La catedral de Tarragona, con una
larga y apasionante historia en la que ya me he detenido y que podéis consultar en
este enlace,
cuenta con un
claustro levantado en parte de lo que fue el foro de la ciudad
romana que destaca por su rica decoración escultórica en capiteles, cimacios,
bases, frisos de los pilares angulares, canecillos de la cornisa, ménsulas y
claves de las bóvedas en la que se emplearon muchos artistas anónimos.
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Vista aérea del claustro de la catedral de Tarragona (1) |
Quizá la parte más interesante se encuentre en los
capiteles, con decoración vegetal, animal, fantástica e interesantes escenas
narrativas centradas en el Génesis, la Vida y Pasión de Jesucristo, la Vida de
san Nicolás de Bari, temas legendarios, como luchas de guerreros o atlantes, y
temas morales, como la representación de pecados como la lujuria, todas con un
tratamiento más propio del románico a pesar de lo avanzado de la época.
Aunque se percibe desorden en la ubicación de las imágenes
del Antiguo y del Nuevo Testamento, quizá las más interesantes, su localización
parece ligada a los actos litúrgicos que tenían lugar en este ámbito, un
claustro concebido como un espacio dinámico en el que unas escenas invocaban a
otras.
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Localización de las escenas del Antiguo Testamento (2) |
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Localización de las escenas del Nuevo Testamento y de la Vida de san Nicolás (2) |
Comenzando por las escenas del Génesis, en la escultura románica el inicio del mundo no suele
empezar con el ciclo de los seis días de la Creación sino que más bien se
centra en la Vida de Adán y Eva. En
Tarragona el discurso se organiza mediante las escenas del Pecado original, en la que se sintetiza la tentación y la
vergüenza, la Reprensión, en donde
sólo aparecen Adán y Dios, quizá siguiendo un sermón de san Agustín en el que
se detalla que primero fue interrogado él, la Condena al trabajo tras la expulsión del Paraíso, que no está
representada, con Eva sosteniendo un huso para devanar lana y Adán con una
azada para labrar la tierra, y Adán, Eva, Caín y Abel, la familia al completo,
una excepción iconográfica en la Península Ibérica, con Eva amamantando a Abel mientras Caín alarga las manos a la altura del cuello de su hermano enseñando
los dientes en señal de amenaza. Estas escenas buscan reflejar las
consecuencias de la desobediencia a Dios como lección moral y se completan con
tres representaciones más: las Tareas de
Caín y Abel, el primero haciendo la siembra y el segundo cuidando de su
ganado, escena que recuerda a los campesinos que ellos son los depositarios del
castigo divino y, además, en este caso concreto también podría explicarse como
una defensa del estamento religioso sobre el poder laico, que basa su riqueza en
la tierra, en relación a los graves enfrentamientos del arzobispado con la
nobleza que acabaron con el asesinato de los arzobispos Hugo de Cervelló y
Berenguer de Vilademuls a fines del siglo XII; las Ofendas de Caín y Abel, habitual desde tiempos remotos, con Caín
como alegoría de los judíos y de los avaros, mostrando los dientes como símbolo
de maldad; y la Muerte de Abel,
asesinado por su hermano con una rama del árbol de la ciencia según el Génesis
pero que en las representaciones puede sustituirse por una quijada de asno, una
piedra, como en este caso, un garrote o un útil de labranza, una alusión a la
envidia y prefiguración de la muerte de Jesucristo.
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Capiteles con la Vida de Adán y Eva (3) |
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Pecado Original (mutilado) ( (3) |
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Muerte de Abel (3) |
La Historia de Noé
está representada mediante el Anuncio del
diluvio y mandato de la construcción del arca, la Construcción del arca, Noé y
su mujer en el arca, el Final del
diluvio, la Oración de acción de
gracias, Noé cultivando viña, Noé bebiendo el vino y la Embriaguez de Noé. El agua del Diluvio
es una prefiguración del Bautismo y el arca simboliza la Iglesia, que resiste
las tormentas para ofrecer a los cristianos la salvación a través de la fe.
