Las pinturas de San Baudelio de Casillas de Berlanga, en Soria

Después de habernos paseado por la larga y azarosa historia de la ermita de San Baudelio y por su arquitectura, es hora de afrontar sus viajeras y enigmáticas pinturas, una aventura harto complicada porque los arranques, la dispersión y las sucesivas restauraciones según criterios muy diversos, dificultan enormemente su lectura.

Infografía de cómo sería San Baudelio vista desde el presbiterio (1)

La iglesia se erigiría durante el proceso de articulación de la zona tras la conquista de Alfonso VI, rey de León, Castilla y Galicia, en el último cuarto del siglo XI, cuando se tomaron las plazas fuertes de Gormaz y Berlanga.

Pero con la invasión almorávide, San Baudelio quedó abandonada hasta la definitiva conquista de la zona por Alfonso I de Aragón en 1118, que nombró señor de Berlanga al aragonés Fortunio Aznárez, promotor de su recinto fortificado, encargado de poblar y organizar la zona y seguramente también comitente del cenobio de San Baudelio, que experimentó una transformación arquitectónica y recibió su decoración pictórica, unas reformas que serían anteriores a la muerte del monarca en 1134.

Fortaleza de Berlanga, mandada construir por Fortunio Aznárez a comienzos del siglo XII

Hasta ese momento, los muros de San Baudelio sólo mostraban un simple enlucido y cruces de consagración, igual que en San Miguel de Gormaz antes de incorporarle una decoración contemporánea a la de San Baudelio y en la Vera Cruz de Maderuelo.

Muro de la Epístola de San Miguel de Gormaz, con pinturas contemporáneas a las de San Baudelio

En los tres casos es ya una pintura románica y en la que se aprecian similitudes con las pinturas románicas del Valle de Boí, sobre todo con Santa María de Tahull en Lérida, que podrían explicarse por la procedencia aragonesa del comitente. Son semejanzas que no necesariamente indicarían un mismo maestro o taller sino conceptos estéticos similares y modelos extraídos de las pinturas murales italo-bizantinas y de códices, que se extendieron gracias a pintores itinerantes y a la necesidad de la Iglesia de reforzar sus dogmas y hacerse presente en los territorios conquistados a Al-Andalus.

San Baudelio a comienzos del siglo XX, poco antes del arranque de las pinturas (2)

Pero en la actualidad la decoración pictórica conservada es mínima porque, tras siglos de abandono, en 1922 las pinturas fueron vendidas a un anticuario y arrancadas de las paredes de San Baudelio, y aunque se litigó para conservarlas, en 1925 se falló a favor de la legitimidad del proceso de venta, trasladadas a Estados Unidos y vendidas por lotes a distintos museos estadounidenses, quedando in situ sólo los fragmentos peor conservados y los de arranque dificultoso.

En 1957 el director de colecciones medievales del Metropolitan Museum de Nueva York propuso al Estado español cambiar una parte de las pinturas de San Baudelio que conservaba por el ábside de la iglesia románica de Fuentidueña de Segovia, de ahí que hoy puedan verse en el Museo del Prado. Para saber más sobre este proceso puede consultarse La historia y la arquitectura de San Baudelio.

Sala del Museo del Prado en la que se exhiben las pinturas de la ermita de la Vera Cruz de Maderuelo con una reproducción de San Baudelio, con las pinturas originales arrancadas que conserva el museo al fondo (3)

Según la última campaña de restauración, entre 1995 y 2002, y teniendo en cuenta apliques posteriores, muchos contemporáneos y debidos a las intervenciones en los distintos museos en los que se encuentran dispersas las pinturas, se cree que la técnica utilizada fue el fresco para los dibujos preparatorios y los fondos y el fresco seco y el temple para la ejecución de las pinturas.

Los pigmentos fueron el ocre amarillo y el marrón o pardo, un óxido de hierro para los rojos que mezclado con blanco dio el rosado cálido de los ropajes, siena tostado, tierra verde, blanco de carbonato de calcio con una pequeña porción de sulfato de calcio y negro azulado de carbón negro y carbonato de calcio, además de un azul verdoso que podría proceder de una mezcla de azurita-malaquita.

Comenzando por el ábside, el doble arco de herradura cuenta con decoración de hojarasca y círculos con cabezas de lobeznos de frente y de perfil y un círculo más grande en la clave con una Dextera Dei sostenida por ángeles.

