La erección de su correspondiente catedral, construida según
directrices cluniacenses y bajo la advocación de Santa María, data de esta
época, después de que el Concejo donara al Cabildo la ladera de la colina que
se extendía desde la iglesia de san Andrés hasta el Alcázar, conformando el llamado barrio de “la Claustra o Canonjía”, aislado del resto de la
ciudad mediante tres puertas que se cerraban al anochecer y de las que todavía
se conserva una. De esta época data también la construcción de muchos de los
templos románicos de la ciudad, como San Martín, San Miguel, San Andrés, San
Esteban o San Quirce.
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Detalle de la Vista de Segovia desde el lado oeste de Anton van den Wyngaerde de 1562 en el que todavía se ven los restos de la antigua catedral románica (1) |
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Planta hipotética del Alcázar y de la catedral vieja a fines del siglo XV (10) |
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Dibujo de Miguel Sobrino (según comentario del mismo) que recrea el aspecto que presentarían el Alcázar y la catedral vieja a comienzos del siglo XVI (10) |
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Puerta de la Claustra, la única conservada de las que cerraban el barrio de las Canonjías |
En el siglo XV, una época de gran esplendor de la ciudad,
elegida como asiento de la Corte castellana durante largas temporadas, Enrique
IV ya propuso la erección de una nueva catedral en un emplazamiento alejado del
Alcázar por considerar que era un peligro que las sedes de los poderes civil y
religioso estuvieran tan cercanos, pero el Concejo de la ciudad no estuvo de
acuerdo, teniéndose que conformar con embellecerla para adecuarla a los nuevos
gustos y logrando, gracias al empeño del obispo don Juan Arias Dávila, la
erección de un nuevo claustro gótico cuyas trazas fueron encargadas a
Juan Guas, prolífico arquitecto al
que después se le encargaron el nuevo palacio episcopal, la cabecera de
la
iglesia del monasterio jerónimo del Parral, la reedificación del
convento de Santa Cruz la Real o intervenciones en la
Cartuja de El Paular.
Y allí estuvo hasta que en 1521, tras la Guerra de las
Comunidades, cuando los comuneros se atrincheraron en la catedral para luchar
contra las tropas imperiales de Carlos V, que se hallaban en el Alcázar, quedó
arruinada.
Terminada la contienda, el emperador ordenó la erección de
un nuevo templo retomando la idea de Enrique IV de alejar la catedral del
Alcázar y eligiendo idéntico emplazamiento que su antepasado, la zona más alta,
en el centro de la población, el entorno de plaza de San Miguel y el arruinado
convento de Santa Clara, cuya comunidad de monjas había sido trasladada, por
orden de Isabel la Católica, a
San Antonio el Real, cenobio
extramuros de la ciudad.
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La catedral nueva vista desde el emplazamiento aproximado que tuvo la románica |
Las obras para la nueva catedral, puesta bajo la advocación
de la Asunción y de san Frutos, siguieron trazas dadas por Juan Gil de Hontañón,
nombrado maestro y en ese momento también dirigiendo las obras de la catedral
de Salamanca, y comenzaron en 1525 por los pies, pudiéndose distinguir tres
etapas fundamentales.
La primera llega hasta 1557, cuando se cubren las
naves y capillas hasta el crucero, con Rodrigo Gil de Hontañón sucediendo a su
padre a la muerte de éste en 1526, aunque con intervalos de ausencias, el
aparejador García de Cubillas a pie de obra y la supervisión del canónigo Juan
Rodríguez de Noreña en su condición de fabriquero del Cabildo, con una
intervención esencial para el progreso de la misma.
Entre 1558 y 1606 se realizó la cabecera, con Rodrigo Gil de
Hontañón y Rodrigo del Solar, sucesivamente, al frente de la obra. En 1562
Rodrigo también proyectó el sagrario o
sacristía, que discurre a partir del último tramo de la nave de la Epístola
salvando el fuerte desnivel que existía por este lado del templo, en paralelo a
la panda oriental del claustro y separada de ésta por una lonja escalonada que
conduce a la portada de San Geroteo, abierta al crucero de la Epístola.
