El Museo Catedralicio de Zamora y los tapices de la Guerra de Troya
Después de pasearnos por la catedral de Zamora, nos quedaba
detenernos en lo que allí denominan Museo Catedralicio, que ocupa la crujía
norte del claustro.
Una de las tres salas donde se exponen los tapices de Zamora |
Vitrina con piezas de orfebrería litúrgica |
La idea de abrirlos al público surgió en el Cabildo después
de tomar conciencia de la importancia de su colección de tapices tras la
expectación que estas piezas habían provocado en una exposición a comienzos de la
década de 1920. Y aunque al principio se pensó venderlos, una Orden
de 1923 sobre enajenación de obras artísticas de la Iglesia, que
ponía muchas trabas a la venta de las mismas, haría que en 1924 se abandonara
esa idea para explotarlos turísticamente, por lo que en 1926 se optó por
colocarlos en la segunda planta de la crujía norte del claustro, donde todavía
pueden verse, cobrando 2 pesetas por la entrada.
Sala con escultura en piedra |
Detalle con una Anunciación fechada en el siglo XIV procedente de un arcosolio tapiado y recientemente descubierto en la capilla de san Juan Evangelista |
Con el tiempo, varias de las piezas dispersas entre los
tapices y todavía conservadas, pues muchas de ellas se fueron vendiendo, sin que
en ningún momento hubiera idea de “colección” o de “preservar”, algo propio de
un museo, pasaron a ocupar la planta baja de la misma crujía del claustro, y
aunque con motivo de la celebración de Las Edades del Hombre en Zamora en 2001 las
salas experimentaron una remodelación y en 2010 se hizo una renovación de
contenidos para mostrar una ordenación temática, su estado a junio de 2014 deja
mucho que desear.
Entre sus obras más destacadas está una impresionante
custodia procesional de Pedro de Ávila de 1515 a la que a fines del siglo XVI
el platero Antonio Rodríguez añadió un basamento, una Virgen con el Niño y San
Juanito atribuida a Bartolomé Ordóñez procedente del monasterio de san
Jerónimo de Zamora, o las tablas con Noli me
tangere y Pentecostés del taller
de Fernando Gallego procedentes del antiguo retablo mayor de la catedral.
Custodia procesional del siglo XVI |
Virgen con Niño y san Juanito atribuida a Bartolomé Ordóñez |
A lo largo de su historia, la catedral ha contado con
varios retablos mayores. El más interesante quizá fuera uno gótico hispano-flamenco de
fines del siglo XV con unas treinta y cinco tablas pintadas por Fernando
Gallego que en 1715 fue vendido a la parroquia de Arcenillas y que con las
desamortizaciones de la primera mitad del siglo XIX fue de nuevo desmontado y
parcialmente vendido. Diecinueve de sus treinta y cinco tablas fueron
adquiridas por don Manuel Ruiz-Zorrilla y poco a poco se les han ido perdiendo
la pista a casi todas. En 1925 dos descendientes de don Manuel donaron las del Noli me tangere y Pentecostés a la catedral, hoy expuestas en su museo. Recientemente
también parece que se ha localizado una tercera con la Epifanía en el Museo de Bellas Artes de Asturias procedente de la
colección Masaveu. Once todavía se conservan en Arcenillas.
Tablas con Noli me tangere y Pentecostés procedentes del retablo mayor de Fernando Gallego, hoy en el Museo Catedralicio |
Pero la verdadera razón de ser del museo es su colección de Tapices Flamencos, compuesta por unas
veinte piezas, aunque en las salas habilitadas, en la segunda planta de la
crujía norte del claustro, no están expuestas todas, con ausencias lamentables.
Escalera del claustro de acceso a las salas de tapices |
Los cuatro paños de los doce que formaban la serie de La Guerra de Troya, de grandes dimensiones, son quizá los más estudiados
de la colección. El acontecimiento histórico entre aqueos y troyanos
del segundo milenio aC. que representan fue recogido a partir de la tradición
oral por primera vez en La
Ilíada del siglo VIII aC. y ha sido reelaborado a lo largo de la
historia del hombre en sucesivas leyendas que fueron enriqueciendo los hechos y
terminaron convirtiéndose incluso en más conocidas que el propio poema homérico,
como es el caso de Le roman de Troie de Bernoít de
Sainte-Maure de 1184, que inspiró famosas representaciones medievales en
lujosos libros miniados y en tapices.
