El acceso se realizaba por una portada a la derecha de la fachada de la iglesia que presenta vano
de medio punto flanqueado por dobles pilastras acanaladas que sustentan un entablamento
y se continúan mediante acróteras que flanquean un balcón sobre el que se ubica
un frontón curvo y partido con un escudo central con las armas de Portugal.
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Fachada de la iglesia y portada de la zona conventual (1) |
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Portada del convento |
En la actualidad las dependencias conventuales conforman el Museu do Patriarcado de Lisboa, al que
se accede a través del Pátio das Laranjeiras,
un atrio con fuentes y buganvillas construido por el arquitecto Gonçalo Ribeiro
Telles en 1995 que conduce a las taquillas.
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Portada del Patio das Laranjeiras (2) |
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Patio das Laranjeiras |
El origen del museo se remonta a unas obras de conservación
y rehabilitación que comenzaron en 1983 para instalar en el edificio algunos
servicios del Patriarcado, como la biblioteca y el archivo histórico, y terminó
materializándose en 1994 cuando Lisboa fue nombrada Capital Europea de Cultura
y la Conferencia Episcopal decidió organizar la exposición Encontro de Culturas. Oito séculos de missionação portuguesa, la
primera gran exposición organizada por iniciativa eclesiástica en Portugal y un
hito en el panorama museológico portugués por aunar investigación, discurso
museográfico y programa de comunicación con el público prolongado mediante
actividades paralelas. También supuso el comienzo de una nueva dinámica en los
espacios culturales del convento que se continuó en 1996 con la exposición 25 anos de construção de igrejas no
Patriarcado de Lisboa, en 1998, aprovechando la dinámica cultural generada
por la Expo, con la exposición O Espírito que Dá a Vida y con la
organización de otras tres exposiciones posteriores que derivaron en una
configuración museológica permanente: Fábulas
de La Fontaine – 38 painéis de azulejos do séc. XVIII de 1999 y São Vicente de Fora – 2000 anos de Memória e
Quotidiano y A Igreja Lisbonense e os
Patriarcas en 2004.
El museo busca cumplir dos funciones: dar a conocer los
espacios del antiguo monasterio y su evolución histórica e informar sobre el
obispado, arzobispado y patriarcal de Lisboa.
Tras atravesar las taquillas hay un túnel desde el que se
puede ver la primitiva cisterna del monasterio medieval y los restos de otra
posterior, del reinado D. João III, en la primera mitad del siglo XVI.
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Vestíbulo del museo |
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Cisterna medieval |
Después se suben unas escaleras decoradas con paneles de
azulejos que dan acceso a las antiguas dependencias del convento.
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Escaleras de subida a los claustros |
Éstas están organizadas en torno a dos claustros de planta cuadrada idénticos, con una galería de
bóvedas de crucería y arcos de medio punto entre pilastras dóricas en el cuerpo
bajo, entablamento, un segundo cuerpo con arcos ciegos de medio punto que
cobijan ventanas cuadrangulares, aunque en origen también eran arcos abiertos,
y terraza.
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Alzado de uno de los claustros |
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Planta del conjunto (3). Las indicaciones son mías |
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Los claustros desde la cubierta de la iglesia (2) |
Durante los siglos XVII y XVIII las paredes de los tres
pisos fueron enteramente revestidas de azulejos con variada temática, con escenas
históricas y de caza, paisajes campestres y marítimos, asuntos galantes y
pastoriles… conformando el mayor conjunto barroco de azulejos del mundo, que
demuestra la gran capacidad de producción de este tipo de obras que tenía
Portugal en esa época, siendo el taller del pintor Valentim de Almeida el más
activo de la época. Las escenas pueden ser originales o tomar como referencia
copias de grabados de pinturas que en esas fechas circulaban por toda Europa.
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Decoración de azulejos en uno de los claustros |
También en el siglo XVIII se optó por cerrar las arcadas del
piso bajo revistiéndolas por el interior con paneles de azulejos representando
las Fábulas de La Fontaine, y cuando se decidió devolverles su aspecto original
abriendo de nuevo las arcadas, los azulejos fueron retirados y ahora están
expuestos, como veremos más adelante, en las galerías superiores.
En las dependencias de las crujías sur de ambos claustros se
desarrolla la exposición A Igreja
Lisbonense e os Patriarcas. Se accede a ella a través de la Portería del cenobio, que en siglo
XVIII se convirtió en cancillería y capilla del patriarca de Lisboa y adquirió
su aspecto actual.