Finalmente, entre 1607 y 1699, a manos de Pedro de Brizuela y Francisco de Viadero, se cerró la cúpula del crucero y se remataron las obras hasta su completa finalización.
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Cabecera de la catedral, que cierra el lado sur de la Plaza Mayor |
La imagen de la catedral de Segovia, presidiendo la ciudad,
en la zona más alta, es la de una potente mole que domina todo el caserío,
destacando por un escalonamiento
provocado por la diferencia de altura entre las capillas, las naves laterales y
la nave central, con todo el conjunto coronado por una cúpula de líneas
clásicas diseñada por Pedro de Brizuela y culminada en 1630, y por la imponente
torre campanario, que se ve a kilómetros de distancia de la ciudad.
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La catedral desde las afueras de la ciudad, destacando su imponente cabecera y su torre |
Además, dada su concepción renacentista, se encuentra exenta
desde su origen, evitándose edificios adosados a la misma porque se pensaba que
afearían su imagen, algo que la diferencia del resto de catedrales góticas, que
si hoy lucen desprovistas de añadidos es porque el urbanismo del siglo XIX
despejó sus entornos mediante intervenciones hoy muy cuestionadas por los
historiadores porque tergiversaron la concepción gótica con la que contaban.
El único añadido con el que contó, adosado a la zona
absidial y de cara a la Plaza Mayor, fue La Haceduría, una galería construida a comienzos del siglo XVII siguiendo trazas de Pedro de Brizuela para presenciar
los lances de toros que se levantó por empeño de los canónigos y a pesar de la oposición de
algunos obispos y del Ayuntamiento, reacios durante años a su construcción
alegando que restaría belleza a la catedral, y que a comienzos del siglo XIX
fue demolida, recuperándose el concepto primitivo de templo exento.
En la fachada
occidental, la principal, se abren las tres tradicionales portadas a cada
una de las naves, todas de arco trebolado y la central, la Puerta del
Perdón, con parteluz. Adosada al lado de la
Epístola se levanta una impresionante torre de planta cuadrada con arquerías
ciegas en los cuerpos superiores y contrafuertes que culminan en pináculos. El
chapitel de piedra, diseñado por Pedro de Brizuela, data de la década de 1610,
erigido tras un incendio provocado por un rayo que había destruido la flecha gótica de madera y plomo cuya estructura piramidal era la de
mayor altura de la península.
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Alzado de la fachada occidental (2) |
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Fachada occidental (3) |
El gran espacio que se desarrolla ante esta fachada, primera
actuación de la ciudad a gran escala en cuanto a la ordenación de la red viaria
y apertura de espacios públicos, fue acondicionado en el barroco, delimitado
mediante un muro con leones tenantes de las armas de la ciudad, del Cabildo y
del rey y con pirámides. Se conoce como “El Enlosado” porque a fines del siglo
XVIII fue pavimentado con las laudes de granito de los canónigos que habían
sido sepultados en las naves, retiradas cuando se decidió
pavimentar de nuevo el templo.
La fachada norte,
paralela a la antigua calle de la Almuzara, la más comercial del recinto
amurallado durante el Antiguo Régimen, y que desembocaba en el Alcázar, cuenta
con la Puerta de san Frutos, abierta
al brazo del crucero del Evangelio, una composición clasicista realizada según
trazas de Brizuela a comienzos del siglo XVII, con cuerpo tetrástilo de orden
toscano, con dos nichos para las estatuas de los santos Valentín y Engracia que
nunca llegaron a colocarse y sobre el que se ubica un segundo cuerpo corintio con
frontón que cobija la imagen del santo titular que da nombre a la puerta, obra
de Felipe de Aragón en 1611. Cuenta con atrio pavimentado y cercado por
pedestales de granito también diseñado por Brizuela.
