La
catedral basílica
de santa Tecla, la Iglesia madre de todas las iglesias de la archidiócesis
de Tarragona, sede de la cátedra del arzobispo, se ubica en la zona más alta
de la ciudad, símbolo del poder de la Iglesia y su capacidad económica en época
medieval, sobre un templo del siglo I dC. dedicado a Augusto cuyos restos fueron
localizados en la nave central tras unas campañas de excavaciones arqueológicas
y prospecciones geofísicas en 2007, un templo que es el resultado de múltiples
aportaciones arquitectónicas a lo largo de varios siglos y de diferentes
estilos artísticos. Después de haberme detenido en
su azarosa historia en un
artículo que podéis consultar en
este enlace, ahora nos “pasearemos” por el
templo en la actualidad.
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Interior de la Catedral de santa Tecla en Tarragona |
En la
fachada
oriental destaca el gran volumen del ábside central, con un friso de
dientes de sierra, una hilera de arcos ciegos y una cornisa
sostenida por canecillos decorados con figuras animales, humanas y motivos
geométricos. También cuenta con
aspilleras
y
matacanes
que le dan un aspecto defensivo que fue desechándose a medida que las obras
fueron avanzando hacia las naves porque la consolidación de las fronteras con el territorio musulmán ya no lo hacía necesario.
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El ábside central desde el claustro |
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Detalle del ábside central (1) |
Las fachadas norte y
sur se caracterizan por la falta de uniformidad provocada por los distintos
volúmenes de las capillas laterales adosadas a partir del siglo XIV a las naves
laterales. La norte está, además, tapada por la adición de algunas dependencias
del cabildo.
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Fachada sur, con los volúmenes de las distintas capillas laterales añadidas al templo (1) |
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Alzado de la fachada sur (2) |
La
fachada occidental,
a los pies del templo, es la principal, abierta a la calle mayor, que sube venciendo
el desnivel desde la parte baja de la ciudad. Presenta tres puertas, dos
románicas laterales y una central ya gótica mucho más desarrollada y con la
mayor carga escultórica. Dada su importancia, aquí os dejo un
post monográfico
en el que detallo toda su rica iconografía.
El templo presenta planta de cruz latina con tres naves de
cinco tramos, la central el doble de ancha y alta que las laterales, manteniendo
las proporciones clásicas, transepto con crucero cubierto por un cimborrio
octogonal y cabecera con tres ábsides semicirculares, el central más grande y profundo,
formado por dos tramos.
Es una catedral con planta románica similar a edificios
coetáneos como la
Seu Vella de Lleida o la iglesia del Monasterio de sant Cugat, un románico que
se prolonga en el gran tamaño de los elementos estructurales, con contrafuertes
exteriores y ausencia de arbotantes, y en la ornamentación de bases de
columnas, capiteles, rosetones, frisos… Pero la concepción del espacio, el
esquema estructural y las proporciones en alzado ya están dentro del gótico.
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Plano de J. Figuerola y J. C. Gavaldà. Las indicaciones son mías |
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Sección longitudinal (3) |
Las
naves están separadas por arcos
apuntados y pilares cruciformes con columnas pareadas adosadas en los cuatro
lados de la cruz y en los ángulos y capiteles decorados con motivos historiados,
zoomórficos y vegetales que recogen los nervios de las cubiertas de crucería
gótica presentes en todo el templo salvo en parte del transepto del Evangelio, donde hay bóvedas de cañón. En
cuanto a las ventanas, cuentan con calados muy opacos y muchos detalles
ornamentales que todavía corresponden al mundo románico.
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Nave central desde los pies |
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Nave de la Epístola |
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Nave del Evangelio |
El gran rosetón de la fachada occidental se compone de doce
rayos que representarían las doce tribus de Israel o los doce apóstoles.
