La Cripta y la Capilla doméstica del noviciado de San Luis de los Franceses de Sevilla

El Noviciado de San Luis de los Franceses de Sevilla, uno de los edificios barrocos más impresionantes que conozco, con una iglesia pública conformada como la más llamativa y sugerente que tuvo la Compañía de Jesús no solo en Andalucía sino en toda España aunque, paradójicamente, sea un gran desconocido incluso para muchos sevillanos, se ubica en el popular barrio de Santa Marina del centro histórico, en plena calle San Luis, antes llamada calle Real por ser el eje que utilizaban los monarcas para hacer sus entradas triunfales en Sevilla camino de los Reales Alcázares, una de las principales arterias de la ciudad antigua que fue perdiendo su importancia a partir de los ensanches del siglo XIX en favor de la calle Feria, paralela y de mayor longitud y anchura.

Fachada de San Luis de los Franceses de Sevilla (1)

Su fundación en 1609, sobre un palacio mudéjar de don Fernando Afán Enríquez de Ribera y Téllez-Girón, III duque de Alcalá de los Gazules, se debió a don Juan Fernández de Castro, de familia conversa y con tres hermanos jesuitas que influyeron decisivamente en su voluntad y, tras su muerte, en la de su viuda, doña Luisa de Medina, una dama procedente de la élite de la ciudad, nieta del administrador de la Casa de la Moneda, y en él trabajaron los mejores artistas del momento, dotándolo de una extraordinaria coherencia entre su diseño, su función y su contenido ideológico, un edificio en el que se aúna el espacio barroco romano con la tradición y la práctica arquitectónica andaluza, albañilería, cantería, cerámica, sentido policromo y colorista, gusto por los contrastes…

Ya me he detenido en la historia de la institución, en los artistas, promotores y patrocinadores que hicieron posible su construcción, hemos visto la iglesia en la actualidad y nos hemos detenido en sus retablos, así que con este nuevo artículo quisiera enseñaros la cripta y la Capilla doméstica.

La cripta es un semisótano excavado aprovechando el desnivel que crean las gradas sobre las que se alza la iglesia y que ocupa todo el perímetro de su planta, con una espectacular bóveda muy rebajada que genera una amplia estancia que permitió las inhumaciones en el recinto sagrado sin tener que hacer accesos desde el interior de la iglesia o cambios en su solería para ir añadiendo nuevos enterramientos. Esta tipología de cripta ya se había iniciado en el Sagrario de la Catedral y en el Salvador.

Planta de la cripta (2)

Su reciente rehabilitación y excavación ha demostrado que se construyó utilizando como cimbra la propia tierra, una muestra más de la destreza de Figueroa. También se han localizado abundantes restos óseos, la mayoría de mujeres, quizá monjas, y también varones y niños.

La cripta durante la restauración (3)

La cripta en la actualidad

La llamada Capilla doméstica se ubica en el antiguo noviciado, levantada sobre el salón principal del viejo palacio de don Fernando Afán Enríquez de Ribera y Téllez-Girón, III duque de Alcalá de los Gazules, la qubba del caserón mudéjar, una sala de planta cuadrada construida en tapial, ampliada y convertida en iglesia principal e inaugurada el 11 de enero de 1604.

Plano de la Iglesia pública y de la Capilla doméstica (2)


Capilla doméstica

Capilla doméstica

En 1695 sufrió el hundimiento de parte del presbiterio y tuvo que ser cerrada por amenaza de ruina, abriéndose dos años después ya apuntalada. Durante las obras de la iglesia principal Leonardo de Figueroa también acometió su remodelación para el culto privado de novicios y padres, siendo reinaugurada en junio de 1712 a falta de la decoración, prevista desde el principio como un gran relicario por el rector Francisco Acevedo, que trajo desde Roma múltiples reliquias para que ocuparan ex profeso esta capilla.

Tiene nave única rectangular de cuatro tramos, cubierta con bóveda de cañón con lunetos, presbiterio con bóveda elíptica y sacristía tras el presbiterio de planta rectangular con bóveda esquifada. Bajo la nave existe una cripta funeraria con entrada bajo una losa a la entrada, aunque se encuentra vacía y sin señales de haber sido utilizada en alguna ocasión. Por encima de la bóveda hay un forjado de piso que compone una gran cámara de aire y la cubierta en sí está constituida por un entramado de cerchas y perfiles metálicos con acabado de teja tradicional.

Planta de la Capilla doméstica (4)

Sección longitudinal de la Capilla doméstica (4)

Sección trasversal de la Capilla doméstica a la altura del presbiterio (4)

La rica decoración de esta capilla doméstica está compuesta por pintura mural, pinturas de caballete, relicarios, cornucopias de madera tallada, medallones de yeso policromado y un espectacular retablo mayor. El diseño de los marcos, los relicarios y las cornucopias formaron parte de un conjunto decorativo ideado en el taller de Pedro Duque Cornejo.