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Alzado de la fachada norte (2) |
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Puerta de san Frutos |
En el crucero de la Epístola se ubica la Puerta de san Geroteo, dedicada al
mítico primer obispo de Segovia, que no se terminó hasta entrado el siglo XVII.
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Puerta de san Geroteo (4) |
La catedral de Segovia muestra concepción espacial
renacentista pero decoración gótica, conformándose como una de las catedrales
góticas más tardías de Europa, con planta de cruz latina de tres naves de seis
tramos separadas por pilares palmeriformes que soportan bóvedas de crucería de
combados, capillas laterales entre los contrafuertes, crucero que no sobresale
en planta con cúpula central entre los tramos quinto y sexto y ábside poligonal
con girola a la que se abren siete capillas radiales.
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Sección a la altura del crucero, con la capilla del Sacramento a la derecha. Planoteca IPCE |
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Sección longitudinal. Planoteca IPCE |
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Detalle de las cubiertas y la cúpula del crucero de la catedral de Segovia (5) |
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Nave central desde los pies del templo |
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Nave del Evangelio desde los pies |
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Planta de la catedral, la mitad con la señalización del pavimento y la otra mitad con la de las cubiertas, y del claustro. Planoteca IPCE. Las indicaciones son mías |
Las capillas de la
girola fueron terminadas en el siglo XVII y decoradas a comienzos del
XVIII. Comenzando por el lado del Evangelio, la primera es la capilla de san José. A continuación
está la capilla de Nª Sª del Rosario,
con pinturas murales de Ramón Bayeu. Después está la capilla de san Antonio de Padua, con un
altar barroco. La central es la capilla
de san Frutos, con tres retablos barrocos dedicados al santo titular y a
sus hermanos, los también santos Engracia y Valentín.
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De izquierda a derecha, capilla de san Antón, en el último tramo, ya traspasando el crucero del Evangelio,
y a continuación, las capillas radiales de san José y de Nª Sª del Rosario |
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Bóveda de la capilla de san José |
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Detalle de la decoración mural de la capilla de Nª Sª del Rosario |
A continuación se encuentran la capilla de san Geroteo, con un retablo
y una escultura policromada del santo titular de finales del siglo XVI, obra de
Pedro de Bolduque, la capilla de san Ildefonso y la capilla de san Pedro.
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Escena de la Imposición de la casulla a san Ildefonso en el retablo de la capilla del santo en la girola |
El ábside es de planta cuadrada con remate semicircular y
cuenta con un retablo mayor
neoclásico en mármoles de distintos colores y bronces dedicado a la Virgen de
la Paz y realizado según trazas de Francisco Sabatini. Fue mandado construir
por Carlos III en la segunda mitad del siglo XVIII y cobija una escultura
sedente de Virgen del siglo XII, donación de Enrique IV a la antigua catedral,
que se recubrió de plata en 1775, flanqueada por los santos segovianos Frutos, Geroteo,
esculturas en mármol realizadas por Adeba Pacheco, con las esculturas sedentes también
en mármol, de los santos Valentín y Engracia, hermanos de Frutos, en la
cornisa, que cuenta con una cruz central.
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La reja del altar mayor es obra barroca de Antonio de Elorza |
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Retablo mayor (6) |
El púlpito,
adosado al pilar del Evangelio en la vía sacra, es de mármol, con relieves de
la Inmaculada Concepción y los Evangelistas y con la heráldica de los duques de
Alburquerque en el pedestal, pues la pieza perteneció al desaparecido convento
de san Francisco de Cuéllar, sede del ducado.
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Púlpito |
El coro ocupa los
tramos tercero y cuarto de la nave central, frente al altar mayor, cerrado con
otra reja de Elorza y con la sillería gótica de la antigua catedral, mandada
construir por el obispo don Juan Arias Dávila, de estilo gótico flamígero de
fines del siglo XV. Cuenta con asientos reservados a los reyes, los más
cercanos a la reja, rematados por dos pequeñas cúpulas góticas, y sobre la
silla episcopal luce el escudo del promotor. Los dos órganos son barrocos del
siglo XVIII.