Decoración del arco del ábside

No se conserva nada de la decoración de la bóveda de cañón. Si atendemos a Maderuelo, podría haber contado con una Maiestas Domini rodeado de los cuatro Evangelistas y serafines.

Presbiterio de San Baudelio (4)

Las pinturas del presbiterio antes del arranque (5)

El testero este, el del altar, muestra una ventana central con la paloma del Espíritu Santo con la cabeza hacia abajo, al contrario de como la vemos en San Miguel de Gormaz, flanqueada por los santos de la advocación en perpetua oración. La filiación a San Baudelio, representado en el lado de la Epístola e identificado con la inscripción “BAU/DILI[VS]” probablemente procede desde su fundación, con sus reliquias ubicadas en León-Castilla desde época de Alfonso VI. En cuanto a la de San Nicolás de Bari, también identificado con la inscripción “[NICOL]AVS”, su culto se extendió a partir de 1087, cuando sus reliquias fueron trasladadas desde Myra a Bari, y se sabe que en la órbita del reino de Aragón también se le consagraron algunas iglesias.

Paloma del Espíritu Santo en el emboque de la ventana del presbiterio

San Baudelio

San Nicolás de Bari

A continuación, en el luneto aparecía una cruz patada con el  Agnus Dei y la ofrenda de Abel y Melchisedec mientras reciben la bendición de la Dextera Dei. Aunque el luneto sobre el arco de herradura de la entrada al ábside está completamente perdido, podría pensarse que la composición sería similar a la de la Vera Cruz de Maderuelo, donde se representaba el Pecado Original.

Las representaciones de los muros laterales podrían ser la Virgen con San Gabriel al lado del Evangelio y un obispo u otro santo con otro arcángel al de la Epístola. Otros autores identifican la representación del lado del Evangelio con un Noli me tangere (Cincinnati Art Museum; in situ todavía se aprecia la impronta), conformándose como el único episodio de la Vida de Jesús fuera de la nave, que se explicaría por estar relacionado de forma metafórica con el carácter trascendental de la Eucaristía, con la intangibilidad del Cuerpo de Cristo, ya que en estos años la comunión dejó de impartirse en las manos. Además, comparte significado eucarístico con la ofrenda de Abel y Melquisedec.

Escena del lado del Evangelio del presbiterio identificada con el Noli me tangere. Cincinnati Art Museum (6)

La parte más baja contaba con friso de cortinas figurado rematado con roleo vegetal similar al que también presentaba la nave de la iglesia.

En cuanto a la capilla de la tribuna, la Dextera Dei ocupa la bóveda y también se identifican una Epifanía repartida entre el testero frontal y el del Evangelio, con la Virgen como trono del Niño, los Reyes Magos y un ángel que parece estar indicándoles la dirección correcta, y la Lucha de los ángeles derrotando al dragón, en el de la Epístola, en una posible dedicación a la Virgen y a San Miguel.

Dextera Dei en la bóveda de la capilla de la tribuna

Epifanía de la capilla de la tribuna

Rey Mago y ángel de la Epifanía en el testero del Evangelio de la capilla de la tribuna

Detalle de la Lucha de los ángeles contra el dragón

Los monjes verían la Adoración a Cristo junto al primero que se opuso al maligno y le venció, el arcángel guerrero. Además, San Miguel era una dedicación habitual en edificios funerarios desde época carolingia por su protagonismo en la Psicostasis del Juicio Final, lo que concordaría con el carácter de oración a los difuntos concedido por Guardia Pons a este espacio reservado.

Ya en la nave de la iglesia, comenzando por las partes más altas, los nervios de la bóveda muestran una rica ornamentación vegetal, geométrica y de figuras humanas y animales sin intención narrativa.

Detalle de la decoración de los nervios

En la plementería de la bóveda se representa el Ciclo de la Vida de la Virgen y la Infancia de Cristo. Comenzando encima de la puerta y siguiendo el sentido de las agujas del reloj, las escenas, muy deterioradas pero la mayoría in situ después de una reciente restauración, serían: la Anunciación (perdida), la Visitación, la Natividad, el Anuncio a los Pastores, la Epifanía, el Viaje de los Magos, la Matanza de los Inocentes, la Presentación en el templo (perdida) y la Huida a Egipto.

