La Primera Puerta de Ghiberti para el Battistero di San Giovanni de Florencia

Ya hemos recorrido el Baptisterio de Florencia y sus magníficos mosaicos y nos hemos detenido en la Puerta de Pisano, dedicada a la Vida de san Juan Bautista, así que hoy nos deleitaremos en la Primera Puerta de Ghiberti, dedicada a la Vida de Cristo, que tras una restauración recientemente terminada en la que se ha recuperado gran parte de su dorado original, luce con todo su esplendor en el Museo dell’Opera del Duomo, habiéndose colocado una réplica in situ. En un tercer artículo hablo de las conocidas como Puertas del Paraíso, la segunda puerta de Ghiberti, con escenas del Antiguo Testamento, tres magníficas obras que forman parte de un programa iconográfico único que buscó reflejar la Historia de la Humanidad y la Redención a pesar de que la ejecución de las mismas estuvo distanciada en el tiempo.

Nueva sala del Museo dell'Opera del Duomo de Florencia con las tres puertas del baptisterio a la derecha.
La primera es la primera de Ghiberti, con el grupo escultórico de la Predicación del Bautista encima.
Imagen cedida por el blog Elisa si racconta... (1)

Detalle de la escena de la Resurrección de Lázaro durante el proceso de
restauración que ha recuperado los dorados (2)


Igual que las otras dos, la portada norte se organiza con vano rectangular flanqueado por columnas de fuste liso y capiteles compuestos que soportan un sencillo entablamento y puertas de bronce, en este caso realizadas por Lorenzo Ghiberti entre 1403 y 1424, tras un concurso convocado por el Arte di Calimala, patrón del baptisterio, dos años antes, en 1401, más de sesenta después de que se terminara la Puerta de Pisano. En dicho concurso, al que también le he dedicado un artículo, considerado por la Historia del Arte como el inicio del Renacimiento italiano, también participaron Filippo Brunelleschi, Jacopo della Quercia, Simone da Colle Val d'Elsa, Niccolò di Luca Spinelli, Francesco di Valdambrino o Niccolò di Pietro Lamberti.

Ghiberti tardó más de veinte años en realizar esta puerta, quizá un periodo excesivo, aunque hay que tener en cuenta que compaginó este encargo con otros trabajos. Además, la técnica de la cera perdida para trabajar el bronce todavía no estaba muy desarrollada, utilizándose moldes de arcilla que daban un resultado demasiado áspero y obligando a un repaso de toda la obra con cincel. Así, aunque el contrato imponía la realización de tres escenas anuales, los plazos no se cumplieron. Para 1415 muchas de ellas ya estarían y el resto del tiempo Ghiberti, muy meticuloso y detallista, lo ocuparía en múltiples repasos. Aunque contó con colaboradores, como Donatello, Michelozzo o Paolo Uccello, la participación de éstos fue poco significativa, llevando él mismo todo el peso de la obra.

Puerta norte de Ghiberti en el baptisterio (réplica) (3)

En 1423 se decidió dorar las escenas para aumentar su magnificencia y el 24 de abril de 1424, tras una labor de montaje de las piezas, la puerta quedó instalada en el lado este, frente a la fachada principal del Duomo, aunque la siguiente puerta del artista, la conocida como Puertas del Paraíso, tuvo tanto éxito que desplazó a ésta, que terminó ubicada en portada norte.

Se pretendió que fuera a juego con la Puerta de Andrea Pisanorealizada entre 1330-1336 para la portada sur, de ahí que presente la misma estructura, dividida en veintiocho paneles dispuestos en siete filas de cuatro que contienen formas mixtilíneas que hacen de marco para las escenas.

Los marcos y las jambas están decorados con ramas de hiedra y frutos salpicados con insectos, crustáceos, anfibios y reptiles que se considera que podrían tener una función apotropaica contra las plagas en los cultivos para evitar las hambrunas. Se cree que se realizarían mediante un proceso de fundición de los cuerpos reales de los animales según una técnica descrita por Cennino Cennini en su Libro dell'Arte, tratado escrito en lengua vulgar en los últimos años del siglo XIV o comienzos del XV, convirtiéndose en uno de los primeros ejemplos conocidos de la misma. En las esquinas de los marcos se ubican cabezas de Sibilas y Profetas, y se considera que una de ellas, la de la esquina superior izquierda de la escena de la Natividad, es el autorretraro del artista. Además, en la parte superior de esta escena continuando en la de la Epifanía hay una inscripción con en la que se lee:

OPVS LAUREN / TII FLOREN TINI

Detalle de la primera puerta de Ghiberti ya restaurada. La firma de artista aparece sobre las
escenas de la Natividad  de la Epifanía y su autorretrato es la cabeza de la izquierda.
Imagen cedida por el blog  Elisa si racconta... (1)

Cabezas de un profeta y de una sibila antes de la restauración (4)

Autorretrato de Ghiberti antes de la restauración (4)

Respecto a las escenas, los especialistas creen que la idea primigenia debió ser dedicarlas al Antiguo Testamento, de ahí que el concurso consistiera en elaborar la del Sacrificio de Isaac, pero que finalmente se decidió que narrara el Ciclo de la Vida de Cristo en veinte recuadros, completado con cuatro evangelistas y cuatro doctores de la Iglesia en la parte más baja.