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Portería |
Es de planta cuadrangular, con pavimento polícromo y una
balaustrada de piedras también polícromas embutidas y palo santo que
compartimenta la sala y en la que figuran las ramas de D. João IV, su esposa,
doña Luisa María Francisca de Guzmán y Sandoval, conocida en Portugal como D.
Luísa de Gusmão, y el corazón de los canónigos regulares de San Agustín.
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Detalle de la balaustrada de la portería (2) |
Los muros presentan azulejos joaninos a partir de pinturas
realizadas por Manuel dos Santos con escenas en torno al poder de los reyes de
Portugal, la conquista de Lisboa y Santarém, retratos regios y la fundación y
construcción del propio monasterio, con una presencia destacada del D. João V,
como protagonista político, económico y cultural en el Portugal de la primera
mitad del siglo XVIII.
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Azulejos de la portería |
En la pared frontal hay una oleo de San Juan Bautista y la Alegoría de la Orden de Malta atribuido a la
Escuela Napolitana, quizá de Francesco Solimena, y fechado en el primer cuarto
del siglo XVIII.
La
cubierta es
una bóveda rebajada decorada con una
quadratura realizada por el
florentino Vincenzo Baccarelli y sus discípulos portugueses en 1710, también
contratado por los monjes para decorar el coro y la capilla mayor de la
iglesia, aunque no llegara a realizar esos trabajos por desavenencias con la
comunidad. Se considera que supone el inicio de las perspectivas aéreas en la
decoración espacial de las cubiertas portuguesas, rompiendo con la tradición de
pintura ornamental de grutescos que dominaba hasta ese momento. Pero para su
análisis hay que tener en cuenta que la pintura fue destruida parcialmente
durante el terremoto de 1755, recubierta de cal en 1773 y restaurada por Manuel
da Costa en 1796 después de que los canónigos volvieran de Mafra, a quien las
últimas investigaciones atribuyen la escena central, que sería la más
deteriorada.
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Cubierta pintada de la portería |
Representa la Apoteosis
de San Agustín y la Victoria de la
Iglesia sobre los Maniqueos, una escena en perspectiva de cielo abierto, envuelta
por nubes y encuadrada por columnas con capiteles compuestos, una balaustrada
pintada sustentada por una cornisa sobre ménsulas, cuatro cartelas con escenas alusivas
a la vida de San Agustín y cuatro escudos con los símbolos de Cristo: un
águila, un pelícano, un templo y el sol. Por debajo de las arquitecturas fingidas
en perspectiva se desarrolla una iconografía que alude a la doble advocación
del monasterio a los santos Vicente y Sebastián.
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Apoteosis de San Agustín en el techo de la portería (4) |
Si en los azulejos de las paredes se ve reflejado el poder
terrenal, la victoria de la corona portuguesa cristiana sobre los musulmanes, en la bóveda aparece la Gloria divina, la victoria de la Iglesia contra los
infieles gracias a la presencia de Dios.
La exposición museográfica
de las salas siguientes, dispuesta de forma cronológica, pretende informar
sobre el inicio de Portugal como país, la vida de los santos ligados a Lisboa,
la creación de la diócesis, la historia de los obispos y arzobispos, la
configuración del territorio diocesano, sus influencias en ultramar y la
fundación del patriarcado de Lisboa.
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Entrada a la exposición |
El título de Patriarca, la máxima dignidad honorífica
concedida por la Iglesia Católica a una archidiócesis, le fue otorgado al
arzobispo de Lisboa por el papa Clemente XI en 1716. De esa manera superó en
importancia al arzobispo de Braga, que con el título de Primado fue, hasta esa
fecha, el clérigo de mayor dignidad de Portugal. En 1737 el papa Clemente XII
también concedió al Patriarca de Lisboa la dignidad cardenalicia, de ahí que
adopte el título de Cardenal-Patriarca. Junto a él, los otros Patriarcados de
la Iglesia Católica son el de Venecia, el de Jerusalén y el de las Islas
Orientales de Goa y Damán, en la India.
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Sala en la que se expone el canopeo basilical |
Los objetos expuestos pertenecen a la Casa Patriarcal, al
Cabildo de la Catedral, al Seminário dos Olivais y a otras entidades
eclesiásticas del territorio de la diócesis y se componen de piezas de
orfebrería litúrgica, joyería, textiles, pintura, escultura y mobiliario
explicados en paneles informativos.
