El
convento dominico de san Marcos de Florencia es fruto de una remodelación completa iniciada a
fines de la década de 1430 gracias al patrocinio de
Cosimo il Vecchio,
recién vuelto del exilio, bajo la dirección de Michelozzo di Bartolomeo,
conocido como
Michelozzo Michelozzi, arquitecto de confianza de los
Medici, y
Fra Angélico, monje pintor de la Orden, para la decoración
pictórica, cuyos trabajos se concretaron en un retablo para la iglesia y
frescos para los pasillos y las celdas en la primera planta del claustro de san
Antonino, distinguiéndose claramente entre la obra que realiza para la parte
pública y la de la parte privada, la utilizada exclusivamente por la comunidad
dominica, siendo consciente de a quién se dirigía y no contando lo mismo en
unas obras que en otras.
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Detalle del Calvario de Fra Angélico en la sala capitular del convento de san Marcos de Florencia |
Además del
artículo monográfico dedicado al convento, también he publicado dos
más dedicados a la
decoración de las celdas y a
tres importantes pinturas en tabla de Fra Angélico. Pero todavía quedaba detenernos en la más grande
de las escenas del convento realizadas por el pintor, el impresionante
Calvario
que decora la antigua
sala capitular,
abierta a la crujía norte del claustro de san Antonino, uno de los dos con los
que cuenta el monasterio, mediante un gran arco de medio punto flanqueado por
sendos ventanales también de medio punto.
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Entrada de la sala capitular |
La escena, realizada por Fra Angélico entre 1441 y 1442,
mide más de cinco metros y medio de alto por nueve y medio de ancho, ocupando todo
el luneto de la pared norte, justo frente a la entrada, y muestra una iconografía
que se corresponde más con una representación mística y contemplativa, en
relación con la función redentora de Cristo, que con una Crucifixión narrativa,
donde además de los personajes canónicos de la Virgen, María Magdalena y san
Juan Evangelista, aparecen santos vinculados a la ciudad de Florencia, a la
familia Medici, comitentes de la obra, y a la Orden dominica, rezando ante
Cristo como ejemplo para lograr la salvación.
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Calvario de la sala capitular |
Precisamente para marcar este carácter icónico, el suceso se
sitúa en un ambiente desnudo, casi desierto, de suelo marronáceo, con una
franja de rocas casi perdida y un cielo que en origen fue azul pero que con los
siglos ha ido perdiendo color y se ha tornado violáceo, incluso dejando ver la
preparación rojiza del muro. Cristo crucificado ocupa el centro y está
flanqueado por los dos ladrones, dispuestos en diagonal para dar profundidad a
la escena. La calavera de Adán en la base de la cruz simboliza a la
humanidad pecadora. A su derecha (izquierda del espectador) se encuentra la
Virgen desfallecida sostenida por una de las santas mujeres y por el
Evangelista por detrás y María Magdalena por delante, representada de espaldas
al espectador en un interesante escorzo.
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Cristo y los ladrones |
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Grupo de María desfallecida |
A continuación, y también a la derecha de Cristo, se
encuentran santos protectores, con Juan Bautista, patrón de Florencia, Marcos,
bajo cuya advocación está el convento, Lorenzo, santo patrón de Lorenzo de
Medici, Cosme, en el que Vasari dice que Fra Angelico retrató a su amigo Nanni
di Banco, y Damián, patrones de la familia Medici en general y de Cosimo il
Vecchio en particular, comitente de las obras del monasterio.
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Santos Marcos y Juan bautista |
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Detalle del Bautista |
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Santos Cosme, Damián y Lorenzo |
A la izquierda de Cristo (derecha del espectador), aparecen
santos fundadores de órdenes religiosas. Arrodillados, encontramos a Domingo,
fundador de los Dominicos, Jerónimo, al que se reconoce por el capelo
cardenalicio del suelo, Francisco, fundador de la Orden franciscana, Bernardo,
fundador del Císter, Juan Gualberto, fundador de los Vallombrosanos, de frente
al espectador, con la mano izquierda tapando su rostro en un conmovedor gesto de
dolor, y Pedro Mártir, monje dominico. Detrás de ellos, de pie, están los
santos Zenobio, obispo de Florencia, Agustín, fundador de los agustinos,
Benito, fundador de la Orden benedictina, Romualdo, fundador de los
Camaldulenses, y Tomás de Aquino, teólogo dominico.
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Santo Domingo |
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Santos Gualberto, Pedro Mártir, Romualdo y Tomás de Aquino |
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Santos Zenobio y Agustín |
La escena está rodeada de un marco que en la parte superior
muestra decoración vegetal entre la que se insertan hexágonos con un pelícano en
la clave, símbolo de la Eucaristía, y profetas identificados con el nombre y
los textos de las filacterias que portan, de izquierda a derecha son Dionisio
el Areopagita, Daniel, Zacarías, Jacob, David, Isaías, Jeremías, Ezequiel y
Job, y la Sibila de Eritrea, asomados adoptando posturas muy naturales y que
dan profundidad.
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Pelícano de la clave del arco |
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Los profetas Daniel y Job en los hexágonos del arco |
Para terminar, por debajo se representa la genealogía
dominicana, con dieciséis medallones con los bustos de papas, cardenales,
obispos, santos y beatos dominicos, con santo Domingo en el centro. El de san
Antonino Pierozzi se incorporó a fines del siglo XV sustituyendo al del beato
Cavalcanti pintado por Fra Angelico.
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Santo Domingo en el medallón central de la genealogía dominicana |
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Otros dos santos dominicos |
Fuentes:
SCUDIERI, M., The
frescoes by Angelico at San Marco, Firenze, Giunti Marzocco, 2004.
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