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Vidrieras del rosetón de la fachada occidental y del tímpano de la portada central |
Los rosetones de los testeros de los transeptos son del
Maestro de san Silvestre en el siglo XIV, aunque con múltiples intervenciones
hasta época reciente. El de la Epístola presenta una Virgen con el Niño
entronizados central y dieciséis tondos radiales con cabezas femeninas coronadas y donceles. En cuanto al del Evangelio, presenta una Resurrección
central a partir de la que se distribuyen dieciséis paneles radiales que
alternan las cabezas de los apóstoles con motivos florales y el escudo de la
catedral.
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Vidriera del rosetón del transepto de la Epístola |
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Vidriera del rosetón del transepto del Evangelio |
En los dos últimos tramos de la nave central, justo antes
del crucero, frente al altar mayor, todavía se conservan los dos muros
laterales del coro, trasladado a ese
emplazamiento desde el ábside central durante el arzobispado de Rodrigo Tello a
comienzos del siglo XIV atribuido a Guillem Clergue y culminado en tiempos del
arzobispo Eiximeno de Luna, de ahí que su escudo aparezca en la puerta.
El muro occidental de cierre del coro fue desarmado a mediados
del siglo XX y en la actualidad está en el Museo Diocesano, pero sí se conservan in situ los muros laterales, con dos
capillas cada uno en las que nos detendremos en un artículo monográfico
dedicado a todas las capillas del templo.
De la sillería
trecentista no queda nada porque fue sustituida por la actual, realizada en
roble por Francesc Gomar, artífice de la de la Seo de Zaragoza, en el último
cuarto del siglo XV por encargo del patriarca de Antioquía y arzobispo Pedro de
Urrea. Presenta respaldos con tracerías góticas y taraceas y decoración floral,
mitológica y zoomórfica en los roleos de los apoyabrazos.
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Sillería canonical de la Epístola |
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Sillería canonical del Evangelio |
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Detalle de la tracería gótica de la sillería |
Las cuatro sillas pontificales son posteriores, realizadas
en 1534, en tiempos del obispo de Nicópolis y auxiliar de Tarragona Llorenç
Peris de Heredia, por los escultores franceses Jean de Tours y Henri de
Bourgogne. Parte de la sillería y una de las pontificales están en el presbiterio
desde la remodelación de 1963.
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Sillas pontificales |
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El presbiterio desde el crucero, con parte de la sillería y una pontifical a la izquierda |
Sobre la sillería canonical del Evangelio se ubica el órgano mayor de la catedral, obra de
diversos artistas del siglo XVI concebida a modo de retablo y que por su
monumentalidad y calidad escultórica se conforma como una pieza excepcional.
Salvador Estrada realizó el mecanismo musical.
La caja fue proyectada por mossèn Jaume Amigó, arquitecto introductor del renacimiento en la zona, a partir de un diseño anterior de Perris Arrabasa y Salvador Estrada, organeros barceloneses. Los entalladores de toda la escultura fueron Jeroni Sanxo y Perris Ostris. Es de roble, álamo y chopo y fue restaurada en 2012. Al año siguiente también se instaló un nuevo órgano Verschueren con dos mil setecientos doce tubos y cincuenta y tres registros cuyas características se adecúan a la reproducción de música renacentista y barroca.
También se conservan unas sargas que ocultaban los tubos de la
tribuna con las imágenes de la Virgen, santa Tecla y santa Catalina, y los
batientes de la caja central, que se abrían o cerraban de acuerdo al calendario
y los oficios litúrgicos, con una
Anunciación si están cerrados y con una
Adoración
de los pastores y una
Resurrección con ellos abiertos, un conjunto encargado por el cabildo a los
pintores Pere Serafí y Pietro Paolo de Montalbergo en la década de 1560. En mi
última visita a la catedral en octubre de 2016 los batientes estaban retirados, pero tras una cuidadosa restauración, se han vuelto a instalar.
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Órgano |
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El órgano con los batientes cerrados tras su restauración (4) |
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El órgano con los batientes abiertos tras su restauración (4) |
Cuando se decidió incorporar el gran transepto al proyecto de la catedral, por el lado de la Epístola no
había obstáculo, pues estaba el cementerio, pero por el lado del Evangelio
estaba el refectorio del claustro, por eso es asimétrico, con dos tramos de
bóveda de crucería en el brazo sur y un tramo de crucería y otros tres de cañón apuntado en
degradación en el brazo norte, sin que se note a simple vista que el segundo es
más corto.