Lo conservado in situ de las escenas de la Vida de la Virgen y la Infancia de Cristo que cubren los plementos de la bóveda

Huida a Egipto

Detalle de lo que queda de la escena del Viaje de los Magos en el plemento de la bóveda y, debajo, la impronta de la Curación del ciego y la Resurrección de Lázaro, escenas en el lado de la Epístola de la tribuna

A continuación, incluyendo la parte superior de la tribuna y separado por una franja en cuadrícula, se distribuía un friso con escenas de la Vida pública y la Pasión de Cristo. Siguiendo el orden cronológico narrativo, empezaríamos desde la mitad del testero de la Epístola hacia los pies para encontrarnos con la Curación del ciego y Resurrección de Lázaro (The Cloisters); a continuación, en el testero de los pies, con las Bodas de Caná (Indianapolis Museum of Art) y las Tentaciones de Cristo (The Cloisters); después, en el lado del Evangelio, con la Entrada en Jerusalén (Indianapolis Museum of Art) y la Última Cena (Museum of Fine Arts de Boston); en cuanto al testero del presbiterio, al Camino del Calvario (in situ, aunque muy deteriorado) a la izquierda, le correspondería una Crucifixión (borrada) a la derecha; y terminamos de nuevo en el testero de la Epístola, donde en su parte delantera estarían las Tres Marías ante el Sepulcro (Museum of Fine Arts de Boston).

La Curación del ciego y la Resurrección de Lázaro. The Cloisters (7)

Las Bodas de Caná. Indianapolis Museum of Art (8)

Las Tentaciones de Cristo. The Cloisters (7)

Entrada en Jerusalén. Indianapolis Museum of Art (8)

Bóveda del Evangelio con la Huida a Egipto y el espacio en blanco que correspondería a la Anunciación y en el registro inferior el espacio en blanco en el que estaba al Entrada a Jerusalén y, a continuación, la impronta de la Última Cena

Infografía que reproduece cómo sería la parte del Evangelio y del testero del presbiterio (1)

Camino del Calvario

Le sigue un friso figurado con escenas de tema cinegético, animal y ornamental que culminaba con una banda de meandros y que también cubre el petril de la tribuna. Comenzando por el muro del Evangelio, todavía se aprecian las improntas de la Cacería del ciervo, en la que, según Garnelo, podría estar la firma del autor de las pinturas, y la Cacería de liebres (ambas en el Museo del Prado). A la izquierda del presbiterio había un Caballero con un halcón (Cincinnati Art Museum) y la representación de la derecha está perdida.

Cacería del ciervo. Museo del Prado (9)

Serigrafía en la Cacería del ciervo que Garnelo dice que podría ser la firma del autor de las pinturas (5)

Impronta in situ de parte de la escena de la Cacería de liebres

La Cacería de liebres. Museo del Prado (9)

Halconero. Cincinnati Art Museum (10)

Siguiendo con los frentes de la tribuna, junto a la escalera se sucedían dos paneles decorativos con medallones (uno desaparecido y otro en el Museo del Prado), en un lateral de la capilla del coro había un Dromedario (The Cloisters). En los rectángulos originados por la tangencia del pilar con el testero de la capilla había dos Fieras rampantes (Cincinnati Art Museum). Y en el otro lateral de la capilla, un Guerrero armado con lanza y rodela (Museo del Prado).

Dromedario. The Cloisters (7)

Fieras rampantes. Cincinnati Art Museum (6)

Guerrero. Museo del Prado (9)

A continuación había un Elefante blanco con una ciudad o palacio sobre el lomo y, finalmente, un Oso (ambos en el Museo del Prado).

Elefante. Museo del Prado (9)

Oso. Museo del Prado (9)

Estas enigmáticas pinturas, de aparente asunto profano y ajenas a un ámbito religioso, han dado lugar a múltiples interpretaciones, y aunque Milagros Guardia ha demostrado que las escenas de caza no resultan insólitas en contextos religiosos de culturas antiguas ni tampoco en el arte cristiano, aportado una nueva vía al relacionarlas con la vida post-mortem, el asunto todavía está muy abierto. Hay que contar con la dificultad en la lectura general de la iconografía provocada por las pérdidas y con que muchas de estas representaciones de este problemático registro tienen un significado polisémico, prestándose a múltiples interpretaciones.