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El coro desde la vía sacra |
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Coro |
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Órganos barrocos del coro (7) |
Los laterales del
coro están estucados y cuentan con los cuatro Evangelistas, dos a dos,
Marcos y Juan y Lucas y Mateo, y en el trascoro
se ubica un retablo diseñado por Hubert Dumandre que estuvo en la capilla del
abandonado palacio de Riofrío, trasladado a la catedral por orden de Carlos
III, de ahí la presencia de las esculturas de los santos Felipe e Isabel, en
honor a sus padres. También aloja las reliquias de san Frutos, santa Engracia y
san Valentín, mártires segovianos.
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Trascoro y lateral de la Epístola del coro |
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Detalle del trascoro |
De las
capillas
laterales, empezando por los pies del
Evangelio, junto a la Puerta del Perdón, la primera es la
capilla de la Concepción, construida en
1521 por los canteros Juan de Maza, Diego Cubillos y Ribero y una de las más interesantes iconográficamente, de ahí que piense dedicarle
una entrada aparte.
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Capilla de la Concepción |
La siguiente es la capilla
de san Gregorio, con un retablo barroco de Juan de Ferraras con un lienzo
con la Misa de san Gregorio. A continuación se encuentra la capilla de los santos Cosme y Damián, con retablo de Domingo
Fernández de 1629 con esculturas de los santos titulares, apóstoles, escenas de
su martirio, una Virgen de la Concepción atribuida a Gregorio Fernández y un
Descendimiento. Le sigue la capilla
de san Andrés, fundada por don Andrés de Madrigal, tesorero y canónigo de
la catedral. El retablo siguió trazas de Pedro de Brizuela de 1621 y también cuenta
con un tríptico flamenco del siglo XVI del Descendimiento,
obra de Ambrosius Benson.
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Tríptico del siglo XVI del Descendimiento de Ambrosius Benson en la capilla de san Andrés |
La
capilla de la
Piedad o del Santo Entierro está justo antes del crucero del Evangelio. Fue
fundada por don Juan Rodríguez de Noreña, canónigo fabriquero de la catedral,
que encargó el retablo a Juan de Juni, una obra similar al
Entierro de
Cristo que el escultor realizó a mediados del siglo XVI en Valladolid y que hoy se conserva
en el
Museo Nacional de Escultura. La
reja perteneció a la capilla mayor de la primitiva catedral, realizada por
Francisco de Salamanca en 1515.
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Detalle del retablo de Juan de Juni en la capilla de la Piedad o del Santo Entierro |
Ya en el último tramo, traspasando el crucero del
Evangelio, está la capilla de San Antón,
concedida a don Antonio Idiáquez Manrique, obispo de Segovia, como panteón
familiar. Cuenta con un retablo barroco atribuido a José Vallejo Vivanco
dedicado al santo titular, con una imagen del mismo de Pedro Valle, que también
inició el sepulcro del prelado, dejándolo inacabado a la muerte de éste, con
orante acompañado de un paje terminado por José Galván.
En cuanto a las capillas
del lado de la Epístola, de nuevo empezando por los pies, la primera es la capilla de san Blas, que también da
acceso a la torre. Tiene un retablo barroco con una imagen del santo titular y
se cierra con una reja plateresca.
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Capillas de san Blas y del Sepulcro de Cristo desde los pies de la nave central |
A continuación está la capilla
del Sepulcro de Cristo, donde habitualmente se expone un famoso Cristo yacente de Gregorio Fernández que
procesiona el Viernes Santo y que en mi visita en septiembre de 2013 no estaba.
El retablo cuenta con dos pinturas de Cristo
Crucificado y el Descendimiento
de Francisco Camilo.
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Retablo de la capilla del Sepulcro de Cristo |
La siguiente es la capilla
de santa Bárbara, con un retablo neoclásico y una pila bautismal de fines
del siglo XV atribuida al taller de Juan Guas, decorada con las armas de
Enrique IV y procedente de la antigua catedral románica.
