La historia de la iglesia prerrománica de San Salvador de Valdediós, en Asturias
San Salvador de Valdediós, en el antiguo valle de Boiges, después
conocido como valle de Valdediós, formado por el río Rozaes y afluentes como el
Asta, hoy Valdediós, en la parroquia de San Bartolomé de Puelles de
Villaviciosa, delimitado por suaves montañas con robles y castaños centenarios,
es una iglesia prerrománica que también se la conoce popularmente como “El
Conventín” seguramente para diferenciarla del contiguo monasterio cisterciense
de Santa María, fundado tres siglos después y al que en breve le dedicaré un
artículo.
Según consta en la mencionada lápida de fundación, escrita con exquisito estilo literario y corrección caligráfica y en mármol, material muy costoso porque no existía en la región y tuvo que ser importado, la consagración de San Salvador se habría producido en el año 893 con la presencia de los obispos de Dume, Astorga, Coímbra, Compostela, Lamego, Lugo y Zaragoza, cinco de los cuales también asistieron a la consagración de la basílica construida sobre la supuesta tumba de Santiago en Compostela, también promovida por Alfonso III.
Fuentes:
San Salvador de Valdediós |
Antiguo valle de Boiges, hoy Valdediós, con el monasterio cisterciense de Santa María y la iglesia de San Salvador (1) |
Sobre el origen del vocablo “Boiges”, hay autores que lo
consideran una variante de “Boides”, que significaría “terreno inculto”, “terreno
baldío”, con excesiva humedad, en relación con los arroyos que lo cruzan.
Durante mucho tiempo la mayoría de los especialistas han
defendido que San Salvador fue fundada por Alfonso III a fines del siglo IX basándose,
fundamentalmente, en una lápida fundacional de mármol conservada en la capilla
exterior de los Obispos, entre la sacristía y el ábside del Evangelio.
Capilla de los Obispos |
Pero las restauraciones e intervenciones
arqueológicas llevadas a cabo entre 2010 y 2011 han introducido nuevos parámetros,
pues tras la recogida de muestras de morteros, el estudio de los mismos por la
petróloga Araceli Rojo Álvarez han dado lugar a una teoría que concuerda, en
parte, con la hipótesis que ya formuló César García de Castro en 1995 de que San
Salvador se construyó en dos fases: una primera, posiblemente a iniciativa de
Alfonso II en el último tercio de siglo VIII, a la que estas últimas
conclusiones añaden que quizá se hiciera sobre la base de una construcción
anterior tardorromana o visigoda, y otra posterior de la mano de Alfonso III el
Magno en la segunda mitad del IX a la que se adscribiría el pórtico sur y una
posible reforma del cuerpo principal, que es lo que conmemoraría la mencionada
lápida.
Localización de las muestras de mortero recogidas (2) |
Alfonso III habría decidido la remodelación de un templo
preexistente como parte de un conjunto en el que también habría otras
dependencias donde al rey le gustaría llevar una vida relajada de fiestas y cacerías,
pero no demasiado lejos de su capital, Oviedo, y sin la significación oficial
de los complejos palaciales levantados por sus antecesores Alfonso II en
Santullano y Ramiro I en el monte Naranco, conformados como arquitectura
símbolo de la autoridad real.
Miniatura del Liber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis en la que aparece Alfonso III el Magno flanqueado por la reina Jimena y el obispo Gomelo II de Oviedo rodeado de otros miembros de su corte (3) |
Fachada sur de San Salvador con el pórtico lateral y la Capilla de los Obispos |
Ese conjunto residencial que acompañaría al templo, cuya
ubicación todavía no está localizada por la arqueología, está mencionado en el Chronicon Sampiri, escrito por el obispo
Sampiro de Astorga a comienzos del siglo XI, que abarca desde el año 866 hasta
el 999, los últimos años del reinado de Alfonso III y los de sus sucesores
hasta Alfonso V. En ella puede leerse, refiriéndose a las edificaciones
levantadas por Alfonso III:
intra Ovetum Castellum et Palatium quod est justa illud, et
Palatia quae sunt in valle Boidis
en Oviedo, el castillo y palacio inmediato al mismo, y los
palacios sitos en el valle de Boides
Según consta en la mencionada lápida de fundación, escrita con exquisito estilo literario y corrección caligráfica y en mármol, material muy costoso porque no existía en la región y tuvo que ser importado, la consagración de San Salvador se habría producido en el año 893 con la presencia de los obispos de Dume, Astorga, Coímbra, Compostela, Lamego, Lugo y Zaragoza, cinco de los cuales también asistieron a la consagración de la basílica construida sobre la supuesta tumba de Santiago en Compostela, también promovida por Alfonso III.