Las pinturas de la bóveda de la nave son de Domingo Martínez, quizá su primer trabajo para el noviciado. Presenta una compartimentación arquitectónica en tramos, sectores y lunetos fileteada en azul y oro y con decoración de grisalla, imitando las yeserías de diseño barroco todavía seiscentista, un modelo habitual del taller del pintor, que acoge las letanías de la Virgen, cuyo rezo era práctica cotidiana entre los jesuitas y fundamental en la vida de los novicios.

Detalle de la decoración pictórica de la bóveda de la Capilla doméstica

No se corresponden exactamente con la Letanía Laurentana sino que son una selección especialmente hecha por el responsable de la iconografía con una intención didáctica, seguramente el rector Juan de Arana a partir de un esquema previo de Francisco Acevedo, autor de un tratado sobre la naturaleza de los ángeles, principales compañeros celestiales de los novicios que rezaban cada día en este recinto sentados a ambos lados en una sillería que se perdió tras una restauración de Fernando Mendoza Castell.

Bóveda de la Capilla doméstica

Las pinturas en los muros tienen dos niveles. En el inferior, alternando con relicarios, aparece una serie de Apóstoles y Evangelistas identificados en sus respectivas leyendas, obra de taller de Domingo Martínez que copia diseños de Rubens y Van Dyck a través de grabados de N. Ryckerman y Cornelis van Caukercken. Están ubicados a la altura de los ojos como modelos para los novicios en su trabajo apostólico y en su relación de veneración hacia la Virgen, a la que acompañan en su tránsito, representado en la bóveda del presbiterio.

Detalle de la decoración de los muros de la Capilla doméstica

Por encima del Apostolado se ubican escenas de la Vida de María pintadas al óleo sobre cobre, pinturas flamencas del siglo XVII que fueron enmarcadas para la ocasión y que se alternan con cornucopias con reliquias. La única excepción es la escena del Nacimiento de la Virgen, obra de Domingo Martínez sobre tabla.

A la altura del presbiterio hay dos vanos rectangulares enmarcados por pinturas que hacen alusión a la venida del Redentor

QVONIAM ANGELIS SVIS MANDAVIT DE TE, UT CVSTODIANT TE IN OMNIBVS TVIS IN NANIBVS SVIS PORABUNT TE, NE FORTE OFFENDAS AD LAPIDEM PDEM EDIANT TVVM. EX SALMO 90
("Qué el ha dado orden sobre ti a sus ángeles para que te guarden en todos tus caminos te llevarán en sus manos, para que no hagas daño a tu pie contra la piedra")

Ventana de la Epístola en el presbiterio

Ventana del Evangelio en el presbiterio

La bóveda del presbiterio representa la Asunción de la Virgen y es obra de Lucas Valdés, apreciándose parte de la cuadrícula que utilizó el pintor para lograr la perspectiva, mezclando elementos de la pintura naturalista de tradición andaluza y de quadratura al modo que utilizó Juan Valdés Leal en la Iglesia del Hospital de los Venerables.

Bóveda del presbiterio de la Capilla doméstica

Los arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael y el Ángel de la Guarda de las pechinas fueron realizados por Domingo Martínez.

San Miguel, Ángel de la Guarda, San Gabriel y San Rafael en las pechinas de la bóveda del presbiterio de la Capilla doméstica

El retablo mayor fue realizado por Duque Cornejo, que también realizaría las esculturas y participaría en el diseño de los marcos para lienzos y relicarios de los muros. Quizá su labor aquí fuera laboratorio de ideas y de formas para sus posteriores propuestas en la iglesia pública, donde terminó trazando sus siete retablos.

Retablo mayor de la Capilla doméstica

El retablo de la Capilla doméstica se dispone siguiendo una escenografía semitransparente y de contraluz que multiplica los efectos sorpresa y se inspira en una figura del primer libro de Andrea Pozzo, en Jerónimo de Balbás a través del uso del estípite y en las cortinas para exaltar la Eucaristía.

En el centro aparece una talla de la Virgen María, regalada por el propio San Francisco de Borja a la institución, flanqueada por dos ángeles, y a ambos lados se sitúan las tallas de San Estanislao de Kostka con el Niño Jesús en sus brazos y San Luis Gonzaga, obras con reminiscencias del taller de Roldán.