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Pequeño Niño Jesús con todo su ajuar en una vitrina del museo |
La sacristía
ocupa la panda entre los dos claustros. Su construcción se atribuye a Luís
Nunes Tinoco, nombrado “Apontador das obras da igreja de S. Vicente” en 1690 a
la muerte de su padre, João Nunes Tinoco, y se fecha entre fines del siglo XVII
y comienzos del XVIII. La portada presenta vano rectangular flanqueado por columnas
compuestas con fustes decorados con puntas de diamante, espejos y cabujones que
sustentan un entablamento sobre el que se ubica el escudo real rematado por un
frontón triangular y flanqueado por dos ángeles.
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Portada de la sacristía |
El ámbito es de planta rectangular y las paredes laterales
se organizan mediante pilares que flanquean ventanas y entre los que se sitúan
nichos con bustos de terracota, todo ello cubierto de mármoles polícromos
embutidos con fuerte efecto decorativo. También destaca la magnífica cajonería,
realizada en jacarandá, madera traída de Brasil.
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Sacristía |
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Detalle de la labor de embutido en las paredes de la sacristía |
En el muro del altar hay un retablo con una pintura que se
atribuye a André Gonçalves de La Virgen
con el Niño y San José rodeada de los santos Teotonio, Antonio, Ildefonso,
Luis Gonzaga, Margarita de Hungría o Teresa y Francisco de Borja, y la
presencia de este último, patrón contra los terremotos en Portugal desde 1756,
parece apuntar a que la obra tendría que fecharse tras al terremoto de 1755,
que afectó a la sacristía.
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Virgen con Niño rodeada de santos en el retablo del altar de la sacristía (4) |
Sobre la entrada hay un medallón polilobulado que aloja un
relieve con el busto de João V que podría haber sido realizado por los
genoveses Domenico Parodi y Francesco Biggi.
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Busto de João V sobre la entrada de la sacristía (5) |
La cubierta, que es plana, está decorada con una composición
pictórica posterior al terremoto de 1755 realizada en óleo sobre tela con un
Agnus Dei central y
alegorías de los canónigos de San Agustín y de Lisboa.
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Cubierta de la sacristía |
En la panda este del segundo claustro se ubicaba la sala capitular, un ámbito de planta
rectangular con zócalo de azulejos y un banco corrido para las reuniones de los
canónigos de San Agustín, pero fue desornamentado y convertido en el Panteón de los Patriarcas de Lisboa a
partir de una idea de fines del siglo XIX que no se materializó hasta mediados
del XX, cuando los cuerpos de los cardenales-patriarcas lisboetas fallecidos
desde comienzos del siglo XIX fueron trasladados allí desde las urnas que
ocupaban en la sacristía y depositados en once sencillos túmulos rectangulares
de piedra gris, todos iguales. La sala está presidida por un sencillo altar y
una cruz. En su día también contó con una pintura de una Última Cena atribuida
a José Inácio Sampaio.
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Panteón de los Patriarcas de Lisboa |
En la esquina sureste de este segundo claustro, al lado de
la antigua sala capitular, hay una capilla que probablemente fue construida con
el patrocinio de fray Gaspar da Encarnação en la primera mitad del siglo XVIII
y que estuvo bajo la advocación de la Encarnación. En la actualidad se conoce
como Capela dos Meninos de Palhavã,
que es como se conocen a D. António y D. José, hijos bastardos legitimados del
rey D. João V, porque residían en el Palácio de Palhavã en Lisboa, hoy embajada
de España, y que están enterrados en sendos túmulos en este ámbito. En sus
epitafios se puede leer respectivamente:
"passou toda a carreira da sua vida no exercício das
mais heróicas virtudes"
"filho legitimado do senhor rey D. João V, viveu sempre
com o seu irmão, senhor D. António, imitando em tudo as suas relevantes
virtudes"
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Capela dos Meninos de Palhavã |
Bajo el pavimento de la capilla están enterrados el corazón
y las vísceras de algunos reyes de la Casa de Braganza, aunque sus túmulos se
encuentran en el Panteón real.
Esta capilla también aloja un fragmento, posiblemente la
predela, de un retablo procedente de la Capilla de San Sebastián en Paço do
Lumiar fechado a fines del siglo XVII o comienzos del XVIII.