(CRUX) LARGA TUA PIETAS XPE / D(EU)S CLARET UBIQ(UE) /
SALVATQ(UE) S(A)EPE IMPIOS·/ LARGA TUA PIETAS (HEDERA) / PATENTUR ISTA
VIRI·DANT·/ PLAUSUS AGMINA PASSIM / EXTINCTA QUOD VIVIFI/CES·FATENTUR ISTA VIRI
/ (HEDERA) SIS·FAVENS MISERO·PAR/CAS CITRA MERITO BONO (HEDERA) / CLEMENTIA QUA
PRAEVA/LES·ESTO FAVENS MISERO (HEDERA) / MEMET NEMPE DIRA CON/LIDUNT FUNERA
MENTIS (HEDERA) / SAUCIATQUE CULPA·ME/MET NEMPE DIRA (HEDERA) / CLAREAT NUNC
TUA·FRUC/TUOSA GRATIA CLEMENS (HEDERA) / QUAE SUBLEVET ELISUM / CLAREAT IAM TUA
(HEDERA) / PIETAS ADSISTAT·FOVENS / QUAE TEGMINE CUNCTOS (HEDERA)/ CAELICO
SALVIFICANS / PIETAS ADSISTAT (HEDERA) / (CRUX) CONSECRATUM EST / TEMPLUM
HOC·AB EP(IS)C(O)PIS VII / RUDESINDO DUMIENSE·/ NAUTIS / CONIBRIENSE / SISNANDO
IRIENSE (HEDERA) / RANULFO ASTORICENSE / ARGIMIRO LAMECENSE / RECCAREDO LUCENSE
(HEDERA) / ELLECANE CAESARAUGUSTANE(N)SE / SUB ERA DCCCXXX PRIMA / DIE·XVIO
K(A)L(EN)D(A)S·OC(TO)BR(I)S
Tu generosa piedad, Cristo Dios, resplandece en todas partes
y tu generosa piedad salva muchas veces a los malvados. Esto afirman los
hombres, las gentes aplauden por doquiera que des vida a lo apagado, esto
afirman los hombres. Ponte a favor del pobre, perdona al bueno, haciendo caso
omiso a sus méritos; con la clemencia que es tu fuerte, ponte a favor del
pobre, es cierto que en mi interior entran en lucha las miserables flaquezas de
mi mente, me hiere ciertamente mi punzante culpabilidad. Resplandezca ahora
clemente tu gracia fructífera, que levante al decaído, y que ella resplandezca
ya. Asístame tu piedad alentadora, que nos asista la piedad, dándonos a todos
la salvación para tu manto celestial. Fue consagrado este templo por siete
obispos: Rudesindo Dumiense, Naustis Conibrigense, Sisnando Iriense, Ranulfo
Asturicense, Argimiro Lamecense, Recaredo Lucense, Elécanes Caesaraugustanense.
En la era de DCCCCXXXI, el día decimosexto de las Kldas. de octubre (16 de
septiembre del 893)
Interior de la Capilla de la Capilla de los Obispos con la lápida de consagración |
Lápida de consagración (4) |
Estos obispos, figuras esenciales de la Iglesia hispana,
formarían parte del consejo real o curia magna, que tendría similares funciones
a las del aula regia visigoda, convocados desde todas las partes del reino para
asistir a los grandes actos de la monarquía, tanto para decisiones políticas
como para las propias tareas de la Iglesia, asuntos administrativos,
judiciales, militares… y su presencia en la consagración habría sido una forma
de reconocer su carácter como oratorio destinado al príncipe, cuyo poder viene determinado por elección divina, y también
como signo de agradecimiento por haber liberado del dominio musulmán muchas de
esas sedes episcopales.