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Pila bautismal en la capilla de santa Bárbara (8) |
La capilla de
Santiago fue la primera entregada a un civil, don Francisco Gutiérrez de
Cuellar, contador mayor de Felipe II y comendador de la Orden de Santiago, en 1577. La reja es de 1594 de Juan de Salamanca. Tiene un retablo
barroco dedicado al santo titular obra de Pedro de Bolduque de 1595, con estructura
clásica y decoración influida por Gaspar Becerra. Cuenta con cripta, la única pieza excavada en el subsuelo de la catedral.
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Retablo de la capilla de Santiago |
La capilla del
Consuelo es la última antes del crucero de la Epístola, con un Cristo
crucificado y dos sepulcros con yacentes de los obispos de Segovia don Raimundo
de Losana y don Diego de Covarrubias. También es el acceso al claustro, con una
portada de la que hablaré más adelante.
Después del crucero, en el último tramo, no hay una capilla
en sí sino el acceso a lo que hoy se conoce como capilla del Sagrario, que era la antigua sacristía, desarrollada en paralelo a la panda oriental del
claustro y separada de ésta por la lonja escalonada que conduce a la portada de
san Geroteo, abierta al crucero de la Epístola.
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Sección de capilla del Sagrario, con la capilla de los Ayala a la derecha. Planoteca IPCE |
Comenzó a levantarse en la segunda mitad del siglo XVI según
trazas de Rodrigo Gil de Hontañón y para su erección hubo que salvar el fuerte
desnivel que existía por este lado del templo.
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Antigua sacristía, hoy capilla del Cristo de la Agonía, con la capilla de los Ayala al fondo |
Aunque Hontañón también ideó un remate mediante un
trasagrario de planta cuadrada y cubierta copulada, el desnivel del terreno y
lo elevado del presupuesto dejaron la obra inacabada hasta que a fines del
siglo XVII don Antonio de Ayala y Berganza, arcediano de Segovia, canónigo de
la catedral y miembro de la Inquisición, solicitó su concesión, dado que ya
estaba en desuso, para convertirla en oratorio, relicario, sagrario y panteón,
y como el Cabildo sólo le concedió el espacio inacabado del fondo como panteón
familiar, acometió la culminación del ámbito mediante una capilla cerrada que
no fue terminada hasta después de su muerte.
Así, en la actualidad, pueden distinguirse dos espacios. El
conocido como capilla del Santísimo
Cristo de la Agonía es un ámbito rectangular con bóvedas de crucería y un
Crucificado del siglo XVII de Manuel Pereira en un retablo cerámico de Daniel
Zuloaga.
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Una de las dos bóvedas de crucería de la antigua sacristía, hoy capilla del Cristo de la Agonía |
En cuanto a la capilla
de los Ayala, es un espacio cuadrado cubierto con cúpula con linterna sobre
pechinas y tambor diseñada por José de Churriguera, dividida en ocho paños
decorados con motivos geométricos, vegetales y angelotes y cabezas de ángeles y
trasdosada con tejado de pizarra al exterior.
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Exterior de la capilla de los Ayala desde la calle de san Geroteo |
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Sección de la capilla de los Ayala, con los arcosolios de enterramiento, el óculo,
la cúpula y el cupulín de remate. Planoteca IPCE |
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Detalle de la cúpula de la capilla de los Ayala |
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Retablo-relicario de José de Churriguera en la capilla de los Ayala |
En los muros laterales se ubican cuatro arcosolios, obra de
Andrés de Monasterio, y cuenta con un impresionante
retablo relicario barroco acoplado perfectamente al marco, también
proyectado por Churriguera, organizado mediante columnas salomónicas
recubiertas de pámpanos, alusión a la Eucaristía, y está presidido por un
tabernáculo y la imagen de San Fernando. La decoración de rocalla en las
puertas que cierran las hornacinas fue añadida en 1762. Rodríguez G.
de Ceballos también señala que fue en esta obra donde Churriguera utilizó por
primera vez el estípite como soporte, después también usado en el retablo mayor
de la
iglesia del convento de san Esteban de
Salamanca.