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Predela de un retablo recuperada en la Capela dos Meninos de Palhavã |
Al Panteón de la Casa
de Braganza se accede desde la esquina noreste de ese segundo claustro a
través de un pasadizo que conduce al antiguo
refectorio, justo detrás del ábside de la iglesia, reformado en el siglo
XIX por el arquitecto José da Costa Sequeira y por orden de D. Fernando de
Saxe-Coburgo, viudo de D. Maria II, para tal fin. La Casa de Braganza fue la
cuarta y última dinastía real portuguesa, que reinó en el país entre 1640 y
1910, trasladándose allí los restos que hasta ese momento habían estado en un
depósito contiguo a la capilla mayor de la iglesia. En la actualidad aloja los
enterramientos de los príncipes reales, infantes y monarcas portugueses desde
João IV, fallecido en 1656, hasta Manuel II, último rey de Portugal, muerto en
el exilio en Inglaterra en 1932, año en el que Raúl Lino realizó una nueva
intervención en el Panteón y le dio la configuración que tiene ahora, cuando
los despojos reales fueron depositados en grandes túmulos rectangulares de piedra
y a los de D. Carlos I y de su hijo D. Luís Filipe de Braganza, asesinados en
un atentado en la Praça do Comércio el 1 de febrero de 1908 se les añadió la
estatua de una mujer llorando que simboliza la patria llorando por ellos.
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Panteón de la Casa de Braganza |
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Sepulcro de D. João IV |
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Alegoría de la Patria llorando entre los túmulos de D. Carlos I y D. Luís Filipe de Braganza |
El último rey que recibió sepultura en el panteón fue D.
Miguel, muerto en el exilio en Alemania en 1866 y trasladado en 1967. Los
únicos monarcas de Braganza que no están en São Vicente son D. Maria I, que
descansa en un sepulcro en la Basílica de Estrela, y D. Pedro IV, que en 1972
fue trasladado a Brasil, ya que fue el monarca que proclamó su independencia
como país, convirtiéndose en primer emperador del mismo como Pedro I.
En el pasadizo de entrada también hay otras figuras
destacadas de la sociedad portuguesa, como D. João Carlos Gregório Domingos
Vicente Francisco de Saldanha Oliveira e Daun, I duque de Saldanha, un famoso
político y primer ministro portugués del siglo XIX, o D. António José de Sousa
Manuel de Meneses Severim de Noronha, I duque da Terceira, enterrados allí por
especial privilegio real.
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Pasadizo de entrada al Panteón de la Casa de Braganza |
En la panda norte del segundo claustro, adosada al altar
mayor de la iglesia, se abre una portada que da acceso a la
antigua Capilla del cardenal da Mota,
encargada en 1740 al arquitecto Carlos Mardel, ejecutada por los maestros
canteros Manuel Martins y Aleixo Rodrigues como su propia capilla funeraria y
puesta bajo la advocación de Santa Úrsula y las once mil vírgenes. Contaba con
un túmulo como sepultura para el cardenal pero como en su testamento dejó dicho
que quería ser enterrado en el convento del Carmen de Lisboa, tras su muerte el
túmulo se retiró de la capilla y apenas queda nada de él en el Museu
Arqueológico do Carmo. Sí conserva un retablo de piedras polícromas atribuido
al artista paduano João António Bellini. En la actualidad, con una escultura
presidiendo dicho retablo, la capilla está
dedicada a San Antonio de Padua, que antes de hacerse franciscano había
sido canónigo regular de San Agustín, habiendo profesado en São Vicente de Fora,
donde la tradición dice que su celda estuvo en este lugar, y vivido en el
Monasterio de Santa Cruz de Coímbra.
Aloja un túmulo dedicado al caballero Henrique de Bona, que la tradición dice
que fue uno de los cruzados que participaron en la toma de Lisboa junto a rey
Afonso Henrique en 1147, con fama de milagrero. También tuvo una lápida, hoy en
el interior de la iglesia, con una inscripción en caracteres góticos que alude
a la sepultura de Teresa Taveira, la madre de San Antonio.
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Capilla de San Antonio |
Desde ahí también se inician la monumental Escada do Cardeal, decorada con paneles
de azulejos, por la que se accede a la segunda planta, con galerías cubiertas
con bóvedas de arista.
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Escada do Cardeal |
La exposición Fábulas
de La Fontaine. 38 painéis de azulejos do séc. XVIII, convertida en
permanente, ocupa las pandas norte superiores de ambos claustros, aunque los
azulejos proceden de los claustros bajos. Las escenas encarnan los vicios y las
virtudes humanas basadas en los dibujos que Jean-Baptiste-Oudry hizo para una
reedición de la obra de La Fontaine.
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Exposición de las Fábulas de La Fontaine |
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Exposición de las Fábulas de La Fontaine (2) |
En las pandas superiores sur está la Galería de los Patriarcas, con retratos de los mismos.