El acto tuvo lugar en el momento de máximo esplendor y poder
del Reino de Asturias, cuando éste abarcaba todo el noroeste ibérico después de
que sus ejércitos acabaran de conquistar a los musulmanes las ciudades hoy
portuguesas de Braga, Oporto, Chaves, Lamego y Coímbra, logros importantes ante
las marcas fronterizas de los omeyas que encumbraron a Alfonso III como el
continuador de la monarquía visigoda y de la tradición isidoriana, tendiendo un
puente entre el presente y un esplendor pasado no olvidado.
El Reino de Asturias entre los años 739 y 913 (5) |
Cruz de la Victoria, símbolo de la monarquía astur que empieza a utilizar por primera vez Alfonso III, sobre la ventana de la fachada occidental de San Salvador |
Podría entenderse como acto por la función de Alfonso III como
rector ecclesiae que debía buscar
para su pueblo el bienestar temporal y espiritual, pues como responsable de la pax territorial y de la pax cristiana, su misión apostólica
debía mostrarse levantando templos-bastión para la defensa de la fe ortodoxa, ya
que dentro sus funciones estuvo el adoctrinamiento y la propagación del
cristianismo para consolidar la Iglesia del reino asturiano y convertirla en
factor de orden y de estabilidad gracias a la legitimación que dio al ritual
litúrgico hispanogodo practicado por los mozárabes del sur. En este sentido,
durante su reinado se llevó a cabo un amplio programa de construcciones en el
que se levantaron ex novo y se
restauraron multitud de templos repartidos por todo el reino, una labor que se
complementó con abundantes donaciones de libros y material litúrgico con el que
poder construir un ornamentum eclesiae
y transmitir la fe a través de las artes suntuarias y una decoración pictórica
de interiores que buscaba asombrar a los sentidos y acercar al fiel a Dios
además de resaltar la condición divina del poder.
Hipotética reconstrucción de la decoración pictórica de San Salvador de Valdediós (6) |
La elección de ese lugar preciso, aparatado pero no muy
distante de las grandes vías de comunicación, no sería casual, y se relaciona
con una tradición que situaba allí un monasterio levantado por Pelayo. También,
según constatan los estratos arqueológicos romanos descubiertos en las
inmediaciones y los materiales reutilizados en el propio edificio, podría haber
sido una forma de contrarrestar el recuerdo de algún antiguo rito pagano en la
zona. En este sentido hay autores que relacionan el vocablo “Boiges” con una
derivación de votivis > Boites.
Son reutilizados los fustes de las columnas del arco de
triunfo de la capilla mayor, los dos pequeños fustes de las columnitas de la
ventana trífora de la capilla mayor, las basas de las columnas de ingreso al
porche, los fustes y capiteles de las columnas de los arcos de triunfo de los
ábsides laterales. Además, se han localizado tégulas romanas en la necrópolis
medieval en el lado sur del templo, que se sabe que también cubrieron la
iglesia hasta su restauración de 1979-1980, y restos de un conducto de opus spicatum entre
el Conventín y el vecino monasterio de Santa María.
Fustes reutilizados en el arco de triunfo del ábside central |
Otra explicación es que el templo fuera una ofrenda del rey a
Dios para agradecerle las gracias recibidas, una ofrenda personal según la
tradición merovingia y carolingia, el gesto del poderoso de fundar un lugar
para la meditación al final de su vida. En este sentido, San Salvador fue el lugar
en el que los hijos de Alfonso III, García, Ordoño y Fruela, le recluyeron cuando le
obligaron a abdicar y la corte se trasladó a León en el año 909, según nos
informa el mencionado Chronicon Sampiri:
Etenim
omnes filii Regis, inter se conjuratione facta, patrem suum expulerunt a Regno,
Boidis villam in Asturiis concedentes
Los
hijos del Rey conjurándose contra su padre, destronáronlo y señalándole por
lugar de residencia la villa de Boides en Asturias
Quizá también contara con una pequeña comunidad de monjes,
probablemente mozárabes, que le asistiría en su destierro, tal y como podría
deducirse de la carta de privilegio extendida por Alfonso IX y Berenguela en
1201 a favor de los monjes cistercienses de Sobrado, en Galicia, para fundar un
nuevo cenobio en el valle, pues se denomina al lugar como “monasterio”:
Concedimus Deo et monasterio de Valle Dei quod de novo
construimus in Asturiis in loco nominato Boiges
Concedemos en nombre de Dios el monasterio del Valle de Dios
para construir un nuevo monasterio en Asturias en el lugar conocido como Boiges
El historiador del arte Lorenzo Arias Páramo defiende que el
monarca incluso planeó ser enterrado en San Salvador por sus malas relaciones
con el obispo de Oviedo Hermenegildo I por la crisis del Adopcionismo, pues
Alfonso III estaba abierto a una influencia de mozárabes procedentes del sur
que entraba en colisión con la política de la Iglesia asturiana, lo que podría
haberle llevado a renunciar a ser enterrado en la iglesia de Santa María del
Rey Casto, el panteón real de la monarquía asturiana adosado a la catedral.