El templo cuenta con grandes ventanas y vidrieras de gran calidad, un conjunto de sesenta y cinco piezas
pertenecientes a tres épocas distintas. La primera es del siglo XVI y conforma
un importante conjunto manierista del taller de los Pierres, Nicolás de
Vergara, Nicolás de Holanda y Gualter de Ronch. La segunda es del siglo XVII de
la mano de Francisco Herranz, treinta y tres piezas con una iconografía sacada
del manuscrito Orden de las Ystorias que
se han de poner en las vidrieras de la Yglesia Mayor de Segovia conservado
en el Archivo Catedralicio de Segovia. La tercera es de 1916, siete vitrales
para la capilla mayor realizados por la Casa Maumejean de Madrid. Además, desde
2010, todas se encuentran en un intenso proceso de restauración a cargo del
vidriero Carlos Muñoz de Pablos.
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Vidriera en la catedral de Segovia |
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Una de las vidrieras restaurada expuesta en una capilla lateral del Evangelio que ha sido habilitada
como exposición temporal en la que se explican las labores de restauración
que se están llevando a cabo |
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Planta de la catedral con la cronología de las vidrieras. Fotografía de la señalética de la exposición |
Adosado a los cinco primeros
tramos de la nave de la Epístola, el claustro
tiene planta cuadrada con cinco tramos de bóveda de crucería simple
salvo en los ángulos y en la panda sur, con bóvedas más complejas.
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Panda norte del claustro de la catedral de Segovia |
A diferencia del resto de catedrales, es la parte más antigua
del conjunto, fechado en 1474, el que
Juan Guas edificó en la antigua
catedral románica y que en 1524, antes incluso de iniciarse las obras de la
catedral nueva, empezó a ser trasladado al nuevo emplazamiento, piedra a
piedra, por el cantero Juan Campero, quedando terminado en 1529.
Como ya he dicho, se accede a él a través de la
capilla del Cristo del Consuelo, la
quinta de este lado, con portada policromada construida en 1483 según trazas de
Juan Guas y obra escultórica de
Sebastián de Almonacid, también trasladada desde las ruinas de la antigua
catedral. Cuenta con un tímpano con una Piedad y está coronada con el escudo de
los Reyes Católicos.
Por el lado del claustro la portada es muy similar pero no está policromada, con escenas de la Vida de Jesús.
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Acceso al claustro desde la capilla del Cristo del Consuelo |
Las ventanas al jardín se organizan mediante vanos apuntados
divididos en siete maineles sobre los que se alzan arcos de medio punto y
conopiales y elaborada tracería calada con diversas
combinaciones geométricas.
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Sección del claustro dejando ver la sala capitular y la panda norte. Planoteca IPCE |
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Jardín del claustro de la catedral de Segovia (9) |
La panda oeste abre al ámbito bajo la torre, sala del
tesoro, y a la sala capitular, sobre la que se ubica la librería del Cabildo.
La sala capitular, con un artesonado de fines del siglo XVI decorado en blanco
y oro, hoy está acondicionada como sala del Museo Catedralicio y expone una
destacada colección de ocho tapices flamencos del siglo XVII que relatan la
Historia de la reina Cenobia de Palmira.
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Sala capitular |
El museo también cuenta con obras de Pedro Berruguete,
Sánchez Coello, Van Orley… y el Archivo Catedralicio custodia el Sinodal de
Aguilafuente, primer libro impreso en la Monarquía Hispánica.
(Última actualización: 01/06/2019)
Otras CATEDRALES:
Referencias fotográficas:
(2) RUIZ HERNANDO, J. A., “La Catedral de Segovia”. En
VV.AA., Aquellas blancas catedrales.
Catedrales de Castilla y León, Valladolid,
Consejo Autonómico de los Colegios Oficiales de Arquitectos de Castilla y León,
1996, pp. 73-80.