Se cree que fue Carlos el Temerario, duque de Borgoña, el que en 1472 encargó la primera serie de tapicería sobre la Guerra de Troya, no
en vano su estirpe afirmaba que Príamo, el último rey de Troya y padre de
Héctor y Paris, era uno de sus antepasados. Pero rápidamente fue emulado por
otras relevantes figuras de la época, como Federico de Montefeltro, duque de Urbino, Enrique VII de Inglaterra, Matías Corvino de Hungría, Carlos VIII
de Francia, Ferrante I de Nápoles o Ludovico Sforza, duque de Milán .
Y es que, dada la envergadura del encargo, una serie tan
grande y costosa, sólo estos grandes señores podían permitirse semejante lujo, encajando,
además, a la perfección, dentro del concepto de magnificencia que tan bien
empezaron a utilizar a partir de la segunda mitad del siglo XV estos príncipes
europeos en relación con el esplendor y la grandeza que eran capaces de mostrar
estas espléndidas piezas a quienes visitaban sus cortes.
Los cuatro paños de Zamora fueron donados a la catedral en 1608, junto al
de Tarquinio Prisco, por don Antonio Enríquez de Guzmán y Toledo, VI conde de Alba y Aliste. Tres de
ellos, lo mismo que el de Tarquinio, presentan bordados los blasones de don
Íñigo López de Mendoza y Quiñones, II conde de Tendilla, una estrella de ocho
puntas con la divisa “buena guía”, concedidas por el papa Inocencio VIII en
1486 para él y sus descendientes, al que en 1512 Fernando el Católico le
concedió también el marquesado de Mondéjar.
Los escudos están ubicados entre las cartelas explicativas superiores pero sin ir incorporados a la trama del tapiz, lo que indicaría que él no fue su primer propietario. Hasta 1925 estuvieron cubiertos por los escudos de armas del condado de Alba y Aliste de fines del siglo XVI, también sobrecosidos y retirados en una restauración en 1926.
Los escudos están ubicados entre las cartelas explicativas superiores pero sin ir incorporados a la trama del tapiz, lo que indicaría que él no fue su primer propietario. Hasta 1925 estuvieron cubiertos por los escudos de armas del condado de Alba y Aliste de fines del siglo XVI, también sobrecosidos y retirados en una restauración en 1926.
Quizá estos cuatro paños pertenecerían a la serie que encargó Ferrante I de Nápoles y llegarían a manos de don Íñigo por donación de ese monarca como recompensa por su labor diplomática. De todos modos, es sólo una
hipótesis, pues hay investigadores que apuntan, por el análisis de forma de la
heráldica, que ésta sería añadida por el III conde de Tendilla, don Luis
Hurtado de Mendoza, como una forma más de honrar la memoria de su padre,
abriendo la puerta a la idea de que fuera éste, y no su padre, el dueño de los
tapices.
Sobre cómo llegaron después a los Alba y Aliste, entre las
muchas ramificaciones genealógicas de los Mendoza se sabe de su vinculación con
esta familia, a la que las piezas pudieron ser heredadas, aunque sin que
pueda descartarse la adquisición. Lo que sí está constatado es que ya figuran
en el inventario redactado en 1562 a la muerte del IV conde, don Enrique
Enríquez de Velasco, decorando varias salas de su palacio en Zamora, hoy
Parador Nacional.
La serie completa de doce paños representaba desde los
prolegómenos de la guerra hasta la destrucción de Troya. La teoría más aceptada
en la actualidad es que fueron realizados entre 1475 y 1485 en un taller de
Tournai, en ese momento ciudad borgoñona, quizá en el del afamado tapicero Pasquier
Grenier, que es quien realizó la primera serie para Carlos el Temerario en 1472
y otro conjunto para Enrique VII de Inglaterra en 1488, a partir de cartones
diseñados por el Maestro de Coëtivy, pintor, iluminador de manuscritos y
diseñador de tapices y vidrieras flamenco que se ha identificado con Herni de
Vulcop y al que se le atribuyen nueve dibujos preparatorios de la serie,
unos enteros y otros parciales, conservados en el Louvre, y otros dibujos
recientemente localizados en el Victoria & Albert de Londres.