Esa función funeraria de Valdediós se vería reflejada en la
decoración del templo, en la presencia del pórtico meridional, donde se habría
situado el enterramiento regio, y en la línea de cumbrera de la iglesia donde,
a modo de crestería, aparecen seis cipos o signáculos de piedra calcárea con forma de bulbo, piña
o huevo, piezas de función funeraria cuyo uso se registra ya en el mundo griego
y en las necrópolis romanas y tardoantiguas y que también vemos, por ejemplo, en
el Mausoleo de Gala Placidia en Ravenna, en San Miguel de Celanova, construido
por San Rosendo de Dumio en memoria de su hermano Froila, o en relicarios,
considerando que la propia iglesia actuaría como tal, con Alfonso III dentro.
Cipos en la línea de cumbrera del edificio |
El pórtico muestra una alta calidad constructiva, realizado
con perfectos sillares dispuestos a hueso, y habría sido añadido al templo para
adaptarlo a ese uso funerario, con funciones de panteón regio para el rey y su
mujer, todavía en vida de ambos, aunque nunca llegara a desempeñar esa función.
En este sentido, la lápida de consagración de 893 estaría indicando la fecha de
construcción de éste y la adición de los cipos en el tejado, de ahí que incluya
la súplica de salvación:
PIETAS ADSISTAT·FOVENS / QUAE TEGMINE CUNCTOS (HEDERA)/
CAELICO SALVIFICANS / PIETAS ADSISTAT (HEDERA)
Asístame tu piedad alentadora, que nos asista la piedad,
dándonos a todos la salvación para tu manto celestial
Detalle del pórtico, realizado con sillares que contrastan con el sillarejo del resto de la construcción |
Alfonso III falleció en Zamora el 20 de diciembre de 910 y
recibió sepultura en un sarcófago paleocristiano en la catedral
de Astorga, donde dos años después también fue enterrada su esposa,
doña Jimena de Asturias. Posteriormente, en el 986, Bermundo II de León ordenó
el traslado de los restos de ambos al panteón real de Oviedo.
Reproducción exacta del sarcófago paleocristiano en el que estuvieron sepultados Alfonso III y doña Jimena conservada en el Museo de arte sacro de Astorga |
Cuando tres siglos después, el valle fue donado a los
cistercienses para construir un nuevo monasterio, la nueva comunidad tuvo la
sensibilidad suficiente como para preservar esta capilla real, en una actitud
que podría compararse con la de los benedictinos en San Salvador de Celanova y la capilla-oratorio de San Miguel,
pues ambos poseían valor de símbolo, el gallego como último testimonio del
conjunto monástico levantado por san Rosendo y el asturiano como recuerdo de un
monarca desterrado y al que las crónicas reales loaban por haber regido
piadosamente a su pueblo.
Conjunto monumental de Valdediós, con el monasterio de Santa María a la izquierda y el Conventín a la derecha (1) |
La primera referencia a una intervención restauradora en el
Conventín es de 1846 en las actas de la Comisión de Monumentos Históricos y
Artísticos, donde se menciona una restauración pero no se dice nada más. En los
dibujos de José María Aurial en 1847 se observa que hay un pórtico adosado al
frente de la iglesia.
Dibujo de José María Aurial en 1847 |
Entre 1856 y 1861 se apuntan intervenciones en las actas de
la Comisión que se cree que se centraron en la cubierta y en la eliminación de
ese pórtico de la portada principal y de un pasadizo de mampostería cubierto a
dos aguas que conectaba San Salvador con el monasterio cisterciense de Santa
María.
En 1912 se sabe que se eliminaron unos repintes del siglo XVIII, con restos todavía en el ábside central.