Talla de la Virgen en vitrina en la calle central del retablo mayor de la Capilla doméstica

San Estanislao de Kostka y San Luis Gonzaga

Sobre ellos hay sendos medallones con las escenas de la Predicación de San Francisco Javier y San Francisco de Borja. En el ático se representa la escena de San Estanislao de Kostka recibido en el noviciado de Roma. Sobre los frontones se ubican alegorías de las Virtudes.

Medallón con la Predicación de San Francisco Javier flanqueado por dos Virtudes

Medallón con la Predicación de San Francisco de Borja flanqueado por dos Virtudes

Escena de San Estanislao de Kostka recibido en el noviciado de Roma flanqueada por dos Virtudes

El conjunto muestra un programa mariano que busca resumir la actitud del novicio jesuita ante María, que debe imitar a la actitud de San Ignacio de Loyola, de ahí que la escena de la Aparición de la Virgen a San Ignacio en la cueva de Manresa ocupe el lugar bajo la tribuna, cerrando el conjunto.

San Ignacio de Loyola en la cueva de Manresa bajo la tribuna de la Capilla doméstica

La primitiva capilla doméstica albergó durante más de un siglo el óleo de la Adoración de los Reyes Magos de Velázquez, fechado en 1619 en una piedra a los pies de la Virgen, cuando el pintor tenía solo 20 años, y considerada una de sus obras maestras de la etapa sevillana, hoy en el Museo del Prado. Aunque durante años no se supo su procedencia, la noticia más antigua de la obra parte de Juan de Espinar en 1764, que le facilita a Antonio Ponz unas notas para su viaje y le dice que el cuadro estaba en esa capilla. Además, en una carta de 1794 entre el propio Ponz y don Miguel Espinosa Maldonado y Tello de Guzmán, II conde del Águila, la vuelve a localizar en el mismo lugar, una procedencia actualmente aceptada por la crítica, interpretándose el cuadro en clave jesuítica y dando explicación a los detallados espinos del primer plano, que serían una premonición a la pasión de Jesucristo pero también una alusión a San Luis, celoso guardián de la reliquia de la corona de espinas. Desde este enlace podéis acceder a un artículo monográfico a este importante cuadro publicado en el blog.

Adoración de los Reyes Magos de Velázquez (1619). Museo del Prado, Madrid

La sacristía, ubicada tras el retablo mayor y con acceso mediante dos puertas a ambos lados de éste, tiene planta rectangular cubierta con bóveda esquifada. Presenta un arrimadero de azulejos de igual altura que las puertas, dos arcos que enmarcan dos grandes cajoneras con espejos y una pila realizada en mármoles rojos y negros.

Cajonerías de la sacristía de la Capilla doméstica

Retablo-hornacina en la sacristía de la Capilla doméstica

La decoración de la bóveda de la sacristía de la capilla doméstica fue realizada también por Domingo Martínez y es uno de los primeros ejemplos de devoción al Corazón de Jesús en España. Los paños del perímetro representan a los cuatro Evangelistas y dos cartelas alusivas al emblema central, donde aparecen dos ángeles arrodillados adorando el anagrama JHS rematado por el Corazón coronado de espinas y culminado por una cruz y rodeado de cabeza de querubines.

Bóveda de la sacristía de la Capilla doméstica

Para completar el “paseo” por este impresionante monumento sevillano, hay que ver también el resto de artículos dedicados al noviciado de San Luis que he publicado en Viajar con el Arte:


Imágenes ajenas:


Fuentes:

CAMACHO MARTÍNEZ, R., “La iglesia de San Luis de los Franceses en Sevilla, imagen polivalente”, Cuadernos de Arte e Iconografía, II, 3, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1989, pp. 202-213.
FUENTES LÁZARO, S., “La práctica de la cuadratura en España: el caso de Lucas Valdés (1661-1725)”, Anales de Historia del Arte, nº 19, Madrid, 2009, pp. 195-210.
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LLEÓ CAÑAL, V., “Barroco y retórica: el edificio elocuente”. En VV. AA., Andalucía Barroca 2007. Teatro de Grandezas, Sevilla, Junta de Andalucía, 2007, pp. 24-41.
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OLLERO LOBATO, F. “La arquitectura en Sevilla durante el Lustro Real (1729-1733)”. En MORALES, N. y QUILES GARCÍA, F. (Coords.), Sevilla y corte. Las artes en el Lustro Real (1720-1733), Madrid, Casa de Velázquez, 2010, pp. 85-94.
RAVÉ PRIETO, J. L., San Luis de los Franceses, Sevilla, Diputación Provincial de Sevilla, 2018.
SOLIS SANTOS, J., “Los jesuitas y la cultura humanística en Sevilla (1554-1767)”. En PEÑALVER GÓMEZ, E. (Coord.), Fondos y procedencias: Bibliotecas en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla: Exposición Virtual, 2013, pp. 41-59.

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