Los tapices están realizados con urdimbre y trama de lana en
los colores azul marino, azul, rojo, rosa, violeta, verde, blanco, gris, crema
y pardo, y seda en oro, crema, azul y verde, dominando los colores claros y el
rojo intenso.
No hay separación entre escenas, con gran cantidad de
personajes en cada tapiz, la mayoría identificados con el nombre. La lectura es
de izquierda a derecha y de arriba abajo, concentrando los temas más
importantes en la parte inferior y dejando la superior para lo más anecdótico. También
presentan inscripciones en francés en la parte superior y en latín en la inferior
en las que se va narrando la historia, con letras en amarillo sobre fondo rojo.
El paño del "Rapto de
Helena" es el único conservado de este asunto de las series conocidas. La
historia se desarrolla de izquierda a derecha, con Príamo en su palacio
escuchando de sus hombres cómo los aqueos se niegan a devolver a su hermana
Hesione, a la que tienen secuestrada, la expedición saliendo de Troya, llegando
a Citerea y saquéndola, el encuentro de Paris y Helena en el templo de Afrodita
y la llegada de ambos a Troya, donde Helena recibe la bendición de Príamo.
Paño del "Rapto de Helena" (1) |
Helena recibe la bendición de Príamo (2) |
Lamentablemente, en junio de 2014 no pude verlo. Parece ser que
está en la sala capitular de la catedral porque no cabe en las salas del
claustro, que no estaba abierta a la visita.
El paño de la "Tienda
de Aquiles" de Zamora está incompleto, pues en un incendio se perdió una
cuarta parte por la izquierda en la que, según los dibujos preparatorios de la
serie conservados en el Louvre y otras ediciones de tapices, sobre todo un
fragmento en The Cloisters del Metropolitan de New York, representaba la quinta
batalla, en la que se narra la muerte del centauro Sagitario a manos de Diomedes,
la de un guerrero a manos de Héctor y la de Hupón el Grande a manos de Aquiles.
Fragmento del paño de la "Tienda de Aquiles" en The Cloisters de Nueva York en el que aparece lo que falta en tapiz de Zamora (3) |
En la parte conservada en Zamora se relata la entrevista entre
Héctor y Aquiles en el campamento de los aqueos en el que el primero propone un combate
singular que los aqueos no aceptan, la lucha entre aqueos y troyanos mientras
las mujeres observan desde las murallas y la preparación de Héctor para el
combate con Aquiles.
Paño de la "Tienda de Aquiles" fotografiado in situ, con un tabique en perpendicular a la escena de la tienda que impide cualquier otra perspectiva |
Paño de la "Tienda de Aquiles" (6) |
Detalle de la entrevista entre Héctor y Aquiles |
Mujeres observando la batalla desde las murallas |
Héctor preparándose para el combate y acudiendo a caballo a la batalla |
El paño de la "Muerte
de Aquiles" también es otro de los que sólo se conservan en Zamora de las
series conocidas y el único que no lleva los escudos de la casa de Tendilla. En
él sólo aparecen batallas. Destaca la muerte de Troilo, al que Aquiles corta el
cuello, la muerte de Aquiles a manos de Paris, que le clava un dardo en el
talón, su única parte vulnerable, y le remata con flechas en el pecho y la
frente, y la muerte de Paris por un tajo en el rostro propinado por Ayax, a su
vez herido mortalmente por una flecha que ya le había lanzado Paris.
Dibujo preparatorio para el paño de la "Muerte de Aquiles" atribuido al Maestro de Coëtivy conservado en el Louvre (4) |
Paño de la "Muerte de Aquiles" |
Detalle de la muerte de Troilo, decapitado por Aquiles |
Detalle de la muerte de Aquiles |
Detalle del combate entre Paris y Ayax |
El paño de la "Destrucción
de Troya" es el último de la serie y narra cómo los aqueos utilizaron la
estrategia del caballo ideada por Ulises, ubicado en la parte izquierda, para
entrar en la ciudad, la muerte de Príamo a manos de Pirro y la captura de
Polixena, Hécuba y Casandra por Ayax, que se dispone a decapitarlas.
Detalle del caballo (2) |
Además del relato histórico, este último paño de la serie muestra,
en el extremo derecho, separado de la historia troyana, un escritorio en un
ámbito gótico en el que un personaje barbado representa al autor del relato,
que culmina en la última inscripción: “Ansi fine li store miserable de la cite
digne de grantrenom” (así termina la miserable historia de una ciudad digna de gran nombre).