Grabado de Parcerisa en Recuerdos y Bellezas de España, vol. IX, 1855, en donde todavía se ve el pórtico en la fachada occidental y el inicio del pasadizo que comunicaba San Salvador con Santa Maria |
En 1912 se sabe que se eliminaron unos repintes del siglo XVIII, con restos todavía en el ábside central.
En 1914 José Fernández Menéndez descubrió restos de pintura
mural al fresco y realizó unos bocetos preliminares de las pinturas
prerrománicas.
En la década de 1950 Luis Menéndez-Pidal, que desde 1941 era
Arquitecto Conservador de Monumentos del Servicio de Defensa del Patrimonio
Artístico Nacional, dirigió cuatro intervenciones en las que se rebajó el
terreno alrededor del templo para atajar el problema de humedades, se abrió una
zanja, se limpiaron los paramentos, se reforzó la cimentación, se eliminó el
falso umbral del pórtico sur, que por la acumulación de depósitos estaba elevado
más de medio metro sobre el original, se restauró el arco de ladrillo de la
ventana del ábside sur, se rehizo el édiculo del ábside central y se realizó
una limpieza y fijación de las pinturas.
En 1957 Helmut Schlunk y Magín Berenguer realizaron trascendentales
investigaciones de los frescos.
En 1970 Menéndez-Pidal reconstruyó la sacristía norte
adosada al último tramo de la nave de la Epístola, desaparecida, por lo menos
desde el siglo XVI. Se optó por imitar a su homóloga del sur pero sin contar
con vestigios arqueológicos documentados, una operación meramente estética para
“completar” el monumento.
Al año siguiente se continuó con los trabajos en las cubiertas
y la revisión de las bóvedas, se colocaron altares en los tres ábsides y se
fijaron, limpiaron y restauraron las pinturas.
En 1979 Mª del Mar Benito dirigió nuevas restauraciones y la
limpieza de humedades y mohos, pero las obras fueron suspendidas por la
Consejería de Cultura y la Comisión de Patrimonio.
Entre 1986 y 1989 un equipo de la Universidad de Oviedo
realizó las primeras campañas arqueológicas. En el lado sur de la iglesia se
localizó una necrópolis medieval con varios niveles de tumbas, excavadas en
piedra toba, construidas con lajas y mixtas, datadas entre los siglos X y XIV, los
restos del mencionado pasadizo que unía San Salvador con Santa María, que era
de época moderna, y los de un gran alcantarillado medieval. En cuanto a la zona
norte, también se localizaron enterramientos, en algunos de los cuales se
usaron tegulae romanas, dos superficies pavimentadas de fábrica similar al opus signinum más
modernas que las tumbas y otro pavimento de grandes losas.
En 1993 se inició una nueva restauración de las pinturas
murales, recuperándose motivos ocultos bajo capas de cal.
En 1998 Otilia Requejo dirigió unas excavaciones
arqueológicas en el conjunto monumental, localizándose materiales cerámicos que
hoy se conservan en el Museo Arqueológico de Asturias.
La última intervención en San Salvador tuvo lugar entre 2010
y 2011 y estuvo dirigida por Javier Felgueroso Carrascal, realizándose la
restauración general del exterior del edificio, incluyendo la renovación de las
cubiertas mediante teja artesanal, las tegulae de tipo romano, y su protección
frente a las humedades. Durante esta intervención fue cuando el arqueólogo Sergio
Ríos recogió las muestras de morteros de cuyo estudio se ha deducido que la
iglesia tuvo las dos fases constructivas de las que ya he hablado.
San Salvador durante las restauraciones entre 2010 y 2011 (7) |
San Salvador de Valdediós tras las restauraciones |
A continuación se procedió a la restauración del interior y
de los restos que todavía se conservan de la decoración mural y se realizaron
otros estudios arqueológicos en el entorno.
Interior de la iglesia después de la última restauración |
San Salvador de Valdediós fue declarada Monumento Histórico-Artístico en
1931 y Patrimonio Histórico Español y Patrimonio Mundial de la Humanidad por la
UNESCO en 1985.
En La arquitectura de la iglesia prerrománica de San Salvador de Valdediós podéis ver el edificio con todo detalle. Sólo tenéis que abrir este enlace.
Imágenes ajenas:
(2) ROJO ÁLVAREZ, A., El
análisis de morteros históricos como herramienta de datación e interpretación
de técnicas y fases constructivas, Tesis doctoral, Universidad de Oviedo,
2015.