Ciclo de la Vida de Cristo en la primera puerta de Ghiberti. Composición propia a
partir de imágenes ajenas (4) anteriores a la restauración

Primeras puertas de Ghiberti después de la restauración (5)

En este caso, la lectura iconográfica comienza a partir de la quinta fila, con la Anunciación, de abajo a arriba y de izquierda a la derecha, terminando en Pentecostés. Se cree que esta disposición respondió al deseo de crear un efecto dramático, colocando los asuntos culminantes de la Pasión de Jesucristo en las partes más altas.

Ghiberti se sirvió de varias fuentes para elaborar las escenas, desde el arte clásico hasta el gótico toscano de Arnolfo di Cambio o Nicola y Giovanni Pisano pasando por la orfebrería y la miniatura lombarda o la propia puerta de Andrea Pisano en el baptisterio.

El orden en el trabajo siguió la cronología histórica de los acontecimientos, y eso explica que las escenas más bajas denoten características más propias del gótico internacional, más del gusto e intereses del Arte de Calimala, mientras que las más altas ya empiecen a hablarnos en lenguaje quattrocentista, pues aunque todavía estén constreñidas por el marco mixtilíneo, son capaces de obviarlo para mostrar perspectiva y espacio, formando composiciones más realista que las trecentistas de Pisano, ambientadas con arquitecturas, animales, plantas y objetos y con personajes que ya muestran fisonomías diferenciadas, contribuyendo a crear un aire de realidad que las acerca al Renacimiento.

La escena de la Anunciación, la primera en ejecutarse, se desarrolla sobre una repisa, con ausencia de fondo, sin referencias espaciales y los elementos sueltos. El pórtico que contiene la figura de María, que presenta curva y contracurva, está desproporcionado, sin que todavía se utilicen las leyes de la perspectiva. Casi se obvia el marco, sólo presente a la hora de desarrollar el ala del ángel. En otros casos Ghiberti utiliza los lóbulos y las puntas del marco para adaptarse a las figuras y en ocasiones esta adaptación resulta muy forzada.

Anunciación (5)

La Natividad y el Anuncio a los pastores ocupan un único recuadro adaptado al marco de una manera algo forzada. Es habitual en Ghiberti seguir mezclando escenas, una tendencia medieval que va en detrimento del sentido dramático y que aquí se manifiesta en que el Nacimiento, el momento más importante, queda diluido entre el resto de elementos, incluso haciendo difícil distinguir al Niño porque todo es igual de importante, conformando una composición periférica en la que se pasa por todos los personajes.

Natividad y Anuncio a los pastores (5)

La Epifanía muestra una estructura arquitectónica sobre unas rocas, con mayor naturalismo, dando gran importancia a los pliegues de los ropajes, la actitud, la elegancia…

Epifanía (5)

En el Bautismo de Cristo la vegetación ambienta la escena. Comparándola con la de Pisano del mismo asunto, separadas por más de cien años, lo que destaca de la de Ghiberti es el naturalismo y el abandono de la rigidez en las figuras, con un Bautista marcando un arco prolongado con su cuerpo y su brazo hasta formar casi una semicircunferencia y la propia figura de Cristo con cierta sinuosidad, características propias del gótico internacional.

Escenas del Bautismo de Cristo en la Puerta de Pisano (izq.) (4) y en la
primera puerta de Ghiberti (dcha.) (5)

En las Tentaciones de Cristo el demonio presenta unas alas de membrana que son un alarde de dominio de la técnica de la fundición en bronce, descubriendo a un artista que busca que todo resulte “bonito”, con valores muy formales.

Tentaciones de Cristo (5)

En Cristo caminando sobre las aguas se juega con las ondas del mar y la línea oblicua del velamen del barco en una destacada composición que consigue dar la sensación de tormenta, destacando también el pánico mostrado en los rostros de los apóstoles.

Cristo caminando sobre las aguas para salvar a Pedro (5)

La Oración en el huerto es un alarde de naturalismo en cuanto a la ambientación de vegetación y rocas, pero los apóstoles dormidos muestran todavía posturas antinaturales y compositivamente resulta extraño que Cristo se sitúe en un lateral, sin ocupar el lugar preeminente.

Oración en el huerto (5)

La Resurrección también destaca por sus efectos naturalistas.

Resurrección (5)

Sobre esta puerta norte se ubicaba el grupo escultórico de Giovanni Francesco Rustici de la Predicación del Bautista, realizado entre 1506 y 1511, hoy en el Museo dell’Opera del Duomo, sustituido por una répica in situ. Y sobre la ventana central está el emblema del Arte di Calimala, un águila con un fardo de mercancías entre sus garras.

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