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Noé y su mujer en el arca y Fin del diluvio (3) |
La Historia de
Abraham está reflejada mediante las escenas de la Teofanía de Mambré, con Abraham arrodillado ante tres ángeles que
comen los panecillos preparados por Sara, un asunto que prefigura la
Anunciación y la Eucaristía, y el Sacrificio
de Isaac, una representación habitual desde los primeros tiempos del
cristianismo que prefigura a Dios Padre ofreciendo a su Hijo para la salvación
de los hombres pero que aquí muestra características excepcionales en el ámbito
hispano, pues representa a Abraham con un hacha sobre el hombro mirando al
ángel que le ofrece un cordero mientras Isaac aparece montando un asno y con el
rostro vuelto hacia su padre.
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Teofanía de Mambré y Sacrificio de Isaac (3) |
La Historia de José
se muestra mediante tres episodios consecutivos de la larga historia poco
frecuentes en el románico hispano: José encaminándose
a Siquem con la comida y la bebida para alimentar a sus hermanos; la Confabulación en la que los hermanos
maquinan su asesinato; y Jacob con la
túnica ensangrentada, la que le muestran los hermanos para justificar la
desaparición de José y que de nuevo prefigura la Eucaristía, pues el sayo
manchado es símbolo de la Flagelación.
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Los hermanos de José (3) |
En cuanto a las escenas del Nuevo Testamento, la Infancia
de Cristo se representa mediante la Natividad,
el Anuncio a los pastores, la Adoración de los pastores, la Epifanía, la Presentación en el templo y Jesús
entre los doctores.
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Anuncio a los pastores (3) |
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Epifanía (3) |
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Presentación en el templo (3) |
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Jesús entre los doctores (3) |
La Vida pública de
Jesús se muestra solamente mediante las tres escenas del Bautismo, las Bodas de Caná y las Tentaciones
en el desierto.
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Bautismo de Cristo (3) |
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Bodas de Caná (3) |
La Pasión se
muestra con la Entrada en Jerusalén,
la Crucifixión, el Descendimiento, la Visitatio sepulchri, el Noli
me tangere y la Incredulidad de santo
Tomás.
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Crucifixión (3) |
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Descendimiento (3) |
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Duda de santo Tomás (3) |
También aparece en un capitel el Banquete de Epulón, escena basada en el Evangelio de Mateo, lección
de caridad y hospitalidad a través de un exemplum
avaritae. La figura central de Epulón está rodeada de cuatro sirvientes que
le ofrecen alimentos y representa la pereza, la gula y la riqueza, aspectos que
el cabildo debe rechazar.
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Banquete de Epulón (3) |
La
Hagiografía de san
Nicolás de Bari tiene una extensa representación en el claustro quizá
porque fue un santo muy venerado por Alfonso II, gran patrocinador de las obras
de este recinto, que lo conocería a través de las cruzadas y su relación con
los normandos sicilianos. Así, su ciclo se concreta con las escenas de
Los marineros y la tormenta,
las monedas de oro, la
Muerte de los jóvenes a manos del posadero,
San Nicolás en la posada,
Los jóvenes resucitados,
San Nicolás proclamado obispo, el
Juramento del mentiroso y la
Muerte y conversión del judío mentiroso. Es un ciclo que busca
conformarse como ejemplo para el buen cristiano medieval, clara invocación a
los principios religiosos del arrepentimiento y la caridad, prácticas que
también pueden relacionarse directamente con el cabildo, pues una de sus funciones
era la asistencia a los necesitados.
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San Nicolás protegiendo a la nave de la tormenta (3) |
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San Nicolás bendiciendo a los jóvenes y Muerte de los jóvenes a manos del posadero (3) |
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San Nicolás resucitando a los jóvenes (3) |
En un cimacio de la galería sur está la curiosa escena del
Entierro del gato por las ratas, representación de una leyenda que cuenta que en
el palacio de un noble tarraconense había muchas ratas que esquilmaban la
despensa y ninguno de los criados era capaz de exterminarlas, tanto es así que
en una comida en honor al rey aparecieron en el banquete y el rey, indignado, prometió no volver al palacio hasta que no hubiera ni una sola rata, por lo que
el noble buscó al mejor gato de la comarca, que como vio que no podía acceder a
las madrigueras, se hizo el muerto patas arriba hasta que cuando las ratas lo
celebraron poniéndole en una litera y llevándole en procesión para enterrarlo,
aprovechó su confianza y saltó sobre ellas matándolas a todas, de ahí que
cuando el gato murió el noble hiciera grabar la historia en la piedra.