Lo mismo que el paño del "Rapto de Helena", en junio de 2014
no pude verlo porque también está en sala capitular, cerrada.
Paño de la serie de Aníbal de frente y paño de la "Destrucción de Troya" a la derecha, ambos en la sala capitular, no abierta al público en junio de 2014. © Juan Luis Menéndez (5) |
El tapiz de "Tarquino
Prisco" es también obra flamenca, fechada en 1475, un único paño de una
serie que estaría centrada en la Historia de Roma y otro de los donados a la
catedral en 1608 por el VI conde de Alba
y Aliste, con la misma heráldica bordada, sin formar parte de la trama, de
don Íñigo López de Mendoza y Quiñones, II conde de Tendilla.
Tapiz de "Tarquinio Prisco" |
La escena parece seguir, con ciertas licencias, y
seguramente a partir de una de las traducciones francesas del texto clásico
realizadas en la Edad Media, el relato de Tito Livio de la historia del quinto
rey de Roma, Lucio Tarquinio Prisco, también conocido como Tarquinio el Viejo,
al que la tradición considera fundador de la ciudad.
Como era habitual en los tapices de esta época, no tiene
bordura pero presenta en la parte superior tres inscripciones que relatan los
acontecimientos representados mediante abundantes figuras separadas en tres
escenas: Lucio Tarquinio avanzando a caballo hacia Roma, la Coronación de
Tarquinio y la Batalla de Tarquinio y los sabinos.
Tarquinio y su cortejo avanzando hacia Roma |
Detalle de la Coronación de Tarquinio Prisco |
Aunque denota horror vacui, con las figuras abigarradas,
cierta sensación de tres dimensiones y la separación clara de los episodios
hace que algunos especialistas consideren que podría haber salido de algún
taller de Bruselas, aunque es un dato todavía no contrastado documentalmente.
Detalle de la Batalla de Tarquinio y los sabinos |
La serie de la Parábola
de los obreros de la viña se encuadra dentro del primer renacimiento. Está basada
en un pasaje del Evangelio de San Mateo quizá tamizado por los escritos de San
Jerónimo, sin que se tengan muchas noticias sobre el uso de este asunto como
motivo en el arte. El Colegio del Patriarca de Valencia conserva otra serie muy
similar que debió partir de los mismos cartones.
Está compuesta por dos paños, con "La llamada a los trabajadores"
y "El pago del denario", y se cree que
es una serie completa porque no hay lagunas en la historia. Muestran escenas
plagadas de personajes entre algunas formas arquitectónicas y vegetales y
tienen bordura de unos veinticinco centímetros. Fueron realizados en Bruselas
en torno a 1500 pero no se sabe ni el autor de los cartones ni el licero,
aunque hay especialistas que apuntan al taller de Pieter van Aelst, tapicero de
Felipe el Hermoso.
"La llamada a los
trabajadores" muestra a los elegidos antes de la llegada del Mesías para
trabajar por la Redención. Entre todas las figuras se distingue al pater
familias, el dueño de la viña, en la parte inferior dirigiéndose a unas mujeres, al mismo personaje invitando a Noé y a sus
hijos a trabajar o a las alegorías de la Caridad y el Trabajo conduciendo a
Abraham, Isaac y Jacob hacia el pater familias. La presencia de una mujer con
los ojos vendados portando las Tablas de la Ley es una alusión al judaísmo que
representa el Antiguo Testamento. La última salida en busca de trabajadores
aparece en la parte inferior derecha, con el dueño encontrándose con los
profetas Daniel, Jeremías, Ezequiel, Isaías… con un joven vestido de blanco señalando
a Cristo derramando abundante sangre en barricas de las que un papa y un
cardenal sacan vino, alegoría de la Redención.
"La llamada a los trabajadores" (6) |
"El pago del denario"
muestra cómo todos los trabajadores, tanto los que empezaron al comienzo del
día como los incorporados a última hora, reciben el mismo jornal, un denario,
simbolizando que todos los cristianos serán recibidos en el Paraíso. Una larga
fila de trabajadores se dirigen a la casa del pater familias, una estructura
gótica, donde reciben el pago del administrador. En la parte inferior el señor
es coronado por dos ángeles en presencia del Espíritu Santo mientras algunos
trabajadores se quejan por lo injusto del reparto. La historia termina en la
parte superior, con el administrador y los elegidos dirigiéndose al Paraíso,
simbolizado por la fuente de la vida.