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Sección transversal, donde se aprecia que los transeptos tienen distintas dimensiones (3) |
El
cimborrio
sobre el crucero es octogonal. Los especialistas creen que los precedentes
serían los templetes de los lavatorios de los claustros de
Poblet y
Santes Creus. El que tuviera que arrancar sobre los cuatro pilares del crucero y
sus correspondientes arcos torales condicionó las decisiones del artífice, que
diseñó un octógono irregular en el que los cuatro lados más largos descansan en
los torales y los otros cuatro, notablemente más cortos para arriesgar menos,
sobre el vacío, de ahí que las ventanas presenten tres o dos
maineles
alternados. Los nervios de la crucería, que no se cruzan sino que se enlazan
alrededor del punto central, descansan en ménsulas colocadas en la base del
octógono. Se pasa del cuadrado al octógono mediante cuatro elementos que
mezclan la trompa y la pechina, aprovechando las ventajas de ambos sistemas
para dar mayor estabilidad. Esta estructura fue imitada en el monasterio de san
Cugat del Vallés, posterior a la catedral de Tarragona.
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Cimborrio |
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El cimborrio desde el presbiterio |
Los capiteles muestran representaciones de animales
fantásticos, luchas de guerreros, cabezas de león, decoración vegetal… y
corresponden al siglo XII, la primera fase de construcción del templo.
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Detalle de la labra en los capiteles del cimborrio |
La
cabecera,
compuesta por un presbiterio y dos capillas absidiales, de las que hablaré en
una publicación monográfica dedicada a todas las capillas de la catedral, es la
zona que mejor conserva las hechuras románicas, visibles en el ábside central,
los arcos formeros y los capiteles, además de en un impresionante pavimento del
siglo XIII compuesto de placas de piedra y mármol de colores naranja, amarillo,
blanco y negro en
opus sectile formando dibujos
geométricos.
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La cabecera desde el coro |
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Detalle del pavimento del siglo XIII en el presbiterio |
El
presbiterio cuenta
con ventanas tipo
aspillera en
la parte inferior y siete ventanas laterales con vidrieras que originalmente
eran góticas en la superior, aunque la figura central de santa Tecla es una
vidriera documentada a fines del siglo XVII con modificaciones posteriores.
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Presbiterio |
En los capiteles de la Epístola en el presbiterio parece desarrollarse un
ciclo sintético de la Salvación, desde la Creación hasta la Resurrección de
Cristo identificándose los temas de la Creación
de Eva, la Reprobación de Dios a Adán
y Eva, Eva después del Pecado
Original, las Ofrendas de Caín y Abel
y la Visita de las Marías al Sepulcro.
En los capiteles del Evangelio se localizan escenas de caza, de lucha,
distinguiéndose el tema de Sansón y el
león, y representaciones de bestiario con fondo vegetal. El presbiterio es
el único lugar del templo en el que encontramos decoración historiada y el
resto presenta decoración vegetal y alguna concesión a temas de bestiario.
El
ara del altar
mayor es una pieza de mármol blanco tardorrománica, del primer tercio del
siglo XIII, en tiempos del arzobispo Aspàreg de la Barca, con escenas laterales
con la Vida de santa Tecla en compartimentos dispuestos en dos registros
horizontales flanqueando otra central que unos autores consideran que
representa a la Santísima Trinidad, con Jesucristo bendiciendo a la santa, Dios
Padre como
Dextera Dei nimbada y el Espíritu
Santo en forma de paloma, y que otros creen que es san Pablo encarcelado
aleccionando a santa Tecla.
