El Hospital de Santa Cruz, en Toledo
El Hospital de Santa Cruz fue fundado en el siglo XVI gracias a las disposiciones testamentarias del cardenal don Pedro González de Mendoza, el Gran Cardenal, quinto hijo de don Íñigo González de Mendoza, el primer marqués de Santillana, en las que estableció que todos sus bienes fueran íntegramente destinados a su fundación y sostenimiento y que se pusiera bajo la advocación de la Santa Cruz, no en vano era cardenal presbítero de la Basílica de la Santa Croce de Jerusalén.
“Ordenamos e mandamos e es nuestra voluntad, que cumplidos todos los cargos e los mandos e legatos en este nuestro testamento contenidos, del remanente de nuestros bienes sea fundada e edificada una casa grande e suntuosa acomodada para hospital en las dichas casas del Deán e en las casas del Cabildo de que desuso se fazen mención e en las otras casas que se juntan con ella si menester asi como se cierran dentro de las calles que está, en torno de dichas casas (…). El qual dicho hospital, nos, desde agora, facemos, ordenamos e constituimos so la Invocación de la santissima Cruz de nuestro Señor”. En REVUELTA TURBINO, M. “El Museo de Santa Cruz y sus filiales”. Discurso de ingreso como numeraria en la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Toletum, nº 61, 1970-1971 [1973], pp. 69-70.
Fachada del Hospital en la actualidad
Autor anónimo. Escuela hispano-flamenca. El cardenal don Pedro de Mendoza orando ante San Pedro. 1490-1495. Óleo sobre tabla. 82 x 104 cm. Museo del Prado. En depósito en el Museo de Santa Cruz de Toledo (1)
La erección del edificio vino precedida de un extraordinario desarrollo artístico durante el reinado de los Reyes Católicos protagonizado por artistas como Juan y Simón de Colonia, Juan Guas, Hanequin de Bruselas o sus sobrinos Antón y Enrique Egas, un periodo en el que los miembros de la familia Mendoza jugaron un papel esencial como mecenas y protectores de las artes y en el que se terminaron las últimas catedrales góticas y se erigieron la Cartuja de Miraflores en Burgos, el Convento dominico de Santo Tomás de Ávila y San Juan de los Reyes en Toledo.
Aunque el Cardenal Mendoza murió el 11 de enero de 1495, sus albaceas, la propia Isabel I, el cardenal don Francisco Jiménez de Cisneros y su propio sobrino, don Diego Hurtado de Mendoza y Quiñones, arzobispo de Sevilla, cumplieron sus últimas voluntades incluso mejorando el proyecto al cambiar la ubicación por la del solar del convento de San Pedro De Dueñas, con más espacio y una impresionante vista sobre la Vega y que las monjas benedictinas acababan de dejar libre.
La traza de la planta fue obra de Enrique Egas y con él también trabajó su hermano Antón, con un inicio de las obras que se sitúa entre 1501 y 1504.
La disposición se inspira en el Ospedale Maggiore de Milán, diseñado por Filarete, que es quien usa por primera vez la planta cruciforme para los hospitales, y que Egas conocería a través del Tratato di architettura (1461-64) del arquitecto.
Planimetria generale dell’Ospedale, 1451 ca. (Firenze, Biblioteca Nazionale, Magliabechiano, foglio 82v) (2)
Pero Egas simplifica la planta dejando solamente una cruz, dos amplias naves de dos pisos, una para hombres y otra para mujeres, cortadas en ángulo recto y cubiertas con ricas armaduras de lazo y tirantes pareados de tradición toledana, y con cuatro patios en los ángulos.
Vista del brazo este-oeste del crucero, hoy convertido en museo
Los tres hospitales trazados por Egas en España, en Santiago, Toledo y Granada, se suceden en la década de 1500. Una diferencia en Toledo es el patio interior en el crucero como consecuencia de no cubrir la primera planta, sustentado con pilares de rica ornamentación amalgama de elementos góticos, mudéjares y renacientes, y cubierto por un cimborrio de media naranja sobre arcos torales que se hundió y fue sustituido por la actual cúpula rematada por un alto cupulín.
Aunque el proyecto establecía que ése sería el lugar para el altar, años después se trasladó a la cabecera del brazo norte de la cruz y en la actualidad está en la capilla mayor de San Juan de los Reyes.
Altar de la capilla del Hospital de Santa Cruz en su actual emplazamiento en el ábside del monasterio de San Juan de los Reyes
Enrique Egas también diseñaría los dos patios más grandes de los cuatro proyectados aunque no su decoración.
En la década de 1520 se sabe que trabaja en el Hospital Alonso de Covarrubias, que deja su sello en las decoraciones de la portada, el vestíbulo general y el patio noble.
La fachada es muy plana, sin señalización arquitectónica de las plantas, cornisa de amplio desarrollo, ventanas sin disposición simétrica y portada en el lado izquierdo como resultado de no haberse desarrollado todo el proyecto, faltando el patio de la esquina suroeste que completaría la fachada y que hubiera dejado la portada en el centro.