Finalmente, ya en la parte más baja, toda la zona pública de la nave contaba con un friso corrido que imita cortinajes decorados con rotae y acaba con una banda de roleos vegetales con flores rojas. En la pared de la Epístola, al tener la escalera de acceso a la tribuna, las cortinas siguen la inclinación de ésta, pero en la zona desde la escalera hacia el ábside, en vez de contar con los cortinajes, se representaron Dos bueyes afrontados (in situ) que podrían aludir a la Antigua Ley y a los sacrificios cruentos, en relación con el espacio del sacrificio que supone el presbiterio.

Bueyes afrontados en el lado bajo de la Epístola junto a un detalle de los cortinajes en el arranque de la escalera de la tribuna

Según Milagros Guardia, tanto en las oraciones a difuntos en la capilla de la tribuna como en el sacrificio eucarístico en el ábside de la iglesia, los laicos quedarían exentos. Accederían a la nave de la iglesia por la puerta norte y se les administraría la eucaristía desde un altar adosado en el ángulo sureste, algo que también ocurría en otras iglesias y que normalmente se denominaba altar de la Cruz porque en el muro se representaba una Crucifixión, seguramente la misma escena que presentaría San Baudelio, hoy desaparecida.

Testero del ábside con el supuesto altar de la cruz a la derecha

Así, con el sacrificio eucarístico, celebración de la muerte y resurrección de Cristo, la Iglesia concedía la salvación por el pecado cometido por Adán y Eva.

Pero las hipótesis de lectura de San Baudelio son muy diversas y ninguna es aceptada unánimemente. Ávila Juarez aporta otra lectura en clave de Arca de Salvación de la Iglesia en el desierto de la frontera religiosa con el Islam, con el gran pilar y los arcos de la bóveda como metáfora del Árbol de la vida, del paraíso, un contexto en el que las representaciones del friso de cacerías y animales podría encajar perfectamente, en la línea que Zozaya ya intuyó al darles una posible significación paradisiaca.

No quisiera dejar de mencionar la multitud de inscripciones, con nombres pero también representaciones figuradas, repartidas por toda la iglesia aunque concentradas, como es habitual en los santuarios. Son muy variadas y aunque se sabe que algunos historiadores las han estudiado, apenas hay nada publicado sobre las mismas.

Detalle de las inscripciones, una de ellas una cara perfectamente definita

Aquí tenéis una genial reconstrucción virtual de las pinturas:



Por último, mil gracias a Mariché Escribano Velasco por sus explicaciones y por invitarme a una fantástica visita en la que pudimos observar y deleitarnos con los infinitos detalles de esta hermosa y singular ermita perdida en los campos de Soria.

De todos modos, el paseo no estaría completo sin un pequeño recorrido por la insólita arquitectura y la historia de San Baudelio.

Imágenes ajenas:

(2) GUARDIA PONS, M., San Baudelio de Berlanga, una encrucijada, Barcelona, Universidad de Barcelona, 2011.
(5) GARNELO, J., “Descripción de las pinturas murales que decoran la ermita de San Baudelio en Casillas de Berlanga (Soria)”. Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, tomo XXXII, 2º trimestre, 1924.
(6) ÁVILA JUÁREZ, A. de, “San Baudelio de Berlanga. Fuente sellada del paraíso en el desierto del Duero”. Cuadernos de arte e iconografía, tomo 13, nº 26, 2004, pp. 333-396.

Fuentes:

ÁVILA JUÁREZ, A. de, “San Baudelio de Berlanga. Fuente sellada del paraíso en el desierto del Duero”. Cuadernos de arte e iconografía, tomo 13, nº 26, 2004, pp. 333-396.
GARNELO, J., “Descripción de las pinturas murales que decoran la ermita de San Baudelio en Casillas de Berlanga (Soria)”. Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, tomo XXXII, 2º trimestre, 1924.
GONZÁLEZ PASCUAL, M., “San Baudelio de Berlanga (Soria): la reposición de las pinturas murales de la “palmera””. Bienes culturales: revista del Instituto del Patrimonio Histórico español, nº 6, 2006, 77-98.
GUARDIA PONS, M., San Baudelio de Berlanga, una encrucijada, Barcelona, Universidad de Barcelona, 2011.
GUARDIA PONS, M., “San Baudelio de Berlanga: estructura arquitectónica y usos litúrgicos”. En Monumentos singulares del románico: nuevas lecturas sobre formas y usos, Actas XIII Curso de Iniciación al Románico (Aguilar de Campoo), Fundación Santa María la Real, Fundación Santa María la Real, 2012, pp. 181-213.
LAMPÉREZ y ROMEA, V., “La ermita de San Baudilio en Casillas de Berlanga (Soria)”. Historia de la Arquitectura Cristiana Española en la Edad Media, tomo 2, pp. 249-251 y descripción de las pinturas en p. 423.