(5) MUNICIO CASTRO, M. A., Ejército, sociedad y política en el reino de Asturias entre los siglos
VIII y X, Trabajo Fin de Grado, 2012-2013.
Fuentes:
ÁLVAREZ MARTÍNEZ, Mª S., “Valdediós y el arte de su tiempo”.
En FERNÁNDEZ CONDE, F. J. (Ed.), La época
de Alfonso III y San Salvador de Valdediós, Oviedo, Universidad de Oviedo,
1994, pp. 97-112.
ÁLVAREZ MARTÍNEZ, Mª S., “Consideraciones en torno al templo
prerrománico de San Salvador de Valdediós”, Liño,
nº 12, 2006, pp. 9-29.
ARIAS PÁRAMO, L., “Los signáculos funerarios de San Salvador
de Valdedios y su contexto histórico artístico”, Liño, nº 18, 2012, pp. 9-18.
BANGO TORVISO, I. G., “El espacio para enterramientos
privilegiados en la arquitectura medieval española”, Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte, Universidad
Autónoma de Madrid, vol. IV, 1992, pp. 93-132.
BANGO TORVISO, I. G., “La vieja liturgia hispana y su interpretación
funcional del templo prerrománico”. En IGLESIA DUARTE de la, J. I. (Coord.), VII Semana de Estudios Medievales, Instituto
de Estudios Riojanos, 1997, pp. 61-120.
BLAS CORTINA, M. A., “Qui unc lapidem revolverit…: la
imprecación de una tumba del siglo X que se defiende”, Anuario de la Sociedad Protectora de la Balesquida, nº 1, 2016, pp.
89-104.
FERNÁNDEZ CONDE, F. J. y ALONSO ALONSO, G. A., “Excavaciones
en el yacimiento arqueológico de Valdediós (Villaviciosa)”, Excavaciones Arqueológicas en Asturias.
1987-90, 0viedo, Servicio de Publicaciones del Principado de Asturias,
1992, pp. 193-200.
GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, C., Arqueología Cristiana de la Alta Edad Media en Asturias, Oviedo,
1995.
GONZÁLEZ GUTIÉRREZ, L., “Aportaciones a la epigrafía de Valdediós”,
Boletín del Instituto de Estudios
Asturianos, nº 122, Oviedo, 1987, pp. 411-428.
HOYO, J. del, “Ne
velis violare. Imprecaciones contra los profanadores de tumbas”. En CAMPOS
FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F. J. (Coord.), El
mundo de los difuntos, culto, cofradías y tradiciones, San Lorenzo de El
Escorial, Ediciones Escurialenses, 2014, pp. 809-824.
LEÓN GASALLA, P. (Coord.), Intervenciones en el patrimonio cultural asturiano 2007-2014,
Oviedo, Gran Enciclopedia Asturiana, 2014.
MARTÍNEZ MONEDERO, M., “La confianza de un método: las
restauraciones arquitectónicas de Luis Menéndez-Pidal”, Boletín de Letras del Real Instituto de Estudios Asturianos, vol.
59, nº 165, 2005, pp. 217-264.
MENÉNDEZ,
J. F., “El lugar donde fue confinado el destronado Alfonso III el Magno”, Boletín de la Real Academia de la Historia,
tomo 96, 1930, pp. 102-106.
MIGUEL VIGIL, C., Asturias
monumental, epigráfica y diplomática. Datos para la historia de la provincia,
Oviedo, 1887.
NÚÑEZ RODRÍGUEZ, M., San
Salvador de Valdediós o la fábrica sencilla de una arquitectura admirable, Oviedo,
1991.
REQUEJO PAGÉS, O., MARTÍNEZ VILLA, A. y JIMÉNEZ, M.,
“Excavaciones arqueológicas en el conjunto monumental de Valdediós
(Villaviciosa). 1988-89, Excavaciones
Arqueológicas en Asturias. 1987-90, 0viedo, Servicio de Publicaciones del
Principado de Asturias, 1992, pp. 179-188.
ROJO ÁLVAREZ, A., El
análisis de morteros históricos como herramienta de datación e interpretación
de técnicas y fases constructivas, Tesis doctoral, Universidad de Oviedo, 2015.
Comentarios