Fuentes:
ÁLVAREZ, M., CÁMARA, A. y ÁLVAREZ, Mª D., “Levantamiento de
la Catedral de Segovia”. Informes de la
Construcción, CSIC, Vol 41, nº 401, 1989, pp. 7-14.
AZOFRA, E., “La adecuación a la sensibilidad barroca en las
catedrales de Castilla y León”. En LACARRA DUCAY, Mª C. (Coord.), El barroco en
las catedrales españolas, 2010, pp. 101-152.
CILLANUEVA DE SANTOS, M. A., Análisis de los Libros de Fábrica de la Catedral de Segovia: 1524-1699,
Tesis doctoral, UCM, 2008.
CASTRO SANTAMARÍA, A., "Un error de Llaguno que se arrastra hasta nuestros días: la supuesta visita a la Catedral de Segovia de los maestros, Álava, Covarrubias, Egas y Bigarny en 1529", Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, nº 6, 1994, pp. 109-112.
RUIZ HERNANDO, J. A., “La Catedral de Segovia”. En VV.AA., Aquellas blancas catedrales. Catedrales de
Castilla y León, Valladolid, Consejo
Autonómico de los Colegios Oficiales de Arquitectos de Castilla y León, 1996,
pp. 73-80.
RUIZ HERNANDO, J. A., “La catedral de Segovia en el Barroco”.
En Las catedrales españolas del barroco a
los historicismos, Murcia, Universidad de Murcia, 2003, pp. 213-246.
- “Capilla de la Concepción de la catedral de Segovia. Como
lirio entre espinas”, Patrimonio, nº
48, sept.-dic., 2012, pp. 5-10.
Comentarios
Si Palencia fue cuna de mi padre y de mi linaje paterno-materno, Segovia es cuna de mi madre y de mi linaje materno y de ambos abuelos maternos. Fue además el escenario de mis veranos infantiles y juveniles, además de foco de mi visión emocional e intelectual de Castilla.
Si Palencia fue ajena hasta hace pocos años y mal conocida por mi, Segovia ha sido desde mi niñez y muchachez (Zubiri dixit) una especie de utopía necesaria. He pasado los veranos contemplando desde la casa de mi abuelo la torre de San esteban y de la Catedral, he pasado las tardes recorriendo las naves de la catedral a fondo, cuando no había que pagar por ello...
Tres son las peculiaridades de la catedral de Segovia, además de ser la última gótica en nuestro suelo; que se comenzara a construir por los pies, que la fachada principal no se abra a la plaza mayor de la ciudad y por último esa girola gótica, arcaismo construido en pleno siglo XVII, por empeño del cabildo.
Esto último tiene como consecuencia que desde la plaza mayor se pueda admirar el juego admirable de arbotantes, capiteles y alturas de la cúpula, nave mayor y capillas absidiales.
Cuentan las crónicas que la torre era la de más altura de las hispanas, superando los cien metros en la aguja de caoba traída de américa. Un rayo desmoronó la cúspide en una terrible tormenta en los seiscientos, disponiéndose en su reconstrucción tal cual la vemos ahora, con sus 88 metros de altura.
El recorrido que haces por las naves es admirable, mejor que en cualquiera de los libros que se han escrito al efecto.
Señalar por último que en la sala capitular se reúnen todos los primeros de año los caballeros y damas de la Junta de Nobles Linajes, corporación nobiliaria de la tierra y comunidad de Segovia fundada por Día Sanz de Quesada y Fernán García de la Torre, conquistadores de Madrid.
El traslado del claustro de Juan Guas de la vieja a la nueva catedral fue una obra de ingeniería absolutamente prodigiosa para la época.
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b5/VistaSegovia1562.jpg
Gracias por estos fantásticos trabajos
Antonio
Con esa capilla tengo una historia infantil que relataré cuando le dediques la entrada, en referencia a un inquietante cuadro que cuelga en sus muros...
Gracias,
Miguel Sobrino
Es una noticia aparecida en "El Día de Segovia" en la que no figura la autoría así que sería el periódico el que tendría que subsanar la omisión. No obstante, dejo constancia de su información. Un saludo.