Comentarios

nacho san marcos ha dicho que…
Extraordinario reportaje Sira, al igual que el anterior sobre su arquitectura. San Baudelio es una maravilla de nuestro Patrimonio Histórico-Artístico. Salí de allí bajo los efectos de Sthendal, teniendo que airearme un buen rato, antes de continuar ruta. Sigo pensando que la recreación infográfica es fundamental para entender el monumento y su atmósfera original interior, en la que las pinturas que representan los hechos divinos, la naturaleza, y los motivos geométricos son parte de un mismo universo, entendido como metáfora del paraíso. La influencia islámica me parece clara y afortunada y el árbol palmera de la vida, como elemento central, también se puede entender como centro de ese universo (yo prefiero leer estos edificios desde una cierta heterodoxia artística, porque quiero dar un margen de libertad creativa a los artistas que intervinieron en la obra)
Sira Gadea ha dicho que…
Es un lugar con tanta magia que entiendo perfectamente tu "estendalazo", Nacho; es lo menos que se puede sentir, y sus efectos duran para siempre jamás. Es inolvidable. Sobre las influencias, todo en el arte está tan imbricado que es imposible, además de inútil y empobrecedor, buscar líneas divisorias entre unos y otros estilos, afortunadamente todos maravillosamente "contaminados".
Esteve i Esther ha dicho que…
Muy bien Sira tu artículo sobre uno de nuestros monumentos favoritos, como puedes ver en nuestro artículo en el blog http://estevesther.blogspot.com.es/2013/07/2-millones-de-visitas.html
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias, pareja.
Unknown ha dicho que…
Me encanta Sira: lleno de datos, explicaciones, ilustraciones.... y todo relatado e ilustrado de forma ágil y bella.
El nuevo formato... estupendo... actual.
Gracias, Victoria.
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias, Victoria. Sigo trabajando para mejorar. Ahora enfrascada también con el formato. Me alegra que me digas que los ves "actual" porque es una de las cosas que estaba buscando, que el otro me parecía algo anticuado. Un abrazo.
Anónimo ha dicho que…
La caña Sira
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias.
Eli ha dicho que…
Hola Sira. Tu análisis descriptivo y tu documentación fotográfica de las pinturas me han venido como agua en Mayo. Estoy haciendo un folleto que me han encargado en una asignatura y gracias a ti, puedo situar alguna de las pinturas que aun tenía colgando.
Me ha fascinado la ordenación y la limpieza de la entrada. estructura
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias, Elisabeth.
Anónimo ha dicho que…
Estuvimos hace un año e íbamos preparados, pues llevábamos documentación y sabíamos (o eso creíamos) lo que íbamos a ver. Nada como estar allí. Y sí, tuvimos un estendalazo y tenemos muy claro que ha marcado un antes y un después. Gracias
arturo moreno de vicente
Sira Gadea ha dicho que…
Pues describes una experiencia muy similar a la que yo experimenté. Impresionante. Saber que tantos siglos de historia pueden estar contenidos en una pequeña ermita de tan modesto aspecto exterior, es conmovedor. Un saludo, Arturo. Espero poder seguir disfrutando de tus comentarios sobre tus experiencias por estos lares. Siempre serán bienvenidos.
Anónimo ha dicho que…
Anterior a esta visita aún estábamos "conmocionados" por la iglesia visigoda de San Pedro de la Nave y por la enigmática ermita prerrománica de Quintanilla de las Viñas. Pero San Baudelio fue un shock.
arturo
Sira Gadea ha dicho que…
Precioso recorrido con una culminación inmejorable. Muchas gracias por pasarte por aquí y contarnos tu experiencia, Arturo.
Anónimo ha dicho que…
Si me admiten una pequeñísima corrección, por mor de exactitud, donde dice "bodas de Canaán" debería decir "bodas de Caná".
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias por la corrección. Por más que intento repasar, a veces se me cuelan estos gazapos. Lo corrijo ahora mismo.
Anónimo ha dicho que…
Como ya han manifestado otros comentarios, éste estudio que has publicado aquí es magnífico y, sin duda, el mejor recopilatorio que conozco sobre ésta magna, y pienso que poco valorada, obra de arte de nuestro patrimonio equiparable a las pinturas de San Isidoro en León o al Pórtico de la Gloria en Santiago. Cuando estuve en la ermita sentí una gran emoción que tuve que compartir con un compañero de andanzas históricas con el que había perdido el contacto hacía años. Las enigmáticas escenas, la profusión de pinturas, sus avatares y viajes y la propia estructura interna de la construcción, llenan de magia el lugar, produciendo una honda impresión al visitante. Que éstas sensaciones e impresiones sean compartidas, como puedo ver en los comentarios, me llena de alivio la verdad y me hace sentir conectado. Muchas gracias por tu aportación, siempre profusa y rigurosa, y especialmente brillante en éste caso.
Sira Gadea ha dicho que…
Muchas gracias, Anónimo, por compartir esa maravillosa experiencia en San Baudelio y por tus elogiosas palabras respecto a mi post y al blog en general. Un saludo.
Anónimo ha dicho que…
no me sirvio de ayuda para eso voy alli y que me lo explique un guia
menaza ha dicho que…
Magnífico blog y magnífica entrada. He estado un par de veces en San Baudelio y reconozco que no había investigado lo suficiente, pero ahora tengo material con lo que no se me puede escapar otra vez.