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Galería de los Patriarcas |
En estas plantas superiores también está la exposición São Vicente de Fora. 2000 anos de Memória e
Quotidiano, cerrada en mi última visita a Lisboa, que presenta piezas
arqueológicas recogidas en las excavaciones realizadas en torno al monasterio
para informar sobre la vida del mismo y de su feligresía durante siglos.
Además, en lo que era el acceso a la tribuna real a los pies
de la iglesia desde la crujía norte alta del convento se ubica la muestra Conchas Marinhas de Portugal, fruto de
la donación de la colección de conchas Consolado-Macedo.
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Vitrina de la colección de conchas marinas de Portugal (2) |
Y para terminar con este impresionante paseo por la historia
y el arte de São Vicente de Fora, desde la panda superior occidental se puede
acceder a una terraza sobre esa misma panda y a la cubierta de la propia
iglesia, desde donde se disfruta de magníficas vistas sobre la ciudad y el río
Tajo.
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Cubierta de la iglesia |
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Lisboa y el Tajo desde la cubierta de la iglesia |
Imágenes ajenas:
(4) SALDANHA, N., “Transitoriedade e permanência. A pintura
de São Vicente de Fora”. En COSTA SALDANHA, S. (Coord.), Mosteiro de São Vicente de Fora. Arte e História, 2010, pp. 157-187.
(5) COSTA SALDANHA, S., “A escultura em São Vicente de Fora:
projecto, campanhas e autores”. En COSTA SALDANHA, S. (Ed.), Mosteiro de São Vicente de Fora. Arte e
História, Lisboa, Centro cultural do Patriarcado de Lisboa, 2010, pp.
188-207.
Fuentes:
ARAMBURU-ZABALA HIGUERA, M. Á., Juan de Herrera, Fundación Ignacio Larramendi, Madrid, 2013.
ALMEIDA MARADO, A. C. G., Patrimonio conventual y periferia. La salvaguardia de los antiguos
espacios conventuales del Algarve, tesis doctoral, Universidad de Sevilla,
2007.
COSTA SALDANHA, S., “A escultura em São Vicente de Fora:
projecto, campanhas e autores”. En COSTA SALDANHA, S. (Ed.), Mosteiro de São Vicente de Fora. Arte e
História, Lisboa, Centro cultural do Patriarcado de Lisboa, 2010, pp.
188-207.
GOMES FERNANDES, A., Os
cónegos regrantes de Santo Agostinho no norte de Portugal em finais da Idade
Média: dos alvores de Trezentos à Congregação de Santa Cruz, Tesis
doctoral, Faculdade de Letras da Universidade de Coimbra, 2011.
MELLO, M., “Um modelo de integração espacial na pintura do
tecto da Portaria do Mosteiro de São Vicente de Fora em Lisboa (1710)”. En
MOURA SOBRAL, L., BOOTH, D. W. y otros, Conceitos,
métodos, problemas, espaços sagrados, Lisboa, Ministério de Cultura,
1999, pp. 225-238.
MENDES DRUMOND BRAGA, I. M. R., “Os monjes de São Vicente de
Fora na Época Moderna”. En COSTA SALDANHA, S. (Ed.), Mosteiro de São Vicente de Fora. Arte e História, Lisboa, Centro
cultural do Patriarcado de Lisboa, 2010, pp. 35-53.
REGA CASTRO, I., “Lisboa, circa 1717. Fernando de Casas y
algunos modelos para la “yglesia del señor de Santiago de Galizia””, Revista Historia Autónoma, nº 7, 2015,
pp. 49-65.
REIS, V. dos, O rapto
do observador: invenção, representação e percepção do espaço celestial na
pintura de tectos em Portugal no Seculo XVIII, Tesis doctoral, Universidad
de Lisboa, 2007.
RIBEIRO PEREIRA DA COSTA, A. M., Museologia da Arte Sacra em Portugal (1820-2010). Espaços, momentos,
museografia, Tesis doctoral, Universidade de Coimbra, 2011.
SALDANHA, N., “Transitoriedade e permanência. A pintura de
São Vicente de Fora”. En COSTA SALDANHA, S. (Ed.), Mosteiro de São Vicente de Fora. Arte e História, Lisboa, Centro
cultural do Patriarcado de Lisboa, 2010, pp. 157-187.
SERRÃO, V. y MELLO, M. M., “A pintura de tectos de
perspectiva arquitectónica no Portugal joanino (1706-1750)”, Joanni
V Magnifico: a pintura em
Portugal ao tempo de D. João V, 1706-1750 Lisboa, Instituto Português
do Patrimônio Arquitectónico e
Arqueológico, 1994, pp. 83-95.
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