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Ara del altar mayor |
A la izquierda se narra cómo la santa, prometida a Tamiris,
escucha desde una ventana a san Pablo predicando la bienaventuranza de la
castidad y decide consagrar su virginidad a Cristo pero, acusada ante el
tribunal del gobernador, es condenada a morir en la hoguera, castigo del que se
libra milagrosamente. A la derecha aparece cómo la santa es condenada a ser
devorada por fieras salvajes pero éstas la respetan y cómo se bautiza a sí
misma sumergiéndose en un estanque del anfiteatro plagado de bestias y
serpientes para después ser liberada del suplicio, puesta en libertad y
recibida en la mansión de la reina Trifena para terminar muriendo en Seleucia
rodeada de los suyos mientras dos ángeles transportan su alma al cielo.
En el muro de la Epístola del presbiterio se encuentra el
sepulcro del arzobispo Joan d’Aragó (†
1334), hijo de Jaime II y Blanca de Nápoles, quien había consagrado la catedral
en 1331. Es un
arco escarzano y angrelado encajado en el muro románico,
enmarcado por sendos pináculos góticos, que contiene un sarcófago apoyado sobre
dos leones con frontal con un epitafio que relata los milagros del difunto y su
yacente en la tapa vestido con traje arzobispal, con las manos cruzadas sobre
el pecho y acompañado del palio, la mitra y el báculo, sus atributos
episcopales, llamando la atención el rostro, trabajado con detalle y realismo y
mostrando una fisonomía juvenil, pues murió con treinta y tres años, una
espléndida escultura atribuida a un seguidor del escultor italiano Tino de
Camaíno realizada hacia 1337. El sepulcro está rodeado por los santos del
difunto: Fructuoso y Tecla, santos protectores de Tarragona, y Luis de Tolosa,
Isabel de Hungría y Luis de Francia (algunas en el Museo Diocesano de
Tarragona), con vínculos con la corona de Aragón por ser sus antepasados. En el
testero del arcosolio hay un relieve que representa la Ascensión del alma del
difunto al cielo portada por dos ángeles.
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Sepulcro de Joan d'Aragó |
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Detalle del yacente (5) |
Sobre el arcosolio se ubica un armario relicario empotrado en el muro y abierto al presbiterio a
la manera de ventanal para custodiar el brazo de santa Tecla. Las reliquias de
la santa fueron un regalo del rey Oshin de Armenia, a cambio de otros bienes, a
Jaime II, traídas a Cataluña por los embajadores de éste en 1320, quedando
todas menos ese brazo depositadas en el monasterio de Sant Cugat. En el siglo
XVIII el relicario fue trasladado a la Capilla de santa Tecla y durante la
invasión francesa desapareció, por lo que en 1814 el monasterio donó el otro
brazo para su custodia en la catedral. A fines del siglo XX, durante la
rehabilitación de una casa en la parte antigua de la ciudad se localizó una
arqueta con los huesos de un brazo humano y tras su estudio se certificó que
era el brazo perdido de la santa durante la Guerra de Independencia y desde
entonces la catedral tiene los dos brazos.
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El sepulcro y el armario relicario de santa Tecla |
A cierta altura en el muro
del Evangelio del presbiterio hay una magnífica rueda de campanas dentro de
una caja de resonancia posiblemente medieval, pero apenas se toca para la
liturgia del templo.
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Rueda de campanas, arriba a la derecha, en el muro del Evangelio del presbiterio |
En 1963, como ya he comentado, parte de la sillería gótica y una de las pontificales renacentistas
del coro fueron trasladadas al tramo más próximo al crucero del presbiterio, y
en los laterales se ubicó parte del muro del coro, que presenta sillares regulares
con una cornisa sobre arcos apuntados trilobulados cegados con escudos pintados
que arrancan de ménsulas con decoraciones que representan músicos, bufones,
monjes…
Durante las restauraciones de 2012 se recuperó parte de la decoración pictórica mural del presbiterio imitando telas con
decoración seriada vegetal dispuesta en registros horizontales, unos diseños
muy similares a los observados en la indumentaria de diversos retablos de los
siglos XIV y XV.