"El pago del denario" |
La serie de la
Historia de Aníbal se compone de cinco de los ocho paños con los que debió
contar, con las escenas del "Juramento de
Aníbal", el "Paso de los Alpes", "Aníbal en Italia", el "Botín de Cannas" y "Magón, mensajero de Aníbal, en Cartago". Se conoce un sexto paño con
la "Toma de Sagunto" conservado en el castillo de
Chaumont que debía formar parte de una serie réplica de la de Zamora.
Los paños fueron realizados en un taller de Bruselas,
con la marca de la ciudad en el orillo inferior, a la izquierda. Según
las características de la bordura se fechan hacia 1570, sin que se sepa ni
quién fue el licero, aunque su marca aparece no ha podido descifrarse, ni el
autor de los cartones, atribuidos a un pintor flamenco formado en Italia, quizá
del círculo de Michel Coxcie. Muestran grandes figuras y animales enmarcados por una ancha
bordura de frutos y vegetales y con un cartucho superior con una inscripción en
latín referido al acontecimiento representado.
En cuanto a su entrada en las colecciones catedralicias, se
cree que pertenecieron al chantre don Jacinto Varas y Vázquez, que según un
documento de 1772 entregó a la catedral ocho tapices de historia. De todos
modos, en las colecciones se documentan “veyntetapiçces de lana fina de
yistorias antiguas” ya desde 1620.
El "Juramento de
Aníbal" toma la escena del relato de Tito Livio y muestra el sacrificio al
Dios de la Guerra y el juramento del guerrero de luchar contra los romanos
teniendo como testigo a su padre, Amílcar Barca.
El "Juramento de Aníbal" |
El "Paso de los Alpes"
muestra esa mítica hazaña en un segundo plano, a la izquierda, con los
guerreros a caballo bajando las montañas y en un plano más próximo dos
elefantes con un castillete con hombres armados, y está protagonizada por el
campamento cartagines con Aníbal de pie mostrando el bastón de mando a tres de
sus capitanes.
El "Paso de los Alpes" |
"Aníbal en Italia"
muestra al general cartaginés a caballo junto a varios guerreros levantando el
brazo en señal de protección ante las personas que salen a su encuentro
implorándole su favor mientras un anciano le ofrece las llaves de la ciudad.
"Aníbal en Italia" |
"El botín de Cannas"
relata el momento posterior a la victoria más importante de Aníbal, cuando los
cartagineses recogen las pertenencias de los cadáveres, amontonados y van
echándolas en un recipiente.
"El botín de Cannas" (6) |
"Magón, mensajero de
Aníbal, en Cartago" es el último paño de la serie conservado en Zamora.
Narra cómo el cartaginés envió a su hermano para que relatara la Victoria de
Cannas al senado cartaginés, representado mediante nueve personajes
sorprendidos que levantan las manos en señal de júbilo, mientras Magón muestra
un cofre con el botín.
"Magón, mensajero de Aníbal, en Cartago" |
Otros dos tapices fechados en la segunda mitad del siglo XVI
están dedicados a David y Goliat y a Saúl y David. Finalmente, la colección se
completa con seis tapices barrocos del siglo XVII de Alegorías de las Artes
realizados en un taller de Bruselas. Ninguno de estos ocho tapices podían verse
en junio de 2014.
Un último apunte personal: los que estáis habituados a
leerme, sabéis que no utilizo VceA como lugar de quejas sobre la
lamentable situación que sufre muchas veces el patrimonio histórico-artístico,
pues me planteo el blog como un lugar en el que disfrutar, en el que
realizar pausados y placenteros paseos por el arte con los que poder contagiar mis
pasiones. Pero en este caso me es imposible no mencionar la
impotencia que me produjo ver esta magnífica colección expuesta como está, sin
espacio para poder contemplar mínimamente los paños y sin que pueda admirarse
toda la colección, pues no están todos expuestos. Desde aquí me pregunto para
cuándo Zamora contará con unas salas museográficas dignas de semejantes obras.
Creo que es absolutamente imprescindible.