Por cierto, tanto en esta entrada como en la anterior hablas de la muerte de (imagino) Alfonso I en una supuesta batalla de Jaca. No he logrado identificar tal batalla. En todo caso, Alfonso fue derrotado por primera y según creo única vez en el desastre de Fraga, pero él no murió en la batalla sino que pudo escapar y murió unas semanas después, el 7 de septiembre de 1134 en Poleñino (Huesca).

http://dbe.rah.es/biografias/6347/alfonso-i-de-aragon
Sira Gadea ha dicho que…
Hola menaza. Muchísimas gracias por tus comentarios sobre mi blog y más todavía por avisarme del error, que he arrastrado de una a la otra entrada. Lo corrijo en cuanto tenga un rato. Un saludo artístico.
Miguel Lorente ha dicho que…
Enhorabuena por tan magnifico reportaje. Con tan impresionantes infografias, y con las improntas de casi todo, a veces tengo la tentación de pensar que debería restaurarse.
La Sentencia del Tribunal Supremo fue una de las grandes vergüenzas de nuestro Derecho.
Felicidades por esta maravilla de blog.
Viajology ha dicho que…
He podido visitar esta ermita hace poco y me he quedado realmente fascinado. Es impresionante verla por dentro y poder estar allí. Que pena que no se conserve como debiera. Me resulto bastante interesante visitar el centro de interpretación situado en Berlanga de Duero porque nos dio mucha información previa a la visita.

Un saludo
C. Molina ha dicho que…
La imagen es una infografía de Félix González incluida, entre otros, en el libro "El expolio de las pinturas murales de la ermita mozárabe San Baudelio (Casillas de Berlanga, Soria) de Elías Terés Navarro. 2008
Anónimo ha dicho que…
"un azul verdoso que podría proceder de una mezcla de azurita-malaquita"

O un pigmento natural llamado aerinita, solo utilizado durante más de medio siglo, entre 1050 y principios del siglo XII.
ver :
- Floréal Daniel, Barbara Laborde, Aurélie Mounier et Émilie Coulon, « Le pigment d’aérinite dans deux peintures murales romanes du Sud-Ouest de la France », ArcheoSciences [En ligne], 32 | 2008, mis en ligne le 31 décembre 2011, consulté le 30 septembre 2016. URL : http://archeosciences.revues.org/987 ; DOI : 10.4000/archeosciences.987

- PORTA Eduardo, "Le bleu aérinite : un pigment méconnu en peinture murale romane" - "Aerinite blue : an unknown pigment in Romanesque wall painting, ICOM Committee for Conservation, 9th triennial meeting, Dresden, German Democratic Republic, 26-31 august 1990, Paris (1990), 534-538.

Sergio S.

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