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Cimacio del gato y las ratas (3) |
En otro cimacio de la galería norte hay un Calendario con escenas agrícolas que representan
los meses del año. Para Enero se
utiliza la escena del banquete de un hombre con dos caras opuestas, una juvenil
que simboliza el futuro y otra barbada que mira al pasado como alegoría del
inicio y final del año, la representación de Jano, asistido por dos criados. Febrero, un mes ausente de tareas
agrícolas por el frío, está escenificado mediante dos personajes que se
calientan a la lumbre.
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Enero (4) |
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Febrero (4) |
En los mensiarios mediterráneos la actividad propia de Marzo es la poda de la viña, de ahí que
se represente a un campesino cubierto con un manto podando una vid con una hoz
romana mientras otro cava alrededor del tronco para descalzar el arbusto y
mejorar su crecimiento. Para representar Abril
se muestra a un señor feudal sentado en un trono sosteniendo una flor de lis
mientras un vasallo le ofrece como tributo una copa.
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Marzo (4) |
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Abril (4) |
En Mayo llega el
buen tiempo, representado con un caballero que sale a cazar. Junio está simbolizado mediante la
siega del trigo, con un campesino que corta las espigas, otra que transporta un
haz a la espalda y otro que sirve bebida.
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Mayo (4) |
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Junio (4) |
Los campesinos en una era aventando el trigo para separar el
grano de la paja representan a Julio,
con una vasija y una copa al fondo para simbolizar el calor y la sed del
verano. El calor de Agosto obliga de
nuevo a detener las tareas agrícolas, de ahí que esté representado mediante dos
figuras reposando mientras una de ellas bebe de una escudilla.
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Julio (4) |
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Agosto (4) |
Septiembre se
muestra mediante la vendimia, con dos hombres bajo una parra cortando los
racimos con una hoz para guardarlos en un cesto, aunque siguiendo con el tono
anecdótico de todo el ciclo, uno de ellos aprovecha para comer alguna uva. Para
Octubre se utiliza una escena de
elaboración del vino, con dos hombres rellenando un tonel con ayuda de un
embudo.
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Septiembre (4) |
Noviembre muestra
a un campesino protegido con una capucha del frío arando con la ayuda de dos
bueyes y lanzando las semillas al surco. El año finaliza en Diciembre con la matanza del cerdo, con
un campesino sobre el animal a punto de golpearle con una maza mientras otro le
engaña dándole de comer.
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Noviembre (4) |
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Diciembre (4) |
Para seguir conociendo más de este impresionante monumento
aquí os dejo con todos los artículos que he publicado dedicados a la catedral de Tarragona:
Imágenes ajenas:
(2) Románico: Revista
de arte de amigos del románico, nº 11, 2010.
Fuentes:
CAMPS I SÒRIA, J., El
claustre de la catedral de Tarragona: escultura de l’ala meridional,
Barcelona, 1988.
GONZÁLEZ MONTAÑÉS, J. L., Drama e iconografía en el arte medieval peninsular (siglos XI-XV),
Tesis doctoral, UNED, 2002.
LIAÑO MARTÍNEZ, E., “Escultura medieval y teatro religioso.
La catedral de Tarragona”, Xiloca, nº
16, Teruel, Diputación de Teruel, 1995, pp. 155-169.
LIAÑO MARTÍNEZ, E., “La época del Císter y de las nuevas
catedrales en la Corona de Aragón”. En LACARRA DUCAY, Mª C. (coord.), Arte de
épocas inciertas. De la Edad Media a la Edad Contemporánea, 2009, pp.
47-102.
LOZANO LÓPEZ, E., “Historias en el Paraíso. El Antiguo
Testamento en el claustro de la catedral de Tarragona”, Románico: Revista de arte de amigos del románico, nº 11, 2010, pp.
6-13.
LOZANO LÓPEZ, E. y SERRANO COLL, M., Els capitells historiats del clustre de la catedral de Tarragona.
Los capiteles historiados del claustro de la catedral de Tarragona,
Tarragona, Arola Editors, 2010.
PLADEVALL i FONT, A., “Berenguer Sunifred, arquebisbe de
Tarragona. La restauració de la província eclesiàstica”. En MACIAS i SOLÉ, J.
Mª y MUÑOZ MELGAR, A. (coords.), Tarraco
christiana civitas, 2013, pp. 225-240.
SERRANO COLL, M., “Historias en el Paraíso. El Nuevo
Testamento y el ciclo de San Nicolás en el Claustro de la catedral de
Tarragona”, Románico: Revista de arte de
amigos del románico, nº 11, 2010, pp. 14-23.
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