Otros MUSEOS en Viajar con el Arte:
Museo
Provincial de Palencia
La
antigua colegiata y el Museo Diocesano Catedralicio de Valladolid
Museu
Calouste Gulbenkian de Lisboa
Museo
Cerralbo de Madrid
Museo
de Santa Cruz de Toledo
Museo
di Castelvecchio de Verona
Museu
Nacional do Azulejo de Lisboa
Museu
Nacional de Arte Antiga de Lisboa
Museo
Diocesano de Arte Sacro de Vitoria
Referencias:
(1) YARZA LUACES, J., La
Nobleza ante el Rey. Los grandes linajes castellanos y el arte en el siglo XV,
Madrid, El Viso, 2003.
(5) http://www.asturnatura.com/patrimonio-cultural.php?municipio=zamora&tipo=arquitectura-religiosa&pg=2
Fuentes:
GARCÍA MARTÍNEZ, J., Historia
de la Santa Iglesia Catedral de Zamora, Zamora, 1904.
GÓMEZ MARTÍNEZ, A. y CHILLÓN SAMPEDRO, B., Los tapices de la catedral de Zamora, Zamora,
1925.
GÓMEZ MORENO, M., “La gran tapicería de la guerra de Troya”,
Arte Español, Revista de la Sociedad de
amigos del arte, nº 6, tomo IV, 1019, pp. 265-281.
GONZÁLEZ ZYMLA, H., “Tapices de tema troyano en la catedral
de Zamora”. Revista de arqueología del
siglo XXI, nº 319, 2007, pp. 46-57.
GONZÁLEZ ZYMLA, H., “Tapices del siglo XV de tema troyano.
Catedral de Zamora (II)”. Revista de
arqueología del siglo XXI, nº 321, 2008, pp. 46-57.
HERNÁNDEZ CASTELLÓ, Mª C., Don Íñigo López de Mendoza, II conde de Tendilla, y las Artes: ¿entre
España e Italia? Tesis Doctoral en la Universidad de Valladolid,
Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras, 2014.
HERNÁNDEZ LUIS, J. L., “El Museo Catedralicio de Zamora.
Pasado, presente y futuro”. Stvdia
Zamorensia, Vol. V, 1999, pp. 57-79.
YARZA LUACES, J., La
Nobleza ante el Rey. Los grandes linajes castellanos y el arte en el siglo XV,
Madrid, El Viso, 2003.
Comentarios
Por otro lado es casi milagroso que dado el uso continuo que se daba a estas obras, poniéndose y retirándose en función de estaciones y festividades y exponiéndose habitualmente en las fachadas de los edificios durante las festividades religiosas muchos de estos tapices hallan llegado a día de hoy, hallan llegado hoy en día en condiciones más o menos aceptable.
Para acabar comentar que dos tapices de la catedral de Zamora, atribuidos a los talleres de Tournai, fueron vendidos en 1945 al Ayto. de Madrid y hoy, imagino que cuelgan en la Casa de la Villa en espera de su musealización. Al menos estos quedaron en España aunque fuera de su residencia secular, a diferencia de muchas obras de ese mismo siglo XV que salieron de España para hacer las Américas.
Saludos y un abrazos
http://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/853114.pdf (No se abre en otra ventana, se descarga automaticamente)
Pdta: Muchas gracias por el artículo sobre los tapices en el Ayuntamiento de Madrid. Lo consulté para hacer la entrada pero no saqué nada de él. Por cierto, conozcom a una de sus autoras, Laura Rodríquez Peinado, profesora mía en la UCM en Arte Hispanomusulmán.
Un abrazo.
Resulta patético recordar las peripecias del retablo mayor de la catedral. De la lectura de tu entrada nos damos una idea de que se perdió una admirable obra de arte.
Tan sólo una precisión, cara Sira: el título nobiliario es de Alba de Liste, tal como se puede comprobar en el Elenco de Títulos y Grandezas o en el libro de Jaime de Salazar y Acha sobre los Grandes de España.
El VI titular fue Antonio Enríquez, mayordomo mayor de la reina y Montero mayor del rey.
Gracias de nuevo por una entrada llena de enseñanzas.
Te doy otras referencias bibliográficas:
Nobleza Obliga, de Ricardo Mateos.
Nobleza Española. grandeza Inmemorial 1520, de Juan Miguel Soler Salcedo.