En cuanto al retablo
mayor, fue un encargo del obispo Dalmau de Mur y Cervelló realizado entre
1426 y 1434 por el escultor Pere Johan en alabastro policromado, una obra
excepcional de la escultura gótica cuya realización el artista compatibilizó
con la del retablo de la Seo de Zaragoza, encargo también de Dalmau después de
que éste fuera promovido al arzobispado zaragozano. En breve le dedicaré un
post monográfico.
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Retablo mayor |
El espacio detrás del retablo mayor conforma una capilla en
la que destaca un edículo coronado por una imagen gótica de San Miguel venciendo al
demonio que da paso a un sagrario barroco, obra de alabastro y piedra negra con
forma de hornacina flanqueada por dos ángeles músicos y coronada con un
medallón con el Niño Jesús realizada a fines del siglo XVII por Isidre Espinalt
i Serra-rica por encargo del arzobispo Josep Llinàs.
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San Miguel en la portada gótica que da acceso al sagrario barroco ubicado tras el altar mayor |
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Sagrario barroco tras el altar mayor |
Adosada al ábside de la Epístola se encuentra la torre campanario y a partir del ángulo formado por el ábside y el transepto del Evangelio se encuentra el claustro. La torre campanario tiene tres cuerpos. El primero, de planta cuadrangular, fue construido en tiempos del obispo
Rodrigo Tello, entre fines del siglo XIII y comienzos del XIV. El segundo,
también de planta cuadrangular, fue construido durante la prelatura del
arzobispo Ximeno de Luna entre 1316 y 1327. El último es ya de 1330, en tiempos
del arzobispo Juan de Aragón, realizado por Guillem Clergue, un cuerpo
octogonal de dos pisos, el primero con pináculos adosados y ventanales y el
segundo con el cuerpo de ventanas, rematado por un templete ya de comienzos del
siglo XVI para las campanas del reloj. Tiene diecinueve campanas repartidas en
varias salas, la más antigua de 1250 y la más reciente de comienzos del siglo
XX. La más famosa es la Capona, ubicada en el templete superior, que pesa más
de cinco mil kilos, fundida por Antonio Fenodi en 1509, que da las horas y el
toque de oración.
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Torre campanario (1) |
Para seguir conociendo más de este impresionante monumento aquí os dejo con los artículos que he publicado y voy a publicar en breve en Viajar con el Arte dedicados a la
CATEDRAL DE TARRAGONA:
(2) VV.AA., La
Catedral de Tarragona. In sede, 10 anys del Pla Director de Restauració,
Tarragona, Arquebisbat de Tarragona, 2007.
(3) FIGUEROLA MESTRE, J. y GAVALDÀ BORDES, J., Proyecto de restauración del interior de las
naves. Catedral de Tarragona. 4ª etapa del Plan Director, 2007.
Fuentes:
“El coro de la catedral de Tarragona”, Boletín de la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando, nº 18, 1964, pp. 41-43.
FIGUEROLA MESTRE, J. y GAVALDÀ BORDES, J., Proyecto de restauración del interior de las
naves. Catedral de Tarragona. 4ª etapa del Plan Director, 2007.
LIAÑO MARTÍNEZ, E., “La época del Císter y de las nuevas
catedrales en la Corona de Aragón”. En LACARRA DUCAY, Mª C. (coord.), Arte de
épocas inciertas. De la Edad Media a la Edad Contemporánea, 2009, pp.
47-102.
MACIAS, J. Mª, MENCHON, J., MUÑOZ, A. y TEIXELL, I., Praesidivm, templvm et ecclesia. Les
intervencions aruqueológiques a la catedral de Tarragona 2010-2011,
Tarragona, 2012.
MATA DE LA CRUZ, S., “Los avatares de la catedral de
Tarragona entre 1808 y 1813”, Locus
Amoenus, nº 11, 2011-2012, pp. 193-213.
VV.AA., La Catedral de
Tarragona. In sede, 10 anys del Pla Director de Restauració, Tarragona,
Arquebisbat de Tarragona, 2007.
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