Ésta se caracteriza por un vano adintelado guarnecido de finos relieves con escudos cardenalicios y cruces de Jerusalén, entablamento interrumpido por dos ángeles portando el escudo del Gran Cardenal, tímpano con el tema de la Cruz adorada por Santa Elena, San Pedro y San Pablo y dos pajecillos y arquivolta cubierta de cruces, querubines y ángeles bajo doseles góticos descansando sobre columnas.
A continuación aparece, sobre otro entablamento, un segundo cuerpo decorado con tres hornacinas, la central con el Abrazo ante la Puerta Dorada flanqueado por las otras dos con dos Patriarcas, a su vez todo ello flanqueado por dos ventanas con columnas abalaustradas que se encargan de dar luz al zaguán alto, el ámbito de acceso a la segunda planta de la cruz.
Detalle del tímpano con la Adoración de la Cruz por Santa Elena, San Pedro y San Pablo
Detalle del segundo cuerpo, con el Abrazo ante la Puerta Dorada en la hornacina central y las ventanas
En cuanto al vestíbulo, cubierto con tres tramos de crucería, tiene tres portadas en mármol gris con variada ornamentación en relación con la importancia de las estancias a las que dan paso, siendo la central, que conduce a la nave baja de la cruz, la más cuidada. Desde la de la derecha se accede al patio principal y la de la izquierda comunica con la antigua biblioteca.
El patio se organiza con doble arquería rebajada sobre columnas de fuste liso con capitel alcarreño, de cinta y collarino, en el piso bajo y de fina decoración vegetal en el alto. Las enjutas bajas muestran cruces de Jerusalén y las de arriba temas florales. El petril de la galería alta recuerda al estilo gótico-hispano flamenco de Guas. En cuanto a las cubiertas de ambas plantas, son de madera casetonada.
Detalle en el que se aprecian los capiteles, la decoración de las enjutas y el petril de la galería alta
Otro detalle del petril, con influencias de Juan Guas
La escalera, rediseñada por Alonso de Covarrubias ya en la década de 1530, está alojada en el lado oeste de la crujía sur y se conforma como el precedente de la hoy perdida que el propio Covarrubias levantó en el Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares. Se organiza mediante un hueco triple con arco más alto central y rebajados laterales que da acceso a una caja de tres tramos de balaustre plateresco, paramento almohadillado y cubierta de bóveda de cañón casetonada.
Detalle de la escalera en el que se aprecian los tres tramos, el paramento almohadillado y la rica decoración de los balaustres
Desde la galería alta, en la esquina suroeste, por una pequeña escalera se accede al zaguán alto, un espacio rectangular con impresionante cubierta casetonada que, a su vez, da acceso a la planta alta de la cruz.
También se construyeron dos patios más que en la actualidad ya no forman parte del conjunto.
El edificio estuvo sirviendo a los fines caritativos a los que lo destinó el cardenal durante tres siglos. Pero tras las desamortizaciones de la primera mitad del siglo XIX, en 1846 pasó a ser Colegio General Militar dependiente del Ministerio del Ejército, realizándose obras para su acondicionamiento, y cuando el colegio pasó al Alcázar, el edificio quedó deshabitado.
Fragmento del Plano de la Ciudad de Toledo dirigido por Francisco Coello y levantado por Maximiano Hijón, arquitecto de la Academia de San Fernando en 1858. En él se aprecia que el edificio viene señalado como “Hospital de Santa Cruz hoy parte del Colegio Militar” (3)
Así, a las modificaciones como sede militar se sumaron expolios y los daños propios del abandono aun a pesar de que en 1902, a instancias del conde de Cedillo, el edificio fue declarado Monumento Nacional, pues ello no se tradujo en inversión alguna para conservarlo.
El edificio a comienzos XX en la que se aprecia su estado de conservación a pesar de su abandono. Fotografía de J. Roig (9)
Aun así, la mayoría del edificio seguía en pie y en 1919 pasó a depender del Ministerio de Instrucción Pública convertido en sede del Museo Arqueológico Provincial, el antecedente de lo que en la actualidad es el Museo de Santa Cruz, de titularidad del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y gestionado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y que bien merece una entrada aparte en este blog.
El
Salvador del Museo del Greco
Notas:
Otras artículos de TOLEDO en Viajar con el Arte:
Notas:
(2) http://users.unimi.it/richini/wordpress/?page_id=33
(3) http://toledoolvidado.blogspot.com.es/2011/10/el-hospital-de-santa-cruz.html
(4) http://www.ayto-toledo.org/archivo/imagenes/planosimpresos/planos.asp
(3) http://toledoolvidado.blogspot.com.es/2011/10/el-hospital-de-santa-cruz.html
(4) http://www.ayto-toledo.org/archivo/imagenes/planosimpresos/planos.asp
Fuentes:
REVUELTA TURBINO, M. “El Museo de Santa Cruz y sus filiales” Discurso de ingreso como numeraria en la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Toletum, nº 61, 1970-1971 [1973], pp. 61-145.
VV.AA., Museos de Castilla-La Mancha. Museo de Santa Cruz, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Consejería de Educación, Ciencia y Cultura, 2010.
Comentarios
Antonio