieval, que se encontraba al
otro lado del refectorio, sufrió muchos desperfectos con el terremoto de 1755, conservándose solamente una portada románica. Está
enteramente forrada de azulejos, iluminada por grandes ventanales, en el centro presenta una enorme chimenea y al
fondo cuenta con un tanque de agua corriente.
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Cocina del siglo XVIII |
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Tanque de agua de la cocina |
Después se ubica el
refectorio,
abierto a la panda mediante una portada de medio punto con
arquivoltas que
apoyan en columnas con capiteles vegetales.
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Portada del refectorio |
Ya en el interior, nos encontramos con una espectacular sala de
grandes dimensiones dividida en tres naves de cinco tramos con bóvedas de
crucería soportadas por dos hileras de cuatro columnas y ménsulas en las paredes, proporcionando armonía
y unidad espacial al ámbito, iluminado desde el testero norte mediante ventanas
abocinadas de medio punto y un óculo central.
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Refectorio |
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Foro antigua del teatro en el refectorio. Se aprecian los pilares entre los palcos (1) |
El
púlpito,
ubicado en el testero oeste, está empotrado en el muro, igual que en el
Monasterio de Santa María de Huerta en Soria, y se accede a él mediante
unas escaleras con arquitos
peraltados. Las otras dos puertas del ámbito daban acceso a la cocina medieval desaparecida y a un patio.
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Púlpito del refectorio |
Justo frente a su portada, ya en el jardín, está
la fuente propia de un monasterio Císter, un elemento saliente de planta hexagonal con cubierta de crucería
nervada con el escudo real en la clave, reforzada con contrafuertes exteriores y que contiene un lavabo central de mármol de planta hexagonal decorado con
relieves renacentistas de roleos, grifos y
putti sosteniendo escudos.
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Fuente |
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Lavabo hexagonal con decoración renacentista |
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Cubierta gótica de la fuente |
Durante la época medieval, toda la
panda oeste del claustro
de D. Dinis estaba ocupada por la zona de conversos, después modificada para
incluir otras dependencias más afines a los nuevos usos introducidos en la Edad
Moderna.
Así, el ya mencionado
Palacio
Abacial ocupa el ángulo noroeste, compuesto por los claustros
da Portaria, de D. Afonso VI y de la prisión.
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Claustro de D. Afonso VI, no incluido en el recorrido
turístico (1) |
Y a continuación se encuentra la
Sala das Concusões, no visitable en septiembre de 2013, y la
Sala dos Reis, una capilla que ocupa un tercio de la
crujía oeste, adosada a los pies de la iglesia. Es un ámbito cuadrado con
ábside rectangular, dividido en tres naves con cubiertas de crucería de arcos
de medio punto soportadas por semicolumnas adosadas a las paredes y cuatro
columnas exentas, todas ellas toscanas, una construcción de
fuerte influencia
renacentista que en el siglo XVII fue redecorada con esculturas de terracota de
los reyes de Portugal y paneles de azulejos que narran la fundación del
monasterio y de la Orden del Císter a partir de la
Crónica de fray Bernardo de
Brito.
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Sala dos Reis |
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Esculturas de terracota de los reyes de Portugal |
Y para terminar con el claustro de D. Dinis, en la panda sur, la adosada a
iglesia, se conserva una
capilla devocional, fruto de la
espiritualidad propia de los siglos XV y XVI, y que recuerda que la desnudez
actual de los claustros no tiene nada que ver con lo que eran cuando el monasterio estaba habitado.
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Capilla devocional en la panda sur del claustro de D. Dinis |
Adosados al ala este del claustro se desarrollaron,
sucesivamente, el
claustro do Cardeal, que fue construido para ubicar el noviciado, y el
claustro do Rachadoiro,
el último en incorporarse, y que albergó dependencias auxiliares, un archivo y la rica biblioteca. Pero
ninguno de los dos es visitable.
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Alzados oeste y norte y sección transversal del monasterio (2) |
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Fachada norte |
El
Claustro do
Cardeal recibe ese nombre en homenaje al
cardenal D. Henrique, nombrado
administrador perpetuo del monasterio a mediados durante el siglo XVI, con
trazas atribuidas a
Miguel de Arruda. Aunque ya he dicho que no puede visitarse, sus vistosos
jardines centrales pueden verse desde las ventanas del dormitorio medieval.
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Fotografía de los claustros do Cardeal y do Rachadoiro antes de la rehabilitación (3) |
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Estado actual del claustro do Cardeal. No es visitable y sólo se puede ver desde las ventanas
del dormitorio medieval |
Las
dos alas a ambos lados de la fachada de la iglesia se
proyectaron en el siglo XVII como una forma de dar unidad a todo el edificio. El ala
norte incluyó todas las dependencias de la crujía correspondiente del claustro
de D. Dinis y el Palacio Abacial y el ala sur albergó el Colégio de Nossa
Senhora da Conceição y los aposentos de los abades generales de la Congregación.
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Fachada occidental del monasterio con el acceso al antiguo Palacio abacial en primer plano |
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Otro aspecto del monumento desde la plaza habilitada ante su fachada occidental |
Tras las desamortizaciones, en el ala sur se ubicó una
biblioteca municipal y en la actualidad, después de una profunda intervención a
fines del siglo XX a cargo de los arquitectos Gonçalo Byrne y João Pedro Falcão
de Campos, y los ingenieros João Appleton y João Caetano Gonçalves buscando
seguir las líneas de la arquitectura cisterciense, acoge un
ámbito destinado a exposiciones
temporales, compuesto por una recepción y cinco salas comunicadas mediante
un largo corredor abovedado. La intervención también incluyó la remodelación del ámbito urbano que rodea al monumento.
Pues aquí terminamos con la visita a las dependencias
conventuales de Alcobaça, pero si todavía no lo habéis visto, podeís pasearos por
su historia y su iglesia abriendo
este enlace.
Comentarios
Enhorabuena por el trabajo tan minucioso y de documentación que has hecho. Me ha impresionado la foto antigua del teatro entre las columnas del refectorio ¡qué cosas se hacían antes! Creo recordar que en la sala de los reyes no está representada la breve dinastía Austria.
Gracias y un saludo
Me gusta eso del Parlatorio, yo que soy de no mucho hablar...
Mañana le dare un repaso, porque seguro que volveré a disfrutar.
Antonio